Una grande ola de brindis y buenos deseos se hicieron presentes, todos los que estaban presentes conocían bien que significaba los llamados de felicidad, Wei Ying había entrado a ese lugar con la idea de hacer quedar en alto el nombre y apellido de su familia, sin embargo, las circunstancias habían cambiado y por supuesto no saldría de el sin el apellido del sultán pesando al final de su nombre, como un hierro caliente que lo marcaria de por vida.
Ya no había forma de regresar a casa, forma de que eso se deshiciera, que todos cambiaran aquella decisión, Wei Ying miro a su padre, tenia una mirada llena de miles de sentimientos, conflictos internos, podía ver el esfuerzo que este hacia para no armar un escándalo, para no oponerse a la decisión del sultán, su madre sujetaba a su padre del brazo, intentando brindar consuelo, intentando calmar su alma, su ser.
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Fue llevado a una alcoba, dentro del Topkapi, donde yacía todo el harén del sultán, las alcobas mas grandes y hermosas estaban destinadas a las concubinas que llegaron primero, el por su parte se localizaba en una de las mas retiradas y para su gusto pequeña, el, el gran Wei Ying acostumbrado a lugares espaciosos, su padre, el hombre que le brindaba lo mejor de lo mejor, la mejor habitación de todo Yunmeng, mejor iluminación, con un lago de lotos como vista solo para él, con las más finas telas cubriéndolo como cortinas, una cama grande y suave para que descansara, prendas finas y delicadas para cubrir su cuerpo y ahora todo eso había cambiado, se encontraba en una habitación que si apenas llegaba a ser un tercio de lo espaciosa que era la suya, la tela era aceptable pero no su agrado, la decoración era horrorosa y lúgubre, no le gustaba, quería cambiar eso.
Se le había permitido que su madre y hermana pasaran a sus nuevos aposentos, excepto por su hermano y padre, al ser varones mancharían la pureza del resto de concubinas, aun si sus intensiones fueran buenas, seria mal vista, el único varón que podía entrar era el emperador, ni más ni menos.
-Wei Ying, no has olvidado lo que hablamos verdad hijo? - interrogo Yu Zi Yuan mientras ingresaba con su hija.
-madre, es mejor que dejemos procesar todo esto a a-xian – dijo en tono suave mirando el lugar -debe ser una grande conmoción que el emperador lo haya elegido como su nueva esposa-
-concubina- corrigió Wei Ying mientras suspiraba sentándose en aquella cama, frunció el entre cejo, estaba dura, poco suave -no es lo mismo, solo quiere otro agujero para aparearse-
-te acostumbraras- susurro su madre mirándole con una suave mirada comprensible.
-no deseo acostumbrarme, por que he de aceptar menos cuando padre me ha dado todo? - interrogo sin comprender -si es el gran sultán, podría darme mas que tengo en casa no? -
-así es- susurro su madre sentándose a su lado -pero no eres único en la vida del sultán, hay más, en casa todos te vemos a ti mi pequeño, aquí el ve a mas de uno, si no has olvidado mis palabras sabrás que hacer-
-madre… viste como tenia a ese doncel? -
-lo vi- susurro suave -pero tu belleza ni siquiera es opacada por la de él, tu sabiduría menos – susurro suave besando sus manos -nuestra pequeña flor de loto-
-que sucederá con Wen Xu?, no pude siquiera hablar con él y explicarle-
-papá y Jiang Cheng se encargan de eso- tranquilizo su hermana mientras le veía -evita hablar de el en presencia del sultán, ningún varón soporta que su mujer hable de otros-
-ni siquiera nos hemos casado, mucho menos ha dado el dote por mí a padre, como podría exigir ese respeto si él ni siquiera me dejo hablar o abrazar a padre y a Jiang Cheng-
-negociaran eso mañana- comento su madre -tu padre pedirá lo mas alto en dotes que jamás alguien haya pedido- dijo suave.
-cuando será la ceremonia de boda? - interrogo Wei Ying curioso -estarán aquí cierto? -
-pronto, el sultán no suele ser alguien paciente, lo mas lejano serian tres meses, pero…-
-se celebrara en un mes- hablo aquella voz gruesa, los tres se pusieron de pie ofreciendo una reverencia -no es necesario- calmo Lan WangJi mientras sonreía -he hablado con el general Fengmian y hemos acordado que en un mes es buen tiempo- dijo suave -Señora, señorita, me podrían dejar un momento a solas con mi futura esposa?- interrogo de forma amable aunque ciertamente eso sonó mas en orden que en pregunta -he solicitado que les adapten unas habitaciones para que puedan pasar esta noche, afuera las guiaran.
-entiendo- dijo Yu Ziyuan, se acerco a su hijo depositando un beso en su frente, regalo una caricia a su mejilla y suspiro -te veremos por la mañana- aseguro a su pequeño -Mi señor- llamo al Sultán mirándole -solicito no agrega a nuestra flor- pidió seria, podía ser amable y conocer su lugar, pero antes de ser esposa era madre.
-vaya tranquila, como dije, deseo hablar- dijo con calma, aunque su mirada se oscureció, quien era ella para hablarle de tal forma, no olvidaría aquella falta.
Apenas estuvieron a solas, Lan WangJi camino hasta la pequeña mesa alejada de la cama tomando asiento mirando de forma suave a Wei Ying el cual cerro las puertas de aquella habitación.
Wei Ying era juguetón, coqueto por naturaleza, incapaz de sentir vergüenza o eso decían, sus mejillas no se ruborizaban como las del resto, estar a solas con un varón no le intimidaba, convivía con su hermano todos los días, se bañaba ocasionalmente con él, aunque no estuviera bien, aunque eso era un secreto de familia y no debía salir de ahí o seguramente les acusarían de blasfemia.
-mi señor, es demasiado tarde para que visite a este humilde ser- hablo Wei Ying tomando asiento frente el sultán, sirvió aquel té con gracia y sentándose de forma derecha sonrió suave, si en algo era bueno era en usar sus encantos para conseguir lo que quisiera, ese tal Mo XuanYu no evitaría que el consiguiera lo que su madre le había indicado, llevaría honor a su padre logrando como primer objetivo, convertirse en la favorita del sultán.
Lan WangJi sonrió suave, miraba atentamente cada movimiento, cada rasgo, nada pasaba desapercibido ante la mirada de él. -haces honor a tu tierra, tu belleza es inigualable- confeso mientras le miraba.
-sus ojos hacen el favor de favorecerme para su deleite- dijo sonriendo mientras olvidaba por un momento las etiquetas, recostó su rostro sobre su mano mirándole de la misma forma -sus ojos me gustan mucho, mi sultán-
-dentro de tus aposentos… puedes decirme Lan Zhan- accedió, primer honor y Wei Ying se sentía triunfante, acaso las otras tres concubinas podían tener tal honor?, no lo sabía, solo sabia algo, no se enamoria, jamás lo haría, ese hombre podría llegar a ser su perdición.
-Lan Zhan- dijo Wei Ying con un ligero toque seductor -me gusta, es hermoso- sonrió suave.
-me dirás como puedo llamarte dentro de aquí? - cuestiono WangJi esperando retribución a sus palabras, sin embargo, observó al ajeno enderezarse y sonreír de forma juguetona para verle.
-usted puede llamarme como quiera, estoy a su servicio- dijo suave.
-solo bajo el mío? - interrogo el de túnicas blancas con cierto toque resentido.
-claro que si mi señor, me ha dado el honor de servir a usted, así que me siento dichoso y por supuesto honrare su nombre-
-Wen Xu- soltó Lan Zhan mirando a Wei Ying, esperando una reacción en el pero no había ninguna, como si aquel nombre no fuera nada en su vida, como si no lo conociera.
Wei Ying sabia que ese tema seria tocado tarde o temprano, después de todo le había regalado un espectáculo a Lan Zhan antes de ser nombrado -el superior Wen Xu?, ¿qué sucede con él? - interrogo con todo tranquilo limpiando una de las mandarinas que se encontraban en el centro para sonreír.
-pensé que tenias algo con el- dijo sin rodeos.
-mi padre dijo que si el no había pedido mi mano entonces no era algo serio, entonces, por qué preocuparse? - cuestiono con calma teniendo completamente limpio el primer gajo -acaso el superior Wen Xu le ha ofendido mi sultán? -
-en absoluto, solo me quede con esa duda- susurro mientras veía aquellas finas manos trabajar -mi madre… desea conocerte-
-oh, vaya- sonrió suave teniendo completamente toda la mandarina limpia, acercándose al sultán sin miedo se sentó a su lado para tomar uno de los gajos y acercarlo a los labios ajenos, Lan Zhan lo medito por un momento y sin titubear acepto aquello gustoso, Wei Ying parecía complacido pues sonrió secando los labios del WangJi con cuidado -si la sultana madre me ha llamado, quien soy yo para oponerme?, al contrario, me siento honrado de que mi presencia sea solicitada de forma tan rápida, pensé que mi existencia aquí seria trivial- susurro acercando otro gajo a los labios ajenos con cuidado mientras sonreía.
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Lan WangJi salió cuando lo considero prudente, nada había pasado, nada atrevido aun, no era momento, sin embargo, Wei Ying había quedado satisfecho, había tenido un gran avance para él.
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La mañana llego y con ello el ruido escandaloso mañanero, cosa que Wei Ying no le disgustaba, en su hogar todos estaban despiertos desde las 5 de la mañana empezando por su padre, aunque el por lo general estaba de pie desde las 7 am no salía de inmediato, gustaba de meditar, gustaba de pensar y organizar su rutina, pero estando en un lugar desconocido, realmente seria difícil lograr armar algo.
Con un traje color lila ajustado a su cuerpo remarcando su silueta, ato su cabello a una coleta alta y salió, quería conocer, aunque cuando salió con quien se topó le di la indicación de que procedería a hacer ese día.
Y ahí estaba, ingresando haciendo una reverencia a la madre sultana, una mujer hermosa, joven, con ropas finas, llena de joyas que atenuaban su vestidura.
-madre- susurro Wei Ying besando la orilla del vestido ajeno en señal de respeto y sumisión, el gesto parecido agradar a la mujer pues aquella sonrisa de superioridad y satisfacción no tardo en aparecer.
-toma asiento, Wei WuXian- indico la mujer -te he invitado a tomar el desayuno conmigo hoy para tratar de asuntos importantes, me entere de la decisión de mi hijo, me alegra saber que esta vez no solo eligió un cuerpo bonito si no también una cara, aunque veo que no gustas de pintarte el rostro como las otras tres- bromeo con cizaña, Wei Ying miraba atento a la mujer manteniendo callado, escuchando, al parecer los rumores de que ella tuviera un favorito no eran del todo ciertos.
-no me resulta grato cubrir mi rostro en exceso gusto de usar esos productos, pero solo de forma especial- aseguro.
-bien, como sabrás Mo XuanYu es el favorito del sultán en estos momentos- dijo suave -antes de él, ese lugar era ocupado por A-Qing- dijo suave haciendo una pausa -todos creen que aborto antes de dar a luz pero eso es falso, ella tuvo un varón, pero Mo XuanYu se encargó de deshacerse de el- dijo suave -su codicia por que nadie le quite su lugar es demasiado alta, tanto que ni siquiera el sultán a logrado notar sus ambiciones, Mo XuanYu también es culpable de los abortos de la concubina Ling Jiao- dijo suave -Mo XuanYu se ha convertido en un severo dolor de cabeza para mi-
Wei Ying parecía meditar cada palabra con cautela, sin mostrar signo de emoción o miedo -pero… ayer el gran sultán dijo que estaba enfermo, ¿alguien enfermo puede hacer tales atrocidades? - cuestiono con un toque de ligera ingenuidad.
-Mo Xuan Yu no esta enfermo- aseguro ella -hace creer a mi hijo que es así, de esta forma el le tiene mas cuidados y atención – dijo con calma -su único problema es que su cuerpo es débil para concebir, no ha logrado lo que las otras dos si y eso lo llena de coraje- suspiro. -tu serás mi arma para deshacerme de él, entiendes?, esta noche, Lan WangJi asumirá el control total de todas estas tierras, tu entraras en su cama-
Wei Ying casi se atraganta de no ser por que no tenia bocado alguno, miro a la mujer incrédulo, que había de la boda?, ¿que había del dote que aún no habían entregado a su padre?, esas cosas realmente le molestaban, pero…
-se que hoy es tu día más fértil- dijo la mujer viendo a Wei Ying el cual se avergonzó por primera vez, esa información era tan intima que nadie la sabia, ni siquiera su hermana. -solo debes darle un varón al sultán para quitar a Mo XuanYu del trono donde esta, del resto me encargare yo-
-Así que por eso todos andan arreglando afuera- susurro pensativo -pero madre, como justificare tal atrevimiento hacia el sultán y hacia mi familia? -
-Regalo- dijo cortante -has dado un regalo al sultán, tu castidad se la entregaras a él, después de todo, ¿eres puro no? -
-por supuesto que lo soy! - exclamo suave y serio viendo a la mujer.
-Bien, entonces no hay de que preocuparse, tus sabanas manchadas de sangre serán muestra suficiente- dijo suave -por cierto, si te llegaras a convertir en un dolor de cabeza como Mo Xuan Yu me desharé de ti, sin dudarlo, así que es mejor pintar limites desde este momento-
-mi vida, esta para servir a usted y a mi señor- aseguro agachando la cabeza.
-Retirate- demando de forma seria.
Wei Ying salió sin dudarlo, odiaba ese tipo de personas, todas buscando aprovecharse del asunto, aquel desayuno ni siquiera se consumó, todo quedo ahí, pero si era verdad que Mo XuanYu era el mostro que le habían dicho, sin duda tendría que ser muy cuidadoso.
Wei Ying aun no había sido presentado de forma más discreta e íntima al resto de concubinas, y eso era lo mejor por el momento, hasta que no tuviera un lugar seguro, es decir una posición favorable al lado del sultán.
La madre sultana había puesto a vigilarlo, aunque ella prefería llamarlo guardia personal, su nombre era Zhao Zhuliu, un varón muy callado y reservado.
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Esa misma tarde de regreso se encontraba Lan WangJi, yendo a los aposentos de su madre ingreso con su hermano haciendo una reverencia.
-WangJi- saludo suave su madre poniéndose de pie para ir con su pequeño sujetando su rostro -una nueva etapa sonríe a tu vida, afortunado eres de que ála este contigo- susurro -orgullosa me siento de poder verte recorrer este camino y estar a tu lado- dijo la mujer sonriendo.
-querida madre, me alegra y me llena de dicha que estes conmigo- susurro juntando su frente con la ajena para sonreír.
-WangJi, es hora de la ceremonia- susurro Lan Xichen manteniendo su sonrisa tranquila, amaba esos momentos que su pequeño hermano podía tener con su madre.
Caminando los tres con el resto fueron a la torre donde la ceremonia seria llevada.
-Madre, ¿crees que WangJi este feliz y satisfecho? - interrogo Lan Xichen en susurro a su madre.
-Claro que sí, Lan Huan- susurro suave viéndole -el sol ha sonreído finalmente para nosotros, tu hermano cambiara este mundo.
-El sultán y gobernante Lan WangJi! - y ante aquella presentación el soberano de todo tomo asiento mientras que el resto de gobernadores pequeños agachaban la cabeza en señal de sumisión y respeto.
Muchos de los miembros del consejo se acercaron para saludar hasta que el los detuvo con un gesto de mano -El derecho de una madre es el derecho de alá- dijo en tono alto y firme, e de informar que después de mí, la segunda figura mas importante es mi madre y su palabra tiene el mismo valor que la mía, aquel que la ofenda, me ofende a mí.
Todos miraban sorprendidos, su madre no sabia que sentir en ese momento, ¿alegría?, ¿miedo?, ¿emoción?, no había forma para describir lo que su mirada reflejaba, después de todo no sabia como reaccionarían todos ante esa noticia.
La noticia fue llevada a prisa por Jin GuangYao a Mo Xuan Yu, realmente no esperaba esto, Lan WangJi siempre le consultaba todo en su lecho, ¿por qué no ahora?, por que no darle esta noticia primero.
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A prisa salió de su habitación, todo iba mal, debía hablar con la madre del sultán lo mas pronto posible, debía quedar en buenos términos o todo se iría a la basura.
-sultana madre- saludo cuando la topo por aquel largo pasillo agachando la cabeza.
-Mo XuanYu- saludo -No hay necesidad de que lo hagas, después de todo, eres la esposa de mi hijo- reconoció muy a su pesar.
-todo el imperio celebra, hace demasiado tiempo no la veía y realmente la extrañaba- aseguro levantando la cabeza.
-Madre sultana- saludo A-Qing haciendo una reverencia.
Mo XuanYu rodo las cuencas de sus ojos, ahora todo empeoraría si no manejaba bien las cosas.
-Sultana madre- hablo Mo Xuan Yu -mientras usted se recuperaba de la perdida de vuestro amado esposo, he cumplido bien mi labor, he hecho feliz a mi sultán.
-Mo XuanYu, no puedes ignorar a tu hermana concubina A-Qing- llamo suave la mayor mirándole.
-no hay necesidad de tomarla enserio, madre- respondió -la sultana A-Qing no es mas la favorita de vuestro sultán- dijo con desdén.
-no vayas tan lejos Mo Xuan Yu, quien sugirió eso a WangJi fui yo, por su bienestar- exclamo seria.
-pe…-
-guarda silencio, a partir de hoy, estas frente a la madre del sultán y debes conocer tu lugar, acaso no lo has sabido?, cualquier ofensa a mi persona es una ofensa directa a vuestro amado sultán- recito con la cabeza en alto.
Mo XuanYu se fue sin despedirse como era debido, estaba lleno de ira, furioso.
-Madre sultana- saludo de nuevo A-Qing -Wei WuXian está preparado-
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Wei Ying había sido encerrado en su alcoba después del almuerzo, había sido bañado a la perfección por ordenes directas de la madre del sultán, no había visto a su madre o hermana, después de todo se le había informado que estas habían partido para recoger algunas cosas y llevarlas para el día de la boda.
El baño había sido con agua caliente pero sin llegar a quemar, llena de perfumes de loto como el solicito, secaron y a la perfección su piel, colocaron aquellas prendas rojas con decoraciones doradas, una tiara en su cabello suelto y lacio que combinaba a la perfección, aplico un poco de pintura negra en forma de delineado en la orilla de sus ojos, solo para resaltar, un ligero bálsamo en sus labios de sabor cereza y el se considero listo, no mucho, el se sentía bien así y cuando la sultana madre entro y lo vio se lo confirmo.
-estas listo- soltó mirándole de pies a cabeza.
-guialo, Zhao Zhuliu, Wei WuXian, si haces algo mal, juro que te hare la vida un infiero- demando la madre del sultán en forma de orden.
-seré bueno, madre sultana, traeré dicha a usted y a mi sultán- aseguro
Wei Ying salió tras el varón, con cuidado, sin prisa, seria su primer noche con algún varón y no sabia que sucedería, que tan placentero o doloroso seria, pero no tenía miedo, solo era sexo, usar a la madre del sultán para asegura su lugar había sido un movimiento arriesgado.
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Mo Xuan Yu había vuelto a su habitación después de su pequeña rabieta.
- ¿Que noticias tienes, Jin GuangYao? - cuestiono serio mientras se veía en el gran espejo.
-Mi sultán Mo Xuan Yu, he averiguado todo, la madre sultana ha mandado a la nueva concubio a la habitación de mi señor sultán- aseguro -lo he visto yo mismo-
-agh! ¡Maldición!, se que esa bruja quiere deshacerse de mí, pero esto es ir lejos, apenas ayer se conocieron- exclamo molesto -la madre sultana me ve como una amenaza a su nueva posición y a la del resto, si quiere guerra, guerra le daré, hare que llore a mis pies y pida clemencia por esta falta- aseguro sentándose en la orilla de su cama -planea que ese nuevo niñato de un hijo al sultán, pero, si he logrado deshacerme de mas de 10 intentos anteriores uno nuevo, no será problema-
-mi sultana Mo Xuan Yu, no debería seguirle el juego a la madre sultana, no es propio de usted-
-estoy cansado Yao, siempre es lo mismo, desde que Lan WangJi me eligió como su nueva concubina, desde esa momento ella me odia, me hizo la vida un infierno, por que he de seguir callando cuando puedo callarla yo también- susurro suspirando.
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Finalmente, Wei Ying estaba en los aposentos del sultán, se sentía un poco emocionado.
Entro de forma suave, sin llamar, Lan WangJi volteo a ver quien había irrumpido en su habitación, su cara de sorpresa no se hizo esperar, por lo general, quien lo recibía de esa forma era Mo Xuan Yu.
-No esperaba que vinieras tu- aseguro viéndole.
Sin contestar, Wei Ying se acerco para agacharse y besar su túnica, un gesto de sumisión y respeto, después de todo el era su amo, su señor.
-Vendré a usted siempre que me piense- aseguro sonriendo suave.
WangJi sonrió suave, un gesto fácil de percibir,
-esta noche, te ves demasiado hermoso, Wei WuXian- susurro suave viéndole.
-usted no se queda atrás, es demasiado maravilloso- aseguro.
Ante el atrevimiento, WangJi lo atrajo de forma ruda a su cuerpo, sujetándole de la cintura, Wei Ying soltó un ligero gemido ante tan gesto.
-Lan Zhan- susurro Wei Ying mientras se sujetaba del ajeno, acaricio con cuidado la mejilla del mas alto, y sonrió coqueto como solo él sabía hacerlo.
Lan WangJi tomo del mentón al ajeno para besarlo, unió ambos labios en un beso desesperado, pasional, rudo, mordió el labio inferior ajeno, introduciendo su lengua sin cuidado, disfrutando y saboreando su cavidad bucal.
Wei Ying tembló ante las caricias de su sultán, Lan Zhan bajo sus manos al trasero ajeno, apretándolo acariciándolo, subiendo sus manos a la espalda ajena.
-Hazme tuyo, mi sultán- susurro Wei Ying contra los labios ajenos,
-dime tu nombre de nacimiento- exigió suave mientras besaba su cuello, su piel olía demasiado bien.
-Wei Ying- susurro y solo eso fue sucinte.
WangJi lo desvistió, disfrutando la vista, la piel era suave al tacto, blanca, dulce, quito aquello del hermoso cabello azabache para recostarlo en la cama.
Wei Ying se sentía expuesto, el sultán lo tenia a su merced -no es justo- susurro -mi sultán aun esta cubierto y yo sin embargo me mezclo con el frio de su habitación- susurro.
-Se paciente- soltó mientras se desprendía de sus prendas, ¿se quitó la corona dejándola a un lado -cuantos han estado entre tus piernas? - interrogo, aun la idea de que Wen Xu lo hubiera poseído primero le atormentaba.
-Mi sultán no ha sido el primero en tocar mis labios, mi piel- contesto Wei Ying viéndole con sus ojos risueños -pero mi sultán será el primero en poseer mi pureza- aseguro.
Y como si de palabras mágicas se trata, los dorados ojos de WangJi se dilataron, Wei Ying abrió sus piernas invitándolo a acomodarse entre ellas.
-no hagas esperar mas a tu mas fiel sirviente- susurro Wei Ying -dame de tu calor como solo tu puedes hacerlo, no necesitas medirte, no necesitas contenerte que alá me ha hecho especialmente para ti-
Lan Zhan sin esperarlo mas se acomodo entre sus piernas, recostando su cuerpo sobre el ajeno, acaricio con su diestra una de las piernas ajenas, la cual se enredo en su cadera aprensándolo para que se uniera más.
-Eres demasiado atrevido- aseguro Lan Zhan mientras besaba el vientre ajeno, dejando ligeras marcas mientras Wei Ying acariciaba los cabellos ajenos sin pudor.
-solo con usted mi señor, solo soy así con mi sultán, no haga esperar mas a este fiel seguidor suyo y lléneme- rogo con los ojos llorosos -márqueme, quiero que sepan que soy del sultán, quiero portar en mi piel el rastro de su presencia.
-atrevido- murmuro metiendo dos dedos en el interior ajeno mientras mordía su cuello para frotar su miembro con el ajeno, la diferencia de tamaño era notable, sin embargo, a Wei Ying no parecía importarle, estaba seguro que podría complacer y recibir por completo al sultán.
Las suaves caricias y ligeros movimientos se volvieron cada vez mas demandantes, el pecho del que yacía sobre la cama subía y bajaba de forma desesperada, Lan Zhan había tocado un exquisito punto en sus entrañas, se sentía bien, lo hacía temblar, sentirse a gusto.
Entro, finalmente entro, expandiendo con la punta de su miembro las carnosas paredes de Wei Ying, regando un liquido carmesí en el proceso, Lan Zhan sonrió, Wei Ying no había mentido cuando hablo de su pureza.
-du-duele- gimoteo Wei Ying, sus mejillas estaban rojas, sus labios ligeramente abiertos e hinchados, sus ligeros ojos llorosos le hacían ver adorable y entonces, entonces WangJi comprendido que no debía hacerlo esperar más, empezó a embestirlo de forma suave, buscando aquel punto que provocaba que el menor lo llamara, que hacia que su Wei Ying se aferrara más a él.
El sonido de sexo salía de la habitación, Wei Ying no era nada discreto, gemía genuinamente, Lan Zhan lo embestía como nunca antes había embestido a alguien, enterrándose en sus entrañas sin descanso mordiendo y marcando su hermosa y suave piel con sus labios y manos.
Wei Ying experimento sensaciones que jamás imagino vivir, su cuerpo no se sentía suyo, se había rendido ante su gran sultán.
La posición había cambiado y ahora Wei Ying lo montaba, apoyándose del abdomen ajeno para mantener el equilibrio, mordía su labio inferior intentando contener aquellos descarados sonidos, ¿pero era imposible -e-estas demasiado dentro- gimió -Ah...ah dios Lan Zhan...pu-puedes verlo? - interrogo enderezándose para moverse mas rápido -a-aquí- acaricio cerca de su estomago -me llenas tanto… dios quiero tener tus cachorros- susurro moviéndose.
Lan Zhan se había dejado domar por Wei Ying, solo esa noche, se veía tan hermoso mientras subía y bajaba, su corazón se sentía cálido, por primera vez se sentía completo.
WangJi aprisiono el cuerpo ajeno y beso con desesperación aquellos dulces labios antes de llenarlo con su semilla, sin aviso y cuidado, Wei Ying contuvo aquel sonido que acompaño al ajeno, se había corrido junto a su señor y ahora dormía plácidamente sobre su pecho-.