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El ángel y el Demonio por Helsic

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El Ángel y el Demonio
capitulo 32
~ Quiero descubrir todo en ti ~


Pocas veces, KangIn recordaba haber sentido tanta adrenalina en su cuerpo, como por ejemplo cuando estuvo esperando por el combate contra el campeón de la escuela Seok Nam en las finales de los intercolegiados de Taekwondo hacía dos años. Tenía 15 años en ese momento y toda la presión de los estudiantes de su escuela estaba sobre sus hombros, si perdía, perdería toda la escuela y sería descalificada. Estando allí de pie frente a su oponente, sintió como si el corazón se le fuera a salir del pecho y sintió miedo, mucho miedo de no poder dar lo mejor de si mismo y de desilusionar a los cientos de espectadores. Ahora la situación era un poco distinta, pues no habían espectadores observándole y su oponente no era fuerte y musculoso, de hecho era un chico delgado que no sabía hacer bien una patada voladora, era un chico con rostro de niña al que siempre terminaba subestimando. Ese chico que estaba en la cama acostado, era el mismo chico que le había enseñado muchísimas cosas sobre la vida y sin que se diera cuenta había estado logrando que su actitud frente a muchas cosas cambiara.

Habían pasado muchas cosas entre los dos, pero lo que definitivamente le asustaba más era el hecho de saber que lo que sentía en su pecho no era solamente una ‘amistad’. Eso había quedado claro desde el momento en el que se habían besado por primera vez, aunque se hubiera demorado tanto tiempo en aceptarlo, aunque su orgullo fuera más grande que su razón, era obvio que ese chico le gustaba. Nunca creyó que un hombre pudiera atraerle, aquello era tan prohibido como descabellado, si alguien se daba cuenta sería su perdición, podría inclusive perder su puesto en SM, es decir que le echaran de la empresa. No existía ningún gay famoso en Korea.

¿Acaso ya te estás considerando Gay? Oh KangIn… estamos evolucionando muy rápido.

No, no era gay. ¿Qué te guste tu mejor amigo te convierte en Gay? Quizás sólo le gustaba LeeTeuk porque había sido una persona importante en ese poco tiempo en que llevaba de conocerlo, porque había sido un verdadero amigo aunque pelearan y discutieran todo el tiempo. Quizás era eso, la atracción que sentía era porque nunca había experimentado lo que era tener un amigo así. Los chicos que le rodearon en el pasado eran simples compañeros de escuela que no se interesaban por atravesar su duro caparazón y se conformaban sólo con su exterior. Por el contrario, LeeTeuk había entrado de lleno hasta lo más profundo de su personalidad, se había burlado y le había cuestionado pero había estado allí. Se había interesado por él.

Entonces por unos instantes lo embargó una duda. ¿Y si LeeTeuk estaba tan asustado como él? Se giró un poco pero desde su posición en el colchón en el suelo, no alcanzaba a ver el rostro de LeeTeuk que estaba acostado sobre su cama. Sólo alcanzaba a ver su perfil delineado tenuemente por la luz azulosa de la luna que entraba tímidamente por la ventana. Llevaban casi una hora así (O al menos mucho tiempo, no sabía exactamente cuanto) y no habían dicho ninguna palabra luego de apagar la luz. Quizás LeeTeuk estaba tan asustado como él. Quizás tenía sus mismos miedos y dudas. Se quedó observándole en la penumbra tratando de imaginar que estaría pasando por esa cabeza, tratando de comprender el comportamiento de LeeTeuk, quien siempre era tan impredecible, por primera vez en vez de juzgarlo intentó comprenderlo.

¿Sentía LeeTeuk lo mismo?
Esa pregunta le hizo recordar que la primera vez en la que lo había besado, LeeTeuk había salido corriendo despavorido del lugar y le había dejado de hablar por semanas, aquella vez habían discutido fuertemente y él le había dicho cosas realmente desagradables al líder,(Quizás demasiado sinceras), la segunda vez había sido cuando estaban perdidos en la montaña, pero no creía que el mayor se hubiese dado cuenta de eso pues no comentó nada al día siguiente. Luego esa vez en la que el líder había regresado muy ebrio a la apartamento, se habían besado en su cama y había sido él quien lo había detenido, había detenido a LeeTeuk porque eso ‘no estaba bien’. Hace una semana se había corrido gracias a las caricias del LeeTeuk y eso superaba absolutamente todas las tentativas anteriores. Porque había llegado a un orgasmo tan increíblemente intenso que había olvidado quien era y con quien estaba, había olvidado que esa mano correspondía a la mano de su Hyung. De un hombre.

“Estábamos borrachos, eso es todo. Todo fue producto del alcohol, era la primera vez que bebía de esa forma.”

Y ¿Qué tal ahora? Están sobrios los dos…El alcohol no es una excusa ¿No te apetecería descubrirlo?

Cerró los ojos con fuerza tratando de alejar esa maldita voz de su interior que siempre le cuestionaba. Si hacía algo ahora, sería como aceptar abiertamente que le gustaba y que lo deseaba. Porque no tendría la excusa del alcohol y eso le aterraba demasiado. Sin embargo había una excusa muy buena que podía usar y era el estúpido juego de ‘Quien manda’ con él que aún podía manipular a LeeTeuk.

- Hyung - Dijo suavemente - ¿Estás dormido? - La respuesta se demoró un poco y escuchó el sonido de las cobijas al removerse en la cama continua.

- ¿Mmm? ¿Qué pasa? - Respondió LeeTeuk y luego escuchó un bostezo. LeeTeuk se asomó en el borde de la cama.

- Tu… tu dongsaeng quiere… - Comenzó a decir KangIn aliviado de que la oscuridad ocultara su rostro sonrojado, pero antes de que pudiera completar la petición, LeeTeuk habló.

- Tu Hyung también quiere… - Dijo LeeTeuk y aunque en la oscuridad no pudo ver su rostro, estaba seguro de que le estaba sonriendo con esa sonrisa pícara suya y que ese condenado y adorable hoyuelo se le estaba haciendo en la mejilla.

- ¿Cómo dices? - Repitió KangIn.

- No se… dímelo tu - Comentó LeeTeuk alzándose de hombros - ¿Qué quiere mi Dongsaeng? - Una vez más KangIn se sintió intimidado, era increíble como a pesar de tener el poder para dominar a LeeTeuk a su antojo, este conseguía hacerle sentir inseguro a pesar de todo.

- Quiero… que te acuestes aquí conmigo - Exclamó finalmente. LeeTeuk se quedó quieto y por unos instantes KangIn sintió que se iba a morir de vergüenza.

- No - Dijo el otro y agregó - Acuéstate tú aquí conmigo - Le ordenó.

- ¡No puedes negarte! Aún tengo el poder - Se quejó KangIn haciendo un puchero en la oscuridad. ¿Quién se creía? - ¡Ven aquí ahora mismo! - Ordenó autoritariamente.

LeeTeuk se dio media vuelta y se dejó caer como un costal de papas sobre KangIn, el menor sintió como un codo se le enterraba en las costillas sacándole el aíre y como la cabeza la golpeaba la barbilla. El mayor reía. KangIn lo empujó como pudo para sacárselo de encima y se sobó el estómago adolorido.

- Auch… ¿Por qué eres así? - Chilló KangIn molesto, LeeTeuk dejó de reír y le puso una mano sobre la cabeza revolviéndole el cabello en un gesto de hermano mayor.

- No seas tan niña, compórtate como un hombre - Le dijo mientras le revolvía el cabello. KangIn lo miró con el ceño fruncido y le agarró las manos para alejarlo, forcejearon por unos minutos hasta que (como era de esperarse) LeeTeuk terminó quedando bajo KangIn sin fuerzas y completamente derrotado.

- ¿Esta te parece la fuerza de una niña? - Decía KangIn triunfalmente. LeeTeuk respiraba agitado por el esfuerzo.

- Los descerebrados siempre usan la fuerza bruta - Exclamó el líder entre jadeos - Yo no necesito fuerza para dominarte -

- ¿Ah de verdad? Quiero ver eso - Le desafió KangIn picado por la curiosidad.

- ¿Acaso no lo he estado demostrando todo este tiempo? - Exclamó LeeTeuk con una sonrisa tan ancha como la del mismo guasón. El menor, molesto le soltó las manos y se hizo a un lado dándole la espalda, odiaba tener que aceptar que no tenía la razón.

Se quedó dándole la espalda con expresión molesta sin saber como contestar a eso porque era completamente cierto y todo el tiempo lo había demostrado. Entonces sintió unos brazos que le rodeaban por la espalda y una barbilla que se hundía en el ángulo de su cuello. De nuevo su corazón saltó con energía en su pecho al sentir esas manos que lo apresaban y la espalda contra el pecho de él.

- No te gusta perder ¿verdad? - Dijo LeeTeuk suavemente, su tono parecía decir ‘quiero jugar’ con cada sílaba que salía de sus labios.

- Deja de molestar… - Replicó KangIn pero lejos de sonar segura su voz pareció un ruego tímido. ¡Como odiaba que eso sucediera!.

- No estoy molestando - Exclamó LeeTeuk con indignación - ¿Te molesta que te abrace? - Preguntó antes de agregar - Si te molesta… puedo dejar de hacerlo y regresar a mi cama -

¡Regresa a la cama! ¡No me importa!

- No… no me molesta… quédate - Fue lo que salió como respuesta de los labios de KangIn y se odió infinitamente porque su voz sonó demasiado necesitada.

- Lo se - Comentó LeeTeuk con malicia y lo apretó un poco más fuerte, haciendo el abrazo más cercano.

KangIn sintió nuevamente ese aliento cálido rozando su cuello, ese aliento que le había llevado al borde de la locura en ocasiones anteriores, los recuerdos llegaron a su mente como un vendaval enfurecido, golpearon su cerebro como relámpagos eléctricos que cruzan el cielo nocturno. Recordó las caricias, el placer desquiciante, la locura, todo eso llegó a él como una peligrosa invitación, la puerta del pecado se hallaba frente a él y le sonreía. Le sonreía porque a pesar de estar cerrada él tenía la llave y sabía que podía abrirla en cualquier momento y al traspasar el umbral de lo prohibido se sumergiría en las oscuras aguas de la tentación y ya nada tendría marcha atrás. Y sintió miedo, mucho miedo. Pero ese miedo a la vez le emocionaba, porque sentía que tenía el poder para traspasar la línea e ir más allá.

KangIn… ¿Quieres jugar con tu Hyung?

- ¿A que quieres jugar? - Le susurró LeeTeuk dejando que sus labios rozaran suavemente el lóbulo de su oreja, ahí estaba ese Hyung provocándole envolviéndolo como un tifón, arrastrándolo a la perdición.

KangIn giró su rostro lo suficiente como para que sus labios se rozaran, dios aquello era tan emocionante, sentía el corazón en la garganta mientras el aliento de LeeTeuk se posaba suavemente en sus labios.

- Niño malo, Dongsaeng malo - Susurró LeeTeuk y lo besó. Fue LeeTeuk quien tomó sus labios y los envolvió con los suyos, le besó suavemente, dulcemente como todo lo que era LeeTeuk, con esa finura que le caracterizaba.

Al demonio la dulzura y la delicadeza. ¡Al demonio esa suavidad!. KangIn se giró bruscamente y profundizó ese beso con fuerza, empujándole hacía un lado, casi quedando sobre el mayor, su nariz chochando contra la del otro, percibiendo el olor de su piel, metiendo su lengua profundamente en su boca.

Dios cuanto calor, como deseaba a ese chico…

Las manos de LeeTeuk se posaron en su pecho, intentaron empujarlo suavemente. ¿Estaba asustado? ¿Quería detenerse?

No Hyung… una vez cruzada la línea ya no hay marcha atrás.

KangIn tomó esas muñecas con fuerza y las inmovilizó contra la cama mientras continuaba con su fiero beso. LeeTeuk gimoteó entre el beso y cuando el menor separó un poco sus labios, escuchó la exhalación del otro intentando ganar aire, escucho su respiración fuerte, llenando la habitación por completo, inundándole los oídos. Se quedó observándole por unos segundos, disfrutando de la visión de ese rostro confundido y descontrolado, LeeTeuk estaba tan asustado como él. No había seguridad en esos ojos ahora, no podía controlar la situación y eso lo asustaba.

Tener el control me excita…

KangIn sonrió con sevicia y depositó un beso esta vez más casto y más suave en esos labios semi-abiertos. El mayor cerró los ojos y se entregó completamente a ese roce.

- No me provoques Hyung… no sabes lo que se puede desatar - Le murmuró luego del beso. LeeTeuk sonrió a pesar de la situación.

- Quiero… quiero conocer al verdadero Youngwoon - Admitió LeeTeuk y sus mejillas se tornaron carmesí aunque KangIn no pudo apreciarlo muy bien en medio de la oscuridad. - Quiero… saber… hasta donde eres capaz de llegar… - Finalizó desviando un poco el rostro.

¿Qué estaba diciendo? ¿Pero que era lo que estaba diciendo su Hyung? ¿Acaso eso no equivalía a admitir que le gustaba? KangIn se quedó observándole sin saber que hacer o que decir ante eso, todos sus sentimientos se arremolinaban en su interior y se apeñuscaban en su garganta queriendo salir.

- Hyung… - Sólo logró decir avergonzado.

- Dongsaeng… ¿Quieres hacerlo? - La voz de LeeTeuk sonó trémula en la oscuridad.

- ¿Ahh…? Bueno… yo… - Tartamudeó KangIn completamente desarmado por la pregunta. ¿Realmente quería?

- No esta bien que hagamos esto - Susurró LeeTeuk liberando suavemente sus manos de la prisión en la que las tenía KangIn - Los hermanos jurados no deben hacer estas cosas - Agregó mirándole con tal ingenuidad que uno podría creer que ese chico no podía matar ni una mosca - Pero… ¿Quieres hacerlo?... ¿No sientes curiosidad? -

- Si… - Musitó tímidamente KangIn. Sus mejillas ahora completamente rojas, la vergüenza apoderándose completamente de él.

- Descubramos esto… juntos - Finalizó LeeTeuk y le besó. Posó sus labios sobre los suyos comenzando esa danza erótica que una vez más lo arrastraba al abismo. Empujándolo hacía el colchón, quedando el líder sobre él una vez más.

Si, descubrámoslo todo. Quiero descubrir todo de ti.

LeeTeuk levantó el pijama de KangIn hasta que se lo quitó por completo y contempló su pecho desnudo unos instantes antes de recorrerlo con sus dedos y posteriormente con sus labios. Se detuvo en las tetillas unos segundos sin saber muy bien que haría y luego las envolvió con sus labios y las lamió primero suavemente, luego un poco más fuerte al escuchar los suspiros del menor. KangIn se estremecía con cada contacto y sus manos se aferraron a las sábanas con fuerza.
LeeTeuk metió su lengua en el ombligo de su compañero jugueteando allí, aspirando con fuerza el olor de su vientre. KangIn notó el bulto erguido, aprisionado bajo la pijama del mayor y esa visión sólo logró excitarle más. Recordó como sus manos le habían enloquecido en una anterior ocasión y deseó que esta vez fueran esos labios eróticos.

- Hyung… - Murmuró KangIn sin poder contenerse - Hazlo… ya - Le ordenó y su voz sonó tan necesitada que se sintió patético. LeeTeuk sonrió.

- ¿No dirás las palabras mágicas? - Preguntó LeeTeuk posando su mano sobre el miembro de KangIn haciendo que este diera un respingo. Comenzó a moverlo, a acariciarle de esa misma manera que tanto le gustaba, luego metió la mano bajo la tela y con la mano que le quedaba libre le bajó el pantalón hasta los muslos. Continuó acariciándole de arriba abajo, aprisionándolo entre sus dedos. KangIn lo observó avergonzado.

- Tu Dongsaeng quiere… que lo hagas con tu boca - Ordenó perdido entre las caricias y el rostro de LeeTeuk se desencajó con la sorpresa.

- ¿Cómo dices? - Exclamó y entonces esta vez KangIn pudo notar lo avergonzado que estaba LeeTeuk con esa petición. Sus mejillas estaban rojas, estaba completamente asustado.

- ¡Hazlo! - Murmuró KangIn - He dicho las palabras mágicas… tienes que hacerlo… - Agregó con un poco más de seguridad. - Si no lo haces… Ohh Dios… -

 

LeeTeuk había posado sus labios sobre la punta de su entrepierna y sus labios húmedos le acariciaron la piel deliciosamente, arrancándole un nuevo suspiro. El mayor cerró los ojos y se lo metió completamente en la boca, hasta el fondo, todo lo que fue posible y KangIn gimió suavemente aferrándose aún más a las sábanas. Esa cavidad húmeda le enloquecía, era calida, deliciosa y cuando LeeTeuk comenzó a moverse, entrando y saliendo, lamiendo como un gato con su lengua, KangIn creyó que se iba a morir. Ahogó lo que hubiera sido un sonoro gemido poniéndose el dorso de su mano en la boca, no debían hacer mucho ruido, no podían olvidar que estaban en la casa de sus padres y aunque la habitación quedaba en la segunda planta, no podían arriesgarse a que les escucharan. LeeTeuk continuó moviéndose a un ritmo maravillosamente perfecto, haciendo que las oleadas de placer fueran y vinieran por todo su cuerpo, acercándole cada vez más al clímax. Iba a correrse, estaba seguro, lo iba a hacer en su boca, en la boca de su Hyung, de LeeTeuk Hyung.

- Hyung… ahh - Gimoteó muy próximo al climax, esos labios aún envolviéndole, cada caricia demencial aturdiéndole. - Hyung… ahh… voy a llegar… -

LeeTeuk retiró sus labios justo a tiempo cuando el orgasmo embargó a KangIn y arqueando su espalda dejo escapar toda su humedad. Sintió como los músculos de sus piernas y estómago se contraían fuertemente y como el placer le inundaba como un torrente cálido recorriendo todo su cuerpo en cuestión de segundos. KangIn se mordió el dorso de la mano para no gritar mientras una vez más volvía a experimentar esa descarga de placer que tan hábilmente LeeTeuk le producía.

- ¿Te gustó? - Le preguntó LeeTeuk recostándose a un lado - No esta mal para un amateur ¿verdad? - Agregó y rió suavemente. KangIn lo miró aún con la mano sobre su boca, sus mejillas estaban más rojas aún.

- Fue perfecto - Murmuró intentando que su respiración se aquietara un poco - Eres todo un experto -

- No es cierto… es la primera vez… que lo hago - Respondió LeeTeuk indignado - Nunca había hecho esto… con otro chico… - Agregó haciendo un puchero, KangIn asintió con la cabeza - Oye… tienes algo con que… limpiarte… un kleenex ¿o algo…? - KangIn le señaló el armario de la esquina, entonces LeeTeuk se levantó y encendió la lamparita que tenía en la mesa de noche, la luz amarillenta lo bañó todo permitiéndole hurgar entre los cajones. Cuando se giró tenía una cajita con pañuelos de papel de Kleenex (KangIn los usaba siempre que…tenía ganas) y en la otra mano tenía un dispensador de crema de manos perfumada.

- ¿Qué haces? - Se quejó KangIn avergonzado cuando LeeTeuk comenzó a limpiarlo con dedicación. - Para… ¿para que sacaste la crema? - Agregó.

- Porque vas a darme un masaje - Dijo tranquilamente sin darle chance a negarse. KangIn se sentó y observó como LeeTeuk se quitaba el camisón del pijama y se acostaba a un lado de él.

Entonces el menor untó sus manos con la crema y comenzó a masajearle la espalda al mayor esparciendo la crema, bordeando sus músculos desde su cuello hasta sus caderas. El olor a hiervas de la crema de repente inundó el lugar.

- Date la vuelta - Le dijo KangIn. Y el mayor obedeció inmediatamente girándose, entonces KangIn pudo esparcir la crema en el pecho del mayor que lucía pálido iluminado suavemente por la luz de la lámpara de noche. Bordeó sus pectorales suavemente y acarició sus tetillas pegajosamente gracias a la crema, observó el rostro de LeeTeuk una visión tan esplendida que por unos instantes le deslumbró, su rostro excitado era una de las mejores visiones que había visto jamás. No esperó más y le bajó el pantalón, el miembro estaba erguido y ansioso. Lo tomó entre sus manos embadurnándolo con la crema, haciendo que las caricias se volvieran más resbalosas, arrancándole suaves suspiros a su Hyung. Comenzó a subir y bajar al mismo ritmo que el usaba cuando se tocaba así mismo y entonces notó como la respiración de su Hyung se aceleraba, como tenía los ojos fuertemente cerrados, como comenzaba a gemir cada vez más alto.

- Shh… - Le calló KangIn divertido y LeeTeuk se llevó el dorso de la mano a sus labios de la misma forma en como KangIn había hecho para no hacer mucho ruido.

Mientras le acariciaba, KangIn sintió como su miembro se ponía duro de nuevo. Esa era la primera vez que le pasaba eso, es decir, que luego de correrse, volviera a excitarse tan rápido. Pero la visión de LeeTeuk era más poderosa que cualquier raciocinio en su mente. Entonces un pensamiento llegó a su mente. ¿No estaba siendo un poco injusto? Le había ordenado a LeeTeuk que lo hiciera con la boca, debería concederle algún capricho al mayor, preguntarle que le apetecía hacer.

- Hyung… - Comenzó a decir - ¿Qué quieres que haga? - Le preguntó un tanto avergonzado, pero no tanto como había estado en momentos anteriores cuando LeeTeuk era quien le tocaba. El mayor abrió los ojos y se quedó mirándole por unos instantes, parecía no atreverse a decir lo que estaba pensando - No me mires así Hyung… vamos, sólo pídemelo - Se sorprendió de poder entrar en confianza de esa manera con él, pero la situación lo ameritaba.

Entonces LeeTeuk tomó su mano y se la retiró del miembro, luego se sentó y se acercó al oído de KangIn.

- Quiero… quiero… que seas mío - Murmuró entrecortadamente en su oído, KangIn abrió los ojos con la sorpresa - Quiero… penetrarte - Finalizó.

- ¡¿QUE?! - Gritó KangIn completamente sorprendido, con sus ojos muy abiertos, alejándose un poco de LeeTeuk.

- Shh - Le calló LeeTeuk divertido. - Estoy… bromeando - Agregó LeeTeuk con una sonrisa - Se que… es imposible…- Finalizó, pero KangIn estaba completamente seguro de que aquello no había sido una broma. LeeTeuk deseaba hacerlo, notaba la lujuria en sus ojos oscuros, pero por supuesto también tenía miedo, también se moría de la vergüenza. ¿Se permitía llegar tan lejos? ¿Hasta donde permitiría que su curiosidad volara?

- Pero… pero eso debe doler…- Murmuró KangIn. Un momento ¿Qué estás diciendo idiota? ¿Acaso lo estás considerando? ¡No digas esas cosas sin pensarlo! Se recriminó mentalmente.

En realidad quieres hacerlo ¿verdad KangIn? Tienes curiosidad, no puedes evitarlo. Quieres que tu Hyung te lo meta, quieres saber que se siente que tu Hyung… te haga suyo… Te llena de morbo…

- No lo se… - Aceptó LeeTeuk - Nunca lo he hecho… pero… te prometo que la próxima vez… yo te permitiré hacerlo - Exclamó LeeTeuk con una nueva sonrisa. La promesa de LeeTeuk no le esperanzó mucho que digamos, pues hacer eso significaba dar un paso extremadamente largo, era como aceptar completamente que lo deseaba.

¡Pero y que demonios! ¡Acababa de correrse gracias a la boca de su Hyung! Si eso no era desearlo, ¿Qué importaba si le permitía metérselo o no? El concepto venía siendo el mismo aunque la forma de hacerlo fuera distinta.

- No sabes como hacerlo… - Murmuró KangIn dándole largas al asunto - No sabrás como hacerlo y me lastimarás - Se quejó como un niño pequeño. Entonces LeeTeuk lo abrazó.

- Esta bien… no te estoy obligando - Le murmuró cuando puso su cabeza sobre su hombro - Sólo… quise ser sincero contigo cuando me preguntaste sobre lo que deseaba hacer… Pero si no quieres, no hay problema… son sólo tonterías mías - LeeTeuk le soltó del abrazo y se acostó de nuevo boca arriba, tomó la mano de KangIn y se la puso en su entrepierna indicándole que continuara haciendo su trabajo como lo venía haciendo antes de la interrupción.

KangIn comenzó acariciarle de nuevo, pero en su mente la idea de complacer a LeeTeuk se mantenía vivida. ¿Debía hacerlo? ¿Debía permitírselo? ¿Y sí dolía mucho?

¡Por Dios KangIn! Has sentido peores dolores peleando en el Taekwondo, no saques excusas estúpidas… el dolor no es una excusa y lo sabes. ¿A que le tienes miedo?

- Hyung… - Murmuró KangIn mientras continuaba acariciándole, LeeTeuk tenía los ojos cerrados y sólo suspiró como respuesta - Hagámoslo Hyung… - Finalizó y LeeTeuk abrió los ojos de par en par con la sorpresa. De hecho casi brincó como un resorte y quedó sentado mirándole.

- ¿De… de verdad? - Exclamó emocionado - Quiero decir… si no estás seguro… no te preocupes -

- Ya… deja de fingir… se que te mueres por hacerlo, así que hagámoslo de nueva vez - Exclamó KangIn avergonzado. Su comentario logró que LeeTeuk se pusiera tan colorado como él.

Entonces KangIn se recostó en la cama bastante incómodo y prefirió tumbarse boca abajo para no verle la cara a LeeTeuk. Entonces el mayor le untó crema en la superficie y luego muy suavemente comenzó a meter un dedo. KangIn nunca creyó que esa simple acción le fuera a excitar de esa forma, creyó que sería doloroso y molesto, pero no lo fue, le gustó, quizás porque era algo pequeño y también porque al tiempo, LeeTeuk le estaba acariciando con su mano libre el miembro y esta combinación de estas dos cosas era simplemente deliciosa. Gimió contra la almohada intentando de que no se escuchara muy fuerte cuando el mayor metió un segundo dedo, abriendo esa cavidad lentamente cubriéndola con crema, logrando que lentamente sus músculos se relajaran y la cavidad se abriera más.

- Voy… a intentarlo - Anunció LeeTeuk luego de un buen rato jugueteando en círculos dentro de él. KangIn cerró los ojos con fuerza - Relájate - Le indicó LeeTeuk.

Entonces KangIn sintió la punta del miembro de LeeTeuk en su entrada, parecía demasiado imposible que fuera a caber. El mayor le tomó por la cadera y comenzó a deslizarse lentamente dentro de él. KangIn no pudo evitar que un sonoro gemido saliera de sus labios, le dolía y mucho. Sus manos se aferraron a las sábanas agarrándolas con fuerza hasta que sus nudillos se pusieron blancos. Dolía. El miembro de LeeTeuk continuaba entrando deslizándose gracias a la crema . Dolía mucho. Un nuevo gemido salió de sus labios y la excitación comenzó a pasar a un segundo plano, pues el dolor lo estaba embargando todo completamente.

- ¿Te encuentras bien?… ¿Quieres que me detenga? - Exclamó LeeTeuk, había preocupación en su voz, a pesar de sus jadeos excitados, había preocupación. Porque así era LeeTeuk, así era ese dulce Hyung.

- Estoy… bien… continua - Murmuró KangIn escondiendo su rostro en la sábana. Quería complacerlo, el dolor tenía que pasar, todo era cuestión de acostumbrarse.

- No… no quiero hacerte daño - Susurró LeeTeuk comenzando a sacar su miembro.- Podemos… parar aquí… esta bien -

- ¡TE DIJE QUE CONTINUARAS! - Gritó KangIn.

- ¡¡¡Shhhhhhh!!! - Le calló LeeTeuk - ¿Quieres que tus padres se den cuenta? -

- Continua… duele… pero continua… quiero hacerlo bien - Gimoteó KangIn y LeeTeuk pareció dudarlo por unos instantes. Pero luego comenzó a moverse lentamente, entrando y saliendo fácilmente gracias a la crema.

KangIn cerró los ojos de nuevo, sintiendo ese intruso desgarrarle por dentro, la mano de LeeTeuk se posó sobre su miembro y comenzó a acariciarlo al ritmo de sus suaves embestidas, logrando que la excitación comenzara a volver lentamente. Las oleadas de placer comenzaron a llegar una vez más, envolviendo a las oleadas de dolor, cada vez con más fuerza. Sobre todo cada que el miembro de LeeTeuk tocaba un punto escondido en su interior que le hacía estremecer, escuchó los suaves gemidos de LeeTeuk, su respiración agitada, parecía estarlo disfrutando al máximo y eso logró excitarlo también. Quería ver su rostro, quería verlo.

- Hyung… quiero verte - Le exigió KangIn. Y LeeTeuk se detuvo por unos momentos sin comprender. Entonces sacó su miembro y KangIn se tumbó boca arriba y lo observó, su pecho estaba perlado por el sudor y su expresión era tan erótica como se la imaginó. KangIn lo envolvió con sus brazos y lo atrajo contra si mismo para besarlo - Hazlo de nuevo… pero esta vez… quiero que me mires -

LeeTeuk separó las piernas de KangIn y alzó un poco la cadera, para una vez más volver a introducir lentamente el miembro dentro de KangIn. Un segundo gemido se escapó de los labios de KangIn cuando el miembro estuvo completamente dentro y comenzó a moverse, generando nuevamente ese suave ritmo, acompasándolo con el ritmo de su mano.

Esto no esta bien… pero se siente bien.

KangIn observó el rostro entregado y apasionado de LeeTeuk y disfrutó de cada uno de sus gestos eróticos. Como sus cejas se fruncían cada que le embestía y como sus labios entre abiertos dejaban escapar suspiros cuando lo sacaba, como su cabello negro se mecía a los costados de su rostro con el movimiento. Lentamente KangIn descubrió que el dolor se iba y que el placer era lo único que quedaba en su lugar, su miembro estaba ahora erguido y duro entre los dedos de LeeTeuk y comenzaba a sentir como el orgasmo se aproximaba si continuaba con ese desquiciante ritmo.

Esto no esta bien… pero se siente bien.


LeeTeuk aumentó la velocidad de sus embestidas y esto provocó un ligero ardor en KangIn, pero ¡Que demonios! Ya nada importaba, no importaba si lo partía en dos, no importaba si se moría, moriría entonces entre esos brazos. Sólo quería sentirlo dentro de él, siendo parte de si mismo, llenándolo por completo como si fueran uno sólo. Esa comunión perfecta era lo único que importaba. Los movimientos de la mano de LeeTeuk también aumentaron y se hicieron frenéticos en su entrepierna. Dios, cuanto calor.

- Ahhh… Si me corro… no podré quedarme callado… - Gimoteó LeeTeuk completamente poseído por el placer - Dios… no podré hacer silencio no… -

Entonces KangIn notó como LeeTeuk abría la boca inhalando fuertemente, estaba a punto de llegar. Y el menor lo envolvió con sus brazos y lo beso tragándose ese grito de placer, ahogando ese grito que seguramente iba a despertar no sólo a sus padres sino también a todo el vecindario.

A la mierda todo el mundo, a la mierda todo.

KangIn se corrió con fuerza unos momentos después de que LeeTeuk hiciera lo mismo dentro de él, el beso que les quitó el aire y los empujó hacía el borde de la muerte ahogó los gritos, las súplicas y los gemidos de ambos. Sus cuerpos alcanzaron el límite con intensidad, enviándolos a otro lugar, un lugar donde todo estaba permitido y eso que acababan de hacer no tenía nada de malo. Lastimosamente un mundo que no era el real.


Continuará

Notas finales:



Notas de Helsic:

*patea el capítulo* Juemadre!!! Casi q no escribo esto D: estuve TODO el día de hoy y ayer en la noche sin saber como hacer el lemon… ¿Como lograr q LeeTeuk fuera el Seme sin que dejara de ser dulce? ¿Cómo hacer a KangIn Uke sin que dejara su esencia de dominante? D:’’’ pero en fin este es el resultado 8D a mi me gustó mucho, porq ante todo fue muy tierno, muy entre los dos, como muy paso a paso *^* me hago romántica con la vejez(?)

Como ya tengo q salir no alcanzo a revisarlo D: igual q el anterior… está sin beta-reading -__-

Este es el baner del fic *O* 

Este me gusta mucho :3 me gustan las caritas de ambos, creo q ahí tenían la edad q tienen en mi fic, osea Kangino 17 y Teukie 19~~

Este es bien LOL porq es una foto del predebut también, en la q Kangin y LeeTeuk se tomaron fotos en una de esas cámaras q saca instantáneas en los centros comerciales xD notese el pelo de Kangin xDDD q loco y Teukie tan cute como siempre :D


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