―¿Y bien? ―Jenny preguntó mientras se inclinaba hacia atrás, lamiéndose los labios y sonriendo como si hubiera ganado algún tipo de medalla de oro―. Dime que no preferirías mis labios a los de WooSung.
Al principio, Jaehyeong había estado demasiado aturdido para detener a Jenny de empujarlo contra la pared y pegar su lengua hacia abajo en su maldita garganta. Él no esperaba verla en el vestuario de los hombres. Él seguro como la mierda no había esperado que ella lo agarrara y tratara de seducirlo.
La ira de Jaehyeong empezó a subir mientras miraba a la vil mujer, y su temperamento se disparó a un totalmente nuevo nivel. Durante meses Jenny había estado lanzándose a sus brazos, y él había intentado todo lo posible para ser discreto con sus rechazos.
Ella había ido demasiado malditamente lejos esta vez. Apretó la mandíbula mientras sus dedos se cerraron en puños. Nunca en su vida había golpeado a una mujer, y no iba a empezar ahora. Pero vaya si Jenny no cruzaba la línea.
―Yo sugeriría que te alejes de mí ― Jaehyeong apretó los dientes.
Los ojos de Jenny se abrieron y luego se estrecharon. ―¿Me estás diciendo que WooSung es mejor besando que yo?
―Te estoy diciendo que WooSung es mejor en todo de lo que tú eres ―dijo Jaehyeong, haciendo todo lo posible por no dejar que su ira se desbordara―. Te estoy diciendo que voy a estar hablando con el Sr. HaJoon acerca de su elección en los directivos de Total Body. Y definitivamente te digo que si alguna vez te acercas a mí, voy a demandar las estrías justo al lado de tus muslos.
Jenny miró a Jaehyeong como si no pudiera creer que no estuviera cayendo a sus pies, adorándola. Sus ojos de color marrón claro se oscurecieron, y sus labios se retiraron en un gruñido.
Jaehyeong se echó a reír, sin verse afectado por la escena de ira de la mujer. ―Necesitas dejar el vestuario de los hombres, Jenny.
―Bien, escoge a WooSung sobre mí. Vamos a ver lo bien que funciona para él cuando no tenga un trabajo mañana.
Jaehyeong se apartó de la pared, caminando hacia su casillero. Ya había tenido suficiente de sus amargos comentarios y amenazas. ―Él va a tener un trabajo, Jenny, como mi nuevo asistente personal. Estoy bastante seguro de que la paga será diez veces mejor que la de este lugar, y los beneficios son excepcionales. ―Él le dio un guiño, viendo que había golpeado un nervio―. Aunque no estoy seguro de que tú próximo trabajo sea tan satisfactorio.
―Está bien. ―Jenny levantó las manos, el miedo, finalmente, sustituyendo su ira―. ¿Qué tal si nunca me acerco a ti otra vez, WooSung mantiene su puesto de trabajo, y esto nunca ha pasado?
Jaehyeong cogió su bolsa de su casillero, sacudiendo la cabeza mientras salía de la habitación. ―De ninguna manera en el infierno, Jenny. ―Dejó a Jenny allí de pie con la boca abierta y salió al gimnasio principal, en busca de WooSung.
Jaehyeong miró a su alrededor del gimnasio por WooSung, pero no vio a su sub en ningún lugar. Él le preguntó al hombre de la recepción, y el chico le informó que WooSung había terminado por el día. Jaehyeong empujó a Jenny fuera de su mente mientras se dirigía hacia su coche. WooSung estaba probablemente haciendo las cosas de la lista para la cena de esta noche.
Mientras Jaehyeong condujo fuera del gimnasio, la emoción comenzó a burbujear dentro de él. No sólo iba a mostrar a WooSung a sus amigos, iba a pedirle a WooSung que se fuera a vivir con él. Era un gran compromiso, pero Jaehyeong estaba cansado de que su sub no despertara a su lado en la mañana.
Quería a WooSung permanentemente en su vida. El hombre era todo lo que Jaehyeong había estado buscando, y él no iba a dejar que se fuera.
También le iba a decir esta noche a WooSung que lo amaba.
Jaehyeong entró en el aparcamiento subterráneo y rápidamente hizo su camino hacia el penthouse. Tenía cosas que tener listas, juguetes que preparar, y una escena que repasar. Sus amigos pensaban que estaban viniendo con sus sumisos para conocer y saludar a WooSung, pero Jaehyeong también planeaba tener una escena en el salón para mostrar lo bien que WooSung había mejorado desde aquella noche en el restaurante.
Dioses, iba a amar el restregar la escena de WooSung en sus rostros.
Jaehyeong tuvo el repentino impulso de frotarse las manos y reírse con malicia. WooSung había llegado tan lejos en las últimas semanas. Él lo había hecho, también. Se sentía mucho más seguro cuando estaba en una escena con su sumiso, o simplemente cuando estaba con WooSung.
El hombre era increíble.
No sólo WooSung tenía un cuerpo para morirse, sino que realmente era una persona maravillosa. A pesar de que no venían de los mismos círculos sociales, Jaehyeong había descubierto que tenían mucho más en común que sólo sexo.
Disfrutaban de los mismos documentales y los mismos escritores de misterio. Aunque WooSung había introducido recientemente a Jaehyeong a los romances eróticos homosexuales y estaban leyendo su camino a través de ellos a un ritmo alarmante.
También disfrutaban de probar nuevos alimentos juntos. Jaehyeong disfrutó especialmente la alimentación de WooSung con el hombre sentado en una almohada en sus pies o en su regazo. Era erótico como el infierno y hacía que Jaehyeong se sintiera como si estuviera verdaderamente proveyendo a su sub cuando alimentaba a WooSung con la mano.
Los episodios malcriados de WooSung habían disminuido cada vez más mientras que Jaehyeong le daba al hombre más reglas y límites. Jaehyeong estaba llegando a entender que WooSung necesitaba la estructura de ser un sub para sentirse seguro y cuidado. Él comparaba las reglas con amor.
Jaehyeong pensaba regalarle a WooSung suficientes normas para que no volviera a dudar de que fuera amado. Metió la mano en su bolsillo, tocando el suave collar de cuero flexible que había encargado para WooSung. Tenía la esperanza de dárselo a su sub esta noche delante de sus amigos. Quería que todo el mundo supiera que WooSung le pertenecía.
Jaehyeong sonrió cuando escuchó la puerta abrirse y se apresuró hacia la sala. WooSung estaba cerrando la puerta cuando llegó a la habitación. ―Hola, WooSung, ¿tuviste un buen día? ― Jaehyeong le preguntó mientras alcanzaba a su sub.
―Mi día fue... interesante, maestro.
Jaehyeong parpadeó confundido cuando WooSung eludió sus brazos y caminó a la derecha pasando de él. Jaehyeong se volvió mientras seguía a WooSung con sus ojos. Algo estaba mal. La postura de WooSung era tan rígida que a Jaehyeong le sorprendió que el hombre no se lesionara.
―¿WooSung?
WooSung se detuvo, pero él no se dio vuelta. ―¿Sí, maestro?
―¿Algo está mal?
―¿Qué podría estar mal, maestro? ―preguntó WooSung, pero aún no se daba la vuelta. A pesar de que WooSung estaba hablando con él, Jaehyeong se sentía como si estuviera siendo ignorado. No le gustaba eso―. Usted ha planeado todo a la perfección, no es así.
Eso se sintió más como una afirmación que una pregunta, y Jaehyeong no sabía por qué. Él extendió la mano y agarró el brazo de WooSung, tirando de él. ― WooSung, ¿qué pasa?
―Tengo que tener todo listo para esta noche, maestro.
«La fiesta». Tal vez eso era todo. Quizás WooSung estaba nervioso. Jaehyeong sonrió mientras levantaba la barbilla de WooSung con sus dedos. ―Va a estar espectacular, WooSung.
WooSung finalmente levantó sus ojos para mirar a Jaehyeong, dándole una sonrisa que hizo que Jaehyeong tragara saliva y de repente deseo tener una bola de cristal para ver el futuro. ―Sí, estoy seguro de que el show será espectacular.
Jaehyeong se quedó allí de pie sintiendo algo inquietante subir por su espalda mientras observaba a WooSung apartarse y caminar hacia la cocina. Empezó a ir tras el hombre y preguntarle qué demonios estaba pasando, porque algo obviamente estaba pasando, pero el timbre de la puerta sonó.
Jaehyeong suspiró y fue a abrir la puerta. Podía atrapar a WooSung más tarde. Quizá Jenny le había estado dando mierda otra vez. Esto se veía igual que la mujer. Ella había sido especialmente dura con WooSung desde que descubrió que él y Jaehyeong eran noticia.
―Hey, HyukJae ―dijo Jaehyeong mientras abría la puerta. No se sorprendió al ver a SeungCheol y su sub de pie detrás de HyukJae y DongHae. Le había informado al portero que estaba teniendo amigos para cenar y les había dado un pase para su condominio.
Jaehyeong dio un paso atrás y permitió la entrada a sus invitados. Él acababa de comenzar a cerrar la puerta cuando alguien la empujó. Jaehyeong la abrió de nuevo y luego sonrió cuando vio a MinHo y TaeMin allí de pie.
―Hola, entren ―dijo Jaehyeong―. Los otros acaban de llegar.
―Lo sabemos. ―MinHo se rió entre dientes mientras conducía a TaeMin en el condominio―. Los vimos entrar en el ascensor, pero las puertas se cerraron antes de que consiguiéramos pasar la seguridad.
―Ah.
Jaehyeong cerró la puerta y siguió a sus amigos a la sala de estar. Hizo un gesto con la mano hacia los sofás de cuero negro que rodeaban la chimenea y miró hacia las ventanas del piso hasta el techo que daban una visión perfecta de la ciudad. Había una razón por la que pagó un brazo y una pierna para ese piso. La vista del horizonte de la ciudad era fantástica.
―¿Puedo ofrecerles algo de beber?
―Jugo para TaeMin ―dijo MinHo―, voy a tomar agua por ahora.
―JiHoon y yo tomaremos jugo ―dijo SeungCheol.
―Lo mismo para DongHae ―dijo HyukJae―. Voy a tomar un café con leche de soja descafeinado.
―Ya vuelvo. ― Jaehyeong se dirigió a la cocina para conseguir las bebidas de todo el mundo, frunciendo el ceño en confusión cuando no vio a WooSung. Jaehyeong sería el primero en admitir que estaba un poco nervioso. Él y WooSung habían trabajado tan duro para llegar a donde estaban en tan sólo unas pocas semanas. Pero lo habían hecho. WooSung era el sub perfecto, y aunque Jaehyeong no creía que él era el Dom perfecto, él estaba haciendo lo mejor.
La pregunta era, ¿dónde diablos estaba WooSung?