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¿Quién es él? por Doki Amare Pecccavi

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Notas del capitulo:

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DEEZER

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Cap. 4: Para Saga

 

La vida escolar a Shaka le había parecido realmente interesante, no tenía un punto de comparación con la educación en casa. Cada día al despertar Mu le regalaba un beso en la frente como ofrenda por permitirle dormir a su lado.

 

De forma alternativa se repartían el primer puesto para tomar una ducha, dentro de la habitación había las instalaciones correspondientes de un cuarto de aseo, un baño completo con ducha y tina, aunque esta última jamás había sido ocupada por ellos, tal vez se requería para los Omega de mayor edad y los baños antihormonas que tomaban durante el celo.

 

Como correspondía para niños de su clase, debían salir de la habitación completamente aseados y arreglados; un conjunto sastre en telas negras, camisa blanca con pequeños olanes y sujeto al cuello, un listón, rojo quemado, que ayudaba a todos a distinguir a los niños Alfa, de los niños Omega.

 

Aunque en el caso de Mu y Shaka, era inconfundible a la sección a la que pertenecían, y es que no habían sido elecciones fortuitas, ambos eran hermosos, lo más lindos para muchos y estaban no solo respaldados por sus familias, sino también por la familia de géminis, aunque a pesar de la cercanía y el vínculo que todos sabían que tenían, los cuatro niños no habían vuelto a encontrarse con ellos, desde la reunión en el jardín, con sus padres.

 

Sin embargo, la ceremonia de esa mañana traería con ellos varios encuentros y era casi un hecho el que Kanon y Saga pudieran encontrarles, en primer lugar, porque ambos grupos estarían reunidos en la sala de ceremonias, se encontraban en vísperas de primavera y era un hecho el que muchos Omegas y Alfas iniciarían el periodo de su primer celo en algunas semanas, así que la ceremonia de iniciación daba inicio aquella mañana.

 

Mu y Shaka estuvieron mezclados en su camino con compañeros Omega, tomados de la mano caminaron y los guiaron hacia una de las salas del edificio principal en la entrada, la construcción blanca en su totalidad y los pisos de mármol daban un aire solemne a todo. De a poco los alumnos fueron tomando asiento entre las bancas largas de madera que de forma circular y escalonaban, formaban una tribuna al centro de la sala. Un micrófono al centro era lo único que vieron durante los primeros minutos, antes de que el director se hiciera presente en ese lugar.

 

Mu y Shaka lo miraban todo en completo silencio, aunque algunas personas, de mayor edad, murmuraban un poco, ellos no hacían nada que sus profesores, días antes no les hubiesen indicado que hicieran.

 

Shaka, inmerso en sus pensamientos miraba a los alumnos en las bancas de en frente, todos con un listón negro al cuello, entre ambos grupos, se daba de forma nata, por lo menos en ese momento. Un montón de aplausos se hicieron presentes, por la entrada principal del salón se observó a un hombre alto de túnica y a una persona más pequeña a su lado. Los consejeros de más alto rango tomaron lugar, un grupo de profesores también, permanecieron siempre de pie mientras ambos consejeros subían, aunque fue el mayor quien se adueñó de la tribuna y empezó con su discurso.

 

Una bienvenida para los alumnos nuevos, la seguridad de que ambos grupos estarían siempre cuidados y la importancia de que cada uno conociera su lugar, un discurso que se enterró en lo profundo de la consciencia de Shaka, aquel hombre decía que, por ningún motivo, como Omega, debería de perder su dignidad, hablaba de la diferencia latente entre Omegas y Alfas, de la importancia del encontrar una pareja de su misma clase social.

 

Pensaba con temor en lo que aquel hombre decía, en que sus padres se decepcionarían demasiado si él no lograba el propósito para el que le habían llevado a aquel lugar, las palabras de sus profesores en casa eran casi idénticas a las del consejero que hablaba y pensó que tantos adultos no podrían estar equivocados.

 

Una sensación de ahogo le inundaba al entender que era lo que se esperaba de un Omega como él; una familia, pulcritud, una conducta virtuosa, obediencia y más y más cosas. Empezaba a hiperventilarse y buscó en automático la mano de Mu, aun costado, miró a su amigo quién le brindó una sonrisa suave.

 

— Es aburrido. ¿Verdad? — Shaka miró sin entender a Mu. ¿Cómo podría estar tan tranquilo con todas aquellas palabras dichas por un adulto?

 

— Pon atención Mu. — Le pidió, como varias veces en clase sucedía. Temía que Mu no lograra entender lo que los mayores decían.

 

— Tengo hambre. Shaka esto muy aburrido. — Susurró, no habían podido comer nada antes de la ceremonia, pero no era algo insoportable como Mu lo hacía parecer. Shaka regresó su mirada al frente pero el resto de la explicación no miró a su amigo.

 

Tal vez porque le daba algo de pena cuando explicaban como sus cuerpos cambiarían para poder encontrar a sus parejas, aunque para ellos era sólo la introducción. Los primeros grupos pudieron marcharse y al momento de que el consejero más joven tomó su lugar en el estrado, la indicación de que se quedaran sólo los adolescentes se escuchó. Parecía una práctica común, puesto que el resto de los alumnos salió en completo silencio hacia los jardines, había un desayuno general para Omegas y Alfas, algunas mesas redondas con bocadillos y jugo.

 

Meseros atendía a los pequeños sentados dando un desayuno genérico a todos. Esta vez era Mu quién arrastraba a Shaka hacia una de las mesas, pero el cuerpo de otras personas les hizo parar en seco.

 

— ¿Por qué van tan deprisa? — Preguntó una voz fuerte, enérgica. Infantil pero dominante. Mu en seco paró y miró a Saga, Kanon por su parte rompió el enlace de ambos omegas para ser él quién tomara la mano de Shaka y llevarlo por el camino por el que andaban.

 

— Espera… Mu. — Shaka quiso detener a Kanon y no alejarse de Mu, pero no se permitió poner demasiada resistencia.

 

— Estarán bien. Saga quiere hablar con Mu y no es correcto que tú escuches. ¿Por qué no comemos? — Era una energía completamente diferente la de esos hermanos, a pesar de que ambos eran Alfas, a pesar de que eran idénticos y su voz sonaba casi de forma similar. Shaka tenía menos miedo a Kanon que a Saga, se sonrojó inmediatamente al recordar la plática y su deber como Omega. Así que simplemente asintió a la petición del otro niño.

 

Había como mucho tres años de diferencia entre ambos, pero sus cuerpos y personalidades eran completamente diferentes. Shaka y Kanon se sentaron juntos, no se miraban para nada, comieron fruta y un poco de jugo, permanecieron en silencio por largos minutos hasta que Kanon se decidió a mirar a Shaka.

 

 ¿Era hermoso? Sí, como sus padres habían prometido, aunque para él no era más que algún conocido de casa con el que estaba destinado a pasar el resto de su vida. ¿Sería diferente para él? ¿Por qué no podría mostrar él el mismo entusiasmo que Saga cuando miraba a Mu? Tal vez porque no le conocía demasiado, pero esos almuerzos eran justamente para eso después de todo, se lo habían dicho los profesores y sus padres durante mucho tiempo.

 

Alfas que tenían ya un compromiso, no deberían perder oportunidad para estar junto a sus Omegas, para hacer un lazo porque mientras más cercanos fuesen, mayor sería el poder del vínculo cuando decidieran unirse.

 

— ¿Irás el próximo verano a casa de tus padres? — Preguntó de la nada. Shaka le miró enseguida y se encogió de hombros.

 

— No lo sé aún. Será lo que mis padres digan. — Respondió lamiendo sus labios para evitar que el jugo de las frutas se derramara. La servilleta en sus labios y después toda su atención regresó a Kanon.

— En dos meses será el cumpleaños de Saga y mío. Harán algo en nuestra casa en el lago, sería buena idea que tus padres te trajeran. Te estoy invitando formalmente. ¿Sí? — Shaka asintió con la cabeza y permanecían sus ojos azules abiertos de par en par. — No es necesario que lleves ningún obsequio.

 

— Yo… le diré a mis padres. —

 

No sonreía Shaka, casi nunca lo hacía, pero estaba agradecido con la idea de que, después de todo, Kanon parecía una persona agradable. Le intimidaba sólo un poco, pero era agradable.

 

.*.

 

Nadie se interpuso cuando Saga tomó a Mu del brazo y lo llevó hasta uno de los baños del salón. Se estrelló el cuerpo del Omega en la pared por el esfuerzo de soltarse de su prometido. Ambos se miraron a los ojos, ambos estaban completamente enfurecidos, pero a pesar de todo el enojo, Mu no había podido evitar que un quejido escapara de sus labios al sobreponerse del golpe.

 

— ¿Qué hace Shaka aquí? — Preguntó, escupía ira en sus palabras, traspiraba su esencia amaderada siendo posesivo y territorial. Si algo podía enfurecer a Saga era no ser obedecido, lo sabían todo, mucho más Mu, pero si a eso se añadía la presencia de Shaka, todo se ponía de cabeza. — ¿Lo has llamado?

 

— No he sido yo… estoy tan sorprendido como tú. — Reclamó Mu, haciéndose hacia atrás, pero las manos fuertes de Saga le alcanzaron, tomándole del mentón para acercar su rostro al propio. Estaba rojo de ira y Mu ya no era aquel chiquillo desinhibido de antes.

 

— Tenías una responsabilidad Mu, sólo tenías que comportarte hasta el cierre de las ceremonias de compromiso ¿Y qué has hecho? Traer a Shaka de vuelta a la ciudad. ¿Y ahora que significa que yo tengo que hacer? Por supuesto que no puedo mantener mi promesa…, si no aprovecho ahora seré un idiota. — Sin cuidado desabrochó su camisa, la corbata negra cayó al suelo acompañado de su saco e hizo a Mu ponerse de boca al lavamanos dejando sus caderas levantadas y a disposición de él.

 

— No… me hagas nada. — Susurró Mu. Con la cabeza hacia atrás, mientras Saga le sostenía por los cabellos para dejar su cuello al descubierto.

 

— Si tú no has podido respetarme. ¿Por qué tendría yo que cumplir mis promesas?

 

Saga enterró sus dientes en los hombros de Mu, quien a pesar de la ropa podía sentir como su piel era perforada por la fuerza de sus colmillos. Ahogó el grito en su garganta y con toda la fuerza de su corazón, rogó al cielo que todo se terminara.

 

— Te odio… — Murmuró.

 

.*.

 

— ¿Qué dices? ¿Kanon te ha invitado a su fiesta de cumpleaños? A mi Saga no me ha dicho nada. — Se quejó Mu mientras caminaba de regreso a su recamara, Shaka había contado a detalle toda la plantica que había tenido con su prometido, a diferencia de Mu que no había dicho nada de lo hablado con Saga.

 

Habían regresado al finalizar del almuerzo y aunque su amigo se había dicho antes que se moría de hambre, después del paseo con Saga, no había comido nada.

 

Después del día de la ceremonia, el cumpleaños de Saga y Kanon llegó. Por supuesto que sus padres lo llevaron y fue lo mismo para con Mu, pero Shaka tuvo siempre la sensación de que siempre que Mu y Saga estaban juntos, algo en su amigo cambiaba gradualmente, pero no fue hasta años después que dejó esa neutralidad fuera.

 

Kanon le había pedido no comentar nada, pero en cumpleaños número diez de Mu… las cosas cambiaron un poco.

 

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«. ·°·~*~Fuiste bueno~*~·°·. »
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