Al menos había logrado que Rin dejara de insistir en su expresión, ahora era él quien lo refugiaba entre sus brazos mientras se frotaba contra él. Quería que también se sintiera confortable y sin pensarlo mucho había comenzado a lamerlo.
Parecía sentirse más tranquilo conforme lo hacía, e incluso había comenzado a ronronear mientras sus ojos se cerraban y se movía un poco intentando darle espacio para que continuara.
Comenzó por su rostro lentamente mientras lo abrazaba, era una sensación agradable el acariciar a Rin de esa forma y no quería detenerse pronto. Bajó a su cuello y suavemente pasó su lengua sobre su piel mientras acariciaba su cabello.
El cuerpo de Rin se tensó al sentir la lengua de Haru recorriendo su cuello, no era la primera vez que hacía algo así, pero en esa ocasión pudo sentir claramente sus papilas y sin poderlo evitar una extraña sensación lo invadió.
—¿Estás acicalándome? —se había puesto nervioso luego de sentirlo y se separó ligeramente de él intentando recomponerse.
—¿Te incomoda? Puedo detenerme si quieres —acarició su cabello suavemente mientras lo miraba, lo único que quería hacer era ayudarlo a estar más tranquilo y mostrarle su amor, pero no iba a hacer nada que lo hiciera sentir extraño.
—No se trata de eso, solo fue nostálgico —acarició sus mejillas suavemente sin dejar de verlo—. La última vez que lo hiciste fue antes de que empezáramos a salir, cuando estuve a punto de pelear con los chicos que intentaban intimidarme.
Ambos sonrieron, aun recordaban lo que ocurrió en ese momento y como Haru intentó tranquilizarlo con los lengüetazos que daba sobre su rostro.
En aquella ocasión Rin había comenzado a reír preguntando que era lo que trataba de hacer porque sólo causaba cosquillas, y al saber lo que intentaba no hizo más que repetirle lo extraño que era, aunque le encantaba la idea de que estuvieras tan preocupado como para hacer algo así de vergonzoso.
Pero esta vez era diferente, mucho; nadie lo intimidaba ni Haru intentaba calmarlo para evitar una pelea. También sintió un cosquilleo cuando su lengua lo tocó, y no era para nada parecido al de la primera vez.
Esta vez estaban enlazados, Rin pasaba por su celo y los lengüetazos no se habían detenido en su rostro. No quería admitirlo por lo vergonzoso que resultaba, pero con todo lo que le rodeaba el cosquilleo que sintió no era sino las ganas de que Haru lo tocara.
Su cuerpo estaba mucho más sensible a cualquier contacto con Haru y principalmente en el área cercana a la mordida. No lo mencionó, pero cuando pasó cerca de la marca recordó lo que sintió al enlazarse y se preguntó como se sentiría ser acicalado de esa forma mientras sus cuerpos se unían.
Había notado desde hace un tiempo que varias cosas en el aspecto de Haru le causaban ese mismo cosquilleo pues sus ojos dorados y sus colmillos le parecían algo muy atractivo y también pensó en varias ocasiones lo que sentiría al compartir un momento así con él y ver estas características.
No se sentía avergonzado por desearlo, incluso si fuera beta en algún momento de su relación hubiera pensado en él de esa forma y estaba consciente de ello, lo que realmente le avergonzaba era lo mucho que Haru se contenía por ir más allá de lo que habían hecho hasta ese momento y como él ansiaba el día en que por fin se entregaran por completo.
Haru volvió a acicarlarlo, pero estaba enfocado únicamente en su rostro mientras acariciaba su cabello suavemente. Todo en el comportamiento de Rin le indicaba que algo no estaba bien, pero también sabía que no hablaría al respecto tan fácilmente.
Quizá lo mejor sería esperar hasta que él mismo decidiera hablar, habían pasado demasiadas cosas en poco tiempo y afrontarlas no era tan sencillo. Mientras tanto estaría ahí para él así como contaba con Rin cuando lo necesitaba.