Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Querido amigo por Cris fanfics

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Solté el informe con desgana, haciendo que cayeran todos los papeles de su interior, y abracé mis rodillas mientras empezaba a llorar.

Era de noche y me encontraba en el baño de los chicos, escondido en uno de los cubículos.

Tras superar un largo día plagado de exámenes habíamos estado toda la tarde jugando y hablando entre nosotros. Pero hubo un momento en el que me quedé solo; fue entonces cuando volví a mi cuarto y empecé a darle vueltas a la cabeza al tema de mi expediente. Me había acabado decidiendo por devolvérselo a padre sin mirar nada de lo que contenía, pero en el último segundo cambié de opinión… Y deseé no haberlo hecho.

Un conductor borracho.

Mis padres habían perdido la vida porque un hombre se había tomado dos copas de más y se había puesto al volante obviando que no solo se ponía en peligro a sí mismo.

Intenté olvidar con dolor físico el daño emocional que me había provocado el saber aquello.

Me empecé a dar puñetazos en el pecho, con cada vez más fuerza.

Ya había sospechado que sus muertes podrían haber sido provocadas por algo similar, pero aún así dolía mucho saber que algo que podría haber sido evitado fácilmente te había arrebatado a alguien importante.

Maldije al conductor, maldije a mis padres por haber ido a trabajar aquel día, me maldije a mí mismo por no haberles insistido más para que no me llevaran a la guardería y nos hubiéramos quedado todos en casa o me hubiesen permitido ir con ellos… En aquellos momentos solo quería volver al pasado para evitar que ocurriese la muerte de mis padres o morir yo con ellos y no tener que sufrir más por su pérdida.

Estos pensamientos oscuros se arremolinaban en mi mente cuando se escuchó la puerta del baño al abrirse.

— Jordan, ¿estás aquí?

— ¡Vete, Xavier! —le grité intentando controlar mi llanto.

No quería que se acercara a mí y me consolara, lo único que deseaba era hundirme más en mi dolor.

Xavier, ignorándome, se acercó al cubículo dónde me encontraba.

Gracias a que la parte inferior de la puerta no estaba cubierta pude ver como mi amigo se agachaba y recogía varios de los documentos que yo había dejado caer. Entre ellos no se encontraba aquel que decía la causa de la muerte de mis padres, pero él debió imaginarse que era aquello lo que me había hecho llorar.

— Jordan, ábreme la puerta.

— ¡No! ¡Déjame! ¡Quiero estar solo!

Él no insistió más; escuché como se alejaba de mí, consiguiendo que mis lágrimas empezaran a caer con más fuerza. Pero, para mi sorpresa, no salió de la habitación. Oí como cerraba con llave la entrada y, poco después, volvió a situarse delante del cubículo.

— ¿Qué haces? —conseguí sollozar.

No contestó, en su lugar se sentó en el frío suelo sabiendo que, en aquel lugar exacto, yo podría verle.

El maldito me conocía bien. Con aquel gesto me estaba diciendo que no se iba a mover de allí hasta que yo me desahogara y me encontrase mejor… y sabía que si se ponía en ese plan yo no iba a conseguir aguantar en mis trece mucho tiempo.

Aún así lo intenté. Conseguí hacerle esperar, por lo que supe después gracias a él, más de dos horas. Pero acabé dejándome llevar.

Abrí la puerta y me quedé quieto mirando fijamente a mi amigo mientras las pocas lágrimas que me quedaban terminaban de caer.

Xavier se levantó y se acercó a mí.

Tras unos segundos en los que ninguno de los dos hizo o dijo nada, Xavier me acurrucó contra su pecho, acariciándome la melena con cariño. Yo me agarré con fuerza a su espalda, enterrando mi cara contra su cuello y soltando los últimos sollozos típicos tras una llantina.

Los minutos que estuvimos así se me hicieron deliciosamente eternos. Olía tan bien y me sentía tan protegido entre sus brazos...

— ¿Necesitas hablar? —me susurró al oído.

Negué con la cabeza.

— ¿Quieres dormir esta noche conmigo? —propuso.

— Siempre dormimos juntos.

— Me refiero a como cuando éramos niños: en la misma cama.

Al momento de que Xavier soltara la última palabra me sonrojé como un tomate, tuve suerte de que no se notara porque ya estuviese rojo por culpa del llanto.

Pensé en negarme, pero en el fondo… sí que quería hacerlo.

Asentí con decisión.

— Vale. Si quieres podemos ponernos a hacer Sombras Chinescas con la linterna, hace tiempo que no las hacemos y sería divertido —dijo mientras se apartaba un poco de mí y sonreía con inocencia.

Me quité inmediatamente de la cabeza las imágenes que habían surgido de mi mente sin previo aviso.

«¿En qué estoy pensando? Es mi amigo… y otro chico».

Antes de que Xavier se diera cuenta de lo que habían provocado sus palabras asentí con un amago de sonrisa en los labios.

Me estaba dando la oportunidad de quitarme la sensación de malestar y volver a actuar como siempre, y yo no pensaba desaprovecharla. Aunque a veces lo parezca, no soy ni he sido nunca masoquista.

Aquella noche surgió algo nuevo dentro de mí que hizo que mi cabeza dividiera sus preocupaciones y no se limitara únicamente a darle vueltas a la muerte de mis padres. Hacía tiempo que estaba notándome raro cuando estaba con mis compañeros varones y, especialmente, con Xavier. Pero aquellos pensamientos que había tenido esa noche eran una novedad entre novedades, tal vez... ¿me gustaban los hombres?

Y, una pregunta aún más importante, ¿sentía algo más que amistad por mi mejor amigo?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).