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Ohh Yess!! por ennygma

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Notas del capitulo:

Todos quieren dominar el mundo
Parte 1

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Antes de comenzar advierto que este capitulo puede ser sensible para algunas personas. No habla de alguna religión en particular y mi intención no es ofender a nadie o cualquier tipo de creencia. De antemano me disculpo.

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- Llévame Kate, uno de esos días que Jessica este super ocupada invítame. Mis pies también quieren ser testigo de esos pisos climatizados.


- Se acoplan a la temperatura corporal. Todo el segundo piso de la mansión Hess los tiene. Las sabanas, las almohadas, Cristin todo es tan maravilloso. Es como un sueño.


- Es raro que Jessica no me haya pedido algo así para su departamento. Hay Kate, va a despedirme cuando se de cuenta que mi decorado no está a ese nivel.


- No, eso no sucederá. Por lo que he entendido, su madre es la de los gustos y lujos. Mi Nikky no le toma tanta importancia a eso.- Kate metió la mano en su bolso para sacar su cartera.


- Pues no le molestara que Móni y yo entremos a su habitación. Llévanos hoy, anda. Mónica me dijo que Markos le dijo que Oliver le dijo que hoy pasarían a Vikings por unas copas para celebrar que lograron cerrar contratos con varios artistas para la disquera.- Kate dejo salir una pequeña risa.


- Si, eso es verdad, ella me dijo que llegara tarde a su casa. Mira saliendo del trabajo tengo que ir a una tienda, luego pasare a mi casa por ropa y otras cosas. Si convences a Mónica para que nos lleve a esos lugares, les muestro el dormitorio de Nikky. Sabes que Mónica odia estar de taxista, si tu le dices no podrá negarse y yo no tengo que estar buscando taxis.- la pelirroja ingreso su tarjeta en el cajero.


- Ahora mismo le llamo al móvil.


Mientras Cristin marcaba al numero de su morena amiga a Kate casi le da un infarto.


Era lunes por la mañana, hacia un poco de frío, nada que ver con el clima caluroso que habían vivido el fin de semana en la playa.


Jessica le había dicho que su primer pago por honorarios fue depositado desde el viernes en la noche.


Esa mañana de lunes quedo con Cristin de verse en el centro de la ciudad, le pagaría todo lo que ella y Martín le habían prestado. Cuando firmo el convenio con empresas Hess supo inmediatamente de cuanto es lo que pagaría dicha empresa por sus honorarios. Y claramente lo que veía en la pantalla del cajero no era lo acordado.


- Kate eso es demasiado dinero. ¿Estas segura que lo que firmaron no fue la venta del bufete?.


-Nnno...- miraba el cajero con la boca abierta.- esto... si a esa cantidad le resto lo que es mi pago, queda exacto el dinero de mis ahorros.- ambas miraban con temor esa pantalla.


Kate sacudió su cabeza, tecleo en esa pantalla la cantidad que le debía a Cristin más un poco más. El cajero hizo su trabajo, tomó el dinero con cuidado y ambas salieron de ese lugar en pleno silencio.


- ¿Crees que Jessica lo haya depositado?


- No, ella no se entero de eso. Tampoco sabía la cantidad exacta.- ambas caminaban desconcertadas.


- ¿Y él?


- No lo se, aun si así fuera no pienso buscarlo. Ahhh...- dejó escapar un suspiro de alivió.


- Como sea amiga, esa es una excelente noticia. Hoy lo celebramos en la habitación de tu amor, Mónica dijo que si.- Cristin estiro el brazo para detener un taxi.- te llamo en la tarde para que me digas donde recogerte.


- Sip, oye Cristin gracias por todo.


- No me agradezcas eres como mi hermana, te veo al rato. Me apuro por que están por llegar los nuevos muebles, cuando los veas me vas a amar. En ellos Jessica podrá ponerte hasta de cabeza.


- ¡Oye!..- la risa de Cristin se escucho hasta que el taxi desapareció de la vista de la pelirroja.


Dentro de ella tenía un gran conflicto. No sabia si estar feliz por tener de vuelta su dinero o sentirse incomoda por no saber lo que había pasado.


Tal como su amiga había hecho, estiro la mano para pedir un taxi.


No tardo nada en que uno se detuviera frente a ella. Subió a el e indicó que la llevarán a empresas Hess.


Tomó su móvil para bloquear sus pensamientos, abrió el Facebook. Deslizó su pulgar un par de veces cuando recordó el tesoro que guardaba en su galería.


Desde que llegaron de la playa no había podido ver aquellas fotos y videos que había tomado.


Entro a su galería, al comenzar a ver las fotos una tonta sonrisa de enamorada se le dibujo en la cara.


Todas las fotos eran de la heredera. Muchas de ellas mal tomadas, pero aún así le gustaban mucho. Reprodujo un video donde ambas hacían caras bobas a la cámara.


Suspiro enamorada frente a su móvil. Jessica era tan... perfecta. Sus encantadores ojos azules la hipnotizaban aún en esa pantalla. Observaba cada detalle del rostro de la pelinegra, el lunar en su barbilla, su ceño fruncido, sus labios perfectos. Estaba tan sumergida en sus pensamientos que cuando su móvil comenzó a sonar el susto hizo que sacudiera las manos con desesperación y el móvil cayera al piso del vehículo.


Torpemente de nuevo lo tuvo entre sus manos. No alcanzó responder la llamada así que prosiguió a marcar a aquel número.


- Disculpa, no escuche el móvil.- mintió.- estoy yendo para allá.


- Kate por eso te llamaba, me dice Jerome que no tiene caso que vengas hoy. Nosotros tenemos unos pendientes que atender fuera, te diría que vayas a las oficinas de nuestro bufete, pero Josh tiene todo bajo control. Así que mi querida socia, hoy tienes el día libre.


- No te preocupes, estoy en camino. Veré si puedo adelantar algo o revisar de nuevo algunos documentos.- Kate recibió ruidos del otro lado de la bocina, luego de unos segundos Martín de nuevo le habló.


- Puedes hacer eso si gustas, pero Jerome me dice que es mejor que descanses porque estamos entrando en una temporada de... de que era....- más ruidos del otro lado.- no entiendo lo que él dice Kate, el punto es que debes descansar porque luego no podrás. Ya lo decides tú, te dejo zanahoria, Chao.


Martín corto la llamada, ¿y ahora que haría?, Jessica salió temprano de la mansión para verse con Demián, Cristin ocupadísima y Mónica en un casting.


- Disculpe, cambiaremos de destino.- Martín tenia razón, debería de descansar, tomarse un momento para ella.


Indico al taxista la nueva dirección, se acomodo de nuevo en ese asiento trasero del vehículo. Esta vez le bajo el volumen a su móvil, continuaría viendo aquellas fotografías que había capturado felizmente y no quería otro susto como el de hace rato.


Ir a su casa para ponerse ropa vieja y recostarse a ver la tv no era mal plan. Por lo menos lograría acomodar su ropa en una pequeña maleta con calma. Tenía tiempo suficiente para dejar todo en orden antes de ir a pasar unos días en la mansión con Jessica.


La cantante había insistido en que se quedara con ella los siguientes días. No quería que al salir la revista los medios abrumaran a su pelirroja y le ocasionaran uno de esos ataques. Kate estuvo más que feliz con esa decisión, realmente los lujos y la comodidad de la mansión era algo a lo que no podía negarse.


Cambiando su mentalidad se animo así misma para llegar y hacer todo con calma en lo que Móni y Cris se desocupaban. Ya quería ver la cara de ambas cuando vieran la tienda a la cual irían, había hecho un trato con su amada y por su puesto que iba a cumplirlo; más ahora que tenia capital para hacerlo en grande.


Bajó del taxi alegre, observó el color del buzón que Jessica había escogido. Sin duda alguna la cantante era un gran regalo que la vida le daba.


Tarareaba una canción mientras abría la puerta, que belleza que ya no se atascara la llave. Entró a su casa, dejó caer su bolso al sofá y corrió escaleras arriba.


No tardo nada en volver a bajar con una pijama de pantalón, con blusa de mangas largas y sin ropa interior debajo. Decidió que prepararse un té y comer unas de las galletas que había horneado sería relajante para antes de hacer su pequeña maleta.


Puso agua en la tetera, abrió la alacena y sacó sus galletitas. Ahora tenía que esperar que el agua estuviera lista, fue al sofá y se dejó caer. Sacó su móvil, sabía que Jessica estaba muy ocupada.


>>Seguro esta en una de esas juntas aburridas, pobrecita. Animemos su mañana.<< pensó la pelirroja.


Dejó su móvil de lado, se quito la blusa, tomo de nuevo su móvil y se recostó en su sofá.


Arreglo con los dedos su cabello, pasó su brazo izquierdo debajo de sus senos acomodándolos en una posición sexy. Puso una cara seductora, abrió con la otra mano la aplicación de la cámara y enseguida se escucho aquel sonido conocido al capturar la imagen.


- Y... enviar...- comenzó a reír tras su travesura.


>>¿Qué hará Jessica al ver esa foto?, ¿Cuánto tardara en responder?<< Pensaba la pelirroja cuando el timbre de su casa le recordó que seguía desnuda del torso.


Caminó torpemente mientras se colocaba de nuevo el pijama. Al abrir la puerta puso los ojos en blanco y suspiro con fastidió.


- Llevo días esperando a que llegaras a casa. ¿Dónde has estado durmiendo? ¿Con ella? ¿Acaso no te da vergüenza?


- ¿Qué quieres Dylan?


- Que me respondas.- dio un paso intentando entrar a la casa, pero el brazo de Kate lo frenó.- ¿No me dejaras pasar?


- ¿Qué es lo que quieres Dylan?


- Hablar contigo Kat.


- Te bloque de llamadas, mensajes y redes sociales. No quiero y no tengo nada de que hablar contigo.- Dylan observó la mirada desafiante de Kate.


Cuanto había cambiado la pelirroja en unos días. Se veía segura, confiada de sus palabras.


- Kate, lo del dinero esta resuelto. Nunca lo hubiera tomado si supiera que no iba a poder devolverlo. Déjame pasar, de lo que quiero hablarte es .... delicado.


- Entonces.. fuiste tú quien lo deposito....- habló muy bajo. Más para ella que para él.


Ahí estaba ese semblante de la pelirroja que tanto conocía Dylan.


Reía por dentro, después de todo aún iba a poder manipular a esa tonta pelirroja.


- Déjame pasar Kat, no voy a incomodarte. ¿Si?.- la mano de Dylan colocó un mechón pelirrojo tras su oreja.- hace frío, seguro has preparado té.


- Carajo... el agua.- dejando la puerta abierta Kate corrió a la cocina.


Dylan se aprovecho de esa situación, entro a la casa, dio una mirada a la calle con una sonrisa burlona y cerró la puerta.


______________________________


- Y con ese expediente queda completo tú personal. ¿Tienes alguna duda?


Jessica prestaba total atención a esos documentos, Demián era excelente.


- Solo se que tu antiguo trabajo te odiara por robar a buenos trabajadores.


- Con tanta experiencia uno ya sabe a que caballo apostar. ¿O no señorita Figueroa?.- Agatha solo asintió con la cabeza.


Todos en esa sala sabían que la flacucha mujer tenía varias ofertas de trabajo. Muchas de ellas ni las leía, sabía perfectamente que trabajar con Jessica era estar en la cima de la pirámide.


- Ahora solo nos queda decidirnos por los proveedores.


Demián abrió otra de las carpetas que tenía al lado suyo. Comenzó a hablar, Oliver, Agatha, Oz y dos colaboradores más ponían total atención.


Todos a excepción de la pelinegra.


Había escuchado su móvil sonar hace un par de minutos, aprovechando el cambio de tema sacó su móvil con total cinismo para ver de que se trataba.


Demián hablaba con seriedad frente a Jessica quien estaba sentada de lado encabezando dicha mesa y con las piernas cruzadas. Pudo notar como en la cara de la heredera se dibujaba una leve sonrisa al ver la pantalla de su móvil.


Era muy fácil saber de quien se trataba, esa sonrisa solamente una persona lograba sacársela.


Su vista permanecía fija a la ojiazul quien tomaba de su taza un rico café colombiano y con la otra manipulaba su móvil.


*Nikky tengo el día libre, vine a casa. Estoy aburrida, tal vez tú también lo estas en esa junta. Escápate, ven a terminar con mi aburriendo y con el frío que hace aquí.*


Jessica había dado un gran sorbo a su café mientras leía ese mensaje.


Cuando sus dedos deslizaron la pantalla del móvil y sus ojos visualizaron aquella imagen fue muy tarde para evitar tal suceso.


Por el asombro de esa imagen poco del líquido que había bebido alcanzó su tráquea, su reacción natural fue toser aún con el café en la boca.


El café busco como salir de su cuerpo, parte de el salió por la boca y la otra parte por su nariz. Por más que la pelinegra se levantó de su silla, no logró evitar que Agatha y parte de los documentos que se encontraban cerca de ella fueran salpicados.


Tosió con fuerza al sentir el líquido ir a una dirección diferente a la cual debía. No sabia si reír o asustarse al sentir su nariz arder. La mano que tenía su móvil la había llevado al pecho para ocultar el contenido de esa pantalla, eso hizo que todos se alarmaran.


Fue Oliver él que se levantó a prisa, comenzó a darle pequeñas palmadas a la morena en la espalda. Agatha decidió llamar a una ambulancia.


Sus ojos llorosos vieron lo que Agatha estaba apunto de hacer, llevo su mano izquierda a su boca para cubrirla levemente mientras aún tosía y con la otra, la que sostenía el móvil, detuvo la mano de Agatha a punto de marcar a urgencias.


Dejó caer su móvil en el regazo de aquella flaca concentrándose mejor en respirar y en recuperar la compostura.


Demián se acercó con un vaso de agua colocándolo en la mesa frente a ella. Oliver continuaba palmeando su espalda y los demás solo observaban.


Agatha no aguanto la curiosidad, tomó el móvil de la morena dando un vistazo rápido a esa pantalla.


Inmediatamente bloqueo el móvil al ver aquella foto. Se ruborizo por completo, ahora entendía la razón de ver su jefa por primera vez en esa situación. Colocó en la mesa el móvil boca abajo junto al vaso de agua que Demián había traído.


Poco a poco la ojiazul logró tranquilizarse, la tos cesó. Se acomodó en su asiento suspirando más relajada y con el vaso de agua en sus manos.


Ya con la respiración recuperada bebió de aquel vaso hasta dejarlo a la mitad. Su garganta se sentía mucho mejor. Suspiro, aliviada de ya no sentir ardor en la nariz y ante la mirada de todos comenzó a reír como una loca.


__________________________


- Pero...


- Lo único que me quedaba por hacer al no poder contactarte era venir a esperar a que llegaras a casa. Entiendo que esto es muy difícil de procesar, antes no lo pensé y nos aparecimos así en aquel restaurante.- Dylan tomó las manos frías de la pelirroja acortando espacio entre ellos.- mira Kat he hecho las cosas muy mal, pero... Kat, eres todo para mi, te conozco, crecimos juntos y se que esto es muy importante para ti.


- No se que decir, no se que pensar Dylan. Yo... yo...- las lágrimas amenazaban con salir de esos tiernos ojos verdes.


- Nena, estoy aquí.- la mano de aquel chico rubio no tardó en aprovecharse de la vulnerabilidad de Kate.


La verdad era que esas lágrimas no significaban nada para él. Sabía que ella se iba a poner de esa manera, todo estaba saliendo justo como él había pensado.


Condujo la cabeza de Kate a su pecho, la abrazo apoyando su quijada sobre ese suave cabello. Su mano acariciaba lentamente su espalda en pequeños círculos mientras Kate sollozaba muy consternada.


Un par de minutos pasaron, Kat seguía hundida en aquel pecho tratando de acomodar sus ideas. No se dio cuenta de que llamaban a su móvil insistentemente, el volumen moderado que había puesto en el taxi no lograba ser escuchado entre esos sollozos.


Dylan solo observaba esa pantalla en silencio, odiaba lo imprudentes que las amiguitas de Kate eran. Pero debía de ser paciente, manejar la llamada de Cristin o la de Mónica era pan comido. Le sería muy fácil hacer que la pelirroja las ignorará como tantas veces la orillo a hacerlo.


Recordó las palabras de Grace, la única advertencia que ella le había dado. Lo único que tenía que evitar si quería que todo saliera como estaba planeado.


***FLASHBACK***


Mi padre aprobó tu plan. Te daremos el dinero que necesitas en el transcurso de esta semana.... pero solo hay un detallito.- Grace revolvió su cabello como si aquel chico rubio fuera alguna clase de cachorro perdido.


Mira Grace, conozco a Kat. Con lo que les pedí este plan saldrá a la perfección. No hay de que preocuparse, en unos días todos obtendremos ganancias. Haré esto a mi manera, tú solo debes estar tranquila y dejar que los hombres se ocupen de los asuntos importantes.


- Dylan cariño, no te equivoques.- sujeto sus mejillas con sus largas uñas.- vuelves a hablarme así y juro que te arrepentirásNo debes olvidar tú lugar ¿Entendido?


Discúlpame linda, es la adrenalina de saber que pronto todo girará a nuestro favor.


- Para que eso suceda no debes olvidar algo muy importante.


eso es....


- Jessica, en todo tu plan no la mencionaste.


- Ella no importa, Kat es muy predecible. Todo saldrá bien.


DylanDylan, Dylan... eres un completo estúpido. Si Jessica llega a estar, a escuchar o solo ver que tú desabrida pelirroja hable con esa persona tú plan quedara completamente arruinado. No subestimes a mi amada, tiene un cierto poder para... persuadir a las personas. Si quieres que todo funcione debes evitar que Jessy hable con 'esa' después de que le cuentes las cosas y antes de que tenga aquella charla.


Dylan medito esas palabras, Grace tenía razón. Kate era una persona moldeable, al estar esa fulana obviamente la pelirroja haría lo que ella dijera sin siquiera escucharlo a él.


*** FIN DEL FLASHBACK ***


Cristin estaba siendo un verdadero dolor de cabeza, ¿por qué simplemente no dejaba de marcar?.


>>Las personas normales esperan la llamada de vuelta. Que maldito fastidió<< Pensó ese rubio aún observando aquel móvil en silencio.


- Kat tú eres la que decide, si quieres podemos resolverlo ahora mismo, mañana o en un año. Esto no es fácil, es un tema muy delicado que creo que no debes decirle a nadie. Ni a tus amigas Kat, nadie debe influir en tus decisiones o en lo que debes sentir. Solamente tú sabes lo que sientes y lo que tú corazón quiere. Ya luego podrás contarles a ellas y a tú... a tú nueva pareja.


Dylan sostenía la barbilla de la pelirroja para que lo mirará. De nueva cuenta Kate podía ver a aquel chico de la que una vez se enamoro. No había sido grosero sino todo lo contrario. Fácil hubiera sido para el no buscarla, no esperarla todo el día en la calle hasta que ella llegara.


No haberle devuelto aquel dinero y haber desaparecido por completo pero no, ahí estaba sin otros motivos que para ayudarla ¿cierto?. Él estaba en lo correcto al decir que este era un tema bastante delicado, ni sus amigas ni Jessica lo entenderían. Esto sin duda alguna tenía que resolverlo completamente sola.


Una luz en la mesita llamo su atención, de reojo vio entrar una llamada a su móvil.


- Espera...- se alejo de Dylan para tomar su móvil.


Respondió la llamada limpiándose las lágrimas camino a la cocina.


- ¿Volviste a dormir verdad? Tonta.


- Si Cris, no pude aguantarme.- mintió.


Martín me dijo de tú día libre, los muebles aquí ya llegaron. Le marque a Mónica, pasará por mi en un momento para ir a tu casa.


- Entendido


-¿Estas bien? Te escucho congestionada.


Si, es el frío que hace. Las espero.


Cristin colgó la llamada sin imaginar lo que en esa casa pasaba.


- Mañana Dylan, hoy no podré evitar a las chicas. En Krato's café a las ocho.- Dylan asintió la cabeza sonriendo.


- Allí estará. ¿Quieres que me quede un rato? Puedo ir por algo de comer para ver la tv en lo que ellas llegan. No quiero dejarte sola después de haberte dicho esto.


- No, gracias. Ellas nos tardaran, voy a arreglarme y.. no quiero que te vean aquí.- lo miró con temor.


- Si cambias de parecer solo avísame, vendré a la hora que sea.- Dylan necesitaba salir de esa casa.


Quería gritarle a la pelirroja, ¿Cómo que no podían verlo ahí?. Su ira crecía mientras caminaba a la puerta, debía calmarse. Las cosas estaban saliendo muy bien, no debía asustar a Kate. Saldría a tomar aire, luego insistiría de nuevo.


- Estaré pendiente de mi móvil.- su mano se deslizó por la mejilla de la pelirroja.- Te quiero Kat, nunca lo dudes.


Kate cerró la puerta sin pronunciar palabra alguna. Se recostó en su sofá mirando a la chimenea, ¿por qué ahora?, se preguntó una y otra vez.


Llamaron a la puerta, era muy pronto para que las chicas llegarán. Sobre la mesita visualizo una gorra azul, suspiró tomándola entre sus manos.


Los golpes en la puerta resonando por segunda vez hicieron que ella caminara a prisa.


Abrió la puerta tragándose las palabras que estaba a nada de decir, temerosa dejó caer la gorra detrás de la puerta.


Las manos y los labios de Jessica la aprisionaron sin darle tiempo de asimilar aquello.


Tenía bastantes cosas en la cabeza, pero esos besos en su cuello hacían desaparecer todas sus preocupaciones. Lentamente dio pequeños pasos hacia atrás, dejando que el cuerpo de la pelinegra la guiará de nuevo al sofá.


Sus bocas se entrelazaban en un rítmico compás, jamás se cansaría de saborear esa boca. Recostada en ese sofá con Jessica sobre ella besándola de esa forma hacía que todo dejara de tener importancia.


- La puerta...- susurró.- la dejamos abierta.- Kate soltó un leve gemido al sentir la mano fría de Jessica meterse bajo su pijama.


- En un momento la cierro.- su traviesa mano aprisiono uno de los senos de Kate.


- Espera, las chicas no tardan en llegar.


- ¿A ellas también les mandaste esa foto para que vinieran a quitarte el frío y el aburrimiento?


Kate había olvidado por completo su descarada hazaña. Al recordarlo comenzó a reír.


La heredera fue contagiada por esa sencilla risa, dejó de besarla colocando su cabeza entre su cuello y el hombro sin soltar al prisionero seno.


- ¿En serio? ¿No les basto el fin de semana?. La puerta esta abierta, hay personas caminando en la acera.- Regaño Mónica.


La risa de ambas enamoradas aumento.


Los labios de Jessica besaron un poco ese suave cuello.


- Me las pagarás.- susurró la pelinegra antes de ponerse de pie.


- ¿Qué te pasó?- preguntó Cristin tan sorprendida como sus otras dos amigas.


- Mi café me atacó gracias a Katherine.- al estar de pie frente a ellas Jessica dejaba ver una enorme mancha marrón que abarcaba todo el frente de su camisa blanca y parte de sus pantalones negros.


Pocos minutos más tarde bebían de un rico té calientito mientras la morena contaba como casi muere atragantada por ese café. Aprovechando que la platica se desvío al decorado de Cristin en el departamento de Jessica, Kate fue a arreglarse.


- ¿Qué tienen planeado hacer en este día libre?


- Iremos a tu casa.- respondió Mónica quitada de la pena.


- ¡Mónica!.- regañaron ambas.


- Kate tiene que ir a comprar un... ¿Qué dijiste que necesitabas?.- preguntó inocentemente Cristin.


- Nada Cris, no es importante. Hace frío, iremos después.- Una sorpresa, es una sorpresa. Jessica no tenia porque enterarse de cuando la pelirroja iría a esa sex shop.


- Entonces... ¿Dijiste a mi casa Mónica?


- Les conté de la mansión y de sus deliciosos pisos. Quiero mostrarles.- dijo apenada Kate.


- Por supuesto, pueden pasar el día y la noche si quieren. Necesito ir a cambiarme, vamos, avisaré al servicio para que preparen la piscina, el cine, la sala de juegos o el jardín. Todo lo que gusten.


- Kate solo nos contó de los pisos, el jardín, la piscina y la cancha de tenis.


- Mónica, Kate no sale de mi habitación cuando esta allí.- por esas palabras la pelinegra se ganó uno de los ya famosos pellizcos de la pelirroja.


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- Chicas se quedan en su casa. Todo lo que necesiten pueden pedírselo a Vicky.- la señora a lado de Jessica sonrió amablemente.- pueden quedarse a dormir si gustan, así le hacen compañía a Kate; yo regreso hasta más tarde.


Las chicas estaban encantadas ante la vista que tenían. Jessica ordenó que prepararán la terraza del segundo piso. En ella podía apreciarse todo el amplio jardín de la mansión Hess.


Había frío, pero la calefacción de ese lugar era inigualable. Los alimentos, las bebidas, todo era perfecto. Las chicas sonreían y bromeaban ante tal escenario esperando el momento justo en el que el personal se disipara para poder quitarse los zapatos.


A lo lejos un par de personas las observaba desde una gran ventana.


- ¿Hace cuánto que no había tal ruido?


- Que tu hija trajera a la novia fue un avance, pero que la deje estar a sus anchas con sus amigas dice mucho más. Tú hija está muy enamorada y el sinvergüenza de tu padre debe de estar que hecha humos donde quiera que esté.


- Creí que moriría sin conocer a una nuera. Es tan idéntica a su abuelo que ya me había hecho la idea de que ella terminaría igual que él.


- Ni lo digas, tu padre exageraba con sus noviecitas. Míra que aún traigo el mal sabor del funeral, esta casa llena de chiquillas hechas un mar de llanto fue vergonzoso.


- Lo que nos costó silenciar a la prensa, ¿a quien llamas cariño?.- Fernando no se dio cuenta del momento en el que su esposa fue por el teléfono.


- Estas niñas están aquí para una tarde de chicas, yo les daré una tarde inolvidable.- sus dedos picaban los botones de aquel teléfono.


- ¿Por las chicas o por tu nuera?, no se a quien trae más encantada esa pelirroja si a ti o a tú hija.


Alina evitó responder esa pregunta alzando los hombros. Fernando solo atinó a dar una carcajada, depositando un beso en la frente a su esposa salió de la habitación dejándola hacer su llamada.


Las horas pasaron dejando caer a una espesa noche que no dudo en presumir a una brillante luna.


Los zapatos negros de punta golpeaban esos encantadores y finos pisos. Desde que se había ido Jessica quería terminar el día lo más pronto posible para volver a la mansión al lado de esa mujer de cabellos rojos que la llevaba a la locura. Todo el tiempo que estuvieron separadas Kate no respondió a ninguno de sus mensajes, suponiendo que ella y sus amigas estaban más que divertidas llamó a Martin.


Tal como lo había pensado, aquel joven acababa de llegar a casa y estaba solo sin tener idea alguna del paradero de su prometida.


Ahora ambos caminaban por la mansión al encuentro con sus amadas, al cruzar el gran salón la pelinegra visualizo luz en el despacho de su padre. Las 10:45 de la noche era una hora inusual para que su padre estuviera ahí, por lo general a esta hora él y su madre ya se encontraban descansando en su habitación.


Sin pensarlo desvío sus pasos a esa puerta entre abierta con Martín tras ella.


- ¿Se puede?.- asomó parte de su cabeza.


- Pasa hija.. ohh.. Martín muchacho que bueno verte hijo.


- Buenas noches padre.- se adentraron al lugar.


Fernando vestía una pijama azul de líneas blancas, en la mesa se dejaba ver un sándwich a medias junto al mando de la televisión que proyectaba un partido de béisbol.


- ¿Por qué cenas aquí? ¿Y mamá?


- No quería estar solo en esa enorme habitación, verás... tu madre...


- Si han discutido no me lo digas, sabes que me pondré de parte de ella. ¿Qué hiciste? ¿Rompiste la dieta? ¿Saldrás de viaje? ¿Qué?.- Jessica lo miraba con desesperación, desde que había salido del coma su madre cuidaba estrictamente la salud de su padre.


Eso muchas veces los llevaba a discusiones sin sentido, para Jessica que su padre se refugiara en su despacho era algo que ya se esperaba.


- Como verás no rompí mi dieta, mi sándwich de pavo te lo puede decir así como Neptuno te puede dar la respuesta de en donde se encuentra tú madre.


Con el seño fruncido Jessica les dio la espalda caminando a donde la piscina. Martín se quedó con su padre un momento más antes de que ambos siguieran los pasos de la pelinegra.


Una agradable melodía provenía de Neptuno, sus pasos tranquilos anunciaban su llegada. Ahora escuchaba voces y una delicada risa, una que conocía muy bien.


- Buenas noches.- alzó las cejas sorprendida ante lo que veía.


Neptuno estaba en completa iluminación, la melodía del fondo era jazz, habían bocadillos a medio comer y varias botellas de vino. Caía en cuenta en lo que su padre había dicho.


- Buenas noches hija, Adivina quien planificara la boda de Cristin.... ¡yooo!.- alzó la voz dejando de lado la etiqueta.- Martín querido agárrate porque tendrán una boda de lujo... Cris se lo merece.. yo me encargaré de todooo...


- Sii... la bodra será enorme, invitados de todos lados y sabes amor... será aquí en la casra de mi amiga Ali.- Cristin ahora se colgaban del cuello de su prometido.


Jessica no podía creer tal situación, ambas mujeres estaban ebrias y en batas rosas de baño.


- Madre ¿Qué fue lo que pasó aquí?.- Jessica se acercó a la chica de cabellos rojos que dormía plácidamente en uno de los cómodos sillones junto a la piscina.


A su lado se encontraba Mónica también dormida. Ambas estaban debajo de la hermosa iluminación que asemejaba una constelación en el techo de Neptuno, levemente cubiertas con una suave manta que dejaba ver que vestían el mismo conjunto que la señora Alina y Cristin.


- Verás hija.- una risita salió de sus finos labios.- la niña pelirroja y Mónica no aguantaron el sueño.


- Ni las copas.- se burló Cristin.


- Vamos cariño, es momento de terminar con esta velada.- Habló Fernando acercándose a su esposa.


- ¿Por qué? Aún nos queda vino en esa botella.- hizo un gesto cual niña chiquita.


- Mejor beberían acompañarnos, relajarse con nosotras y disfutrar de esta maravija de pisjina.- a Cristin se le notaban ya las copas que tenia encima.


- ¡Siiii!... Vicky, traemos otra botella de vino por favor.- inmediatamente Vicky acató la orden de la señora Alina.


Martín jamás ha logrado negarse ante todo lo que Cristin pide. Se quitó el saco entregándolo a una de las muchachas del servicio que ahí se encontraban.


- No vendría mal una copa de ese vino.- se quitó la corbata para desabotonar su camisa.


Cristin emocionada lo jalo del brazo para que tomara asiento junto a ella y la señora Alina.


- Ustedes que dicen, ¿se unen?.- preguntó remangando sus mangas.


- Una copa, así hablamos de la boda. Tienen que decir todo lo que quieren y lo que no quieren para que su boda sea perfecta.- se sentó junto a su esposa depositando un enorme beso en sus labios.- Me encanta verte tan contenta.- de nuevo otro beso.


- Vicky puede hablar a alguien de seguridad para que me ayude a llevar a estas damas a su habitación.- indicó al ver que Vicky regresaba con la botella del vino.


- ¿No nos acompañaras hija?.- Alina la miraba con desesperanza.


- Madre...- miró ese rostro de suplica.- primero pondré cómodas a las chicas. Me cambio y bajo enseguida.- Sonrió, la verdad es que quería acostarse en su cama y acariciar a su pelirroja hasta quedar dormida.


Pero tenía más noches para hacer eso ¿cierto?. En cambio ver a su madre relajada, feliz y queriendo pasarse de copas con todos ellos era algo que casi nunca sucedía.


Llevo junto con el guardia de seguridad primero a Mónica, el guardia la recostó en la cama, Jessica la acobijo. Indico al guardia ir por un vaso de agua y un par de aspirinas en lo que ella escribía una nota explicando que en el cuarto de junto estaba su recamara y que Kate estaría en ella por si al despertar se sentía desorientada.


Una de las muchachas apareció junto con el guardia, dejaron el agua, la aspirina y la ropa de Mónica a un lado de la cama.


Bajaron las escaleras e hicieron lo mismo pero esta vez con Kate.


- Esta niña debería comer más señorita Jessica, pesa menos que la chica anterior.


- Que no te escuche decir eso Jasiel o despertando querrá comer todos los pastelillos que se le antojen, le caerá la culpa encima y me costará levantarle el animo.- bromeó la pelinegra haciendo reír al guardia.


El guardia recostó a la pelirroja en la cama tal como hizo con Mónica, salió de la habitación justo cuando la misma muchacha del servicio entraba con la ropa de Kate, una aspirina y otro vaso con agua.


Jessica se dio un baño fugaz, se puso un pants color blanco y una playera de color negro. Salió del cuarto de baño tapándose con ese cuerpo que bien conocía en su cama. Tomó una de sus pijamas de seda y comenzó a quitar esa bata rosa de baño.


La piel de Kate era suave, entre blanca y rosada y claramente llena de pecas. No logró evitar que sus manos rosaran ciertas zonas íntimas con delicadeza.


Mordiendo su labio inferior sacudió su cabeza para alejar esos pensamientos. Terminó de vestirla, la acobijo y salió de su habitación.


_____________________________


Una botella de vino llevó a otra y otra, esta vez fue el turno de Cristin para dejar que el sueño la venciera.


Martín no lo pensó más para tomarla en brazos y llevarla a la habitación que les habían preparado.


No demoro tanto como Jessica pero si se tomó su tiempo para bajar de nuevo junto a ellos.


- No fue mucho, nos hicimos las uñas, llamé al spa que acostumbro y en un dos por tres todo ya estaba armado. Nos dieron tratamiento facial, tratamiento corporal que incluye un delicioso masaje exfoliante con sales y aceites aromáticos sin faltar el riquísimo masaje terapéutico craneal para terminar con la experiencia corporal de vino.


- ¿Eso último que es madre?


- Un tratamiento, un masaje más profundo con una envoltura de nutrientes anti-edad. Que nos deja la piel hidratada y suave con la seda. A todo eso le sumas las botellas de vino, la maravillosa vista de Neptuno y te da como resultado a dos jovencitas laxas.


- Hiciste papilla a tu nuera querida.- Fernando bebió de su copa.


- La niña pelirroja estaba muy tensa Jessica cariño, eso no ayudara a manejar su hiperventilación. Tienes que hacer que tengamos más tardes como esta, por mi encantada porque son mejor compañía que algunas que se dicen ser mis amigas.


- Dudo que alguna de ellas se niegue a hacer esto de nuevo.


- Eso sería maravilloso Fernando, ahora mismo me vienen ideas de todo lo que nos podemos hacer juntas, más con el tema de la boda.- Alina soltó un gran suspiro.- me siento una jovencita estando junto a ellas. Platicar con Cristin es muy agradable; ella es muy madura para su edad. Mónica es muy divertida, cada ocurrencia que tiene.- sonriendo movió la cabeza de lado a lado recordando las locuras que Móni decía.- y la chica pelirroja, sabes Jessy, creo ver lo que te enamoro de ella.


Jessica puso su tonta cara de enamorada. Las piernas las tenía cruzadas y sobre las piernas de su padre que de vez en cuando él los masajeaba.


- Kate es.... única..- Suspiro Jessica.


- Es una bella persona, carece de maldad. Es transparente, sencilla, carismática y un poco torpe.- Alina solo miraba fijamente a su hija.


Jessica estaba completamente perdida por esa mujer, desde que la conoció ella había entrado en una nueva etapa. Más alegre, más platicadora y más soñadora.


Alina la conocía muy bien y sabía que su hija comenzaba a plantearse su vida. Desde que conoció a Kate no se había enterado de alguna de sus pasionales noches fuera de casa. Tampoco se había desaparecido por días como acostumbraba cada determinado tiempo. No, la morena estaba más centrada, y todo eso se lo debía a Kate.


- En la playa, le dije que la amaba.- soltó despreocupada.


- ¡¡Quee...!!- se sobresaltaron todos por el gritó que dio su madre ante esas palabras.


Jessica comenzó a redactar como es que eso sucedió, el frío comenzó a sentirse cada vez más hasta que decidieron ponerle fin a esa velada no sin antes prometer que volverían a hacerlo.


Con la cabeza mareada por las bebidas tomadas en el bar de Markos y aquellas copas de vino, Jessica subía las escaleras. Estaba sorprendida ante el aguante de su madre con la bebida, si no fuera por su abuelo que siendo una mala compañía le enseñó a beber, ella hace un buen rato que ya hubiera caído rendida como su hermosa pelirroja.


Se cepillo los dientes con pesadez. Bostezando se acercó a su cama, ¿como no iba a disfrutar pasar el tiempo con esa mujer?. Si hasta dormida le hacía reír.


Miraba a Kate quien dormía muy raro. Lo curioso es que esas extrañas posiciones al dormir desaparecían cuando la morena dormía a su lado.


Se metió en la cama recordando uno que otro mal golpe que la pelirroja le había dado al girarse mientras dormía.


Con cuidado la tomó por la espalda y la cabeza para acercarla a su pecho, Kate por su parte se estaba acostumbrando a esos tiernos movimientos, a ese cálido cuerpo a su lado que no se cansaba de mirarla y de acariciarla en cada oportunidad que tenía.


Fue cobrando conciencia con ese vaivén que el pecho de Jessica hacia al respirar y sintiendo esos largos dedos enredarse en su cabello suavemente.


- Hueles muy bien... .- se abrazo a ese fuerte cuerpo aspirando su aroma.


- Nunca mejor que tú, mucho menos hoy con la ayuda de esos aceites.


- Tu madre es maravillosa, siento mi cuerpo completamente flojo y relajado.


- Y mucho más suave y hermoso que de costumbre.


- ¿Me manoseaste al vestirme?


- Solo un poco.


- Mal... no debiste.


- Me contuve olímpicamente.


- Vestirme.....- susurró la pelirroja para sorpresa de la morena.


Sus labios se unieron en un beso tierno, suave y cargado de amor. Las caricias comenzaron como tantas veces pasaba cada que se besaban. Sin embargo esta vez no había lujuria en ellas, más bien eran caricias tiernas, inocentes como el beso que se daban.


Así estuvieron unos minutos, demostrándose un amor puro e implacable antes de quedarse completamente dormidas.


_____________________________


Había sido muy difícil zafarse de sus amigas y de su encantadora novia. Al final lo logró.


Estaba sentada en ese café que estaba muy cerca de la empresa Hess desde hace un par de minutos. Su plan funcionó, se había quitado de la mansión Hess junto con Martín, había entrado a su oficina solo para dejar su bolso y salir de nuevo únicamente con su móvil y su cartera.


Faltaban doce minutos para las ocho y estaba muy ansiosa. Para esperar mejor pidió un café latte acompañado de un pan de elote.


8:15 y su corazón comenzó a latir con fuerza al ver la puerta del café abrirse para dejar pasar a la persona que tanto esperaba.


Mientras se acercaba tomó su móvil en sus manos y decidió apagarlo. Esta vez no permitiría que nadie interrumpiera ese importante momento.


Miro a su acompañante quitarse las gafas de sol y sentarse frente a ella en ese sillón como si nada, como si el tiempo no hubiera pasado, como si nunca la hubiera abandonado.


- Buenos días Kiki.- saludo al ver a su hija conmocionada.


Las palabras de Kate no podían salir de su boca, sólo sentía los músculos de su espalda tensarse. Sus manos comenzaron a sudar, no sabía que hacer, frente a ella estaba su madre, una total desconocida.


- Eres la viva imagen de tu padre Kiki, ¿Cómo esta él?


- Él... murió hace casi ya 3 años.- bajó la mirada.- Tuvo un accidente en el trabajo y.. no resistió la operación.- su voz fue casi un susurro.


- Entiendo.... lo siento mucho.- hubo un silencio incómodo antes de que ella continuará.


- Dime.. ¿Cómo has estado? El chico rubio me dijo que tienes tu propio bufete jurídico.


- Ssi...


- Kiki se que esto es un poco.... difícil para ti. Quiero conocerte, saber de ti, de tus gustos y sueños. Se que para eso debo decirte el por qué de mi ausencia todos estos años..- Kate guardo silencio.


El mesero se acercó, Kate desvío la mirada a su latte mientras su madre ordenaba.


- Es verdad que en esos tiempos tu padre y yo teníamos muchas diferencias, él era un hombre rebelde y despreocupado. Yo en cambio soy muy diferente. Kiki no te abandone como él te dijo... yo... salí a puerto rico por un viaje de negocios, tuve un accidente y perdí la memoria. Todos estos años poco a poco fui recobrando recuerdos, hasta que uno de ellos me trajo a este lugar. Una mañana el chico rubio me detuvo, casi lo atropellan, él me ayudo a recordar más de lo que había olvidado. Por eso estoy aquí Kiki, por ti.


Kate tenía los ojos humedecidos, frente a ella estaba esta persona diciendo tanto sin ser afectada. El silencio incómodo fue interrumpido por Dylan ordenando un café a uno de los meseros.


>>¿En qué momento llegó?<< pensó la pelirroja viendo como aquel chico ya estaba sentado junto a ella.


- Antes de que alguna diga algo, decidí venir por apoyo. Tal vez necesiten un empujón para romper el hielo.- No, él no había adivinado. Todo estaba bien planeado.


- Se ve que la conoces muy bien, justo eso necesitamos. A Kiki le ha sorprendido mucho que me apareciera de esta forma.


- Kat es una persona muy tonta, hay que ayudarla a hablar a veces. ¿Verdad nena?


- Dylan me dijo que te dejaste manipular hace poco, sabes Kiki te enseñaré a tener un poco más de carácter.


-¿Cómo?.- Kate ya no entendía de lo que hablaban.


- Kiki se lo de.... lo de aquella mujer alta y de cabellos negros.- susurró.


- ¿Jessica?


- Si, esa..- torció la boca.- Kiki yo quiero que formemos un lazo familiar, se que no será nada fácil. Pero que poco a poco lo lograremos dejando los secretos y las vergüenzas de lado. Soy tu madre, no voy a juzgarte pero estoy aquí para ayudarte a seguir un buen camino, al final solamente te tengo a ti y tú a mi. La familia es primero, tu padre siempre decía eso.


- Si, todo el tiempo lo decía.- la voz de Kate comenzaba a llenarse de melancolía.


- No debes avergonzarte por lo que te paso, muchas personas son engatusadas por personas como ella. Me da mucho gusto que Dylan lo haya sabido llevar y que su relación no se haya deteriorado. Para un buen matrimonio la confianza y el perdón son los cimientos. Tu padre no estará para entregarte en el altar pero yo si.


¿Había escuchado bien?...


- ¿Entregarme al altar? ¿Nuestra relación?.- su verde mirar se clavo en Dylan.


- Él me dijo que están comprometidos Kiki, lo de aquella mujer.- volvió a torcer la boca.- Mejor que haya acabado. Nuestro señor sabrá perdonar ese pecado, él ve lo ingenua que eres Kiki y al casarte con este apuesto hombre tu pecado será absuelto. Dios creó a Adán y a Eva por una razón, sí, caíste en ese horrendo y vulgar pecado pero abriste los ojos. Te diste cuenta que nunca entrarías al paraíso si seguías con esa abominación, yo te ayudare a continuar con tu redención Kiki.


Kate sintió su estómago revolverse, no podía seguir escuchando tantas tonterías.


- Discúlpenme, tengo que ir al baño.- se levantó tranquilamente sin siquiera mirar a verlos.


Camino tranquila al baño. Al entrar no aguanto más y se deshizo de la fingida calma. Corrió al cubículo más cercano tomó su cabello de lado y comenzó a vomitar.


- Espera aquí... vas muy bien.- Dylan decidió ir tras Kate.


Miraba fijamente su reflejo en aquel baño cuando escuchó que la llamaban del otro lado de la puerta.


- Pasa, no hay nadie.- Dylan obedeció y entró.


- ¿Qué fue todo eso Dylan?.- con fuerza deposito el papel con el que se secó las manos en el cesto.


- Ayer no busque como zafarme de eso. Estábamos en un parque conversando. Le dije que habías accedido a verla aquí, luego me preguntó sobre ti y sobre que clase de relación teníamos. Le conté la verdad, que estábamos por casarnos hasta que conociste a Jessica y vi como la cara de tu madre cambió mostrando una llena de asco. Temí que no quiera saber nada más de ti y comencé a mentir, es por eso que ella cree que Jessica solo fue un desliz y que eso ha acabado.


- Nuestra relación se quebró mucho antes de Jessica.


- Kat lo se, pero ¿Qué más podía decirle?. Primero tenía que preguntarte a ti pero sigo bloqueado, créeme que hubiera esperado tú respuesta antes de continuar hablando.- Kate guardo silencio, lo miraba iracunda.


Suspiro enojada aguantándose las ganas de golpear su estúpida cara.


- Ahora mismo podemos decirle la verdad, acabemos con esto. Tu madre debe quererte tal cual eres, estamos a tiempo Kat.- se acercó para tomarla de la cintura.


- No me toques así.- evito el agarre.- tienes razón, vamos, le diré la verdad.- y ambos salieron de aquel baño.


Dylan caminaba tras de la pelirroja. Con un gesto indicó a la mujer de la mesa que deberían pasar al plan b. La madre de Kate entendió el mensaje cambiando su semblante a uno más severo.


- Amanda...


- Kiki soy tu madre, no me llames Amanda. Se que no lo merezco pero me gustaría que me dijeras mamá.- Kate trago saliva.


- M..mamá..- sus labios obedecieron sintiendo sus palabras un tanto vacías.


- Así esta mejor, me haces muy feliz Kiki.- Sonrió con ternura.- dime.


- Ella se llama Jessica y es mi...- Kate dejo de hablar al ver que su madre se levantaba de su lugar.


- Kiki no tienes que darme explicaciones, no me interesa quien sea ella o como se llame. Ven acá, ya esta mami para cuidarte.- sentándose a su lado extendió los brazos para envolver a Kate en un abrazo.


Su cabeza encajo en ese pecho. Los delgados brazos de su madre la cubrían como si de un manto se tratara.


>> ¿Qué es esto que siento?, este calor en mi cuerpo. ¿Acaso a esto se refieren cuando hablan de amor maternal?<< pensó la pelirroja aferrándose a ese cálido abrazo. No pudo contenerse más y las lágrimas comenzaron a descender de sus mejillas.


No sabia bien por qué lloraba. Si por ese abrazo que toda su vida necesitó, por saber que su madre había sufrido mientras ella y su padre pensaban que era un ser sin corazón por haberlos abandonado o por la situación que tenía referente a Jessica.


Sus pensamientos iban a mil por minuto y por más que pensaba no sabia como manejar esa situación. Era obvio que no quería perder de nuevo a su madre, que ella también quería conocerla y saber todo de ella. Pero era una fiel creyente y... una homofóbica.


- Calma Kiki.- acariciaba su sedoso cabello rojizo.- Te diré un secreto.- deshizo el abrazo para poder mirarla a los ojos.- cuando aún vivía con ustedes papá tenía un amigo llamado Derek. Habían sido amigos desde la secundaria, con los mismos gustos rockeros y su enorme pasión por los autos.


- Llegue a verlo un par de veces cuando tenía como nueve, luego el se fue a otra ciudad por trabajo. No volví a saber nada de él.- se limpio las lagrimas con una servilleta.


- Derek estaba enamorado de tu padre, yo siempre lo supe pero tu padre nunca quiso creerlo. Hasta que un día Derek lo besó a la fuerza, tu padre se lleno de asco y lo golpeó hasta casi matarlo. Siempre fue un cavernícola violento, pero ese día su violencia estaba muy bien justificada. Tenían un taller automotriz juntos, no se si lo recuerdes, tal vez las visitas que viste fue porque vendieron el lugar para cortar toda conexión. El caso es que no debes sentirte nunca mal porque esa mujer te haya engatusado, tu eres como un corderito no un lobo como tu padre.


Esa información le cayó como un balde de agua helada. Su padre, su tierno y carismático padre no podía ser la persona que ella describía. Es verdad que nunca tocaron el tema de la homosexualidad pero no podía creer que él fuera capaz de lastimar a otra persona.


Por otro lado, lo que Amanda decía tenía coherencia. Pasó tal como dijo, vendieron el taller y no se volvió a saber nada de Derek hasta la fecha. Ni al funeral de su padre había asistido, siendo su mejor amigo sin duda alguna él debió de haber estado.


Todo apuntaba que su padre pensaba igual o de una manera parecida a la de su madre. Tal ves si él viviera, su relación con Jessica jamás hubiera pasado, no si en verdad fue un homofóbico como lo era su madre... y tal vez ella hubiera crecido con esos mismos pensamientos.


- Amanda .. verás... Kate y yo no vamos a casarnos. La verdad es que..


- Esperaremos.- interrumpió Kate.- con lo que pasó pensamos que lo mejor sería endurecer nuestra relación.- Kate bajó la mirada comenzando a jugar con sus dedos.


Estaba nerviosa, no sabía porque había dicho semejante tontería. Pensó que eso serviría para ganar tiempo, dejar que su madre conociera a Jessica logrando que cambiará esa fea manera de pensar.


- Sssi....- sorprendido por esas palabras Dylan siguió el juego.- estamos en un momento en el cual debemos pensar si eso es lo que queremos. Yo amo a su hija con todo mi ser.- tomó sin permiso la mano de Kate entre las suyas.- Kate es el amor de mi vida, siempre lo ha sido y siempre será así. Jamás la juzgaré por lo que ha pasado, para mi ella siempre será perfecta. Si ella decide seguir a mi lado, al casarse conmigo me haría el hombre más feliz del planeta.


- Kiki tienes un hombre maravilloso frente a ti.- con los ojos humedecidos la madre de Kate llevo sus manos al pecho ante semejante muestra de amor.- mi señor que esta en los cielos me trajo de nuevo a ti Kiki, quiere que te ayude a dejar por completo ese pecado atrás. Seré tu guía para el buen camino, no te preocupes mi niña; mamá esta aquí.- volvió a abrazarla.- perdona, me he dejado llevar.- limpio de su mejilla una lágrima.- Discúlpame un momento, iré al tocador.- la mujer de cabello castaño oscuro, se levanto del lugar sin decir más.


Vestía ropa elegante y colorida. En su caminar plantaba la espalda alzando la barbilla. Movía las caderas presumiendo de su cuerpo, sentirse una jovencita era su día a día. Era una mujer creída que no aceptaba el paso del tiempo en su ser, a fuerza quería detener el tiempo. Buscaba en todas las cremas, mascarillas o cualquier producto la belleza eterna.


- Kate lo que dije es real.- Dylan habló al ver que Amanda cruzaba la puerta del baño.- Te amo Kat, me gustaría que..- detuvo sus palabras al sentir como la pelirroja le arrebataba la mano.


- Yo ya no te amo, fui sincera contigo. Mi corazón le pertenece a alguien más.


- ¿Entonces por qué le dijiste eso a tú madre?, ¿A que quieres jugar?.- comenzó a llenarse de cólera, sin embargo respiró. No podía enojarse, no debía gritarle a Kat. Debería tener cuidado con sus actos, por lo menos hasta que Kat vuelva a su lado.


- A esa señora yo no la conozco, puede ser verdad todo eso que dice. El solo pensar que ella estará a mi lado es una alegría que no puedo describir. Pensar que puedo recuperar todo el tiempo perdido me llena de esperanza, pero...- desvío la mirada a su latte.- no quiero perder a Jessica. Dije eso para ganar un poco de tiempo, debo hallar la manera de que entienda mi relación con ella.


- ¿Tú crees que ella lo vale?. Ponte a pensar un momento Kat. ¿Cuánto crees que eso dudará? ¿Cuánto tiempo pasara antes de que ella te engañe con alguna modelo, cantante u otra de esas atractivas mujeres que siempre la rodean?.- la mirada de Dylan era fría y estaba cargada de odio.- Es una mujeriega, averigüé, todo mundo lo sabe. Toda su vida se la ha pasado de cama en cama. ¿Qué te hace pensar que le eres especial? Abre los ojos, ese mundo no es para ti, junto a mí, junto a tu madre serás feliz.- su voz trataba de ser dulce.- piénsalo Kate, yo puedo hacerte feliz. Al casarnos, al hacer abuela a tu madre seremos una gran familia; esa que tanto has deseado.


Los verdes ojos de Kate miraban al vacío. Las palabras de Dylan eran duras, hasta cierto punto crueles pero verdaderas. Cuantas veces ella se había hecho esas mismas preguntas.


Su mente jugó a favor de aquel chico rubio al hacer que recordara aquella noche que despertó sin su amada en la cama. Aquella noche que la busco por toda su casa, aquella noche que se quedó callada al escucharla llegar después de casi una hora. Si es que eso fue lo que tardo porque nunca la escucho salir.


Que tonta había sido, se dejó llevar por esa sonrisa, por esos profundos ojos, por todas las veces que han hecho el amor que se le olvidó preguntar que fue lo que pasó esa noche. ¿A donde había ido?


Sus temor regresaba, Dylan tenía razón. ¿Cuánto tiempo le quedaba a esa relación? Cuando se acabara aquel sueño con la cantante sólo le quedaría un corazón roto en miles de pedazos, pedazos llenos de recuerdos que solo la ayudarían a sentirse peor en ese momento.


Ahora con tan solo pensarlo el corazón se le apachurraba y las lagrimas buscaban una salida. Algo que no ha pasado comenzaba a dolerle ¿Cómo se sentiría en unos años, meses o en unos días cuando eso sucediera?.


Tal vez debería plantearse las cosas, poner los pies en la tierra y hacerle caso a él, a su madre.


Las cosas pasan por algo ¿no?.


Eso dicen algunas personas, por algo su madre regreso a su vida. Por alguna razón el destino se empeñaba a abrirle los ojos, a decirle de esa manera abrupta que Jessica solo era algo pasajero, algo hermoso, maravilloso pero al fin de cuentas.... temporal.


 


Continuará....


_____________________________

Notas finales:

¿Y bien?....


Lo sé, lo sé.... creo que ya se van imaginado a donde se desviará la historia a partir de ahora.


No me odien... xD


Saludos, si han llegado hasta aquí a pesar de que no actualizo seguido de verdad muchísimas gracias. Esta historia es mi bebe, he escrito desde que estaba en la secundaria. Recuerdo que todo lo que salía de mi cabeza era plasmado en viejas libretas que pasaban de mano en mano. En ese tiempo habían historias cortas y 2 historias largas en mi cabeza.


Una de ellas se llamaba 'lucy', ahora mismo ni se bien de que trataba. Solo se que estaba larga y a varios de mis amigos les gustaba, paso de mano en mano que nunca me enteré ni donde y ni con quien acabo; así como tantas de las otras.


En cambio esta, la historia de Kate y de Jessica fue plasmada de diferente forma. Conocí a quien ahora es un amigo, fanático del dibujo, de los cómics y de historias lesbicas. Así que nuestra amistad nos llevó a tardes en su cocina donde el dibujaba lo que yo redactaba. Ohh yess! Tiene su cómic así como lo leen ^_^.


Decidí plasmarlo para que al estar vieja lea las tonterías que pensaba y recuerde la música que escuchaba. Sin contar que Alex no dibuja más por razones de salud.


En fin gracias por leer y por acompañarme hasta aquí. En el siguiente capitulo hablaremos sobre el título.


Sin más pido disculpas por faltas de ortografía o alguno que otro tecladazo.


Los quiere


E.L.


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