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Los Elegidos por Lise

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Notas del capitulo:

¡¡¡Hola!!! Como andan? Espero que bien!

Yo estoy de vacas por fin ¬¬ !! así que pude terminar de corregir los últimos dos capítulos y acá se los dejo  ^___^   !!! Espero que les guste!



Preguntas
Existe tal cosa como el destino? Si así fuera, esos ojos estarían esperando por él en algun lugar, y el los encontraría. Pasó el tiempo y noche a noche sus sueños le regalaban mas miradas, ahora podía ver que su recurrente sueño no solo era dueño de unos cálidos ojos marrones, tambien pudo ver unos mechones rubios adornando un bello rostro que solía sonreirle. Sin embargo, en alguna noche indeterminada esos ojos comenzaron a mirarlo con tristeza, con soledad, como pidiéndole, o mas bien rogandole que lo busque y que lo encuentre, para asi poder estar juntos... le decía que solo ellos podían llegar a amarse en tal magnitud, sentían un gran vacío y podian hacerlo desaparecer con aquella persona que sabía lo que era sufrir de esa manera. Ban no llegó a reflexionar todo esto pero lo sentía. Ese ser lo quería, lo amaba y se lo comunicaba con sus ojos, los cuales mejor que las palabras le decían que lo necesitaba desesperadamente... Entonces Ban despertaba nuevamente sobre una almohada humedecida, lloraba de impotencia... ¿Como encontrarlo? (daba su cabeza contra la pared) O aún peor ¿que tal si no existía? Quizás nadie lo estaba esperando... (despedazaba las raídas sabanas sobre las que dormía) Tal vez fuese todo un maldito juego de su mente y él estaba realmente solo... pero no, habia algo en el que lo conmovía y le aseguraba que eran mas que imagenes. Entonces se recostaba nuevamente un poco mas tranquilo. Los días pasaban y Ban, por cobardía, miedo o simple abulia, no salió a buscar a su compañero. Sentía que era una locura, jamás lo encontraría, pero aun así no podia evitar pensar que aun sin haberlo tocado nunca sería la persona mas importante de su vida.

Bajo la luna
Hubo un día, que por alguna razón que Ban no conocía -ciertamente desconocía todo lo que sucedía fuera de los límites de su piel- lo echaron sin explicaciones de la deplorable habitación que tenía como hogar, dejándole solo sus sueños, sus pensamientos y la desgastada ropa que llevaba puesta... de todas formas tampoco tenía mucho. Cuando lo expulsaron, no se opuso, solo se limitó a salir lentamente del edificio. Pensó un poco y se dijo que seguramente los vecinos se habrían quejado de gritos y golpes que se sucedían noche tras noche, rió sin ganas pero no se detuvo a pensar mucho en ello. Otro pensamiento empezaba a manifestarse; realmente, quizás ahora sin un maldito lugar para vivir fuese el momento indicado, para terminar de desaparecer. Ser realmente nada, dejar de respirar y de sufrir. Sin darse cuenta mientras pensaba en esto, se encontraba caminando, sus pies se movían por inercia a través de kilometros y kilometros. Entonces el sol abrasador del verano daba lugar a una hermosa luna llena, matizada con finas nubes que amezaban con robarle su esplendor.
Adentrado en el centro de la ciudad, Ban comenzó a cruzar un puente. Veía pasar escasos autos debajo de él cuando su mirada se vio intimidada por una imponente estructura que lo estremeció. Era un edificio gigantesco que le transmitió, un sentimiento oscuro y desolador. Sonrió pensando lo bueno que sería poder arrojarse de allí, seguro que no sentiría nada al chocar contra el suelo:
- Podría volar, sentir el aire en el rostro y morir, pero por lo menos sentir por aquellos ínfimos segundos lo que es sentirse libre- estas palabras las pronunció sin darse cuenta aunque para sí mismo, en voz alta... y fue entonces cuando se sobresaltó al notar que en el otro extremo del puente alguien, lo había estado observando y escuchando. Sin saber que hacer, se quedó pasmado, estaba estupefacto, habia perdido en tal magnitud el contacto con la gente, que las personas eran totalmente extrañas para él, seguramente hasta su propio reflejo le hubiese producido el mismo temor. Segundos después, aquella persona comenzó a avanzar hacia él, en forma indecisa pero continua. Se vio intimidado y aterrorizado hasta la desesperación y entonces se desvaneció, dejándose caer por sobre el barandal hacia el asfalto, sin dudas una extraña fuerza lo empujó a hacerlo...

Sin embargo, la caída se vio truncada, su cuerpo quedó colgando, y podía ver pasar a los autos bajo sus pies. Notó que otro brazo lo sostenía, levantó la mirada y los vió... no había dudas... eran esos ojos... Pero entonces, ¿todo esto era un sueño? Todo se sentía tan real. Definitivamente ya no entendía nada. Se vió tan asustado que bajó su mirada hacia el asfalto mientras todo su cuerpo era jalado hacia arriba por aquel extraño. Con gran esfuerzo lo subió por el barandal y ambos cayeron sobre el suelo del puente. Luego de milésimas de segundos que fueron eternas levantaron sus rostros con timidez y se miraron. Se miraron como quienes no pueden dar crédito a sus ojos de lo que estan observando. Aunque ya era tarde y la ciudad permanecía aún algo ruidosa caía sobre ambos un gran silencio, el tenue viento movia los cabellos de ambos, y se escuchaba el llanto de los insectos que suelen invadir la ciudad durante el verano, pero todo ello era ajeno, los elegidos se encontraban a millas de distancia de allí. Finalmente el silencio se vió roto por una voz que hablaba temerosa, y a la misma vez, ansiosa:

-Mi nombre es Ginji... Ginji Amano, tu...- el extraño no pudo seguir hablando y se dispuso a esperar una respuesta que no llegaba. Ban continuaba con la mirada clavada en él pero aún no podía articular palabra. Entonces Ginji se dispuso a continuar, aunque ahora con un poco mas de duda y de temor...

-No quiero molestar- decía mientras sonreía con incomodidad y revolvía su rubia cabellera. Hablaba con decisión pero su voz fue perdiendo fuerza hasta hacerse casi inaudible.

-No quiero molestar, de ello me disculpo ya mismo, pero necesito pedirte una cosa... no, mejor dicho... te lo ruego- esto dejó anonanadado a Ban que no podía dejar de mirarlo ahora con sorpresa y algo de suspicacia. Habia pensado miles de veces lo que le diría a ese niño de cabellos dorados cuando lo encontrara pero estaba petrificado, no era capaz de razonar claramente y mucho menos de hablar. Sin embargo Ginji invertía todas sus energías para hacerlo, su voz se oía extremadamente cansada pero segura...

- Dime quién eres...tu nombre, que haces, que es de tu vida... por favor, te lo ruego... solo dimelo- Su pedido se torno un ruego desesperado. Por sus mejillas comenzaron a rodar tibias y trasnparentes lágrimas. Aunque se encontraba anonadado, Ban juntó fuerzas para hablar, le costaba dejar de pensar en que esos ojos se veían igual de bellos que en sus sueños. Esta vez denotaban tristeza pero aún así iluminaban con su luz la oscura noche.

-¿Que? ¿Como... dices?... Yo, no te entiendo ...- fue lo único que Ban fue capaz pronunciar. La respuesta no se hizo esperar.


- Quiero saber quien eres... Es dificil de explicar y tampoco espero que me creas pero yo te conozco... Lo siento, se que esto no tiene mucho sentido- el rubio ahogó sus palabras, las escuchaba y temía las consecuencias, pero sabía que debía seguir hablando. Entonces levantó su rostro y miró a Ban fijamente, no solo sabía que era él, estaba seguro, era él quien lo visitaba mientras dormía y le contaba su historia.

-Quiero saber quién eres, porque de cierta forma yo te conozco y eres muy importante para mi- Ban se quedó estupefacto frente a esta confesión, esas eran sus líneas, las mismas que no se animaba a pronunciar. Pero Ginji se había atrevido y ahora estaba decidido a continuar.

-Yo soñaba contigo y me contabas tu historia. Aunque no creas nada de esto me alegra mucho haberte encontrado, porque ni siquiera sabía si en realidad existías... y aun así me hiciste muy feliz ¿sabes?... porque fuiste la única persona que me miró con verdadero amor-

Fin
Notas finales:


Guaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa espero que les haya gustado! todavia no puedo creer que me haya animado a subirlo jeje  ^___^ (confieso que el final lo reescribí quichicientas veces hasta que mas o menos me gustó ¬¬)

Muchas gracias por su tiempo!!

¡¡¡Besos!!! Se cuidan!

Lise


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