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Aquellos ojos del color de la lavanda se abrieron repentinamente, miro a su alrededor desde el sitio donde estaba, sin moverse un ápice. Se percato que estaba en un hospital. Cerro los ojos fuertemente e intento recordar como es que había llegado ahí.
Lo último que recordaba era aquel espeso y rojizo liquido manchándole la piel y la ropa tras cada golpe que asestaba con justificado odio a Boris. Recordaba que en cada golpe sentía que aquel odio milenario se sellaba con el fulgor de cada acción violenta contra este.
Pero hubo un punto donde le había dado la espalda a Boris para salir de ese lugar en llamas. No tenía la intención de morir convertido en una linda brocheta humana, ¡claro que no!. A pesar que sentía una tristeza tan profunda que le calaba hasta los huesos no renegaría de su vida, ni se negaría el placer de poder respirar el mismo aire que Yuriy.
Al menos eso le quedaba, ya que sabía muy bien que no podía compartir mas con el pelirrojo, por lo menos, compartiría el mismo mundo y aire que este.
Tan sumido estaba en aquellos pensamientos que recordaba haber sentido un dolor tan agudo proveniente de su pierna. Agacho lentamente la mirada y vio que de su muslo emanaba sangre a borbotones por un gran agujero negro, volteo lentamente y vio a Boris apuntándole desde el piso con un arma.
Le miro lleno de ira, recordaba como su sangre se convertía en violentas torrentes de fuego circulando por sus venas, ¡aquel mal nacido se atrevía a defenderse!, ¡cuando ni siquiera eso merecía!. Por un segundo aquella ira creciente que inundo su ser le hizo olvidarse de aquel punzante dolor, se movió tan rápido que la risa de Boris desapareció al no poderle seguir con la vista.
Bryan le había pateado la mano con la que sostenía aquella arma, haciendo que esta volase muy lejos de la mano adolorida de aquel odioso hombre. Recordaba la mirada aterrada de este, finalmente se mostraba tal cual era, un cobarde y nada mas. Comenzó a asestarle fuertes patadas en la cabeza, sin siquiera detenerse un segundo, ignorando los ruegos de piedad de este, tan furioso estaba que aquello no despertaba ni el mas mínimo resquicio de compasión por aquel hombre.
¿Acaso el había tenido compasión con alguien alguna vez?. Claro que no, se trataba de Boris.
La sangre comenzaba a salir por los oídos y boca de Boris tras cada patada en su cabeza, en una de aquellas patadas que asesto le había roto la nariz, y ese hombre no hacia nada mas que llorar y revolcarse como el gusano que era. Pateo hasta que su respiraciones e torno tan agitada, hasta que el humo hubo entrado en sus pulmones y le constaba trabajo respirar. Se detuvo un momento y vio como la vida de Boris se extinguía tras una última y fuerte sacudida de su cuerpo.
Le miraba atentamente, absorto en aquella escena, memorizando cada detalle de aquella escena.
…l había matado a Boris, él lo había hecho. Le quito la vida a una persona, ahora era igual que aquel bastardo que acaba de morir. ¿ahora había algo que le diferenciará de aquel hombre?.
La culpa, ¡maldita culpa1, ahora hacia una mella en su corazón y mente, una gota de agua que se fundía en el lago de oscuras aguas de su mente. Comenzó a toser profusamente, había respirado tanto de aquel humo.
Bryan recordaba toda aquella escena tan nítidamente, que podía sentir aun la sangre de Boris salpicándole la ropa y la piel, podía sentir sus nudillos estrellarse en su rostro. Todo aquello había sido tan real. Tan grato y atroz, no podía creer que había disfrutado aquello por el simple hecho de tratarse de Boris.
Pero ahora miraba confundido aquella habitación sin tener idea de cómo había llegado ahí. A oscuras escuchando los lamentos de las personas y los quejidos de los demás enfermos que traspasaban las paredes de esa habitación, se sentía confundido y herido. Había estado resignado a morir en aquel sitio, envuelto en llamas para después ir de cabeza al infierno. Estaba listo para ello, pero…
¡Ahora lo recordaba!.
Recordaba que mientras yacía en el suelo, una figura había surgido entre las llamas y el humo, al principio no podía reconocer de quien se trataba o que cosa era lo que se acercaba hacia él, pero recordaba que sintió como unas blancas y delicadas manos le tomaban y le llevaban a algún sitio, había levantado la mirada para toparse con unos ojos del color del oro. Hermosos y profundos, una mirada llena de decisión. Eso era lo último que recordaba de aquella experiencia tan confusa.
Se dejo caer en la cama, haciendo un sonido mofo a causa del colchón.
¿ Qué era todo aquello?. ¿Por qué aún estaba vivo?.
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–¡ah!, ¡ah!, ah!, ¡Kai!, ¡ahí…!-se escucho la voz entrecortada de Yuriy a causa de los gemidos.-¿Qué haces?
Kai se detuvo por un momento a mirar a Yuriy y vio como este cerraba fuertemente los ojos y sus mejillas rojas de placer. Tenía ambas manos de Yuriy enredándole el cabello mientras él estaba situado entre sus piernas lamiendo el miembro erecto del pelirrojo.
–¿Acaso no te gusta?-pregunto con malicia mientras el pelirrojo negaba con la cabeza, ya incapaz de decir algo.
-yo…nunca antes había sentido esto.
–Ni yo-contesto Kai.
Volvió a reparar en la apariencia del su compañero y sonrío con complacencia al ver al pelirrojo en aquel estado de éxtasis absoluto y desde hace ya unos minutos sentía su erección rozar con la tela de su negro pantalón y dolerle como nunca, sin duda quería ver aquella dulce boquita de Yuriy tragando su virilidad. Pero eso aún tenía que esperar.
Agacho su cabeza una vez más y engullo el miembro de Yuriy rápidamente. Disfrutaba de tenerlo en la boca, y aquel liquido de sabor salado que había comenzado a salir de este le resultaba terriblemente bueno. Con su lengua comenzó a hacer círculos sobre la punta, lenta y pausadamente, dándose el tiempo de sentir la textura de la piel de esa zona erógena del cuerpo de Yuriy con su lengua.
Se despego un poco de Yuriy para soplar sobre el miembro de este y volverlo a engullir. Yuriy arqueo la espalda y sus manos se aferraron fieramente a la sabana, aquello era tan nuevo y excitante para él, jamás pensó que sentir la boca de Kai rodeando su virilidad fuera a brindarle el mayor placer que había sentido en toda su vida.
Kai comenzaba a lamer su miembro de arriba abajo y el calor que emanaba a causa de esas acciones le calentaba todo el cuerpo, hacía que su corazón latiera tan rápido y que por su cuerpo viajarán miles de pequeñas descargas eléctricas que solo hacían aumentar su placer.
Kai deposito un pequeño beso en la punta del miembro de Yuriy para después engullir nuevamente el miembro de Yuriy y comenzar a subir y bajar su cabeza, Yuriy poso sus manos nuevamente sobre la cabeza de Kai y le obligo a ir más y más rápido.
El placer le había comenzado a cegar la razón, no tenía algún pensamiento coherente que no fuera pedir por más, de su boca solo salían más y más gemidos e inconscientemente había comenzado a mover sus caderas al compás que llevaba Kai con su boca.
Al poco rato sintió una descarga eléctrica recorrerle todo su cuerpo, todo pensamiento coherente quedó detenido y sofocado por un placer enorme que hizo que todo su cuerpo ardiera en un segundo.
Cayó exhausto sobre la cama y su pecho subía y bajaba salvajemente n un intento por recuperar la respiración, poco a poco pudo ver el techo con claridad, bajo la vista lentamente y vio como Kai pasaba su lengua por sus labios quitándose un liquido blanco, mientras le miraba fijamente con esos ojos rojos que asemejaban al fuego, su mirada profunda y retadora le miraba con un deseo enorme.
–Tócame Yura.- Dijo Kai mientras se quitaba el resto de su ropa y liberaba su erección frente al pelirrojo.
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Yuriy abrió rápidamente los ojos, su respiración era agitada y su piel estaba perlada por el sudor , miro a Kai quien dormitaba sobre una cama de sabanas blancas en el hospital, no hacia muchas horas la operación había terminado.
Por alguna extraña razón no quería separarse de Kai y por alguna mas no lograba comprender ese sueño que había tenido sobre ellos dos. La apariencia que ambos poseían en ese sueño no era la que actualmente poseían, si no que eran mas jóvenes, se veían mas niños, como si tuvieran 15 años.
Vio nuevamente a Kai, realmente no entendía nada de nada, por mas vueltas que el daba no podía comprender la razón del porque su corazón latía desenfrenadamente cada que estaba cerca de él, no podía entender toda aquella emoción desbordante y aquella felicidad que le inundaba el alma con solo estar a su lado, como tampoco podía entender la razón de sufriese tanto con verlo ahí en la cama. Era como si todo aquel daño que había recibido Kai el también lo hubiese recibido pero en su corazón.
Para colmo se sentía tan mal, por que todo aquello había sido su culpa, solo la de él. El lo había dañado y ahora compartía aquel dolor y no podía evitar morirse de preocupación cada que se alejaba de Kai.
–¿Qué me has hecho que no puedo sacarte de mi?.- Al decir esto apoyo una de sus rodillas sobre el colchón al igual que sus manos, mientras su otro pie se apoyaba en punta sobre el suelo, se acerco mas a Kai y probo aquella calidez de los labios de este. Tan suaves, tan calidos que le hacían perder la razón.
Tras aquella escena Ray estaba recargado a lado de la puerta, con la mirada ensombrecida por su fleco, sabía desde hace mucho tiempo que Kai nunca le había visto, ni si quiera una vez, pero ahora, el solo hecho de confirmarlo le perforaba con dolor su corazón, dejando en el un hueco que jamás podría ser vuelto a llenar.
Despego su espalda de aquella fría pared y camino lentamente, como si a cada paso el cuerpo le doliese mas y mas, sentía que encaulquier momento se desplomaría allí mismo y del dolor moriria. Ya nada le ligaría a Kai, ya no tendría excusa alguna para estar a su lado. Ya no había lugar para él en el mundo de él.
Yuriy había salido de aquella habitación para ir al baño. Al entrar vio que las luces blancas iluminaban el azulejo blanco de este, y reinaba un silencio estremecedor. Volvió a ver las imágenes de aquel sueño pasar una tras de otra en su mente y miro fijamente su semblante en el espejo.
–¿Realmente sucedió algo así?.-Aquella pregunta le llevo a recordar lo que el doctor le había dicho cuando el efecto de los tranquilizantes hubo pasado.
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Se sentó en la cama y sintió una punzada de dolor en su cabeza, llevó una mano hacia está y cerró los ojos.
–El dolor ya pasará y podrás irte.-dijo una voz grave perteneciente a la de un doctor que estaba a lado suyo.
–Hicimos algunas tomografías y algunos otros estudios sobre su cerebro pero todo está en perfecto orden, no encontramos nada anormal en su cabeza que le haya causado el desorden mental que presentó en la batalla contra Kai.
“Kai”, ese nombre era el del chico de cabello azul. Su corazón dio un vuelco y las imágenes de lo herido que estaba Kai asaltaron su mente.
–¿Cómo está él?-pregunto mientras se ponía de pie.
–Por fortuna él se encuentra fuera de peligro, pero aún no puede salir del hospital.
Yuriy se sintió tan aliviado y sintió que podía relajarse un poco
–Entonces…yo, ¿por qué pienso que le conozco?
–No lo sabemos, de hecho, ahora que lo menciona sus compañeros dicen que usted ha perdido la memoria pero como no encontramos nada anormal en su cerebro dudamos de que usted haya sufrido tal cosa.
–Ya veo-dijo el pelirrojo mientras miraba las blancas sabanas de la cama.
A pesar de que el doctor le había dicho que no había encontrado ninguna anomalia en su cerebro no podía creerlo del todo, sabía que algo andaba mal con él, lo sabía, tantas eran las ilusiones que llegaban en su cabeza una tras de otra que no dejaban de acumularse en su mente.
Todas aquellas ilusiones solo podían significar dos cosas, una; se había vuelto loco o dos; eran fragmentos de la memoria que Boris se encargo de destruir, para él era mas factible la segunda opción que la primera. O eso quería pensar, las ilusiones siempre trataban de él y de Kai, eran como recortes de su vida de niño tal pareciese como si comenzará a tener un álbum fotográfico dentro de su cabeza, solo tenía retazos de imágenes pero no la historia completa.
Podía pensar que aquello era una locura, pero con solo ver como su corazón latía rápidamente cuando veía a Kai, la preocupación que sentía por él o tan solo el hecho de que no quería separarse de aquel chico de ojos carmesí, en su conjunto, lograban hacerle pensar que aquello de haber perdido su memoria tenía coherencia, por que de ser lo contrarío no encontraba explicación alguna para todo lo que andaba sintiendo.
Cerró los ojos por un instante y suspiro profundamente, aquel experimento que Boris llevo a cabo en él, debió haber sido tan bueno como para que los médicos, aún con toda esa tecnología con la que disponían hoy en día no encontrarán evidencia alguna de lo que le hicieron en la abadía.
El agua del grifo lo regreso a la actualidad, volvió a mirar su reflejo por el espejo y cerró la llave para después ir por algo de papel y secarse las manos.
–Cuídalo. Te lo encargo.- Escucho una voz provenir tras la puerta que daba a los baños. Tenía la ligera impresión de quien era, pero no lograba reconocer del todo aquella voz.
–No sigo ordenes ni concejos de nadie.-dijo mientras se reía bajamente mientras caía en lo contradictorio de aquella frase, eso era una mentira.- Por eso he decidido que yo lo cuidare.- una mentira como toda su vida lo era ahora, pero si d algo estaba seguro, si algo sabia que era certero, era aquellos sentimientos que tenía hacía Kai. Sentimientos a los cuales no renunciaría
Al salir no encontró a nadie fuera del baño, sabía que aquella persona se había ido al escuchar su respuesta, lo sabía.
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Bryan se había dejado caer sobre el colchón miro por un momento el techo y escucho como al puerta de su cuarto era abierta para después ser cerrada con sumo cuidado. No volteo para ver de quien se trataba, no tenía curiosidad por saberlo así que seguí con la vista fija en el techo. Escucho como claramente aquella persona había tomado asiento en el banco que estaba junto a su cama.
Y pronto le escucho sollozar.
Volteo un momento y vio a Rey de aquel equipo al que le guardaba cierto odio, solo por el hecho de que Kai pertenecía a este. Le vio que este cubría su rostro con ambas manos mientras estaba ligeramente agachado.
–¡disculpa por molestarte!-dijo con voz cortada- Solo será un momento.
Y ahí, en medio de aquel cuarto oscuro, Bryan observo llorar a Ray. No sabía bien a cierta ciencia la razón de su llanto pero se hacía una idea clara de esta. Había visto a aquel chico de rasgos gatunos absorto en sus propios pensamientos mientras miraba a Kai en mas de una vez. Así que era obvio, no hacía falta ser un genio para descubrirlo.
–Si no te da miedo estar en al misma habitación que un asesino, entonces no te apures.-fue todo lo que Bryan contesto. Ray negó con la cabeza y continuo llorando.
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Kai abrió lentamente sus ojos y se descubrió en el cuarto de un hospital.
“¡YURIY!” .
Fue lo primero que pensó cuando volteo y le vio sentado en el banco de a lado de su cama, él estaba dormido, respiraba tranquilamente y se veia tan serio mientras dormía, hasta podría decir que estaba enojado al dejarse caer en los brazos de Morfeo. Pero verlo ahí, a su lado le tranquilizaba enormemente.
Vio que en uno de sus brazos estaba el suero, así que no tardo en quitárselo del brazo para así sentarse sobre el borde de la cama y mirar a Yuriy. Sonrió ligeramente y acaricio lentamente el rostro del chico pelirrojo. Acaricio lentamente su mejilla, sintiendo lo tersa que era su piel. Amaba a aquel niño, ¿cómo no iba a hacerlo?. Se acerco lentamente a el y le beso. Unió sus labios a los de él en un suave beso, tan casto, tan puro, tan incitante y tan insatisfactorio. Pronto se encontraba deseando más.
Tenía que tocarle, tenerle bajo él. Claro que tenía que hacerlo. Por ello le jalo fuertemente echándolo sobre la cama con el encima. Yuriy se despertó claramente alarmado y mas que dispuesto a defenderse cuando se topo con aquella mirada escarlata que le helo la sangre e hizo esta corriera a violentos torrentes por todo su cuerpo.
Podía sentir aquellas formas varoniles del cuerpo de Kai sobre el suyo, un cuerpo tan bien formado que despertaba el deseo en cualquiera que le viese. Kai era toda una invitación a pecar. Con aquella seductora y profunda mirada escarlata que perforaba el alma y aquel cuerpo digno de un dios hacía que dentro de él despertasen unos pensamientos de querer ser tomado por él. De sentir aquella perfecta anatomía haciéndole suyo, de sentirle en u interior mientras se movía dentro de el con un exquisito vaivén.
Yuriy inconcientemente había abierto un poco mas las piernas haciendo que el cuerpo de Kai tuviese un contacto mas intimo con el suyo y a pesar de la ropa podía sentir aquella virilidad de Kai sobre su entrada, tan exquisitamente dura.
–Kai…-susurro su nombre mientras Kai se pegaba mas a él y comenzaba a besarle. No podía creer que nada mas despertarse y se sentiría con tal necesidad de poseer a Yuriy. Quería hacerlo suyo nuevamente, marcarlo con su aroma, quería que todo el mundo le reconociera como de su propiedad. El mundo debería saber que Yuriy era suyo y de nadie más.
Su lengua había entrado en la boca del pelirrojo, degustando de la calidez y humedad de esta, tan exquisita e incitante, el beso se iba tornando mas demandante y aquel niño respondía a cada uno de sus besos. Comenzaba a sentir como oleadas de calido placer surgían desde su estomago para recorrerle todo el cuerpo y finalmente desembocar en aquella parte de su anatomía ya despierta.
Aquel chico era simplemente exquisito.
Yuriy se sentía irremediablemente acalorado, sentía su cuerpo responder a cada una de las caricias de Kai, pues mientras este le besaba comenzaban sus manos a colarse bajo la ropa y acariciar su piel.
–¿Kai?.
Tenía dudas, no podía recordarle por mas que lo deseaba, por mas que buscaba desesperadamente dentro de su mente, simplemente no encontraba ningún hecho que le ligará a Kai. Solo sabía que su cuerpo respondía a Kai y que este no paraba de besarle y acariciarle.
–umm
–No puedo recordarte.-soltó de repente Yuriy haciendo que Kai se detuviera. Este alzo la mirada y calvo sus ojos en los de él.
–¿y eso que?.
–¿no te das cuenta?. No recuerdo si te conocí apenas ayer o si te conocí hace años. Ya no se nada de ti…ni de mi. Solo se que mi corazón no para de latir por ti…
Yuriy tomo una de las manos de Kai y la poso sobre su pecho.
-…y mi cuerpo de desearte dentro.- Y a esto último se removió un poco bajo el cuerpo de Kai rozando aquella zona tan sensible del cuerpo de Kai.
-Entonces…no necesito que me recuerdes.
Y Kai de un rápido movimiento le levanto la camisa a Yuriy y con su boca comenzó a besar uno de los pezones de este, mientras Yuriy se sentía explotar de placer con aquellas sencillas acciones.
Sus manos se aferraban fuertemente a la sabana de aquella cama, intentaba calmar sus gemidos y que nadie los oyera, pero le resultaba cada vez mas difícil dado que Kai había comenzado a acariciar su miembro a despierto sobre su ya molesta ropa.
–Kai…¡te amo!.-Dijo Yuriy casi inconcientemente. Ambos pararon en su acciones y se miraron sorprendidos. …l pelirrojo por que no creía haber dicho eso y Kai por que no podía imaginarse que Yura le diría eso en ese momento. Sonrió y miro a Yuriy.
El pelirrojo se sonrojo hasta la raíz del cabello ante aquella mirada profunda y hasta cierto punto amable que Kai le dedicaba ahora. Se sentía avergonzado pero tremendamente feliz, él era lo único que se reflejaba en aquella mirada color granate. Con aquella mirada supo todo, sabía que Kai sentía lo mismo por él.
Entonces comprendió algo…
Las palabras no son necesarias cuando tu corazón esta tan cerca de quien amas.
Yuriy abrazo a Kai fuertemente mientras de sus ojos unas pequeñas lagrimas escapaban, no entendía por que lloraba, pero sabía que no estaba triste y que Kai estaba ahí con él, abrazándole fuertemente.
Sin duda… las palabras no son necesarias para transmitir lo que se siente.
FIN