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Clockwork Absolution por hana midori

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Notas del capitulo:

¡Hola! Hoy me siento super agotada, pero en el buen sentido, jajaja. Tuvimos festejo y mi pila de socialización está por los suelos. Pero, hey, hace falta salir más, jajajaja. Este capítulo es de mis favoritos también. Pasan cosas súper adorables y algo que por fin todos estábamos 7w7 No diré más, espero que les guste <3 <3 <3

 

Day 14: Singing.

 

Aunque la operación en su garganta sería complicada, lo era mucho menos que instalar todo un par de alas nuevo en la columna vertebral, por lo que, a pesar de la iniciativa de Eros, Hiccup programó primero la cirugía de Jack. Eso, al final, fue buena idea, pues aunque Eros había pedido el cambio, no quería saber nada de éste, y le resultó un alivio enterarse que, cuando le tocara su turno, Jack estaría lo suficientemente fuerte para ir a visitarlo.

 

—Vas a cantarme luego de recuperar tu voz.

 

“Eros, ya te dije que no sé si voy a poder cantar”

 

—¡Claro que podrás! Las sirenas cantan, Jack, y tú vas a cantar.

 

Eros no dejaba el tema desde que se enteró de su operación. Parecía bastante entusiasmado con la idea de ya no tener que practicar el lenguaje de señas, y con la posibilidad de que, ahora que podría hablar, también podría cantar y ser todo un cazador de piratas.

 

“Si sigues así lo único que voy a cantar es lo mucho que te gusta mi hermano” le advirtió. Eros, con una velocidad impropia de él, llevó sus manos al tanque y dio varios golpes, haciendo que Jack tuviera que taparse los oídos con las manos.

 

—¡Shhhh, cállate! —le exigió entonces su amigo, con las mejillas tan rojas que parecían fresas maduras.

 

Hacía unos días, Eros por fin le había confesado que estaba enamorado de su hermano. Para Jack no resultó realmente una sorpresa, pues desde hace mucho tiempo sospechaba el asunto. Sin embargo, por el bien del corazón de su compañero, fingió que no se lo esperaba, y le aseguró incansablemente que estaría más que contento de que los dos estuvieran juntos. Eros le agradeció con enorme alivio, sin saber que, ahora que Jack estaba seguro, empezarían las burlas y los cuchicheos.

 

“Que agresivo eres” articuló, mirándole enojado. Eros continuó rojo y, después de mirar por encima de su hombro, musitó:

 

—Te pones igual o peor cuando menciono a Hiccup.

 

Ahora fue el turno de Jack de sonrojarse. Él nunca le había dicho nada a Eros sobre su enamoramiento, pero parecía que, si el pelirrojo era obvio a sus ojos, él lo era a ojos del pelirrojo. Por eso, desde hacía semanas, había “dedicado gran parte de su tiempo a buscar cosas que pudieran servirle en su misión”, como los dichosos amuletos y los besos de burbujas.

 

“Eres un tarado”

 

—Bueno, entonces no digas nada y ponte a cantar.

 

“¡Oblígame!”

 

Poder hablar de algo tan banal como el amor era reconfortante. Significaba que el peligro realmente había pasado, y por fin podían comenzar a pensar en cosas de la vida. Claro que, ello venía también con sus dificultades, como el hecho de que a ojos de muchos, ellos eran poco menos que monstruos. Jack estaba seguro que su hermano sentía algo por Eros, pero no quería ni atreverse a asegurar lo mismo con respecto a Hiccup. El que le siguiera el juego, se preocupara por él o incluso le respondiera sus besos no significaba que Hiccup aceptaría formalmente estar con él.

 

En cualquier caso, no se la pasaban hablando de sus problemas amorosos, pues había otro tema que les llamaba más la atención: desde hacía dos o tres semanas, Hiccup convocaba constantemente a Jackson para revisar cosas en el estudio, y durante esas reuniones, la puerta estaba cerrada con llave. Sabían esto último porque Eros intentó entrar una vez con la excusa de llevarles unos vasos con agua.

 

De igual forma, si Hiccup no estaba, la puerta permanecía atrancada, algo que hasta el momento no había pasado. También fue Eros el que lo notó pues cuando iba a entrar para limpiar, se percató del asunto y fue a decirle a Jackson. Jackson, con toda la calma del mundo, le dijo que lo dejara, que después él se encargaba de arreglarlo.

 

Eso sí que era sospechoso, y les hacía preguntarse qué diablos estaban planeando. Lo que fuera que estaba en el estudio, no tenía que ver con sus modificaciones, porque Hiccup siempre era muy transparente en ese aspecto, y cualquier cuestión que le hicieran respecto al tema recibía una respuesta inmediata.

 

—¿Crees que tengan algún perro mecánico o algo así? —inquirió Eros, señalando a los animales que Jack tenía dentro del tanque.

 

“Ni idea. Pero si es así, no creo que pueda mojarse”

 

—Quien sabe. A los perros les gusta el agua, ¿sabes?

 

Sobre eso podían conjeturar durante horas, pues ninguna de las explicaciones que se les ocurría llenaba por completo sus expectativas. Hasta el momento, su teoría más aceptada era que quizá estaban viendo algún asunto legal respecto a ellos o Pitchiner, pues Jack recordaba que uno de los ladrones dijo que el juicio había pasado hace tiempo.

 

—No creo que sea eso. Una vez dictada sentencia, no se puede deshacer.

 

“Pero existen amparos y esas cosas, ¿no?”

 

—No sé para qué un paraguas le serviría, pero no, Jack. Si ya lo condenaron, no saldrá. Este tipo de escándalos, —se señaló a él mismo y luego a Jack, —son demasiado importantes como para permitir que un loco como él ande suelto, así sea con las manos esposadas de por vida.

 

En eso tenía algo de razón, aunque Jack no estaba tan convencido. En cualquier caso, tuvieron de dar por pausadas sus averiguaciones cuando la fecha de la operación de Jack llegó. Igual que con la cirugía de su cola, Hiccup le advirtió que lo tendría dormido hasta que le pareciera que el dolor estaba disminuyendo. Jack se dio por enterado, y después de despedirse de Eros y de su hermano, dejó que Hiccup lo trasladara a la sala de operaciones.

 

Tal cual sucedió con su cola, Jack estuvo en un limbo donde el tiempo pasaba sin pasar. Y cuando regresó al mundo real, notó primeramente la picazón en la garganta. Al llevarse una mano a la misma, descubrió un vendaje rodeando su cuello, y luego unos dedos que le apartaban los suyos de éste.

 

Hiccup apareció en su campo de visión, lo mismo que Jackson pero del lado contrario. Jack les sonrió a ambos, y movió los labios, intentando decir algo. Ningún sonido salió de su boca, aunque sí sintió un dolor punzante en la tráquea.

 

—Calma, todavía no has sanado, —le dijo Hiccup, acariciándole el cabello. —No intentes hablar todavía, debemos esperar un tiempo más para que sanen tus cuerdas vocales.

 

Ah, eso tenía sentido, pensó Jack, moviendo ligeramente su cabeza para que entendiera que lo comprendía. Hiccup entonces le comentó que había podido reparar buena parte del daño. Podría hablar con normalidad, pero no gritar.

 

“¿Y cantar?” le preguntó con su mano libre. Hiccup encarnó una ceja, pero Jackson intervino para explicarle que era una broma que llevaba un tiempo haciendo con Eros.

 

—Supongo que sí, no lo sé, —respondió luego de unos segundos. Jack sonrió.

 

“Bien”

 

No volvieron a dormirlo, sino que lo trasladaron a su bañera. Jackson le dijo que se quedaría en su cuarto, para que pudiera vigilarlo mientras Hiccup se concentraba en Eros y en la instalación de sus nuevas alas.

 

—Nos dijo que sería complicado, pero mucho menos que la primera operación. No tardará tanto en recuperarse, —dijo, sentándose en la cama y mirando el reloj de pared, —ya lo debe estar operando ahora.

 

Jack percibió su preocupación. Suavemente, buscó su mano, apretándola. Jackson le regresó el gesto, todavía sin dejar de observar el ir y venir de las manecillas. Luego, apartó el rostro, concentrando sus ojos en él.

 

—No he sido tan buen hermano, ¿verdad? —cuestionó, dejándole ver su expresión llena de pena.

 

“Si lo dices porque te preocupa Eros, no, no has sido un mal hermano. Lo quieres, es natural que te preocupes por él”

 

Jackson miró el suelo.

 

—He estado más con él que contigo…

 

Jack golpeó el borde de la bañera con su palma abierta.

 

“Lo mismo que Hiccup ha estado más conmigo que con él y nunca nos hemos quejado” replicó, con tanta rapidez que se notaba que el comentario lo hizo enojar. “Escucha, Jackson. Lo adoras, lo sé. No me molesta eso, al contrario. Así que sigue estando con él, no te preocupes de más por mí. Estoy bien. Todavía te tengo aquí conmigo”

 

Jackson volvió a quedarse en silencio. Jack esperó a que dijera algo, pues lo conocía, y sabía bien que si había empezado el tema, es porque había una cosa particular que quería comunicarle, algo que no estaba seguro de confesarle.

 

“Escúpelo de una vez o vas a ver que sí puedo gritar” le pidió, después de volver a golpear el borde con su mano. Jackson apretó los labios. Entonces respiró hondo, diciendo lo siguiente con un susurro tan bajo que Jack apenas y pudo escucharlo:

 

—Le prometí a Eros que le daría un beso cuando se recuperara por completo.

 

Jack parpadeó. Una marea de burbujas le subió por la boca del estómago, y si no fuera porque en verdad le dolía la garganta, hubiera intentado gritar de la emoción. Sin pensar, apretó las manos de Jackson, con fuerza, para luego soltarlas.

 

“¡Jackson, eso es maravilloso! ¡Estoy feliz por ambos!” dijo, sonriendo de oreja a oreja, dando pequeños brincos en la bañera. “Aunque, oye, espero que estés pensando en pedirle que sea tu pareja porque si sólo le vas a dar el beso…”

 

—Obviamente se lo voy a pedir, Jack, —replicó con un ligero tono de indignación, que nada opacaba el visible rubor que tenía en las mejillas, —no soy un cabrón.

 

“Bien, porque es mi mejor amigo. No quiero escoger lados si se pelean”. Eso último era medio en broma, medio en serio. Jackson captó más el último medio, en especial porque sabía lo mucho que Jack significaba para Eros, y viceversa.

 

—Lo cuidaré, te lo prometo. Después de toda la mierda que han pasado, lo único que quiero es que ambos sean felices.

 

Jack sonrió, dejando que esa preocupación se desvaneciera en la serena expresión de su hermano. No se lo dijo ya, pero sí que pensó que en verdad era un tarado por creer que se enojaría con él por estar con Eros.

 

—Que hablando de felicidad, —dijo Jackson, después de una pequeña pausa, —sabes que Hiccup no me termina de agradar, pero no es mala persona. Estoy dispuesto a hacer una tregua con él si deja de acobardarse.

 

Ante el comentario, la sonrisa en sus labios se desvaneció de golpe. Entonces se volvió su turno de ponerse rojo, de sentir que la sangre le subía con tanta fuerza y rapidez a la cabeza que el mundo le daba vueltas.

 

—Jack, vamos, no soy estúpido, —comentó Jackson, al ver la reacción de Jack. —He fingido que no me doy cuenta pero los he visto. ¿Por qué crees que también he sido tan hostil con Hiccup? No iba a dejar que se te acercara de esa forma sin saber qué pretendía.

 

Jack se tapó la cara. Con su cola, golpeó un poco la tina, haciendo que el agua se derramara. Jackson se paró inmediatamente, pensando que tal vez tenía algo, pero cuando iba salir por Hiccup, Jack lo tomó del brazo y lo detuvo.

 

“Estoy bien” le dijo, todavía rojo, avergonzado. “Sólo… deja que respire”

 

Jackson volvió a sentarse en el colchón. Jack entonces se tomó un momento, intentando controlar sus emociones. Era fantástico que Jackson y Eros estuvieran juntos, pero no le parecía tan fantástico que Jackson supiera de su enamoramiento… no siendo consciente de lo que los hermanos hacen cuando saben esas cosas.

 

“Si me molestas con eso, te golpeo con mi cola”

 

Una carcajada escapó de la boca de Jackson, y Jack, sin pensar, le dio un puñetazo en el hombro. No fue tan fuerte como pretendía, sin embargo, pues la bañera estaba entre ellos, dándole más que distancia suficiente a Jackson para alejarse en cuanto lo vio venir.

 

—No te voy a molestar, estoy seguro de que Eros lo hace por los dos, —dijo, sonriendo. Luego, antes de que Jack pudiera decirle otra cosa, Jackson buscó sus manos y las sostuvo con firmeza. —Pero lo decía en serio. Si quieres dar el paso, tienes mi apoyo. He visto lo feliz que te hace, y quiero que lo seas.

 

Jack se mordió el labio. Escuchar esas palabras le hacían sentir un sinfín de emociones, tanto buenas como malas. Le alegraba porque Jackson no tenía problemas con ello, al contrario. Pero también le daban nervios, porque entonces… ¿entonces que los detenía a ambos? No quería pensar en eso. No ahora, en este momento tan alegre.

 

“Gracias, Jackson”

 

Durante las siguientes dos semanas, estuvo en la bañera, recuperándose. Jackson iba y venía, pues a ratos se quedaba con Eros, y a ratos regresaba con él para preguntarle que tal iba y para contarle del avance de su amigo. Aparentemente, todo había salido de maravilla. Aunque estaba dormido gracias a los medicamentos, no se encontraba en un coma inducido como le pasó a Jack durante el cambio de su cola, lo que significaba que en cuanto Hiccup diera luz verde, lo despertarían sin complicaciones.

 

Mientras tanto, Jack se dedicaba a hacer ejercicios de articulación, logrando emitir sonidos suaves con menor dolor cada vez. Hiccup estaba encantado con sus avances, tanto que, aunque todavía no lograba hablar, le dijo que ya podía volver al tanque y seguir ahí su recuperación.

 

—Despertaré a Eros, luego de que lo traslademos a su cuarto. Te llevaré entonces para que lo saludes, ¿de acuerdo?

 

Jack asintió. Hiccup entonces lo pasó de la bañera al columpio, pero antes de que el castaño activara el sistema de poleas que lo subirían, Jack le sujetó la mano. Hiccup se detuvo completamente, a la espera de que le dijera qué pasaba. Jack, sin embargo, no le soltó, y, después de respirar audiblemente, separó sus labios.

 

Esto lo había practicado mucho. Durante las últimas revisiones, se cuidó mucho de no decirlo, porque quería que fuera una sorpresa. No le parecía que podría decir nada más, sin embargo, tenía la impresión de que sería más que suficiente. Así que, suavemente, poco a poco, con una voz ronca por la falta de uso, dijo:

 

—H-Hi… Hi…ccup…

 

Hiccup abrió mucho los ojos. Su mano, que todavía estaba en la de Jack, le apretó muy fuerte. Jack sonrió, volviendo a tomar aire, diciendo su nombre nuevamente con una menor cantidad de pausas… hasta que al final, pudo decirlo completo.

 

—Hiccup.

 

De pronto, la mano de Hiccup desapareció. Jack se sintió confundido, más porque, en ese segundo que le soltó, sus brazos lo rodearon y lo apresaron en un abrazo eufórico, desesperado.

 

—Sí, sí, —dijo Hiccup contra su oído. Jack se estremeció a causa de su aliento, —soy yo. Es mi nombre.

 

Jack escondió su cara en su hombro. Aunque Hiccup se la pasaba haciendo medicinas, no olía a químicos, sino a cuero y metal, lumbre y humo. Le gustaba mucho ese aroma, aun cuando sólo había tenido pocas ocasiones de percibirlo.

 

—Hiccup, —volvió a decirle, cerca de la piel de su cuello. Pudo sentir el estremecimiento que le causó, la tensión. Jack apretó su ropa, separándose un poco, lo justo para que pudiera buscar su rostro. —Hiccup.

 

Los ojos de Hiccup estaban oscuros. Ahora fue el turno de Jack de temblar, de sentir que con esa mirada alcanzaba a ver lo más hondo de su corazón. Antes de poder siquiera terminar de procesar que eso que veía en las pupilas ajenas era deseo, éste tomó posesión de su propio cuerpo y lo besó.

 

Durante mucho tiempo había soñado con esto, con sus labios sobre los de él. Pero la realidad era mejor, aun cuando se trataba sólo de un casto toque. Su boca era suave, dulce, tierna. Era tan hechizante que, luego de separarse, Jack quería tomar otro. Sin embargo, Hiccup se lo impidió con otro fuerte abrazo.

 

—Jack…

 

Por su tono de voz, Jack intuía que iba a decirle. Por ello, le dio unos golpes en la espalda, negando fuertemente con la cabeza. Entonces le apartó, para que pudiera ver lo que iba a decirle con sus manos:

 

“No, no se te ocurra. Si dices algo sobre eso, te voy a golpear con mi cola” le advirtió, con sus ojos llenos de tsunamis y tormentas marinas. “Te quiero. Es todo lo que me importa, es todo lo que debería importante. Te quiero. T-E Q-U-I-E-R-O”.

 

Hiccup se le quedó viendo. Jack torció la boca, esperando para escuchar su respuesta. Se le veía que si no le gustaba, realmente le pegaría. Eso, por alguna razón, fue lo necesario para romper la barrera, el muro que Hiccup había intentado poner si ningún éxito.

 

—No me vas a dar tregua, ¿verdad? —preguntó, sonriendo. Jack negó.

 

“¿Necesita el gran innovador de Berk que le enseñe como deletrear ´te quiero´?”

 

—No, no es necesario, —dijo, tomando su rostro entre sus manos. —Yo también te quiero, Jack.

 

Jack no necesitaba escuchar nada más. Desesperado, se lanzó a robarle otro beso, y está vez, Hiccup se atrevió a corresponderle. Así estuvieron largo rato, hasta que el aire, literalmente, empezó a faltarle a Jack. Podía estar sin agua un tiempo, pero no para siempre. Por ello, después de un último toque, Hiccup lo ayudó a entrar en el tanque. Jack respiró profundamente, y pegó sus manos al cristal.

 

“Mañana quiero otro” le dijo. Hiccup se puso tan rojo que ambos rieron a causa de ello.

 

—De acuerdo, mañana, —prometió. Jack se llevó las manos a la boca, lanzándole un ósculo de burbujas. Hiccup volvió a reír. —Me gusta mucho cuando haces eso, —confesó.

 

Jack le dio otro, y después otro. Entre burbujas lo vio irse, y cuando se quedó solo, Jack se sentía tan eufórico que no podía quedarse quieto. Hizo sus ejercicios, con una energía que desconocía tener. Casi sin darse cuenta, comenzó a tararear, todo mientras deseaba que ya fuera mañana para darle otro beso a Hiccup.

 

Notas finales:

¡Y eso es todo! ¡Al fin los tortolitos se unen! Si Jack no da el paso, Hiccup se queda toda la vida en espera. Pero lo bueno es que Jack no le da tregua ;) como debe ser, jajajaja. Nomás que Jack pueda hablar, Hiccup va a saber lo que es no dejarse XD En fin, ¡espero haya sido de su agrado! Ya casi se acaba esta historia, nos quedan solamente dos capítulos más <3 So, ¡nos vemos el domingo para el siguiente!


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