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Entrenando a JaeHyeong por DenisseZepol

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WooSung se sentó, colocando su brazo en la parte posterior de su silla. Miró a cada hombre sentado a la mesa y sabía que estaba viendo a cuatro hombres muy dominantes. Ellos amplificaban el poder, el dinero y la masculinidad. 


 


A nadie se le ocurriría pensar en ellos sino como Doms. 


 


Bueno, WooSung se seguía preguntando acerca de Jaehyeong. El hombre tenía un potencial muy grande, pero no le había dicho nada a WooSung sobre el lenguaje inapropiado en la mesa. WooSung estaba poniendo a prueba al hombre, ver cuánto podía salirse con la suya, pero todo lo que Jaehyeong estaba haciendo era mirar a WooSung como si fuera un extraterrestre verde lima de otro mundo. 


 


No reprendió a WooSung. No le ordenó a WooSung que se disculpara con sus amigos por sus palabras groseras. El hombre ni siquiera le frunció el ceño a WooSung. Se quedó sentado allí con la boca abierta. 


 


Así que ya era hora de subir la calefacción. 


 


―Así que, ¿estás esperando algo de culo por esta comida? ―Le preguntó a Jaehyeong mientras tomaba el café del hombre y daba un sorbo―. Porque yo no tengo ningún problema en darlo en un lugar elegante como este. ―Él agitó su mano alrededor abarcando el restaurante completo. Estaba esperando que el Dom saliera de Jaehyeong. WooSung sabía a ciencia cierta que el hombre lo tenía en él, pero Jaehyeong no estaba reaccionando a cualquier cosa que WooSung dijera. 


 


No de la manera que WooSung quería que lo hiciera. 


 


WooSung quería ser puesto en su lugar y quería ser castigado. Él estaba enfermo y cansado de jugar con Doms que no tenían una maldita idea de lo que WooSung necesitaba. La mayoría se dio por vencido dentro de la primera semana -algunos dentro de la primera hora- reclamando que WooSung era, definitivamente, un mocoso y que no iban a perder su tiempo en él. 


 


Era cierto que WooSung estaba fuera de control. 


 


Por lo tanto, se quedó sin entrenar. 


 


Y vaya si no quería que Jaehyeong lo riñera y tomara el control. WooSung anhelado a un maestro, y tenía la sensación de que Jaehyeong era el único que había estado buscando durante todos estos años. Él iba a traer de vuelta al Dom en el hombre si esto no lo mataba. 


 


O alguien le entregaba su culo en bandeja de plata. 


 


―Conoce tu lugar, muchacho ―HyukJae le espetó a WooSung. 


 


A WooSung le dio un escalofrío por todo el cuerpo. ―¿Vas a enseñarme? ― WooSung sonrió al hombre― Señor. ―Le pinchó. 


 


― Jaehyeong. ―HyukJae soltó una sola palabra con la mandíbula apretada tan fuerte que WooSung estaba esperando para ver los dientes del hombre romperse y caerse―. Controla a tu sub. 


 


Los ojos de WooSung se deslizaron hacia Jaehyeong, esperando, esperanzado, y... no pasó nada. ¿Qué demonios iba a tener que hacer para que este hombre reaccionara ante él? ¿Asesinar a alguien? 


 


Él había terminado hecho un manojo de nervios alrededor de Jaehyeong en el gimnasio. Pero WooSung sabía que si quería lo que Jaehyeong podría ofrecer potencialmente, tenía que patear la mierda a un lado y conseguirlo abajo y sucio. 


 


Él sólo esperaba como el infierno que ninguno de los otros hombres de la mesa lo pusieran en su lugar. WooSung quería a Jaehyeong, y él no iba a tomar ninguno otro en sustitución. Jaehyeong se inclinó hacia delante, tirando el café de las manos del WooSung, y dejando la taza sobre la mesa. ―¿Hay algo que te molesta, WooSung? 


 


WooSung gruñó interiormente. «¿En serio?» ¿Esa era su forma de controlar a WooSung? ¿Tratar de razonar con él y hablar las cosas? 


 


«Grrr». 


 


Tan frustrado como estaba, WooSung sonrió despacio y sacudió la cabeza. ―Nada de nada, nena. Estoy muerto de hambre. ¿Cuándo vas a pedir mi comida para mí, guapo? 


 


―¿Guapo? ―MinHo repitió la palabra mientras apoyaba los codos sobre la mesa y entrelazó sus dedos juntos―. Te lo juro, Jaehyeong. Si no lo controlas, lo haré yo. Es una burla a todos los Doms en todas partes. 


 


―No lo vas a tocar ― Jaehyeong advirtió con un gruñido mientras su cabeza se giraba para mirar a MinHo. 


 


―Entonces has jodidamente algo con él ―demandaba MinHo―. Hubiera azotado el culo de TaeMin si él hubiera tenido esta falta de respeto. 


 


«Oh, sí, por favor». Esperó WooSung, esperanzado. Podía sentir su culo empezando a sentir un hormigueo justo con la idea de la gruesa mano de Jaehyeong venir sobre él. La anticipación lo estaba matando. Ni siquiera importaba si Jaehyeong lo hacía aquí en el medio del restaurante. 


 


―Voy a manejar a mi sub en la manera que crea apropiada. 


 


«¿Qué?»


 


«¡No!» 


 


Los ojos de WooSung se ensanchaban mientras observaba Jaehyeong yaciendo en su asiento, mirando a todo el mundo como si no tuviera ninguna atención. 


 


Pero... WooSung quería ser azotado. 


 


Tal vez necesitaba subir su juego un poco. ¿Sólo que haría falta para que Jaehyeong lo castigara? Los ojos de WooSung se deslizaron a los otros hombres en la mesa, una pequeña sonrisa de diversión cruzando sus labios al ver el ceño fruncido en cada uno de sus ojos. 


 


Él tenía la cosa. 


 


―Así que, ¿si cojo con el resto de ustedes, puedo venir a cenar aquí de nuevo? 


 


Un silencio de muerte siguió a las palabras de WooSung. 


 


Casi podría jurar que oyó grillos. 


 


Cuando el silencio continuaba, WooSung repente tuvo la impresión de haber mordido más de lo que podía masticar. MinHo, SeungCheol y HyukJae estaban mirando a Jaehyeong, no a WooSung. ¿Por qué ellos no le pedían a Jaehyeong que lo controlara otra vez? 


 


WooSung se volvió hacia Jaehyeong y de repente le costaba respirar. La decepción evidente en el rostro de Jaehyeong envió su corazón al suelo como un golpe. 


 


Jaehyeong suspiró profundamente y se escabulló de la cabina. Metió la mano en su bolsillo y sacó un fajo de billetes, arrojándolo sobre la mesa. Y entonces llegó hasta WooSung. WooSung trató de deslizarse fuera de la distancia del agarre porque tenía la clara sensación de que esta situación no iba a terminar como él quería. Jaehyeong sólo se acercó, le agarró la muñeca y tiró de él, WooSung tenía la opción de seguirlo o ser arrastrado por el suelo. 


 


―¿A dónde vamos? ― WooSung preguntó mientras era arrastrado a través del restaurante hacia la puerta principal―. ¿Qué hay de la cena? 


 


Jaehyeong se quedó en silencio hasta que atravesaron las puertas delanteras. Hizo una pausa por un momento, mirando hacia arriba y abajo de la calle, y luego comenzó a caminar de nuevo. 


 


― Jaehyeong. 


 


Cuando Jaehyeong se detuvo de repente, WooSung pensó que el hombre por fin iba a hablar con él. Su boca se abrió cuando Jaehyeong se volvió hacia el coche que WooSung no habría notado incluso sentado allí, abrió la puerta de atrás, y lo empujó dentro. 


 


―¡Jaehyeong! 


 


―No me gusta jugar juegos, WooSung. Si quieres actuar como una total perra, ese es tu negocio, pero me rehuso a poner mi tiempo en alguien que no puede ser fiel a mí. 


 


La puerta se cerró de golpe en el rostro de WooSung antes de que pudiera siquiera abrir la boca para responder. Él se sorprendió al ver a Jaehyeong apoyarse en la ventana del pasajero delantero y tirar un poco de dinero al conductor. 


 


―Llévelo donde sea que quiera ir. 


 


Con eso, Jaehyeong dio media vuelta y se alejó por la acera. WooSung observó mientras él pasaba el restaurante y se dirigía hacia un coche de lujo estacionado en la calle y se subía. WooSung no podía creer que Jaehyeong sólo lo hubiera dejado así. 


 


Bueno, sí que podía. Él había terminado el maldito juego muy malcriado. Sólo deseaba que Jaehyeong lo hubiese puesto en su lugar en vez de correr. Y eso era exactamente lo que estaba haciendo Jaehyeong - correr. 


 


El taxista miró por encima del hombro.―Es tu dinero, amigo. ¿Dónde quieres ir? 


 


WooSung sonrió con malicia. 


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