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Confesiones… ¿y confusiones? por Yakaylex2

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Notas del capitulo:

Hola amigos, aquí el segundo capítulo. ¡Espero les guste!

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Camino por los pasillos de la escuela como monja en penitencia. Mi primera experiencia había terminado en una trágica novela. Todo el día estuve esperando que los videos de mi decepción amorosa llegaran por montones. Chicas viéndome raro y chicos burlándose de mi por mi aparente error al no darme cuenta de que era un hombre. Subo al techo de la escuela flotando como un fantasma y ruego al cielo para que no haya nadie allí… Pero el cielo no me hace mucho caso últimamente. Antes de darme cuenta, una figura morena me observa con tristeza desde lejos. Lleva uniforme deportivo masculino. Me quedo paralizado y se acerca a mí.


- No nos han presentado, Ishida-san. – Me dice con voz suave. – mi nombre es Sora Takenouchi. – Es la misma persona que me entregó la carta ayer. Pero ahora que observo con mayor detenimiento me doy cuenta de algo peculiar. – Antes de que digas nada, te ofrezco una disculpa por lo que pasó ayer con mi amigo. – Observa un poco molesta hacía el cielo. – De haberlo sabido yo…


- ¿Eres una chica? – La interrumpo abruptamente. Me mira y asiente incomoda. - ¿Por qué...? – No logro terminar mi pregunta. Sonríe con tristeza.


- ¿Me visto de chico? – Asiento apenado. – Verás, desde que comencé la adolescencia sufrí mucho acoso por parte de mis compañeros y compañeras. Tenía el cuerpo mucho más desarrollado que las demás chicas, por lo que siempre fui el blanco de burlas y envidias... - Suspira. – Y por supuesto de acoso. Había un grupo de chicos que me molestaba muchísimo. Estuvieron a punto de hacerme daño. - Se estremece como si lo estuviera contemplando. - Por suerte, Taichi llegó a rescatarme. – Sonríe soñadora. - Él tiene una hermana pequeña, así que respeta mucho a las chicas. - Asentí. - Desde entonces hemos sido los mejores amigos del mundo. Es un chico muy dulce. - Mira al horizonte, pensativa. Quisiera poner un poco más de atención a su confesión, pero solo tengo en mi cabeza el nombre de ese chico: Taichi. - Cuando ingresé a la preparatoria, me di cuenta de que iba a ser exactamente lo mismo, por lo que deserté de mi antigua escuela. ¡Y solo había pasado una semana! - Ríe un poco, pero yo no me atrevo a imitarla. Es una confesión bastante personal y no quisiera ofenderla. - Taichi me dijo que había una forma en la que no me acosarían, y era si usaba ropa de chico. "Ningún pervertido se fija en una chica con ropa masculina y dos tallas más grande." Me dijo en ese entonces. Pero era imposible que mi madre, tan conservadora, me comprara el uniforme de chico. Así que tuvo un plan.   


- Intercambiaron uniformes. - Le dije mientras todo comenzaba a tener sentido.


- Intercambiamos vidas. – Puntualiza. Me mira y agacha la mirada. – Taichi me ayudó muchísimo a entrar a esta escuela. Le explicamos a nuestro asesor y al director la situación y nos permitieron venir de esta manera a la escuela.  Nadie más sabe la verdad. – Me mira sonriente. – Taichi contesta con su nombre y yo con el mío. De no ser así, mis calificaciones serían un desastre. ¡Ah!, pero en deportes…


- ¿Por qué me cuentas esto? - La interrumpo nuevamente y me mira sorprendida. - ¿Acaso me vienes a pedir que no los delate después de la broma que me hicieron tú y Taichi? - Me sorprendo a mí mismo. Su nombre sonaba bien en mis labios.


- ¡No fue una broma! - Me mira molesta. - Taichi en verdad siente eso por ti. - Sus ojos comienzan a humedecerse. - Yo tuve la culpa. - Me mira molesta. - Sé lo olvidadizo que Taichi puede ser de repente. Debí revisar su estúpida carta y nada de esto hubiera pasado.


- En algún momento me iba a dar cuenta de que era un chico. - Le digo de la misma manera.


- Era lo más lógico.  – Me mira con una mueca burlona. – Pero hubiera sido mejor que lo supieras en otras circunstancias.


- De todas maneras, no era lo mejor… - Suelto de pronto.


- ¿Acaso te molesta que sea un chico? – Su rostro está un poco crispado. Sé que debo mentir, pero no puedo hacerlo.


- Bueno... - me rasco nuevamente la nuca. Debo dejar de hacer eso. - Es que dos tipos juntos... ya sabes... no todos lo ven muy bien... es demasiado pervertido y...


- Lo único que sé es que eres un gran idiota. - Me dice furiosa y se acerca exageradamente a mi rostro. - Si no lo quieres entonces me lo quedaré yo.


- ¿Qué? - No logro entenderla. ¿Acaso no dijo que era su mejor amigo? De pronto siento un buen derechazo en mi estomago que me dobla por completo. ¡Cof!


- Si no me hubieras interrumpido, Yamato, habrías escuchado que soy tan buena como él en los deportes. - Sonríe burlonamente.  - Siempre he estado enamorada de él, así que, si no le vas a corresponder, yo lo voy a consolar. - La miro confundido. - ¡Nos vemos!


Antes de que pueda ponerme de pie, ella se aleja corriendo. De chica solo debe tener el nombre. No tiene nada de delicada. Me pongo de pie y me acerco a la orilla de la terraza. La veo entrar al salón de tercero B. Bueno, somos de la misma edad. Ignoro el dolor que me produjo su golpe y observo las nubes. Son tan hermosas… tanto como la "bella chica morena" que me robó un par de latidos extra en mi corazón el día de ayer. ¿Así que esa es la razón por la que ese chico se viste de mujer? Bueno, me parece algo todavía más valiente. Si alguno de los compañeros se diera cuenta, no solo Sora podría sufrir acosos o burlas. También las sufriría él. ¡Seguramente lo golpearían, lo encerrarían en el baño y quizá le harían algunas cosas más pervertidas como si estuviéramos en prisión! – Jalo con fuerza mi cabello y grito como un tonto. - ¡Yo no quiero ser el culpable! – Dirijo la mirada al patio y puedo ver como Sora sonríe con los demás compañeros. ¡Definitivamente no los voy a delatar! Fingiré que no pasó nada. Hablaré con Joe y lo haré olvidarse del tema. Mi padre y mi hermano preguntaran, pero me haré el tonto. - ¡A nadie le voy a decir la verdad!


- ¿Qué verdad, Yamato? - Escucho la voz de alguien detrás mío y me quedo petrificado. Giro en redondo y mi rostro se contrae de vergüenza.


- ¡Joe! – Por un segundo desee que fuera Taichi. No sé por qué. Tal vez sean esos clichés que he leído en los mangas de mi hermanito.


- ¿Te pasó algo malo con tu cita de ayer? – Mi mira suspicaz y me muerdo mi labio. ¿Cómo le iba a decir lo que ocurrió así sin más?


- Todo estuvo perfecto.  – Levanto mi pulgar en señal de afirmación. – Bueno, me voy a clases, ¡nos vemos! – Actúo como un tonto, pero es lo mejor. No puedo dar explicaciones. Paso a su lado y toma mi brazo. Un escalofrío recorre mi columna. Sé lo que viene a continuación.


- ¿En serio no me contarás nada? – Lo miro y muevo la cabeza apenas. – Después de haber sabido que tu cita era un hombre debiste haber corrido como un cobarde en lugar de enfrentar la situación. – Me quedo sorprendido. ¿Cómo lo supo? - ¿Crees que soy tu mejor amigo solo por apariencia, Yamato? – Niego nuevamente. – Takeru-chan me lo dijo todo. - ¡Ese niño! Ya me las pagará en casa. - ¿Y bien? – Suelta mi brazo y comienzo a hablar. No me percato que hace tiempo debió empezar la clase. Pero así es Joe. Siempre elige mi salud mental. ¡Es mi mejor amigo! Caigo en cuenta de los sacrificios que ha hecho por mí y comienzo a valorar todo lo que Taichi está arriesgando por su mejor amiga. Un sentimiento nostálgico llega a mi pecho. ¡También él es tan bueno! Cuando termino mi relato, no puedo evitar que unas lagrimas escapen por mis ojos.


- ¡Joe! – Grito y siento sus brazos envolviéndome con cariño.


- A veces es bueno llorar, ¿sabes? – Me dice contra mi mejilla.


-Fui muy injusto con él, ¿estás de acuerdo? - Asiente levemente. - Lo juzgué sin siquiera conocer su historia. - Me separo un poco de su abrazo.  - ¡Ni siquiera sé su versión! - Me sonríe un poco y me suelta. - ¡Iré a verlo y me disculparé de inmediato!


- Espera. - Vuelve a tomar mi brazo.  -No está en su salón. No vino a la escuela.


- ¿Cómo lo sabes? - Joe sabe todo sobre cada estudiante. Me pregunto si es un detective secreto o algo así. Se quita los anteojos y los limpia un poco con su abrigo.


- Solo lo sé. - Me mira y me vuelve a sonreír. - Pero si vas a su casa allí lo encontrarás. - Lo miro un poco confundido. - Como encargado de la enfermería puedo darte un pase. - Mete la mano en su bolsillo y me da el papel. Lo miro emocionado. - Me deprime verte triste y...


- ¡Gracias, Joe! - No permito que continúe pues lo abrazo con más fuerza que antes. Es tanta mi gratitud que lo beso en la mejilla sin pensar. - ¡Me voy!


Bajo corriendo la escalera sin mirar atrás, con un solo objetivo en la mente. Me disculparé con Taichi y todo estaría bien. ¡Si señor!


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- ¿Y entonces no te disculpaste? - Takeru me mira mientras me acurruco nuevamente es su sillón. Oculto mi rostro lo más posible.


- Si lo hice, pero no de la mejor manera. - Cubro mi cabeza con su cojín.


- Por eso el golpe en tu mejilla. - Me pasa la bolsa de hielo y la coloco en mi rostro.


- Eso fue por impulsivo y por imbécil, no por la disculpa.


- Entonces, ¿lo que pasó fue...?


Flasback


Llegué a casa de Taichi y toqué sin titubeos su puerta. Ni siquiera había pensado que le iba a decir a sus padres o a su hermana si ellos me abrían. De cualquier manera, volví a tocar con un poco más de fuerza, hasta que escuché ruidos adentro.


 - ¿Sí? - Preguntó una figura somnolienta y en pantalones cortos. Lo miré y sus ojos me parecieron dos gemas recién pulidas. Sus mejillas se veían sonrojadas y su cabello alborotado era adorable. - ¿Ya... Yamato? - Me preguntó indeciso y entonces hice lo más estúpido que jamás había hecho en la vida. Me abalancé a su cuello y entonces...


Fin del Flasback


- ¡No, no puedo contártelo! - Digo mientras estrujo más el cojín de la sala. - ¡Fue tan vergonzoso y ni siquiera supe por qué lo hice!


- ¿Lo besaste? - Me mira sorprendido. - ¿Así, sin más? - Asiento con el rostro acalorado. - ¿Y entonces?


- Después de unos segundos, sentí el derechazo de Taichi sobre mi rostro y eso fue todo. - Giro y miro avergonzado al techo. - Después de que mandara a volar, corrió hacía a mí y me ofreció disculpas repetidamente.


- Pero cuando te pusiste de pie seguramente no pudiste articular palabra y te viniste corriendo.


- Solo pude decir “lo siento”. Me puse de pie y corrí como un cobarde. - Cubro mi rostro con mis manos. Siento que voy a empezar a llorar.


- Tu primer beso y ni siquiera puedes recordar lo que sentiste. - Me dice triste.


- Solo puedo recordar el dolor en mi rostro. - Le digo de la misma manera.


- ¿Y por qué lo hiciste? - Siento sus manos acariciar con cariño mi mejilla. Mis ojos se llenan de lágrimas.


- ¡No lo sé!  - Le digo hecho un mar de lágrimas. - Solo lo vi, y quise hacerlo. - Sé que ya perdí el "glamour" pero no me interesa. - Y ahora, ¡ya nunca más voy a poder hablar con él!


- ¿Por qué no lo buscas en la escuela? - Me mira un poco misterioso. - Quizá allí no pierdas el control como lo has hecho las dos veces con su versión masculina.


- ¿Qué? - Me enderezo en un repentino estado de alerta. - ¿No querrás decir que...?


- Eso es lo que quiero decir. - Me mira a los ojos y su expresión es firme. - Creo que te gusta Taichi como hombre.


¡No puedo dar crédito a lo que mi hermano me dice! Seguramente se trata de una broma, ¿verdad?

Notas finales:

Al fin sabemos porqué Taichi se viste de chica. Y ahora la pregunta es, ¿cuál de las dos versiones le gusta más a Yamato? 

Nos vemos en el siguiente capítulo.


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