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El Extraño Juego De Neji Y Shikamaru por Nessa Yaoi

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Capitulo II -  Cayo Uno, Falta Uno

 

      Cuando de correr se trataba, no había ninjas más rápidos que Naruto y Kiba, ambos dieron todo lo que podian en su carrera para alejarse de aquellos que los atosigaban con sus indirectas bien directas y al punto, pasaron la gran puerta como si fueran estrellas fugases, los cuidadores en turno ni siquiera pudieron verles las caras, más atrás entraron los perseguidores, que si tuvieron que detenerse, ya que Shikamaru como chunnin que era,  tenia que confirmar el arribo para el estricto control de la Godayme, lo que hiso que los dos escapados se perdieran de sus vistas.  

- ¿Qué vamos hacer ahora? Seguramente,  en estos momentos deben estar buscándonos por todas partes, recuerda que Neji es como un telescopio ambulante - decía el Inuzuka tratando de tomar respiración.

- Da igual, ahora que estamos en la aldea, les será más difícil seguir con sus tonterías - sentándose en la explanada arriba de la montaña de los Hokage.

- ¿Tú crees? Después de lo sucedido, que se queden quietos, es más difícil que cortar un árbol con una lima de uñas - descansando junto al gitsune.

- Se me ocurre que podríamos...

- ¿Qué? ¿Escondernos en una cueva? Ni eso los detendría.

- Lo que quiero decir es, que de ahora en adelante, debemos rodearnos de personas cada vez que salgamos a la calle, pegarnos a cualquiera por así decirlo, no creo que se atrevan  hacernos algo en presencia de alguien más, ¿Tú qué piensas?

- Mmm... no es mala idea, podría funcionar.

- Para ti más que para mí, recuerda que vivo solo, al menos tú tienes familia y dudo mucho que Shikamaru valla a molestarte a tu casa.

- Es cierto, ¿Quieres que me quede contigo?

- Claro que no, no tenemos porque llegar a los extremos por culpa de esos dos idiotas, ya me las arreglare, ¿Qué te parece si vamos a desayunar al Ichiraku?

- Sera donde primero nos busquen.

- Que más da... - dirigiéndose al puesto de ramen.

- ¿Quieren ordenar algo, muchachos? - pregunto el dueño del Ichiraku al Hyuuga y al Nara, ya que estaban parados a ambos lados del puesto de comida.

- Esperamos a alguien - contesto Shikamaru.

- ¿No te lo dije? Ahí están... como sabuesos esperando sus huesos para roer.

- Solo ignóralos, pero si desean pagar la cuenta, déjalos que lo hagan, creo que nos lo tenemos ganado, ¿No te parece? - pasando las cortinitas y tomando asiento.

- ¿Dónde se habían metido? - interrogo el Hyuuga sentándose junto al gitsune.

- ¿Es broma? Y lo pregunta un sujeto con ojos que pueden ver hasta la ropa interior que estas usando, lo que de por si ya es bastante patético - tomando los palillos para el ramen.

- Si pudiera hacer eso, no estaría tan ansioso por ver tu cuerpo desnudo, cosita linda - poniendo su mano en el muslo de la cosita linda, quiero decir del rubio y deslizándola hasta su entrepierna, lo que causo que casi se atragantara con el ramen.

- ¿Qué demonios...? ¡Me llevo el resto a casa! -  grito el rubio al dueño.

- Póngalos todos para llevar, por favor, comerás conmigo, ¿Cierto, cachorro? - dijo el Nara pagando la cuenta.

- Lo hare en casa, Akamaru también necesita comer, nos vemos... y espero que no sea muy pronto - tomando la bolsa con su ración y dirigiéndose a su casa.

- ¡Recuerda lo que te dije, Kiba! - haciendo lo mismo que el anterior.

- ¿No va tan mal, eh? todo es cuestión de seguir insistiendo - comento el Nara.

- Nos vemos más tarde, quiero ir a casa darme un baño y descansar un poco - chocando su mano con la del Nara para después cada quien tomar el camino hacia su casa.

- "¡Kiaaa, el muy atrevido! ¿Cómo fue capaz de...? Ni siquiera le importo que estuviéramos en publico... bueno, con el viejo del Ichiraku ¡Pero eso no es lo importante! Creo que la estrategia que pensé no servirá de nada, parece que hubiera botado la vergüenza a la basura, le da igual si estamos solos o no ¡Esto es una catástrofe! Me voy a dormir, después del desayuno claro" - poniendo la bolsa sobre la mesa - Creo que primero tomare un baño.

      Después de asearse y sentirse más relajado,  se sentó a comer su desayuno, con mucha más tranquilidad, que cuando estaba en el Ichiraku y al lado del castaño,  con su barriga rellena y contenta,  fue a la habitación y se tiro en la cama, coloco la almohada entre sus brazos y piernas y se dispuso a dormir, lo que sucedió rápidamente. Un par de horas después, aun permanecía en el país de los sueños sin darse cuenta que tenia compañía, el Hyuuga lo observaba apoyado en la pared junto a la ventana, que el tonto gitsune, olvido serrar, que mala manía la del rubio, cansado de la distancia, el ojiblanco se acerco a la cama y se sentó a su lado con la espalda apoyada en el cabecero, deseaba tocarlo, pero al mismo tiempo no quería despertarlo, pues sabia muy bien que el escándalo de rubio seria mayúsculo, así que solo se conformo con mirarlo por un rato y antes de marcharse coloco unas flores sobre el mueble donde estaba la foto del equipo siete, clavo su mirada en la figura del Uchiha y la dejo boca abajo, luego de eso abandono la habitación.

- Mmm, que delicioso aroma... ¿Qué será? Parece muy cercano - abriendo los ojos - ¿Flores? ¿Quién pudo...? ¡Maldita sea! ¡Seguro que es cosa de ese baka! ¿Cree que puede entrar a mi casa cada vez que se le antoje? - agarrando las flores con intención de botarlas al cesto de la basura, pero se detuvo - Pobres, ellas no tienen la culpa de nada - aspirando el aroma - Hasta podría decir... que es un buen detalle ¡Despierta y déjate de tonterías! O me retorceré el cuello a mi mismo por idiota - golpeando sus mejillas con las manos - Un candado, necesito un candado para la ventana, ¿Pero que estoy diciendo? No voy a ser un prisionero en mi propia casa - vistiéndose para salir a la calle y perderse por ahí.

- ¡Kiba, Shikamaru ha venido a buscarte! ¡Oe, Kiba! Enseguida estará aquí - decía la hermana del Inuzuka.

- No hay prisa, puedo esperar - dijo el Nara parado ante la puerta del patio con las manos en los bolsillos.

- "¿Y ahora que? Las sugerencias de Naruto no sirven de nada" ¿Qué se te ofrece? - parado en medio del patio sin llegar a la puerta.

- Necesito que vengas conmigo - en tono impasible y sin ningún cambio en su rostro.

- Si no se trata de algo oficial, no me interesa - dijo el cachorro.

- ¡Kiba, no le hables así a Shikamaru! Recuerda que es un chunnin, por Kami - lo reprendió su hermana dándole un coscorrón en la cabeza.

- ¡Oye, eso duele! Vaya actitud - sobándose la parte del golpe.

- Y te dolerá aun más, si no atiendes la petición de Shikamaru, ¿Entendiste? - mostrándole su puño.

- Si, si, no le ayudes, hermana - dijo con sarcasmo sabiendo que el Nara se traía algo entre manos

- ¡Kiba! - grito la mayor perdiendo la paciencia.

- Ya entendí, ya entendí, espera un momento - entrando a la casa por su chaqueta.

- Nos vemos, Shikamaru, quedas en tu casa - dijo la chica despidiéndose del Nara.

- Vamos - ordeno el de cola de caballo al ver salir a su cachorro.

      El Nara caminaba con sus manos en los bolsillos, como siempre, seguido por Kiba unos pasos atrás, transitaron varias calles sin que el moreno pronunciara palabra alguna, casi llegaban al puente cuando el cachorro se decidió a preguntarle...

- ¿Y bien? ¿A dónde vamos? - todavía manteniendo la distancia con respecto a Shikamaru por unos cuantos pasos.

- Solo sígueme - fue lo único que contesto.

- ¡No voy a ir solo contigo a ningún lado! ¿Me oyes? - ya que había dejado a Akamaru en la casa.

- ¿Estas rehuyendo ordenes? De ser así, tendré que hacer un reporte sobre ti, ¿Y bien? - caminando de nuevo hacia el final del puente, con su cachorro siguiéndolo.

- "¡Esto es el colmo! Se aprovecha de su posición de chunnin para que así no pueda rehusarme a seguir sus ordenes... hasta cierto grado claro esta, no puede mandarme hacer nada más allá que este fuera de lo que es una misión... pero ya veras, por mucho que me gustes, te voy hacer pagar todo esto y con intereses muy altos, baka" - pensaba mientras se adentraban más allá del campo de entrenamiento - Si querías pasear conmigo, solo tenias que decirlo.

- ¿Hubiera sido positiva la respuesta?

- Sabes que no, pero te quedaría la satisfacción de que al menos lo intentaste.

- ¿Y eso de que me sirve? - jalando el brazo del cachorro y atrayéndolo hacia él para que quedaran muy juntitos, sus cuerpos quiero decir.

- ¡Por eso no quería venir contigo! Estaba seguro de que esto pasaría - tratando de soltarse de los brazos del Nara.

- Deseo continuar desde donde nos quedamos anoche - agarrando la nuca del cachorro - Me costo dios y ayuda para poder enfriar mis ansias y deseo.

- La culpa es tuya, te dije que te desahogaras en comunión con la naturaleza - refiriéndose al arbusto que le había recomendado la noche anterior - No me culpes si no quisiste.

- No es lo mismo que dejarlo en un sitio abrigado y calentito... así como tu interior, mi cachorro - besándolo con todas sus ganas y más.

      Mientras en el bosque las cosas se ponían calientes, por parte del Nara, el gitsune recorría las calles de la aldea escondiéndose de esquina en esquina como si huyera del casero y el pago de una renta atrasada, miraba en todas direcciones como si esperara  el permiso de un semáforo para cruzar al otro lado de la calle, al mismo tiempo rezaba para que el patrullero, en este caso el Hyuuga,  no apareciera por algún lado y lo detuviera por hacer algo indebido. La operación "ocultarse del Hyuuga" continuaba, lo que era una total perdida de tiempo, ya que el gitsune era perseguido por el cielo en lugar del suelo, el ojiblanco saltaba de tejado en tejado sin perderle la pista en ningún momento al tiempo que sonreía al observar los intentos de su cosita linda para pasar desapercibido ante sus ojos, algo totalmente imposible, como ya sabemos.

- ¡¿Qué haces, Naruto?!

- ¡Aaahh! Sakura-chan, me pareció ver a alguien sospechoso... por ahí jejeje, ya no esta - balbuceando lo primero que se le ocurrió, la Haruno lo miro con suspicacia.

- Lo que digas, pero ya deja de caminar de espaldas, podrías lastimar a alguien, baka - el castaño observaba con aprensión a la pelirosa, no le agradaba verla cerca de su rubito.

- Jejeje, así lo hare... ¡Sakura-chan! ¿Has sabido algo de Kakashi-sensei?

- No regresara hasta la semana que viene, ¿Por qué?

- Por nada en especial, echo de menos  estar con él en alguna misión, es todo - la Haruno lo observo no muy convencida de la respuesta.

- Esa conversación se esta alargando demasiado - murmuro el ojiblanco entre dientes.

- Ne, Sakura-chan, ¿Puedo acompañarte? Jejeje... es que estoy aburrido - tratando de no estar solo, de ese modo,  Neji no lo atosigaría con su presencia.

- Tal vez aprendas algo bueno.

- ¿Eh?

- En las clases de Tsunade-sama, hacia allí me dirijo.

- Yo paso, no quiero pasar amargado el resto del día "Prefiero arriesgarme con el baka de Neji a tener que aguantar a esa vieja malhumorada" - dando media vuelta.

- ¡Oe, Naruto! - grito la Haruno al ver la indiferencia del gitsune - Ese baka... - siguiendo su camino.

- "Así es, mi cosita linda, no pierdas el tiempo con esa descerebrada, sigamos con nuestro juego del gato y el ratón... es mucho más atrayente e interesante, ¿A dónde piensas ir ahora? Se te están acabando las opciones, mi cachorrito de ojos azules" - esperando ver el próximo movimiento del gitsune.

- ¡Ya déjame, Shikamaru! "Antes de que caiga como un idiota y sumen otro punto a su favor... tú y Neji, tendrán que remojar sus pinceles en otro tintero, ya me ocupare yo de que Naruto no se deje vencer por las artimañas del ojos de leche" ¡Si no me sueltas, te morderé! Y vaya que me sobran ganas - apartando de un empujón al moreno.

- Puedes empezar cuando quieras,  nada más pensar en tu boca sobre mi piel... Mmm, me excita al máximo - relamiendo sus labios.

- ¿Más todavía? Pero si pareces que fueras a reventar los pantalones - mirando la parte abultada.

- ¿No me dejaras así esta vez, verdad?

- No te preocupes por eso, como puedes ver, aquí lo que sobran son arbustos ¡Hasta otra! - corriendo como si fuera a cobrar una paga extra.

- Demonios... otra vez me toca hacer trabajo manual, a este paso, acabare con un esguince en mi muñeca - abriendo el sierre de su pantalón.

- Vaya, al parecer,  Kiba tuvo un encuentro muy cercano diría yo - murmuro el Hyuuga al ver al Inuzuka correr por la calle con el rostro totalmente encendido como una hoguera.

- ¡Kiba! - grito el ojiazul al verlo pasar a su lado como una exhalación.

- ¡Ah, Naruto! - deteniéndose y regresando donde el ojiazul.

- ¿Qué te pasa? Parece que viniera persiguiéndote el mismísimo diablo.

- ¡Ja! A ese lo deje en el bosque afilando su pincho, si entiendes lo que quiero decir - apoyando sus manos en las rodillas para tomar aire.

- ¿Pincho? ¿Qué no tiene un hierro parecido a un tenedor? - cruzando sus brazos, Kiba se le quedo mirando.

- Me sorprende lo ingenuo que puedes llegar a ser, ¿Realmente sabes lo que quieren de nosotros esos dos? Escucha esto - jalando al rubio para decírselo al oído, a medida que escuchaba, sus ojos iban abriéndose como dos persianas y su cara se encendía como un fósforo.

- ¿E-Eso se puede hacer? Es i-increíble - sintiendo un hormigueo donde la espalda pierde el nombre - Suena como algo bastante doloroso... ¿Y tú como sabes eso? - jalando por el brazo a Kiba y apartándose de la gente que había a su alrededor, el tema era lo suficientemente interesante como para querer saber más al respecto.

- Lo vi en una revista que Akamaru saco para mi de la librería, las fotos son asombrosas además de que eran bastante explicativas - decía en vos baja el cachorro.

- ¿Aun la tienes? Me gustaría echarle un vistazo y...

- La rompí después de ojearla y enterré los pedazos en el bosque, ¿Te imaginas si alguien en la casa la hubiera visto? Ni siquiera yo quiero imaginármelo - casi llegando al puente, al menos allí, nadie interrumpiría su conversación.

- Por lo que dices, es como si se tratara de algo prohibido... algo malo - sentándose en la baranda de hierro.

- Yo no diría eso, es como si lo hicieras con una chica pero con ciertas variantes, yo pienso que dejarte poseer, aunque te cueste dolor y lágrimas, por la persona que amas... debe ser maravilloso - poniendo en su mente la cara del Nara.

- ...

- Lo que trato de decir, es que no importa si es hombre o mujer el objeto de tu afecto, cuando hay amor lo demás sobra - tratando de explicar su punto al ver la cara de despistado del gitsune.

- Amor, bonita palabra... aunque lejana para mi - poniendo mirada de tristeza.

- Ni tanto diría yo,  puesto que por ahí viene tu acosador personal - mirando a uno de los lados del puente - Hay no, parece que el diablo ya acabo de afilar su pincho - viendo hacia el lado contrario  de donde venia el ojiblanco - Esto es un cerco en toda regla - acercándose al gitsune - Prepárate, en cuanto se descuiden saldremos corriendo de aquí - murmuró al oído del ojiazul.

- No pienso correr a ninguna parte, ya es suficiente de esconderse y huir de este par, si quieren juego, tendremos juego - abrazándose al Inuzuka - Observa y sígueme la corriente - poniendo las manos del cachorro alrededor de su cintura.

- ¡Naruto! ¿Qué se supone que haces? - acercándose apresuradamente a la pareja.

- Lo mismo digo, Kiba - protesto el Nara del otro lado.

- Lo que esta a la vista no necesita explicaciones - dijo el ojiazul pegándose más al cuerpo del cachorro.

- ¿Qué significa eso? - agarrando del brazo al gitsune para separarlo del Kiba.

- ¿Y tú que tienes que decir a eso, cachorro? - pregunto a su vez el de cola de caballo.

- Dejare que sea Naruto quien lo explique "Ya que no tengo idea de lo que se trata esto"

- El asunto es, que gracias a ustedes dos... nos hemos dado cuenta que nos queremos, ¿Cierto, mi amor? - con una sonrisa resplandeciente.

- Tú lo dijiste, tanto tiempo que hemos pasado juntos y ni siquiera nos habíamos dado cuenta hasta que ustedes intervinieron, vaya... es increíble como cambian las cosas, ¿No les parece? Muchachos... - abrazando al gitsune por la espalda - Tenemos que irnos, que estén bien - agarrando la mano del ojiazul y caminando por el puente de regreso a la aldea.

      Neji y Shikamaru se sintieron un toro  después de clavarles las banderillas, o sea, más furiosos que cuando los vieron  muy juntitos y cuchichear entre ellos, como si estuvieran inmersos en una pesadilla, ambos observaban alejarse a sus amores mientras  se negaban a creer lo dicho anteriormente por el gitsune y confirmado por el cachorro.

- Es mentira... ¿Cierto? dime que es mentira, Shikamaru - decía el ojiblanco con sus puño apretados al máximo.

- No tengo que convencerte de eso, ¿Cierto? A las claras se ve, que solo es una artimaña de su parte - metiendo las manos en los bolsillos tras recuperarse de la primera impresión y haberlo pensado un poco.

- Tienes razón, pero si con eso creen que los dejaremos en paz, son bastante ingenuos - cruzando sus brazos.

- Admito que era una gran idea, pero nada coherente, de ser verdad, no hubieran esperado hasta ahora para darse cuenta, pasan mucho tiempo juntos, lo que tampoco me agrada mucho que se diga - regresando también a la aldea.

-¿Creer que se lo tragaron? - pregunto el cachorro soltando la mano del ojiazul antes de llegar a aldea.

- Lo más seguro es que no, pero al menos, hicimos que lo pensaran por un momento, ¿Viste sus caras? Parecían dos fantasmas en día de lavandería jejeje...  - sin poder parar de reír.

- No niego que todavía pueden haber cosas que sorprendan a Neji, pero Shikamaru es otro asunto, la facilidad que tiene para encadenar las situaciones y buscar medidas para contrarrestarlas es asombrosa, un par de seres normales como nosotros, no lo engañaríamos ni en un millón de años... y si, se veían muy graciosos jajajaja... riendo con el gitsune.

- ¿Se divierten, chicos? Pues creo que ahora es nuestro turno, ¿No es así, Neji? - acercándose muy lentamente a donde ellos estaban.

- El abrazo que le diste a Kiba, me lo cobrare por triplicado - afirmo el castaño dirigiendo sus pasos hacia su cosita linda.

      Ambos chicos retrocedían a medida que los otros se acercaban, los dos se miraron por un momento y luego echaron a correr en diferentes direcciones, el Nara uso su técnica de sombras para detener a su cachorro, para Naruto la huida era más fácil, solo tenia que correr a todo lo que daban sus energías y piernas para poder escapar del Hyuuga, lo que hiso con éxito durante largo rato hasta que el cansancio comenzó hacer mella en él, por lo que decidió usar su ultimo recurso.

- ¡Kage Bushin No Jutshu! - haciendo diez replicas y distribuyéndolas en diferentes direcciones.

- ¡Rayos! Odio esa técnica - protesto el ojiblanco parando en su carrera - Aunque... eso tampoco te servirá de nada, se exactamente donde tengo que buscarte - murmuró cambiando de dirección.

- Parece que ya se canso, aaah, esta situación me esta poniendo de los nervios - saltando por los tejados rumbo a su casa.

- Solo gastas energía en vano, Shikamaru, a parte de que esto no va a gustarle para nada a Naruto... es muy celoso - paralizado por completo ante la técnica del moreno.

- ¿Quieres dejar eso ya, cachorro? Lo intentaron, no funciono y tengo que darles crédito por tratar de engañarnos con algo tan enervante y malicioso para nuestros oídos - caminando hacia el Ichiraku y obligando al cachorro hacerlo también - esta anocheciendo, ¿Quieres cenar conmigo? - guiñándole un ojo.

- ¿Ese será mi castigo? - pensando que no había salido tan mal para él después de todo.

- Solo el entremés - el cachorro trago grueso.

- ¡Todo fue idea de Naruto! - parados al frente del puesto de ramen.

- Es difícil de creer que alguien tan despistado como él, tuviera una idea como esa... la cual seguiste con sumo gusto, ¿No es así?

- Tampoco era cosa de hacerle pasar por mentiroso y que quedara con toda la culpa sobre sus hombros.

- Lo abrazaste, lo abrazaste delante de mí, Kiba - con la mirada atravesada.

- ¿Me estas reclamando? En primer lugar, no te debo ninguna explicación ya que no soy nada tuyo, y en segundo lugar... el cuerpo de Naruto es tan calentito que provoca estar pegado a él todo el tiempo - haciendo cara de gusto a propósito.

- Que Neji no te oiga decir eso... como tampoco quiero volver a escucharlo yo.

- ¿Estas enfadado? Si, si que lo estas, y me alegro, ¿Sabes? ya es hora de que  regreses a lo tuyo  y me dejes a mi en paz - el moreno avanzo hacia él y el Inuzuka hacia el Nara.

- ¿Quieres liberar, por favor? No iré a ningún lado si es lo que te preocupa.

- ¿Me lo prometes? Porque de no ser así, te buscare hasta debajo de las piedras de ser necesario y en cuanto a volver a lo mío... tú eres lo mío, cachorro - agarrando su mejilla luego de liberarlo de su técnica, Kiba pendo que se derretiría ante el toque y las palabras del Nara.

- ¿C-Cenamos? Ya me dio mucha hambre - sentándose en unos de los banquitos del puesto de ramen, el moreno sonrió ante el nerviosismo de su cachorro, por otro lado...

- "Ya no se que hacer para que Neji me deje tranquilo, y lo peor de todo... ¡Es que ese condenado esta empezando a gustarme, maldición! Tal vez debería probar con... ¡No, no y no! Kiba dijo que hay que mantenernos fuertes ante ellos y no sucumbir a sus encantos ¡Rayos, estoy hablando como novelita rosa! - Abriendo la puerta de su casa y pasando directamente a su habitación - Lo único que falta es quedar embarazado para completar el cuadro novelero - murmuraba mientras se quitaba la ropa sin siquiera encender la luz de la habitación.

- Yo puedo ayudarte con eso.

- ¡Aaaahh! ¿Q-Que haces aquí? Definitivamente, debí comprar ese candado - encendiendo la luz - ¡Voy a denunciarte por allanamiento de morada! Y no necesito que me ayudes a desvestirme, puedo solo - cubriendo su pecho con la chaqueta.

- Me refiero a lo otro - dijo con voz suave y encantadora sin moverse del lado de la ventana donde estaba apoyado.

- ¿Lo otro? ¿Qué es lo otro?

- Lo de quedar embarazado, tener un hijo contigo seria algo que me haría muy feliz, mi cachorrito lindo.

- Ahora si que te volviste loco o tus ojos no funcionan bien, ¿No ves que soy hombre? Por lo tanto, no puedo quedar... "¿O si? Se que soy extraño, pero no creo que tanto, además, ¿Por donde saldría el...? ¿Por qué estoy haciéndome preguntas  sobre eso? De ningún modo puede suceder algo así" - con su mano en la barbilla.

- Veo que lo estas pensando... ¿No crees en los milagros? - mirándolo fijamente.

- Por favor, esto no es cuestión de milagros si no de la madre naturaleza.

- La que nosotros los ninjas cambiamos a nuestro antojo.

- No compares hacer crecer un árbol, poder hacer fluir el agua en el sitio más seco, poder caminar de cabeza sin que caigamos contra el suelo - razonaba el ojiazul - Pero lo que tú dices... es completamente imposible.

- Podríamos probar para ver quien tiene la razón - mirándolo con deseo.

- ¡Ja! ¡Y este tonto ya cayo! Es lo que pensabas, ¿Cierto? ¿Crees que soy de esas niñas tontas que piensan que pueden tener un hijo por tan solo besar a sus novios?- haciendo una mueca.

- ¿De donde sacas eso?

- Del mismo sitio que tú,  lo de que un hombre puede quedar embarazado, baka - sacándole la lengua.

- Hablando de eso... - acercándosele con sigilo - Hoy no te he dado ninguno aun.

- ¡Va de retro, Satanás! Aunque, Kiba dijo que Shikamaru era el diablo, así que tú debes ser algún pariente cercano - retrocediendo.

- ¿Hablas del mismo Kiba al que abrazabas hoy con tanto entusiasmo? Aun tienes que pagarme por eso, cosita linda - cercándolo contra la pared al poner sus brazos a los lados del cuerpo del gitsune.

- Con todo lo que has hecho antes, considérate más que pagado - volteando su cara a un lado.

- Entonces deja que te de el cambio - tomando su barbilla y besando los rosados labios, el ojiazul levanto una de sus rodillas para mantener el cuerpo del Hyuuga separado del suyo, ya que el rose entre ambos, despertaba sensaciones extrañas para él  no sabiendo exactamente como debía actuar.

- Déjame quedarme contigo esta noche, dormir a tu lado - susurraba en el oído del, cada vez, menos seguro gitsune.

- ¿Trajiste una cuerda?

- que cosas dices... - comento sonriendo el castaño.

- Entonces ve a tu casa, no confío en ti ni siquiera estando dormido - afilando sus ojos azules.

- Esta vez me portare bien, lo juro - levantando su mano.

- Si haces cualquier otra cosa, yo soy el que te jura, que no volveré a dirigirte la palabra jamás, ¿Me oyes? Es una promesa de Uzumaki Naruto.

- ¿Significa que accedes a mi petición? - tratando de acariciar el pecho del gitsune.

- ¡Ah-ah! Fuera manos o te las cortare, lo digo en serio - separándolo de él.

- De acuerdo - dando un paso hacia atrás con la manos levantadas.

- ¿Ya cenaste? - pregunto el rubio saliendo de la habitación.

- No de lo que me gustaría comer... pero en fin - siguiendo a su cosita linda hasta la cocina.

- Neji... - mirándolo con sus ojos atravesados.

- Ya, ya, no te enfades, y no, no he comido todavía - sentándose a la mesa.

- Lo único que tengo para ofrecerte, y más vale que lo recuerdes, es ramen,    Ya quita esa cara... quise decir solo el ramen, baka, ¿Qué dices, aceptas? - con sus manos en la cintura esperando una respuesta.

- ¿Eh? ¿Qué decías? - con su cabeza en otro planeta, ya que no podía apartar su mirada del cuerpo medio desnudo frente a él.

- ¡El ramen, Neji! ¡El ramen, no mi cuerpo! Maldición, a todo esto... ¿Puedes pasar la noche fuera sin darle explicaciones a nadie?

- Soy dueño de mi vida al igual que de la tuya - apoyando sus codos en la mesa y descansando su barbilla en sus manos mientras suspiraba al observar el delicioso cuerpo del gitsune.

- Sigue soñando y si no dejas de mirarme así, te serrare los ojos de un puñetazo, baka - ya estaba lo suficientemente nervioso al pensar que dormiría de nuevo a su lado, para que también le añadiera morbo a la cosa  observándolo de esa manera tan libidinosa.

      Mientras tanto, a unas cuantas calles de la casa del rubito, Kiba y Shikamaru terminaban su cena y también su discusión sobre el empeño del Nara por acompañar al cachorro a su casa, por mucho que protestara y pataleara, el cachorro no pudo convencer al de cola de caballo, que ya estaba grandecito para necesitar que lo acompañaran hasta su morada como si fuera una novia al termino de una cita, la despedida con el beso era la parte que más temía

- Hasta aquí, creo que este bien - dijo el cachorro como a una calle de su casa.

- Ni lo pienses, ahora que si no quieres que nos vean cuando te bese, por mi no hay problema, aunque de todos modos, te acompañare hasta la puerta - pegándolo a la pared con su cuerpo, el cachorro no hiso nada por detenerlo.

- Shikamaru, ¿Hasta cuando vas a seguir con este juego? Llega a un punto en el que ya no es  nada gracioso, ¿Sabes? dime porque... ¿Por qué me elegiste a mi para divertirte? ¿Por qué a mi? Te resulto poco inteligente y falto de sentimientos... que piensas que puedes desfogarte conmigo porque no me importaría ser utilizado y luego dejado así sin más... ¿Es eso, Shikamaru? Dímelo,  yo... ¿O es porque te diste cuenta de lo que siempre he sentido por ti? alguien tan inteligente como tú, no tardaría en percibir mis emociones al tenerte cerca... lo dije, soy tan estúpido - empujando al moreno y echando a correr lo que le quedaba de camino hasta su casa, y mientras lo hacia, el enfado hacia si mismo crecía y crecía como una ola azotada por el viento.

- ¡Kiba, espera! Por favor... no puedo dejar esto así, tiene que escucharme, tiene que saber que lo amo con toda mi alma... mi cachorro - decidido corrió también hacia la casa de los Inuzuka, no se marcharía hasta haber aclarado el malentendido por parte de su cachorro, y seguramente también, el de Naruto.

      Cruzo la puerta del patio sin  siquiera detenerse, cuando intento tocar a la puerta, esta se abrió dando paso a la hermana del cachorro haciendo que casi chocaran entre si.

- Ah, Shikamaru, ¿Qué te trae por aquí? Buscas a Kiba, supongo - cuadrándose en la entrada.

- ¿Cómo sabes que...? - totalmente sorprendido por la seguridad con que la hermana del cachorro se expresaba.

- ¿Acaso me equivoco? No, no lo creo, por la forma en que Kiba entro en la casa y corrió directo a su habitación, luego apareces tú demandando verlo, ¿Por qué es eso lo que quieres, cierto? No es difícil suponer que al fin... te lo confeso, ¿Voy bien hasta ahora? Sabía que no podría guardárselo por mucho tiempo más, a pesar de su temperamento, es un chico bastante sensible.

- Por favor, déjame hablar con él, necesito decirle que...

- Al fondo a la izquierda, tengo que ocuparme de algo y no estoy segura de que pueda regresar esta noche, mis padres tambien están en una misión, lo que significa... que tendrán la casa para ustedes solos - caminando hacia la salida.

- Gracias.

- Quiero que te quede muy claro, si le haces daño a Kiba, yo misma te  hare desaparecer de la faz de la tierra, tal como lo oyes...  es una amenaza, Nara Shikamaru - saliendo a la calle.

      El moreno serró la puerta al entrar y se dirigió específicamente hacia la habitación de su cachorro,  abrió la puerta cuidadosamente con la intención de no alertar a Kiba de su presencia, el cachorro estaba acostado en la cama de espaldas a la puerta.

- ¿Qué haces aquí? - sin siquiera moverse.

- Lo olvide, nada puede escapar a tu olfato, ¿No es así?  - sentándose en la cama a espaldas del Inuzuka.

- Vete, no tengo más que decirte.

- Pero yo si - acostándose en la cama junto al cachorro y pasando su brazo por su pecho al tiempo que descansaba la cabeza en el hombro de éste - No se en que momento pensaste que estaba jugando contigo, tu confesión fue la sorpresa más grande que me he llevado en toda mi vida, debí decírtelo antes, debí ser yo el primero en decirte que te amo, mi cachorro enojón - haciendo que su espalda tocara la cama.

- ¿L-Lo dices en serio? - mirando fijamente los ojos del Nara.

- ¿Crees que miento solo para poder acostarme contigo? De ser así, te hubiera obligado hacerlo en el bosque, no te quiero solo para un rato,  cachorro, te deseo para todos los días de mi vida - besando su frente.

- Si es así y dices que me amaras para siempre, tal vez no necesites un arbusto esta noche - rodeando el cuello del moreno con sus brazos.

- Después de la amenaza de tu hermana, más me vale que así sea, cachorro - poniendo su cuerpo sobre Kiba.

- ¿M-Mi hermana? ¿Qué podría ella...? - confundido.

- Lo sabe, sabe que me amas y que hoy decidiste confesármelo.

- ¿Pero como?  Siempre trate de ocultarlo a todos los demás, entonces... - no explicándose como se había dado cuenta.

- Ya vez, no soy el único observador por aquí, esta vez me gano, pero dejemos eso y vamos a lo importante, mi cachorro - plantándole un beso de lo más fogoso - No sabes cuanto he deseado hacer esto, mi querido Kiba.

      El Nara desvestía a Kiba muy lentamente para así gozar cada momento del proceso, las prendas del cachorro fueron cayendo una por una al piso junto a cada una de las del moreno, ya desnudos, éste se coloco de rodillas entre las piernas de Kiba y procedió a chuparle y morderle el cuello como un lobo hambriento de sentir placer y darlo también, mientras devoraba a besos el cuello del Inuzuka, sus dedos presionaban y pellizcaban los erectos pezones como quien da cuerda a un reloj, Kiba suspiraba y jadeaba manteniendo sus ojos serrados para agrandar las sensaciones que invadían su cuerpo.

- S-Shikamaru... te amo - decía perdido en el placer del momento.

- También yo, mi cachorro... también yo - pasando su boca del cuello a los encendidos pezones.

      No por nada había esperado todo ese tiempo para poder amar al menor de los Inuzuka como había deseado desde que eran pequeños, pensaba el de cola de caballo deleitándose con el sabor de la piel de su cachorro, apenas habían empezado con el juego del amor y ya ambos sudaban por cada poro de sus calientes cuerpos, los jadeos del cachorro se hacían más sonoros a medida que Shikamaru recorría su piel con sus labios e inquieta lengua, este sentía la dureza de la hombría de Kiba empujando su vientre.

- Mmm... parece que esta listo para divertirse también - agarrándolo con su mano.

- N-No te burles de mi, S-Shikamaru...  aaah - con un fuerte gemido.

- Quiero que disfrutes al máximo el placer de ser poseído por alguien que te ama hasta el punto de la locura, mi amor - masturbando un poco el miembro del Inuzuka - Deseo que jamás olvides el primer encuentro de nuestros cuerpos, como tampoco quiero que olvides que ahora eres mío.

      Luego de esas palabras ya era tiempo de entrar en acción, la lengua del Nara jugueteo con la punta del pene del cachorro por un rato, le excitaba en demasía ver a su hermoso objeto de deseo retorcerse a causa de sus ardientes caricias, sin aviso y sin demora, lo introdujo en su boca y comenzó a chupar y succionar como si fuera una ventosa y el pene del cachorro un pitillo, Kiba tensaba su cuerpo con la sensación de que era absorbido por el moreno y el placer que sentía, aferraba la manta con sus dedos mientras mordía sus labios con desesperación al saberse preso de lo que jamás, y por ningún motivo, querría dejar.

- Ya me... S-Shikamaru... v-voy a.... - en un espasmo que casi hiso que levantara su cuerpo de la cama.

- Eso es, así quería verte, mi cachorro - dijo complacido después de tragar la esencia en su boca - Si pudieras verte ahora con tus mejillas encendidas, tu piel sudorosa, tu cuerpo perfecto y tus gemidos gritando mi nombre... eres hermoso, Kiba - invadiendo la boca del cachorro con su lengua - Además de que sabes muy bien - deslizando su mano hasta la entrada del Inuzuka.  

- ¿S-Shikamaru? - convirtiendo en temor el placer antes sentido.

- Creo que encontré mi arbusto después de todo - masajeando con sus dedos lo que se convertiría en su pase al paraíso - Relaja tu cuerpo, intentare no hacerte daño, pero tienes que cooperar conmigo, ¿Recuerdas cuando Iruka-sensei nos enseñaba a concentrarnos? - pasando su mano por el pene del cachorro para tomar algo de la esencia que aun escurría de el.

- Sabes muy bien que siempre nos saltábamos esa ¡aaaghh! Demonios... - se quejo Kiba al sentir la intrusión de uno de los dedos del moreno.

- Estas muy tenso, cachorro - trabajando la entrada para su siguiente dedo.

- D-Dame un respiro, ¿Quieres? es la primera vez que hago esto, baka - clavando sus dedos en los hombros del Nara al sentir otro dedo en su interior.

- Solo falta uno para que juntos veamos el cielo - metiendo el tercero.

- parece que ese cielo estará algo borrascoso... al menos en lo que a mi concierne - apretando sus ojos.

- Vamos, no te acobardes ahora, mi cachorro, te aseguro que solo será un momento de dolor por toda una vida de placer - al decir esto, el Nara tomo la almohada y la coloco debajo de las caderas de Kiba.

      Lo que pensó seria más efectivo y menos doloroso y a su vez  le permitía tener más a su alcance el camino al cielo, con sumo cuidado coloco la punta de su lanza directa en el blanco y comenzó su invasión en tierra desconocida pero fascinante, a pesar de su cuidado y delicadeza, por las facciones del cachorro se diría que no la estaba pasando tan bien como él, al menos de momento.

- ¡S-Santo dios, esto es más doloroso que la herida de un kunai! - decía el cachorro apretando su dientes y clavando sus uñas en los brazos del moreno.

- Solo un p-poco más - besando desesperadamente la boca del cachorro a la vez que tomaba su miembro para desconectarlo del dolor.

      En un último esfuerzo, Shikamaru introdujo el resto de su pene en las profundidades de su bello cachorro ahogando con su boca, en la garganta de éste, el grito de dolor tras su última estocada, permaneció quieto de la cintura para abajo esperando que Kiba descansara del martirio de la penetración de su hombría, el placer que sentía sin siquiera moverse aun, era abrumador, lo que lo llevaba a comerse con besos desesperados todo lo que había en la anatomía de su cachorro de cintura para arriba, orejas, cuello, pecho, pezones y por ultimo su boca, tras el dolor inicial y siendo excitado de aquella manera tan fogosa, Kiba sintió la necesidad del movimiento del moreno en su interior, relajaba y contraía las paredes de su túnel del amor como invitación a su visitante por siempre esperado.

- C-Cachorro... aaaashh... m-me vuelves loco - sintiendo las caricias del  cálido y estrecho pasaje.

- V-Vamos... Shikamaru, te necesito, has que enloquezca c-contigo - moviendo sus caderas con ansias.

      El moreno comenzó sus embestidas a todo lo que su cuerpo pedía y en cada entrada y salida de la caliente entraña, no apartaba sus ojos del rostro de su cachorro y sus gestos de placer mezclado con delicioso dolor, lo que lo animaba a emplearse a fondo y con mucho más ímpetu, los gemidos y jadeos de ambos se sincronizaban como instrumentos en una melodía con una especial partitura, los ojos  casi en blanco de Kiba le indicaban al moreno que el final estaba cerca, metiendo sus brazos bajo la espalda del cachorro lo alzo para sentarlo en sus muslos y hacer que sus ultimas penetraciones fueran mas certeras y profundas a la vez que lo abrazaba mezclando sus sudores y éxtasis, mientras sus bocas se encontraban en un ultimo y alocado beso antes de sentir que tocaban las nubes en una explosión de dioses, con sus cuerpos exhaustos y las almas conectadas, cayeron en la cama como dos cansados viajeros en el camino del placer.

- C-Cachorro... cielos, eres el doble de d-delicioso de lo que había pensado - decía casi sin respiración y acostado sobre el pecho de Kiba.

- ¿S-Solo el doble? Tacaño - contesto el Inuzuka aun con saliva resbalándole de su boca.

- Rectifico, mil veces más - besando el pecho de su cachorro.

- Eso esta mejor - acariciando la espalda de su moreno.

- ¿Cómo te sientes?

- Un poco adolorido, pero espléndidamente bien - con una sonrisa.

- Que bueno porque ya quiero estar dentro de ti de nuevo - llevando la mano del cachorro a su erecta, por segunda vez, hombría.

- ¿Tan rápido? Eres un vicioso - acariciando el erecto pene.

- Solo contigo - le susurro en el oído mientras le daba la vuelta poniéndolo de espaldas y de nuevo a empezar...

 

 

Continuara...

Notas finales:

¡Hola chicas y chicos! ¿Que tan va la historia? Espero que les haya gustado este capitulo, uno màs y llegaremos al final, escriban sus comentarios y nos estaremos leyendo.

Gracias a todos por mandarme sus opiniones, en verdad las aprecio mucho.

Besossss para todos, cuidense y Chaito.

                                                   Nessa Yaoi


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