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Fábrica De Bebés por Liss83

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“Mentiroso”

“Todo está listo”

“Blaise. No aguanto más. Necesito una fecha”

 

 

 

El moreno respiro hondo y miro el rostro dormido sobre su pecho. Apoyo los labios en la frente de la estrella del futbol inglés y respiro hondo antes de besarla cerrando los ojos. Ron se movió dormido mientras succionaba su chupete

 

 

 

-          Shhh – susurro – estoy aquí

 

 

 

“No estoy listo aun. Pero… dentro de dos noches”

 

 

 

Apago el celular y lo dejo en su mesita de noche. Cerró los ojos mientras una lágrima se le escapaba. El chupete cayó de la boca de Ron por lo que lo acostó en la cama y se levantó. Coloco nuevamente el chupón en la boca de su paciente y lo arropo. Sonrió y apago la luz para después salir

 

 

 

_______________

 

 

 

Su ronda por los pasillos había terminado. Todos los cuneros estaban en silencio por lo que podía irse a la cama a descansar. Saludo a una de las niñeras con la cabeza mientras subía al tercer piso. Amaba estar al frente del laboratorio pero había días como ese que deseaba que su familia estuviese con él.

Entro a su habitación y dejo correr el agua de la tina mientras se desvestía. Volvió a la habitación y tomó su celular de la mesita de noche. Giro hacia su ropero y abrió el cajón de la izquierda. Cerca de diez consoladores de diferentes tamaños y formas le dieron la bienvenida. Una sonrisa malévola cruzo su rostro cuando tomo el dildo más grande de todo. No pudo evitar cerrar los ojos y que las imágenes llegaran a su mente mientras se imaginaba sonidos de gemidos bajos de un llanto suave. Se tocó los pezones. “¡Maldición!”. Los necesitaba ya. Casi corrió a la tina, eso sí con mucho cuidado de que su celular no se cállese. Desbloqueo con su táctil y entro a la galería de videos. Puso la contraseña de seguridad y abrió las piernas dejándolas colocar fuera de la tina sin importar que el piso se mojase. Tomo el dildo y lo alineo entre sus glúteos mientras le daba play al video más reciente

 

 

 

-          “Tranquilo, estamos solos tú y yo. Nadie te va juzgar. Vamos, come – dijo suave la voz de un gruesa de un hombre – abre la boca por favor. Sé que tienes hambre, y no hay otra manera de alimentarte”

 

 

 

Abrió la boca sin despegar los ojos de la pantalla y bajo su mano hacia la parte sur de su cuerpo, se internó en ellos y no se detuvo hasta llegar a la torre que se erguía entre sus piernas.

 

 

 

-          no me iré ni te bajare de mis piernas mientras no te acabes tu comida. abre la boca.

 

 

 

Apenas rozo la piel, un choque de electricidad recorrió su cuerpo nublando su mente mientras el juguete para adultos se enterraba en lo profundo de su ser y arrancándole un grito de placer que se escuchó en todo el lugar, alterando el sueño de varios de los durmientes en los cuneros.

Era increíble como Blaise Zabini podía llevarlo a las puertas mismas del cielo con el placer que le provocaba incluso si no estaba físicamente en su cama. Los llantos asustados debido a sus propios gritos le anunciaron que tendría que levantarse y ayudar a las niñeras de turno, pero bien que valía la pena

 

 

 

_________________

 

 

 

El medico estaba sentado en la alfombra mirándolo en silencio a  Ron a su lado jugar con un apilador, era una base de madera con un cilindro en el medio sobre el cual debía ir colocando anillos de goma de diferentes colores. Blaise le había dicho que era para medir el grado en el cual estaba su intelecto debido a su enfermedad.

 

 

 

-          Háblame de tu familia – le dijo Blaise

-          Shodo teno a mi papa y e fubo – dijo el pelirrojo

-          ¿Madre? ¿hermanos?

-          Mi mama mudio cuado yo ñashi – dijo Ron

-          Entonces tu padre te consentia mucho de niño – dijo el medico

-          Ño – dijo Ron – tabajaba muto cuado yo eda ñiño. Depue ente en da ecueda de fubo y ya hubo tempo poque e didigia too. Bucaba cubes y tevista

-          ¿No fue un buen padre? – pregunto Blaise estirando la mano para acariciarle el cabello

-          Tu shedash un ben pade – dijo Ron mirándolo

-          ¿lo crees? – pregunto Blaise sonriendo y Ron asintió completamente rojo – ven aquí – y lo sentó en sus piernas – tú serás mi primer bebé ¿quieres?

-          Podo yo shoy duto – protesto Ron

-          Si – dijo Blaise – pero mientras tu cuerpo no lo recuerde yo seré tu papá y tu mi bebe ¿quieres? – y lo ataco haciéndole cosquillas haciendo que el pelirrojo lance carcajadas – papa Blaise y su lindo bebe

 

 

______________

 

 

 

Escucho la puerta abrirse lentamente pero no se movió. Era inútil. Si al final el nunca decidía donde ir o que hacer. Su día consistía en despertar cerca de las siete de la mañana. Se bañaba con Blaise, bueno, el doctor se bañaba mientras lo bañaba a él. Cuando salían de la tina, su biberón lo esperaba siempre listo sobre la mesita de noche. Una enfermera lo vestía y se lo daba mientras el doctor iba a cambiarse y desayunar. Una vez vestido, lo llevaban a una sala de recreación donde estimulaban sus sentidos, o al menos lo intentaban. Cerca de las diez Blaise iba a verlo y por lo general le cambiaba el  pañal y conversaba con él. En realidad solo el medico hablaba y el apenas balbuceaba.

A veces miraba al hombre y se preguntaba si era casado, si tenía familia, hijos que lo esperasen. Pero en el fondo lo dudaba. Siempre estaba en la clínica pendiente de sus pacientes, en especial pendiente de él. Eso lo llevaba a pensar en su propio padre, haciendo inevitablemente que sus lágrimas corrieran. Llevaba un año internado en el centro, y Arthur solo había ido una sola vez a verlo, el día que lo hizo con su abogado. Vaya padre

 

 

 

Aunque Ron no podía hablar normalmente no había sido un impedimento para entablar una amistad con uno de los enfermeros, Viktor Krum, un chico alto de cabellos castaños y músculos muy marcados. Era de origen Búlgaro, pero se había mudado hacia un par de años a Londres para estudiar Medicina. Según había escuchado trabajaba por temporadas en la clínica. Era muy querido por los pacientes, y Ron no era la excepción

 

 

 

-          eres muy guapo – le decía Viktor a menudo cuando lo ayudaba con su fisioterapia – no me mires así, que no miento. Eres uno de los chicos más lindos que he visto en mi vida

-          yo no podo habá ñi camina – le dijo Ron una vez

-          pero te curaras, y ese día te invitare a una cita – le respondió Viktor guiñándole el ojo

-          ño me gutan los ñiños – dijo Ron y se reprochó mentalmente por decir niños y no hombres

-          eso es porque aún no ha probado mi salsa especial – dijo Viktor – en cuanto lo hagas veras que soy es el niño de tu vida – y ambos rieron, aunque Ron grito aplaudiendo

 

 

 

Cuando Ron no estaba con su médico, estaba cuidado por Viktor. El chico casi parecía su enfermero personal. Le roba sonrisas que lo hacían sentirse adulto nuevamente. Y no es que estuviese confundido con su sexualidad, esa la tenía muy clara. Sin embargo le gustaba como  Viktor lo miraba, como le hablaba. No lo hacía con lastima como los demás, sino… diferente. Le devolvía la fe de volver a ser él mismo. Una prueba de ello era que ya casi no necesitaba los pañales, los usaba pero no los ensuciaba. Sus dientes ya no dolían tanto y empezaba a comer solido nuevamente. Después de dos meses bajo los cuidados de Viktor por fin se sentía optimista. Incluso, Blaise le daba más esperanzas de una recuperación a mediano plazo. Sin embargo una tarde, sentados bajo un árbol en el jardín algo cambio

 

 

 

-          te pasha adgo – dijo Ron al notar a su amigo callado – y ño digash te no

-          es que… no es como decirte esto

-          hache día que eta dado – dijo Ron – ¿pasho ago mado?

-          hace unos días escuche… accidentalmente… Ronald creo que tu padre y el doctor Zabini están trabajando juntos para que tú estés aquí – dijo el chico

-          esho… esho no e sheto – dijo Ron

-          sabía que no me ibas a creer así que grabe un video – dijo Viktor mirando hacia todos lados mientras sacaba su celular – lo siento Ron – y le coloco los audífonos

 

 

 

La imagen estaba movida porque se notaba que Viktor estaba escondido mostrando la oficina del director de la clínica hablando por celular. Se notaba molesto

 

 

 

“No trates de engañarme, Arthur. Manejas los millones de tu hijo, gracias a mí. Yo lo mantengo dopado día y noche usando pañales y tomando su “lechecita” ¿y solo me quieres dar diez mil dólares? O me das los tres millones que me prometiste…. No me amenaces a mí. Te recuerdo que tengo en mi poder la llave para tener ese dinero y mucho más. Tengo la custodia de Ron. Puedo ir a la corte y demostrar que ese niño no tiene ninguna enfermedad, que solo esta drogado

Cállate. Y pésame mi dinero o la próxima semana perderás a gallina de los huevos de oros”

 

 

 

 


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