Rick llegó al hotel. Entró a la habitación y no vio a Max, sólo escuchó el ruido del agua de la regadera. Al entrar, lo vio, aun vestido, en la bañera. El chico lo miró y le sonrió por debajo del chorro de agua, que no le ayudó a cubrir sus lágrimas. Sin poder guardarlo más decidió contarle todo a Rick, todo lo que su alma ya no podía guardarse. Le contó cómo, de la manera más sucia, los Blitzkrieg boys habían sobrepasado sus propios límites; de cómo Kai y Tala lo habían desvirginado de forma cruel y brutal; de cómo, aun escuchando sus suplicas llenas de dolor, excitación y sangre, ellos no pararon, continuaron montado en el aumentando la intensidad del dolor en su sexo y en todo el cuerpo. Rick comenzó a acariciarle el cabello, y Max tomó su mano, como para encontrar refugio; se puso de pie, y algo en su mirada hizo que Rick entrara a la ducha con él, y abrazándolo, continuó acariciando su cabello.
-Rick, ya no quiero que pase de nuevo…
-Serìa bueno…no sé; que hablaras con alguien.
-No, no quiero hablar con mamá, no sabría como decírselo…y papá… bueno, de cualquier modo, tampoco podría explicárselo si estuviera aquí…
-Max…
-Se lo diré a Tyson; él es muy democrático… estoy seguro de que él sabrá qué hacer.
-Espero que tengas razón
Max abrazó a Rick, y este tomó su quijada sonriéndole. El chico pasó su mano por el abdomen de su compañero mayor y este por la espalda de su amiguito.
-Rick…hubiera preferido que fueras tú en lugar de Kai…
Rick lo miró confundido.
-¡Baka!
Max miró a Tyson.
-Tyson…
-¿Cómo te atreves a decir eso de Kai? Él nunca haría algo como eso.
-Tyson, escucha…
-Nada, basta, cállate, ¡Baka! No quiero volverte a oír decir que Kai podría hacer algo como eso.
-Pero es que es cierto.
-Tú estás molesto por que perdiste contra él; aprende a perder, Max.
Max lo miró molesto. Estaba a punto de salir de la habitación, cuando escuchó a Tyson decir:
-Además, por qué hacerlo contigo y no conmigo.
Sin poder decir otra cosa se fue. Era obvio que Tyson estaba seguro que su excompañero era un santo. Enfureció tanto que no se preguntó por la última frase.
Max estaba desesperado. No sabía qué hacer. Si Tyson pensaba eso de Kai, era obvio que otras personas lo creerían también. Pero no podía permitir que esto continuara. A cada ciudad que fueran, sería lo mismo, en cualquier oportunidad que tuviera, se aprovecharía para corromper su pobre alma y su inocencia. Ya era suficiente, había que parar esto si no quería volver a oír la frase de “¿Te gusta, estrellita?”.
Y, a sabiendas de que todo estaba en su contra, decidió poner un alto definitivo.
Se levantó de la cama, se vistió, escribió una nota y la puso junto a Rick. El último párrafo decía:
“…y ya no aguanto más, no puedo soportarlo, por eso tomo esta decisión. Por favor, no le
digas a nadie mi razón, yo pensaré cómo explicar”
“Max”.
Max tomó el arma de su amigo y salió. Se acercó al cuarto de los Blitzkrieg boys y pasó una nota, tocando tres veces. Al escuchar que alguien hablaba, corrió escaleras abajo, mientras la lluvia comenzaba a empapar la ciudad.
Kai y Tala llegaron al lugar citado, un callejón, y vieron a Max. Sonrieron.
-Mira, Kai,-dijo Tala- Max va al gimnasio.
Max llevaba una mochila de gimnasia, donde, obviamente, escondió el arma, cuyo mango acariciaba lleno de esperanza.
-Eso es bueno -dijo Kai- necesita fortalecer ese lindo trasero que tiene.
-Si, por que Brian dice que él y Spencer desean probarlo.
Ambos rieron. Max sólo escuchaba, cuando sacó el arma. Y, mientras caía un trueno, dio un disparo. Una bala expansiva se incrustó en el cuello de Tala. Kai lo miró caer.
-Max.. -murmuró- lo siento…perdón…
Un segundo trueno cubrió la ciudad y el sonido de una bala perforando el cráneo de Kai.
La lluvia no cesó. Cubrió la ciudad. Limpió las calles. Limpió el arma en el suelo del callejón. Limpió la sangre de los Blitzkrieg boys en el callejón.