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El ángel y el Demonio por Helsic

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Notas del capitulo: Notas de Helsic:
Muchas gracias a todas las personas que siguen está historia ^^ Como siempre pasa con mis historias, todo se sale de control y siempre termino escribiendo una gran cantidad de capítulos, ahora vamos por el capítulo 17 y no parece haber mucha esperanza de que esto acabe pronto ¿verdad? Por mi parte no xD y este es el fanfic más largo que he escrito con Super Junior. Mi record es de más de 30 capítulos en un fic de King of Fighters *^* ¿Será que este alcanzará tantos capítulos?



El ángel y el Demonio
~ Capitulo 17 ~
Miedo


Ese día se registró la temperatura más alta de todo el Otoño, el sol calentó tanto que se sentía como si el verano aún no hubiera muerto. y ese calor fue el causante indirecto de lo que ocurriría después, quizás no solamente el calor, quizás todos los acontecimientos se unieron uno luego del otro, como si el destino tratara de complicarles la existencia a propósito. KangIn llevaba caminando más de media hora y sus piernas no pudieron más, necesitaba un descanso, uno pequeño, por lo menos sentarse bajo la sombra de un árbol y que su frescura le bajara ese calor que se le había subido a su cabeza atontándolo.

El menor se detuvo en el borde de la carretera y se acercó a un enorme sauce, el camino serpenteaba y se perdía mucho más abajo, desde ese punto no podían ver el fondo del cañón, tampoco la cabaña que significaría finalmente la salvación. KangIn tomó a LeeTeuk por los brazos y lo recostó contra el árbol, parecía dormido pero cuando lo recostó contra el árbol abrió los ojos sobre saltado. Su rostro lucía colorado por la exposición al sol y su frente estaba perlada por el sudor, se le veía cansado a pesar de no ser quien hacía mayor esfuerzo.

- ¿Hemos llegado? - Preguntó desconcertado y girando su rostro hacía todos lados, KangIn sonrió con cansancio y se recostó a su lado.

- No… sólo estamos descansando - Respondió KangIn a quien le subía y bajaba el pecho con irregularidad, su respiración estaba agitada y sudaba abundantemente, se secó la frente con su antebrazo y suspiró. - Que pesadilla Este camino parece no terminar nunca -

- Todo es mi culpa - Murmuró LeeTeuk - Habríamos llegado ya… si no fuera por mi -

- Te dije que lo dejaras Hyung… Ya no importa - Le reprochó KangIn - Soy tu amigo, no voy a dejarte caminar así - LeeTeuk giró su cabeza y le sonrió, a pesar de su rostro cansado, parecía feliz.

- Amigo… es una palabra tan grande - Comenzó a decir - No cualquiera puede decirlo, no cualquiera puede con la responsabilidad - LeeTeuk se quedó pensativo y luego le preguntó - ¿Tienes muchos amigos en la escuela? Pareces uno de esos chicos que… siempre están rodeados de muchos amigos -

- No te equivocas - Respondió KangIn estirando un poco los brazos entumidos - Soy uno de esos tipos que viven rodeados de… gente - Iba a decir amigos, pero se dio cuenta de que todos los que lo rodeaban no eran amigos, eran simplemente personas que estaban en el momento justo cuando les convenía, no eran personas a las que pudiera llamar amigos - Sólo gente -
- Así que tu también… - Comentó LeeTeuk y cerró los ojos mientras sonreía y ese hoyuelo suyo se hacía en su mejilla. - Es fácil conocer personas, las personas vienen, las personas van… pero es difícil que alguna se quede aquí - Mientras decía esto se llevo una mano al pecho.

- Si… supongo que si - Dijo vagamente KangIn y se preguntó cuantas personas tendrían un lugar especial en su corazón, cuantas de todas las personas que lo rodeaban a diario.

- Me parece que no te gusta mucha la idea de vivir juntos - Exclamó LeeTeuk y KangIn se sorprendió bastante con la afirmación, se sintió un tanto incómodo al tocar ese tema.

- No es eso… bueno… si… al comienzo si, lo acepto… no recibí la noticia de muy buena forma que digamos, pero era porque nunca había vivido con nadie más, es decir nunca había compartido tanto tiempo con gente extraña y había sido tan cercano con alguien… - Le explicó sintiendo la cara caliente, no por la temperatura ambiental sino por la vergüenza.

- Hubieras podido disimular - Le reprochó LeeTeuk pero no parecía enojado, no había rabia en sus palabras - No ha sido fácil para nadie ¿sabes? -

- ¿Eso crees? - Increpó KangIn - A mi me parece que a todos les ha agradado siempre la idea y no parecen incómodos -

- Eso es porque los chicos siempre dan su mejor esfuerzo… eres un pésimo observador Dongsaeng, siempre estás absorto en ti mismo y te olvidas de los demás a tu alrededor - Dijo LeeTeuk y su voz parecía más firme esta vez, aquello era como un regaño de un hermano mayor. KangIn se quedó en silencio, en otro momento de su vida, habría respondido con gritos y reproches, se habría molestado mucho y habría armado un alboroto, ahora el KangIn que yacía recostado en el árbol simplemente guardó silencio porque quizás en el fondo (muy en el fondo) sabía que era cierto.

- No es fácil para nadie - Continuó LeeTeuk lentamente - DongHae siempre cree que todo lo malo que pasa es por su culpa y quiere remediarlo todo, pero sólo sabe llorar… Yesung extraña a su familia que es de la provincia y le cuesta adaptarse a la vida de la ciudad, ShinDong con su baja autoestima… se que se intimida por nuestras caras bonitas y por eso trata de sobresalir en otros aspectos, EunHyuk siempre se exige demasiado, siempre está queriendo dar más de lo que puede dar y con frecuencia se estresa por eso, Hangeng… nuestro Chinito… Trato de comprender cuan difícil es para él, HeeChul y yo hicimos una promesa hace mucho tiempo cuando lo conocimos, estábamos en la oficina sentados en ese odioso sofá púrpura y Hangeng estaba tan nervioso cuando entró en el recinto, tartamudeaba, sus manos temblaban, había tanto miedo en sus ojos… luego lo vimos llorar en el baño… fue difícil ¿sabes? HeeChul y yo… no sabíamos que hacer, éramos los Hyungs teníamos que cuidar de él… entonces hicimos esa promesa, íbamos a cuidarlo sin que él lo supiera, lo íbamos a ayudar en todo lo que necesitara, no permitiríamos que volviera a llorar - LeeTeuk suspiró pausada y largamente. Parecía de repente mucho más viejo, todo un adulto con tantas palabras maduras en su boca, como si fueran demasiado pesadas y grandes para esos labios aniñados.

- Hyung… yo… yo no lo sabía - Tartamudeó KangIn infinitamente más avergonzado por su actitud, de repente se sentía como un niño pequeño, caprichoso y estúpido, un niño que sólo sabía hacer pataletas y repartir golpes para obtener lo que quería.

- También está Kibum… el pequeño Kibum… es una caja metálica y hermética, no permite que nada entre ni tampoco que nada salga, ha sido difícil desde el comienzo, pero HeeChul ha estado a su lado siempre, parece que Kibum abre un poco esa caja cuando está con él, quizás algún día abra la caja completamente para nosotros ¿Tu que crees?- Le preguntó LeeTeuk.

- No lo se Hyung… - Respondió KangIn sinceramente - Es difícil expresar los sentimientos… es difícil decir lo que hay aquí adentro - KangIn se llevó una mano al pecho, LeeTeuk rió levemente.

- También está nuestro pequeño Youngwoon- Su voz estaba cargada de una calidez invisible - Nuestro Youngwoon a quien no le gusta que le interrumpan el sueño, quien ama las fresas y quien siempre trata de mostrar que es el mejor y puede hacer las cosas por si mismo, Youngwoon quien no sabe decir lo que siente… -

LeeTeuk se giró y se quedó mirándolo, sus ojos eran ahora dos universos infinitos y etéreos, lo eran todo en ese contexto abrumador en el que estaban, una oscuridad que amenazaba con consumirlo y tuvo que apartar su mirada hacía un lado porque todo lo que había dicho el líder era cierto. ¿Desde cuando lo conocía tan bien? Su corazón se aceleró, latía con fuerza, estaba asustado, estaba perdido, no sabía que hacer o que decir, porque se dio cuenta de que él no sabía nada de LeeTeuk, fue conciente de que desde que comenzó a vivir al apartamento nunca había notado que DongHae llorara con regularidad, tampoco sabía que ShinDong se sintiera mal consigo mismo, ni que Hangeng sufría viviendo en Corea… tampoco que Kibum era una caja metálica en la que nada entraba ni salía, oh Dios, no sabía nada. No era nadie, se estaba convirtiendo en una de esas personas que sólo pasaban de largo, de esas que vienen y van, pero que nunca se quedan en el recuerdo de alguien como algo importante. De repente sintió ganas de llorar, de gritar, de golpear a LeeTeuk, de abrazarlo…

- Y también está Park Jungsu - Continuó LeeTeuk, esta vez hablando de si mismo.

- Y también estás tu… - Lo interrumpió KangIn -  El Hyung testarudo que siempre se aprovecha de sus dongsaengs para beneficio propio, el que siempre quiere parecer ser fuerte, el que siempre oculta sus sentimientos para darle fuerza a los demás… el que siempre… está cuidándonos -

- No siempre - Murmuró entre risas - Mírame ahora, soy un completo inútil -
KangIn también se permitió reír con el comentario.

- ¿Crees que algún día seremos todos verdaderos amigos? - Preguntó KangIn, conocer las debilidades de otros, conocer sus gustos, era un proceso complejo y a veces nadie quería correr el riesgo.

- ¿Crees que tu y yo nos entenderemos algún día? - Le preguntó LeeTeuk, KangIn lo miró receloso.

- No es mi culpa - Se defendió - Nunca quiero problemas contigo, pero eres tu quien me provoca - LeeTeuk se rió, esta vez con ganas con esa risa ridícula suya.

- Sólo bromeaba… pero acabo de darme cuenta de que no te simpatizo mucho que digamos -

- ¡Oh que novedad! - Comentó con ironía - Como si yo no te cayera como una patada en el trasero… Oh si…¡Me adoras! Soy tu Donsaeng favorito de eso estoy seguro - LeeTeuk se quedó en silencio unos momentos antes de golpearlo en el hombro amistosamente.
- Tonto - Murmuró volviendo a reír - Pero es cierto, no eres mi Dongsaeng favorito, nunca podrías serlo, eres tan hablador, que quejas tanto de todo… -

- Aishh ya comenzaste a fastidiar de nuevo - Se quejó molesto KangIn - Mejor cállate y continuamos caminando o no llegaremos nunca -

- ¿No quieres saber quien es mi Dongsaeng favorito? - Le preguntó el líder con una voz melosa mientras se ponía de pie dificultosamente evitando apoyar el pie herido.

- No quiero - Le cortó KangIn recogiendo el equipaje - Súbete de una vez y deja de molestar - LeeTeuk se sostuvo de sus hombros y de un brinco se montón en la espalda de KangIn.

- ¿De verdad? ¿De verdad? ¿No quieres saberlo? - Le murmuró al oído cuando KangIn comenzaba a caminar cuesta abajo.

- ¡QUE NO! - Le gritó KangIn - Si sigues fastidiando me pongo los audífonos para no escucharte… -

- Naaa no tienes necesidad, puedo cantar… errr - Carraspeó LeeTeuk y comenzó a cantar HAPPYNESS de HOT. KangIn suspiró malhumorado, pero la voz de LeeTeuk era suave y armoniosa, le gustaba el sentimiento que transmitía, se sentía rico, así que simplemente se quedó en silencio escuchándolo cantar.


***


KangIn había perdido la cuenta de cuanto tiempo había caminado, una hora, dos horas, podrían haber sido miles de horas, pues bajo ese ardiente sol y con ese paisaje tan monótono, el tiempo parecía suspenderse en un letargo denso y desesperante. Era más del medio día, el sol estaba justo sobre sus cabezas y el agotamiento que KangIn sentía en cada músculo de su cuerpo se sumaba al hambre que le carcomía las entrañas, también estaba la sed. El esfuerzo de llevar al líder en su espalda le estaba deshidratando y el agua ahora parecía como un sueño, un elixir de la vida, un liquido precioso, era como si no hubiera probado liquido en días, en meses en miles de años, ya no podía recordar su sabor, tampoco el de la comida y luego estaba también la desesperación y el miedo. Que quizás eran peores que el hambre y el cansancio, porque la desesperación y el medio te atacaban el cerebro y no los podías combatir, eran incorpóreos, se aferraban a los nervios de KangIn como unas sanguijuelas.

Ahora daba una curva que parecía infinita a su lado derecho se podía apreciar un precipicio no muy profundo, pero que caía varios metros hacía abajo en donde se veían varias copas de frondosos árboles, la pendiente no era completamente empinada, más bien bajaba como una ladera de césped, piedras y raíces y al fondo un precioso e infinito cielo azul se extendía en toda su inmensidad sólo surcado por lejanas montañas de diferentes tonalidades de verde.

Los ojos de KangIn se cerraron por unos momentos y se obligó a abrirlos haciendo un gran esfuerzo, pero volvieron a cerrarse de nuevo, el cansancio lo vencía, el calor adormecía sus pensamientos, quería dormir, quería acostarse por ahí y dormir, descansar, no pensar en nada más, pero debía seguir caminando porque tenía que llegar a esa maldita cabaña, LeeTeuk necesitaba atención médica, necesitaban comer, beber, necesitaba dormir… oh si dormir, cerró los ojos de nuevo mientras seguía caminando, el calor le asfixiaba, le ardían las mejillas y le ardían los párpados.
Pero entonces un espantoso sonido lo despertó, abrió los ojos con rapidez sólo para ver como un enorme camión de carga que venía a toda velocidad tomaba la curva muy abierta y la bocina retumbaba la quietud del ambiente acompañada del chirrido desagradable de las llantas contra el asfalto en un vano intento del conductor por mermar la velocidad y no atropellarlos.

Un segundo. Si un segundo duró la decisión que tuvo que tomar KangIn, morir atropellado o morir por la caída. ¡Morir por la caída! Quizás habrían más posibilidades entre un 100% de no morir tan dolorosamente…

En realidad no pensó esto en ese segundo, KangIn sólo actuó por instinto y tomó la decisión de hacerse a un lado, hacía la derecha, muy cerca del borde, tan cerca que su pie derecho se posó en una piedra y desestabilizó todo su equilibrio, de haber ido sólo hubiera sido fácil, pero con el peso de LeeTeuk era como soplar una hoja de papel en el borde de una mesa, KangIn y LeeTeuk cayeron inevitablemente al barranco, a la pequeña pendiente bajo la cual se veían las copas de los frondosos árboles.

Alguna vez, en clase de Taekwondo su maestro le había hablado sobre el miedo a morir y sobre lo que los antiguos guerreros Koreanos debieron enfrentar para poder dar su vida y luchar por el país en las guerras, en aquel entonces a KangIn no le pareció gran cosa, en medio de su arrogancia adolescente las palabras del maestro no significaron gran cosa, pero ahora, mientras caía al vacío sintió la desgarradora sensación del miedo, como una bomba de helio inflándose dentro de su estómago, como cuando tu padre te enseña un cinturón y está a punto de golpearte. Sintió el primer golpe como un sueño, porque se negaba a creer que aquello estuviera pasando en realidad, luego vino el segundo golpe, luego el tercero, luego el cuarto, el mundo dio vueltas frente a sus ojos, por unos instantes no supo cual era el cielo y cual la tierra porque todo giraba frenéticamente mientras el rodaba por la pendiente, cuesta abajo.

Voy a morir.
Fue lo único que pensó mientras la pesadilla continuaba, mientras el miedo lo consumía. Voy a morir y nadie se dará por enterado, voy a morir… no quiero morir… por favor no permitas que suceda.

Un último golpe y luego algo liquido y viscoso que se metía por dentro de sus uñas y dedos. Es la sangre, pensó, voy a desangrarme y voy a morir. Entonces abrió los ojos y el mundo se dibujó borrosamente primero y luego fue cobrando nitidez, divisó los gruesos troncos de varios árboles frente a él, había algo en su boca, ¡ese liquido viscoso estaba en su boca!. Levantó su rostro y lo escupió con asco.

Había barro mezclado con algo rojizo en el suelo, se sentó, la espalda le dolía como si hubieran bailado flamenco sobre ella (¡con tacones!) y sacudió su cabeza como sin poder creer que aún continuara vivo. Entonces recordó a LeeTeuk, había caído con LeeTeuk, la angustia lo embargó por completo, se manifestó en su garganta como una araña escabrosa que le trepaba por ahí con sus patas peludas. Y fue a encontrar al mayor tirado en el suelo, un par de metros delante de él, había caído casi en la mitad del pequeño pantano y el lodo había manchado su cabello y rostro, también su ropa.

- Hyung… - Susurró con la voz quebrada, LeeTeuk no se movió - ¿Hyung? - Repitió y entonces no pudo aguantarlo, sus ojos se llenaron de lágrimas y brotaron libres, corriendo por sus mejillas mientras sollozaba como un niño pequeño.

LeeTeuk se removió en el pantano hasta que se irguió y quedó sentado. El cabello estaba pegajoso y le chorreaban gotas viscosas de color café, se llevó las manos a los ojos para quitar el barro de ahí, también se limpió las mejillas y la boca, escupió un poco de barro, también había sangre allí, tosió un poco y luego se giró hacía él, lo miró con ojos asustados, con el rostro manchado y con el saco luciendo unas espantosas manchas café.

- ¡Hyung…! - Le llamó KangIn mientras le daba un puño al suelo con frustración, sólo logrando lastimarse más las manos - ¿Nos vamos a morir? Me duele… tengo miedo… nos vamos a morir… - Gimoteó, estaba completamente fuera de si mismo, se llevó las manos a la cara y lloró desconsolado, no le importó que LeeTeuk lo viera en ese estado porque estaba muy asustado, tenía miedo de levantarse y de que otra cosa absurda como esa pasara de nuevo, porque había sido su error ¿verdad? Había sido él quien había perdido el equilibrio y había caído, por su culpa estaban ambos ahí.

No se dio cuenta en que momento LeeTeuk gateó hasta él y lo rodeó con sus brazos, lo atrajo contra si mismo y le permitió llorar como un niño en su regazo, lloró por mucho rato y LeeTeuk sólo lo abrazó fuerte y acarició su cabello con sus dedos untados de barro.

- No vamos a morir - Le susurró cuando KangIn finalmente estaba calmándose - Todo va a salir bien, no permitiré que nada te pase, soy tu Hyung y te protegeré - Le dijo y lo estrechó aún más fuerte - Confía en mí, todo va a salir bien, vamos a salir de aquí, confía en mi… sólo confía en mi -

KangIn asintió despacio, sentía las mejillas calientes por el paso de las lágrimas y escondió su rostro en el pecho del mayor, quería confiar en esas palabras que le daban seguridad, quería hacerlo, no había otra salida más que confiar en esas palabras, se aferró a él como un naufrago a su canoa y no se dio cuenta de cómo los labios de LeeTeuk temblaban y como los ojos de LeeTeuk estaban húmedos y rojos mientras intentaban contener las lágrimas, no vio como LeeTeuk intentaba parecer fuerte para él.


Notas finales: Continuará

Notas de Helsic: D:!!! aishh pochos T_T’’’

LeeTeuk: Así que ya comenzamos…
Helsic: ¿Comenzamos con que? O_o?
KangIn: ¡Pues con el suplicio!
LeeTeuk: Primero un perro rabioso y ahora un accidente… ¿Es que acaso nos quieres matar en este fic?
Helsic: xD como crees *-*
KangIn: ¬_¬’ No se que es peor, si sufrir por ‘amor’ en los fanfics o sufrir este tipo de accidentes…
Helsic: Todo va estar bien, todo va a estar bien…
*LeeTeuk la golpea en la cabeza*
LeeTeuk: No confiaré en las palabras de la escritora que siempre me hace sufrir en todos sus fics!
Helsic: *sobandose la cabeza* ¿Preferirías un fic Lemon entonces? ¿Un fic lleno de azucar, caricias y besos?
LeeTeuk: …
KangIn: Mejor ve a acostarte que es tarde y mañana tienes trabajo ¬¬’
Helsic; voy D:!!!

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