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Puntos de sutura. (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Hyewon se tomó un momento para recuperar el aliento y luego, se dio la vuelta con la misma expresión sería que tenía normalmente.

Mientras revisaba a los pacientes que había operado, Hyewon no sonrió o cambio su cara ni una sola vez. Aunque los otros médicos y enfermeros sonreían amablemente y se regocijaban por la recuperación de un paciente, solo Hyewon estaba tan serio como una maldita piedra contra el cemento. Y gracias a esto, Hyewon era en realidad el médico menos popular de este hospital. Por supuesto que las reservas de pacientes externos nunca salían del todo bien para él. Por muy hermoso que fuera, había muy pocos pacientes a los que les gustara ser tratados por un médico frío. Muy raramente, de verdad muy raramente, había enfermos que confiaban en él basándose en su actitud pero, igual era malísimo tratando con las personas.

Cirugía era el departamento más reacio para los estudiantes de medicina pero, la mayoría de los residentes que eligieron este lugar, como Hye-won, soportaban valientemente tiempos muy difíciles con el único fin de convertirse en "cirujanos de talla mundial". Entonces, aunque daba miedo y parecía como si no tuviera sentimientos, las habilidades quirúrgicas de Hyewon eran tan sobresalientes, tan maravillosas, que todos comenzaban a utilizar la palabra "Gran Cirujano" en su presencia. Incluso desde su segundo año como becario. Con su sólida formación y sus habilidades quirúrgicas, los residentes y profesores no dudaron ni una sola vez en que Hyewon se establecería como un doctor de cirugía general bastante reconocido. Sin embargo, los residentes igual llamaban a Hyewon "ROBODOC". En realidad, eso era un robot quirúrgico utilizado por cirujanos ortopédicos para realizar cirugías articulares, pero era más bien... Como una clase de reconocimiento a Hyewon y sus habilidades, que parecían guiarse sin emociones o sentimientos. Justo como un robot.

Pero todavía era algo incómodo.

No eran sólo los pacientes los que estaban nerviosos sino, los residentes que ahora estaban detrás de Hyewon todo el bendito tiempo y todos los médicos que siempre se quedaban con él en la sala de operación. Las enfermeras no querían tener turnos con el ¿Y es qué cómo te sentirías si tu compañero de trabajo, con quien pasas horas enteras cara a cara, nunca sonriera frente a ti? Obviamente te pondría los pelos de punta.

Hyewon, quien recientemente terminó la última ronda de una paciente de 40 años a la que le extirparon la tiroides, fue llamado brevemente a la sala de emergencias. Después de atender a un paciente con múltiples traumas craneales, Hye-won, que tuvo un breve momento para respirar, sacó una taza de café de la máquina expendedora que estaba en la sala de descanso de los empleados y, sentado en un banco duro y frío, con café caliente en la mano, se quedó completamente silencioso. En poco tiempo, llegaría el momento de que Do-han dejaría el hospital. Por supuesto, esto era común porque no había cirugías programadas ni emergencias así que, como era enfermero quirúrgico, en realidad no hacía falta rotar emergencias. Sin embargo, al recordar a Dohan, comenzó a tener ese estúpido pensamiento que lo había estado molestando recientemente:

Ese día, en la habitación del hotel, Dohan llamó el nombre de un hombre que no conocía. Un tal Kim Tae-min. Pero, al final, claramente dijo el suyo. Y cuando lo mencionó, sonrió tan brillantemente que su corazón comenzó a dejar de sentirse un tanto desgarrado. Así que, lo abrazó de la cintura con fuerza y ​​besó la parte de atrás de su cuello, gritando el nombre de Dohan mientras el decía: "¡Hyewon!" "¡Kang Hyewon!" Demonios, todavía recordaba que en ese momento, su corazón había comenzado a latir con muchísima fuerza. Casi hasta el punto en que le comenzaron a doler las costillas, y además, todo su cuerpo se llenó de una satisfacción que solo había sentido cuando eras niño. Entonces, hubo un momento en que quería preguntarle "¿Por qué eyaculaste gritando mi nombre?" Y "¿Por qué me dijiste que no me detuviera?" Sin embargo, tan pronto como Hye-won, que se había quedado dormido, como muerto por tanta fatiga acumulada, se despertó, lo primero que vio fue una cama vacía. La figura de Im Do-han no se encontraba por ninguna parte y aunque iba a llamarle por teléfono, no tuve el coraje de hacerlo. Tenía miedo de que estuviera enojado con él y tenía miedo de que no quisiera hablarle. Y era cierto que aunque pareció inevitable, no quería ser golpeado por la realidad.

Así pasó el tiempo. Y el lunes no iban a tener más remedio que encontrarse cara a cara. Se dijo "Tengo que preguntarle" y también cosas un poco más arriesgadas como "Tengo que comprobar sus sentimientos" pero Dohan de repente se desconectó del mundo.

Entonces Hyewon se dio cuenta que Dohan no quería verlo y que, en realidad, deseaba descartar todo de la noche que pasaron juntos.

Las heridas que habían desaparecido, como si hubieran sido lavadas después de escuchar su nombre de su boca, se abrieron de nuevo y cortaron el corazón de Hye-won justo a la mitad. Y se sintió como si de pronto se hubiera convertido en un paciente crónico. Un paciente crónico que llevaba demasiado tiempo en el hospital y sabía que en algún momento iba a morirse. Justo como un hombre que de repente fue atropellado por un automóvil mientras caminaba tranquilamente por la calle, Do-han siempre era muy bueno para infligirle una gran herida en el momento menos esperado. 

A pesar de que le dolía, se agarró del pecho y pensó que nunca más iba a dejarse lastimar por él. Pero cuando le mostró un pequeño toque de interés, lo miró de nuevo como si nada hubiera pasado para empezar.

Al final, Hyewon Kang siempre era ese enfermo terminal que era hospitalizado y dado de alta de nuevo para repetir el ciclo de daños.

El hombre miró su rostro reflejado en la placa acrílica de la máquina expendedora. ¿Qué te pasa hombre? ¿Por qué estás tan quieto mientras sangras de nuevo?

Desde el momento en que se conocieron, a Hyewon Kang comenzó a gustarle Im Dohan. Por supuesto, en ese entonces, no era un sentimiento sucio que mezclaba el deseo sexual y el afecto como ahora. Era una emoción pura que además llegaba a un punto simplemente perfecto.
Así como Omega y Alfa se atraían el uno al otro inconscientemente, Hyewon Kang también se sintió irremediablemente cautivado por Dohan en cuanto le tocó la mano. Nunca había considerado las razones o las condiciones por las que le pasaba esto, pero siempre pensó que era tan fuerte como si estuviera enlazado a él desde que nació en este mundo. Por supuesto, Dohan no sintió lo mismo.

Hyewon se bebió el café de un solo golpe. El sabor amargo de la crema, que no le gustaba, y la dulzura de la azúcar que le había puesto casi exageradamente frente a la máquina, permanecieron en su boca durante mucho tiempo incluso aunque se frotó la lengua contra el paladar. Tenía que estar de servicio hoy casi todo el día así que mientras Hyewon pensaba en eso y en aquello, arrugó el vaso de papel vacío y lo tiró en el cesto.

Hubo innumerables momentos en los que odió a Dohan, pero nunca hubo un instante en el que pensara que hubiera sido mejor no conocerlo.

Hoy lo fue.

No quería ver más la cara de su amigo ni por un momento.

Obviamente pronto estaría bien de nuevo porque así era como estaba acostumbrado a trabajar. Mañana se enfrentaría a su rostro sonriente y aceptaría sus bromas como si nada hubiera pasado entre los dos. Sonaba perfecto aunque un tanto complicado.

Hyewon caminó lentamente hacia la UCI.

"Hola ¿Vas a operar?"

Carajo.

Hye-won, que subió de la sala de emergencias del primer piso al tercer piso, donde estaba la UCI, se encontró con Dohan, que estaba saliendo de la sala de descanso y ahora se había parado frente al ascensor. Lo saludó con una mirada casual, como si nada hubiera pasado, e incluso pareció un poco más aliviado que cuando estaban en la cafetería. Aparentemente había aceptado a la perfección que Hyewon también perdiera la memoria. 

Cuando Hyewon no respondió a su saludo, Dohan se atrevió a tomar su mano para volver a preguntar.

"¿Vas a operar?"

"... No, voy de camino a la UCI”.

Lo odiaba y no quería verlo. Pero tan pronto como se encontró con el rostro de Dohan, la expresión endurecida de Hyewon se suavizó un poco. Si otras personas lo vieran, se preguntarían ¿Qué parte había cambiado exactamente? Pero si estaba allí. Un cambio sutil.

"Quería entrar a una cirugía para mostrarle a mis estudiantes."

Dohan, que pareció repasar el horario del turno de noche en su cabeza, soltó un suspiro que mostraba lo decepcionante que era todo esto. La mayoría de los trabajadores del turno de noche eran enfermeras nuevas, por lo que pensó que sería genial si entraban a alguna cirugía difícil. Y cuando Dohan sonrió brillantemente y dijo: "Al menos será algo tranquilo", mostrando sus perfectos dientes, Hyewon susurró la razón por la que no iba a ir a quirófano esta noche:

"Voy a ver qué pasó con el Carcinoma Heptocelular de la otra vez."

"Ah. Ese paciente..."

Fue la cirugía en la que estuvo con Dohan hace algunos días. Un paciente con cáncer de hígado en etapa terminal que se sometió a un trasplante y estaba siendo manejado en la unidad de cuidados intensivos. Aunque operaba a muchos pacientes al día, la razón por la que ambos lo recordaban era porque se trataba de alguien particularmente joven. Era un paciente de unos 30 años que además le pidió a Do-han, quien lo desinfectó, que lo amordazara porque estaba seguro de que iba a gritar y a intentar escaparse. Tenía muchísimo miedo y estaba temblando hasta la médula. En ese momento, sonrió levemente y dijo que saldría bien de la cirugía, pero ciertamente era un caso muy inusual.

"¿Se está recuperando bien?"

"Sí. Porque es joven."

"Entonces cuídate. Te veo luego."

Ante el saludo de Dohan, Hyewon consultó su reloj. Ya pasaban de las 12 en punto pero como él dijo, no era un "hasta mañana" sino un "hasta luego" y Como era habitual entre los hombres, Dohan le dio una palmada en el brazo a Hyewon y se despidió. Luego Hyewon permaneció un largo rato en medio del pasillo, mirando su espalda, que se iba alejando.


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