Capítulo 2: El lobo solitario en la manada desconocida
Uno a uno los caballeros fueron ocupando la mesa del comedor, salvo Hyoga y Shun que estaban en la cocina (también se turnaban para hacer el almuerzo y la cena) aunque por suerte para ellos Camus y Milo se ofrecieron para ayudarlos. Ikki llegó a lo último justo antes de empezar a comer. Shun - que estaba frente a Ikki - lo observaba de reojo, la mirada del Fénix era totalmente impasible y fría. …ste tan solo se concentró en su plato evitando las miradas de su hermano (pues se había dado cuenta de ellas). Sin embargo Shun no era el único que observaba a Ikki, también otro caballero lo miraba desde la otra punta de la mesa, Ikki le dirigió a Shaka una de esas miradas que dicen "No me molestes entrometido". "¿Por qué me mira?" - se preguntó el Fénix - "¿Acaso no le advertí que no se metiera en mi vida?". Ikki observaba a cada rato de reojo a Shaka, quien siempre le dirigía una mirada clara llena de paz y compasión. "No necesito que nadie me ayude, y menos un entrometido como él" - se decía a sí mismo -. Sin embargo lo que más ansiaba Ikki era ayuda, apoyo y mucho amor. ¿Pero dónde lo encontraría?
Luego del almuerzo los caballeros salieron de la mansión para recorrer un poco la ciudad, invitaron a Ikki pero éste dijo que no quería ir. Shun quiso quedarse con su hermano, pero lo pensó mejor y decidió irse pues supuso que Ikki deseaba estar solo. El Fénix los observó irse a todos desde la ventana de su habitación y desde allí puso ver que Shaka volteaba y lo miraba para luego continuar con el resto de los caballeros. A Ikki lo turbó eso, "¿Qué demonios quiere ese conmigo? ¿Qué le pasa?"- pensó -
Ikki: - hablando solo - Vaya... hasta el idiota de Tatsumi tiene algo que hacer.
A el jamás le gustó andar en grupo, si... un lobo solitario. En el fondo siempre envidió esa unión existente entre Seiya, Shiryu, Hyoga y Shun, y siempre sintió que por más que el quisiera nunca iba encajar en el grupo. En realidad esto no era así, pues los chicos de bronce siempre quisieron a Ikki.
Para no quedarse solo en la mansión Ikki salió a caminar, solo, como siempre hacia. Sus pasos lo llevaron lejos, dejó la zona residencial y se adentró en la ciudad. Vio gente, mucha gente y eso lo turbó un poco. No porque no le gustaran los espacios abiertos, el problema era que el se sentía extraño entre tanta gente junta. El lobo solitario se sintió extraño entre la manada desconocida ¿Qué era lo que realmente buscaba el Fénix? Sus pasos lo llevaron a una plaza, también atestada de gente. Veía a niños jugando con sus familias, abuelos con sus nietos, niños más grandes jugando al fútbol, etc. Vio a dos niños pequeños jugando en el arenero, ambos muy parecidos. El más grande consolaba al más pequeño que lloraba porque se había caído. Eso le trajo recuerdos de su infancia con Shun, que siempre había sido un llorón, el solía llorar cada vez que se lastimaba al caerse. Luego vio a una pareja joven besarse y eso le produjo nostalgia. "Si tan solo ella estuviese aquí conmigo" - se decía para sí mientras una silenciosa lágrima surcaba su bronceado rostro -. Su corazón se estaba resignando a nunca disfrutar el amor. Ver a esa joven pareja lo hizo sentir más solo y eso le dio mucha bronca, por lo que se fue de la plaza para que sus pasos lo llevaran a algún lado. Y las horas pasaron, cuando quiso ver ya eran las nueve de la noche y de seguro ya estarían cenando, por lo que decidió comprar algo de comida a la pasada y cenar en la ciudad, solo, como siempre. Pues el siempre se sentía solo aunque su hermano y amigos estuvieran físicamente a su lado. Aun así su ausencia preocupó a los caballeros y a Saori que también se había dado cuenta de la tristeza de Ikki.
Ikki regresó luego de la medianoche y cuando abrió la puerta de entrada se encontró a Saori, que lo esperaba.
Saori: - Ikki, ¿Cómo estas? - preguntó -
Ikki: - con sarcasmo - Vaya, ¿Estuviste esperando aquí para ver a que hora llegaba?
Saori: - No me malentiendas Ikki, hace tiempo que te noto alejado de nosotros y siempre estas de mal humor. ¿Acaso te pasa algo?
Ikki: - ¿Y desde cuándo te interesa mi vida?
Saori: - Eres mi amigo y te estimo. Tan solo deseo saber si necesitas mi ayuda, sabes que si necesitas a alguien que...
Ikki: - interrumpiendo a la chica - Saori, no necesito tu ayuda ni la de nadie - dijo mientras se retiraba a su habitación -
Saori: - casi susurrando - Ikki...
Ikki se disponía entrar a su habitación sin embargo prefirió ir a la cocina a buscar alguna cerveza (siempre quedaba alguna en la heladera) y subir al balcón del primer piso. En el primer piso de la mansión había un balcón muy bonito con algunas reposeras, la vista daba al enorme jardín. Tras la ventana había un sofá muy cómodo con una mesita baja, allí Ikki solía leer algún libro o tan solo mirar las estrellas cuando afuera hacía frío. Se sentó en el sofá a tomar la cerveza y a atormentarse con sus pensamientos. Al rato se quedó dormido.
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