El ángel y el Demonio
~ Capitulo 21 ~
Confusión
Caminaba nuevamente por ese camino pulcramente blanco, las mismas paredes llenas de circuitos incomprensibles y la misma luz al final del túnel. Llegó frente al chico cuyo rostro no podía identificar y de nuevo el chico le dijo el nombre de esa canción, de nuevo le reveló eso que parecía tan importante. KangIn abrió los ojos suavemente sintiendo todo su cuerpo arder, hacía mucho calor, se percató en ese momento, era extraño porque el verano había pasado hacía mucho tiempo y las noches del Otoño nunca eran sofocantes. También sintió una presión sobre sus costillas, pero no lo suficientemente fuerte como para que doliera, entonces se giró y el rostro de LeeTeuk apareció de la nada a su lado, estaba recostado en su hombro, un brazo estaba posado por encima de su pecho y una de sus piernas estaba atravesada por encima de su cintura. Abrió mucho más los ojos e intentó pestañear varias veces para alejar aquel espejismo, pero el espejismo era completamente real.
¿Cuántas veces había estado en esa misma situación con LeeTeuk? Pensó por unos instantes, aquella era la tercera vez que compartían la misma cama. Recordó la vez que el mayor estuvo enfermo y la segunda vez cuando durmieron en la tienda en la intemperie. Observó el rostro apacible de LeeTeuk y nuevamente el impulso de besarlo se manifestó en su mente como un fogonazo.
- Hyung… - Murmuró sin atreverse a moverse - ¿Qué haces aquí? Hyung… - Le preguntó pero el mayor continuaba dormido. KangIn le tomó por los hombros tratando de quitárselo de encima (prácticamente estaba encima de él debido a que la cama era pequeña) cuando lo levantó y lo sostenía sobre si mismo, no supo como pero en un inesperado movimiento, el mayor quedó sobre él.
Contuvo la respiración como si estuviera a punto de caer por un profundo abismo y los labios de LeeTeuk tomaron los suyos en un voraz beso que lo dejó perplejo.
Si, lo estaba besando. LeeTeuk había iniciado ese beso. Lo estaba besando con fuerza, irrumpiendo en su boca sin pedir permiso, sintió esa lengua húmeda y caliente juguetear entre su boca, sintió los suaves labios acolchonados que acariciaban los suyos, sintió tanto calor. De repente la estancia era un infierno, creyó que sus mejillas y sintió que su cabeza explotarían por la presión. Se estaba asfixiando, pero a cambio sentía una deliciosa sensación de peligrosa adrenalina que le recorría el cuerpo y le hacía querer un poco más. Profundizar aún más (si era posible) ese beso, sintió el fuerte olor del mayor, una mezcla de Alcohol , su colonia masculina y algo de sudor, un olor que resultó altamente embriagante, que lo dopó por unos instantes cuando aspiró con fuerza para sobrevivir.
Aquello era una locura. Estaba besando a su amigo, a su compañero, a su Hyung. Estaba siendo besado por él y estaba correspondiendo irracionalmente, lo peor de todo era que le gustaba esa sensación ¡Estaba disfrutando del hormigueo en la parte baja de su vientre! ¡Se estaba excitando!
Abrió los ojos con sorpresa al percatarse de eso. Una vergüenza que nunca creyó que sentiría le embargó casi inmediatamente al darse cuenta de que su entrepierna había reaccionado con el beso y ahora le apretaba contra el suelto pantalón de la pijama y que probablemente, LeeTeuk podría sentir tallándole el muslo derecho. ¡Dios esto es una locura! ¡No puede ser! Se repetía mentalmente mientras buscaba fuerza de voluntad para detenerlo. LeeTeuk estaba ebrio, por eso lo hacía, tenía que ser por eso, no había otra justificación. Entonces fue cuando lo detuvo, KangIn sostuvo a LeeTeuk por los hombros y cerró la boca cortando el beso, LeeTeuk continuó besándolo aún después de que él se quedara quieto, sus labios seguían acariciando los suyos y su lengua humedeciéndolos para que volvieran abrirse.
- Hyung… esto no esta bien - Murmuró KangIn con las mejillas llenas de carmín. LeeTeuk no dijo nada y para no enfrentar ese silencio incómodo, el menor desvió su cabeza y la clavó sobre el hombro del otro, quedando así en un apretado abrazo. De esta forma no podía verle el rostro - Esto no esta bien - Repitió con un susurro cerca del oído de LeeTeuk.
¿Y que vendría a continuación? Pensó KangIn sofocado, ¿Qué le diría LeeTeuk? ¿Qué explicación habría para ese inesperado arranque pasional? KangIn no estaba seguro de si quería escuchar o no las razones del mayor, no sabía si estaba preparado para oírlas. Quería que la excusa fuera solamente el alcohol, solo eso. Su corazón latía tan fuerte que contradecía sus pensamientos ¿Realmente quería enterarse que era sólo producto del alcohol?.
Escuchó un ruido, un extraño sonido que salía de los labios del mayor ¿Estaría llorando? Oh dios no, que no llore, no podría soportar eso, no sabría como actuar en ese caso. El sonido se hizo más fuerte y lentamente KangIn se giró para encontrar con que LeeTeuk se había quedado profundamente dormido y el sonido que escuchaba… ¡Eran sus ronquidos!.
KangIn lo miró completamente azorado y su rostro se desencajó en una mueca de rabia y decepción.
- Estúpido Hyung - Le Escupió sin dejar de mirar como LeeTeuk dormía plácidamente con la cabeza enterrada en la almohada luego de KangIn se hiciera a un lado - ¡Realmente eres un tonto! - Concluyó dándole la espalda, intentando conciliar el sueño.
***
Al día siguiente cuando se despertó se encontró a LeeTeuk en la misma posición en la que lo vio antes de quedarse dormido, con la cabeza enterrada en la almohada, por unos instantes se preguntó como podría respirar de esa manera, pero entonces también recordó el coraje que sintió al ver como el mayor se quedaba dormido, por lo que sin decir nada, pasó prácticamente por encima de él y unos minutos más tarde salió para el colegio. Aquel fue un día bastante normal de no ser por dos hechos. A mitad de la mañana encontró una perfumada carta en su casillero, la leyó detenidamente aunque ya sabía de que se trataba. Ya se había corrido la voz de que él había terminado con su novia, probablemente habría otra chica interesada en él. La chica que tenía una preciosa caligrafía, decía pertenecer a un grado menor y se llamaba Yaguchi Aiko, era japonesa. Inmediatamente la recordó por el club de Kendo, había una chica Japonesa en ese club. No era muy bonita, de hecho era demasiado bajita y sus mejillas eran muy grandes, pero sabía como golpear, todo el mundo conocía su famoso Shinai* pues había llevado al equipo a las finales de los torneos intercolegiales de verano.
KangIn suspiró guardándose la carta en el bolsillo del pantalón, en la letra sólo se insinuaba que ella quería conocerlo mejor, que fueran amigos, que como capitán del equipo de Taekwondo, convendrían llevarse bien. KangIn sabía a que se refería, ambos equipos habían tenido una disputa de popularidad a principio del año, el equipo de Kendo no era muy popular debido a los constantes problemas con el gobierno Japonés y todas esas tonterías de la gente grande que terminan afectando hasta los jóvenes. ¿Qué más daba que fueran Japoneses o Chinos? Solía pensar KangIn, un arte marcial es justamente eso. No tiene que ver con política ni tonterías por el estilo. Como fuera, ella quería conocerlo porque estaba interesada en él, eso de querer afianzar relaciones entre ambos equipos era tan absurdo que le daba risa. Era obvio que se moría de ganas porque le pidiera salir. Después de todo, ninguna chica podía resistírsele.
En la tarde mientras entrenaba con el resto del equipo, ella lo interceptó a la salida del salón de prácticas, eran casi las 4, ese día no pensaba quedarse hasta tan tarde, había prometido pasar por su casa antes de regresar al apartamento. Ella vestía el Kendogi* color azul oscuro, llevaba el lacio y largo cabello recogido en una cola de caballo alta y un par de mechones le caían desordenados en la frente, probablemente por haber tenido el Bogu* puesto, la piel de su rostro estaba ligeramente perlada por el sudor, seguramente también estaba practicando.
- KangIn-sempai - Dijo ella, su voz era firme y resultaba gracioso que no dijera ‘oppa’ sino ‘sempai’.
- Leí tu carta Yaguchi - Respondió KangIn enjuagándose el sudor de la frente con un pañuelo - Gracias - Ella sonrió.
- Espero que podamos ser amigos Sempai - Exclamó ella inclinándose en una venia respetuosa.
- Si claro - Aceptó KangIn con una sonrisa (de esas que enamoraban fácilmente a todas las chicas del instituto, esa que hacía a propósito) y luego se alejó de ella metiéndose en los vestidores, dejándola sola en el pasillo. Una vez con ropa limpia, se había dirigido a la casa de sus padres como había prometido.
Su madre lo recibió con un prolongado abrazo que casi le parte las costillas, en realidad si dolió un poco debido a la piel resentida por los golpes del accidente en el fin de semana, (detalle que nunca reveló a sus padres) pero no dijo nada y sólo correspondió el gesto, su padre le había dedicado una sonrisa orgullosa y eso, valía muchísimo más que cualquier palabra. Cenó con ellos y lo llenaron de preguntas respecto al campamento, KangIn volvió a contar lo mismo que ya les había dicho por tercera vez, obviando por supuesto todas los detalles comprometedores y sus padres se mostraron muy felices y orgullosos. Al terminar la cena, llegó inevitablemente el tema de la graduación.
- Tenemos todo preparado - Dijo su madre con una sonrisa condescendiente - Vamos a invitar a todos tus amiguitos y compañeritos del colegio y de SM - KangIn se atragantó con el jugo. Aquello ya lo habían hablado un mes atrás.
Pero un mes atrás, KangIn era completamente otra persona. Muy diferente a lo que ahora era y un mes antes habría estado deseoso de tener una gran fiesta con muchos invitados que le felicitaran durante la noche y lo hicieran sentir importante, ahora ser el ‘centro de atención’ resultaba ligeramente incómodo y no estaba seguro de porqué. Ya no le interesaba tener una enorme fiesta ¿Realmente consideraba sus compañeros de clase personas tan cercanas como para compartir aquel triunfo? De repente, sintió la necesidad de que aquello fuera más personal, con aquellos a quienes que realmente podía llamar amigos.
- Mamá… - Comenzó a decir KangIn intentando abordar el tema sin que ella se sintiera mal - La verdad es que… no me parece una buena idea hacer una fiesta enorme - Comentó suavemente, jugando con los palillos en el plato vacío.
- ¿Cómo dices cariño? - Preguntó la madre, la sonrisa desdibujándose de su rostro mientras la mirada se volvía cada vez más severa en su padre.
- Quiero decir… se que sería genial… pero quisiera algo más personal… más familiar - Finalizó. La madre continuó mirándolo desconcertada, quizás nunca imagino que esas palabras saldrían de su hijo altanero.
- Jovencito, no hagas llorar a tu madre, ella se ha esforzado en los preparativos de la fiesta - Comentó el padre en tono severo.
- Lo siento… no es mi intención… pero en realidad no quiero una gran fiesta con mis compañeros de clase -
Su madre se levantó del comedor y se fue rápidamente a la cocina. KangIn no sabía si estaba llorando o no, pero se sintió terriblemente mal.
***
En la noche cuando arribó al apartamento, se encontró con que LeeTeuk no estaba, eran casi las 9 de la noche ¿Dónde podría estar? ¿Con HeeChul y Hangeng bebiendo irresponsablemente? Pensó molesto y decidió bajar al otro apartamento, al más pequeño. Cuando llegó a este, se encontró con que Hangeng estaba con Kibum (que era como si no estuviera con nadie, porque el señor caja de metal, se sentada frente al computador y dejaba de ser un humano racional con el que podías entablar una conversación) Hangeng, estaba en su habitación, viendo una película con los audífonos puestos, así que se sorprendió cuando vio entrar a KangIn en el cuarto. Puso en pause la película en el DVD y se quitó los audífonos para saludarlo, KangIn notó que habían varios paquetes de snacks y bocadillos a un lado de la cama.
- ¿Buscando a HeeChul Hyong? - Preguntó Hangeng invitándolo a sentarse en la cama con un movimiento de su mano, KangIn asintió con la cabeza mintiendo - No está, acompañando a Jungsu Hyung en oficina, luego termina unos papeles y luego viniendo a nuestra casa - Explicó Hangeng y una punzada de celos se manifestó en su pecho como si le hubieran enterrado la punta de un portaminas en las yemas de los dedos.
- ¿Y tu que haces? - Preguntó KangIn en un intento de disimular la rabia creciente que sentía.
- Viendo película China, favorita mía - Respondió Hangeng y le ofreció los snacks pero KangIn los rechazó, estaba muy lleno por la cena con sus padres.
- Hangeng… ¿Anoche saliste con los Hyungs verdad? - Preguntó sin poder contenerse. El Chino asintió con la cabeza - Ehh… Jungsu me contó… que bebieron y fumaron… -
- Bebiendo mucho, fumando no - Respondió Hangeng bebiendo de un baso que había al lado del televisor - Yo no gusta cigarrillo, malo para voz, malo para cuerpo, yo no fuma, es HeeChul Hyong quien gusta fumar -
- ¿Y Jungsu Hyung? - Preguntó con un hilo de voz KangIn.
- Hyong no fuma, eso no hace, muy malo él dice, muy malo para voz y el no gusta, pero HeeChul Hyong, le gusta algunas veces - Explicó Hangeng. KangIn suspiró aliviado, ahora las cosas tenían un poco de más sentido. Conversó unos minutos más con Hangeng para disimular y finalmente lo dejó con su película y regresó al apartamento grande con una sonrisa tonta en su rostro.
LeeTeuk apestaba a cigarrillo simplemente porque había estado cerca de HeeChul quien había fumado, probablemente en el lugar hubieran otros fumadores y era inevitable que el olor no les impregnara la ropa. Sonrió porque comprendió que LeeTeuk no le había mentido aquella noche que pasaron en la cabaña. Y eso lo hizo sentir inexplicablemente bien.
Cuando llegó a la sala, se encontró con que Yesung, SungMin, EunHyuk, DongHae y ShinDong estaban sentados alrededor de la mesa parecían haber terminado de comer hace poco y discutían acaloradamente.
- ¿Qué pasa? - Preguntó KangIn al verlos allí y la respuesta fue como un puño invisible que le golpeó dejándolo inconciente por unos segundos.
- Estamos tratando de averiguar acerca de un video que… misteriosamente apareció en tu computador - Explicó Yesung con malicia - ¿Adivina de que? -
KangIn se puso pálido como el papel y los demás parecieron notarlo porque lo miraron con curiosidad.
- Sexo entre chicos - Dijo DongHae en un susurro, como si aquello fuera un tema prohibido y como si el sólo hecho de pronunciar aquellas palabras, fueran a pegársele al cuerpo.
- ¡No me miren a mi! - Se quejó EunHyuk .- Esta bien, lo acepto, bajo porno de Internet… - EunHyuk se ponía cada vez más rojo - Pero siempre con chicas… -
- ¿Tu que crees Yoongwoon? - Preguntó ShinDong seriamente.
- No… no lo se - Respondió afanosamente - Quizás alguien lo bajó por equivocación… ya saben… las páginas porno a veces son engañosas- SungMin asintió como dándole la razón y todos lo miraron sorprendidos pues nadie se le ocurrió nunca pensar en que Sungmin visitara páginas porno.
- ¡Hola Dongsaengs! - Exclamó LeeTeuk alegremente desde la puerta, traía una chaqueta blanca (para variar) y un pantalón ancho color verde militar, traía su acostumbrado bolso rojo, lleno a más no poder colgado descuidadamente de uno de sus hombros. - ¿Qué hacen? -
- Intentamos descubrir quien descargó porno gay en el computador de KangIn - Exclamó inmediatamente Yesung como si aquello fuera cosa de todos los días.
- ¿Que? ¿Po…porno gay? - Preguntó LeeTeuk incrédulo - Seguro se han equivocado - Agregó con una sonrisa dulce - ¿Qué hay para comer? - Agregó y DongHae brincó a la cocina para servirle la cena.
Mientras todo esto sucedía, KangIn sentía que el corazón se le iba a escapar del pecho, ¿Cómo iba a salir de esa? Sus manos de repente temblaban, si los chicos se daban cuenta que había sido él… ¡Creerían que era gay!. Oh dios y justo después de lo que ocurrió con LeeTeuk durante la noche, miró de reojo al líder mientras comía con ganas el plato que DongHae acababa de entregarle.
Continuará xD
