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El ángel y el Demonio por Helsic

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Notas del capitulo:

Soy... lo que quieras que sea...

{Glencia / Cowboy Bebop}

 

 

El ángel y el Demonio

~ Capitulo 18 ~

El significado de ser líder

 

 

Cuando finalmente se calmó, KangIn se retiró de los brazos de LeeTeuk sintiéndose infinitamente más avergonzado, esa era quizás la vez en que más se había sentido avergonzado en toda su vida, había llorado, le había abrazado ¿Qué más faltaba? ¿Bailar un tango con un sombrero de plumas?, la imagen del sombrero y del tango no fue muy agradable a decir verdad. Se quedó observando lo que hacía el líder recelosamente, sin saber que decir a continuación. Se levantó y notó que el costado derecho le dolía intensamente. No tanto como para impedirle moverse o caminar, pero si lo suficiente como para sacarle el mal humor y hacerle pensar en la posibilidad de haberse partido un par de costillas con la caída. Se llevó una mano y se sobó por encima de la chaqueta como si eso fuera aminorar el dolor, menuda porquería era todo aquello.

 

- Mejor continuemos, a lo mejor este bosque está plagado de Ardillas asesinas o plantas carnívoras… con la suerte que estamos teniendo hoy… ¡hasta una nave extraterrestre podría aparecer para secuestrarnos! - Dijo LeeTeuk y sonrió con optimismo, KangIn le devolvió la sonrisa a duras penas.

 

¿Cómo podía LeeTeuk hacer un comentario como ese en un momento como ese? Había sido gracioso, le había arrancado una sonrisa, pero el punto era ¿Cómo podía burlarse de la situación en vez de derrumbarse como él lo había hecho? Vio como el líder sacaba el zapato que horas antes se había quitado debido a que KangIn lo había llevado sobre su espalda, se sentó en una piedra y se lo puso, frunciendo el ceño cuando la herida entró en contacto con la tela de la media y posteriormente con el tenis. No dijo nada, de sus labios no salió ninguna queja, estaba aceptando simplemente la situación tal y como venía y la estaba afrontando. KangIn supuso que lo hacía porque pensaba que no podría continuar llevándolo sobre su espalda luego de la caída (sobre todo porque se había estado quejando del dolor en su costado) y asumió que seguiría caminando de ahí en adelante. KangIn intentó detenerlo, realmente quiso decirle “Vuelve a subir a mi espalda” pero nada salió de sus labios porque en realidad, le dolía mucho el costado, no sabía si podría llevarlo en su espalda sin hacerse más daño así mismo y ese era un riesgo que no quería correr. LeeTeuk aceptó todo eso en silencio, como si hubiera leído la mente de KangIn y simplemente se puso el zapato que hacía falta, luego se puso de pie y de nuevo su rostro se desfiguró en una mueca de dolor, pero fue rápidamente remplazada por una sonrisa forzada.

 

KangIn recogió las cosas que habían quedado desperdigadas por todo el lugar luego de la caída, mientras se agachaba para tomar el maletín notó que la molestia en su espalda era más evidente, tomó ambos maletines, por lo menos llevaría el maletín de LeeTeuk, podría con esa responsabilidad. Miró hacía arriba, hacía el barranco por donde habían caído y le pareció demasiado alto, había sido un milagro que no tuvieran un par de huesos rotos, hubieran podido sacarse los ojos con las puntas de las piedras de haber caído en otra posición, pero ahí estaban vivos a pesar de todo. Se preguntó como subirían, la tierra se veía resbalosa, tendrían que correr el riesgo de intentarlo y volver a caer, una segunda caída podría no ser tan afortunada.

 

- Sigamos por aquí - Sugirió LeeTeuk. Esta vez no fue una orden como las otras veces - No podemos subir por ahí en estas condiciones… atravesaremos este bosque -

 

- ¿Qué estás diciendo Hyung? ¡Podemos perdernos! Debemos volver a la carretera - Le contradijo inmediatamente, al parecer contradecirlo era un designio de los astros o de lo que fuera que rigiera su destino. Pero esta vez no era por molestarlo, en realidad creía que era más seguro volver a la carretera.

 

- La cabaña estaba en esa dirección ¿recuerdas? - Dijo LeeTeuk con calma, señalando los árboles - La carretera da muchas curvas es por eso que se hace tan lejano, pero creo que si continuamos en línea recta llegaremos al río -

 

KangIn se quedó mirándole, recordaba el rió. Cuando habían estado en la cima de la montaña había visto el rió al fondo y muy cerca de él, el enorme techo de la cabaña.

 

- Si estoy en lo cierto, si vamos bordeando el bosque… ahorraremos un par de horas de camino - Volvió a decir LeeTeuk tranquilamente. Dominando la situación como si esas cosas pasaran todos los días. ¿Cómo podía mantener la maldita calma en un momento así?

 

- ¿Y… y si nos perdemos? - No pudo evitar decir KangIn y se sintió nuevamente como un niño que hace pataletas.

 

- No te preocupes Dongsaeng - Le dijo LeeTeuk, su voz sonaba ahora comprensiva y había una nueva sonrisa - No nos meteremos en lo profundo del bosque, lo rodearemos y nos mantendremos al lado de la montaña, encontraremos el río estoy seguro… el sonido nos guiará, el olor de la tierra húmeda… -

 

Sonaba razonable, pensó KangIn y se limitó a seguirlo en silencio. Comenzaron a caminar de nuevo y esta vez el menor se mantuvo mirando a su Hyung con una actitud de profunda reflexión. Lo observó detenidamente, un hilo de sangre resbalaba por su mejilla izquierda, no lo había notado antes por el abundante cabello negro que le cubría parte de las mejillas, probablemente se había golpeado la cabeza con alguna piedra, todo el mundo sabe que los golpes en la cabeza son muy delicados, puedes tener una hemorragia interna y caer en coma de un momento a otro o puedes perder alguna facultad como el habla o la visión, lo había visto en una película alguna vez, se preguntó si aquella herida sólo sería superficial o si sería algo grave. LeeTeuk como era de esperarse no se había referido a ella, no se había quejado, así que no podía saber si le dolía o no. Pasó entonces su mirada por el resto del cuerpo, notó las manos coloradas, la piel raspada probablemente porque había intentado evitar golpearse el rostro o protegerse mientras caía, los dedos lucían ateridos, algunas ligeras cortadas les atravesaban de lado a lado, también observó el saco completamente sucio, manchado de barro al igual que sus pantalones que ahora estaban rotos en las rodillas y finalmente su vista se posó en el tobillo.

 

En ese tobillo en el que no quería pensar. Ese tobillo que lo preocupaba sobre manera, una y otra vez la idea de que ese perro tuviera alguna infección le rondaba la cabeza como un tigre en una jaula, la perdida de sangre le preocupaba, la profundidad de los orificios dejados por los colmillos del perro también le preocupaba, observó como LeeTeuk cojeaba al caminar, como intentaba no apoyar el pie lastimado, probablemente porque le ardía la piel cada que el zapato la rozaba.

 

Pero lo más increíble de todo era que, todo eso estaba pasando y LeeTeuk no se había quejado en lo absoluto. ¿Cómo podía un cuerpo tan delgado y aparentemente débil contener un carácter tan fuerte? Aquello era tan extraño y a la vez admirable, como el mayor lograba mantener su cabeza fría en un momento como ese, como tomaba dediciones pensando objetivamente, alejando el miedo sólo para pensar con claridad. De haber sido como él, se hubiera sentado a llorar como un niño y no habría hecho más que maldecir una y otra vez su suerte. Un extraño calorcito le llenó el pecho en esos momentos, una creciente admiración lo llenó por completo, se dio cuenta de cuan parecidos eran ellos dos, ambos buscando el reconocimiento de los demás, ambos buscando sobre salir entre los otros, ambos hablando demasiado, ambos con ese espíritu de líder inherente en sus personalidades…

 

Pero había una diferencia crucial entre ambos, se lamentó KangIn mentalmente, mientras él intentaba sobre salir y liderar para demostrarle a los demás que era el mejor, para tener el domino de todo en un impulso egoísta y ególatra, LeeTeuk lo hacía pensando en los demás. LeeTeuk quería sobre salir y demostrar que era bueno, pensando en lo mejor para los demás, sonriendo en vez de amenazarlos, dándoles fuerza y ánimo en vez de hacerlos sentir inferiores o inútiles.

 

Por primera vez KangIn comprendió porque LeeTeuk tenía el título de líder del grupo y se dio cuenta de que lo merecía más que nadie. Si bien desde el comienzo habían tenido muchos encuentros infortunados en los que discutían, ahora parecía entender el significado de todas sus acciones pasadas, aquello era como una revelación divina. Tragó saliva mientras continuaba caminando en silencio, bordeando el bosque como LeeTeuk había dicho, escuchando los leves murmullos a su lado, pájaros, chicharras y toda clase de barbullas de animales no identificados en las profundidades de ese verde abrasador.

 

Caminaron por lo que pareció más de una hora, todo el tiempo en silencio, no había una razón especial para no hablar, quizás sólo estaban demasiado cansados como para entablar una conversación, demasiado sedientos como para gastar saliva en las palabras, pero KangIn tampoco sintió que hiciera falta, aquel no era un silencio incómodo, era un silencio necesario.

 

Y entonces fue cuando milagrosamente el río apareció frente a ellos. El agua bajaba cristalina reflejando los rayos del sol que comenzaba lentamente a ponerse al entrar la tarde, el sonido de las piedras chocando bajo la corriente despertó sus sentidos como una especie de mantra. Ambos caminaron hasta el borde y KangIn se dejó caer de rodillas y metió su cabeza en el agua con desespero, bebió toda el agua que pudo en cuestión de segundos, el agua fría y deliciosa bajo por su garganta llenándolo de efímero alivio. Al levantar el rostro vio que LeeTeuk también se encontraba arrodillado en el borde y tomaba agua usando sus manos como una cuchara. LeeTeuk se quitó el zapato (Nuevamente hizo esa espantosa mueca de dolor) y sumergió el pie en el agua, la sangre fue arrastrada inmediatamente por la corriente y KangIn notó la expresión de alivio momentáneo en el rostro de su Hyung, con sus manos limpió la herida ligeramente retirando la tierra y mezclada con la saliva del perro.

 

- Tal y como dijiste - Exclamó KangIn con renovado entusiasmo - Encontramos el río - Agregó aún saboreando el delicioso liquido en su boca.

 

- Si… menos mal - Dijo LeeTeuk metiendo las manos en el agua y llevándoselas luego al rostro para limpiar el barro que aún adornaba sus mejillas - Que suerte -

 

- ¿No estabas seguro?- Inquirió KangIn. LeeTeuk rió y negó con la cabeza.

 

- Fue una suposición, pero parece que soy bueno en esto, así que supondré que si atravesamos este río llegaremos a la cabaña en menos de media hora - Comentó lavándose como pudo el cabello lleno de tierra y barro.

- Entonces quizás podamos tomarnos un ligero descanso - Dijo KangIn estirando sus brazos, el río no se veía difícil de atravesar, no parecía profundo, con suerte tendría un metro de profundidad aunque la corriente si se veía fuerte. No divisó ningún puente cerca, tampoco esperó verlo, pero habían unas enormes piedras en el borde y atravesaban el río de manera caprichosa y dispareja, quizás podrían saltar por encima de ellas aunque estaban muy separadas unas de las otras.

 

- Si… descansemos un poco - Aceptó LeeTeuk quien ahora había metido los dos pies en el agua y se había subido la bota de los pantalones para no mojarlos aunque su cabello mojado había empapado el cuello y parte del pecho y espalda del saco blanco.

 

KangIn se quitó la chaqueta, de repente tenía mucho calor, quería tirarse al río y nadar en esa frescura, se quitó los zapatos y también se quitó la camisa, al hacerlo notó que su costado derecho lucía un insano color púrpura, ahí donde le dolía, el golpe parecía realmente fuerte pero definitivamente no parecía una fractura, de serlo no podría moverse… ¿verdad?. Procedió a desabotonarse el pantalón, afortunadamente tenía más ropa en la maleta para cambiarse y el agua quizás lo relajara un poco pensó.

 

- Hey Hyung - Dijo alegremente cuando ya estaba a punto de tirarse al agua - ¿No quieres nadar un poco? - Pero LeeTeuk no respondió, así que KangIn se giró y se encontró con que el líder estaba tendido en el pasto, con los ojos cerrados, los pies aún en el agua, como si se hubiera quedado dormido. KangIn sonrió e iba a quitarse los pantalones por completo para sumergirse en esa apetitosa agua, cuando algo en su mente le dijo que era mejor cerciorarse de que el líder estaba sólo durmiendo.

 

Aún con los pantalones desabrochados, KangIn se acercó a LeeTeuk y se sentó a su lado, el mayor parecía simplemente dormir tranquilamente, pero estaba increíblemente pálido.

 

- Hyung… hey Hyung… No es hora de dormir - Le dijo suavemente, pero el líder continuaba con los ojos cerrados, entonces KangIn comenzó a sentirse inquieto, llevó una mano a la frente del líder y se sorprendió de la increíble alta temperatura ¡Estaba ardiendo en fiebre!, llevó su mano al cuello del líder y lo mismo, podría jugar que tenía casi unos 40 grados o algo el estilo, entonces también notó que su pecho subía y bajaba con irregularidad cuando respiraba - ¿Hyung…? ¿Hyung te sientes bien? ¡Contesta! -

 

Pero LeeTeuk no contestó y una cólera abrumadora envolvió a KangIn. Dios ¿se había desmayado? ¿Qué le sucedía? ¿Qué podía hacer? De repente el menor se sintió mareado con todas esas preguntas revolviéndose en su cabeza, lo tomó por los hombros y lo arrastró hasta que ambos pies (que aún continuaban en el agua) salieron del río. Gracias a que el agua había lavado el barro de la herida, finalmente KangIn pudo notar el verdadero estado del tobillo, que ahora aparte de la piel en carne viva, lucía un espantoso color ennegrecido alrededor, ¡Estaba infectado! No necesitaba saber de medicina para notar que esa herida estaba infectada y en muy mal estado, la sangre había dejado de salir con tanta abundancia como antes, pero ahora parecía acumularse en una especie de Pus. KangIn ignoraba la enardecida lucha de las plaquetas y los glóbulos rojos por intentar reconstruir el regido de la piel, pero no necesitó saberlo para adivinar que LeeTeuk necesitaba atención médica, que necesitaba un antibiótico o algo por el estilo.

 

LeeTeuk abrió los ojos lentamente y lo miró con soslayo, volvió a cerrarlos suavemente.

 

- Hyung… es mejor que continuemos - Murmuró KangIn y LeeTeuk asintió suavemente con su cabeza, el menor lo ayudó a sentarse, LeeTeuk parecía un muñeco de trapo que se dejaba hacer cualquier cosa.

 

KangIn buscó su camisa que estaba en el césped y se la puso rápidamente, recogió otra vez los maletines y se acercó nuevamente a LeeTeuk quien seguía en la misma posición en la que lo había dejado. Lo tomó del brazo y lo ayudó a levantarse, tomó los zapatos del líder y los echó dentro del maletín de este, el líder se tambaleaba estando de pie como un borracho.

 

- ¿Puedes caminar? - Le preguntó KangIn, poniéndole el maletín en la espalda a LeeTeuk quien asentía con la cabeza de nuevo.

 

- Si… puedo solo - Murmuró pero KangIn no le creyó, parecía como si en cualquier momento se fuera a caer.

 

Caminaron por el borde del río, buscando una parte fácil para cruzar, las piedras no parecían una buena opción ahora que LeeTeuk parecía a punto de desmayarse. Maldita sea, ¡maldita sea! Pensaba KangIn asustado, la única salida sería cruzar por el agua.

 

- Youngwoon… - Murmuró LeeTeuk y entonces el cuerpo del líder se sacudió inesperadamente y vomitó sobre el césped a su lado. Naturalmente nada salió, porque no habían comido casi nada en todo el día, sólo las manzanas muy temprano en la mañana, KangIn lo sostuvo porque estuvo a punto de caer mientras tocía e intentaba trasbocar una comida inexistente.

 

- Súbete - Ordenó KangIn al borde del colapso, esta vez LeeTeuk no chistó y obedeció dócilmente, realmente debía estar sintiéndose mal para no haber dicho nada y KangIn sintió una punzada de dolor en su costado cuando el mayor estuvo aferrado a su espalda, sintió como si le hubieran enterrado un puñal entre las costillas, gruñó antes de comenzar a pasar por encima de las piedras que sobresalían en el río. Pasó las primeras con dificultad, temiendo caerse y que otro desafortunado evento pudiera ocurrir, a lo mejor y habían pirañas en ese río ¿Quién sabe?, como sea, KangIn se esforzó por pasar por encima de las piedras, haciendo malabares que hasta un trabajador de circo envidiaría.

 

Entonces llegó a una parte en la que vio, era imposible saltar, el espacio que lo separaba de la otra orilla era probablemente unos tres metros, en otras condiciones quizás hubiera podido tomar impulso y saltar hasta el otro lado, pero estando tan adolorido, tan cansado y fuera de eso con el peso de su Hyung en su espalda aquello era más que imposible. Tendría que atravesarlo de todas formas y mojarse. Frunció el ceño, afortunadamente los maletines estaban colgados en la espalda de LeeTeuk, con suerte no se mojaría toda su ropa, sólo la que llevaba puesta. Metió los pies dentro del agua hasta que los posó en el fondo, el agua le llegó inmediatamente hasta un poco más arriba de la cintura, estaba fría y en otra situación hubiera sido aliviante y refrescante, pero en ese momento sólo conseguía fastidiarlo. La corriente era fuerte, amenazaba con arrastrarlo hacía las piedras más abajo, si se dejaba llevar estarían perdidos eso era seguro, KangIn sintió como las manos de LeeTeuk se aferraban a su pecho con más fuerza, eso le recordó la responsabilidad que tenía en esos momentos, de él dependía que llegaran enteros a la cabaña, LeeTeuk le necesitaba y era el momento de demostrar cuan hombre era.

 

Comenzó a avanzar pisando con firmeza, con los brazos extendidos a ambos lados para equilibrarse, sintió que los ojos le ardían y descubrió con sorpresa que las lágrimas querían volver a salir, pero esta vez no permitió que pasara, tragó saliva dando otro paso y otro más, acercándose cada vez más a la tan anhelada orilla, ya casi podía tocarla si estiraba su mano, sólo un poco más y estarían en la seguridad de la tierra otra vez.

 

Conforme se acercaba, la profundidad iba disminuyendo, hasta que el agua le llegó sólo a las rodillas, por lo que fue más sencillo llegar hasta la orilla y salir del agua completamente. Un prolongado suspiro se escapó de sus labios cuando pisó tierra firme y sintió que el cuerpo de su Hyung se hacía más pesado una vez estando fuera, parecía como si toda la gravedad de la tierra se hubiera enfocado sólo en él. Comenzó a caminar, con cada paso que daba la punzada en sus costillas era más molesta, el dolor creciendo como si ese cuchillo se enterrara cada vez más profundo, destrozándole los órganos internos. Intentó no pensar en el dolor, ignorarlo pensando en otra cosa, pero no podía pensar en nada que no fuera la preocupación, la angustia y el miedo.  

 

El dolor que se volvió cada vez más constante unificándose en vez de manifestarse como molestas punzadas, logró arrancarle lágrimas de los ojos, inclusive un leve gemido se escapó de sus labios cuando ya habían caminado otra media hora, ya no sentía sus piernas, tampoco sus brazos, no era consciente de que las movía, avanzaban a través de una pradera, el pasto le llegaba hasta los mulsos, el sol había comenzado a descender un poco y ya no hacía tanto calor, el resplandor del verde de los árboles contrastaba con el azul del cielo ofreciendo un paisaje espectacular que en otra ocasión habría sido disfrutado, pero no en ese momento en que su vista sólo podía fijarse en lo que tenía al frente. Su mente sólo repetía una y otra vez: “Caminar, caminar, caminar, sobrevivir, caminar, caminar, no lo vamos a lograr… caminar, caminar…”

 

- Youngwoon - La voz de LeeTeuk sonó débil y ausente cerca de su oído, KangIn se sorprendió al escucharle, pero no dejó de caminar - Perdóname… -

 

- No hay nada que perdonar - Murmuró KangIn y se extrañó al escuchar que su voz sonaba casi tan débil como la de su Hyung y que le había costado formular las palabras.

 

LeeTeuk le apretó con más fuerza, sus brazos se aferraron a su pecho, sus dedos agarrándose a la tela de su camisa, sintió el rostro del mayor en su hombro, sintió su respiración irregular cerca de su mejilla y un cosquilleo se manifestó por su columna a pesar del cansancio y del dolor.

 

- En realidad eres muy fuerte… en realidad eres un buen dongsaeng… creo que te he juzgado equivocadamente… en realidad si me gusta estar contigo - Las palabras de LeeTeuk tuvieron el efecto de una bomba atómica en KangIn, sus mejillas se tiznaron de un rojo intenso y sintió las orejas calientes, de repente tuvo nuevos ánimos para continuar.

 

- A mi… también me gusta estar contigo - Aceptó KangIn entre dientes, caminando tan rápido como podía.

 

Entonces, como si de una aparición divina se tratase, el techo rojizo de la cabaña se vio en la lejanía, luego de un pequeño cultivo de tomates y cebollas. Una sonrisa de alivio se perfiló en los labios de KangIn, mientras la distancia que los separaba se acortaba gracias a sus pisadas. Aquello era un sueño, se iba a despertar y se daría cuenta de que continuaban en el maldito claro en medio del bosque, donde habían caído por el barranco, despertaría y se daría cuenta que nunca habían logrado cruzar el río y que la corriente se los había llevado lejos. Cerró los ojos con fuerza sin dejar de caminar, ahora sólo arrastrando los pies entre la maleza, volvió a abrirlos y el dibujo de la cabaña continuó ahí. Aquello era real. En realidad lo era.

 

Un poco más y alcanzó a divisar las cabezas de varios chicos y chicas que estaban en formados en circulo al lado de la cabaña, divisó también a varios adultos que les acompañaban, una neblina muy densa los rodeaba, se dio cuenta de que esa neblina sólo estaba en sus ojos que volvían a cerrarse lentamente.

 

Finalmente sus manos tocaron la reja, era una reja de hierro desvencijada que chilló cuando KangIn posó sus manos allí, iba a gritarles para que les abrieran pero nada salió de sus labios secos, sacudió la reja con frustración y el sonido llamó la atención de uno de los chicos que se giró, reconoció el rostro de Hangeng quien abrió mucho los ojos y comenzó a gritar algo inteligible en Chino. Al cabo de unos segundos que parecieron eternos, los chicos y los managers se habían acercado corriendo hacía ellos, KangIn escuchaba las palabras que decían como murmullos aleatorios, como si todos estuvieran hablando a través de embudos. Sintió que el peso de LeeTeuk se desvanecía y entonces se dio cuenta de que entre ShinDong y DongHae habían alzado al líder, vio que LeeTeuk tenía los ojos cerrados ¿Se habría desmayado? Se preguntó en esos segundos antes de desplomarse por completo, sus piernas no respondiendo a los impulsos eléctricos de su cerebro, escuchando su nombre ser gritado frenéticamente por todos a su alrededor, pero él comenzaba a envolverse en una tibia calidez, sus ojos se cerraron y lo último que vio fueron los zapatos de todos a su alrededor.

 

 

Continuará

 

 


Notas finales: Notas de Helsic: Casi q no llegan a la cabaña D:! hasta yo me estaba desesperando xD

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