El Ángel y el Demonio
capitulo 30
~ Fetiches y posiciones ~
Una enorme montaña de helado se alzaba frente a su cara, dos bolas de helado de arequipe, dos más de veteado de fresa con vainilla y una última bola de limón en la cima. Todo esto bañando en salsa de chocolate y mora. LeeTeuk por su parte había optado por una combinación un poco más ortodoxa, bolas de helado de café capuchino y Tiramizu bañadas con leche condensada. El mayor había cumplido con su promesa, le había invitado a un helado tal y como había dicho en la entrada de la casa del terror. No recordaba muy bien el lapso siguiente al beso, pero de alguna forma estaban ahora ahí sentados en una mesita blanca que tenía una gran sombrilla color crema sobre sus cabezas protegiéndoles de los rayos del sol. Y es que la casa del terror había estado realmente terrorífica, el maquillaje de los actores perfectamente esparcido en los rostros y sus vestimentas muy realistas al igual que los escenarios. Pero ni las momias egipcias, ni la bruja que salió volando y gritando espantosamente por encima de sus cabezas ni siquiera perfecta representación del fantasma del ‘Aro’ le había causado una descarga de adrenalina tan grande como la de esos labios húmedos en medio de la oscuridad.
Ningún espectro había sido más espeluznante que la mirada que LeeTeuk le dedicó segundos antes del beso, esa sonrisa macabra paulatinamente iluminada por la débil luz roja, era como estar viendo una visión de otro mundo. Y ese mismo chico estaba ahora frente a él con su más pura expresión de ángel apurando el helado con ganas. No habían dicho ni una sola palabra desde que compraron el helado y se sentaron en la mesita que bordeaba con el bosque, por lo que podían escuchar el canto de los pájaros y el murmullo lejano de las voces alegres de los niños y las risas de sus padres. KangIn observó a LeeTeuk por unos segundos llevándose a la boca una cucharada del helado de limón. ¿Por qué resultaba tan difícil hablar? ¿Por qué era tan complicado encontrar las palabras correctas? De alguna forma quizás, espero que la tal promesa de los ‘hermanos jurados’ fuera a cambiar las cosas.
“Vamos a confiar ciegamente en el otro... no habrán secretos entre nosotros... seremos más que amigos, seremos hermanos”
Las palabras de LeeTeuk resonaron en su mente como las campanas de una iglesia, confiar ciegamente en el otro, no habrían secretos… eso significaba que ¿debían hablar sobre sus sentimientos? KangIn desvió la mirada pues creyó que estaba siendo muy evidente y se concentró en el helado que tenía frente a su nariz. Hablar sobre lo que sentía era muy complicado, en primer lugar porque LeeTeuk le producía tantas sensaciones y sentimientos al mismo tiempo, que era como intentar ver a través de un despiadado huracán, el remolino de sensaciones que le provocaba era demasiado complicado de entender y mucho menos de explicar en palabras.
Era como estar viendo una carrera con sus sentimientos como protagonistas, al comienzo ‘Envidia’ y ‘Celos’ iban a la delantera corriendo muy iguales, luego se les unió ‘Odio’ pero rápidamente perdió constancia hasta que fue descalificado, unas semanas después ‘Curiosidad’ y ‘Respeto’ se unieron a la carrera y aunque habían avanzado considerablemente rápido aún no lograban sobrepasar a los corredores estrella, es decir a ‘Envidia’ y a ‘Celos’.
Pero hacía menos de 24 horas que la carrera había dado un giro tan inesperado que el público imaginario en la mente de KangIn había dado un brinco sobre sus asientos. ‘Deseo’ se había unido a la carrera y había igualado a ‘Envidia’ y a ‘Celos’ con una facilidad abrumadora, a su lado surgió ‘Necesidad’. Ahora deseaba a ese chico que tenía frente a él, deseaba conocerlo, deseaba descubrirlo. Y eso era inquietante y luctuoso, por que eso significaba que le gustaba y que lo aceptaba abiertamente. Que le gustaba un hombre. Se preguntó si LeeTeuk estaría sintiendo lo mismo, pues no creía que lo sucedido en la noche anterior había sido solamente porque habían jugado ‘Tu Dongsaeng quiere’ y había tenido que obedecer. El mayor lo provocó, estaba seguro de ello, le provocó de la misma forma en como lo había hecho en la casa del terror.
¿A que estás jugando Hyung? ¿Acaso quieres jugar al gato y al ratón? ¿Quieres cazarme? Me temo que no tendrás la dicha de atraparme… yo te atraparé a ti primero.
Pero aunque esos pensamientos llenos de valentía acudieran a su mente, el seguía sintiendo miedo de hablar, de enfrentar las cosas claramente y pedirle una explicación a todo lo que estaba ocurriendo. Observó como LeeTeuk lamía su cuchara untada de leche condensada y mágicamente tuvo una idea. Una buena idea. Si quería abrir una brecha entre ambos para que la confianza se diera más naturalmente debía comenzar confesando algo muy personal (así no tuviera que ver con el tema que les concernía a ambos) aquello podría ser como un pequeño paso para buscar esa tal ‘confianza’ de hermanos jurados de la que el líder había hablado.
- Hyung - Dijo entonces con un tono de voz un tanto vacilante. LeeTeuk levantó su cabeza del helado - ¿Recuerdas la revista porno que encontraste en mi habitación la otra vez? - LeeTeuk pareció confundido unos instantes antes de responder.
- Ah… si la recuerdo ¿Por qué? - Le preguntó de regreso. KangIn se llevó una buena cucharada de helado de fresa a la boca.
- bueno… la verdad es que no he hecho todas las posiciones que dije que había hecho con mi novia... - Exclamó en un murmullo avergonzado. LeeTeuk alzó una ceja como sin entender a que se refería. - En realidad llevaba poco tiempo saliendo con ella… y bueno… ella fue mi primera vez -
- Valla… no lo hubiera sospechado… cuando te conocí parecías un Dongsaeng que había vivido muchas cosas para su edad - Dijo entonces LeeTeuk con una sonrisa pura.
- Hablas como un viejo… sólo eres mayor que yo, dos años - Dijo KangIn avergonzado, pero no había burla en el tono de voz de LeeTeuk.
- Si… a veces creo que desperdicio mi vida intentando comportarme como alguien mayor - Se quedó en silencio mirando al vacío, como si entre los matorrales que había atrás de ellos fuera a encontrar la respuesta a todas sus enigmas - Así que… esa tonta… fue tu primera vez… que mala suerte -
KangIn no supo si decir algo referente a lo primero o si continuar con lo segundo, sentía mucha curiosidad por descubrir a ese chico que tenía frente a él, por saber todo de él.
- Así es… pero a decir verdad nunca pensé en mi primera vez como algo importante, simplemente las cosas se dieron porque estábamos solos y yo no sabía que tipo de persona era ella en realidad - Se justificó enterrando la cuchara en el helado.
No la conocías porque eras un desgraciado perro que salía con cualquier chica que fuera bonita, no la conocías porque no te importaba descubrirla, porque no querías conocerla, con que te luciera como un trofeo era suficiente para tu maldito ego.
Su mente le recriminó severamente, pero tenía razón. Era absolutamente cierto y no le enorgullecía recordarlo.
- Las primeras veces siempre son importantes - Dijo entonces LeeTeuk, cortando su monologo interior - No importa lo que sea, porque te arriesgaste a hacer algo que antes no te atrevías, porque diste un paso y a veces necesitas dar esos primeros pasos para cambiar la rutina, para quemar etapas… y entonces realmente eres conciente de que estás viviendo-
Las palabras de LeeTeuk fueron tan abstractas que tuvo que tomarse unos minutos de más para procesarlas en su disco duro. Se quedó mirándole con notable curiosidad, como si frente a él tuviera una fuente infinita de sabiduría y en cierta forma aunque sólo hubieran dos años de distancia entre ellos dos, era como si LeeTeuk le llevara una vida entera, no en experiencia, pero si en madurez. Lo que resultaba contrastante con la manera casi infantil en como le había chantajeado la primera vez para que hiciera lo que él quisiera, su comportamiento era tan extraño como fascinante.
- Me haces sentir como un estúpido - Murmuró KangIn como un niño pequeño que le hace el reclamo a su madre por no dejarle jugar con los cuchillos de la cocina. LeeTeuk esbozó otra sonrisa tranquila y se llevó un poco de helado a la boca.
- Yo también te mentí - Dijo lamiendo la leche condensada que resbalaba descuidadamente por la cuchara - No es cierto que halla hecho todas las posiciones de la revista - KangIn levantó la cabeza con interés. - En realidad siempre lo hicimos de la misma forma, nada fuera de lo común… aunque hubiera querido hacerlo… no hubiera podido pedírselo… hubiera sido demasiado vergonzoso - Finalizó.
- ¿Y porque me mentiste? - Preguntó KangIn con curiosidad.
- Hubiera sido más vergonzoso que mi Dongsaeng fuera más experimentado que yo - Dijo y KangIn pudo notar el leve carmesí en sus mejillas.
- Eres un tonto ¿lo sabías? - Exclamó KangIn con una sonrisa amplia. Ahí estaba de nuevo, esa inestable mezcla de sensatez y niñerías.
- Si.. lo se - Aceptó LeeTeuk bajando de nuevo la mirada. - Entonces… ¿Cuál es la posición que más te gusta? - Preguntó el mayor como recuperándose de su propio letargo. KangIn se sonrojó.
- ¡Hyung!... ¡eso es muy personal! - Se quejó escondiéndose tras el helado.
- Ahora somos Hermanos jurados podemos confiar en el otro - Dijo LeeTeuk y una sonrisa se dibujó en su rostro suavemente como una pintura hecha con tizas pastel.
- No se… no he probado muchas… - Dijo KangIn sintiéndose cada vez más avergonzado - Quizás me faltan muchas por conocer… así que no podría decir una en especial… - LeeTeuk apoyó los codos sobre la mesa y a su vez su cabeza en las manos.
- ¿Y cual es tu fetiche? - Agregó con tanta naturalidad, como si le estuviera preguntando por su talla de zapatos. El rostro de KangIn se puso tan rojo que se confundió con el color del helado de fresa.
- ¡Hyung! - Se quejó de nuevo - ¿Por qué preguntas esas cosas? Eso… eso es muy personal -
- No seas tonto, los amigos hablan de sexo y es completamente normal - Respondió LeeTeuk alzándose de hombros. KangIn recordó que una que otra vez había hablado de sexo con sus compañeros de la escuela, de hecho una vez uno de ellos había contado como había sido su ‘noche’ con su novia con todo lujo de detalles mientras los demás hacían comentarios guaches al respecto. Era completamente normal y lo sabía. ¿Por qué se sentía tan intimidado?
Estás intimidado porque no puedes evitar buscarle el doble sentido a todo. Te avergüenza porque ese chico que tienes al frente tuyo podría hacer realidad esas fantasías…
Sacudió la cabeza con energía para alejar esos últimos pensamientos insanos. Y LeeTeuk pareció adivinar sus pensamientos o por lo menos suponer que estaba muy avergonzado.
- Vamos… no seas tonto, yo ya te conté sobre mi fantasía… lo de la escuela ¿recuerdas? - Dijo LeeTeuk y también pareció un poco avergonzado - Me gustan las chicas de cabello largo y ojos con forma de media luna- Agregó.
- Eso no es un fetiche - Respondió inmediatamente KangIn notando que su helado ya se estaba acabando - Pero si te refieres a algo así… bueno… me gustan las chicas que tengan bonitos dedos de los pies, si… unos bonitos pies - LeeTeuk arqueó una ceja el escuchar aquello.
- Y me gustan los uniformes de Colegiala - Exclamó LeeTeuk como si se le hubiera olvidado decirlo antes - Me parecen realmente lindas y sexys con esas falditas… - LeeTeuk pareció perderse en algún punto muy lejano a esa mesa en la que ahora estaban, KangIn imaginó que estaría recordando a alguna chica con la falda de colegial especialmente corta.
- Pervertido - Dijo KangIn y río.
- ¿Pervertido? ¿Acaso no es más pervertido fijarse en los dedos de los pies? - Le reclamó LeeTeuk pero también estaba riendo.
- Pareces un Japonés… de esos que mueren por los pantys y persiguen a las colegiales para tomarles fotos - Exclamó KangIn y estalló en risas al ver como LeeTeuk se ponía tan colorado como el helado de fresa.
- ¡Pues tu pareces un Americano! ¡De esos que le besan los pies a las chicas! - Respondió LeeTeuk azorado. KangIn rió más alto.
- Como se nota que hemos visto muchos tipos de porno - Finalizó luego de parar de reír, LeeTeuk se llevó una cucharada llena de helado de capuchino a la boca y infló los cachetes en señal de protesta. - Si quieres ver colegialas ven a mi colegio - Finalizó con una mirada pícara.
- Ya te dije que no soy un pervertido - Le reclamó con las mejillas aún muy llenas de helado. - A propósito de tu colegio… ¿Cuándo te gradúas? -
- En unos 15 días más o menos… eso espero - Respondió sin pensar y de repente recordó lo que su madre le había dicho sobre la celebración, semanas atrás cuando les había visitado. Su madre quería una gran fiesta con todos sus compañeros de clase y él le había dicho que prefería una cena más íntima. Se preguntó por unos instantes en si sería correcto invitar a su Hyung a esa cena con sus padres.- Oye Hyung… mis padres harán una modesta cena… por mi graduación… -
- ¿Quieres que valla? - Pregunto LeeTeuk y sus ojos brillaron saltones como los de un niño a quien le prometen un juguete nuevo.
- Ehh… pues si no tienes otra cosa que hacer… y si tienes tiempo libre… - Comenzó a decir KangIn incómodo, temía que el color volviera a sus mejillas de nuevo y no quería sonrojarse por tal tontería, así que tomó el teléfono y llamó a su casa, su madre contestó al tercer timbre. - Hola mamá… ¿Cómo estás? Yo estoy bien… si aquí estoy con un amigo… con mi Hyung… ehh… si… con ese… si con el fastidioso… si… Oye mamá ¿Cuando harás la cena por mi graduación?... Ahh… ¿Adelantaron el viaje? Oh bien… llevaré a mi Hyung… si… ese mismo el fastidioso… Oh no te preocupes no se está aprovechando de mi… no claro que no… ¡me cuidar sólo! No te preocupes Ma… es… un… buen Hyung… -
Cuando KangIn colgó estaba realmente colorado y LeeTeuk lo miraba de manera inquisitiva.
- Bien… comencemos por aclarar eso de ‘fastidioso’ ¿Soy el Hyung fastidioso? - Le reclamó LeeTeuk llevándose las manos a la cintura. KangIn se preguntó porque las madres tenían que ser tan exageradas, aunque claro había sido él quien le había dicho a su madre que el líder del grupo era un ‘Creído, arrogante y fastidioso Hyung’ por supuesto, no le haría saber a LeeTeuk los demás adjetivos con los que lo describió.
- No le hagas caso, así son las madres - Dijo intentando quitarle importancia y salir del momento incómodo - Como sea… la cena será el próximo sábado a las 7 de la noche -
- ¿Pero no te gradúas en 15 días? - Preguntó LeeTeuk comiendo la última bola de helado que le quedaba.
- Si… pero mis padres adelantaron el viaje que tenían pendiente y estarán para esa fecha - Le explicó terminando también su helado
- Umm pues no se… déjame ver mi agenda - Dijo LeeTeuk tomando una agenda imaginaria en su mano derecha -
- ¡Hyuuuuung! - Se quejó KangIn haciendo un puchero y arrugando el entrecejo.
- Bueno… al parecer cancelaré mi excitante noche de adulto con Hangeng y Heechul para ir a una casta y tranquila cena con los padres de mi Dongsaeng - Exclamó sonriendo.
- Tonto - Murmuró KangIn aún con el entrecejo fruncido. - No te estoy obligando… - Al decir esto fue conciente de que si quisiera podría ‘obligarlo’ a ir, pues tenía el control, sin embargo descubrió que no quería obligarle, quería que fuera por su propia cuenta y eso le molestó consigo mismo, le hizo sentir débil y patético.
- Estoy bromeando - Finalizó LeeTeuk con una nueva sonrisa de esas que le hacían temblar las piernas - Claro que voy a ir -
Luego de esto KangIn no supo que decir y decidió que comer helado era una mejor idea pues no tenía que hablar y se metió toda la cantidad que pudo en la boca hasta que se le destemplaron los dientes y tuvo que cerrar los ojos sintiendo el frío subiéndole por el entrecejo.
Terminaron de comer el helado y luego fueron a dar un paseo por ahí, LeeTeuk quería montar en la enorme rueda de Chicago, pero KangIn se negó rotundamente argumentando que era aburrida. En realidad no quería imaginarse todo lo incómodo que sería pasar todo ese tiempo sentado solo en esa cabina tan pequeña con su Hyung dando la lenta vuelta. ¿De que iban a hablar? Si la conversación se tornaba incómoda y llegaba a colación el tema del beso en la casa del terror, no tendría forma de escapar. Así que fueron a los Autos Chocones, al Barco Pirata y de nuevo a la montaña Rusa (KangIn creyó que devolvería todo el helado y por la cara que tenía LeeTeuk al bajar se dio cuenta de que sentía lo mismo) y hacía el final de la tarde cuando el sol comenzaba a morir en las montañas y el débil violeta azuloso comenzaba a esparcirse por el cielo, ambos se encontraban satisfechos y con ganas de regresar a casa.
Cuando llegaron a la casa, luego de pasar un buen rato en el Tren, lo que encontraron fue a unos muchachos con los rostros muy desconectados. Desconcierto era poco, en realidad era una mezcla de miedo, preocupación e incertidumbre (SungMin tenía una auténtica expresión de horror) y a los pocos minutos se dieron cuenta del porque.
Habían dejado las botellas de licor y los vasos en la habitación (Junto a los globos y demás adornos que había colgado LeeTeuk) y sólo una de las dos camas estaba revolcada como si hubiera pasado un ciclón por ahí, había ropa tirada por el suelo (las Pijamas) y para completar el macabro cuadro, había gotitas de sangre sobre la mesa de la cocina y al lado de los platos sucios donde habían comido, estaba el cuchillo que ahora lucía el filo ligeramente teñido de rojo oscuro con la sangre seca.
KangIn se quedó unos segundos intentando organizar en su mente una explicación coherente y creíble para todo ese revoltijo, pues DongHae lo miraba con pánico mientras se escondía atrás de Eunhyuk. Miró a LeeTeuk y por primera vez no le vio una expresión confiada en el rostro, nada de sonrisitas burlonas o miradas de autosuficiencia, tenía una sonrisita nerviosa y parecía estar buscando al igual que él una forma de salir de esa incómoda situación. Como un acto inconciente, ambos escondieron tras su espalda las manos donde tenían las venditas que cubrían los dedos previamente cortados para el pacto.
