Encuentro
Lunes, 13 de noviembre 2017
Sanji se encontraba en un café cerca de su hogar, el desde hacía unos años había abandonado la casa de sus padres, por lo cual ahora vivía en un departamento.
Y pensar que dentro de poco volvería a compartir vivienda, pero esta vez para formar una familia, de solo pensarlo le albergaba una gran felicidad, el imaginar el futuro con su pareja le hacía sentir afortunado, sentía que todos aquello maravillosos sentimientos le hacían mirar aún más hermosa la vista que aquel gran ventanal del café del que se encontraba le ofrecía. La añoranza de una futuro lleno de dichas se reflejaba en su rostro.
Sonrió como desde hace más de una semana hacía, con una alegría y un entusiasmo envidiable, enserio que nunca pensó compartir una vida con aquel hombre troglodita, con aquel que lo enamoro de apoco sin darse cuenta, con aquella persona con la cual peleaba como con ninguna otra, pero a la vez era el único que podía sacarle las risas más sinceras que tenía.
Estaba a punto de irse, le había prometido a Nami que comenzarían a planear la boda cuando lo vio… vio su pasado a través de esa ventana, un pasado doloroso que pensaba ya había olvidado, pero un latido errático de su corazón le demostró lo contrario, olvidar es difícil, más cuando hubieron tantos sentimientos de por medio.
Y ambos estaban sorprendidos, porque hacía años que no se veían y el tiempo se detuvo ante ellos como si no existiese, porque aquellos ojos azules seguían brillantes y los grises seguían igual de imponentes.
Y el de cabello azabache entro al establecimiento atraído por una fuerza inexplicable y quiso tocarlo, pero el rubio quien se había levantado de la impresión dio un paso hacia atrás, tenía miedo, ya una vez el portador de esos atrayentes ojos le habían destrozado el corazón.
- Sanji... – “Era él” se decían ambos en sus mentes, no había duda alguna.
- Law tú qué haces aq… digo pensé que te habías mudado- No quería ser descortés.
- Regrese a la ciudad. - No dio más detalle.
-Que bien- Dijo casi con duda, no sabían cómo comportarse.
-Gracias y… ¿Cómo te ha ido?- En su interior sabía que esa no era la pregunta que quería hacer.
-Bien- Ambos se sentaron uno frente al otro, mirando en lo que el tiempo los había convertido, ambos, dos adultos exitosos que un día fueron unos jóvenes impulsivos y enamorados.
Y ese día hablaron, hablaron de sus sueños cumplidos, siendo uno un gran médico cirujano y el otro dueño de su propio restaurante de cinco estrellas, el rubio le dio el pésame al de ojos grises al enterarse del trágico fallecimiento de la familia y sintiéndose culpable por no haber estado ahí y no poder despedirse de aquella maravillosa familia que en su momento lo recibieron con los brazos abiertos.
Hablaron de muchas cosas, porque por un momento sintieron como si el tiempo no hubiera pasado y siguieran siendo esos dos muchachos enamorados que creían que el mundo siempre estaría a su favor, pero, aunque fue una larga conversación llena de muchas historias ninguno menciono el pequeño detalle de que uno estaba casado y el otro próximamente lo estaría.
Y mientras el moreno se retiró luego de una llamada, el rubio se quedó pensando y como una maldición una canción comenzó a sonar “Un ex de verdad” era la canción y fue dicha canción la que le despertó de aquel íntimo momento compartido y le hizo reflexionar lo que había sucedido.
Law no había sido como un ex con el que se terminaba en malos términos, porque esa simple charla lo hizo sentir como en aquellos tiempo en que Law había sido su primer amor el que un día pensó era el amor de su vida, el haber estado con Law le había hecho sentir que había recuperado una parte de su vida que creía nunca podría recuperar por su separación tan abrupta, pero antes de si quiera seguir divagando recordó que ya no podía ser, que él ya amaba a alguien más, pero la duda se implanto en su mente y esperaba no sufrir por ese improvisto encuentro.
Salió de aquella cafetería, quería alejarse de todo y sobre todo de la canción que seguía sonando en aquel local.
-Maldición- Dijo al cielo, mientras se preguntaba el qué había hecho mal en su vida para que esas cosas le pasaran ¡él iba a casarse!
Se encontraba solo por la calle, vagando sin rumbo fijo pensando en ese inesperado encuentro.
En aquel momento deseaba tantas cosas, deseaba nunca haber encontrado a Law, es más el nunca deseo encontrárselo, Law pertenecía a su pasado y era donde siempre había querido dejarlo, pero antes siquiera de darse cuenta se encontró escuchando una conversación y no es que el fuera chismoso, solo fue algo que sucedió.
-No te mientas a ti misma. Recuerda lo que siempre digo- Dijo con voz cantarina una de las jóvenes.
-¿Lo del nunca y el por siempre?- Le pregunto su amiga.
-Exacto. Dos palabras que no deben decirse son el nunca y el por siempre- Comenzó.
-Porque el nunca siempre llega y el por siempre nunca se cumple- Termino su amiga.
-¡Correcto! Parece que lo repito mucho- Sonrió algo apenada.
-Pero sabes, me gusta esa frase, me llega. Además me hace recordar el no decirte mejores amigas por...
-No lo digas- Grito a lo que ambas rieron.
Y aunque la charla continua sus sentidos la abandonaron, nunca pensó que escuchar una charla ajena le llegaría afectar tanto, porque el en un tiempo pensó que Law siempre estaría a su lado, y cuando se separaron pensó que nunca lo volvería a ver.
Y en ambas ocasiones el realmente deseo que fuera así, pero a veces el desear no es suficiente.
Al llegar a su restaurante se encontró con su amiga y administradora.
-¿Sanji-kun porque llegas tan tarde? Llevo rato esperándote para que comencemos a planear la boda- Exclamo entre enojada y emocionada la administradora de All Blue el restaurante del rubio cocinero.
-Lo siento Nami-san no era mi intención hacerte esperar, pero en estos momentos no tengo ánimos, podríamos hablarlo mañana por favor- Casi suplico.
-Está bien Sanji-kun- Miro al rubio adentrarse en la cocina.
-¿Todo bien con Sanji-san?- Pregunto Brook el músico del restaurante y uno de los amigos del rubio.
-No lo creo Brook- Exclamo preocupada- Pero no entiendo que pudo pasar si estaba tan feliz por la boda.
-Tal vez sean los nervios- Intento convencer a ambos.
-Si puede que sea eso.
Mientras tanto el de cabello azabache se sentía afortunado de haber encontrado al rubio después de tanto tiempo, pero eso mismo era lo que lo tenía tan confundido.
Siempre fue su deseo el nunca haberlo dejado ir y luego su deseo resurgió al encontrarlo de nuevo, muy dentro de él quería luchar por lo que un día tuvieron y esta vez no separarse nunca, demostrarle al padre de Sanji que él era merecedor de su amor; hubo un tiempo en que había perdido toda esperanza en ser feliz con alguien más que no fuera su adorado rubio, pero… el pero era el problema, ya que si consiguió volver a ser feliz, esa esperanza volvió convertida en una persona de flamante caballo color rojizo, y eso era lo que lo tenía confundido, con Kid las cosas habían comenzado de una manera extraña y aunque su matrimonio actualmente no estuviera totalmente bien no tenía queja de su esposo, entonces ¿debía luchar por su antiguo amor o luchar por la familia que ahora poseía?
Después de ese encuentro la relación de Kid y Law se veía marchitándose ante el repentino alejamiento del azabache.
Pasaban los días y Law aún no había decidido que debía hacer, ese día en especial había salido temprano para no ver a su pareja, el cual extrañado ante su actitud comenzaba a cuestionarle. Él no necesitaba la presión de su pareja, necesitaba un tiempo a solas.
En cuanto entro a su hogar se dirigió a la cocina dejando las compras que había hecho en el transcurso de su camino.
El sonido del televisor fue el aviso de que no se encontraba solo y por el sonido sabía que era algún canal de deporte que tanto le gustaba a Kid.
Preparo algo para comer, aunque no era para el en especial, conocía a su pareja no habría comido sin su compañía a pesar de que las cosas estuvieran tensas entre ellos.
-Eustass-ya - Le llamo en tono de reproche al sentirlo detrás de él con sus manos viajando a su virilidad.
-¿Qué? No me digas que no quieres hacerlo, porque yo tengo unas ganas insaciables de tener cada parte de ti, gimiendo, suplicando y que grites mi nombre- Acerco su miembro contra las nalgas del de ojos color plata.
-Ese es el problema, es lo que tú quieres hacer- Bufo- No lo que yo quiero- Hablo indiferente mientras alejaba al pelirrojo.
-Pero si nunca te habías quejado, por el contrario, siempre parecía que lo disfrutabas mientras mordías la almohada - Estaba algo enojado, en sus palabras se le notaba, pero lo que le generaba su enfado no era que le rechazara era la forma en que lo hacía. Sabía que estaban mal, uno de los motivos de su proposición era intentar mejorar aquella situación, aquella monotonía y a la vez frialdad que se estaba formando en su relación.
-Esto no está funcionando Kid- Dijo directo, no quería hacerlo así pero no podía mentirse encontrar a Sanji había abierto puertas que pensó se encontraban cerradas, ¿tenía dudas? sí, pero quedarse sin hacer nada no resolvería la situación.
-¿Por qué? Todo estaba bien- Aquellas palabras le dolieron al pelinegro, siendo que le estaba haciendo sentir a su esposo lo que un día el sintió- ¿Qué es lo que hay de diferente entre ayer y hoy?- No habían tenido ninguna discusión hasta el momento, no había nada que justificara el comportamiento del cirujano.
-¿Recuerdas lo que te comente cuando comenzamos nuestra relación? Posiblemente no al ya haber pasado tanto tiempo pero te dije que si regresaba no dudaría en ir tras él.
-Con un demonio Trafalgar, eso fue cuando nos conocimos, ya han pasado AÑOS- Exclamo con furia- además de que estamos casados por si se te olvida ¿es acaso más importante él que yo en tu vida? Seguirás detrás de la persona que te abandono mientras más le necesitabas, que a mí ¿la persona con la cual estás viviendo desde hace 5 años?
-Eustass-ya, estoy algo confundido lo acepto. Pero prometí luchar por él y no lo dejare ir ahora que lo encontré.
-¿Por qué haces esto?- Se frustro, acaso el contrario creía que él era tan tonto como para creer que todo terminaría solo por haberse encontrado con un ex novio de hace años- Maldición Law contesta.
- Kid - Le llamo por su nombre, sin el mote que tanto le caracterizaba y sabían que lo que diría a continuación iba enserio- Necesito tiempo. - No sabía si hacer eso era la mayor idiotez de su vida o la mejor decisión, pero ya no había marcha atrás, si quería acercarse a Sanji debía dejar en claro las cosas con su esposo. El no jugaría con los sentimientos de Kid.
-¿El tiempo suficiente para que ese niñato se habrá de piernas?- Pregunto furioso, como se atrevía siquiera el pedirlo- ¿Ese tipo de tiempo quieres? Entonces vete- Apunto la puerta.
El joven doctor sin decir nada más obedeció con su rostro inexpresivo. Y eso enervó más al mecánico. Al salir el moreno, el de ojos ámbar cerró la puerta con un gran estruendo.
Aquel día, destruyo muchas cosas, cosas que sabía representaban su tiempo junto al otro joven, cosas que nunca podrían ser reemplazadas.
-Con un demonio- Grito, mientras se dejaba caer.
Lo que no sabía es que el de ojos grises se encontraba al otro lado de la puerta, sintiendo un gran dolor por lo sucedido y le dolió más el saberse el acreedor del dolor de su ¿ex esposo? y aun con todo ese dolor se marchó pensando en que sería lo que haría a continuación.