Una libélula roja se detuvo en la lápida.
Yoichi y los demás se acercaron rápidamente y comenzaron a decir cosas como: "Aquí hay muchas más libélulas rojas que en el centro de la ciudad."
"Eso es verdad."
Mientras escuchaba la conversación entre Keisuke y Jungo, Yoichi observó a la libélula roja volar sobre la hierba. No había tantas como cuando visitó este lugar la semana pasada, pero era cierto que nunca había visto más de dos dentro de su casa.
El fin de semana de septiembre, cuando el calor finalmente disminuyó, Yoichi visitó la tumba de la familia Takanashi con Keisuke y Jungo. Era un cementerio tipo parque, bien mantenido y en los suburbios de Tokio. No solo instalaron macizos de flores y espacios abiertos, sino también un observatorio gigantesco, y por eso se podía ver a las familias, que habían terminado de visitar las tumbas de sus seres queridos, relajándose o meditando por aquí y por allá.
Rika estaba descansando con su madre en la tumba de la familia Takanashi. La semana pasada colocaron una placa con motivo del 49º día de su servicio conmemorativo. Pusieron el agua extraída del pozo sobre su lápida para limpiarla y utilizaron muchos lirios blancos para armonizar el frente. Keisuke se había arrodillado junto a la tumba para ofrecer varitas de incienso y prender un par de velas. Y junto a Jungo, que imitaba a su padre, Yoichi también se sentó. Recientemente pareció como que el ambiente se había vuelto muchísimo más fresco. Todavía hacía calor durante el día, por supuesto, pero ya que era otoño, la brisa que comenzaba a sentirse era más amena que en los meses anteriores.
Aunque el tiempo se había detenido para Yoichi desde la muerte de Rika, las estaciones definitivamente estaban cambiando.
Había ido al funeral y presenció la ceremonia de colocación de huesos, pero todavía no podía sentirse completamente en paz. Sería bueno si al menos pudiera hacer las paces en sus sueños, pero últimamente la mujer ni siquiera había aparecido cuando se iba a dormir. El hecho de que Kudo revelara su relación con Rika de esa manera tan agresiva posiblemente había tenido un efecto sutil en la psicología de Yoichi. No sabía qué pretendía Rika para casarse con él y se preguntaba si acaso quería a Kudo como un compañero de cama y a él como alguien que pudiera presentar en público. Además, Rika sabía que Yoichi había decidido casarse para formar una familia con Jungo y Keisuke y aún así, se había sentido decepcionada cuando le dijo que quería posponerlo. Lógicamente, ahora que Rika había fallecido no tenía forma de preguntar. Y en cualquier caso, lo que ella había hecho no se convirtió en una indulgencia para Yoichi sino que hizo que sus sentimientos de culpa se hicieran monstruosos.
Sabiendo que nunca la alcanzaría, unió sus manos frente a la tumba y ofreció una disculpa y una oración por su alma.
"Gracias por venir hoy, Yoichi-kun."
Cuando bajó las manos y abrió los ojos, Keisuke ya le estaba dando las gracias.
"No. Gracias por traerme aquí".
Keisuke y Jungo iban a visitar la tumba hoy, así que se le permitió acompañarlos. Ya que se encontraba en las afueras de Tokio, se necesitaba de bastante tiempo en el transporte público por lo que fue útil que lo trajeran en su auto.
"Seguramente Rika estaría feliz."
La mirada de Keisuke hacia Yoichi estaba llena de compasión y amor y era tan gentil como si se tratara de su verdadero padre. Y por eso, cada vez que entraba en contacto con el hombre el sentimiento de culpa y la conciencia de que ocultaba un secreto increíblemente pesado dentro de él lo hacían sentir demasiado dolor. No quería mostrarlo en su cara, pero igual estaba sintiendo que tenía una mirada bastante culpable en su perfil todo el tiempo.
Obedecer la solicitud de Jungo de una expiación era solo una capa para ocultar su verdadero pecado y sin embargo, también era como tener un vínculo especial que conectaba a Jungo con Yoichi. Sin la expiación, la conexión con su cuñado se perdería para siempre. De eso no había duda.
Desde que se había reunido con Kudo, dio dinero dos veces según su solicitud. La cantidad total era de 3 millones de yenes así que, como no tenía ningún pasatiempo en particular ni lujos desproporcionados, podía manejar esto sin pedir ayuda. Sin embargo, pareció lógico pensar que ya que había sucumbido a la amenaza, aunque fuera solo una vez, la demanda aumentaría constantemente hasta terminar por exprimirlo. Con eso en mente, pensó que debería haber tratado con Kudo con más cuidado. Por supuesto, no era como si pudiera consultar con Keisuke o Jungo tan casualmente porque no quería que supieran que lo tenían bajo amenaza.
"¿Yoichi?"
Jungo, que caminaba hacia el estacionamiento, de repente detuvo su piernas y miró hacia atrás. Tenía un atuendo casual, con un pantalón de punto que era muy diferente al traje que utilizaba normalmente y una camisa que enfatizaba su buen estilo. Desde que fue contactado por Kudo había tenido muchísimo cuidado de no mirar a Jungo más de la cuenta para que no fuera a notar sus pensamientos. Irónicamente, Yoichi se liberaba de la culpa por la muerte de Rika y de la ansiedad de la intimidación de Kudo solo cuando estaba intoxicado con los placeres que Jungo le podía dar.
"Nada."
Mientras se sentía incómodo con la mirada de su cuñado, que miraba a través de su corazón, desvío los ojos en dirección a sus manos y avanzó hasta llegar al vehículo. Jungo había actuado como el conductor tanto en el camino de llegada como en el de regreso. Y al salir del estacionamiento, le preguntó a Keisuke, quien se había sentado en el asiento trasero con el muchacho:
"¿Qué vamos a almorzar?"
"Creo que hace un rato ví un restaurante italiano. Vamos allí."
Keisuke tenía el hobby de cocinar, así que al parecer hoy tenía ganas de comer algo diferente. Al parecer la ensalada de durazno y queso gorgonzola que había probado en el restaurante italiano la última vez que fueron allí, fue excelente.
Jungo le dijo a Keisuke, apretando el volante entre sus manos:
"Parece que tienes mucha hambre, papá".
"La comida es un placer en la vida. Y la vida es para divertirse. ¿No es cierto, Yoichi-kun?"
Era una línea significativa dependiendo de cómo se le mirara. Pero ahora, quizá porque tenía un secreto confuso sobre su relación con Jungo, a menudo se sentía abrumado por las palabras y hechos inocentes de Keisuke.
"¿Ah? Sí, así es."
"No tienes que seguir el ritmo de mi padre. Él es bastante extraño."
Jungo miró a Keisuke y a Yoichi a través del espejo retrovisor. Al parecer, estaba consciente de que estaba incómodo por la línea de su padre y quería pedir que no se preocupara.
"Dices eso porque tú eres aburrido."
"Solo no soy tan entretenido como mi padre".
Al principio fue una conversación un poco dura, pero ahora entendía que era una comunicación única entra padre y su hijo.
El restaurante italiano recomendado por Keisuke estaba a poca distancia en coche del cementerio. El techo rojo tenía una hermosa apariencia, como un hito. Aunque solo daban un plato de almuerzo por persona, había mucho volumen y todo era increíblemente delicioso. Al parecer eran muy especiales con los ingredientes porque utilizaban verduras orgánicas de producción local que además fueran libres de químicos. Y el tema de conversación fue muy bueno además: Fueron desde la historia de una persona con la que Jungo se había encontrado en el trabajo, hasta la historia interna que Keisuke escuchó de los funcionarios de un programa de televisión. Pero sus charlas no se limitaron solo al trabajo, sino que se extendieron en varias direcciones interesantes y a veces divertidas. Y mientras estaban los tres juntos, Yoichi pensó que podía olvidar la ansiedad y la depresión que había surgido con la amenaza de Kudo.
Pero mientras disfrutaba del granizado de uva y tomaba un espresso, su teléfono móvil comenzó a vibrar en el bolsillo del pecho de su camisa. Tan pronto como vio el nombre de Kudo en la pantalla LCD, sus mejillas parecieron ponerse pálidas y su expresión se le derrumbó. Era un mal momento y ya no tenía dinero. Sin embargo, si lo ignoraba, llamaría hasta que Yoichi contestara y podía incluso emboscarlo frente a su casa otra vez.
"Disculpen, tengo que atender."
Dijo a Keisuke y Jungo y luego, se levantó.
Salió de la tienda y contestó el teléfono detrás de la camioneta, en el estacionamiento. Sería difícil verlo desde la carretera o desde dentro de la tienda estando allí.
"Me hizo esperar mucho tiempo, señor Hanamura."
"Lo siento. Estaba manejando."
La voz de Kudo, quien seguramente tenía una sonrisa maliciosa, le hizo sentir como si su corazón se apretara con fuerza una vez más. No dijo que fue a visitar la tumba de Rika con Keisuke y Jungo.
"Es un fin de semana muy bonito. Hace un clima soleado de otoño ¿Verdad?"
Kudo, quien hablaba sobre el clima, pronto le preguntó a Kudo sobre el dinero. Keisuke y Jungo iban a sospechar si regresaba tarde a la tienda así que deseaba hablar rápido.
"¿No sería conveniente enviar dos millones de nuevo? El próximo viernes estaré esperando en el lugar habitual a las 7 en punto."
Kudo era un vendedor que trabajaba para una empresa de comercio de alimentos, así que especificaba un café en el área de Nihonbashi. Al parecer, no quería que enviara dinero a su cuenta porque la evidencia iba a permanecer.
"... Está bien. Lo tendré listo para el viernes."
¿Dos millones? Pensando en el saldo de su libreta de ahorros, Yoichi suspiró.
"Entonces, eso es todo."
"Por favor, espera."
Kudo estaba tratando de cortarlo tan pronto como fuera posible. Él también quería terminar la historia pronto, pero tenía que preguntar esto:
"¿Cuánto tiempo debo pagarte?"
"No quieres que el padre y el hermano de Rika sepan que murió por tu culpa, ¿Verdad?
"Pero... Pero el dinero que puedo preparar es limitado".
"Eso no es lo que yo sabía ¿No es rentable trabajar como un contador certificado? Trabajas para una empresa muy grande y a ti te pagan mucho más que a mí. Si no tienes suficiente dinero y no quieres decirle a nadie, puedes vender ese condominio."
Al parecer tenía la intención de quitarle todo su dinero.
"Deberías escucharme y pagar. Comparado con ser conocido como un asesino, un millón o dos millones es más barato, ¿No es así?"
"¡Señor Kudo!"
Llamó, pero la conversación se cortó aún así. ¿Cuánto tiempo debería seguirle el juego a Kudo? Deseaba mantener el contrato de expiación con Jungo y el tiempo tranquilo con Keisuke. No quería que Kudo lo molestara pero, era solo cuestión de tiempo antes de que se agotaran sus ahorros. En ese caso, como decía Kudo, no quedaba más remedio que vender el condominio...
"Yoichi".
De repente lo llamaron por su nombre. Jungo se acercaba a Yoichi, que estaba detrás de la camioneta.
"¿Hay algún problema?"
"No, no".
No pensó que Jungo aparecería así que no tuvo tiempo de cambiar su expresión. Esperaba que no hubiese escuchado la conversación con Kudo.
"Era un compañero de clase de la universidad. Ha pasado un tiempo desde que supe de él así que me sorprendí un poco."
No era que no pudiera decir que era una llamada de trabajo, pero se sintió mejor decir que era un compañero. En realidad, tenía la intención de fingir que se trataba de un asunto sin importancia pero no estaba seguro de poder hacerlo bien. No era bueno diciendo mentiras.
"De acuerdo."
Mientras decía eso, Jungo acarició la mejilla de Yoichi. Era una mano varonil de un tamaño más que considerable. Incluso podía decir que tenía unos nudillos bastante prominentes.
"¿Estuviste despierto durante mucho tiempo anoche?"
"... No" .
Pero las mejillas que eran acariciadas por Jungo tenían un poco de fiebre. Esta mano también lo había tocado anoche así que, con solo recordar el peso del cuerpo de Jungo sobre su pecho y el calor de sus manos en las suyas, un suspiro impresionante logró salir del centro mismo de su cuerpo.
"Dormí temprano."
"Si es así, ¿Entonces que tienes?"
"Oh, eso es… No, no pasa nada."
Cuando negó con la cabeza a toda prisa, Jungo chasqueó la lengua de una manera extraña:
"¿Está bien si te quedas en mi habitación esta noche? Mi papá no va a estar porque va a cenar con un amigo así que... Vas a poder gritar tan fuerte como quieras".
Luego, intentó acercarse a él para besarlo.
Yoichi no dijo nada. En su lugar, bajó sus mejillas, que se pusieron más calientes de lo esperado, y trató de detener a Jungo.
"No. Si alguien te ve..."
"Nadie lo hará."
Su barbilla fue levantada, y un beso infinitamente tierno se derramó sobre su boca. Incluso fue un tanto lamentable que el calor que llegó en un momento, también se fuera de inmediato para dejar solamente una sensación bastante fugaz.
Era solo una expiación. Aunque se había dicho a si mismo que no debía malinterpretarlo, la verdad era que ya se estaba haciendo muchas ilusiones debido a que Jungo lo trataba como si fuera su novio.
"Estoy preocupado porque siempre tratas de sostener todo por ti mismo. Dime si pasa algo ¿Bueno?"
¿Sabría algo de Kudo? Le preocupaba que Jungo lo hubiera notado así que Yoichi preguntó:
"¿Me veo mal?"
"Un poco. Pareces muy cansado."
Jungo no tenía una respuesta profunda, pero era un hecho que pareció preocuparse muchísimo por cualquier situación que tuviera que ver con Yoichi. Aunque estaba agradecido, también le llamó la atención el hecho de que fuera tan atento.
"He estado pensado mucho en mi trabajo y en el futuro..."
"No deberías preocuparte por el futuro. Después de todo, yo estoy aquí contigo ¿O no?"
Jungo se rió y pasó su brazo alrededor del hombro de Yoichi, para animarlo. Él definitivamente no podía entender lo horrible que era su estado de ánimo ahora mismo.
"Regresemos. Mi padre va a preocuparse."
"Sí."
Y cuando regresaron a la tienda y abrieron la puerta, Keisuke, que estaba esperando en la mesa, les sonrió de esa forma tan animada de costumbre.
Keisuke y Jungo eran los únicos amigos de Yoichi y la familia ideal que finalmente tuvo después de haberla buscado durante mucho tiempo. Para proteger estas cosas importantes, el caso de Kudo debía ser resuelta únicamente por él mismo.
Mientras miraba a Keisuke hablar con Jungo, Yoichi renovó su determinación.