Estaba acostumbrado a ducharse antes de que Haru lo hiciera, siempre había sido así desde la primera vez que se quedó en su casa. Pero ese día, Haru había decidido romper la rutina y hacer una invitación peculiar.
—¿¡Ah!? ¿De qué hablas? —estaba sorprendido y no podía ocultarlo, era tan repentino.
—Solo dije que debíamos tomar un baño juntos, no veo que tiene de especial —seguía tan serio como siempre, para él era algo sencillo aunque importante.
—Pero siempre usas la bañera —no esperaba que le propusiera algo así y sentía cierta vergüenza al pensar en ello.
—Es lo suficientemente grande para los dos —su mirada seguía imperturbable mientras veía a Rin, quería compartir ese momento con él, aunque no parecía que el sentimiento fuera mutuo—. Si no quieres hacerlo solo dilo, es más fácil que inventar excusas.
—Puedes ser tan problemático cuando te lo propones... —le lanzó la toalla que cargaba mientras caminaba hacia el baño.
* * *
—Te dije que había espacio suficiente para los dos —lavaba su cabello lentamente, no podía ver su rostro, pero imaginaba que tendría esa expresión avergonzada que intentaba hacer pasar por molestia.
—Cállate, si hubiera espacio suficiente no tendríamos que estar así —se alegraba de no ver el rostro de Haru pues estaba demasiado avergonzado para ocultarlo.
—Así es más fácil lavar tu cabello —la sonrisa estaba grabada en su rostro, Rin era adorable cuando se avergonzaba y nada le provocaba tanta emoción como saber que era él el responsable.
—Deja de perder el tiempo, solo acaba de una vez —tomó valor para girar su rostro y encararlo, incluso si la vergüenza era lo único visible en su expresión.
Inesperadamente, Haru besó sus labios rápidamente con un casi imperceptible sonrojo y la sonrisa aun más amplia sin despegar su mirada de él.
—Si dejas de moverte podré hacerlo más rápido...
El corazón de Rin latía rápidamente, más que siempre. Haru siempre hacia eso, lo tomaba por sorpresa y no podía hacer nada para evitarlo. Cada día, con cada palabra y cada acción solo terminaba más enamorado; y si de ser sinceros se trata, nada podría hacerlo más feliz.
La nota de siempre, hasta aquí la historia
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