¿Cuantos años han transcurrido?
¿Cuantas cosas han pasado?
Tantas vidas que vienen y van.
Sucesos que te marcan y te dejan cicatrices…
Las cuales, recuerdas con cariño y otras duelen.
Personas que no volverán.
Personas que aún están, pero muy lejos de ti.
Deseando volver a verlas, aunque… Cuando las tuviste cerca, despreciabas su compañía, demostrabas tener cierto nivel de odio hacia ellos…
Pero, todo era por mera confusión…
O ¿Por algo más?
Simplemente, las cosas pasaron como debían hacerlo.
¿Arrepentimiento?
Claro que sí, creo que eso es algo en cierta forma bueno.
Te hacer recordar que debes siempre prestar atención en tu vida, en las nuevas cosa que tendrás, y no desaprovecharlas como aquellas del pasado.
Hubieras deseado no perder el tiempo valioso complaciendo a alguien que creías amar…
Que pensabas que sería tu destinada, la persona con la que podrías compartir tu vida… Pero… No fue así…
Te diste cuenta que esa persona no era para ti, aunque lo pidieras, rogaras y suplicaras con todas tus fuerzas… Solo era una simple y vana ilusión…
En donde creía que un sentimiento era más importante a lo que en realidad era…
Se dio cuenta demasiado tarde… Cuando al fin lo hizo… Creyendo que todo era amistad…
O mejor dicho una forma en donde ambos se parecían odiar, pero sin importar que se ayudaban mutuamente, pues el bienestar del otro era importante.
Aunque… Uno hubiera rechazado al otro.
-¡¡¡IDIOTA!!! ¡¡¡¿CÓMO SE TE OCURRE HACER ESO?!!!- Un tono furioso.
-Lo siento…- La voz asustadiza, bajando la mirada, entendiendo que su acción no fue prudente.
-¡¡¡¿POR QUÉ LO HACES?!!!- Reta a quien provoco todo esto –¡¡¡SABES QUE YO AMO A LA SEÑORITA SAORI!!!-
-No podrás estar con ella, Jabu… Por favor… Yo…- No logro terminar, cuando un golpe recibió en su estómago, con toda la furia contenida del contrario.
-¡¡¡¿CREES QUE NO LO SÉ?!!! ¡¡¡SEIYA, AUNQUE NO PUEDA ESTAR CON ELLA DE ESA FORMA… SEGUIRÉ PROTEGIÉNDOLA!!! ¡¡¡ASÍ QUE ALÉJATE DE MÍ, NO QUIERO QUE PIENSES QUE ALGÚN DÍA LOGRAS ESTAR A SU NIVEL!!!- Palabras demasiado crudas, para la persona que acaba de confesar su amor con un simple beso.
El golpe claro que dolió, pero era ya costumbre sentirlos por el entrenamiento y batallas.
Sin embargo este dolor mucho más, no por la fuerza… Si no que la herida de ser rechazado, y saber que no tendrá oportunidad.
Escuchar que su amor es de otra persona…
Aunque lo sabía, y entendía que esto pasaría… Solo deseaba expresar sus sentimientos antes que cualquier cosa ocurriera…
Para este punto, compendian que algo malo estaría por ocurrir, pero ninguno se imaginaria que la amenaza fuera tan grande…
Ambos teniendo el deber de proteger a la dichosa Diosa…
Seiya siendo quien lo hizo en primer plano, claro… Después de los dorados, que lamentablemente fallecieron y no existía vuelta atrás a esta tragedia.
Jabu, se quedó en la tierra, en el santuario defendiéndolo de espectros que aún quedaban, acompañado de caballeros de plata y de sus mismos camaradas de rango… Además de alguno que otro aprendiz.
Estaba temiendo por la seguridad de la Diosa, de la señorita que amaba desde que era un niño, pero… Por breves momentos… Su mente trajo el recuerdo del chico que le declaró sus sentimientos y rechazo de la peor forma.
Fue cruel, pero no lo engaño… Si, se pasó con sus palabras, pero igualmente el castaño, fue demasiado atrevida al besarlo.
Cuando la guerra estaba en su máxima cúspide…
Aquellos amigos del Pegaso defendieron a la querida hermana mayor de este, que al fin estaba cerca… Se había encontrado su paradero…
Fue difícil para los que se quedaron en la superficie, pero… Más cruel y complicado para los que viajaron hasta el inframundo, a seguir luchando por la paz y amor en la tierra.
Cobro vidas… De ambos lados… No existe una guerra buena…
Pero… Lo que nadie se esperó, lo que menos se deseaba, es que… Ese castaño, Seiya… El hiperactivo caballero de bronce de la constelación de Pegaso… Sobreviviera con una terrible condición…
Como muerto en vida… Su corazón latía, pero no podía hacer nada más que estar postrado en una silla de ruedas, sin reaccionar, pronunciar palabra, o ver si quiera…
Un terrible estado vegetativo, por la causa de la espada del Dios del inframundo que lo alcanzo y clavo en su pecho…
Que progresivamente se suponía lo mataría…
El tiempo para que eso ocurriera, podría ser de días, semana, meses o años…
Un sufrimiento sin final…
Todos los que aprecian al castaño, sufren por él…
Pero, al final cada quien hizo su vida…
Bien o mal, es así la situación…
Las únicas que se quedaron a su lado, desde luego su hermana Seika, y la misma Diosa Atena, sintiendo culpa por esta situación.
Pero, alguien más quería quedarse, pero le era tan difícil ahora…
Le dolía más ver a quien siempre peleaba, postrado en esa silla, sin decir sus estupideces o tonterías, sin estar lleno de energía…
No pudo aguantar mucho… Quería que Seiya volviera, algo que al parecer jamás pasara…
Decidió partir… Ignorando incluso el sentimiento de querer seguir protegiendo a la señorita Saori Kido, por eso se había quedado en el santuario, para seguir fiel a ella, pero… Ahora… En este momento, es complicado para él.
Demasiado sufrimiento, que le provoca ver en ese estado a Seiya…
Tanto que decidió poner mucho de distancia, sintiendo que estaba haciendo mal…
Sus sentimientos fueron un caos…
Un terrible dolor y al fin se daba cuenta de sus errores…
¿Pero que podía hacer?
Anhela y añorar los momentos que jamás volverán…
Deseando por solo un instante mas, volver a verlo sonreír, discutir con él, hablar, pelear, lo que sea, pero que el este con vida nuevamente…
Incluso, se lamentaba internamente por ser tan estúpido, de rechazarlo…
En ese momento sus sentimientos eran dedicados solo a esa peli morada, a la cual sabía por la divinidad de ella misma, jamás podría aceptar a un hombre…
Ahora, ver que ella se preocupaba solo por Seiya, podía hace pensar a cualquiera que era algún tipo de amor…
Jabu sentía celos antes de Seiya por ser quien tuviera la atención de Saori, ahora… Sentía celos de quien antes amaba, por ser quien está al lado de él.
Sin embargo, no tenía derecho de decir nada, se fue… Por la cobardía y el dolor del recuerdo incesante de que Seiya se quedaría así, al menos que existía algo que lo ayudará…
Los años han pasado, la noticias de una recuperación se ve cada vez más lejana…
Ha sabido que los demás bronce han hecho sus vidas…
Algunos llegaron a formar una familia, otros… Siguen en su deber como caballeros, poseen aprendices, o tratan de llevar una vida simple…
Jabu es uno de ellos.
Aunque… Cada vez que se encuentra solo, sus memorias rememoran a ese instante, en que pudo haber aceptado los sentimientos de Seiya, de haber entendido antes lo que en verdad era…
Ahora, solo pide como deseo de cumpleaños, el milagro de que vuelva… Pero…
¿Llegara a servir?
Incluso el mismo se lo pregunta… Sabe, que si Atena no es capaz de hacerlo… Nadie podrá…