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El ángel y el Demonio por Helsic

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El Ángel y el Demonio
capitulo 39
~ El implacable azote del Silencio ~

 

 

Diciembre llegó tan inesperadamente que lo tomó desprevenido. No sintió el paso de noviembre porque fue un mes en cierta forma extraño. En primer lugar porque había sido un mes en el que no había hablado con LeeTeuk. Y resultaba bastante extraño no hablarle a una persona que pasaba la mayor parte del tiempo a tu lado, gracias al trabajo. Recordaba con nostalgia esa noche en la que habían discutido, era la noche de su graduación y fue en medio de la fiesta sorpresa que habían preparado para él y para ShinDong. Recordaba perfectamente la furia en los ojos de LeeTeuk, nunca le había visto así, parecía echar llamas por sus pupilas negras mientras le gritaba que lo odiaba. Luego le vio salir corriendo y encerrarse en su habitación.

 

KangIn se había estado preguntando todo ese tiempo, que habría pasado si lo hubiera seguido hasta la habitación, si hubieran hablado justo en ese momento. ¿Se habrían agarrado a golpes? ¿La pelea hubiera llegado a peores resultados? Probablemente si, sin embargo ahora después de todo un mes sin tener el más mínimo roce con su Hyung, sentía como si esa pelea a golpes hubiera sido la mejor de las soluciones. Porque necesitaba ese contacto con él. Quería tocarlo, así fuera para golpearlo. Porque quería sentir que existía para él. Todos esos días (30 parecía una cantidad tan grande) él había sido como un fantasma para el mayor, estaba ahí y a la vez no estaba. Era como si no existiera. El látigo de la indiferencia había caído aún con más fuerza que la primera vez que habían discutido en el pesado. Porque esta vez, KangIn casi estaba seguro que no había marcha atrás. Que había perdido a LeeTeuk para siempre.

 

Inocentemente creyó que el tiempo lo curaría todo, que el tiempo se encargaría de borrar las heridas y que sólo sería cuestión de limar asperezas, pero no fue así. Más que nunca, KangIn sentía como si la grieta entre los dos se hubiera abierto con inconmensurables proporciones, casi podía compararla con el cañón de Colorado, silencioso y enorme. Una enorme y silenciosa distancia entre ambos. Lo más increíble de todo era la actitud de LeeTeuk. Se lo había tomado tan ‘profesionalmente’ que lo aterraba. En cierta forma lo admiraba por tener tanta firmeza y ser capaz de ignorarlo así, pero sin ofenderlo. Y era que LeeTeuk continuaba con su labor como líder del grupo, coordinando las actividades, empeñándose en ser un apoyo real para los miembros, era como si para LeeTeuk nada hubiera pasado, de repente KangIn había hecho ‘Puff’ y desapareció de su vida sin dejar huella alguna y el líder continuaba con la suya normalmente.

 

Eso le había dolido. Y LeeTeuk no tenía la más remota idea de cuanto le dolía. Odiaba llegar temprano a las prácticas (Que ahora comenzaban en la mañana debido a que ya no tenían horario escolar por el fin de año) encontrarse con él, cruzar un frío “Buenos días” y comenzar con la práctica. Una perfecta y ‘madura’ relación profesional, si podría llamarse de alguna forma. Para completar el asunto ya no compartían habitación, no por supuesto que no, después de lo que pasó sería un masoquismo innecesario seguir conviviendo juntos. Ahora KangIn vivía en la casa de sus padres, había dejado el apartamento para asombro de todos los presentes. Inclusive SungMin le había rogado que se quedara y hasta Hangeng había intentado detenerlo. Pero KangIn era testarudo y terco como un toro, así había sido desde pequeño y así sería hasta… quien sabe cuando. Ahora luego de un mes de vivir lejos de los chicos, viéndolos sólo en los ensayos y esporádicamente cuando salían a comer algo, la soledad se había ceñido a él como una sombra viscosa.

 

Pero había llegado Diciembre y aunque no había nevado aún, las temperaturas eran alarmantemente bajas. Los ejecutivos de SM encargados del grupo, les habían dicho que para proteger su salud y debido a que habían tenido un accidente muy lamentable hacía un par de años también en épocas invernales, no tendrían actividades durante Diciembre y parte de Enero y febrero. Todo dependería del clima y esperaban que el helaje no fuera muy intenso. Por ende hacia el final de esa semana, terminarían las prácticas, es decir el viernes. Apenas era martes, pero KangIn no dejaba de pensar en ese viernes como si fuera el día de su decapitación. ¿Por qué? Simplemente porque si los enviaban a vacaciones, eso significaba no más LeeTeuk por un buen tiempo. Al menos estando en las prácticas tenía la oportunidad de verlo, de escuchar su voz (Aunque no fuera dirigida a él) y de ver su sonrisa. Pero cuando se suspendieran las actividades ese viernes, pasarían dos meses (O quien sabe cuanto si caía una fuerte nevada) sin verlo, sin escuchar su voz, sin verlo sonreír. Dos meses sin saber nada de él porque obviamente no lo llamaría aunque se muriera de ganas. No claro que no, él seguía siendo el mismo orgulloso de siempre.

 

Recostado en la cama de su cuarto, observaba el techo sin poder conciliar el sueño, los recuerdos de lo ocurrido en esa habitación eran tan lívidos como si hubieran ocurrido la noche anterior. Añoró esos besos, esas caricias, deseó tenerlo a su lado para abrazarlo. Lo extrañaba como nunca antes había extrañado a alguien y eso le asustaba demasiado. Recordó entonces como días después de haber discutido, en un impulso masoquista, había tomado la libreta para continuar leyendo. ¿Y que se había encontrado? Oh, dios, hubiera preferido no seguir leyendo, pero tampoco hubiera podido vivir con la incertidumbre. Así que se había acostado en su cama de la misma manera en como se encontraba ahora, había abierto la condenada agenda y había continuado leyendo.

 

No había ningún otro comentario al respecto.

 

¡NADA! Sólo más apuntes sobre liderazgo, notas y listas sobre los deberes diarios, mensajes recordatorios de actividades que debía hacer, uno que otro teléfono o alguna dirección… Pero nada sobre él.

 

KangIn realmente deseó encontrar un comentario que borrara la amarga sensación que habían dejado los anteriores, algún indicio de que LeeTeuk había cambiado y ahora tenía otra imagen de él. Pero no había sido así. La libreta no contenía nada más referido a él y eso le había hecho caer en una profunda depresión. Nunca se había sentido así antes, por ninguna chica puesto que sus noviazgos siempre fueron ligeros y nunca estuvo realmente comprometido con la relación.

 

Nunca las quisiste en serio… ¿es eso verdad?

 

Si quizás era eso. Luego de pensar y pensar las cosas durante todo ese largo y tedioso mes de Noviembre, podía admitir la posibilidad de que se estuviera enamorando de LeeTeuk. Por mucho que le hubiera costado afrontarlo, el dolor que sentía al regresar sólo a su casa y el deseo inconmensurable de verlo que se manifestaba en las mañanas cuando partía para el ensayo, no podían tener otra explicación lógica sino esa: Le quería de verdad.

 

Pero entonces ahí estaba el pequeño pero significativo detalle de que LeeTeuk, no sentía lo mismo por él. Así de simple. El líder había mostrado tal entereza y frialdad a la hora de sacarlo de su vida, que sólo podía significar que lo que había sentido (si es que alguna vez lo había sentido) no fue nada fuerte. Quizás un gusto superficial o quizás la curiosidad, pero en definitiva algo pasajero. En cambio él, ¡no había dejado de pensar ni un minuto en LeeTeuk durante todo ese maldito mes!. Se llevó las manos a la cara desesperado, deseando no haber leído la libreta nunca ¿Qué hubiera sucedido? ¡Oh dios, que hubiera pasado si no hubiera encontrado la libreta y las cosas hubieran continuado! ¿Aún estarían juntos? ¿Estaría abrazándole en ese momento y besándole con pasión? Aquello era algo que nunca sabría, porque no pensaba preguntárselo, porque LeeTeuk le había hecho el favor de sacarlo a patadas de su vida.

 

 

***

 

 

Al día siguiente en la práctica matutina, KangIn llegó con los ojos hinchados y con unas terribles ojeras, los demás le miraron preocupados y comenzaron a cuchichear entre ellos, pero ninguno se atrevía ya a preguntarle que le ocurría, no después de que él hubiera gritado enfurecido a Heechul por entrometerse en lo que no le importaba y la pelea había sido lo suficientemente grabe como para que Yesung y SungMin hubieran tenido que agarrárlo por los brazos. En realidad no tenía ningún problema personal con Heechul (a parte de tener personalidades muy conflictivas entre si) pero el estrés que le provocaba su situación con LeeTeuk lo hacía estallar violentamente. Ese día LeeTeuk llegó como siempre con 10 minutos de retrazo. También parecía haber tenido una mala noche, sus ojos parecían cansados y adormecidos, venía corriendo quien sabe de donde, con su bolso rojo dejando caer papeles por todo el salón.

 

- Lo siento… tenía otros compromisos - Se justificó LeeTeuk mientras DongHae le ayudaba a recoger todo lo que había tirado en su carrera, el líder dejó el bolso en el suelo, estiró los brazos en un gesto muy similar al de un gato perezoso y luego se llevó las manos a la cintura - ¡Bueno chicos! Como todos saben, este viernes terminamos el entrenamiento, así pues que estaremos probablemente dos meses sin ninguna actividad, eh estado pensando en lo contraproducente que sería para todos si dejáramos de ensayar durante tanto tiempo, es por eso que he pensado en asignar tareas individuales para este tiempo de inactividad -

 

- ¿Tareas en vacaciones? - Se quejó Kibum.

 

- Bueno, no he dicho que tipo de tareas serán - Retomó la palabra LeeTeuk - Estoy hablando de ensayar de vez en cuando para reforzar los errores y dificultades más frecuentes de cada uno - Todos lo miraron con atención, inclusive KangIn quien muy a su pesar debía aceptar que LeeTeuk se estaba convirtiendo en un excelente líder con el paso de los días - He hecho una lista con las dificultades de cada uno y también he diseñado un plan de trabajo para superar esa debilidad durante estas vacaciones de fin de año… no me mires así Kibum, no será muy difícil - Finalizó y luego de esto comenzó a llamar a cada uno de los chicos en privado para comentarle el plan de trabajo.

 

KangIn comenzó a sentirse cada vez más nervioso conforme los chicos iban pasando y se quedaban hablando con el líder en el fondo del salón. Esa sería la primera vez en todo ese tiempo que hablarían frente a frente y solos. Aunque se tratara de una conversación de trabajo, sus piernas habían comenzado a temblar y sentía un vacío en el estómago.

 

- ¡Youngwoon es tu turno! -  Dijo alegremente ShinDong quien había terminado su sección privada con LeeTeuk. KangIn se levantó del suelo (donde previamente había estado sentado) y caminó hacía el líder como quien camina hacía la orca. Cuando estuvo a su lado, tardó un poco en decidirse si debía mirarlo a los ojos o no.

 

- Youngwoon - Comenzó a decir LeeTeuk y KangIn levantó la cabeza. - Voy a leerte las debilidades que hay que trabajar… -

 

Y entonces fue como si esos meses no hubieran pasado, como si todas las tonterías que había pensado durante ese tiempo nunca hubieran estado en su cabeza, observó ese rostro de ángel y deseo besarlo hasta el cansancio, deseó abrazarle con tanta fuerza como para partirle las costillas. Deseó decirle tantas cosas, pero nada salió de su boca y no se movió ni un centímetro. Se mantuvo escuchando atento a lo que el líder le decía con su neutra expresión de indiferencia, sin sonrisas, sin golpecitos cariñosos en su espalda, sin revolverle el cabello como un hermano mayor. Nada. Simplemente él líder y su subordinado.

 

-… Y entonces para ello necesitaras practicar un par de horas a la semana en tu casa, puede ser frente a un espejo ¿Entendido?- Finalizó LeeTeuk.

 

- Si, JungSu - Respondió KangIn no siendo capaz de volver a llamarle ‘Hyung’ como hacía antes, como si esa palabra le quemara la lengua.

 

- Muy bien - Finalizó LeeTeuk - Llama a EunHyuk, por favor -

 

- Si, JungSu - Repitió y le dio la espalda para reunirse con los demás.

 

 

***

 

Luego de terminar con la práctica matutina y luego de que LeeTeuk explicara a todos el plan de trabajo, estaban cambiándose la ropa en el vestidor del fondo, DongHae estaba haciendo pucheros mientras se cambiaba la camiseta sudada y KangIn no pudo evitar preguntarle que le ocurría.

 

- ¡Todos se van de vacaciones y yo no! - Se quejó quitándose la camiseta húmeda. - ShinDong Hyung, JungSu Hyung, Yesung Hyung… -

 

- Un momento… ¿JungSu se va…? - Preguntó KangIn intentando disimular.

 

- ¿No lo sabías? - Indagó DongHae como si fuera demasiado obvio - Se irá a Pusan a pasar todas las vacaciones con casa de sus abuelos… pasará sus vacaciones con una preciosa vista del mar - Finalizó haciendo más grande su puchero.

 

- Oh… no lo sabía - Murmuró KangIn sintiendo que el estómago se le revolvía. Para completar el cuadro, no sólo estarían alejados sentimentalmente sino que físicamente también, Pusan era un puerto marítimo al otro lado del país y eso reducía aún más las posibilidades de verlo (Si es que había alguna).

 

KangIn no pensó en hacer nada frente a eso, es decir, frente al viaje puesto que si no había hablado hasta ahora no hablaría por esa razón, pero el comentario de Heechul le hizo replantear seriamente su posición cuando salieron al corredor y se dirigían al elevador.

 

- Conocí a unas chicas en el Cyworld, son super simpáticas y lindas - Decía Heechul pasándole un brazo por los hombros a LeeTeuk - ¿Y adivina que? Viven en Pusan ¿No eres un maldito con suerte? -

 

- No estoy muy interesado en una relación seria ahora… - Respondió LeeTeuk con expresión cansada.

 

- ¡No seas así! ¿Quién habló de una relación seria? Te estoy diciendo que dos chicas muy lindas y simpáticas estarán a tu disposición estas vacaciones - Se explicó Heechul - Vamos JungSu ¿Crees que con esa carita no caerían rendidas a tus pies fácilmente? -

 

- Como amor de verano pero en invierno - Dijo Hangeng de la nada caminando a su lado.

 

- ¡Exactamente! - Exclamó Heechul - Te pasaré sus E-mails para que tengan una cita… -

 

- No tendré Internet en donde mi abuela… ni siquiera tienen un ordenador - Respondió LeeTeuk alzándose de hombros.

 

- ¡Pues entonces te daré sus teléfonos! - Exclamó Heechul dándole palmaditas.

 

KangIn quien los seguía un par de pasos atrás (SungMin iba a su lado hablándole de quien sabe que) sentía que su cara ardía y que la sensación de celos le carcomía las entrañas. Recordó el espantoso sueño que tuvo cuando se dirigía a la sala de música, recordó la angustia que sintió al verlo con su novia, ante la posibilidad de que ellos volvieran. Su corazón latía con fuerza mientras se lo imaginaba citándose con las súper simpáticas y súper lindas chicas que Heechul había conocido en el Cyworld y como LeeTeuk era LeeTeuk, terminaría teniendo una relación ‘duradera’ con alguna de ellas y no sólo un ‘amorío de verano’ “de invierno” lo corrigió una graciosa imagen de Hangeng mentalmente.

 

Era el momento para actuar y sólo tenía hasta el viernes para hacerlo. ¿Pero que haría? Mierda, había tenido un mes completito para pensar en un plan y lo desperdició lamentándose y dándole vueltas a sus ideas como un par de tortillas de huevo en el desayuno ¡Y no se le ocurría nada!. Tenía que hablar con él, eso era seguro, de alguna forma tenía que decirle lo que sentía. ¿Pero cómo? ¿Cómo hacerlo sin que ninguno de los chicos se diera cuenta o se viera involucrado?

 

***

 

Esa noche llegó a casa malhumorado, casi ni comió por lo que su madre se preocupó y pensó que estaba enfermo. Se metió en su cuarto y se tiró a su cama y comenzó a golpear la almohada en una auténtica pataleta de un niño de 6 años. Era Miércoles en la noche, sólo tenía el jueves para hacer algo, puesto que no tenía ni idea de a que horas viajaría el viernes.

 

¿Qué hacer? ¿Qué hacer? ¿Qué hacer? ¿Qué hacer? ¿Qué demonios podía hacer?

 

Con frustración quedó boca arriba en la cama manoteando hacía los lados y accidentalmente golpeó la mesa, esparciendo unos papeles y lápices que habían en la superficie, muy molesto se dio media vuelta para recogerlos y entonces vio la pequeña libreta caída junto a los papeles. La maldita libreta le sonreía con su borde argollado de metal y con sus bordes raídos y viejos.

 

Estúpida libreta…

 

La tomó entre sus manos de nuevo y tuvo una revelación. ¡La libreta era la solución! La tenía frente a sus narices, ¡esa era la única forma de comunicarse con él!.

 

KangIn se sentó en la cama de un brinco olvidando el desorden que había provocado momentos antes, la adrenalina subiendo por su cuerpo como una marea rápida. Tomó un lapicero azul de los que había tirado al suelo y abrió la libreta hacía el final en donde aún quedaban hojas vacías y enfrentó el papel blanco como a un enemigo.

 

Tragó saliva y al poner la punta del lapicero sobre el papel. Fue como si todos sus sentimientos y pensamientos se desprendieran de su mente afanosamente y se deslizaran por su mano hasta mezclarse con la tinta, para plasmarse en el papel.

 

 

Continuará…

 


 

Notas finales:

Notas de Helsic:

Juemadre casi no termino este capítulo! D’: pero ya está xD.

 

La libreta de Teuk xD:

KangIno pocho leyéndola:

La escenita fantabulosa del sex en el armario del salón de clases *A*

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