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¿Quién es él? por Doki Amare Pecccavi

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Notas del capitulo:

PLAYLIST 

DEEZER

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Cap. 7: No me importas  

 

Cuando les encontraron, vagando en la calle, ambos fueron llevados a la oficina del director. Se mantuvo en secreto lo mejor que se pudo, pero indudablemente y ante los ocurrido con los padres de Shaka, la familia de Saga y Kanon terminaron por enterarse de la pequeña fuga.

 

Mu se atribuyó la responsabilidad y siendo así de constante sus arrebatos, a nadie estuvo incrédulo a la idea de que Shaka había sido convencido de hacerlo, aunque intentó desmentirlo todo, era evidente que su equilibrio emocional por el momento se encontraba perjudicado por toda la situación.

 

Unos días después, la noticia del cambio de compromiso fue dada y durante los siguientes meses el contacto cero con los gemelos fue obligatorio. Ambos habían permanecido todos los fines de semana en el colegio y como un mutuo acuerdo, prefirieron no hablar de Saga y Kanon durante todo aquel tiempo.

 

Fueron prohibidos en su mundo, en donde solo ellos dos permanecían unidos.

 

Era complicado hablar de algo en lo que sólo se te considera una moneda de cambio, Mu nunca estuvo tan de acuerdo con eso, Shaka estaba resignado al temor que le provocaría volver a verlos.

 

.*.

 

Detrás de un ventanal de cristal, recargando sus brazos en el barandal del balcón, Shaka escuchaba los sonidos de la ciudad como ajenos, el viento frío del atardecer, las luces deslumbrando, los autos pasando deprisa y la gente caminando sin idea de que eran vistos.

 

¿Cómo podría seguir todo en movimiento cuando el sentía como el corazón se detenía por todo lo ocurrido durante el día? Shaka había elegido desde hacía semanas el día en el que su compromiso sería anunciado como una clara insinuación de sus intenciones. Quería recuperar lo que le habían quitado hacía años, el nombre de su familia y la fortuna que había quedado resguardada por la familia de su prometido; sabía que la regla decía que no le sería nada devuelto hasta consumar el matrimonio, pero aquello... no era algo posible.

 

Sin embargo, su actual condición y el hecho de estar comprometido como alguien más era una pieza a su favor, sabía que los Géminis argumentarían la falta de honor al no haber sido capaz de llevar a cabo el compromiso. Antes hubiese caído en una inmensa angustia al simple hecho de tener de rebatirles algo, pero ya no era una persona con miedos, ahora ni siquiera necesitaba de esa herencia, pero la gloria de arrebatar algo a esa familia, se había vuelto, durante años, su principal motor de vida.

 

¿Venganza? Definitivamente

 

No importaba nada más que cobrarse todo, estaba listo para el escándalo y las habladurías, iba a disfrutarlo, sin embargo, la desagradable noticia del “accidente de Mu” se había tragado por completo el glorioso momento. Recién había escuchado la noticia, toda la seguridad que tenía, se diluía en una niebla de dudas y confusión.

 

Los medios eran alarmistas... le reportaban grabe, Saga había salido a hacer una aclaración asegurando que todo había sido un accidente, pero la grabación de seguridad de un edificio había dado a los medios una versión diferente.

 

Con el pasar de los días ambas noticias se habían ido disipando, pero en Shaka tenía muy presente, todos los días la petición que Mu le había hecho para volver a encontrarse. ¿El móvil? Lo había apagado antes de haber tenido ningún contacto, pero ¿Qué mal podía generarle el encenderlo?

 

Así lo hizo.

 

Encendió el móvil y los logos en la pantalla negra empezaron a iluminarse.

 

Un móvil sin contraseña, pensarían otros “es porque no tiene nada que esconder”, pero conociendo la relación con Saga, sabía que el Alfa posesivo tenía mucho que ver en ese detalle.

 

El fondo de pantalla una imagen con lirios secos. Dudo unos segundos en continuar, cuando el montón de notificaciones empezó a acumularse sobre el icono de la aplicación. No quiso abriros y por inercia pura ingresó a las fotografías.

 

Fotos de paisajes, de artesanías. A eso se dedicaría Mu después de todo, artesanías y diseños hechos a mano, adquisiciones de lujo que vendía en galerías de alto nivel. Había pensado que habría algunas fotografías personales, pero no único que encontró fue esa serie de impersonales imágenes que no le decían nada.

 

La bandeja de mensajes fue tentadora, leyó nombres “Alde”, “El alfa”, “Proveedor”. Tampoco había demasiado, sin embargo, un alarmante número de mensajes llamó su atención, un número desconocido que resultaba ser la última conversación de la bandeja. Los abrió y a sus ojos saltó enseguida la palabra “Shaka”.

 

Pudo haberse detenido, pero no quiso.

 

“Hola, disculpa que no haya podido saludarte como se debe, estaba muy emocionado. ¿Podemos vernos mañana en la cafetería azul?”

 

“Hola, ya he llegado”

 

“Hola, tengo que irme, mañana volveré”

 

“Hola”

 

“Hola”

 

“Hola”

 

“Perdóname Shaka”

 

“Hola Shaka, en verdad necesito verte”

 

“Shaka, por favor, habla conmigo, prometo no ser molesto, prometo no traerte problemas”

 

“Shaka, quisiera poder dar un paso adelante a esto, pero no puedo, no quiero casarme y no haber arreglado todo contigo”

 

“Shaka, ¿Qué puedo hacer para que me perdones?”

 

“Shaka, te quiero mucho”.

 

— Shaka. — Y el rubio levantó la mirada, parecía que había visto un fantasma. Shun en pijama no hizo nada más que sonreír de forma tierna. — ¿Te asusté?

 

El rubio negó.

 

— ¿Qué haces afuera? Vas a resfriarte.

 

— Lo mismo para ti. — Shun se acercó al rubio, colocó un suéter sobre los hombros de su prometido, para recargarse también en el barandal y recostar su cabeza en el hombro de Shaka. — Entra ya, es tarde.

 

— Adelántate. Iré en unos minutos. — Pero curioso Shun, había notado el móvil en las manos del rubio, y el último mensaje de la conversación, su rostro pareció ensombrecerse un poco pero su voz era dulce.

 

— ¿Los mensajes son de Mu? — Conocía la historia, lo que hacían en ese lugar y la importancia que aquel Omega había tenido para Shaka. — No pienses mucho las cosas Shaka. ¿Por qué no cierras el tema con él?

 

— No te preocupes Shun, todo está bien.

 

.*.

 

La siguiente ves que se vieron en una ceremonia de iniciación, fue un poco desastrosa.

 

Shaka y Mu con trece años.

 

Kanon y Saga habían tenido ya su primer celo meses atrás así que, al tratarse de dos alfas confirmados, las interacciones entre los cuatros se habían detenido completamente, pero aquella mañana los gemelos habían acordado encontrarse con los Omegas a pesar de que intentaran escabullirse, con sus sentidos al límite, como cazadores con sus presas, fue cuestión de minutos que pudieran encontrarlos

 

Mu observó a Saga parar el paso de Shaka, como tantas veces lo había hecho con él. Sintió un vacío en el estómago, pero desvió la mirada hacia Kanon que tampoco le prestaba atención a él. Dio unos pasos hacia atrás ajeno a la escena. Ellos le parecían mucho más altos y grandes.

 

— ¿Por qué se han estado escondiendo todo este tiempo? — Habló Saga, Shaka al instante regresó hasta donde su amigo estaba y le tomó del brazo, intentando resguardarse de ambos Alfas, a un lado de Mu.

 

— Están asustando a Shaka. — Les retó. — Y no hemos sido nosotros quienes han estado huyendo, tenemos indicaciones a no acercarnos a ustedes sólo en eventos oficiales. —

 

— ¿Y ahora tú respetas las reglas? — Esta vez fue Kanon que de un solo movimiento apartó a ambos Omegas, le enfermaba la cercanía de ambos y no entendía aún la razón, ni siquiera intentaba explicárselo. — Mierda ¿Qué hicieron? Saben ya que han cambiado el compromiso, ¿No? ¡Mierda, Saga di algo, ¡yo no quiero estar con Mu toda mi puta vida!

 

— ¿Vas a llorar toda la vida por algo que nadie de aquí ha decidido? — Dijo Mu, tomó la mano de Shaka para tomar camino entre ambos Alfas. — Deja de llorar o resígnate. Así son las cosas aquí por suerte para nosotros, ustedes dos son idénticos, así que da igual con quién estemos.

 

— Mu... — Le retó Shaka, pero antes de que pudieran decir nada más, la mano de Saga se estrelló directo en el rostro de Mu. La primera vez, pero no la última.

 

Saga a través de los años, había aprendido a amar la idea de estar junto a Mu cuando fueran mayores y las palabras del Omega le lastimaron y su reacción como bestia herida, fue atacar.

 

— Vaya que son iguales. — Susurró Mu con rabia, poniendo su mano sobre la mejilla lastimada, pero en ningún momento dejó ver rastro de sumisión para con ninguno de los dos.

 

— Que así sea entonces, Mu, toma el lugar que te corresponde... lejos de mí, porque es ahora Shaka con quien tengo que arreglar algunos temas — Dijo Saga. El Omega había caído directo al suelo, el rubio intentó auxiliarlo, pero Saga se lo impidió y lo llevó a la fuerza hacia un lugar menos transitado. — Que le ayude Kanon o se las arregle solo. Así será desde ahora.

 

Pero Kanon que estaba molesto con todo aquello, abandonó el lugar enseguida, le llenaba de colera ver a Saga tomar a Shaka de la mano a la par que se alejaban. Mu quedó en el césped, una sonrisa se pintó en sus labios con completa decepción. Mu lo había escuchado, había sido de no creerse.

 

 

La tierra húmeda había manchado sus prendas, sus manos estaban sucias y más de alguno habría visto la escena, pensaron tal vez que Mu había tenido celos y por eso ambos alfas habían terminado dándole una lección. Dar una lección a tu alfa estaba bien, así que nadie dijo demasiado.

 

Mu regresó a su habitación y no salió de la regadera hasta pasadas algunas horas. Shaka no había regresado aún. Era aún de día, pero Mu se había puesto el pijama, se sentía mal, se le revolvía el estómago sólo de pensar en Saga hablando a Shaka de las cosas que antes habían hablado ellos.

 

¿Shaka lo aceptaría así?

 

Le fue imposible no llorar por largo rato hasta quedarse dormido, en algún momento había sido arropado y su cabello húmedo fue apartado de su espalda, era Shaka, podía sentirlo recostado a su lado, sintió cuando le rodeó con sus brazos y recargó su cuerpo al suyo.

 

— Mu... perdón por ocasionarte tantos problemas.

 

.*.

 

Una llamada telefónica a modo de tregua.

 

— ¿Necesitas que envíe a alguien que te cuide? —

 

— No, gracias, sólo necesito descansar unos días. Con eso estaré bien. — Mu soltó un suspiro del otro lado de la línea. — Tengo que irme Saga. Gracias por la ayuda.

 

— Espera Mu... no cuelgues. Necesito que me digas... ¿Fue en verdad un accidente? —

 

Hubiese esperado que le preguntara antes si se había encontrado antes con Shaka, pero ¿Qué se tomara tan en serio el tema del accidente? Nuevamente soltó un suspiro. ¿Le venía a importar cuando días antes le había partido la cara?

 

Que le ayude Kanon o se las arregle solo

 

— Fue un accidente, no volverá a pasar.

 

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«. ·°·~*~Quien quiera que sea~*~·°·. »
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