Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Acuarela por loveless fighter

[Reviews - 16]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: (Detrás de un montón de sacos de arena rodeados de alambre con púas y un casco sobre su cabeza) PERDOOOON!!! en serio perdónenme, no tienen idea de todo lo que he pasado para poder continuar mis fics. Primero mis exámenes de la Universidad (por cierto soy feliz!! me quede en la UAM Xochimilco para Psicología apoco no es genial?? =D) más el inicio del trimestre, trabajos, miles d cosas por hacer, término del primero inicio del segundo en el cual necesito un dia con 32 horas minimo para q m rinda.... ahhh!! mucho stress TT_TT extraño hacer yoga u//u y pues aunq no me lo crean ¡si escribo! tanto de La diferencia como de este mismo y de uno más que tenía pensado subir de Gravitation y que no he terminado por falta de tiempo, un poco de Verdades... pero mi falta de tiempo y por ende de inspi no me deja continuarle a cada uno como quisiera, asi que escribo de todos un poco para avanzarles y pues por mi los subiria así como estan pero sinceramente no se me hace justo para ninguna de ustedes.
Se que uno se queja de que los autores no suben rápido, algunas veces yo he llegado a pensar esto con algunos fics cuando uno no se pone a pensar todo lo que le ha pasado al autor (me quede 2 semanas sin compu la mandaron a reparar TT_TT) y es por eso que una vez más me disculpo ante ustedes y espero sepan perdonarme  u//u juro que ahora me dedicare de los que ya tengo avanzado un poco aunque ahora mi tiempo estara dirigido a un regalo a mi amiga Jessika Millan que cumple años en un par de meses y que debo apurarme si lo quiero tener listo para ese entonces pero no se preocupen, ya ven que tarde pero seguro, si termino mis fics n_n
Y sin más que decir más que otro perdón u//u les dejo la ultima parte de mi fic con el cual lo doy por finalizado, espero les sea de su agrado =D

Ritsuka, al ver la obvia intención de su novio, tomó un poco de aire segundos antes de que sus labios se cruzaran siquiera, esperando con ansias el tan ansiado contacto... Sus labios se besaban desesperada y apasionadamente, unos cuantos roces más y la lengua de Soubi ya se encontraba acariciando sutilmente esos rosados labios como pidiendo permiso para entrar, siendo esto correspondido al instante, ambas lenguas jugaban a una danza prohibida, bailaban sin cesar en ese mar de sensaciones, mientras que el menor ahogaba sus gemidos de placer en ese apasionado beso; el cual se hacía cada vez más apasionado, el menor se sentía morir... ¡¿y cómo no?! Si Soubi prácticamente le estaba haciendo el amor en la boca.


Las manos del mayor cobraron vida súbitamente, una se encontraba acariciando el rostro del chico mientras que la otra iba descendiendo por su cuello hasta llegar al torso lastimado del pequeño; ante este acto, Ritsuka gimió, si bien esa caricia era sumamente agradable, el dolor de la quemazón ardía ante el más mínimo contacto.


 


- lo siento- susurró el mayor jadeante al término de aquel rico beso- te duele mucho ¿verdad?


 


- si pero... no te preocupes... ya no es tanto el dolor... por favor, no dejes de acariciarme- pidió con temor de que por ese pequeño detalle todo eso terminara antes de siquiera empezar


 


- ¿seguro? - murmuró viéndolo con amor y un brillo especial en sus ojos a vista del minino el cual, por obvias razones no conocía


 


- si... por favor Soubi, continuemos- suplicó tiernamente y con un adorable sonrojo en sus mejillas


 


- Ritsuka...


 


Fue lo único capaz de decir antes de tomar entre sus brazos la frágil figura del menor sintiendo como este lo jalaba inmediatamente, pegándolo a su pequeño cuerpo en comparación con el otro y hacía que sus labios se fundieran inmediatamente en otro beso tanto tierno y cariñoso como excitante, que les nublaba el pensamiento y bloqueaba toda lógica que sus mentes pudieran albergar… pero ¿realmente quien necesita la lógica cuando tienes a tu lado a la persona por la que darías la vida… tan dispuesta a complacer aquel deseo que tienes desde hace años? Obviamente… nadie.


 


Lentamente, Soubi fue poniéndose de pie, llevándose consigo al menor el cual se apoyaba totalmente en su varonil cuerpo para llevar a cabo tan simple acción… ¿la razón? Es muy sencilla, ya que al sentirse entre esos fuertes brazos o simplemente con tener un mínimo contacto con aquel adulto que en esos momentos le besaba con fervor y lo dirigía a su cama dispuesto a hacerle el amor hasta desfallecer su ser parece conspirar en su contra para no obedecerle en nada.


 


 


Sintió como era depositado con una sutilidad única en aquel amplio lecho que siempre compartió con su novio, pero que jamás había sido testigo de tan bella y fehaciente prueba de amor al mismo tiempo que el pintor se acomodaba lentamente sobre el minino, procurando no aplastarlo con su peso, situando sus piernas a cada lado de la cadera de este y sus brazos flexionados levemente, apoyándose en ellos lo mejor posible. Concluyó el beso, Ritsuka estaba completamente sonrojado, su mirada estaba entreabierta, su frente empezaba a presentar leves rastros de sudor que ocasionaban que sus cabellos color de ébano se adhirieran sin ningún problema a ella, sus mejillas asemejaban una manzana roja y jugosa, que invita a ser mordida sin temor alguno y sus labios… dios, como adoraba Soubi esos diminutos trozos de piel de su niño… aquellos labios que desde que los probó por vez primera, quedó prendados de ellos, enamorándose sin remedio alguno de aquel bello adolescente que tenía frente suyo.


 


Un fino hilo de saliva entremezclada resbalaba con lentitud por la comisura izquierda del adolescente, al rubio esto le pareció un gesto sexy, se veía tan sensual y provocativo… pero al mismo tiempo tan tierno e inocente que hacía que se volviese loco y deseara poseerlo lo más pronto posible.


 


Pero no… aún, no era tiempo de ello.


 


Retiró con sensualidad aquel rastro de saliva, sonriéndole con amor al otro, a lo que consiguió un sonrojo aún más fuerte y apetitoso que el anterior, que le hizo soltar un suspiro de puro placer al tenerlo así, tan expuesto ante él…


 


 


Por su parte, Ritsuka no sabía dónde meterse, sentía una pena desbordante ante aquellas simples acciones que el mayor tenía para consigo, pero se la guardó… la dejó muy adentro de su corazón, encerrándola con candado (lo cual era justo y necesario) ya que aquella noche… no quería echarse para atrás como en su cumpleaños número 14, no, esa noche… quería llegar hasta al final y fundirse con aquel cuerpo, dejar que aquella pasión desbordante que sentía por su rubio escapara sin más, quería sentir como este terminaba dentro suyo, marcándolo, llenándolo con su esencia por completo volviéndolo parte de sí mismo, indicando que Aoyagi Ritsuka ya tenía dueño, y se llamaba… Agatsuma Soubi.


 


Lentamente el castaño fue retirando la camisa del torso del menor, no tuvo dificultad alguna ya que esta ya se encontraba completamente desabrochada, así que sin más, la aventó lejos, ignorando donde había dado a parar puesto que en ese momento, no la necesitaban en lo absoluto. Se inclinó sobre la figura menor que tenía debajo de él y besó con ternura aquellos labios tan codiciables y rojos, descendiendo con sensualidad por las mejillas, barbilla, bajó aún más hasta quedar situado cómodamente entre el espacio que hay entre el cuello y hombros del menor. Ahí, degustó placenteramente todo pedazo de piel que tenía solo para él, la besó, mordió, lamió, acarició, dejando así pequeñas marcas rojas que seguramente no se le quitarían al chico en días, cambió de hombro y repitió las mismas acciones sobre el que aún no marcaba, mordió con pasión el término de su recorrido ocasionando un suspiro por parte del menor que le excitó de sobremanera, aquella pequeña boca, por fin emitía los sonidos que siempre deseó escucharle...


 


Para cuando el pequeño se dio cuenta, Soubi ya se encontraba mimando sus pezones sensibles por la quemazón con el chocolate, gimió, siendo recompensado por aquella bella música con otra pequeña lamidita que le hacía desfallecer de placer...


 


- humm... con que esta es una de tus debilidades...- susurró con la voz cargada de amor y deseo mientras seguía dando pequeñas lamidas y mordiscos a ese tierno botón rosado


 


- ahhh So... Soubi... deja de hacer eso...


 


- ¿por qué? ¿Acaso no te agrada? - preguntó un tanto desilusionado... lo único que quería era complacer a su compañero, no lo contrario


 


- n...no es eso- contestó apenado


 


- ¿entonces?


 


- e...es que... me da... pena- susurró bajito y con sus orejas gachas, muestra de que a pesar de desear con todo el corazón que sus actos se consumaran, su inocencia aún le impedía en cierta manera dejarse llevar por completo


 


- ¿quieres que me detenga? sabes que no haré nada que tú no quieras...- dijo con voz conciliadora, deteniendo todo tipo de caricias sobre aquel juvenil cuerpo


 


- ¡no! ¡No quiero!- respondió angustiado


 


- entonces... ¿qué es lo que deseas Rit-chan? ¿hum?- preguntó con amabilidad mientras depositaba un tierno beso en el cuello de este


 


- deseo... que... que hagamos el amor...- murmuró con voz casi inaudible y un carmín inundando todo su bello rostro- pe... pero tengo miedo, Soubi... mucho miedo...- dijo con voz penosa, enojado consigo mismo de no poder satisfacer a su novio de la forma en que este deseaba... eso le daba tanta rabia...


 


- pero no tienes por qué preocuparte ratoncito... sabes que yo estoy aquí, contigo, ambos deseamos que esto se haga realidad ¿cierto?


 


- si... yo... yo en verdad deseo entregarte mi cuerpo y mi alma por completo pero... aún así...- contestó con voz ligeramente ahogada- no puedo evitar el sentir miedo


 


- shhh... tranquilo, no pasa nada, ya te lo dije, yo estoy aquí y te cuidaré, no haré nada que te perjudique y si deseas que me detenga, aunque este a punto de entrar a tu precioso cuerpo... solo dilo y lo haré... recuerda que yo solo vivo para complacerte, tuyo es mi cuerpo, mi alma y mi corazón


 


- lo... lo sé...- respondió en un susurro-... ¿me va a doler?- preguntó angustiado


 


- un poco, si... porque es tu primera vez... pero créeme que para recompensarlo, te haré sentir un inmenso placer justo aquí- dijo mientras acariciaba con sutilidad aquella estrecha entrada por encima de la tela de los bóxers, la cual  les haría a ambos ver las estrellas, ocasionando un gemido aún más grande en el neko- mphh...Ritsuka...- lo llamó con voz agitada al sentir en la yema de sus dedos el calor que emanaba aquel íntimo lugar


 


- mphh... ¿sí?- cuestionó entre jadeos


 


-... esta noche... haré que tus caderas bailen para mí... y créelo ratoncito, que más que dolor te haré sentir el más puro placer que nadie jamás podrá darte... solo yo podré hacerlo- fue lo que dijo mientras veía como su rostro se reflejaba en aquellas amatistas


 


-... y créeme que sé que serás el único... porque yo jamás dejaré que otro me toque como lo haces tú... Tú y solo tú podrás hacerlo... solo tú- respondió con una voz sumamente tierna al mismo tiempo que le sonreía a su pareja y alzaba su rostro para alcanzar sus labios, fundiéndose ambos en otro beso lleno de sentimientos encontrados


 


Después de esto, ahora fue Ritsuka quien reanudó el juego de las caricias y los besos... sus pequeñas manos se encontraban desabrochando con lentitud la camisa de su koi, mientras que este solo aguardaba, ansioso. Llegó al último botón y sin chistar el minino retiró aquella prenda del cuerpo de su koi, dejándola caer sin remedio alguno al frío piso. Quedó impactado por tanta belleza, sus dedos se acercaron con lentitud a aquél torso, deslizándolos con suavidad como temiendo que si ejercía una caricia más fuerte, Soubi fuera a romperse. Aquella primera caricia le hizo cerrar al adulto los ojos, un gesto de placer se vislumbró en su rostro, Ritsuka, al ver esto, con un poco más de confianza empezó a otorgar caricias más profundas. Sus yemas dejaron de acariciar con sutilidad, ahora eran sus dedos los que se encargaban de otorgarle esos mimos a su amado, observaba cada pedazo de piel que tenía delante de él, se cuestionó quien había sido capaz de hacerle esas heridas, las cuales tenían la forma de látigo, prefirió callar su duda y siguió descendiendo por aquel pecho. Su mirada se centró en los pezones del adulto, cuando este los había lamido y besado él se había sentido muy bien, así que supuso que para el adulto sería lo mismo. Sin más, dirigió su boca a aquellos botones y depositó un beso en ellos, seguidos de una pequeña mordida y después una lamidita como recompensa, aquel sabor le agradó, así que se pendró de uno de ellos cual bebé en busca de alimento y empezó a mimarlo con pasión.


 


 


Mientras tanto, el adulto no sabía qué hacer, tenía pensado hacerle tantas cosas a su pequeño pero ahora todo había quedado -momentáneamente- en el olvido, sentía como esos finos dientes que poseía su koi estimulaban arduamente su ya erecto pezón, dio un sutil jadeo pues esas caricias le agradaban mucho, y el hecho de que fuera su Ritsuka quien las llevara a cabo lo hacían sentir aún mejor. Ahora el pequeño se encontraba "alimentándose" del pezón izquierdo, nunca se imaginó que aquel botoncito tendría tan buen sabor, le encantaba, lo lamía y besaba sin querer detenerse, daba pequeñas mordidas en la areola para después lamer con sutilidad el espacio lastimado. Un tiempo después se aburrió -en cierta forma- de solo degustarse con aquellos botones, así que trató de descender por aquel fuerte torso pero el mayor se lo impidió, su tiempo de ser el "dominante" había llegado a su fin.


Al ver como su uke le miraba interrogante, lo único que hizo fue responderle con un beso lleno de pasión y deseo que le hizo gemir ahogadamente, sus manos volvieron al cuerpo de su koi, llegando hasta el lugar en donde se habían quedado antes de la conversación y la desinhibición del menor, su mano izquierda pellizcó levemente a los dos, erectándolos levemente en el acto, mientras que la derecha se encontraba mimando la piel de su abdomen y vientre bajo, hasta donde los bóxers que traía el menor le permitía. Mientras, Ritsuka no sabía qué hacer, ese beso sí que había sorpresivo para él, se estaba asfixiando ya que su amado le quitaba el poco aire que había podido tomar además de que las caricias que le otorgaban quien sabe cómo pero le hacían suspirar, "desperdiciando" aún más del poco aire que le quedaba, pero ni así estaba dispuesto a soltar los labios de su amor y mucho menos su lengua, la cual se encontraba enredada a la suya, mezclando saliva, ambos deleitándose del sabor del otro y más el adulto puesto que el sabor a chocolate que había tomado el neko anteriormente aún estaba presente en su boca y este en conjunto del sabor natural de su boquita, hacía de ese manjar algo digno de un rey.


 


 


Se separaron por obra del rubio al cual también le faltaba críticamente el aire, sus respiraciones agitadas eran lo  único que se escuchaba en aquella alcoba iluminada tenuemente por la luz de las lámparas que había en las mesitas de noche, se sonrieron y Ritsuka depositó un suave beso en la clavícula de su novio, justo donde se leía "Beloved"...


 


Aquel nombre... ¡como lo odiaba! le hacía recordar a cada instante como es que aquel ser que tanto amaba y con el que estaba viviendo tan hermoso momento alguna vez le había "pertenecido" a su difunto hermano.


 


 - ((pero no... desde hoy, Soubi me pertenecerá aún más, su corazón ya es mío, pero su cuerpo no... y es lo que yo deseo, que él sea mío... completamente mío y no descansaré hasta que vea que nuestro lazo por fin se ha establecido para no romperse jamás)) ahhh... Soubi...- gimió al sentir como este ya se encontraba acariciando con sus labios su botón izquierdo mientras que el derecho era altamente estimulado por las manos de este.


 


- ¿te gusta Rit-chan?- preguntó con voz un tanto lascivosa


 


 


- ahhh... s...sí,  me gusta mucho- respondió entre gemidos de placer


 


 


- esto es solo el principio- sentenció


 


 


Un sonrojo fue lo único que obtuvo como contestación para después enterrar su rostro en el otro pezón que aún no había sido probado, ahora aquel que había sido mordido y besado era acariciado por las yemas de sus dedos y el otro que había sido tocado por estas ahora era mimado con la calidez de su boca. Terminada su labor de dejar sumamente erectos los pezones del chico, siguió bajando por aquel escultural cuerpo que, si bien su abdomen no estaba muy marcado, el ejercicio de la secundaria y su primer año de prepa ayudaban mucho a la figura de su niño, haciéndolo ver sumamente inocente y sexy. Descendió aún más, dejando leves chupetones y mordiscos como una marca de que él había estado presente en tan bello cuerpo... le encantaba hacer eso.


 


Siguió bajando más y más hasta que sus labios se encontraron con el ombligo del niño, deteniéndose a escarbarlo con su lengua como si se tratase de una cueva, Ritsuka soltó un jadeo pesado al aire, un cosquilleo se estaba apoderando de su vientre bajo, su corazón estaba sumamente acelerado, la vista se le nublaba por las ganas de llorar las cuales no entendía por qué si aquello era lo que había estado deseando desde hace mucho... o que, los días que Soubi se ausentaba por prácticas de campo de la Universidad  y él se quedaba solito ¿no se hacía el "favorcito" pensando en su rubio? ¿Cuántas noches había despertado sobresaltado y con una prueba de sus eróticos sueños en las sábanas de aquella cama? -por suerte esas noches su rubio se desvelaba pintando así que jamás se dio por enterado- entonces ¿por qué tenía ganas de llorar? ¿Era gusto, felicidad... vergüenza quizás? no lo sabía, lo único que si hacía era que por nada del mundo, interrumpiría aquel mágico momento.


 


Un suave soplido sobre su miembro semi-erecto por encima de la tela de su bóxer le hizo volver a la realidad al mismo tiempo que un gemido a toda norma escapó de sus dulces labios, dios... eran tantas las sensaciones que tenía en ese momento que pensaba que desfallecería al no poder controlar ninguna.


 


 


Apretó las sábanas con fuerza al sentir una vergüenza enorme apoderándose de todo su ser... Soubi se encontraba retirando con una delicadeza única la ropa interior del pequeño, dejando al descubierto su intimidad, se sentía a morir cuando vio como Soubi la aventaba hacia el piso  y su mirada le quemaba lentamente el cuerpo... Podía sentir claramente cómo es que esta subía con lentitud por su cuerpo desnudo, de sus piernas a los muslos de ahí a su miembro donde se detuvo unos segundos que a él le parecieron horas, después siguió su cadera, su torso y cuando pensó que no se podía poner peor sus miradas se cruzaron sin remedio alguno así que avergonzado, desvió rápidamente su mirada amatista de la zafiro con un sonrojo tan grande y tan tierno que Soubi pensó que si moría en ese instante se iría feliz, porque tendría un hermoso recuerdo de su Rit-chan.


 


- Ritsuka... eres precioso- murmuró el adulto con una voz muy sensual


 


- So... Soubi no digas eso...


 


 


- pero si es la verdad- sonrió de medio lado- eres un ángel... un ángel tan puro y hermoso que no se que hace a mi lado, no creo haberme portado tan bien como para merecer este honor- dijo mientras se inclinaba sobre el cuerpo del menor y le daba un tierno beso en sus mejillas ardientes, acción que fue correspondida con una linda sonrisa que él le robó con un beso apasionado.


 


Sus lenguas no tardaron en encontrarse y danzar sin soltarse una a la otra, sus labios ejercían la presión perfecta sin exceso alguno mientras que los dientes del adulto se encontraban prácticamente comiéndose esa pequeña boquita sabor chocolate. Al terminar sus miradas volvieron a encontrarse, se sonrieron en el mismo instante en que Soubi empezaba a descender por ese moreno cuello, las respiraciones volvieron a agitarse, ligeras mordidas eran depositadas en la sensible piel del pequeño que no paraba de gemir quedamente en el oído del rubio a lo cual esto le parecía algo sumamente erótico, siguió descendiendo de nuevo con lentitud llegando rápidamente al lugar que ansiaba explorar y probar con ansias...


 


Su mirada se concentró en aquel excitado  pedazo de carne que se mostraba ante él, le agradaba saber que esa "pequeña" reacción era por su causa y le agradaba aún más el hecho de que nadie se había dado el lujo de verlo en ese estado más que él. Sin nada más que hacer y con las ansias comiéndole completamente, lo tomó entre sus manos y le dio un suave lametón en la punta ocasionando  una reacción más que obvia en su joven amante


 


- ¡ahhh! So... Soubi...- gimió ansiosamente


 


 


Sonrió, aquellos gemidos eran música pura para sus oídos, se acomodó un poco más y su lengua hizo el primer contacto con aquel viril cuerpo,  su sabor le pareció exquisito así que sin más empezó a lamerlo a su gusto. Su lengua subía y bajaba, lo envolvía con lentitud dejándolo aún más erecto y semi- húmedo mientras que sus oídos recogían con gusto aquella bella música que el ojivioleta expresaba. Cansado de solo lamer, abrió su boca y de un solo golpe lo introdujo en su cavidad oral, Ritsuka se sentía morir, aquella sensación jamás la había sentido sobre su cuerpo, era algo simplemente indescriptible e increíblemente placentero, su cadera se elevó levemente buscando un poco más de contacto con la garganta de su seme; cuando lo logró, un gemido ahogado fue lo único que fue capaz de expresar y razonar al mismo tiempo que sentía como su miembro abandonaba esa calidez por obra del mayor y estaba a punto de protestar cuando sintió un suave vaivén que al avanzar los segundos se hacía más rápido e intrépido, no sabía dónde meterse Soubi aprisionaba su sexo con los labios suavemente, su lengua se encargaba de envolverlo mientras que el vaivén seguía sin tener intención alguna de parar, todo esto al mismo tiempo una y otra vez, esas embestidas lo estaban llevando a la gloria y sabía que no tardaría en culminar.


 


- ahhh So... Soubi AHHH uhmm....- gemía incesantemente


 


- ¿te gusta ratoncito?- preguntó con voz lascivosa


 


- S... siiiii AHHH me... me gusta muuucho...ahhh ahhh...- dijo dificultosamente


 


Al escuchar esto y ver como las caderas de su neko hacían un movimiento pretencioso aceleró las embestidas, sus manos se encontraban acariciando sus gemelos mientras su boca se encontraba en su sexo haciéndole un oral impecable, le estaba dando dos enormes placeres a su ratoncito el cual sin lugar a dudas estaba a punto de terminar... no creía poder soportarlo más


 


- ¡ahhh... ahhh... So...Soubi humm... no... No creo poder a...ahhhguantar m...máhhhs!- intentó advertirle entre gemidos y suspiros de placer puro


 


- ...


 


Pero el pintor, haciendo caso omiso a esta advertencia, siguió con su trabajo cada vez más rápido, degustando cada centímetro de aquel no tan pequeño miembro, apresándolo en su cavidad oral lo más posible para hacer que su neko se sintiera en el cielo y si es posible más allá... Lo mordía ligeramente cubriendo sus dientes con sus labios cuidadosamente, procurando no lastimar aquella sensible piel del cuerpo de su amor, su lengua se encargaba de llenarlo de tibia saliva que escurría por aquel largo falo, descendiendo con lentitud por sus gemelos hasta perderse entre su intimidad...  Su cabellera rubia danzaba a la par de su subir y bajar constante que él mismo se había encargado de marcarle al menor el cual ya no podía procesar absolutamente nada, se encontraba totalmente sometido ante las caricias que aquel experto pintor le otorgaba, atrapando entre sus delicadas manos las sábanas de aquel amplio lecho, ocasionando que estas se deformaran por completo por las fuertes jaladas que les aplicaba ante cada mamada monumental que le era otorgada a su sexo, mientras que su boquita se encontraba totalmente abierta, emitiendo fuertes gemidos que solo eran la prueba de cuanto le estaban gustando esas deliciosas y excitantes caricias...


 


 


Una, dos, tres, cuatro intensas y profundas mamadas más ocasionaron que el aún neko llegara ante el ansiado orgasmo sin remedio alguno, dejando salir aquel delicado y puro vino color luna en la boca de su koi, el cual bebía ansioso, como un bebé hambriento de leche materna, succionando todo lo que los músculos de sus levemente cansadas mejillas le permitían, logrando que saliera un poco más de aquel delicioso líquido que obviamente, ni tarde ni perezoso se encargó de limpiar totalmente dejando sin rastro evidente de ese reciente orgasmo en la delicada piel del morenito. Retuvo las últimas gotitas que había logrado obtener y después de haber dado un último beso a aquella parte que ahora era solo suya, la soltó con sutileza y fue subiendo lenta y sensualmente por aquel cuerpo presa de las sacudidas post-orgásmicas que él le había hecho sentir, le encantaba la imagen que estaba presente ante sus ojos como bandeja de plata, aquella boquita rosada que tanto amaba todavía jadeaba intensamente, desesperada por conseguir un poco de aire para sus pulmones mientras que aquellas joyas amatistas estaban entrecerradas y con un brillo que el sabía perfectamente a qué se debía su presencia; sonrió al mismo tiempo que acariciaba aquellas hebras azabaches humedecidas por el sudor y olía aquel virginal aroma que el cuerpo de su pelinegro aún despedía. Ante esta sutil caricia, Ritsuka despertó de su pequeño trance y atrajo hacia sí a su novio, con la única intención de fundirse en un apasionado beso, petición que el castaño no tardó en responder, besando fogosamente aquella pequeña boca mientras que metía su lengua con una majestuosidad que el aún neko no tardó en soltar un pequeño suspiro de satisfacción.


 


Mientras sentía como sus salivas se entremezclaban lujuriosamente, sintió un sabor totalmente diferente en su boca, no era sangre ya que no sabía a hierro, ni tampoco algún dulce porque Soubi no había tenido la oportunidad de comer ninguno... intentó identificar aquel extraño sabor pero simplemente no podía y fue ahí cuando cayó en la cuenta de que ese sabor era el mismo que él había dejado salir de su interior y que su amado había tomado sin prejuicio alguno. Se sintió extraño al ser consciente de que se encontraba probando su propio elixir de los labios de su amor, pero lejos de parecerle asqueroso, le pareció algo  sumamente erótico y excitante. Se separaron poco a poco, disfrutando enormemente aquella sensación cálida al tener sus labios unidos y aquel hormigueo presente por lo reciente de este. Ritsuka abrió poco a poco los ojos, mientras emitía un erótico gemido de placer puro al sentir como su amante acariciaba sus glúteos con pasión, como dando a entender que ansiaba estar dentro suyo lo más pronto posible...


 


 


- mmm, adoro oírte gemir de placer... me dan más ganas de hacértelo ahora mismo y sin parar...- musitó Soubi en un susurro tan erótico, que provocó una reacción inmediata en el pequeño con un sonido gutural precioso a vista del pintor


 


- ahhh Soubi ahh hazme tuyo onegai...- musitó con una voz cargada de deseo mientras apretaba las sábanas entre sus manitas, arrugándolas aún más al mismo tiempo que se movía inquieto sobre aquel lecho, abriendo de vez en vez sus esbeltas piernas, invitando a su seme a posicionarse entre ellas y tomarlo desde ese momento sin prejuicio alguno mientras que se mordía el labio inferior de una manera tan seductora y provocativa que Agatsuma no tardó en comerse esa pequeña boquita tan deliciosa.


 


- mmm... delicioso...- susurró el excitado seme al término de aquel fogoso beso que les agotó el aliento al punto de que tardaron varios minutos en recobrarlo, sin embargo al ver que su uke estaba por terminar de recuperarse y él tan necesitado de aunque sea un pequeño contacto con el cuerpo del morenito empezó a frotar con sensualidad su erguido miembro contra el muslo del ojivioleta, mostrándole lo duro y necesitado que estaba de la debida atención- Ritsuka, me excitas- murmuró morbosamente al oído del pequeño neko, mordisqueándolo de vez en vez, disfrutando de esos hermosos gemidos cada vez que hacía ese provocativo y  a la vez sencillo movimiento


 


 


- So... Soubi... no digas esas cosas...- susurró con dificultad ya que aún no se reponía del todo del beso anterior- me da... vergüenza


 


- ¿vergüenza de qué? ¿ de esto?- preguntó al mismo tiempo que volvía a rozar su aún atrapado sexo contra las piernas del estudiante de preparatoria, gimiendo quedamente ante el estimulante contacto, si tomamos en cuenta que estaba en extremo sensible gracias a lo excitado que se encontraba y de que su miembro seguía atrapado en sus pantalones, causándole cierto dolor por esa simple razón


 


- ¡ahhhh! s...si... de... de eso...- jadeó con dificultad


 


- mmm... interesante... entonces, ¿qué pasaría si hago esto?- preguntó divertido luego de tomar entre sus manos la delicada mano del sometido uke, llevándola con sutilidad hasta sus pantalones donde la introdujo con sutilidad hasta lograr que los dedos de Ritsuka hicieran contacto directo con su miembro- ahh... Ritsuka...- fue su respuesta inmediata ante el pequeño contacto con aquella parte de su cuerpo


 


- Soubi...- susurró completamente azorado al darse cuenta de cuál era la parte del cuerpo de su koi que estaba acariciando y de un pequeño dato más...


 


Agatsuma no traía ropa interior


 


- ¿si?- respondió ante el llamado de su uke mientras se encontraba sumamente concentrado en mimar su cuello y frotar su caliente cuerpo con el sumamente sensible del pequeño


 


- n... no traes... ropa interior...- susurró completamente cohibido ante este descubrimiento que lo dejó anonado unos cuantos segundos


 


- mmm... si, últimamente no acostumbro traerla puesta- respondió con la voz profunda y sexy, ocasionando que los vellos del neko se erizaran al sentir el suave aliento del pintor quemar su sensible piel mientras "obligaba" al estudiante a masturbarle con lentitud- incrementa las... sensaciones humm...- jadeó levemente al sentir como un roce cerca de sus gemelos le robaba momentáneamente el aliento


 


- Soubi... ahmmm... uhhhh


 


- ¿estás excitado pequeño?- preguntó en un halo erótico que estremeció al cuerpo debajo de él


 


- s...sí...- contestó pasito y muy quedo al igual que con su carita totalmente coloreada de carmín que le hacía ver sumamente tierno pero al mismo tiempo tentador, dándole las ganas necesarias a su hombre a seguir con la conquista pasional a su persona


 


Una sonrisa pícara adornó el rostro del adulto ante tal confesión, así que sin más se puso de pie, dejando totalmente desconcertado al uke que no sabía que había hecho mal como para que su pareja reaccionara de esa manera. Así que a pesar de su pudor por preguntar, se armó de valor y le preguntó con voz queda y penosa


 


- Soubi, ¿qué pasa? ¿Hice algo mal?


 


- claro que no mi pequeño neko, simplemente...- respondió mientras con sutileza bajaba lentamente sus jeans, mientras se tocaba frente a Ritsuka el cual, sin saberlo, entreabría sus tersas piernas ante esa imagen erótica que le desplegaba su seme sin poder despegar su mirada de las caderas de este- estoy harto de esta piel que me separa de ti


 


- Soubi... - susurró el adolescente ante la respuesta del ojiazul


 


Mientras tanto, este ya había retirado por completo sus jeans de mezclilla, arrojándolos a un lado sin importancia alguna; todo esto sin apartar un solo segundo su mirada seductora de la violeta del morenito al mismo tiempo que regresaba con  pasos gatunos y un tanto provocativos a aquel lecho en el cual le esperaba su uke el cual ya estaba más que excitado ante la imagen que se presentaba ante el y es que simplemente Soubi era perfecto en todos los sentidos; su torso un tanto marcado sin llegar a exagerar, sus brazos, tan fuertes y protectores entre los cuales simplemente adoraba refugiarse con un mínimo pretexto, aquellas piernas tonificadas y su sexo... dios, de solo verlo un calor dentro de el emanaba como fuego que le quemaba lentamente, haciéndole jadear con una seducción e inocencia inigualables.


 


Tan absorto estaba en sus pensamientos y en admirar indiscretamente aquel Adonis que tenía por novio que no se dio cuenta de que este le tomaba un tanto brusco de los hombros para incorporarlo lentamente, plantándole un beso cadencioso que le robó el aliento una vez más y del cual se aferraba con fuerza sin querer separarse de él un solo segundo, ni siquiera para respirar. Al término de este beso y como estaba levemente elevado, a Agatsuma se le hizo sumamente fácil manejarlo a su gusto, así que sin problema alguno lo apoyó contra la cabecera de aquella cama, poniendo detrás de su perfecta espalda una almohada para que no se lastimara sus omoplatos.


 


Ritsuka, absorto ante estas inexplicables acciones por parte de su seme estuvo a punto de preguntarle el por qué de su actuar cuando este le respondió por si solo... Frente a él, se encontraba hincado a horcajadas sobre su pecho su Adonis, su perfecto seme el cual, sin pudor alguno sostenía entre su mano derecha su imponente miembro, colocándolo justo enfrente de sus levemente hinchados labios, dándole una orden muda que el simplemente "rogaba" porque no fuera lo que pensaba...


 


- Lámelo Rit-chan- ordenó con su voz ronca y un tanto distorsionada por la excitación que le provocaba aquella sexy imagen debajo de si


 


- So...Soubi... pero... yo no sé...c... como hacerlo...- respondió pasito y completamente azorado, una preciosa imagen sin lugar a dudas


 


- te diré que hacer- respondió dulcemente


 


- ¿se... seguro?- preguntó demasiado cohibido y sonrojado al ver el sexo de su amor frente de él - ((en verdad es grande.... ¿cabrá todo dentro de mí?))- se cuestionó acongojado de solo pensar que "eso" estaría en su interior


 


 


- hai, no te preocupes ratoncito, te ayudaré, ahora lámelo- respondió dulcemente excitado


 


- ha...hai


 


 


Así que sin más, trató de acomodarse enfrente de la entrepierna de su seme lo más cómodamente posible mientras escuchaba atento y con un carmín intenso en su rostro las indicaciones del apuesto pintor. Primero, sujeto entre su delicadas manos  aquel sexo palpitante del cual simplemente no podía quitar su vista de encima para inmediatamente después, masajearlo lentamente entre ellas, de arriba a abajo, una y otra vez a veces un poco más rápido, otras veces un poco más lento, ocasionando casi casi un infarto al corazón del adulto por culpa de aquellos movimientos que eran tan excitantes al parecer de este ya que, aunque era cierto que aún eran sumamente torpes y equivocaba mucho al momento de acariciarle, el solo hecho de que fuera su nekito el que lo estuviera tocando de aquella manera tan íntima le hacía entrar en el mismísimo cielo.


 


Por su parte, a Ritsuka  ya no le llegaban las indicaciones que el adulto había prometido otorgarle el cual sencillamente al descubrir este hecho dejó de emitirlas para dejar salir solamente gemidos de puro placer y es que Aoyagi simplemente se estaba dejando guiar por aquello que, a su parecer, sería la más sublime experiencia en aquella nueva etapa que se habían permitido darle a la relación. Descendió con lentitud una de sus manitas hasta los gemelos del castaño, comprobando su textura suave en algunos lugares y un tanto rugosa en otros, descubriendo como con esa simple acción hasta él mismo emitía leves gemidos de placer puro al ser él el que se encontraba estimulándole  de aquella manera. Un poco más confiado al escuchar lo que estaba obteniendo con aquel nuevo estímulo que se había dispuesto a otorgarle, comenzó a humedecer con su lengua sus aún hinchados labios, lamiéndolos lenta y sensualmente al mismo tiempo que no dejaba de masajear aquel palpitante miembro; procurando  que ningún rincón de su boca quedara sin la lubricidad que su saliva podía proporcionar para inmediatamente después cubrir cuidadosamente sus dientes con sus labios; el porqué debía hacer eso no se lo explicaba es más, ni siquiera sabía de donde demonios había sacado esa idea, pero con tan solo tener entre sus manos aquella parte proveniente de Agatsuma hacía que de su mente salieran las más eróticas y perversas formas de satisfacción sexual.


 


Al comprobar que incluso un poco de su saliva descendía ya por su barbilla por el exceso utilizado de esta, introdujo con lentitud aquel imponente miembro en su cavidad oral; los nervios lo estaban matando es más ni siquiera estaba muy seguro de poder hacerlo bien, pero el apasionado gemido que su seme profirió en cuanto sus humedecidos labios besaron la punta de aquel cuerpo caliente y el leve meneo de caderas hacia su boca en busca de más contacto que su dueño estaba realizando, le dieron las fuerzas y ánimo suficientes para seguir con aquella etapa inicial de la felación, introduciendo de golpe aquel sexo en su boca, acción que obviamente le robó momentáneamente el aliento al sentir como se estaba prácticamente ahogando al albergar toda aquella extensión de carne en su interior. Decidió tranquilizarse un poco y sobre todo acostumbrarse a aquella nueva sensación que le era otorgada por aquel viril miembro, hasta que de plano su necesidad de respirar le ganó partido a todo lo demás y no pudo contenerlo más en su boca, sacándolo de ella lo más rápido posible para intentar tomar un poco de aire para sus pobres pulmones, no tenía idea de que aquella acción pudiera robarle el aliento de tal manera.


 


El seme por su parte, al darse cuenta de ello sonrió con un deje de ternura y preocupación por aquel abrupto movimiento, así que dejó que normalizara su respiración lo más posible; cuando vio que lo logró, se dispuso a darle un pequeño "tip" para que aquello no volviera a pasar, porque obviamente y al menos por esa noche, su pequeño neko no se iba a salvar de darle una felación así sea lo último que haga  -Procura tomar una buena bocanada de aire antes de un oral pequeño, o podrías asfixiarte de verdad- musitó entre pequeños jadeos de placer y con una enorme y lujuriosa sonrisa adornando su rostro. Aoyagi, acatando la orden, volvió a tomar posición frente a aquel caliente cuerpo, tomándolo de nuevo entre sus manos y humedeciendo sus labios con una sensualidad y erotismo que hizo que el rubio se pusiera más duro si es que aquello podría considerarse humanamente posible. Tomó una gran bocanada de aire, tal y como lo hacía al sumergirse en una piscina y comenzó a introducir de nuevo aquel sexo en su boca. Se mantuvo unos cuantos segundos así, manteniéndolo preso entre sus labios al mismo tiempo que sentía como palpitaba levemente dentro de su boca, sintiéndole rozar toda su cavidad oral ocasionando que su excitación se acrecentara a niveles descomunales, nunca pensó que aquel acto le daría tanto gozo a su corazón, sentir el pre-semen de Soubi caer gota a gota en su paladar al mismo tiempo que sentía como su sexo se endurecía más y más en su boca le daban una alegría inmensa a su corazón.


 


 


 Mas sin embargo ese deleite le duró poco, ya que el rubio, en un acto de inconsciencia por la necesidad de sentir más placer, empezó a embestirle levemente, como indicando que ya necesitaba un poco más de atención o se volvería loco ante la exquisitez de aquella tibia humedad rodeando su virilidad así que, Ritsuka, acatando la "orden muda", poco a poco empezó a meterlo y sacarlo de su boquita, dejando en ocasiones solo la punta de aquel trozo de carne dentro de sus labios, procurando cubrir sus dientes con estos para no lastimar la sensible piel del sexo de su seme. Dentro fuera, dentro fuera, estos movimientos se repetían una y otra vez ,a veces unas más rápidas, otras más lentas que torturaban completamente al pintor al sentir toda la tibia y deliciosa saliva de su niño rodear su virilidad con una exquisitez única al igual que su lengua; la cual envolvía su miembro en una calidez deliciosa difícil de contener. Ante este placer tan sublime y deseoso de un poco más, tomó los delicados cabellos color de noche entre una de sus manos, marcando levemente el ritmo que deseaba que el pequeño siguiera mientras que con la otra se apoyaba en la pared para no caer bruscamente sobre el pecho de su sacrifice que es donde se encontraba ubicado como punto de apoyo para que su pelinegro estuviera a la altura exacta de sus caderas sin molestarle en nada.


 


- ahhh Ritsuka... tu boquita es tan... deliciosa...mmm...- exclamó entre gemidos de placer puro al notar como una sacudida sumamente placentera daba lugar en todo su cuerpo ya que el neko había descubierto una vena un tanto gruesa en la que había centrado toda su atención, ocasionando esa sacudida tan deliciosa en el cuerpo del pintor- no creo... poder resistirme a la tentación de... correrme dentro de tu boca ratoncito... mmmm es tan exquisita...


 


A lo que Ritsuka respondió con un fuerte sonrojo surcando sus suaves mejillas ante lo atrevido de estas palabras y con un aumento a la velocidad de las mamadas que ejercía sobre el sexo de su amante, ocasionando que este perdiera un poco más su lucidez y tomara ahora si con ambas manos, la cabeza del pequeño mientras embestía con sutilidad una y otra vez, disfrutando todo lo que aquella pequeña lengua y esos dulces labios tenían para ofrecerle. Por su parte, el sacrifice aunque le diera pudor admitirlo libremente, deseaba con todas las fuerzas del mundo que su seme dejara su semilla en su cavidad - ((¿a qué sabrá? ¿Se sentirá grotesco el recibirla? ¿Es pegajoso, tibio, caliente? ... me encantaría saber la respuesta))- fue lo que pasó por la mente del adolescente en ese lapso de tiempo en el que ahora se dedicaba a lamer arduamente toda aquella longitud.


 


Pasados ya varios minutos y al tener dentro de su boca el miembro del rubio de nuevo, las succiones se hicieron más fuertes al igual que las embestidas propinadas por el ojiazul, rozando una y otra vez el límite de la garganta del chico, sintiendo como los gemidos ahogados provenientes de este golpeaban su sexo eróticamente. Bastaron  solamente un par de profundas mamadas más y el adulto ya no pudo contenerse un solo segundo, así que terminó por entrar lo más profundo que la fisonomía del más pequeño le permitía para así poder depositar ahí su pegajoso y tibio semen, profiriendo un gemido de descomunal satisfacción en el acto, jalando levemente los cabellos negros por lo intenso que había sido su orgasmo dentro de aquella pequeña boca mientras presionaba aquella cabeza con orejas de neko a su vientre lo más posible, ahondando todo lo posible dentro de aquella húmeda y exquisita cavidad. Mientras tanto, Ritsuka abría sus ojos con una expresión de sorpresa increíble puesto que por muchos deseos que tuviera de recibir la esencia del adulto en su boca, esta acción lo tomó completamente por sorpresa pero aún así logró reaccionar e inmediatamente empezó a beber de aquel líquido plateado, saboreando aquel sabor tan extraño entre dulce y salado que indiscutiblemente tenía la esencia de Soubi en cada gota que ingería con presura. Pero por más que deseaba retenerlo lo más posible, la sorprendente eyaculación del castaño no pudo ingerirla del todo, así que dejó que escapara un poco por la comisura de sus labios, sintiendo como descendía, tibia y pegajosa por su barbilla hasta su cuello y en dirección a su pecho, manchándolo completamente.


 


Agatsuma, al ver este hecho sacó con pesadez su miembro ya algo flácido por aquel delicioso orgasmo, observando con deleite como las mejillas de su neko estaban manchadas de su néctar, al igual que su cuello y parte de su pecho por el descender de aquel líquido, todo esto junto con aquellas bellas amatistas entrecerradas y debajo de ellas un carmín en extremo inocente, complementando de esa manera la pornográfica imagen… ah que delicia era verlo así. Ritsuka, al sentir la insistente mirada de su pareja sobre él, alzó su mirada brillosa como ninguna y con su respiración cortante por la asfixia momentánea a la que se encontró expuesto y sus labios sumamente hinchados al haber albergado tamaño sexo dentro suyo, se relamió los labios con una sensualidad y erotismo sin igual sin romper un solo segundo el contacto que habían establecido sus miradas, intentando excitar al adulto de nuevo con aquella sencilla acción, observando con deleite como esto funcionaba a la perfección. En un acto de seducción sin igual, se recostó sobre aquel lecho con lentitud, mientras se acariciaba el hombro izquierdo con dirección a su vientre lentamente, suspirando ante aquel tacto en su piel sensible por los besos y caricias pasionales recibidas en esta con anterioridad por parte de su amado universitario, intentando por todos los medios no despegar su avergonzada mirada de la contraria en ningún momento, embarrando con estas sencillas acciones lo poco de la esencia plateada que él mismo había dejado escapar para después relamerse la punta de sus dedos con lentitud, saboreando el semen tan delicioso que le había sido otorgado.


 


Cuando estuvo completamente recostado sobre aquella cama y al cerciorarse de que el adulto no le quitaba la vista de encima, dejó por la paz los dedos que se encontraba saboreando para dirigir sus manitas a sus extremidades, abriendo lentamente sus piernas lo suficiente para que este pudiera observar su intimidad escondida entre ellas, jadeando levemente al sentir su cuerpo quemar con aquella mirada tan incipiente sobre él y observar como su combatiente se lo comía lujuriosamente con la mirada, mordiéndose su labio inferior y sentir sus mejillas arder de vergüenza al ofrecerse de aquella manera al más experto pero ¿Qué más podía hacer? Había probado ya lo delicioso que podría ser ese hombre en la cama y lo bien que le podía hacer sentir con tan solo unas cuantas caricias y besos pasionales e incluso con un poco más allá de eso, ocasionando con esto una urgente necesitad de sentir como este invadía de amor carnal su cuerpo y le profanaba por primera vez aquel íntimo lugar tan escondido de su cuerpo. Agatsuma por su parte, al ser él el espectador de semejante acto no pudo hacer otra cosa que acercarse con lentitud a aquel moreno cuerpo que acababa de abrir sus piernas delante suyo en un pedido mudo y suplicante, acariciando con lentitud aquellas extremidades de su adolescente cuerpo, iniciando las caricias por sus delicados pies, subiendo lentamente y disfrutando de cada caricia que otorgaba al pasar por sus piernas, rodillas, un poco más arriba y estaría en sus muslos, lugar que no tardó demasiado en alcanzar sin romper la conexión de miradas que mantenía con aquel gatito que muy pronto dejaría de serlo, hasta llegar a las ingles de este donde depositó un suave beso que fue descendiendo con lentitud hasta encontrar aquella pequeña entradita que les haría ver a ambos amantes las estrellas y tocar el cielo con las manos. El observar como esta se abría levemente con las respiraciones tan agitadas por parte del pequeño le excitó de sobremanera  así que soltó un sutil halo de aliento sobre aquella sensible parte, ocasionando un escalofrío en todo el cuerpo del chico y un gemido tan sexy que pensó que se vendría con solo aquel sonido.


 


- ahhhhh… So… Soubi ¿qué vas a…


 


- shhh… tranquilo ratoncito, tú solo encárgate de disfrutar y nada más


 


- e…está bien… mhhh…- suspiró complaciente


 


Con toda la sutilidad que le caracterizaba, Soubi hizo rodar sobre la cama al pequeño, ordenándole firmemente que se sostuviera sobre sus piernas y manos y mantuviera su trasero elevado, asegurándole al angustiado neko que esa posición solo sería por algunos momentos y que después volverían a la anterior


 


- deseo ver tu rostro al momento de penetrarte por primera vez Rit-chan… no me perderé ese privilegio por nada- comentó tranquilamente como si estuvieran hablando del clima a comparación del pelinegro que se moría del sonrojo que aquellas lujuriosas palabras ocasionaron en sus pómulos.


 


Al haber declarado este sentir y creer que ya era el momento, Soubi alargó su brazo a uno de los cajones que le pertenecían a él en el buró, extrayendo del fondo de este un pequeño tubo de lubricante que hacía no mucho tiempo había adquirido y que, por obvias razones, estaba completamente nuevo – (( si que fue muy productivo acompañar a Kio a esa sex shop el verano pasado jejeje))- pensó para sí el fighter al abrir aquel pequeño tubo y embarrar tres de sus dedos con aquella resbaladiza sustancia, frotándola entre ellos para que su pequeño no resintiera tanto lo frío de esta. Ritsuka por su parte, se hallaba hecho un manojo de nervios, estaba muy cómodamente situado sobre aquella almohada que Soubi gentilmente le había puesto para recargar su cabeza mientras le hacía ponerse en aquella extraña posición que lo tenía completamente azorado al percatarse que con tan solo un giro, le dejaba ver completamente el interior rosado y puro de su cuerpo y no es que no haya intentado mostrarlo hace tan sólo unos minutos, sino que esa posición le hacía sentirse tan expuesto y diminuto en comparación con el castaño que simplemente le sobrepasaba todo aquello. Pero todo pensamiento se vio interrumpido al sentir como Soubi empezaba a acariciar sus nalguitas con total libertad, sintiendo como embarraba en ellas algún líquido que no sabía de dónde demonios lo había sacado, pero eso no era algo de lo que debía preocuparse, puesto que en ese preciso momento y luego de varias de aquellas caricias empezó a sentir un agudo dolor en su interior al percatarse como el inicio de uno de los dedos de su compañero estaba intentando entrar en su interior en un pequeño forcejeo por lo estrecho de su virgen entrada.


 


Un jadeo fue lo único que logró articular ante el miedo de que si se quejaba demasiado, Soubi dejara toda actividad y no culminara aquel acto con él, así que  se permitió relajar a su cuerpo como le había indicado hace tan solo unos segundos el ojiazul en medio de aquella dulce penetración y cerró los ojos ante aquella extraña sensación de dolor- placer que le había embargado el cuerpo junto con una pequeña sonrisa en su sudoroso rostro al darse cuenta de que estaba solo a unos cuantos pasos de pertenecerle por completo a su amor –((solo espero ser lo suficientemente bueno para ti Soubi…))


 


Aquel dedo entraba y salía con sutilidad, marcando un ritmo que le era medianamente soportable al estudiante de secundaria, disfrutando de todo aquello que aquel hombre le hacía sentir, otorgándole silenciosamente el permiso de dejar entrar otro dedo más a su cuerpo, abriendo los ojos de golpe y apretando fuertemente las sábanas ante el dolor que esto le ocasionó; si acostumbrarse al primer intruso le pareció difícil, el tener que soportar otro más en su interior se le hacía imposible.


 


- Soubi… me… me duele…- exclamó en un hilo de voz y con la respiración sumamente agitada al intentar contener a toda costa aquellos gritos de dolor que luchaban por salir de su garganta, relajándose súbitamente de sobremanera al sentir suaves y tiernos besitos sobre su espalda, subiendo cada vez más hasta alcanzar su hombro que fue besado con pasión y sentir una agitada respiración sobre su oído izquierdo.


 


- tranquilo pequeño… ya casi termino de prepararte… no quiero lastimarte


 


- pero es que… duele- renegó ante el surgimiento de un nuevo dolor que le proporcionaban los movimientos de tijera que habían comenzado dentro de su cuerpo hace no mucho tiempo, recibiendo un dulce beso en su cuello como tranquilizante inmediato.


 


- si quieres podemos dejarlo aquí… te prometí que no me molestaría en lo absoluto- susurró con una voz ronca y una suave mordida sobre su oreja de neko, junto con una pequeña embestida más adentro de su cuerpo, ocasionándole una descarga eléctrica sumamente placentera que le permitió exclamar un dulce gemido y una necesidad de más placer doloroso al intentar pegar su trasero a aquella mano lo más que se pudiera con tal de no dejar de sentir esta exquisita sensación.


 


- n…no quiero… continúa, por favor…- susurró necio y con la voz cargada de erotismo puro.


 


- entendido…


 


Fue lo último que dijo el adulto al penetrarle por tercera vez y escuchar un gemido de profundo dolor proveniente de su sacrificio… sabía que le dolía demasiado, no podía engañarlo, no a él, pero era preciso que se acostumbrada a aquellas sensaciones antes de pasar a algo mayor… no quería que saliera lastimado.


En medio de todo aquel jaleo, Soubi dio con aquel punto de placer dentro del pequeño que le hizo soltar a este un gemido gatuno de portentosa satisfacción que le hizo menear las caderas levemente hacia atrás en busca de más, meneándolas con necesidad alrededor de esos tres dedos ocasionando que Agatsuma interpretara esto como el momento que había estado esperando al empezar con la dilatación de aquella cálida y angosta entrada.


 


Sustrajo sus húmedos dedos de ahí con lentitud, ignorando olímpicamente los pequeños suspiros de protesta provenientes de su sacrificio y le hizo ponerse bocarriba de nuevo en otro sencillo giro. Ritsuka al sentir esto, se acomodó lo más posible sobre aquellas sábanas que ya no le ayudaban en lo a estar fresco en lo absoluto y, mientras Soubi se masturbaba delante de él para lubricar su miembro con aquel líquido, él tomó entre sus manos sus delgadas y temblorosas piernas,  sujetándolas por detrás de sus rodillas y abriéndolas totalmente para deleite del universitario, dejando entrever entre ellas su dilatada y rosada entrada, pudiendo ser esta vislumbrada perfectamente a ojos del pintor el cual sólo atinó a delinearse los labios con su lengua con lentitud, sintiéndose como hipnotizado puesto que simplemente no podía despegar su mirada de esa cosita rosada, mientras que Ritsuka, azorado a todo esto que él mismo causaba solo observaba atentamente suplicante aquella imponente figura delante suyo.


 


- Soubi… por favor… quiero sentirte dentro- murmuró suplicante ante la frustración que le ocasionaba no sentir entre sus piernas aquel cuerpo como lo había estado sobre él hace tan sólo unos momentos atrás.


 


- Como ordenes ratoncito- respondió lujurioso ante el deleite de escuchar a su neko suplicar por aquel acto, dejando de lado toda actividad anterior y dirigiéndose con lentitud hacia aquel moreno cuerpo, le hizo soltar sus extremidades al estar ya situado en medio de ellas y le obligó a alzar sus manos por encima de su cabeza, sosteniéndolas él mismo en esa posición al sentir el rechazo de esta petición por parte del neko.


 


Le hizo rodearle la cadera con las piernas y abrazarle con ellas, ocasionando inmediatamente con esta acción que la punta de su miembro palpitante entrara de golpe en aquella dulce entrada, obteniendo como resultado un desgarrador grito de dolor proveniente del cuerpo que se encontraba debajo suyo que cayó con un pasional beso y una presión de cuerpo con cuerpo, liberando aquellas manos y tomando inmediatamente entre las suyas aquellas estrechas caderas que dentro de algunos segundos, se encontrarían bailando para él.


 


Se separaron tan sólo unos milímetros de los labios del otro, jadeando pesada y arrítmicamente, sin dejar que aquella conexión de miradas que se había establecido de nuevo se perdiera por ningún motivo. Ritsuka afianzó sus brazos alrededor del cuello del castaño al mismo tiempo que pegaba su frente húmeda a la de este y soltaba otro gemido de portentosa satisfacción al percatarse de cómo lenta y sutilmente, aquel gran miembro iba ingresando cada vez más en su interior.


 


Un suspiro compartido, besos que te roban el aliento, ojos entrecerrados de placer, almas entregadas, cuerpos ardientes de pasión… aquella noche sería la más memorable para ambos amantes.


 


Pero no todo en la vida es color de rosa, y desgraciadamente Ritsuka era demasiado estrecho como para aguantar tan lenta intromisión sin salir herido de más, así que Agatsuma, previendo esto, solo alcanzó a susurrar un moribundo –perdóname…- para inmediatamente después tomar aquellas dulces caderas y arremeter con fuerza dentro de ellas, dando la primera embestida y de paso, tocando aquel punto de placer que hizo gemir a Ritsuka de tal manera que Agatsuma pensó que preciosa imagen no iba a encontrar en ningún otro lado jamás… solo con su pequeño neko.


 


- ((que exquisitez es la de tenerte entre mis brazos mientras te hago el amor… Ritsuka definitivamente eres delicioso))- pensó para sí mismo mientras besaba su cuello y parte de su hombro con pasión, intentando distraerlo del dolor que le había provocado ante tan inesperado acto, cerrando sus zafiros para retener en su mente la completa satisfacción en el rostro del moreno al momento de penetrarle por completo… que privilegio era para él poder degustar de tan erótica imagen.


 


- Soubi… me… me arde- susurró en un murmullo desfallecedor para él puesto q no supo de dónde sacó las fuerzas para expresar el dolor tan intenso que sentía… un dolor que lo hacía agonizar pero al mismo tiempo hacía saltar de dicha a su corazón.


 


- Tranquilo… es… momentáneo pequeño- contestó mientras depositaba un tierno beso en la frente del chico para después dedicarse a observa aquellas dulces facciones de su rostro, intentando no despegar por nada del mundo sus lagunas azuladas de las amatistas, entrelazando ambas manos en una unión mística al igual que la de sus cuerpos que aguardaban ansiosos el momento preciso en el que el más pequeño dejara de sentir dolor para empezar con aquella danza de los amantes que desde hacía años esperaban con paciencia.


 


Ritsuka por su parte se obligaba a sí mismo a relajarse, a pesar de toda las atenciones que tuvo su novio para con su persona, no le quitaba el hecho de que sus dedos no eran nada comparables a aquel miembro que ahora alojaba lleno de dicha en su interior, respiró profundo varias veces al mismo tiempo que intentaba acomodarse mejor contra aquel sexo palpitante, obligando a su entrada a moldearse lo más pronto posible a este para poder iniciar con aquel acto que venía deseando desde hace tiempo, mordiéndose los labios de paso para aguantar aquel placentero dolor molesto que sentía ante aquellas acciones entre jadeos y miradas llenas de un amor y pasión profundas.


 


De pronto, unos brazos delgados rodearon el cuello  del castaño, mientras esa figura se incorporaba levemente de tal manera que aquel sexo quedaba más dentro suyo y eso, en verdad era delicioso –ahhhhh- fue el único sonido que ambos amantes pudieron emitir antes de que el más pequeño diera una orden concisa y directa


 


- hazlo… Soubi…


 


Fue lo único capaz de pronunciar antes de verse sumido en la humedad de un beso asfixiante mientras sentía como aquel miembro salía completamente de su interior para después arremeter inesperadamente de golpe de nuevo, ocasionando que él se soltara de aquel delicioso contacto y emitiera un gemido de descomunal satisfacción que retumbó en las cuatro paredes de aquella alcoba, siendo recibido gratamente por los oídos del adulto que para él fue la música más bella que el hombre pudo haber creado.


 


- ahhh… Ritsuka… eres… demasiado estrecho… mmmh- jadeó en medio de toda aquella excitación que le provocaba estar en el interior de su neko, mientras su manos, con sus palmas anchas y dedos largos se encargaban de acariciar todo el cuerpo del moreno, desde sus muslos, subiendo levemente por su costado, rozando sus pezones para finalmente alcanzar esa mejillas rojas cuan manzana y descansar sus brazos a sus lados, con la finalidad de repartir su peso equitativamente y no dejarle todo al pequeño neko.


 


- So…Soubi…- murmuró azorado mientras recargaba su cabeza sobre el hombro de su seme y entrecerraba los ojos levemente, disfrutando enormemente de todo el placer que ese hombre le estaba otorgando, acurrucándose lo mejor posible contra aquel cuerpo que le embestía con lentitud, agradeciendo interiormente ese ritmo momentáneo puesto que a pesar de su pedido, aún le dolía un poco esa parte de su cuerpo.


 


Mientras tanto, Agatsuma, ajeno a todo dolor pequeño o grande que estuviera sintiendo su pequeño amante no cabía dentro de sí el gozo que sentía, el sentir de esa manera al moreno, poder tocarlo, besarlo, amarlo libremente mientras escuchaba la leve serenata de jadeos y susurros incomprensibles que para él era lo mejor que podía existir en esta vida, no tenía precio alguno. Recargó su cabeza contra la de su amante, al mismo tiempo que subía lentamente las embestidas otorgadas a ese juvenil cuerpo que tenía entre sus brazos, sintiendo la tesura de esas orejitas negras que aún conservaba el minino rozar contra su mejilla izquierda pero que no tardarían en desaparecer; sonrió con solo pensar en ello.


 


De pronto, un escalofrío placentero le rodeo todo el cuerpo, haciendo que su piel se erizara un tanto puesto que el chico, en un afán de mimarlo un poco dentro de aquel hermoso acto, comenzó a acariciar con una sutilidad única parte de su espalda y caderas con aquella preciosa colita de neko que el adoraba y la cual, ahorita se encontraba dándole un pequeño placer extra. El ser consciente de esto, le hizo sentir como el mayor de los pervertidos y seguiría con aquel divagar mental sino es porque el chico le tomó sorpresivamente por la nuca para atraerlo hacia él en un beso necesitado mientras que sus caderas golpeaban entre sí de manera exquisita, creando un sonido un tanto morboso pero que en ellos solo ocasionaba una excitación sin igual y las ganas de continuar con aquel acto hasta el final se incrementaron notablemente.


 


- Soubi… te amo… te amo mucho- confesó entre jadeos y una mirada cristalizada por el placer, labios hinchados por la fogosidad de los besos y un carmín intenso por el acto en el cual él era uno de los principales protagonistas


 


- yo también ratoncito… no tienes… idea de cuanto


 


Alcanzó a responder antes de salir completamente de aquella entrada que ya había sido domada totalmente por él para volver a entrar de lleno, recibiendo como recompensa un gemido tan sensual que de no haber sido por su gran resistencia, con eso habría bastado para correrse dentro de aquella cosita que empezaba a adorar como a nada en este mundo… obviamente poniendo antes  a Ritsuka. Dentro fuera, dentro fuera, a veces más rápido, otras más lento mientras ideaba formas de poder complacer la primera vez de su neko al máximo, observando detenidamente las reacciones que su rostro evidenciaba, tratando de no perderse detalle alguno de estas.


 


En un afán de satisfacer aún más la primera vez de su pequeño niño, Agatsuma posó sus labios sobre el moreno pecho para así crear pequeñas succiones que dejaban una sensación increíble al parecer del uke, ocasionando que las estilizadas piernas que se encontraban alrededor de la cadera del seme se cerraran aún más, ocasionando una reacción en cadena que le conllevó a estrechar aquel interior puro y rosado un poco más, sintiendo así con mayor potencialidad las embestidas de las cuales se encontraba disfrutando sin pudor, siendo acompañadas por pequeños y casi imperceptibles gemidos por parte de Soubi.


 


- ¿lo sientes Ritsuka?... ¿Sientes… como rozo cada parte de tu interior tan cálido… como el solo? ¿Cómo entro cada vez más y más profundo?- preguntó entrecortadamente en un aire de perversión que erizó la piel de su pareja completamente de pies a cabeza


 


-¡ahhhh! Si… lo… lo siento Soubi… te siento dentro muy dentro…- alcanzó a susurrar mientras recargaba su cabeza en el pecho del castaño, bajando levemente la mirada sin ninguna intención morbosa, más grande fue su sorpresa al descubrirse así mismo observando detenidamente como es que el sexo que el rubio poseía se hundía segundo con segundo dentro suyo en un ritmo delicioso, sintiéndose un total pervertido por desear ver más de aquel espectáculo que tenía entre sus piernas.


 


Ante esta declaración y siendo ajeno por lo que los ojos violetas de su pequeño se encontraban viendo, el universitario empezó a frotar su sensibilizada piel tan blanca contra la morena, incrementando las sensaciones a más no poder al igual que los gemidos de placer y súplicas por más rapidez. Tanto era el afán con el que se movía contra aquella figura que no se dio cuenta en qué momento el pequeño se había prendado de uno de sus pezones, mordiéndolo levemente mientras que estimulaba el contrario con su pequeña y delicada mano, sintiendo como el sudor que se encontraba ahí se entremezclaba inevitablemente con el que el estudiante traía consigo en su afiebrada piel, sacando de ambas bocas gemidos entrecortados y jadeos pasionales que quedaban grabadas como hierro forjado entre las paredes de la alcoba, esbozando una sonrisa de satisfacción por el placer que le ocasionaba todo eso.


 


Cambiaron. Soubi de un momento a otro y sin salir en ningún momento de aquel cuerpo más que para lo necesario hizo que su uke se sentara lo más cómodamente posible sobre sus caderas, siendo ahora él el que se encontraba debajo de aquella morena figura, potencializando así las sensaciones indescriptibles que la unión de sus cuerpos se proporcionaban entre sí y obligando a Ritsuka a aferrarse de la cabecera de la cama para no caer rendido entre los brazos de su seme al sentir increíblemente incrementadas aquellas embestidas que de un momento a otro habían subido descomunalmente de nivel, sintiendo la fricción que se ocasionaba con estos actos dentro de su cuerpo junto con un pequeño escozor en esta, suponiendo que era por aquella fricción tan deliciosa que le hacía caer en un delirio total, haciendo caso omiso a ese ardor por la necesidad de concentrarse en todo el placer que se le estaba proporcionando a esa sensible parte.


 


- ahhhh…. Ahhhh ¡Soubi… Soubi! ¡Más… quiero… quiero más!


 


Gritaba una y otra vez al sentir como es que el mencionado tomaba su estrecha cintura entre sus manos y le ayudaba a cabalgar sobre aquel grueso miembro que por lo duro que este se encontraba ya y la posición en la que estaban golpeaba una y otra vez aquel punto tan desconocido dentro de él pero que le proporcionaba un placer extra del que su seme le provocaba, ocasionando una sonrisa de satisfacción en su rostro al sentir como sus súplicas eran totalmente saciadas, mientras que sus iris violetas se entrecerraban para poder sentir lo más posible todo aquel mar de embestidas pasionales del cual se encontraba preso y sin ninguna intención de querer salir de ella.


 


Inconscientemente, tomó entre las yemas de sus dedos de ambas manos sus pequeños y erectos pezones, estimulándolos al ritmo de las estocadas en las cual él mismo ya era partícipe, subiendo y bajando lo más rápido posible sobre las caderas que se encontraban profanándole, golpeando una y otra vez contra los gemelos del rubio, mordiéndose el labio por este roce entre sus nalguitas y aquellas partes nobles de su amado novio, siendo ajeno a las intenciones que este mismo iba a hacerle saber.


 


De un momento a otro, Soubi tomo sorpresivamente la mano que se encontraba estimulando el pezón derecho y la tomó entre las suyas propias, obligando al pequeño a colocarla sobre su erecto y punzante miembro.


 


- tócate


 


Fue la orden directa y concisa que aquellos labios exclamaron, observando con deleite y lujuria encerrada en sus ojos como sus orden era inmediatamente acatada, disfrutando totalmente de aquella dulce visión que tenía sobre de él; Ritsuka moviéndose una y otra vez, cada vez más y más fuerte sobre  sus caderas observando morbosamente como es que su sexo era prácticamente succionado por aquella deliciosa entrada, al mismo tiempo que se encontraba acariciando su dulce botoncito y se masturbaba delante suyo todo esto con el afán de complacerle.


 


Exquisito, simplemente exquisito.


 


- mmhh… ahhhh… ahhhh ahhhh… ¡Soubi!- gemía en medio de las embestidas


 


- Eso es pequeño… más y más placer… mmhhh…


 


Fue lo último que pronunció el rubio antes de obligar al pequeño a dejar toda acción sobre su cuerpo y retomar el mandato de nuevo, obligándole a recostarse sobre él, pecho contra pecho y rozando ambos botones, sintiendo como su cuello era rodeado por aquellos delicados brazos y sus labios besados con fervor, mientras que él descendía sus manos por su columna con sensualidad hasta llegar a sus nalguitas y acariciarlas con presura al ritmo de las embestidas, ayudándolas en su subir y bajar con aquella danza que les estaba robando todo sentido común si no es que ya lo había hecho.


Junto sus piernas lo más posibles a las caderas del rubio, suspirando contra los labios de este por la exquisita sensación que ello le ocasionó, más sin embargo y muy a su pesar tuvo que interrumpir aquel demandante beso al sentir como su seme, de alguna u otra forma, lograba colar entre sus vientres su mano hasta alcanzar su propio miembro erecto y que ya se encontraba en su límite para masturbarlo al ritmo de las estocadas….


 


 


Aquello era realmente el paraíso…


 


Sentir como era que su seme entraba una y otra vez en su cuerpo, cada vez más y más adentro ocasionándole un placer simplemente indescriptible mientras que al mismo tiempo recibía una atención “especial” en su miembro más que erecto y con la punta sumamente rojiza por la acumulación de sangre en este era algo que simplemente jamás podría describir con simples palabras, suspiró contra la boca del adulto por las acciones ejercidas en su juvenil cuerpo, encontrando su delicado rostro reflejado en esas lagunas azules que tanto amaba a lo cual solo pudo contestar con una sonrisa , siendo enmarcada por su sudoroso y sonrojado rostro, dándole una vista sumamente deleitable al seme debajo de él. Dos placeres enormes eran los que se encontraba sintiendo, su garganta se sentía levemente irritada tanto por la mamada que le otorgó a su novio como por los fuertes gemidos y gritos de placer entremezclados con el nombre de su combatiente que este mismo le hacía exclamar como loco y sinceramente esa situación le avergonzaba un poco, sentía que era demasiado ruidoso pero ¿cómo callar cuando te encuentras recibiendo el mayor de los placeres con ese Adonis que tenía por pareja? La respuesta aún era un misterio hasta para él mismo.


 


- m…más Soubi… más onegai…- suplicó al sentir cerca el final… quería sentir todo lo que su combatiente pudiera otorgarle antes de terminar inevitablemente con toda aquella danza de la cual estaba consciente se había vuelto un adicto


 


- ahhh… pero… gatito puedo lastimarte… mhhh…- contestó el mencionado mientras tomaba esas nalguitas entre ambas manos y las estrujaba levemente al ritmo de sus embestidas para después dar una pequeña nalgada traviesa, dejando un tanto irritada la zona donde propinó el golpe


 


- ¡ahhh! Que… que importa… solo… solo hazlo…- suplicó el uke


 


- e…está bien… como tú ordenes mi pequeño…


 


Fue la única respuesta que recibió por parte del universitario para inmediatamente después sentir como es que este tomaba sus nalguitas y las deslizaba hacia arriba a lo largo de su sexo, sintiendo un leve vacio que no le agradó en lo absoluto e iba a empezar a reclamar cuando sintió como es que ingresaban de nuevo de lleno en su domesticada parte, exclamando un gemido descomunal seguido de un jadeo que solo le hizo reaccionar a tomar aquel rostro entre sus dos manos para regalarle un beso apasionado; sus mejillas ardían, de seguro que ese gemido si había llegado a casa de los vecinos...


 


Las penetraciones se hicieron más profundas al igual que el roce ocasionado en su rosado interior, gimió contra aquellos labios que eran su perdición para inmediatamente después ayudar con aquel baile de caderas, golpeando más y más rápido contra las caderas de su seme, sintiendo intensificada a más no poder todo aquello que deseaba sentir y que sentía que sería la causa de su pronto desfallecimiento… se sentía a morir… Por su parte el rubio no cabía de diversos sentimientos dentro de sí, sentía que el final estaba cerca pero no quería, simplemente no quería abandonar aquel cuerpo que acogía su miembro en su interior con sumo agrado, aquel rincón tan escondido en el cuerpo del pequeño era simplemente delicioso, jamás en toda su vida llegó a sentir tanto placer como el que estaba sintiendo en ese momento y mucho menos había tenido el privilegio de conocer un pasaje tan suave y cálido como el que poseía su neko…


 


Lo admitía, se estaba volviendo un completo adicto a ese cuerpo


 


Rompieron el beso, suspirando en medio de todo aquello y al conectar sus miradas estas lo dijeron todo, sabían que estaban a punto de terminar, estaban sumamente conscientes de ello así que en un acto de necesidad para cerrar con broche de oro aquel encuentro apasionado, Agatsuma giró sobre la cama, ocasionando que su neko quedara de nuevo bajo su cuerpo y al escuchar un suave – So…Soubi… ya no… ya no puedo más…- seguido de una serenata de sonidos pasionales arremetió lo más posible contra aquella morena figura, ocasionando con esta acción que las piernas de Ritsuka estuvieran lo más abiertas posible, dejándole todo el camino libre para poder terminar ese encuentro sin ningún problema.


 


Estas a su vez se cerraron alrededor de su cadera, sintiendo como su piel se erizaba como nunca al encontrarse tan sensibilizada al rozarse contra aquella dermis, soltando un suave suspiro de placer al mismo tiempo que seguía masturbando aquel viril cuerpo, sintiendo como las primeras gotas de semen empezaban a salir de este…


 


- ahhhh… juntos pequeño… hagámoslo juntos…- ordenó al dirigirse a devorar una vez más aquel cuello que tenía las marcas suficientes como para un mes entero ¿pero que importaba? Era suyo y podía hacer con él lo que quisiera


 


- mmmhhh… aahhhh s…si… ju…juntos Soubi…- alcanzó a responder el uke, bajando sus orejitas para complacer a su seme, notando una sonrisa surcar aquel pálido rostro por esta sencilla acción, sabía cuánto le gustaba que hiciera ese acto y deseaba hacerlo por última vez al ser consciente que sería la última acción que podría realizar con ellas… cuando menos las usaría para poder complacer al máximo a su pareja.


 


Tan solo bastaron un par de estocadas profundas más para que Ritsuka soltara un gemido descomunal de placer, sintiendo como es que su cuerpo se encorvaba de una manera humanamente imposible, ocasionando que el sexo de Agatsuma quedara aún más dentro de él en los límites posibles de su cuerpo, escuchando con una gran sonrisa de felicidad como es que su novio exclamaba un gemido de portentosa satisfacción, dejándose venir con aquel líquido plateado y puro sobre la mano de este junto con el pintor, sintiendo al mismo tiempo que todo esto sucedía como es que una sensación refrescante llegaba a todos los rincones de su levemente irritada entrada, cayendo en cuenta de que era la esencia de su novio la que se encontraba invadiéndole de amor su cuerpo junto con el último suspiro proveniente del adulto siendo este tal vez el único realmente fuerte que había escuchado por parte de él… se sentía feliz…


 


Inevitablemente y junto con aquel segundo orgasmo más placentero que había sentido en toda su vida, notó como es que aquella entrada se contraía placenteramente tantas veces que al rubio se le hizo imposibles contarlas, escuchando un último suspiro por parte del pequeño al sentir como es que aquel líquido viscoso era depositado en lo más recóndito de su ser, sonriendo feliz con una mirada llena de un brillo especial que Agatsuma solo atinó a responder aquel gesto con un beso cargado de ternura, contrastando notablemente con la pasión que acababan de sentir sus cuerpos y que había terminado con el orgasmo más maravilloso que pudieron haber sentido en sus vidas, dejándose ir y venir por última vez en aquel cuerpo, otorgando las últimas penetraciones que le sería capaz de hacer antes de tener que salir de su ser, ocasionando con este deslizamiento que un poco de su propio semen se deslizara lento y sugerente por aquellas piernas ante la presión que había ahí dentro, sintiéndose lleno de dicha al ser consciente de que ahora era suyo…


 


Completamente suyo…


 


- te amo…


 


Confesó el pelinegro antes de abrazarse con una necesidad y amor infinitas a aquel ser sudoroso y con piel tibia por el calor que este estaba sintiendo y el cual era levemente apagado por el mismo sudor. Recargó una vez más su cabecita en el hombro del castaño, dispuesto a disfrutar de aquellos últimos movimientos que le hacían morderse los labios para después sentir como es que Agatsuma deseaba salir de su interior.


 


Ante esta acción y con las últimas fuerzas que le quedaban, contrajo su sensibilizada entrada lo más que le fue posible, arrancando otro suspiro de ambos labios para después voltear su rostro y suplicarle mientras observaba aquellas iris azuladas que lo tenían cautivado en un susurro erótico que les erizó a ambos la piel


 


- no Soubi… por favor, quédate… dentro


 


- Ritsuka puedo lastimarte… además de que mañana no podrás sentarte bien- exclamó jugando un poco con el ánimo del momento


 


- que importa… nada importa solo… quiero sentirte así, dentro mío al despertar… no es mucho pedir ¿o sí?


 


Cuestionó un tanto adormilado… realmente estaba agotado


 


- claro que no pequeño…


 


Respondió su seme para después sentir como este se levantaba de su posición, el miedo de que no cumpliera con su petición se hizo presente e iba a decirle algo cuando este solo musitó –confía en mí- para después observar cómo se incorporaba totalmente, observando desde la posición donde se encontraba el torso manchado con su semen del adulto, ocasionando otro pequeño sonrojo en sus mejillas para después sentir como movían sutilmente una de sus piernas, pegándolas lo más posible a su pecho para después juntarla con la otra y sentir inmediatamente como es que la figura del adulto se recostaba a su lado en un giro sumamente rápido para evitar que el miembro de este saliera demasiado de él, descansando junto con él detrás suyo en un dulce contacto y con aquel miembro que les unía aún dentro de él.


 


Un dulce abrazo, un beso sobre su cabeza y una sencilla sábana sobre su cuerpo fue lo último que fue capaz de razonar antes de caer profundamente dormido entre los brazos tibios de aquel ser al que le había regalado su primera vez.


 


Y por ello, más feliz no se podía sentir.


 


- Te amo Ritsuka…


 


~~~~~°°°°°°°°```````````°°°°°°°°°°°~~~°°°°°°````````````````~~~~```````°°°°°°°°°´~~~~~


 


 


Poco a poco la ciudad que hasta hace apenas unas cuantas horas se encontraba sumida en un silencio casi total empezaba a iniciar lentamente con sus labores de cada día. Los autos empezaban a circular por las calles de la famosa Tokio, llevando dentro suyo familias que estaban dispuestas a ir a pasear a algún lugar bonito y pasarla bien antes de tener que iniciar la semana, las amas de casa comenzaban a ir a los supermercados para comprar la despensa o simplemente al mini súper para así comprar lo necesario para el desayuno de sus familias mientras que los chicos que repartían el periódico iban en sus bicicletas, arrojándolos ante las puertas de cada vivienda que había contratado el servicio.


 


¿Niños? No, aún no habían, la mayoría aún se encontraban en sus camas durmiendo plácidamente al ser domingo, gusto que no les duraría mucho puesto que el sol empezaba a colarse por todas las casas que encontraba a su paso, dándoles su luz y calor a todas por igual y sin hacer ninguna distinción.


 


Mientras todo esto sucedía, en la habitación de una pareja que era ajena a todo este movimiento y a la cual, al igual que las demás casas el sol ya les tenía contados sus minutos de sueño, este se colaba lentamente por las cortinas de aquella alcoba, encontrándose a su paso algunas prendas de ropa regadas sin ningún cuidado por el suelo de madera. Omitiendo este insignificante hecho, siguió con su deber de llevar su luz y calor a todo ser viviente sobre la tierra así que sin más empezó a tocar los bordes de la cama, subiendo lentamente sus rayos por esta hasta toparse con dos cuerpos totalmente desnudos que se abrazaban el uno al otro, siendo cubiertos solamente por una sencilla sábana de la cintura para abajo que se encontraba algo desordenada por el ajetreo evidente de la noche.


 


Sin más, logró su cometido y por fin pudo tocar el hombro de la figura mayor, colándose más y más hasta poder llegar al inicio de su rostro, molestando con esta acción al ser perezoso que se encontraba abrazando posesivamente al cuerpo frágil de cabellos azabache que tenía entre sus brazos. Ante esto, el mayor empezó a formar diferentes gestos en su rostro por la incomodidad que le causaba la luz del sol pero se le hizo imposible el poder ocultarse de ella así que resignado se dignó a abrir sus zafiros, dándole al Sol la batalla ganada.


 


Suspiró, estaba a punto de incorporarse con la intención de cerrar bien las cortinas puesto que no deseaba que su neko despertara aún cuando cayó en cuenta de algo… la inusual desnudez que había en ambos cuerpos y un dato más:


 


Aún no se retiraba del cuerpo más pequeño.


 


- entonces no fue un sueño…- susurró para sí al mismo tiempo que una dulce sonrisa surcaba su rostro, recostándose de nuevo e intentando pegarse un poco más a aquellas caderas, disfrutando los pocos o muchos minutos que le quedaban para disfrutar de su suavidad y calidez puesto que estaba consciente de que en cuanto el poseedor de aquella dulce figura despertara, le iba a exigir que saliera por la incomodidad que era un hecho, iba a sentir.


 


Un poco más despierto, lo único que hizo fue recargar su rostro contra el hombro de su compañero, sintiéndose complacido al notar cómo es que se amoldaba perfectamente a este, tal parecía que sus cuerpos habían sido creados para complementarse al cien al otro y esa idea le encantaba. No fue consciente de cuantos minutos habían pasado y en los cuales se había dedicado a admirar secretamente aquel hermoso cuerpo que tenía entre sus brazos, pero pronto despertó de su hipnosis temporal al notar cómo es que el mismo empezaba a despertar. Complacido con este hecho, empezó a llenar de besos el hombro desnudo que se encontraba a su entera disposición hasta llegar a las mejillas ya arreboladas del más pequeño, depositando un dulce beso en ellas para después susurrarle un perezoso –Buenos días pequeño-.


 


Más sin embargo no obtuvo respuesta alguna y un tanto alarmado por ello iba a preguntar qué es lo que sucedía cuando el moreno entre pequeños jadeos de clara incomodidad exclamaba


 


- So…Soubi… me duele...


 


Musitó pasito y con un sonrojo aún más grande al sentir como empezaban a acariciar su vientre en un acto sin ninguna doble intención, solo la de mimarle y hacerle recordar todas las maravillosas sensaciones que el adulto le podía hacer sentir.


 


- ¿Qué te duele ratoncito?- preguntó en un aire de “inocencia” que no le quedaba para nada


 


- a…ahí- alcanzó a responder apenado


 


- ohh… ¿te refieres a aquí?


 


Cuestionó para después dar un pequeño empujoncito con su miembro dentro de aquel cuerpo, ocasionando un diminuto gemido de placer doloroso en el uke y uno de satisfacción en el


 


- si… ya… ya sal, por favor


 


- lo que ordene mi pequeño


 


Fue lo último que alcanzó a pronunciar antes de depositar un tierno beso en esos labios rosados para inmediatamente después incorporarse cuidadosamente, intentando por todos los medios no incomodar más a su amado uke, sintiendo como iba abandonado poco a poco aquel interior tan cálido y del cual había quedado totalmente prendado. Al ver cómo es que la punta ya había salido completamente, escuchó como un suspiro salía de aquella boquita, suponiendo que era de alivio al ya no tener que soportar la dilatación a la que su entrada estaba siendo obligada a estar, ignorando totalmente el verdadero hecho de por qué había sido pronunciado.


 


- ((me… me siento vacio…))- pensó azorado el uke más sin embargo dejó momentáneamente estos pensamientos de lado al notar cómo es que la figura contraria no volvía a recostarse a su lado como deseaba que hiciese.


 


Un poco alarmado, intentó girarse para poderse sentar y preguntarle directamente que es lo que ocurría, más sin embargo todo intento se vio frustrado al sentir un dolor punzante en su entrada, ocasionando que cayera de bruces sobre la cama en medio de jadeos de dolor y una mirada preocupante por parte de su seme.


 


- Soubi… ¿qué me pasa?... me arde… me arde mucho…- musitó débilmente por el dolor que sentía en aquella sensible parte


 


- perdóname ratoncito… en verdad perdóname… yo… no te cuide como debí… rompí mi promesa por favor perdóname…


 


Rogó angustiado el seme al mismo tiempo que se colocaba casi encima del pequeño cuerpo, abrazándolo tiernamente al mismo tiempo que depositaba un dulce beso sobre su cabeza, intentando con estas dulces acciones obtener su perdón. Se sentía un idiota, se recriminaba enormemente el no haber podido controlarse, mira que haber ocasionado que su ratoncito sangrara… eso si no se lo podía perdonar.


 


Absorto en sus pensamientos como él solo, no notó como es que Ritsuka se zafaba cuidadosamente de su abrazo, incorporándose hasta donde el dolor que sentía se lo permitía y con toda la timidez que le caracterizaba llevó una de sus manitas en dirección al área lastimada, sintiendo claramente cómo es que el semen que no había logrado salir del todo anoche por aquella petición hecha a su novio ahora salía libremente, deslizándose lento y sugerente entre sus piernas. No comprendía por qué si solo era la esencia de su amor su entrada le ardía tanto, hasta que se armó de valor y tomó un poco de aquella sustancia pegajosa entre sus dedos, llevándola hasta la altura de sus ojos, observando un tanto sorprendido la causa de sus dolores…


 


Sangre, lo que tenía era sangre mezclada con el semen de su amado, eso era lo que salía de su interior, ahora lo comprendía todo…


 


Giró su mirada hacia el cuerpo con el cual compartía ese lecho, encontrándose con una mirada sumamente acongojada y un rostro lleno de culpabilidad que simplemente no soportó ver, así que con cuidado de no lastimarse más, intentó llegar hasta donde su seme el cual al ver la acción del pelinegro fue él el que se acercó a su frágil figura, más grande fue su sorpresa al ver cómo es que aquel dulce adolescente le detenía, llevando ante sus ojos y en dirección a su boca la esencia que había recogido de sus nalguitas, lamiéndola lentamente con un carmín intenso surcando sus mejillas, haciéndole ver a su seme que no le disgustaba para nada lo que había ocasionado, al contrario…


 


Le hacía sentir suyo, solo suyo


 


Al término de aquella acción inesperada, Ritsuka tomó entre sus manos el rostro del adulto, guiando sus labios al encuentro de los contrarios, uniéndose una vez más en un beso lleno de amor y pasión entremezclados, disfrutando enormemente la saliva entremezclada del contrario, besándose como si realmente no hubiera un mañana, dejándose llevar por toda aquella bola de sentimientos enredados que el otro les hacía sentir y de los cuales se sentían orgullosos de tener.


 


Con mucho cuidado, Soubi empezó a dirigir aquella frágil figura de nuevo hacia la cama, depositándola lentamente y acomodándola de tal manera que la herida que había ocasionado no le incomodara más. Tomó sus manos entre las suyas para después dirigirlas hacia arriba, en dirección a la cabeza del ser que tenía debajo para inmediatamente después verse obligado a romper aquel delicioso beso por la falta de oxígeno que ya se hacía presente. Iba a decir algo cuando Ritsuka le interrumpió, callando así toda intención suya de pedir una disculpa más


 


- no tienes por qué preocuparte Soubi… te perdono, aunque en verdad no tengo por qué hacerlo… sé que no fue porque tu quisieras- dijo el ojivioleta, mirando directamente aquellas dagas azules de su amor para que viera que no le estaba mintiendo y de que en realidad no estaba enfadado…


 


Fue su primera vez, era natural y sabía a lo que se atenía, no podía dejar que Soubi se echara toda la culpa él solo.


 


- sí pero aún así yo…- intentó refutar pero una vez más, fue callado


 


- shttt…-  le silenció- no fue tu culpa, y no te atrevas a decir que no me cuidaste por que jamás en mi vida había recibido tantos cuidados como los que me otorgaste tú


 


Confesó antes de esbozar una tierna y amorosa sonrisa que fue muy bien recibida por parte del adulto. De pronto, sintió un leve escozor inusual tanto en sus orejitas como en su colita y fue ahí cuando cayó en cuenta a que se debía… Miró a los ojos a su seme con una pequeña pizca de nostalgia pero más que nada felicidad y este como buen novio, comprendiendo todo solo depositó un dulce beso en la frente de su uke antes de separar sus manos de las del pequeño, dirigiéndolas una en dirección a su cabeza y otra a sus caderas.


 


Y así, con un pequeño y leve tirón, tanto las orejitas como aquella hermosa colita fueron retiradas de su cuerpo y con ello, todo rastro de su niñez e inocencia.


 


- gracias Ritsuka… las atesoraré como no tienes idea- confesó para después depositar un dulce beso en cada uno de aquellos signos de virginidad, colocándolas cuidadosamente sobre su almohada… más tarde las guardaría bien, ahora solo se le antojaba una sola cosa…


 


- Soubi…


 


- ¿hmm? ¿Qué pasa? ¿Te duele algo?- preguntó un tanto preocupado por su herida


 


- … te amo…


 


- … yo también pequeño, como no tienes idea… ¿puedo confesarte algo?


 


- ¿qué cosa?- susurró


 


- me encantó hacerte el amor… se siente muy rico hacerlo contigo- confesó en un aire de perversión solo propio de él


 


- ¡Soubi!- reclamó totalmente sonrojado el uke, dándole un pequeño golpe a su brazo por lo atrevido de sus palabras


 


- jejeje yo solo decía ratoncito…- exclamó mientras se inclinaba de nuevo sobre aquella figura, depositando tiernos besos sobre aquel cuello que ahora sabía era el punto débil de su niño, considerando esta información una muy útil…- ¿sabes que se me apetece ahora y que se que te sentará muy bien para ya no sentir más esa pequeña molestia?


 


- ¿q…qué?- preguntó temeroso al no saber qué es lo que estaba pasando en esos momentos en la cabeza de su seme


 


- un baño con agua caliente, en la tina… tu y yo juntos, digo para ahorrar agua… hay que ser ecologistas y ayudar al planeta jejejeje- murmuró sobre su oído antes de darle una pequeña lamida, sacando un jadeo de aquellos labios- después podríamos desayunar y de ahí… ya veremos- sonrió


 


- mmm… me parece una excelente idea- contestó en signo de complicidad para después ver cómo le sonreían de nuevo, al mismo tiempo que rodeaban su delicada cintura entre sus brazos y lo levantaban de aquella cama, ocasionando que por instinto rodeara el cuello de su amado con sus brazos, aferrándose a ellos para no caer, viendo como le dirigían hacia aquella puerta que correspondía al cuarto de baño


 


¿Y la pintura a Acuarela? Bueno… ahora Soubi tendría que encontrar otro paisaje que hacer si es que deseaba terminar la universidad aunque… la idea de tener un modelo sin orejitas para poderlo pintar no le desagradaba en lo absoluto pero esa… esa ya es otra historia.


 


 


°°°~~~°° Owari. °°°~~~°°

Notas finales: Y bien ¿que les parecio? disculpen si fue muy largo, pero en cierta manera queria compensar todo el tiempo que no actualice jejejeje n.nUU espero que en verdad les haya gustado, al fin y al cabo escribo por gusto y para satisfacer sus gustos si no quisiera hacerlo hace mucho que habria dado por terminados todos mis fics pero jamas lo haria, ellos son mi vida y aunque tarde demasiado procuro terminarlos, no me gusta dejar nada a medias mientras haya quien los lea y les guste seguire haciendolo y pues ... solo les digo que esperen mis otras historias que como ya dije, tarde pero seguro jeje =P
Cuídense y espero dejen reviews!! aunque solo sea para regañarme u///u pero tmbien para saber si les gusto sino creo q no tendra caso hacer mis demás historias planeadas, solo finalizaria con las pendientes y me daria de baja como autora es decir ya no escribiria más por q pues si no le gusta a nadie ¿para que hacerlo? en fin, ojala les guste a más de una me despido y de nuevo disculpenme!!! u//u cuidense y nos estamos leyendo ;)
Bxox!!!!

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).