Merie y su amigo Luis decidieron que era hora de partir. La música seguía retumbando en sus oídos mientras salían del lugar, y las luces parpadeantes comenzaban a dejar paso a la luz de la luna en el exterior. Aunque Merie seguía sintiéndose un poco fuera de lugar en ese entorno, había disfrutado de la noche más de lo que esperaba.
Merie y Luis caminaban por la acera, aún con la música resonando en sus oídos, cuando de repente, Merie chocó con algo o, más bien, alguien que venía distraída en dirección contraria. El impacto fue suficiente para hacer que ambas cayeran al suelo, sus pertenencias se esparcieron por todas partes.
Instintivamente, Merie comenzó a disculparse, sintiéndose responsable del accidente.
"Oh, lo siento mucho. Fue mi culpa, estaba distraída y..." Pero antes de que Merie pudiera terminar su disculpa, sus ojos se encontraron con los de la persona con la que había chocado, y su voz se quedó atrapada en su garganta. Era la bailarina exótica que la había dejado completamente desconcertada en el club nocturno, la misma mujer hermosa y sensual que había estado a centímetros de su rostro.
La bailarina también se veía sorprendida, pero en lugar de enojarse o mostrar irritación por el accidente, simplemente sonrió con amabilidad y se puso de pie. Extendió una mano hacia Merie para ayudarla a levantarse.
"No te preocupes, fue un accidente," dijo la bailarina con voz suave y tranquilizadora. "Estaba distraída yo también." Merie tomó la mano de la bailarina y se levantó del suelo, aun sintiéndose un poco abrumada por la situación. Mientras recogían sus pertenencias, Merie finalmente pudo encontrar su voz de nuevo.
"Gracias, en serio, lo siento mucho," balbuceó Merie. "No tenía la intención de chocar contigo."
La bailarina se río suavemente. "No pasa nada, de verdad. Los accidentes suceden." Sus ojos se encontraron nuevamente con los de Merie, y esta vez Merie pudo ver un brillo travieso en ellos. "Además, no eres la única que estaba distraída. Me sorprendió verte aquí fuera."
Merie se sintió aún más incómoda, dándose cuenta de que estaba parada frente a la mujer que la había dejado sin aliento en el club. Sin embargo, no pudo evitar sentirse intrigada por la bailarina.
"Sí, bueno, esto es un poco inusual para mí," admitió Merie. "Nunca había estado en un lugar como ese antes." La bailarina asintió comprensiva.
"Entiendo. No todos están acostumbrados a ese tipo de ambiente. Pero a veces, un poco de aventura puede ser bueno para el alma." Merie estuvo de acuerdo en silencio. Su vida había sido tan monótona durante tanto tiempo que la noche en el club nocturno había sido un soplo de aire fresco, aunque abrumador. Mientras hablaban, Merie notó que la bailarina exudaba una confianza y una calma que la atraían de alguna manera.
Luis, que había estado recogiendo las pertenencias de Merie, se acercó y notó la conversación entre las dos mujeres.
"¿Todo bien, Merie?" Merie asintió, todavía sintiéndose un poco desorientada. "Sí, Luis, solo fue un pequeño accidente. Esta es...uhm, la bailarina del club." La bailarina extendió la mano hacia Luis.
"Soy Lucia, un placer conocerte." Luis le estrechó la mano con una sonrisa amigable.
"Soy Luis, el amigo de Merie. Gracias por ser comprensiva con ella." Lucia sonrió mientras Merie le daba un codazo a Luis.
"No hay problema en absoluto, Fue un placer conocerlos a ambos, Bueno, creo que debería seguir mi camino. Espero que tengan una buena noche." Con un gesto de despedida, Lucia se alejó por la acera, dejando a Merie y a Luis contemplando su partida.
Merie se quedó mirando fijamente en la dirección en la que Lucia se había marchado, todavía procesando la inesperada coincidencia de haber chocado con la misma bailarina exótica que la había dejado sin aliento en el club nocturno. Sus pensamientos volaban mientras reflexionaba sobre la conversación que habían tenido, sin embargo, su ensoñación se vio interrumpida cuando Luis, con una amplia sonrisa traviesa en el rostro, la sacó de sus pensamientos.
"¿Hola? ¿Alguien en casa?" Merie parpadeó y regresó a la realidad, mirando a Luis con sorpresa.
"Oh, sí, estoy aquí. Estaba solo... pensando." Luis arqueó una ceja de manera juguetona.
"¿Pensando, ¿eh? Parece más como si estuvieras perdida en un mundo de ensueño. ¿Qué pasó? ¿La bailarina te dejó sin aliento de nuevo? Parecías muy cómoda conversando con ella" Merie intentó negar la acusación de Luis, pero el sonrojo en su rostro traicionó sus palabras.
"¡No, claro que no! Fue solo un choque accidental y nada más. No sé a qué te refieres." Luis río entre dientes y le dio un codazo amigable.
"Vamos, Merie, no tienes que ocultarlo. Vi la forma en que te mirabas. Parece que Lucia realmente te hizo perder el aliento" Merie suspiró resignada, sabiendo que no podía ocultar la verdad a su amigo.
"Bueno, tal vez me sorprendió un poco, eso es todo. Fue una coincidencia inusual chocar con ella después de verla actuar en el club." Luis continuó bromeando, disfrutando de la reacción de su amiga.
"¿Coincidencia, dices? ¿O el destino te está diciendo algo? ¿Quizás deberías seguirla y ver a dónde te lleva esta misteriosa bailarina?" Merie se río, aunque aún se sentía un poco abrumada por la situación.
"No exageres, Luis. Es solo una coincidencia. No creo que el destino esté involucrado y claramente no voy a seguirla dios eso es de acosadores y yo no soy una" Luis asintió, aunque su sonrisa seguía siendo juguetona.
"De acuerdo, de acuerdo, lo dejo ahí. Pero, ¿quién sabe? Tal vez esta noche en el club nocturno sea el comienzo de algo emocionante para ti. Nunca se sabe lo que la vida te tiene preparado." Luis seguía tratando de ser positivo pero tanto positivismo cansaba un poco a Merie.
"Olvidémoslo, Luis. Estamos en mundos diferentes, y aún si intentara algo con Lucia, estoy segura de que ella jamás se fijaría en alguien como yo. ¿O acaso olvidas por qué me dejó Loreto? Fue muy clara al respecto. Además, mírame, tengo el cabello rubio y los ojos azules, pero más allá de eso, no tengo nada especial, sin mencionar que no soy buena socializando casi me da ansiedad dentro del club" Luis la miró con preocupación, notando la tristeza en sus ojos y la falta de confianza en sí misma en sus palabras.
"Merie, eso no es verdad. No tienes por qué subestimarte de esa manera. Eres una persona increíble, y mereces encontrar a alguien que te valore por quién eres." Merie suspiro.
“Dejémoslo Luis” Merie comenzó a avanzar.
“No deberías rendirte tan pronto además como te dije el destino es impredecible” Luis trato de animar a su amiga.
"Dudo mucho que volvamos a vernos, Luis. Ni siquiera la conozco, solo sé que se llama Lucia y es una bailarina exótica, pero nada más, como te dije, somos de mundos diferentes y si volviera a pasar sería demasiado raro, quiero decir, ¿qué posibilidades hay de encontrarte nuevamente con una persona que acabas de conocer en una noche? Bueno, tú eres el que sabe de estadísticas, así que supongo que me lo dirás." Luis sonrió y asintió, encogiéndose de hombros con un gesto teatral.
"Bueno, Merie, en realidad las estadísticas son un poco complicadas en este caso. Depende de muchos factores, como el tamaño de la ciudad, la frecuencia con la que ambos frecuenten lugares similares, y la casualidad pura y simple. Pero quien sabe, a veces el destino puede tener un sentido del humor interesante."
Merie rio suavemente ante la respuesta de Luis. "Sí, eso es cierto. El destino puede ser impredecible a veces, pero por todo lo que dijiste puedo adivinar que es un porcentaje muy pequeño de posibilidades de que este encuentro vuelva a pasar en el futuro"
“Pequeñas, pero no imposibles” Luis sonreía.
“No va a pasar” Merie rodo los ojos ante lo insistente que era Luis.
Aunque Merie se mostraba escéptica acerca de la posibilidad de volver a encontrarse con Lucia, en el fondo había algo en la idea que la intrigaba. La noche en el club nocturno había sido una experiencia completamente nueva para ella, y Lucia había dejado una impresión duradera en su mente. A pesar de todas sus dudas y autoevaluaciones negativas, había una chispa de esperanza en Merie de que tal vez, en algún momento, la vida le daría otra oportunidad de cruzar caminos con Lucia y descubrir más sobre esa misteriosa bailarina.
Mientras caminaban juntos hacia casa, Merie reflexionó sobre la noche inusual que había tenido y las posibilidades que el futuro podía traer. Aunque no sabía qué depararía el destino, estaba decidida a abrazar las oportunidades y aprender a valorarse a sí misma. Después de todo, como bien decía Luis, las estadísticas pueden ser complicadas, pero la vida a veces tiene una forma sorprendente de desafiar las probabilidades y crear momentos inolvidables.