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Clockwork Absolution por hana midori

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Notas del capitulo:

¡Hola! ¡Bonito domingo! Oh, Dios, ya a un capítulo de terminar este fanfic y el reto del mermay <3 Estoy súper feliz y súper emocionada <3 <3 <3 Les traigo el penúltimo capítulo, uno que, dejenme decirles, me encantó por lo que pasa al final, jajajaja. No puedo decir que es idea mía completamente, pero fue lo único que se me ocurrió con el tema y creo que al final fue perfecto, jajaja. Es algo que le pasaría a Hiccup, en definitiva. Pero bueno, dejo que lo lean, ya me dirán si les gustó o no XD ¡Disfruten!

 

Day 15: Sea horses.

 

Jack no tenía idea de lo mucho que ese beso significó para Hiccup. Y es que, Hiccup cuidaba en demasía sus expresiones cuando estaba con Jack, lo que decía, cómo lo decía. Intentaba, por todos los medios, que no descubriera la alegría y el dolor que le causaba ver su sonrisa, el placer y el sufrimiento que le invadían cuando sentía su mano a través del cristal. Porque Hiccup le amaba mucho, como nunca había amado a alguien… pero sabía bien que sin importar lo que hiciera, sin importar cuanto se esforzara, siempre habría algo de él en lo que le pasó a Jack. Siempre habría una parte de ambos que lo recordaría.

 

Por eso, en un inicio, quiso poner distancia, una barrera que protegiera a Jack de sus sentimientos. Sin embargo, éstos se hicieron más fuertes, más violentos, y ya no fue capaz de fingir que no lo notaba, que no le encantaba cuando sus ojos se encontraban después de un largo día o cuando le mandaba esos ósculos de burbujas antes de irse a dormir. Jack fue haciéndose espacio en su corazón, hasta el punto en que si Hiccup lo negaba, se estaba negando a él mismo.

 

Entonces le besó. Entonces todo lo que Hiccup creía que eran verdades inamovibles comenzaron a derrumbarse, a caer igual que los imperios antiguos. Y luego, como si eso no fuera suficiente, Jack le dijo que lo quería. A él, el causante de su sufrimiento. A él, que por más que inventaba e inventaba, nada era lo bastante bueno para regresarle su vida. A él, que por cobardía y miedo intentó mantenerlo lejos de sí. A él, lo quería.

 

Le fue imposible seguir adelante. Le fue imposible ignorar sus ojos de tormenta, sus manos acariciando su espalda, sus labios diciendo su nombre en voz baja. Y Hiccup se rindió ante él, igual que un devoto ante los dioses, un marinero ante el mar. La vida pareció volver a retomar su curso, y antes de que Hiccup se diera cuenta, su cabeza estaba tan llena de Jack como de inventos.

 

Él no se trató del único en notar el cambio. Jack, obviamente, le decía encantado que sus ojos habían recuperado la luz. Pero los demás, desde sus sirvientes hasta sus empleados en la fábrica, le dirigían la mirada varias veces, sorprendidos de ver algo en su cara que él no podía encontrar.

 

—Es bueno tenerlo de vuelta, jefe, —llegó a decirle uno, después de una larga pero fructífera reunión donde discutieron qué nuevos productos crearían. Hiccup, sin entender el comentario, parpadeó varias veces, y el hombre no pudo evitar soltar una risita. —Tranquilo, jefe. Disfrútelo.

 

Disfrutarlo… Era cierto. Aunque había hecho invenciones para Jack y Eros, Hiccup no podía decir que hubo un disfrute en ellas, al contrario. Y aunque le encantaba diseñar cosas para la nueva casa que tendrían, no sentía el encanto por los objetos en sí, sino por la expectación de lo que diría Jack, de la cara que pondría. Ahora, sin embargo… realmente había disfrutado crear. Realmente estaba recuperando su amor por ello.

 

—¿Crees que sea malo que quiera volver a inventar cosas? —le preguntó a Jack un día, después de la cena. Jack, quien ya estaba acostado en una de sus rocas, se levantó de golpe, nadando hacia la superficie con mucha rapidez.

 

—Claro que no, —le dijo lentamente, apoyando sus brazos en el borde del tanque, —eres un inventor, tienes que inventar.

 

Hiccup se atrevió a torcer la boca. Luego, se acercó al cristal, poniendo su mano justo a la altura de la cola plateada de Jack.

 

—Un inventor te hizo esto, —Jack puso los ojos en blanco.

 

—Un loco me cortó las piernas y me destrozó por dentro, —replicó, para después mover su aleta fuertemente, creando un pequeño remolino que atrapó a algunos animalitos artificiales. —Un inventor bueno me reparó, me hizo una nueva cola y me dio un océano para mí solo, —Jack tomó un poco de agua con la boca y se la arrojó con tremenda puntería a la cara. —Ya deja de decir tonterías, por favor, que me duele la garganta por no poder gritarte. 

 

A Hiccup no le parecía que sus dudas eran estupideces pero… entendía a Jack. En parte al menos, porque nunca le ocultó lo mucho que odiaba que se pusiera al mismo nivel que Pitchiner.

 

—Si vuelvo a inventar, volveré a patrocinar a otros.

 

—Bien. A ver si alguien crea algo que haga que te entre en la cabeza que no me importa en lo más mínimo.

 

Hiccup soltó una risita. Jack golpeó el cristal con la cola y volvió a lanzarle agua.

 

—Mañana quiero un nuevo animal, —le dijo, enojado. Hiccup asintió, sabiendo bien que ese era el precio para perdonarle las cosas tan desagradables que le hizo escuchar. 

 

—Mañana te lo traeré.

 

Aunque ahora tenía más trabajo que nunca, Hiccup siempre se aseguraba de apartar tiempo para Jack. Esto iba desde ir a verlo, llevarlo a los jardines privados para que se divirtiera, hasta trabajar en las cosas que ahora, con mayor confianza, Jack le pedía. La mayoría de éstas últimas no eran más que juguetes, juegos o animales extra que deseaba, sin embargo, requerían de su atención y Hiccup la ofrecía gustoso.

 

Algunos comenzaron a notar que, entre sus cosas de trabajo, había estas figuritas. Nadie le preguntó directamente de qué se trataban, aunque tampoco eran tan discretos como para no mirarlas cada vez que iban al estudio. Tal vez por eso a ninguno le pareció extraño que Hiccup empezara a firmar algunas de sus invenciones con una sirena en vez de un dragón, que era el símbolo no sólo de la compañía, sino de su familia.

 

“No sería el primero en caer bajo el hechizo del mar” decían, encogiéndose los hombros. Luego alguien mencionaba la casa que estaba construyendo cerca de la orilla, una llena de tanques y tubos hechos de cristal para almacenar peces. Entonces concordaban que, en efecto, los cielos habían perdido encanto para Hiccup y ahora el mar era lo que le inspiraba. Rara vez alguien mencionaba el caso de Pitchiner, la sirena artificial que intentó crear. Y quien lo hacía, recibía miradas de desaprobación, junto con las siguientes palabras: “Pitchiner estaba loco y sus monstruos ya murieron. Deja a esa pobre gente descansar en paz”.

 

Porque claro, Hiccup no se molestó en desmentir esos rumores, más después del intento de asalto. Le dijo a algunos cuantos que había destruido para bien toda la investigación de Pitchiner, y ese comentario se esparció rápidamente entre la gente, convirtiéndose en el punto final del asunto para la mayoría. Sólo algunos, inspirados por los cotilleos de los sirvientes que habitaban la mansión Haddock, sospechaban que alguna cosa se había guardado.

 

Pero daba lo mismo. Hiccup había recuperado su pasión, la casa estaba a unas cuantas semanas de ser terminada, y la salud de Jack y Eros estaba perfecta. De hecho, se encontraba tan bien que Eros por fin pudo agacharse sin sentir miles de agujas en la espalda, ni que decir de correr. Ahora tenían que estarle recordando constantemente que tuviera cuidado, porque varias veces se golpeó contra la pared o contra Jackson por no frenar a tiempo (aunque al menos respecto a Jackson, le daba la impresión de que esas tacleadas eran bastante calculadas por parte del pelirrojo).

 

Hiccup se sentía tan bien que, no fue hasta ese momento que cayó en cuenta de algo importante: no le había preguntado a Jack si quería ser su pareja. Y es que, de acuerdo, luego de aquel beso, se dieron muchos más en los días subsecuentes, ni que decir de los abrazos y las caricias, pero… pero nunca hablaron respecto a ellos.

 

Se preguntó entonces si Jack, igual que él, no se había percatado del asunto o si, por el contrario, era bien consciente mas no decía nada para evitar incomodidades. Esa última idea fue lo que le orilló a hacer algo al respecto, y hacerlo de una forma que sabía que le gustaría a Jack.

 

Luego de terminar el “cómo”, decidió no esperar el “cuando” indicado, por lo que esa misma noche, después de la cena, Hiccup le dijo que le tenía un regalo. Jack se emocionó, preguntándole que era, mientras se ponía lo más derecho que podía en la bañera.

 

—Tienes que cerrar los ojos, —le dijo. Jack así lo hizo. Entonces, con suavidad, Hiccup tomó su mano, separando un poco sus dedos. De la misma forma, deslizó aquello por su piel, hasta que quedó bien ajustado. —Muy bien, puedes abrirlos ahora.

 

Cuando Jack lo hizo, miró el anillo que ahora tenía. Era de apariencia delicada, hecho de acero plateado y con la figura de un pequeño caballito de mar envolviendo con su cola la mitad de una perla. Jack se quedó callado, pero Hiccup pudo leer en sus ojos que había reconocido la piedra.

 

—Es… Es…

 

—Sí, es el amuleto que me hiciste, —le dijo, quitándose ahora los guantes que, de manera intencional, había usado esa noche. Jack entonces pudo encontrar otro anillo igual, sólo que de color negro, con la otra mitad de la perla artificial. —Yo tengo uno también.

 

Jack apretó los labios. Sus ojos se le nublaron, y Hiccup, aunque odiaba verlo llorar, encontró que no sentía lo mismo si sabía que esas lágrimas eran de alegría. Por ello, sin detenerse, buscó su mano, la que tenía el anillo, y la apresó con la suya que también tenía la joya.

 

—Luego de ese día, te he considerado mi pareja. No te lo dije antes porque… bueno, soy estúpido, —admitió, riendo un poco apenado, —pero… quería decírtelo. Y quería preguntártelo, como debe ser. Así que, Jack, —hizo una pausa y se hincó sobre una rodilla, —¿quisieras quedarte conmigo? ¿Quisieras ser mi pareja?

 

Jack se llevó una mano a la cara, en un intento por controlar su llanto. Luego, sin decir nada, porque no podía a causa del nudo en su garganta, se le lanzó al cuello, con tanta fuerza que casi hace que la bañera vuelque al suelo.

 

—¡Sí! —logró decir entonces, ronco, ido. Hiccup le abrazó con mucha fuerza, acariciándole la espalda y los hombros.

 

—T-E Q-U-I-E-R-O, —murmuró él contra su oído. Jack se estremeció, soltando una risa que bien pudo ser en realidad un sollozo.

 

Estaba apenas calmándose cuando de pronto, la puerta se abrió. Eros se quedó quieto en el marco de la puerta al verles, pero en cuanto notó los anillos, soltó un grito emocionado y corrió hacia Jack, dejándose caer de rodillas del otro lado de la bañera.

 

—¡No puedo creerlo! —le dijo, olvidando que Hiccup seguía ahí, —¡¿En serio se van a casar?!

 

Hiccup abrió mucho los ojos. Espera, ¿qué? ¿Casar? Es decir, amaba a Jack, no tenía ningún problema en que después, con el tiempo, buscaran la manera de tener una ceremonia, pero… pero ahora caía en cuenta. Ahora entendía un poco lo que parecía desde fuera. Y cuando notó que Jack asentía, Hiccup supo que ya no podía aclarar nada.

 

—¡Wow, es tan maravilloso! —exclamó Eros, para después empezar a llamar a gritos a Jackson. —¡Tu hermano se acaba de comprometer, ven para acá!

 

Jackson llegó como alma que lleva el diablo. Entonces sí que empezaron los minutos más vergonzosos de su vida, pues en cuanto vio los anillos, Jackson exigió que le dijera que planeaba, que demonios le pasaba por la cabeza y que, si era una broma, lo mataría. Eros lo calmó diciéndole que obviamente no era broma, que Hiccup quería mucho a Jack. Jack hizo lo tanto, pidiéndole a su hermano que cumpliera su promesa de darle tregua.

 

Hiccup fue testigo de todo sin estar completamente presente. No podía creer que era tan, tan estúpido… aunque, ya sinceramente, no se sentía mal por ello. Sí, había sido un error… pero un error bueno. Uno que Hiccup, cada vez que veía a Jack sonreír al mirar el anillo, se alegraba mucho de haber cometido.

 

Notas finales:

¡Y eso es todo! No sé ustedes, pero yo sí puedo ver a Hiccup haciendo algo así, JAJAJAJA XDDD Eso de declararse y que Jack lo confunda con propuesta sería muy de él, por menso, jajaja. A mí se me hizo adorable, espero que a ustedes igual <3 Bueno, ¡nos vemos el martes para el final de esta historia! <3 <3 <3


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