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Ohh Yess!! por ennygma

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Notas del capitulo:

No puedo dejar de mirarte
*******************************

Sus ojos verdes se abrieron lentamente. Pudo sentir su cuerpo reposar en una cómoda cama. Se incorporó un poco sobre los codos, al no traer sus gafas puestas entrecerró los ojos para tratar de visualizar el lugar en donde estaba.

Lo único de lo que pudo darse cuenta fue de una tenue luz que provenía del lado derecho.

Se movió a gatas lentamente en esa cama en dirección a esa luz, buscaba tanteando con las manos la orilla para poder bajarse.

La cama parecia nunca acabar. Sus manos se hundían levemente, podía sentir la suavidad y la comodidad de esas sabanas. No se recordaba haber tocado algo así antes.

>> Al fin << pensó la pelirroja al llegar a la orilla de la cama. Pronto se dio cuenta que se encontraba junto a aquella luz.

Palpo con cuidado lo que ella suponía era la mesa de noche, su vista borrosa no ayudaba en nada.

Esta vez fue tal como pensó. Suspiró al tener entre sus manos sus gafas. Se las puso, sus descalzos pies hicieron contacto con la fina alfombra mientras observaba a detalle aquella habitación.

Se podía apreciar un color azul con ligeros toques grises cromáticos en las paredes. La luz de la luna se colaba levemente por una gran y alta ventana. Regreso la vista a la cama, la cabecera era de madera con filos dorados que contrastaba el techo y el suelo claro.

La enorme cama contaba con dos mesitas de noche, una butaca descalzadora y una alfombra que delimitaba el área.

No reconocía esa habitación, nunca había estado ahí, pero los lujos, los acabados, esa escultural lámpara de techo le decían a sus sentidos en donde se encontraba.

- No deberías estar de pie ángel.- Jessica se asomó descalza sosteniendo una bandeja.

Los ojos de Kate apreciaron las fuertes piernas de Jessica. El short a cuadros rojos que llevaba dejaba ver parte del tatuaje en su muslo, vestía también un sport negro pegado a su figura. No usaba ropa interior debajo de el, su cabello estaba más esponjado sus chinos se estaban revelando contra su cara por más que los llevara amarrados en una básica coleta.

- ¿Dónde estamos?.- preguntó aún sabiendo la respuesta.

- En mi habitación, en la mansión Hess.- dejó la bandeja en una de las mesitas de noche.- regresa a la cama. El médico dijo que debes de descansar. Traje un poco de fruta y de té.

- Gracias.- volvió a la cama.- es excesivamente cómoda, las sabanas me enamoran.- se revolvía en ellas como un gatito.

- Solo se que son de Egipto o tipo egipcias, algo de 200 hilos, no se, mi madre es la que consigue todo aquí, tiene gustos exóticos.- explicó mientras colocaba la bandeja en la mesita y se metía en la cama junto a ella.

Abrazo a la pelirroja y la acomodó en su pecho.

- Gracias por ayudarme.- Jessica acariciaba su cabello con mucha calma y delicadeza.

- Me asuste, verte ahora mucho mejor, calma mi corazón. No quiero hacerte recordar pero ¿Qué fue lo que esta vez desató tu hiperventilación?. Estuve todo el tiempo desde que volvimos de Londres al pendiente, no sabes lo mucho que luche conmigo misma para mantener la calma hoy en la tarde.

- Desde que volvimos de Londres no había tenido otro ataque de esos, ni siquiera algún síntoma. Lamento no haberte contado de esto antes, simplemente me había olvidado de ello. Imagino que Rose te dijo.

- ¿Rose sabía de esto?.

- Se lo conté a las chicas en Londres.- respondió con temor.

- ¿Shara y Sofía también?.- la pelinegra estaba asombrada.

- Shara no, las demás si.. ah, y Martín también. Cristin le contó.

- Todos sabían...

- No te enojes con nadie. Les dije que yo te contaría, fue a mi a quien se le olvidó.- guardo el rostro en su pecho.

- El doctor que te atendió en Londres le pidió el favor a John de mandar el expediente de lo que te sucedió ese día a tu médico de cabecera. A Jhon se le hizo fácil mandármelo a mi correo aún estando en Londres, fue Oz quien me notificó de tu hiperventilación.

- Estos días han sido maravillosos a tu lado, simplemente me olvidé de lo demás. No me hubiera pasado si no hubiera visto ... - se detuvo para recordar.

Su cabeza la traicionaba y regresaba a ese momento como si de nuevo lo estuviera viviendo.

- Kate... - escuchaba a lo lejos la voz de Jessica.- ángel.... escúchame. Todo está bien...- miró el rostro de Jessica.

Cerro sus ojos concentrándose en mantener la calma, comenzó un conteo mental de cinco en cinco.

Su mirada esmeralda de nuevo se fijaba en esos profundos ojos azules que la miraban asustados.

- Despacio cielo.... no te estas ahogando. Despacio, así, muy bien.

Kate lograba moderar su respiración poco a poco por sí sola, la ojiazul la abrazo fuertemente aspirando el dulce olor que su cabello emanaba.

- Sabes ángel, siempre estaré a tu lado para cuidarte. No estas sola, sea lo que sea.. tendrás siempre mi apoyo. No hay nada que no pueda hacer por ti. No hay nada que pueda hacerte daño... no cuando estoy yo a tu lado para defenderte....

Las palabras de Jessica la reconfortaban, tal vez vio mal... tal vez eran tantas las ganas de obtener respuestas que su mente le jugaba una terrible broma... si... eso debía de ser.

Aferrada al abrazo de Jessica dejo que el sueño la venciera. Ahora mismo tenía que calmarse, relajarse y preparar su mente para poder ir tal vez en busca de respuestas.

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No se había hablado de aquel incidente durante dos días. El médico de la familia Hess había dicho que su hiperventilación no necesitaba medicamentos, simplemente debía de tomar todas las cosas con calma poniendo en práctica sus técnicas de respiración cada que sintiera ese suceso estar a punto de desatarse.

La pelirroja de nuevo volvía a ser ella misma, ya no caminaba con el temor de que en cualquier momento le diera uno de esos ataques.

Estaba contenta, Jessica la llevaba a la playa. No había felicidad más pura que la se vivía dentro de ese auto.

La cantante manejaba con las ventanillas abajo, podía sentir el cálido viento acariciar su rostro y revolver su cabello. El cual estaba aún mas chino y esponjoso, Kate la había convencido de no ir al salón desde 'el incidente' hace un par de días. No podía entender como es que odiaba esa forma de su cabello, si ella se veía tan sexy al natural. Con esas gafas de sol, con playera holgada sin mangas, y con unos shorts veraniegos que hacían juego con sus tenis.

Por su parte la pelirroja tenia puesto un traje de baño de una sola pieza, color menta con gran abertura en la espalda. Llevaba un pareo de colores con el que se cubría sutilmente las caderas.

Jessica tenía una risa absurda dibujada en el rostro. Su amada pelirroja ya estaba enterada de todos los álbumes que ella había sacado formando parte de la banda Ohh Yess!, estaba consciente de las mil y unas canciones que ella había escrito para varios artistas famosos. Mil y unas canciones que habían sido éxitos totales, Kate tenía como novia a una prodigio de la música, a una talentosa cantautora y sin importarle todo eso le había rogado a Jessica que durante el camino de ida y vuelta a la playa ella pusiera a todo volumen las canciones de Marianne.

Llevaba conduciendo al rededor de 20 minutos y su auto era un escenario de karaoke para Kate, Cristin y Martín.

Los tres cantaban a todo pulmón cada canción de Marianne que salía de las bocinas de ese auto. Detrás de ellos, en otro lujoso auto venían Oliver, Sofía, Markos y Mónica.

Ese auto era todo lo contrario, Oliver quien era el que conducía, había puesto una estación de radio a un volumen agradable. Mónica que al principio había deseado estar en el auto de enfrente ahora mismo agradecía el ambiente que Oli había puesto.

Podía conversar tranquilamente con Markos en el asiento de atrás, ese hombre la trataba de lo más lindo. Era muy atento y divertido con ella, la sombra de Alex aún le dolía un poco, sin embargo había sido clara con Markos y ahora mismo solo eran unos simples amigos.

- Pon la nueva... la que escribió Jess. Esa con la que ganó un premio hace unos días Marianne.- pedía Cristin a la dj del auto.

La pelirroja quien se había adueñado del estéreo rebusco en su móvil para hacer sonar la canción que Cristin pedía.

La música comenzó y todos comenzaron a cantar de nuevo.

- Esta es la que más me gusta de todas.- Le dijo a Jessica mientras se colgaba ligeramente de su brazo.

- ¿Por qué?

- Tu la escribiste y ya nos conocíamos. Se que parte de la letra fue pensando en mi.- Jessica se sonrojo, la habían descubierto.- saber que todo el mundo escucha algo que tu hiciste para mí me fascina. Luego de que Gómez publique las fotos que nos tomará hoy, el mundo entero sabrá que eres mía. Ya no podrás escapar de mí, cada que piensen en ti les vendrá a la cabeza la imagen de tu sexy, hermosa y despampanante chica pelirroja. Seré famosa.

A la ojiazul le encantaban ver a su pelirroja bromear. El día que le contó sobre los planes de hacer pública su relación Kate había gritado de la emoción.

" Saldré en las revistas " repetía eufóricamente mientras daba pequeños saltos de alegría.

- Recuerda lo que me prometiste.- con un falso enojo Kate se cruzó de brazos.

- Mostrarte las fotos antes para que decidas cual debe salir a la luz y cual no.

- Que más...

- Cristin, Mónica y tu deben salir solas en una página.

- Que más...

- La foto de la portada de la revista debe ser una donde nos estemos besando en la playa al atardecer.- Jessica sonrió negando con la cabeza.- Ángel, Gómez está informado de todas tus peticiones. Todas serán cumplidas al pie de la letra.- Jessica tomó la mano de su pelirroja y la besó tiernamente.

- Excelente.- Dejó a Jessica con esa sonrisa dibujada en su rostro y ella comenzó a cantar de nuevo junto a sus amigos.

Comenzaban a sentir el olor del mar, la brisa les avisaba que habían llegado. En el alto y despejado cielo azul sus ojos verdes podían ver volar a las gaviotas.

Hacía tanto que no venía a la playa. Se sentía como una infanta en su primer paseo. Miró a ver a Jessica, los rayos del sol iluminando su rostro la hacían ver como un ser divino caído del cielo.

La música aún sonaba sus amigos aún cantaban. Y ella seguía observando a su morena.

Era perfecta, su nariz, sus labios, su barbilla, su cuello, sus hombros, sus brazos. Los ojos de Kate miraban con detalle a esa mujer de cabellos negros y rebeldes.

Kate suspiro sin darse cuenta al estar apreciando los finos detalles del cuerpo de la pelinegra.

>>Sin duda alguna la diosa afrodita debería de estar celosa al ver que no sólo ella fue bendecida con una gran belleza<<

- Te amo.- Dejó escapar esas palabras sin más, con tanta naturalidad y sin pensar.

Llevo ambas manos a su boca asustada de sus propias palabras e inmediatamente esquivo la mirada a la ventanilla, perdiendo su vista en cualquier punto que fuera completamente ajeno al auto.

Los segundos pasaban y su corazón corría a prisa, sentía sus orejas calientes y dentro de su pecho mil mariposas revoloteando.

Estalló en carcajadas internamente, al parecer nadie la había escuchado. Sus amigos seguían cantando en el asiento trasero y Jessica prestaba toda su atención al camino.

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Mónica se sentía en en paraíso. Las veces que se lo había pasado de maravilla en la playa se quedaban cortitas al imaginar todo lo que en esos días estaba por suceder. Con solo pisar el lugar al que Jessica los había llevado ya estaba asombrada.

Cuando la morena había dicho que irían a la playa se imagino la casual salida entre amigos, bebidas y el mar.

Pensó que tal vez ella los llevaría a uno de sus hoteles a la orilla del mar en la zona turística de la ciudad. En realidad ella deseaba estar en aquella zona como si fuera una turista más, comportándose como alguien importante y de sociedad, pero esto.... esto que Jessica compartía con ella y sus amigos era mucho mejor que ese insignificante anhelo.

La casa era amplia, se veía muy cómoda. Contaba con una enorme piscina frente al mar y no estaba nada lejos de la zona turística.

En la terraza estaban dos caballeros encargándose uno de los bocadillos y el otro del bar.

- Pongámonos cómodos, él es Gil.- presentó a un joven carismático.- los llevara a cada uno a sus habitaciones para que dejen sus cosas y se alisten. No se demoren, tengo muchas cosas planeadas para este día.

Entusiasmados, todos prosiguieron a seguir a aquel joven.

- ¿Tú a donde vas?.- sostuvo de la mano a Kate y la pegó a su cuerpo.- Nuestra habitación está del otro lado.- pegó su nariz a la de ella.

Sonriendo Kate no pudo evitar besarla. Cruzo sus brazos sobre su cuello, deslizó sus dedos entre su cabello, rosando con las uñas levemente su nuca. Las manos de Jessica rodearon su cintura para pegarla más a su cuerpo. La pelirroja lleno sus pulmones del rico aroma de Jessica, ese olor que envolvía sus sentidos, ese olor que estaba grabado más en su corazón que en su memoria.

Su habitación tenía la vista más amplia al mar, sus ojos verdes llenos de emoción miraban las olas golpear contra la arena. Estaba apoyada en aquel barandal permitiéndole al viento revolver su cabello. La terraza tenía un pequeño jacuzzi al aire libre y junto a él unos cómodos camastros. En uno de ellos la morena estaba sentada atendiendo una llamada.

Escucho unos golpes en la puerta, sin pensarlo fue a atender el llamado.

- Disculpe la molestia señorita.- un hombre mayor con un bastón en la mano estaba parado frente a ella.- ¿podría decirle a Nikky que mándame Chantal y el reportero están aquí?

Kate miraba desconcertada a ese hombre.

- ¿Nikky?.- preguntó haciendo una mueca muy chistosa.

La risa de Jessica se escucho detrás de ella.

- Gracias don Thomas.- Jessica se acercó a Kate y la abrazo por la espalda.- las señoritas de madame atenderán aquí a Kate. A madame Chantal y a Gómez los atenderé abajo. Voy en un momento.

- Ahora mismo doy esas indicaciones, con permiso. Oh, por cierto.- el hombre quien se había comenzado a alejar regreso sus pasos mirando fijamente a Jessica.- ¿le digo al personal que preparen cena?

- No don Thomas, regresaremos tarde.

- Entendido.- sin más el hombre se marcho.

- ¿Nikky?

- Ese hombre se la vivía pegado a mi abuelo, así es como él me llamaba, simplemente se le quedó el hábito. Ni mis padres, ni yo logramos hacer que se retire, dejamos mejor que se refugie en esta casa. Trabaja menos y vive muy cómodo. Aquí era donde James estaba desde jueves a lunes, en sus fiestas y reuniones que muchas veces se salían de control.

- Me imagino que también estabas en ellas, ¿cierto? Nikky.- Jessica comenzó a reír.

- Me hubiera gustado, pero no. Jamás quiso traerme. Sólo me relataba algunas cosas.

- Sospechoso.- entrecerro los ojos.- Nikky

De nuevo golpearon la puerta. Jessica abrió encontrándose con las muchachas de madame Chantal.

- Pasen, la víctima es la linda pelirroja. Yo las dejo solas, ángel te veo abajo.- sin dar tiempo de que Kate preguntara, la morena le depósito un fugaz beso en los labios para luego salir de la habitación.

35 minutos más tarde Kate bajaba las escaleras encontrándose con todos menos con la morena que la volvía loca.

La buscaba con la mirada, sentía la necesidad de mostrarle, de presumirle lo que aquellas chicas lograron en ella.

La pelirroja hacia resaltar su color natural en un hermoso bikini azul oscuro con top de cuello halter que combinaba a perfección con un largo pareo de estampados florales lilas, rojos y azules.

Sus amigos quienes ya disfrutaban de unas ricas bebidas la recibieron con la boca abierta. Kate se veía espectacular, parecía sacada de una revista. No tardo para que Mónica y Cristin se le acercaran a prisa y comenzaran a elogiarla.

- Deja de buscarla, ella aún no está lista. Te vez increíble Kate.- Sofía se acercó a ella entregándole una piña colada.

- Señoritas, ¿podrían pasar a la piscina? La señorita Ferriz quisiera empezar con las fotografías.

Gómez no quería perder tiempo. Tenía luz verde en cuanto a las fotografías. Estaba feliz, orgulloso del trato con Jessica, sabía que esta oportunidad iba a ser la cereza del pastel para volver a su carrera.

Llevo a Camila Ferriz, una fotógrafa prometedora quien se encargaría de fotografiarlos a todos.

Las chicas estaban alegres, posaban de diferentes maneras para Ferriz en varias partes de la terraza, aprovechando que Gómez estaba solo Sofía se acercó a él decidida.

- Gómez.... quisiera pedirle un gran favor.

- Señorita Fuentes usted indíqueme y yo obedeceré.

- No solo la relación de Jessica quisiera que se hiciera pública. La mía también.- dijo con determinación tanto en su mirada como en sus palabras.

- ¿Esta usted segura?. Se muy bien que su familia es muy estricta cuando de su descendencia hablan. Oliver viene de un barrio imprudente, hasta ahora a nadie le ha importado. Se desatará un enorme escándalo si usted hace eso.

- Se muy bien lo que le estoy pidiendo. Se que cuando salga a la luz, mi familia en un parpadeo tendrá en sus manos un expediente detallado sobre la vida de Oliver. Estoy decidida a perderlo todo si ese llegara a ser el caso.- Gómez solo hizo una mueca de gusto.

- Si eso es lo que desea con gusto se lo concederé, me conviene más a mi que a usted.

- Haga lo necesario. Solo un detalle.- fugazmente miró a Oliver.- que él se entere de esto al salir la revista.

- Será exactamente como me indica.

Sofía se alejo despacio de él. Sabía que en 5 días cuando la revista saliera, ella sería desheredada por su padre.

Se sentó en la barra, pidió una margarita para alejar el miedo que quería invadirla. Veía a Oliver conversar con Markos. Aquel chico alto la había enamorado hace 11 años atrás, él jamás le exigió tiempo, comprendió la situación con su familia desde el principio. Jamás se enojo cuando sus padres o su agente le conseguían citas para algún evento o una simple fiesta familiar.

Sofía era la tercera de cuatro hermanos, todos rubios y varones. Proveniente de una familia de artistas, fue la única que despertó su talento a temprana edad y la única que había logrado triunfar en el extranjero.

Desde joven ha tenido pretendientes acaudalados y poderosos. Antes de conocer a Oliver no le molestaba que sus padres tratarán de comprometerla, ni siquiera se enojo cuando su madre; la mejor amiga de la madre de Jessica le insinuó que enamorara a la heredera Hess. Cosa que ni pensó en hacer, así era su familia, solo se preocupaban por la imagen y el linaje.

No se dio cuenta del momento exacto en el que Oliver la enamoro, cambiando así su vida insípida. La humildad, la sencillez y el buen corazón de ese joven con gafas eran las características que más amaba de él.

Hace dos días por poco le da un infarto cuando su madre irrumpió en su departamento sin aviso alguno. No solía dejar que Oliver se quedara en su departamento, siempre iban al de él, pero desde que volvieron de Londres ella no quería separarse de él para nada.

Ese día Oliver acompaño en todo momento a Jessica hasta llevar a Kate a la mansión. Sabía que su pensamiento estaba mal, pero agradecía el suceso de Kate; si no, ese día la hubieran encontrado con Oliver.

Su madre estaba tan ansiosa que no pudo aguantar las ganas de darle la noticia al siguiente día, por lo que la emoción hizo que fuera al departamento de su hija a altas horas de la noche.

La familia Vidal, una familia importante en en ámbito farmacéutico había puesto el ojo en la rubia. Querían que su hijo y ella se comprometieran en matrimonio. El grito que dio esa noche y el berrinche enorme que le hizo a su madre no fueron suficientes para hacerla desistir.

Su padre le había dado un ultimátum. Para los ojos de la sociedad era devastador que su hija siguiera soltera. Algo de malo debería tener esa despampanante rubia.

Eso la llevo al límite, tenía una buena carrera, podría vivir sin preocupaciones. ¿Por qué permitía que  ellos se entrometieran en su vida?

Eso se acababa por que se acababa, haría pública su relación. Contaría a los cuatro vientos que amaba a ese hombre desde hace 11 años, así tuviera que perder a su familia. Que más daba que Oliver no tuviera un gran apellido, que más daba que viniera de uno de los peores barrios de la ciudad. Ella lo amaba y era su turno de demostrarle a Oliver cuan importante era él para ella.

- ¿Por qué estas tan pensativa?

Frente a ella el joven que le había preparado la margarita ya no estaba. En su lugar estaba cierta ojiazul preparándose una bebida.

- ¿En qué momento llegaste?

- No me respondas una pregunta con otra pregunta. Te conozco, algo te está incomodado.- colocó una aceituna a su bebida.

- Señorita Hess, ¿podría acercarse para tomarle unas fotografías?.- interrumpió la fotógrafa al ver que Jessica ya estaba lista.

- Salvada por esta vez.- susurro cerca al rostro de la rubia.- pero hoy mismo me entero de lo que te sucede.- con la copa en su mano salió de detrás de esa barra.

Cubría su cuerpo con un blusón de lino fresco de color negro que hacía resaltar sus piernas y sus profundos ojos azules.

- Ahora no señorita Ferriz, la camioneta para llevarnos a la zona turística esta por salir. Ustedes van a acompañarnos en todo momento, busquen la oportunidad para tomar las fotografías sin interrumpirnos. Las únicas que están planeadas ya se les fueron notificadas a Gómez, cualquier duda con él, con su permiso.- bebió de su martini.

Cruzó a un lado de la fotógrafa sin darle más importancia.

- Arreglaste tu cabello.- Se quejó Kate ya estando a su lado.

- Ángel, no pensaba salir con esa melena en las fotografías más importantes de mi vida, eso sin contar que mi melena de león es solamente tuya.- Kate se quedó sin argumentos, Jessica tenia razón. Ella no quería compartir todo de Jessica con todo el mundo.- te vez increíble, esos colores te hacen lucir... deliciosa.- Esta última palabra la susurro en su oído.- supe escoger muy bien. Mis manos ya se saben tus medidas.

Las palabras le erizaron todos los poros de su piel. Si ella pudiera, ahora mismo saltaba sobre Jessica para comérsela a besos sin que sus amigos le importaran.
______________________

Disfrutaban de buena música, comida y bebidas frente a ese enorme mar de contrastes verdes y azules.

Las amplias palapas daban buena sombra sobre esos camastros y sillas donde todos estaban dispersos conversando amenamente entre ellos. A su alrededor transitaban los turistas, otras personas al igual que ellos disfrutaban de esa zona exclusiva de uno de los mejores hoteles del lugar.

- Vamos a meternos al mar.- animaba Cristin contagiada de la alegría que las personas emanaban al estar jugando con las olas del mar.

Mónica y Kate, sus fieles amigas compartieron esa idea con ella. El enorme mar las incitaba a refrescarse, no lo pensaron más. Se pusieron de pie para despojarse de las suaves telas que las cubrían para quedarse solamente en los bañadores.

- ¿A donde crees que vas así ángel?.- la voz fría y tajante de Jessica helaron la piel de la pelirroja.

La ojiazul la miraba detenidamente con su bebida en la mano. Nadie articulada palabra alguna, todos observaban esa escena, Jessica observando el cuerpo de Kate a detalle y la pelirroja frente a ella sin moverse.

Sus amigas conocían la mirada que los verdes ojos de Kate tenían. Muchas veces presenciaron escenas parecidas a esa. Miedo, vergüenza, tristeza.

¿Qué hizo mal?, ¿Su bañador era muy atrevido?, ¿Había incomodado a algún hombre?.

La pelinegra se puso de pie sin decir nada. Se acercó a uno de los hombres que estaban detrás de ellos, dijo algo en voz baja. Regreso para estar frente a Kate, la tomó de la mano y junto con ella camino a un camastro un poco alejado de donde se encontraban los chicos.

Sus amigas con una melancolía tomaron asiento de nuevo sin objetar, miraban como los demás continuaban con sus charlas como si lo que acabara de pasar fuera normal.

Sofía bebía delicadamente de su copa de vino.- aprovechemos a hacer lo mismo para luego meternos al agua y disfrutar bien de los rayos del sol.

Las chicas no entendieron a lo que se refería hasta que de nueva cuenta miraron a ver a ese par de enamoradas.

El hombre con el que Jessica había hablado antes le entregó ahora algo en las manos. Kate suspiro aliviada, la morena al fin cambiaba su porte serio y frío. En su rostro la pelirroja pudo notar una sonrisa, sonrisa que ya conocía muy bien.

- Desata tu bañador y recuesta de espaldas.- Colocó en sus manos un poco de esa crema.- ¿creías que dejaría que el sol maltratara tu piel?. Relájate, te pondré bloqueador por todo el cuerpo.

Sus manos comenzaron a hacer contacto con esa suave piel adornada con lindos lunares.

Las manos de la heredera Hess resbalaban con suave presión por la espalda, cuello, hombros, brazos, caderas. Tomó un poco mas del bloqueador solar y se mordió los labios antes de comenzar a masajear los muslos de Kate, sus dedos pulgares se paseaban por debajo de sus nalgas atrevidamente.

La pelirroja no era tonta, la demora de las manos de Jessica en su trasero la habían puesto en alerta. Ya sabía cuando las caricias de la morena eran de amor, de ternura, de protección y de lujuria.

- ¿Me pusiste bloqueador solar solo para meterme a la cama?

- No tenía en mente eso, pero dadas las circunstancias...- Kate giro la cabeza para mirarle la cara.

- Te propongo un trato.- sus ojos verdes lucían divertidos.

- Te escucho...- la mirada lasciva de Jessica se intensificaba.

Tomó las cintillas de su bañador sujetándolo de nuevo. Ayudó a Kate a recostarse de frente, con más protector solar en las manos continuó con su misión comenzando por el cuello de la pelirroja.

- Termina de hacer esto sin morbo. Acompáñame al mar, báñate conmigo en él. Convence a todos de subir a la banana, juguemos todos voleibol. Emborráchate conmigo, quiero verte con la guardia baja y por supuesto baila conmigo toda la noche.- Kate estaba atenta a los gestos de su novia. Todo lo que había dicho realmente lo quería hacer.

Quería un fin de semana lleno de risas, de anécdotas para luego poder contar, quería a su amada relajada, tranquila. La había hecho pasar por un susto enorme en el restaurante de Markos, ella también había vivido un susto igual a causa de su accidente.

Hacer el amor con Jessica encabezaba la lista de lo que más amaba y disfrutaba hacer, estar en la playa con sus más grandes amigos ameritaba dejar todo lo demás de lado para distraerse, relajarse de todo lo malo y cansado por lo que ambas han pasado.

- Una petición muy grande. La primera ley de la alquimia es la ley del intercambio. Siéntate, me entretendré con tus piernas.- la pelirroja obedeció.

Jessica acomodó el respaldo del camastro para que Kate estuviera cómoda. Se sentó frente a ella con la  pierna derecha en el camastro y el pie izquierdo en la arena.

Colocó más protector solar en sus manos, comenzó con la pierna izquierda de la pelirroja. Desde la cadera hasta las puntas de sus pies, la pelirroja veía como las manos de Jessica subían y bajaban, sus poros se humectaban al paso de las suaves caricias que ella recibía.

- El hombre no puede obtener nada sin primero dar algo a cambio. Debe ser de igual o de mayor valor. Nunca algo menor, dime ¿Qué ganaré a cambio de todo lo que me pides?. Este lugar está lleno de personas, me costará mucho hacer todo eso sin que las personas nos noten. Amenos que eso no te importe y que permitas que algún fan con alguna publicación arruine todo lo planeado con Gómez.

- No, eso no es lo que quiero que pase. Quiero que salgamos en la revista.

- Ya aclarando ese punto abogada West. Me será difícil, muy difícil pero puedo lograrlo. Su oferta debe cubrir el valor de sus peticiones y tomar en cuenta mi esfuerzo, ya esta en usted si también quiere sumarle alguna gratificación.- mordiendo su labio inferior Jessica tomó la otra pierna.

- OK hamm... le ofrezco lo que hoy le niego.- Jessica arqueo las cejas divertida.- Iré a una de esas tiendas sexuales, me comprare algo muy, muy atrevido para usted. Debo aclararle que no sólo saldré de ese lugar con prendas, porque no será solo una, aclaro. Comprare también cosas.....uhmm... divertidas. Cosas que me aseguraré sean de su agrado. Dos noches una vez cerrado el trato.- Kate se incorporo frente a ella pegando su nariz con la suya.- Le ofrezco dos noches en las que usted puede hacer conmigo lo que quiera.- Fue la voz más sexy que Jessica había escuchado de la pelirroja. Kate se acercó a su oreja y susurro.- cuando quiera, como quiera y cuanto quiera.

Mordió levemente el lóbulo de la oreja de Jessica, regreso la vista a ese mar profundo que ella tenía en los ojos. La vio tragar saliva y terminó por rematarla.

- Imagíname con lindas, diminutas, atrevidas prendas. Algunas de tela negra trasparente, te ofrezco un baile sensual en ese momento. Algo que nunca he hecho, que me matará de vergüenza, pero que lograré hacer con todo mi esfuerzo para ti.- Ahora era ella quien se mordía un labio.- en muestra de mi gratitud te haré unas ricas galletas con chispas de chocolate, chocolate que tal vez use antes en mi.

Por primera vez Kate la había dejado sin palabras, su cabeza comenzó a llenarse de pensamientos lujuriosos. Se perdió unos segundos al imaginarse a esa tierna pelirroja transformándose en toda una fiera.

- A la una... alas dos...

- Trato.- respondió a prisa.

Las dos estallaron en risa.

- Anda, ve a meterte al mar con las chicas. Voy en un momento, daré indicaciones para cumplir con mi parte.

Después de unos besos la pelirroja se levantó de aquel camastro en busca de sus amigas.

___________________________

20 minutos habían pasado desde que Jessica se fue con Oliver a hacer los preparativos de todo lo que la pelirroja había pedido. En ese tiempo los chicos se habían metido al mar, jugaban entre ellos, conversaban, se divertían disfrutando esa infinidad azul que la naturaleza les ofrecía.

- ¡¡Nooo.. inventes!!- Sofía fue la primera en notar a ese par que regresaban con una enorme sonrisa.

- Si, si ,si, siiii.- gritó Kate mientras aplaudía con animosidad.

Jessica caminaba tranquilamente mientras que detrás de ella Oliver y otros empleados arrastraban ese inflable banana trineo para 10 personas.

Todos salieron del agua con calma, a excepción de Kate que corriendo fue a abrazar a la pelinegra.

La llenaba de besos con emoción, como si su vida acabara de salvarse por esa banana. La euforia que en ese momento Kate sentía no era comprendida más que por sus fieles amigos de toda la vida.

Hace algunos años, la pelirroja junto con sus mejores amigas esperaban ansiosas cada mañana de los domingos para desayunar todos en el patio de su casa.

Panqueques, los domingos sin falta se desayunaba panqueques hechos por Daniel. Al medio día cuando el sol comenzaba a calentar todos iban a la playa. Su pelirrojo padre sacaba su adoración del garaje, un Ford Mustang Shelby GT500 1967 completamente negro. Habían veces que Martín y Dylan los seguían en el auto de Mónica, en realidad de tantos años Dylan solo fue un par de veces.

Primero daban una vuelta por toda la costa presumiendo flamante vehículo. Kate siempre iba de copiloto junto a su padre quien a buen volumen escuchaba sus clásicos de rock. Los pelirrojos cantaban esas canciones a todo pulmón, reían y comían las golosinas favoritas de Kate.

Llegaban a la playa, a la misma palapa de siempre. Donde eran atendidos como reyes y a la una con veinticinco, el amigo del pelirrojo; aquel que les reservaba el lugar y los atendía sin cobrarles nada le decía con señas a Daniel que ya era hora.

Todos ya lo sabían, aprisa se colocaban los chalecos. No podían perder tiempo, solo tenían tiempo para dos vueltas. Treinta y ocho minutos bastaban para que el pecho de Kate rebosara de felicidad.

Montada en esa banana, disfrutando de los rayos del sol, riendo con sus amigos y abrazada a su padre mientras gritaba de alegría cada que la velocidad aumentaba, era todo lo que necesitaba para ser feliz. Esas pequeñas cosas de la vida que nos hacen divertir como niños, son las cosas que más llenan nuestros corazones de paz, de dicha y que nos vuelven las personas más ricas del mundo.

- Aquí tienen los chalecos.- Oliver apuntó a los chalecos que uno de los empleados había dejado en la arena. Con uno rojo en las manos se acercó a Sofía.- ven te pongo el tuyo.

- Estas loco si piensas que voy a subirme a esa cosa.- mientras Oliver se acercaba, ella caminaba hacia atrás.

- Vamos Sofí, por favor. Aunque sea una vuelta, quiero que todos se suban conmigo.- la carita de suplica de la pelirroja era inigualable.

- No, podría lastimarme, nooo. Que tal una de mis uñas hacen un agujero estando en lo mas profundo. Ahí hay tiburones, noooo... aparte Jessica tu cabello, las fotos... nooo.

- Sof no te asustes. Tus uñas no lograrán perforar esa cosa. Mira hagamos una cosa.- Jessica se acercó y tomó sus manos.- Nos subiremos todos, no nos alejaremos, iremos a una velocidad prudente. Si el miedo no se te quita y no te animas a ir más lejos y más rápido te regresamos a la orilla. A ti y a todo el que no quiera. Vamos tenemos que tener una foto todos juntos.

- No se como te convenció Kate de hacer esto. Tu nunca te metes al mar y ahora me sales con esa cosa horrorosa. Hay Jessica, promete que dejaras bajarme luego de las fotos.

- Lo prometo, anda deja que Oli te ponga el chaleco. Todos pónganse chaleco.- dijo tomando uno azul y acercándose a Kate.

- Ahora ya estas lista.- abrocho el chaleco de la pelirroja.

- Gracias por esto, por convencerlos.

- No agradezcas, un trato es un trato.- Le guiño un ojo.

- Comencemos con las fotos señoritas.- Ferriz preparaba la cámara.

- Ve, tomate unas con tus amigas en lo que me pongo en chaleco.- la pelirroja asintió.

Caminó para estar con sus amigas quienes ya posaban sobre la banana que aún estaba en la arena. Uno de los empleados aseguraba las cuerdas a la lancha para comenzar con esa divertida actividad.

La cámara Olympus acuática de Ferriz comenzaba a capturar a las chicas, ellas miraban atentas al foco de dicha cámara.

A la tercera pose las chicas fueron ignoradas, la cámara de Ferriz se desvío y comenzó a fotografiar a lo que pasaba detrás de ellas.

Los turistas curiosos que estaban por ahí se detenían para averiguar lo que pasaba.

Muchos de ellos seguían su camino ya que no lograban ver nada gracias al gran perímetro que Jessica le había indicado a los guardias poner.

Sin embargo eso no impidió uno que otro chiflido al ver cierta silueta.

- Kate deberías ir a ayudarla antes de que una de las chicas de madame Chantal lo haga.- Sofía estaba en lo correcto, las chicas de madame Chantal también estaban ahí.

Jessica no iba a permitir que en las fotos salieran sus rebeldes chinos. Había pedido que las chicas de madame estuvieran para cuando el mar comenzará a arruinar su cabello. Por lo tanto las tres chicas estaban al pendiente de lo que la pelinegra hacia o necesitara.

Con las palabras de Sofía en la cabeza la pelirroja clavo la vista en esas chicas. Vio como una de ellas dejaba sus cosas de lado y se acercaba a uno de los guardias para tomar en sus manos.

- Protector solar...- dijo en voz alta la pelirroja.

- Ohh por dios..- Mónica abrió la boca tanto como los ojos.

- Mónica quita esa cara.... ushh... ¡carajo!- Kate se encaminó a Jessica quitándose ese chaleco salvavidas con brusquedad.

Su verde mirar observaba lo mismo que todos en ese lugar, lo mismo por lo cual se escuchaba uno que otro vulgar chiflido.

La heredera Hess se había quitado el blusón que la cubría. Era la primera vez que Kate miraba ese cuerpo bajo la natural luz del día.

Sus largas y formada piernas, sus brazos tonificados, su espalda, sus caderas, sus tatuajes. Todos miraban a la ojiazul en un bikini negro de escote asimétrico con una sola manga ancha sobre su hombro. Su porte, su cabello, su altura. Ese bikini resaltaba todos los atributos de Jessica quien sin importarle nada presumía de su increíble cuerpo.

- Gracias, yo me encargó.- Kate casi tacleaba a la chica para quitarle el protector solar de las manos.

- ¿Y el chaleco que te acabo de poner?

- ¿y il chiliqui qui ti iquibi di pinir?. ¿Por qué no me pides que te ayude con esto?.- mostraba en sus manos el protector solar.

- Porque solo me pondré un poco de eso en mis brazos y cuello. Ahora lo pongo, ven volvamos a ponerte el chaleco.

- No.

- ¿No, que?

- Dejaras que te ponga bloqueador por todo tu cuerpo. No quiero que alguien más se acerque luego a hacerlo.

- Pareces celosa, parece que lo que quieres es demostrarle algo a todos los que nos miran.

- No nos miran.- frunció el ceño.- Te miran a ti.

- ¿Ángel estas celosa?.- una amplia sonrisa se dibujo en su rostro.

Jessica la tomó de la cintura pegando su cuerpo y acercando su rostro al de la pelirroja. Kate solo apoyo sus manos en esos amplios hombros.

- Tal vez lo esté, tal vez no.

Sin decir nada más Jessica hizo contacto con los labios de la pelirroja, besaba esa boca lentamente. Asegurándose de saborear por completo a Kate, sin descuidar el beso Jessica hizo una seña con la mano a Ferriz.

Aquella entendió comenzando a fotografiarlas desde diferentes ángulos.

- Ahora si, todos nos miran. Hoy se comienzan a enterar que este corazón, que mi alma, mi mente y mi cuerpo le pertenecen a una maravillosa y pelirroja mujer.

Embobada por ese pasional beso y esas hermosas palabras Kate sonrió.

- Aún así te pondré bloqueador solar.- se separo de ella.- Quiero que te quede bien claro algo.- Colocó el blanco contenido en sus palmas.

- Voltea.- indicó.

Froto un poco y comenzó a humectar la firme piel de la espalda de su atractiva novia.

- No me importa cuantas personas tengas a tu disposición para tus cuidados personales, no me importa si estoy a unos pasos o del otro lado de la ciudad. A partir de hoy, nadie Jessica Hess, nadie más puede tocar tu cuerpo.- tomó un poco más de esa crema, se puso de cuclillas, para hacer lo mismo pero esta vez con las piernas.- para eso estoy yo. Pueden mirarte, soñar con tenerte o volver a tenerte si ese es el caso. Pero la única que puede tocar tu piel soy yo.

- La única que tocara mi piel eres tú.- se giró de nuevo.- te lo prometo ángel.

- Quita esa cara de tonta.- la pelirroja humecto los brazos, parte del pecho, abdomen y piernas.- ahora si, vuelve a ponerme el chaleco.

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Es increíble como el tiempo se nos escapa cuando la estamos pasando mejor de lo que nos imaginamos. Las vueltas en el amplio mar en esa banana fueron más de lo que pensaron. Ni Sofía, quien moría de miedo quiso bajarse. Sentir los rayos del sol mientras el refrescante mar te envuelve con su aroma y su magia son placeres inigualables de la vida.

Las peticiones de Kate iban mejor de lo que esperaba. Para el partido de voleibol Jessica integro a varios guardias para completar los equipos. Todos fueron testigos de como la heredera Hess fue derrotada, el gran talento que Kate resulto tener para ese deporte era digno de una profesional.

Obviamente las risas y las burlas no pudieron faltar, así como la mala puntería de Cristin, el llanto de Sofía por romperse una uña y las groserías de Mónica por tanta adrenalina.

Las bebidas, cócteles, los mariscos, las botanas, todo iba y venía. Jessica había bajado la guardia junto con Oliver. Se divertían como hace tiempo no lo hacían; ambos estaban con las personas que les hacían correr el corazón al mil.

La cabeza de Jessica llevaba horas en gran calma, no habían pendientes ni planes que la estuvieran atormentando. No, lo único que ahora tenía era una sonrisa llena de amor.

En un camastro, estaban las dos, ambas con el cabello húmedo y con arena cubriendo partes de su cuerpo. Jessica tenia una mano en la cabeza y la otra acariciando la cabeza de Kate que descansaba a gusto en su abdomen. Era uno de esos silencios hermosos, donde ambas estaban siendo testigo de cómo ese azul mar se comía lentamente al infinito sol.

Las uñas de Kate no dejaban de resbalar por ese perfecto abdomen, por momentos cerraba los ojos dejando que su mano recorriera hasta donde alcanzará. Iba al norte acariciando levemente uno de los pechos de la pelinegra, llegaba al hombro en el cual sus uñas se clavaban levemente para luego bajar de nuevo.

Sentía esa tersa piel en su mano, Jessica era tan suave y firme a la vez. Ni el mar, ni la arena, lograban opacar su aroma. Esa combinación de su colonia con su olor natural era exquisita. La pelirroja dejaba que sus sentidos se inundarán de Jessica, sin importar donde estaban, quienes estaban o que ojos curiosos las miraran; ella continuaba con su recorrido. Ahora iba al sur, arañaba lentamente la cadera hasta llegar a su pierna, hasta donde su mano llegaba. Era una sensación indescriptible, un placer único sentir de esa forma el cuerpo del ser amado.

- Ya viene Ferriz a interrumpirnos.

- Vamos ángel, es momento de la foto más importante.

Se levantaron de ese camastro, sus miradas se conectaron con complicidad. Fue la pelirroja quien no aguanto las ganas de acercarse y besarla.

- Señoritas.- Ferriz aclaro la garganta.- todo esta listo.

- Nosotras igual.- Kate colocó un dedo sobre los labios de la morena quien estuvo a nada de pronunciar algo.‐ Deja tu cabello así, me gusta como te vez.

- No se que es lo que tienes que aunque quiera no puedo decirte que no.- Kate le guiño el ojo juguetonamente.

Caminaron tomadas de la mano al lugar que la gente de Gómez había preparado. Los detalles eran mínimos, Jessica había sido clara al decir que quería que todo luciera lo más natural posible. Retocaron un poco los labios de cada una, quitaron el exceso de arena y dieron comienzo a las fotografías.

Ellas platicaban y se besaban normal tal como Ferriz les había pedido. Las miradas, los roces, los besos frente a ese perfecto atardecer eran completamente sin esfuerzo.

Una corriente de viento revolvió el cabello de la pelirroja quien se encontraba contra el. Jessica reía al ver a su compañera luchar para sacarse el cabello de la boca.

Llevo ambas manos a su rostro con los dedos extendidos. Dio un paso a la derecha para girar levemente a la pelirroja, logró con sus manos y el mismo viento retirar gran parte de su cabello de la cara.

Sus ojos azules se perdieron en esos ojos esmeraldas. Que hermosa se veía Kate ante ese atardecer.

- Sabes ángel, cada minuto que pasó a tu lado me conquistas más y más. Ahora mismo, el mar y los colores del atardecer te adornan maravillosamente. Eres la mujer más bella que he conocido, tus pecas me hacen perder la cordura, soy esclava de tus besos y caricias. De tus uñas soy adicta, tus gestos matan mi mal humor, tu aroma me da vida, tu voz domina a mis sentidos. En todo momento estas en mi mente, noche y día; no hay minuto que pase sin que yo susurre tu nombre. Katherine West no puedo y no quiero nunca dejar de mirarte. Te amo.

Lo último que vio la pelinegra fueron los ojos verdes de Kate abrirse como platos.

Con las manos aún en su rostro unió sus labios a los de ella.

La besó suavemente por unos segundos antes de que en su rostro se dibujara una juguetona sonrisa.

La pelirroja no se contuvo, tomó el labio inferior de la pelinegra con sus dientes. Una mordida con una leve fuerza que logró sacudir todo el cuerpo de la chica del bikini negro.

- Me escuchaste...- Kate se puso de puntitas para unir su frente al de la morena.

- No te entiendo.- rodeo con sus brazos su cintura.

- En el auto, cuando llegábamos. Lo escuchaste.

Un pequeño grito dejó escapar la pelirroja al sentir la espalda de Jessica encorvarse y sus manos en su trasero. Por inercia abrió las piernas dejándose conducir por esos brazos, sus manos se agarraron de ese cuello y sus piernas se entrelazaron alrededor de sus caderas.

- Es verdad, lo escuche. Me hiciste la mujer más feliz en ese momento.- Jessica cargaba a la pelirroja sin gran esfuerzo.

- Te amo Jessica Hess. Estoy loca por ti, te amo.

La ráfaga de besos que la heredera recibió en ese momento fueron captadas en cámara, eso y todo lo demás. Ferriz no dejo escapar ni una solo oportunidad, estaba más que satisfecha. Obtuvo mejores fotos que las que se había imaginado, no tuvo que forzar la cámara. La lente logro captar todo ese amor que las chicas derrochaban. Desde que estaban dentro del mar, el partido, el camastro y este atardecer. Sin duda alguna en la revista no se tenía que recalcar que la morena estaba más que enamorada, era obvio se notaba, las fotos hablarían por sí solas.

Las horas pasaban sin que nadie se diera cuenta. Las copas comenzaban a hacer efecto en todos y decidieron que la diversión debía de continuar en la casa.

El blusón que Jessica tenía puesto horas antes la pelirroja ahora era quien lo tenía puesto. La música resonaba en la terraza, luces de colores y la tenue luz de la luna alumbraban la piscina.

- No se como es que tu amiga lo hace.- Sofía observaba a Jessica y a Kate bailar junto a la piscina la música electrónica que la pelirroja había puesto.

- Kate esta muy enamorada, nunca la había visto tan feliz. Esta siendo ella misma.- Cristin reía ante los pasos raros que Kate hacía.

- Y Jessica esta ebria, ¿hace cuanto que no bebía así?.‐ Sofía alzó la cabeza para preguntarle a Oliver.

El estaba sentado tras de ella y ella entre sus piernas, Cristin estaba a un lado de ellos mirando la misma escena.

Jessica, Kate, Mónica y Markos bailaban al ritmo de la música.

- La última vez que ella se emborracho fue en su cumpleaños de hace dos años, pero no estaba tan feliz como ahora.

- Son la una para la otra, Kate tuvo aquella relación antes; pero justo ahora ella y Jessica están experimentando lo que es el verdadero amor.- Martín regreso con bebidas para todos.

- Salud, por más reuniones como esta, por los nuevos lazos de amistad y por las chicas. Que su relación dure una eternidad.

- ¡Salud!.‐ apoyaron a Cristin con ese brindis.

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- Estas brorracha Jessica yis, hip.

- Usted también señorita West.

Kate dejo su cerveza en el filo de aquel jacuzzi. Lentamente se acercó a la morena que tenía al frente.

Llevaban remojadas en ese jacuzzi al rededor de 30 minutos. Completamente desnudas en el balcón de esa habitación en la cual la luna era la única testigo de tanto amor.

- En unros días todos se enterarran de que soy tu novia, hip.- la pelirroja se sentó a horcajadas sobre Jessica sin dejar de mirar esos coquetos ojos azules.- todas tus amigritas srabran que se termino... Porque se que las tienes y eso se acabro.... hip...no te rías, hablo enserió... hip.

- Lo sé, no más amiguitas.

- Entonces si las trienes...- con fuerza la pelirroja pellizco uno de los brazos de Jessica que la sujetaban por la espalda.

- Tenía... ángel, desde que te conocí no he estado con nadie más. Eres la única que tengo en la mente.

- Uhmmm....‐ Kate arrugó la nariz.- ¿y a ellas?

Plantando la espalda por completo, los senos de la pelirroja acariciaron la cara de Jessica. La respuesta de la heredera fue la esperada, con su característica sonrisa seductora hundió la cara en esos senos llenos de pecas.

Las caricias y los besos subidos de tono comenzaron. La luz nocturna junto con el alcohol que tenían en las venas aumentaron el libido de ambas.

La necesidad que tenían de comerse la una a la otra fue tan grande que no alcanzaron a llegar a la cama. Afuera de ese jacuzzi, en el piso de esa terraza comenzaron a amarse con desenfreno.

Esa noche Jessica no logró tener el control, descubrió otra faceta de su pelirroja. Una donde ella tenía el mando, Kate fue quien la domino esta vez, donde sus caderas marcaron el ritmo.

Esa noche no hubo Kate tierna y sumisa. No, esa noche no hicieron el amor suave como veces anteriores. Las uñas y las mordidas de Kate no se midieron ante nada. Y no hablemos de los gemidos, que al ver la pelinegra a su rojiza novia dejarse llevar sin temor alguno ella hizo lo mismo; brindando así un concierto a todas las estrellas que las acompañaban.

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Jessica no buscaba donde guardar la cara, poco le faltaba para que su rostro adquiriera por completo el vivo color del cabello de su amada.

Las divertidas miradas de sus amigos junto con los comentarios burlescos parecían no tener fin.

Estaba por primera vez avergonzada, y lo peor era de que Kate estaba a gusto con esa situación.

En realidad la pelirroja lo estaba disfrutando.

- No te quejes, lo que sientes es lo que sentí cuando te conocí, esa vez tu madre lo vio. Seguro pensó que soy una fácil y luego lo de tu padre, puras vergüenzas. Que una vez lo sientas no te matará.- tranquilamente la pelirroja untaba mantequilla a su pan tostado.

- ¿Qué paso con don Fernando?.- preguntó Sofía.

- Esa vez estábamos en..

- Yo misma contaré esa historia, pero luego de comer. Quiero que Jess siga sintiéndose avergonzada.

- Que mala eres ángel..

- Malas ustedes, Mónica y yo seguíamos en la piscina cuando ustedes comenzaron. Tuvimos que irnos a la habitación para dejar de escucharlas.

- Fue culpa suya.- Kate se mordió un labio al cruzar la mirada con su avergonzada novia.

La leve resaca que todos tenían los incitaba a beber con gusto del café que los empleados habían preparado. La mañana comenzaba llena de alegría, ninguno perdía la oportunidad de hacer algún comentario para avergonzar más a la pelinegra.

Jessica quería que la tierra se la tragara, nunca creyó estar en tal situación. En su cuello y hombro se le notaban pequeñas marcas que la boca de Kate había dejado apropósito, que sus amigos la burlaran era vergonzoso pero debía admitir que la situación no le molestaba.

Si ese era el precio que pagaría por tener a la Kate que anoche descubrió, estaba dispuesta a pagar por ello. Total sus amigos solo lograban ver un poco de lo que la pelirroja le había hecho, jamás se imaginarían que debajo de esa suave tela blanca que cubría su cuerpo, se encontraban más de las marcas de la boca de Kate junto con varias líneas que sus uñas dejaron dibujadas en toda su espalda.

Continuará......

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Notas finales:

Holi...


Tuve que atrasar lo prometido, sentí que no podía pasar lo que se viene sin derramar un poco más de miel. Por lo que este capítulo lleva este título.


Quiero pensar que todos aman la escena de esa película que se estreno en primavera del 99' . ¿Hay algo mas hermoso que Heath Ledger cantando esta hermosisisma canción?


¡¡Por supuesto que si!!! Y eso es la coprotagonista Julia Stiles quien después de tanto regresa a la pantalla grande... hay que emoción!!


Pero hablemos un poco de Can't take my eyes off youesta rola tiene ..uuuh... muchísimos covers (si, eso pasa cuando una rola está de demasiado chingona) pero la versión que a mi me gusta es la original de Frankie Valli y su grupo llamado The Four Seasons. Quienes formaron parte de la banda sonora de 10 Things I Hate About You (10 Cosas que odio de ti).


Esta canción esta llena de pasión, de amor, de todas esas cosas que solo la música nos hace lograr sentir y entender.


Si tienen un amor no dejen de mirarlo.


Espero este capi les haya gustado y que la lectura no se les este haciendo pesada. Al principio los capis eran cortos y pensaba dejarlos así, cortos. Como verán eso fue imposible... xD


Me disculpo por faltas de ortografía y alguno que otro tecladazo.


Nos vemos pronto...


Los quiere


E.L.


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