Visitando a mamá
La relación del rubio con el de cabello azabache iba cada vez mejor, no podían quejarse de nada pues sentían que tenían más de lo que podían desear.
Sábado, 9 junio 2007
Ese día en especial el rubio se encontraba más que feliz, hacia tanto tiempo que no visitaba a su madre, casi medio año a decir verdad, pero es que por más que quisiera visitarla a diario su padre no lo permitía al considerar que era algo innecesario y que por el contrario podrían empeorar la situación de su esposa.
En ese momento se encontraba preparando todo para cocinar la comida favorita de su madre, aunque sabía que le faltaba mucho por aprender se enorgullecía mucho de su comida, ya tenía gran parte avanzado solo de picar unas cosas más y comenzaría a freír todo, cuando recibió un mensaje de texto.
“Lamento no poder ir T.T papá necesita ayuda en unas cosas de la casa y no pude decir que no discúlpame con Sora-san por favor dile que espero se recupere n.n y que aún me debe esa manzana dulce aún la estoy esperando”
“No te preocupes yo le digo, y suerte :D”
“Y recuerda entregarle lo que compramos ayer”
Al terminar de cocinar descubrió que ya era tiempo de alistar todo para dirigirse al hospital, y ya que ese día era uno de esos en que los transporte se llenaban y hacía calor decidió que lo mejor era caminar podía ser algo lejano, pero con su condición física (una de las pocas cosas que podría agradecer a su padre) no presentaba problema.
Al llegar al hospital luego de más de media hora de camino encontró a la amable enfermera que conoció hace unos años atrás.
-Kotoko-san- Le saludo con una gran sonrisa.
-Sanji-kun que alegría verte- Le correspondió el saludo- Sora-san estará muy feliz de verte, hace poco Reiju-chan vino de visita sigue tan hermosa como siempre- Se notaba la admiración en los ojos de la amable enfermera.
-No sabía que había estado en la ciudad- Dijo el rubio más para sí que para la del cabello castaño.
-Trajo un hermoso ramo de rosas y me regalo uno de sus conjuntos más resientes creí que lloraría- Dijo casi llorando de solo recordarlo a lo que recibió un golpe en su cabeza con una de las revistas que tenía al lado.
-Lloraste- Afirmo- Y deja de conversar y ponte a trabajar tonta.
-Naoki-kun porque me golpeaste- Esta vez lloro la chica.
-Porque estoy buscándote desde hace rato y resulta que estás perdiendo tu tiempo, hace más de 15 minutos que te pedí los resultados del paciente.
-Lo siento- Salió corriendo a lo que su esposo suspiro resignado.
-Ustedes no cambian- Hablo por fin el rubio.
-Pero tú sí, antes hubieras montado un espectáculo solo por haberle hablado así, parece que algo cambio- “o te cambio” pensó mientras le miraba con ese aire de superioridad que siempre poseía. Pero Sanji sabía que esa mirada era porque el contrario sospechaba del porqué de dicho cambio- Me retiro, creo que te están esperando.
Sanji con un asentimiento se dirigió a la tan conocida habitación de su madre.
-Sanji- Saludo Sora con alegría al verlo entrar, amaba cuando uno de sus hijos la visitaba- ¿Y Usopp? ¿No te acompaña hoy?
-No pudo venir hoy porque tenía que ayudarle a Yasopp-san con unas cosas en su casa, pero manda saludos, unas frutas y buenos deseos. Además, dice que aún espera su manzana dulce- Le dio las frutas y la comida que el preparo para su madre.
-Usopp-kun es tan bueno- Hizo un gracioso puchero intentando contener las lágrimas- Y que traes aquí- Tomo el recipiente con muchos ánimos de ver lo que contenía, mientras tanto el rubio se sentaba en la silla al lado de su cama.
-Tu favorito.
-Gracias- Miro la comida para luego dar el primer bocado- Delicioso como siempre, un día serás un gran chef.
-Es lo que más deseo, pero no creo que a papá le guste la idea.
-Yo sé que te apoyara solo es necesario que vea tu talento- Le tomo la mano con cariño a lo que el rubio suspiro con cierto deseo que así fuera y resignación al saber que no sería-Y que tal la relación de Usopp-kun con Kaya-chan ¿Han hablado de lo que sienten? - Pico un poco a su hijo para que le contara, intentando animar un poco el ambiente.
-No te hagas muchas ilusiones, sigue igual de terco que siempre, no puedo comprender su manía de hacerse menos cuando él es una gran persona- Dijo entre triste y enojado.
-Dale tiempo, se dará cuenta de lo especial que es- Dijo para luego ver más allá de su habitación mientras en su rostro se plantaba una hermosa sonrisa cálida de solo recordar como inicio la relación de amistad entre su hijo y aquel moreno chico.
1996 (11 años atrás)
Era un día donde el sol brillaba, pero el clima no era ni cálido ni frio, un día donde todo se sentía que podía ser mejor, un día lleno de niños alegres jugando en el patio de aquella gran institución infantil en la cual los niños daban sus primeros pasos como parte de la sociedad, aquel lugar que les enseñaría en un futuro a desarrollarse y demostrar su valía. Pero era en aquel mismo lugar donde un pequeño niño rubio lloraba alejado de cualquiera de sus compañeros e incluso de sus maestros.
Pero el pequeño rubio no se percató que justo en el lugar que se había ido a esconder era donde un pequeño niño moreno, de grandes ojos color chocolate, una singular nariz y una risa graciosa se encontraba arriba del gran árbol que lo protegía de la vista de los curiosos.
El moreno se bajó cuidadosamente del árbol al ver al otro pequeño en ese estado.
-Oye- Le llamo una vez abajo- ¿Te encuentras bien? - Al escuchar la pregunta el rubio se encogió más en su lugar renuente a que le mirasen.
-Vete- Dijo casi en un susurro que fue perfectamente escuchado, por el contrario.
-Yo llegue primero así que tengo tanto derecho de estar aquí como tú- Hablo con cierto enfado y curiosidad- Dime que fue lo que te sucedió tal vez pueda ayudarte, porque, aunque tú no lo sepas yo tengo el poder mágico de hacer que las personas sean felices- Dijo con una pose llena de orgullo.
- ¿Poder mágico? - Pregunto el pequeño niño de cejas rizadas con cierto tono de curiosidad mientras levantaba la vista para dirigirle una mirada llena de incredulidad, al contrario.
-Si- Sonrió alegre de poder tener la atención del otro- Me lo otorgo un hada como agradecimiento por mi gran hazaña.
-Mientes- Negó el contrario, como podía ser que aquel niño creyera poseer tal poder y más que un hada se lo otorgo, eso era imposible en la mente del pequeño rubio.
-No miento, digo la verdad- Cruzo sus brazos para darle más seriedad a sus palabras para luego soltarlas y con mímicas recrear lo que iba a contar- Un día hace mucho tiempo me encontraba paseando por un parque, en lo que estaba a punto de dormir luego de una larga caminata me encontré con una hermosa flor me acerque a ella para tomarla y entregársela a mi madre, pero la flor me hablo…
-Las flores no hablan- Interrumpió la anécdota el mayor mientras fruncía el ceño.
-Esta si- Alzo los hombros para restarle importancia- La flor me hablo y me dijo que no la cortara, que, si lo hacia ella sufriría mucho así que desistí, luego un poco tímida me pidió el favor de que la llevara junto a su mejor amiga que era un hada. Yo como todo aventurero le dije que sí, así que a petición de ella la moví del suelo a un pequeño vaso que traía conmigo, juntos recorrimos una gran distancia para llegar al bosque donde se encontraba el hada, pero para llegar a nuestro destino tuvimos que enfrentar a muchos monstruos entre ellos un gran oso gigante que quería devorarnos, tuve que cruzar un rio que estaba casi al centro del bosque para al final llegar a un claro donde al decir unas palabras mágicas que dijo la hermosa flor encontramos al hada que en agradecimiento de mi proeza y mi aventurero corazón me otorgo el poder de dar felicidad a todas las personas que conociera- Termino de relatar con los ojos cerrados una pequeña lagrima de orgullo y una pose de campeón, mientras el rubio le miraba con incredulidad pero con una risa que contenida la más grande de las carcajadas que no había dejado salir nunca hasta ese momento.
-JAJAJA- Reía sin poder contenerse- Eso no es posible, además cuántos años tienes no parece que eso pudiera haber sucedido hace mucho tiempo.
-Tengo 5 años y soy un aventurero desde que nací- Dijo con fingido enojo.
-Yo tengo 6 años así que soy mayor que tú y digo que es imposible- Negó entre risas.
-La mayor prueba de que es verdad es que en estos momentos estas feliz- Aquello dejo sin palabras al rubio y se dio cuenta que era verdad, que a pesar de aun sentirse preocupado ya no se encontraba triste como hace unos minutos- Ahora dime, ¿Por qué estabas triste?
-Mi papá me dijo que no debía salir a jugar con los demás niños, que debía de estudiar, pero salí con Joshi-chan y unos niños a los que no les agrado me empujaron al lodo mientras me decían cosas como fenómeno o ratón de biblioteca, ya estoy acostumbrado a que me insulten, pero si mi padre mira mi camisa se enterara que salí a jugar y me castigara- Bajo la mirada aguantando las ganas de llorar después de terminar de contar lo sucedido.
- ¿Por qué no le pides ayuda a tu mamá? - A él su mamá siempre le ayudaba a estar limpio cada que se ensuciaba.
-Ella está de viaje con mi hermana mayor Reiju.
La mamá de Sanji acompañaba a su hija mayor a todas sus giras de modelaje todo para que la pequeña de 9 años cumpliera su sueño. Sueño que era apoyado por su padre.
-Y si la mojas- Sugirió.
-Vendrán por mí dentro de poco, no tendré tiempo para secarla.
-Ya se- Golpeo una de sus manitas con la otra, a lo que el rubio le miro con esperanzas- Utiliza la mía- Sonrió- Ya que está limpia no creo tu padre se dé cuenta- Por el tamaño de dicha prenda no se preocuparon ya que el rubio era delgado por lo que podría quedarle como si fuese suya.
-Pero ¿tu papá no se enojará contigo?
-Ñop, a él no le preocupan esas cosas.
-Gracias, mi nombre es Sanji, por cierto.
-El mío es Usopp.
Ambos niños intercambiaron sus camisas, al día siguiente se enteraron de que el rubio estaba en un grado superior al moreno, pero eso no fue impedimento para que su amistad se formara y creciera.
A la semana de haberse conocido la mamá del rubio volvió a su hogar a lo que fue recibida por un gran abrazo del único de sus hijos que se encontraba en casa siendo este el rubio.
A Sora se le fue contando todo lo sucedido y como había iniciado la amistad con aquel carismático niño, a lo que enternecida por la nueva amistad de su hijo decidió dar las gracias al pequeño y de paso conocer a la familia de tan amable niño. Así fue como inicio la amistad entre ambas madres.
Al año siguiente (1997) por una enfermedad la madre del menor murió lo que provoco tristeza a ambos niños y a Sora al perder a una gran amiga, a la cual prometió cuidar del pequeño Usopp.
En ese mismo año Usopp conoció a Kaya la niña de la cual en un futuro se enamoraría y tanto el rubio como la madre de este lo apoyarían sin miramiento alguno.
Lastimosamente cuatro años más tarde (2001) Sora tuvo que ser internada en un hospital porque su salud parecía decaer cada vez más sin explicación alguna.
Presente
Sentía que le debía mucho, él había sido el que había apoyado en todo momento a su hijo y a ella, era una persona muy fuerte en cuando a carácter se trataba.
-Pero cuéntame de ti, hay alguien que te interese- Le hablo picara.
-Yo… No… Este...- El rubio no sabía que decirle en aquel momento, seria acaso ese el momento de contarle a su madre sobre su relación con Law. No se sentía muy seguro en esos momentos.
-Está bien- Hablo la rubia luego de unos momentos- No tienes que contarme si no quieres.
-Es solo que es complicado.
- ¿Y qué tal la escuela? - Cambio de tema para no presionarlo.
-Bien, soy uno de los mejores de mi clase- Dijo con cierto orgullo de sí mismo.
-Sabía que lo lograrías, eres un genio, todos mis pequeños son tan inteligentes- Sora paso su mano por la cabeza de su pequeño en una leve caricia- Estoy orgullosa de todos ustedes.
-Gracias mamá- Le miro para luego bajar la mirada por un momento recordando cuantas veces ha deseado que esas mismas palabras salieran de su padre. Y como si su madre leyera su mente agrego.
-Tu padre también está orgulloso de ustedes, aunque no lo demuestre mucho. Él no es una mala persona solo quiere el bien para sus hijos, lo mejor para ustedes y que las personas los reconozcan por ser grandes personas. Sé que a veces puede ser muy estricto y poco cariñoso pero los ama, recuerdo cuando estaba embarazada de ustedes él siempre decía que ustedes serian tratados como reyes.
-Sé que no es malo, pero…- Como debía decirle a su madre que su padre había tergiversado todos sus planes, que sí, su sueño seguía siendo que ellos fueran tratados como reyes, pero a costa de ellos mismos y lo que deseaban, que no importaba si ellos eran felices en realidad.
-Te gustaría que fuera más cariñoso- Completo la frase.
-Si- Le dedico una sonrisa triste a su madre.
- ¿Que más tienes que contarme?
-Usopp y Luffy saldrán en una obra de teatro, los grabare y en la próxima visita te mostrare el video.
-Lo estaré esperando.
Y entre plática y plática llego la hora de despedirse.
-Ya casi acaba el horario de visitas- Dijo la rubia.
-Volveré pronto- Se levantó de la silla- Te quiero.
-Yo también te quiero mi pequeño- Beso la mejía de su hijo- Cuida de tu papá, por favor y tenle paciencia.
-Lo hare- Le dedico una última sonrisa a su madre antes de irse.