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Sucio e inmoral (Traducción finalizada) por yuniwalker

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El panorama de la zona de Marunouchi se extendía a través de las ventanas que estaban distribuidas por toda la pared. Y cuando finalmente se puso el sol, fue como si el suelo se hubiera pintado del mismo color del cielo nocturno...

"Ya es hora." 

Cuando miró su reloj, sintió como si la tensión dentro de él finalmente estuviera aumentando. Trató de matar el tiempo sentándose en el sofá y mirando un libro de fotos con temática de estrellas, pero no pudo hacerlo. Keisuke había pedido una reunión en un restaurante francés en el décimo piso de un edificio cerca del "Palacio Imperial". También había un salón/biblioteca que podía usar para esperar mientras disfrutaba de un aperitivo y por supuesto, podía utilizar una cafetería que era del doble del tamaño de su casa. El interior, que tenía adornos de plata y vetas de madera, era moderno y bastante sofisticado para su gusto. Los objetos de vidrio y los paneles de arte expuestos por aquí y por allá llamaban la atención de cualquiera. Por no hablar de que la biblioteca tenía una colección de alrededor de 1,000 libros, principalmente extranjeros y algunos de ellos muy difíciles de obtener. Era un gran lugar para relajarse y disfrutar de la lectura, pero no para Yoichi. Más aún porque cuando Keisuke lo invitó, notó que era solamente para él. No le había dicho nada a Jungo.

¿Notó la relación que tenía con Jungo? ¿Escuchó de Jungo que Yoichi contribuyó a la muerte de Rika?

Keisuke lo contactó el primer lunes de la semana. Y era la primera vez que lo veía desde la noche que había tenido sexo con su hijo. Parecía obvio, pero no podía evitar recordar el acto tan desagradable que Jungo había llamado "La Expiación." No podía acercarse a él sin sentir vergüenza y tal vez por eso el hombre estaba comenzando a sospechar de su actitud tan reservada incluso aunque había tenido mucho cuidado con todos los pequeños aspectos de su vida. Es decir, Jungo no había mostrado nada anormal en absoluto y lo trataba con la misma actitud tranquila que de costumbre. Incluso hasta había llegado a pensar que todo lo anterior se había tratado de una simple pesadilla. Sin embargo, tres noches después, Jungo volvió a tomarlo del brazo en medio del corredor de la oficina y le dijo:

"¿Pensaste que fue solo una vez?"

Y lo obligó a tener sexo vestido con el kimono de su hermana.

La situación sin escrúpulos de tener a su cuñado sobre él y pensar en la imagen de su suegro en el piso de abajo, estimuló su excitación hasta un punto en que su cara se incendiaba con solo recordar un par de tonterías. Sus besos, sus manos... La forma en que la raíz de su pene había sido atada con una cuerda para evitar la eyaculación y la forma en que le pidió que sacara el culo para permitirle llegar más adentro.

Una y otra vez, cuando Yoichi se despertaba a la mañana siguiente, Jungo ya no estaba en la cama y Keisuke estaba trabajando tanto que casi nunca se veían. Cuando habló con su suegro por teléfono, el lunes en la mañana, nada pareció ser diferente, pero, por supuesto, no había garantía de que no estuviera al tanto de su relación con Jungo después de haber estado gritando tanto por las noches.

"No le cuentes a mi padre la historia que me dijiste ni el trato que hicimos para que pudiera perdonarte. Después de todo, tienes mucho respeto por él ¿No es verdad? No quieres ser odiado así que... Es un secreto de solo dos personas."

Lo hizo prometerlo, pero Keisuke lo estaba poniendo más nervioso día con día. Más aún, ahora que iban a reunirse en un lugar así y en secreto de Jungo.

Era la primera vez que vería a su suegro por su cuenta y le preocupaba el tipo de historia que le contaría o el motivo que tendría para citarlo allí de noche. Para distraerse aunque fuera un poco, se bebió de inmediato un mojito que había ordenado en el mostrador y luego tomó un par de martinis. El refrescante aroma de la menta se esparció por su boca hasta picarle también en la garganta pero, como era de esperarse, no logró que lo estimulara lo suficientemente o que al menos consiguiera quitarle el temblor que tenía entre los dedos.

Pero cuando dejó de intentar leer y regreso el álbum de fotos a la estantería, finalmente vio a su suegro abrir la puerta de cristal y levantar la mano derecha para saludarle.

Con solo mirar a Keisuke a los ojos, su corazón consiguió latir con muchísima más fuerza que al inicio. 

"Lo siento, te hice esperar mucho. Recibí una llamada del trabajo cuando iba saliendo y todo mi horario se revolvió."

Keisuke estaba vestido con un traje oscuro, sin corbata y con una camisa blanca que parecía acabada de planchar. Además, por la línea del saco, que seguía la forma de su cuerpo, podía decir que era algo completamente hecho a la medida

"No. Yo llegué demasiado temprano."

Mientras estaba preocupado de que Keisuke pudiera escuchar un latido ruidoso y errático proveniente de su pecho, Yoichi movió sus mejillas, que parecían estar temblando, e hizo aparecer una sonrisa que el hombre imitó.

En el restaurante, el gerente de piso los recibió bastante cortésmente e incluso los invitó a que entraran a una habitación privada que tenían en la parte de atrás. Todo estaba organizado con el mismo gusto que el salón de la biblioteca así que la ventana tenía una vista nocturna del centro de la ciudad y la iluminación, así como el ruido de la música, eran perfectos. Antes de ordenar, el gerente sirvió champán, les ofreció pan, algunos bocadillos, y luego explicó los platos recomendados de hoy, diciendo que definitivamente tenían que ir a su nueva sucursal en Kojimachi cuando abriera. 

Keisuke tomó la copa de champán:
 
"Lamento haberte llamado de la nada. Seguramente tenías trabajo que hacer".

"Oh, no. No hay problema. Todo estuvo muy tranquilo".

Pero de hecho, Yoichi estaba siendo el encargado de la auditoría para una empresa importante. Iban a hacer su plan de acción durante la tarde de ese día, pero lo rechazó debido a que ya tenía un acuerdo para ir a cenar. 

El champán estaba delicioso, pero la tensión no podía liberarse ni siquiera bebiendo 5 copas. Normalmente siempre era Jungo quien hacía conversación así que, ahora que estaba a solas con Keisuke, no sabía de qué hablar o para donde voltear la mirada. Cuanto más pensaba, más incómodas se volvían sus expresiones faciales y sus actitudes parecían tan torpes como las de un niño.

Keisuke habló en su tono habitual, tal vez porque había visto la tensión en los hombros de Yoichi:

"Me gusta la vista desde aquí. Vengo a menudo para los asuntos del trabajo y también para mi vida privada. Creo que la biblioteca tiene una buena sección de fotos".

"Me sorprendió que hubiera muchos álbumes de fotos extranjeras".

Según Keisuke, la colección de los salones de la biblioteca se seleccionaba en función del concepto del diseñador en turno.

Hasta ahora, el hombre no parecía haber cambiado ni su tono o su expresión y parecía obvio que si hubiera conocido su relación con Jungo o su última interacción con su hija, su actitud hacia Yoichi ya se habría fracturado de una manera bastante considerable. Y aunque todavía estaba nervioso acerca del momento en que Keisuke por fin soltara el tema principal de su reunión, el amuse-bouche, los aperitivos y los platos de pollo con papa, comenzaron a amontonarse tan rápidamente que incluso pensó que tal vez no había una historia importante que tratar en primer lugar.

Todos los platos estaban condimentados a la perfección y presentados con ingredientes de una calidad que no solo deleitaban su lengua con el sabor, sino que también cautivaban su vista. La recomendación especial del chef para Keisuke fue un plato de ostras de roca con agua de mar, gelatina de cítricos y un Iwanori que, para su sorpresa, era excelente. 

"Siempre me recomiendan esto cuando vengo aquí. El tipo de ostras varía según la temporada, pero sigue siendo un plato que recrea el sabor del mar. Esto puede ser más delicioso que las ostras recién recolectadas debido al tipo de cocción."

"Vaya."

"Ojalá a Yoichi-kun también le guste."

Keisuke sonrió de inmediato así que Yoichi también lo hizo. Incluso pareció como si ya hubiera olvidado toda la incomodidad del inicio y también, como si incluso se hubiese olvidado momentáneamente de Jungo.

Keisuke le pasó un plato de pasta a Yoichi y procedió a hablar sobre temas que parecían completamente al azar. Desde historias de su trabajo, hasta cocina mediterránea. Sus hobbys y el golf. Las historias sobre Jungo y Rika cuando eran niños y luego incluso conversaron sobre películas recién estrenadas. Keisuke tenía muchos temas novedosos y aunque estaba nervioso, Yoichi se involucró en la conversación hasta un punto en que terminó por reírse y hablar también. El cuidado de Keisuke y su hábil narración eran realmente cautivadores y su barítono profundo resultó ser bastante cómodo para sus oídos también.

"Estaba enojado porque Jungo no pudo alcanzar el puesto que había esperado para él. Soy el presidente, así que me gustaría que el tomara la posición de "mi mano derecha." Pero dice que es aburrido."

Keisuke era muy exigente con los empleados en cuanto a la puntuación de sus pruebas mensuales. Era el tipo de hombre que era serio, tanto en el trabajo como en su vida personal y sin embargo, cuando abría la boca y mencionaba todo el esfuerzo que Jungo ponía diariamente, podía notar que sentía un inmenso amor por él. Pensaba honestamente que era un padre maravilloso.

Keisuke parecía casi de la misma edad que Jungo. De hecho, fue un padre joven, porque el niño nació cuando tenía 22 años de edad. Y aunque sus ojos y su nariz eran muy similares, mientras Jungo daba una fuerte impresión de ser frío e inteligente, Keisuke parecía más bien del tipo manso y amoroso.
Desde la primera vez que lo conoció, siendo un junior de Jungo, el hombre lo trató con una actitud sin pretensiones. Y aun conociendo su edad y lo independiente que era, lo vigiló con amor y le transmitió justo lo que necesitaba escuchar para poder seguir adelante.

Keisuke era el padre ideal para Yoichi y no podía decir lo agradecido que estaba por las experiencias y los consejos que le había dado para convertirse en un excelente contador.

Además, gracias a Keisuke, el silencio incómodo nunca cayó y cuando se dio cuenta, ya había terminado el plato principal para seguir con cosas como pescado y platos de carne. Estaba preocupado por si podría comerlo todo porque había perdido el apetito por el calor y las preocupaciones de estos días, pero pareció que todo estaba mejor cuando se encontraba a su lado. Es más, después de terminar, incluso comió un soufflé de cacao y un sorbete de kabosu. Keisuke se rió mientras lo observaba, tomando un café que parecía bastante cargado. 

"Me alegro de que todo esto te guste tanto. Estaba un poco preocupado porque no parecías estar bien. Incluso pensé que no habías comido adecuadamente."

"Lo siento tanto, Yo no..."

En realidad, pensó que se estaba comportando normalmente, pero al parecer eso no fue suficiente para los expertos ojos de Keisuke. Y lo sentía mucho por él, que estaba preocupado y que no sabía nada de su situación actual. Después de todo, no podía decir que Jungo lo estaba tratando como un esclavo sexual, ni siquiera aunque fuera por una expiación que él mismo había pedido. Su suegro no lo merecía.

"No quiero ser una molestia."

"No creo que sea una molestia cuidarte. Incluso aunque Rika murió... Yo sigo pensando que eres parte de mi familia."

Keisuke tocó la mesa y sonrió como para darle fuerzas. Los dedos largos, con nudillos prominentes, se veían exactamente como los que tenía Jungo. Incluso en la forma de las uñas. 

"Y Jungo piensa lo mismo de ti. Desde el principio, le agradabas y te amaba como a un hermano menor por ser justo quien eres. Parece que estaba esperando con ansias tu matrimonio con Rika pero, aunque perdió a su hermana, creo que puede salir adelante porque todavía te tiene a ti."

"Lo siento..."

Yoichi se moría por inclinar la cabeza y decirle que cerrara la boca. No merecía que hiciera algo como eso porque él fue quien robó a Rika de su lado e hizo que Jungo se quebrara hasta volverse malvado. 

"Está bien. Yoichi-kun no tiene ninguna responsabilidad. Más bien, estoy agradecido por el hecho de que pienses en Rika incluso hasta el día de hoy."

Y con todo esto, podía ver que Keisuke no conocía nada sobre lo que había pasado con Rika. Jungo había cumplido la promesa que hicieron y no habló con su padre para nada. Sin embargo, aunque Jungo pareció leal ¿Qué era lo que pasaría si él lo revelaba todo? A fin de cuentas, si Yoichi le contara todo a Keisuke, se podía considerar como que su acuerdo de expiación se había cancelado y entonces ellos ya no tendrían nada que ver el uno con el otro. No obstante, al pensar en eso, también sintió una desafortunada sensación de colapso cayendo sobre él... Desde la universidad hasta el presente, Jungo había sido el centro de la amistad de Yoichi. Por supuesto que tenía otros amigos, pero Jungo era el único con quien podía revelar todo el contenido de su corazón y hablar de cualquier cosa. Buena o mala. Era un hecho que lo había lastimado tanto como para no perdonarlo fácilmente pero, por otro lado, en lo más profundo del corazón de Yoichi, había un deseo distorsionado y estúpido de que Jungo cambiara, le pidiera perdón y volviera a tratarlo como antes  No, era más una fantasía que un deseo.  

"Hablando de Jungo..."

Y como también estaba pensando en él, Yoichi levantó la cara. 

"Es un hombre que va a su propio ritmo sin esperar a los demás, así que puede ser difícil para ti estar bajo su mando. No tienes que hacer lo que quiere solo porque eres un junior".

"No, no. No estoy siendo influenciado. Jungo-san siempre me trata bien en el trabajo. En realidad, se siente como si me hubiera apoyado mucho más de lo que yo lo he hecho."

Yoichi habló de Jungo, teniendo cuidado de no expresar su malestar hacía él. Sin embargo, Keisuke continuó:

"Si tienes algo difícil que decirme sobre Jungo o si tienes un problema con él, por favor dímelo. Ya te lo dije, eres parte de mi familia y también quiero ver por ti."

"Yo..."

"Oh, pero esto es un secreto para Jungo. Ya sabes como es, puede enojarse si nos escucha hablar de esta manera. Es muy orgulloso."

Keisuke se rió de una manera burlona y levantó el dedo índice para cubrirse los labios. Era una expresión que le decía que no era necesario mencionar algo más.

"Está bien."

"Acaba de pasar lo de Rika, y puede ser difícil ser abierto con nosotros. Pero creo que hay momentos en donde las personas que han perdido una existencia importante necesitan una mano."

Keisuke estaba lleno de compasión y hablaba en un tono completamente amoroso. Además, la mirada que le estaba dedicando a Yoichi era sincera y bastante emotiva también. 

"Lo siento, sé que no puedo ser un sustituto de tu padre, pero sería feliz si pudieras considerarme como una parte importante de ti mismo. No es suficiente llamarte y hablar, lo entiendo, pero realmente quiero ser de ayuda. Quiero... Estar allí para ti".

"Suegro..."

Esa palabra salió de su boca sin querer. Sin embargo, al igual que cuando llamó a Jungo "cuñado", un sentimiento horriblemente dulce se tragó incluso al sentimiento más fuerte de culpa sobre la causa de la muerte de Rika. Es más, hasta había vuelto a tener esas terribles ganas de confesarlo todo. Pero esa pequeña vocecita molesta en su cabeza decía que si hacía molestar a Jungo, podía perderlo o hacer que lo castigara de una manera más desagradable. Y si Keisuke supiera los hechos, tal vez nunca volvería a verlo y mucho menos lo trataría como de su familia. 

"Eres mi preciosa familia, incluso si tu sangre no está conectada a la mía. No te olvides de eso, pase lo que pase."

"Gracias ... Estoy muy feliz."

Mientras mordía el sentimiento de culpa que estaba subiendo por su pecho, Yoichi soportó el hecho de que incluso sus ojos estaban comenzando a humedecerse.

La leve vibración del taxi en el que ambos se subieron, era increíblemente cómoda. Había sentido que sus párpados se estaban volviendo más pesados conforme pasaba el tiempo así que Yoichi puso su mano sobre su frente y trató de mantener la compostura. Aunque no era muy débil ante el alcohol, había bebido muchísimo antes de empezar la comida y justo después de terminar su postre.

"¿Tienes sueño?"

"... No."

Keisuke, que estaba sentado a su lado, pareció haber notado lo mucho que estaba luchando contra la somnolencia durante todo este tiempo.

"No te esfuerces demasiado. Apóyate contra mí."

"Pero..."

Yoichi vaciló, pensando que sería muy pesado si se apoyaba contra su suegro. Además, era un adulto, no un niño. Y le avergonzaba además lo que pudiera pensar el conductor. 

"Está bien. No tienes que preocuparte por nada mientras yo esté aquí. ¿No fue de eso de lo que hablamos en la cena?"

"... Gracias".

Sintió a una mano moverse alrededor de su espalda y luego el golpe de su cabeza cayendo contra el hombro de Keisuke. El aroma de su colonia se desvaneció levemente en su nariz y en su lugar, logró sentir un cuerpo firme a través de su traje.


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