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Cinco Para La Eternidad por Nessa Yaoi

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Capitulo II – Conectando Las Almas.


El rubio sintió liberada su rabia después de golpear al demonio peligris, no obstante, sintió algo de remordimiento luego por haberse salido de sus casillas tan fácilmente.
- ¿Por qué… hiciste eso, cachorro? Golpeas fuerte, demonios – sobándose la parte adolorida, los ojos azules se clavaron en el peligris como cuchillo caliente en mantequilla.
- Te lo advertí, ¿O no? Míralo, ahora te odia… y pensar que no tengo que mover un dedo para que te deteste – murmuro sonriendo el castaño cruzando sus brazos.
- Ya cállate – acercándose al rubio – Escucha, cachorro… - hablándole al oído.
- Sensei, ¿Puedo ir al baño? Gracias – dijo el rubio después de tener la aprobación del maestro en turno.
- Oye, aun no termino de… - continuaba hablando el peligris mientras seguía al rubio.
- ¿Y ahora que? Espero que no le de una paliza, Naruto es muy bueno en defensa personal… algo que también olvide mencionar – murmurando para si mismo mientras sonreía al seguir al peligris, y éste a su vez al ojiazul.
- ¡Escúchame bien! Demonio sin sesos… - grito el rubio dentro del baño, y luego de revisar que no hubiera nadie más en el lugar – No me agrado lo que hiciste con Gaara – caminando por el pasillo entre las puertas de los baños y los lavamanos.
- ¿Y crees que a mi si lo que él hiso?
- Ilústrame – dio con ironía - ¿Qué demonios fue lo que hiso, según tú?
- ¡Quería abrazarte, diablos! Nadie le hace eso a mi prometido… excepto él – señalando con su cabeza al castaño apoyado en la puerta para que nadie entrara.
- Primero que nada, y para que quede claro, no soy tu prometido, segundo…
- Tienes mi marca, cachorro, que un demonio te marque significa que le perteneces a dicho demonio – apuntando con su dedo el cuello del ojiazul.
- ¿Es cierto eso? Tú si que me dirás la verdad, eres un ángel después de todo – interpelando al ojiblanco, éste inclino la cabeza en signo de afirmación - ¿Sabes que? Deberían entregar instructivos para que las personas sepan donde están paradas, aunque seguramente pondrían los contras en letra pequeña e imposible de leer – siguiendo con su paseo- Bien, ya que las cosas están así…y no me dejan alternativa… - acercándose al castaño le rodeo el cuello con sus brazos y mordió uno de los lados dejando una marca bastante visible.
- ¿Q-Que estas haciendo? Cachorro… - pregunto confundido el peligris, el ojiazul se acerco a él después de dejar completamente atónito al castaño.
Igualmente que al primero, el rubio mordió el cuello del peligris al tiempo que chupaba la carne dejando un morado bastante llamativo.
- ¿Qué les pareció? Ahora ambos tienen mi marca, ¿Eso significa algo para ustedes? Les diré que, según yo, ahora somos como un matrimonio de oídas, lo que quiere decir que ustedes hacen lo que quieren sin inmiscuirme, y yo hare lo que me de la gana sin pedirles permiso, ¿Esta claro? Tengo que regresar a clase – apartando al castaño de la puerta para poder salir.
- ¿Qué fue todo eso? Hacer lo que quiera, que hagamos lo que queramos sin contar con él, ¡¿Qué clase de matrimonio es ese?! Maldición… - grito el peligris rompiendo uno de los espejos con el puño.
- De oídas, o sea… ficticio, de mentira, fingido…
- Entendí el concepto, gracias, pero… ¿Qué le hace suponer que las cosas serán como él quiere? ¿En que plano de la realidad estamos, diablos?
- Gracias a ti… en el paralelo cero, supongo – dijo con recriminación.
- Voy a tener que ponerme muy serio con todo este asunto – saliendo del baño rumbo al salón de clases.
Veinte minutos después de miradas cruzadas con advertencias de los dos recién marcados y del rubio, sonó el timbre anunciando el termino de clases hasta el siguiente día, los alumnos de esa preparatoria solo estudiaban el turno de la mañana, dejando la tardes libres para actividades extracurriculares y de clubs.
- ¿Qué haremos hoy? Tal vez el cine, el parque… tú dime – pregunto sonriendo el pelirrojo.
- Márchate a tu casa y nosotros a la nuestra, idiota – dijo con molestia el peligris.
- Para que te molestas, no puede escucharte – recordó el ojiblanco.
- Pero el cachorro si – a espaldas del pelirrojo y mirando con desafío al rubio.
- Prefiero dar un paseo hasta el rio, el día esta estupendo para un baño, ¿No te parece? Gaara… - pensando en su segundo movimiento para fastidiar a sus supuestos prometidos.
- Eso suena genial – contesto el pelirrojo frotando sus manos - ¿Desnudos como la otra vez?
- ¿Desnudos? ¿Cuándo paso eso? Neji – halando de la camiseta al castaño.
- No hace mucho, y créeme que fue una visión bastante amarga – susurro el ángel.
- ¡De ningún modo vas hacer eso, cachorro! Escucha… - colocándose rápidamente a espaldas del rubio.
- Obsérvame… – susurro a su vez el rubio.
- ¿Qué? ¿Dijiste algo? – dijo el de ojos verdes.
- Decía que después del baño podría ir a mi casa, tengo un juego nuevo que quisiera probar – dando discretamente un codazo en el estomago del peligris.
- ¿Otro juego de pelea? No soy muy bueno en esos – se quejaba Gaara.
- Por lo mismo, eres el contrincante ideal.
- Tramposo – deslizando su brazo por los hombros del rubio para salir rumbo al río.
- ¡Detente ahí, cachorro! Estas acabando con mi paciencia – resoplo el peligris.
- No gastes saliva, él no te hará caso.
- ¿En serio no sientes celos viéndolo con otro? ¿Qué clase de amor es el tuyo? Yo… yo siento ganas de arrancarle la lengua y ponérsela de corbata, demonios – siguiendo al rubio y compañía.
- Por supuesto que siento celos, solo que los canalizo de diferente manera que tú.
- Por lo visto… mi sangre es más caliente que la tuya, así que no puedo evitar enfadarme al verlo coqueteando con otro.
- …l no esta coqueteando, es solo tu imaginación.
- Como sea, pero esta restregándonos en la cara que puede hacer lo que se le antoje sin tomar en cuenta nuestra opinión – deteniendo su paso - Creo que ya llegamos – viendo a los chicos dejar sus mochilas al pie de un árbol y comenzar a quitarse la ropa.
- Es su lugar favorito para nadar, viene aquí todo el tiempo.
- ¿También olvidaste decirme eso? Me tienes harto con tus secretos… voy a golpearte, Neji – mostrándole el puño al castaño – Oh, demonios, no creo poder tolerar esto… esta observándolo, mira sus ojos, parece que quisiera comérselo con la mirada ¡Voy arrancárselos! ¡Le dejare dos huecos donde antes tenia ojos, maldición! – viendo a ambos chicos desnudos meterse en el agua.
- ¿Te apetece un baño? Creo que esta haciendo calor – recomendó con una sonrisa cómplice el ojiblanco.
- Cuando tienes razón, tienes razón – opino Kakashi sacándose la ropa y dejándola en la orilla.
- Esto va ser divertido, otra cosa, no intentes algo en contra de ese chico, no nos conviene hacer enfadar a Naruto, ¿Cierto? Kakashi… - viendo que el otro dudaba en contestar.
- Ahhh, de acuerdo, pero… un solo acercamiento indebido, y lo arrastrare al fondo hasta que la ultima burbuja de aire salga de su cuerpo, lo digo en serio – entrando en el agua junto con el castaño.
- Que extraño… - comento el pelirrojo mirando hacia la orilla.
- ¿Qué cosa? Dime, Gaara “Por todos los cielos, ahí vienen, vaya… no están nada mal” – observando los cuerpos desnudos del ángel y el demonio mientras avanzaban hacia ellos en mitad del río.
- Esa ropa, en la orilla, no estaba cuando lléganos, ¿O si? No recuerdo haberla visto antes… - dijo el pelirrojo señalando las prendas en cuestión.
- Quizás son algunos idiotas, o fantasmas queriendo gastarnos una broma – dijo entre dientes el rubio mientras miraba de uno al otro de sus prometidos.
- Demonios, olvide que la ropa se hace visible cuando no la tenemos puesta, un error de cálculo – comento el peligris.
- ¿Fantasmas? No creo en fantasmas, espíritus, apariciones, demonios… ni nada de esas cosas, solo sirven para asustar a los más crédulos, pero si eso te asusta… aquí estoy yo para protegerte – agarrando la cintura del rubio.
- Ah, no, eso si que no – protesto Kakashi halando de uno de los pies del pelirrojo y hundiéndolo en el agua, soltándolo rápidamente después.
- ¡Kakashi! Rayos… - grito el rubio al verlo emerger, solo que el pelirrojo salió al mismo tiempo escuchando un nombre que no era el suyo.
- ¡Cof, cof, cof! ¿Q-Quien… cof, quien en Kakashi? – pregunto tosiendo el pelirrojo.
- ¿Dije Kakashi? Quise decir Gaara… olvida eso, ¿Estas bien?
- Algo me sujeto del pie… o eso creo – dije el ojiverde mirando alrededor.
- Por favor, no hay nadie aquí a excepción de nosotros dos, pudiste enredarte con una rama o algo… pegajoso – mirando al peligris – Nademos un poco, a eso vinimos, ¿No? – haciendo una señal de advertencia con su mirada a los otros dos.
- Esperemos en la orilla, ¿Por qué tienes que complicar más las cosas? A mi tampoco me agrada esta situación, pero solo intervendremos en caso de que quiera… tú sabes – explicaba el castaño.
Neji recogió las prendas de ropa del suelo para hacerlas invisibles de nuevo, más no se vistieron, las coloco en una de las ramas altas del árbol donde descansaban las mochilas de los chicos y se sentaron a esperar que los dos que nadaban en el río salieran del agua.
- Maldición, siento que mi sangre hierve como si fuera un pecador y estuviera dentro del caldero más grande de todo el infierno - sentándose en la hierba cerca de la orilla.
- Eso era antes, ahora les dan trabajos de escritorio por la eternidad, es un trabajo muy tedioso, pero bastante productivo – sentándose junto al peligris y observando nadar al rubio.
- Tiempos modernos, les dicen, ¿Cuánto más seguirá chapoteando en el agua?
- Hasta que se le arrugue la piel, le encanta hacer eso.
- Tal vez para la próxima seremos nosotros los que nademos con él, eso me gustaría mucho – acostándose en la hierba para recibir los rayos del sol.
- ¡Gaara! ¡Vámonos ya! Tengo mucha hambre – nadando hacia la orilla.
- Vaya, acorto el tiempo – señalo el castaño.
- Que bien, también tengo hambre – comento el peligris flotando hacia la parte alta del árbol para buscar su ropa, al igual que el castaño.
Mientras unos se vestían bajo el árbol y los otros arriba de el, la imagen de de los dos cuerpos desnudos de los vigilantes rondaba con agrado en la mente del ojiazul, sus mejillas se sonrosaban al pensar lo que esas dos hermosas anatomías le estaban haciendo sentir por todo su cuerpo, serró fuertemente sus ojos queriendo ignorarlo, pero las figuras enfrente de él, y a espalda del pelirrojo, hacían la tarea bastante difícil, no le gustaba uno en particular ni el otro en especial, ambos eran únicos ante sus ojos, y ambos le gustaban, eso representaba un conflicto de intereses, por llamarlo de alguna forma, para su juvenil razonamiento, los dos o ninguno, ese era su dilema.
- ¿Estas listo? Entonces juguemos – dijo con una sonrisa el rubio mientras se colocaba su mochila.
- ¿Qué te parece una pizza para la cena? Yo invito – dijo el pelirrojo guiñando un ojo.
- Buena idea, pero que sea la especial.
- Vaya que tienes hambre, jamás he podido comerme una de esas completa.
- Podríamos tener invitados, nunca se sabe – mirando a ambos lados de ellos a sus escoltas.
- No bromees, solo seremos tú, yo, y la pizza – respondió el pelirrojo.
- Que te crees tú eso, niñito – comento el peligris haciendo una mueca de desagrado total.
- Déjalo por la paz, Kakashi – dijo el castaño tratando de sofocar el incendio dentro del cuerpo del peligris.
- Yo le daré paz cuando lo envíe al cementerio si sigue con sus insinuaciones, ya lo veras.
La conversación entre el ángel y el demonio fue interrumpida por el timbre del teléfono celular en el bolsillo del pantalón del peligris, como lo dije anteriormente, son tiempos modernos en el cielo e infierno.
- ¿Qué se te ofrece? Sera mejor que sea importante, estoy ocupado – contestando.
- ¿Quién es? – susurro el castaño.
- Un amigo que… aguarda, tengo una idea – murmuro tapando el teléfono – Oye, necesito que me ayudes con un problemita, ¿Pago? ¿Cuál pago? ¡Eres mi amigo, maldición! ¿O no? además, te aseguro que te va a gustar, ¿Qué cuando? Pues ahora mismo, baka – gritando en voz baja para que el rubio no escuchara – Otra cosa, hazte invisible para que Naruto no pueda verte, te espero – guardando de nuevo el teléfono en su bolsillo.
- ¿Para que necesitas…?
- Shhhh, ya esta aquí.
- Vaya, pero que inesperada reunión, tiempo sin verte, Neji – apareciendo a espaldas de los dos prometidos frustrados.
- Itachi, el mismísimo hijo de Lucifer en persona – saludo el castaño.
- Tardaste – dijo el peligris.
- Pase por el baño antes y… Mmmm, ¿Quién es esa lindura? – apartando a los otros dos que obstruían su mirada.
- Se llama Naruto, y es nuestro – advirtió Kakashi.
- No, tonto, me refiero al otro – posando sus ojos rojos en el chico que acompañaba al rubio.
- Es el problema del que quiero que te encargues, ¿Crees poder?
- ¿Bromeas? Adoro a los pelirrojos, son muy escasos, ¿Saben? Además de que… el color de su cabello me hace sentir como en casa – flotando hasta el ojiverde para verlo más de cerca - Creo que me quedare por aquí un buen rato – mojando sus labios con su lengua.
- Problema solucionado – afirmo el peligris frotándose las manos.
- Solo espero que no se enreden más las cosas, Kakashi – comento el castaño.
- Tranquilo, él nos ayudara a deshacernos de ese Casanova idiota.
Cinco minutos más tarde llegaban a la casa del rubio después de comprar la pizza y algunas sodas para la cena, luego de cambiarse de ropa por algo más ligero, pantaloncillos cortos en este caso, se acomodaron en el salón sobre la alfombra y frente al televisor, con la pizza por un lado y las sodas por el otro, iniciaron el juego.
- ¿Estas listo para perder? Hare que supliques clemencia, Gaara – reía el ojiazul.
- Gaara… que lindo nombre – murmuro el recién llegado.
- Y es todo tuyo, y cuanto antes mejor – corroboro el peligris.
- ¿No lo conocías de antes? Es extraño – comento el castaño.
- No me la paso frente a los monitores si a eso te refieres, ese es trabajo de otros – mirando al peligris – Aunque por lo que veo, debería hacerlo de vez en cuando – observando al pelirrojo.
Los dos demonios y el ángel permanecían sentados observando desde el sillón a los dos entusiastas jugadores mientras peleaban en la pantalla, entre las rebanadas de pizza y los asaltos de las peleas virtuales, reían y comentaban todo lo que pasaba entre encuentro y encuentro.
- No puedes conmigo, aunque peleáramos un millón de veces – comentaba sonriendo el rubio.
- Podríamos jugar algo más entretenido, digamos… más excitante, más… – acariciando con sus dedos el brazo del ojiazul, la expresión en los rostros de los tres que observaban cambio por completo.
- ¿Más pizza? No has comido casi nada – apartándose un poco del pelirrojo.
- Oh, vamos, Naruto, siempre has sabido que me gustas mucho – haciendo una mueca de decepción.
- Y yo siempre te he dicho que te quiero como un amigo, por favor… no lo estropees, eres mi único amigo – con suplica en su mirada.
- Es cierto, pero eso no me basta – acostándose en la alfombra con los brazos tras su cabeza.
- No te pongas así, ya veraz que encontraras a alguien para ti, incluso hasta te olvidaras de mi, baka – apretando la nariz del pelirrojo.
- Ni que fuera tan fácil, las bellezas como tú no están a la patada, ¿Sabes?
- Yo podría cumplir muy bien tu deseo, claro que… a cambio de algo que yo deseo – dijo Itachi apareciendo de improviso acostado con su cabeza apoyada en su mano junto al pelirrojo.
- ¡¿Pero que demonios…?! – grito el ojiverde dando un salto.
- Exacto, soy un demonio, y tú un lindo incentivo, debo decir – guiñándole un ojo.
- ¡Itachi! No eres un demonio… ¡Eres un idiota! – reclamo el peligris haciéndose visible también.
- Te advertí que esto no resultaría – opino el castaño apareciendo también ante ellos.
- ¿Pero que esta pasando aquí? ¿Quiénes son todos ellos? Esperen, a ustedes ya los vi esta mañana, ¿No es así? ¿Cómo es que…? ¿Naruto? Dime que es lo que pasa – mirando totalmente confundido y asustado a los presentes desconocidos.
- No podían quedarse callados y quietos, ¿Verdad? Tenían que abrir su bocota y… ¿Quién eres tú? – mirando a Itachi.
- Un amigo – aclaro el peligris.
- O sea… otro demonio, se me esta llenando la casa de agua, cielos… - dio el rubio frotando su frente.
- ¿Dónde? – pregunto el peligris.
- Es un decir, baka – asevero Itachi.
- T-Tus ojos son rojos, ¿Cómo es eso posible? – pregunto extrañado el pelirrojo.
- ¿Qué no acabas de escucharme decir que es un demonio? Gaara, todo es verdad, realmente son demonios, menos él… él es un ángel, literalmente – aclaraba el rubio a su amigo.
- ¿Entonces no se trata de una broma? – mirando de Naruto hacia los demás.
- Me temo que no – dijo el castaño mostrando sus alas.
- Santo cielo… ¿Puedo… puedo tocarlas? – pregunto asombrado el ojiverde.
- Mejor toca las mías – pidió Itachi sacando su par de alas negras y acercándose al pelirrojo, éste extendió con cuidado su mano hasta tocarlas.
- Son muy suaves y… sedosas – acariciando con sus dedos las plumas azabaches.
- ¿Te agradan? Gaara… - pregunto el moreno con voz seductora.
- M-Mucho, son maravillosas – comento el pelirrojo con sus mejillas sonrosadas mirando fijamente a los ojos rojos del moreno.
- Por dios… otro que cayo sin remedio – murmuro el rubio al ver con la tranquilidad con la que su amigo había tomado la situación.
- ¿Decías? – pregunto el peligris.
- Nada… no dije nada “En realidad no lo culpo, estos sujetos tienen cierta fascinación que se hace difícil de resistir, aunque mi mente los rechaza por lo que son, mi cuerpo parece no estar de acuerdo con mi cabeza… en verdad, me gustan esos condenados baka, aunque no pienso decírselos todavía” ¿Y bien? ¿Qué te trae a mi humilde morada? ¿Itachi es que te llamas? – el peligris lanzo una mirada de advertencia al moreno para que no se fuera de la lengua.
- Hmmh… supongo que a lo mismo que ellos, solo que Gaara es mi objetivo a conseguir – casi pegándose al cuerpo del pelirrojo.
- ¿Qué quieres decir con… objetivo? – pregunto el ojiverde.
- Ummh, nada en especial… solo quiere tu alma – comento sarcásticamente el rubio.
- ¿M-Mi alma?
- Y todo lo que viene con ella, soy muy ambicioso – aclaro Itachi.
- ¿Me mataras para llevarme al infierno?
- No, no, no, créeme que muerto no me servirás para lo que deseo hacer contigo – agarrando de la cintura al pelirrojo.
- ¿Cómo que? – pregunto Gaara echando un poco su cuerpo hacia atrás por la proximidad del moreno.
- Lo que querías hacerle a él – dijo el peligris señalando al dueño de la casa.
- ¿T-Tú quieres… acostarte conmigo? – pregunto el pelirrojo haciéndosele un nudo en la garganta.
- ¡Humph! Mira con que cara lo dice, te hubiera fulminado antes de que lo intentaras siquiera, gusano – sentencio el peligris con su mirada como si fueran filosas navajas.
- Déjalo, Kakashi, ¿Acaso nosotros no deseamos lo mismo? – dijo el castaño con razón.
- Cielo santo, me hacen ver como si fuera la perdición en persona – murmuro el rubio poniendo sus dedos sobre su frente.
- Pero te acabo de conocer y yo… - balbuceo el pelirrojo.
- Con más razón, ¿Acaso no ves la fascinación de todo esto? A los humanos les encanta el misterio, lo desconocido, ¿No te gustaría sentir lo que te ofrezco? No te arrepentirás, te lo aseguro – susurrando muy cerca del rostro del ojiverde.
- “¿Por qué al mirar sus ojos siento como que no podría negarle nada de lo que me pidiera? Es cierto, acabo de conocerlo, pero creo como que ya no podría vivir sin él, es extraño… y terriblemente atemorizante”
- Esta charla se esta poniendo bastante interesante y… muy, muy excitante – murmuro el peligris acostándose sobre la alfombra para luego agarrar una porción de pizza y pasarle otra al castaño junto a él.
- Ni que lo digas… – le contesto el ojiblanco pasándole una soda al peligris.
- ¿No es estupendo? Esto parece una reunión de fin de semana, si le añadimos unas almohadas… seria la pijamada perfecta, o mejor aun, unas cuantas películas pornográficas como en una despedida de soltero, ¿Quién quiere ser el primero en desnudarse? – comento con ironía el rubio observándolos a todos.
- Ju-ju-ju… eso suena genial – comento el peligris.
- Estaba siendo sarcástico, baka, nadie se quitara la ropa esta noche… delante de los demás, al menos, ¿Quedo claro? Estas cosas solo me pasa a mi y al pato Lucas – apagando el televisor y acostándose en la alfombra cerca de Kakashi y Neji – No hablen muy alto, dormiré un rato – serrando sus ojos.
- Descansa, cachorro, si llegan a molestarte, les coseré la boca – amenazo el peligris arrimándose al cuerpo del rubio.
- Duerme bien, mi corazón – susurro Neji pasando su mano por el cabello rubio antes de acostarse del lado contrario al peligris.
- Te quedaras, ¿Verdad? – pregunto casi afirmando el moreno mientras atraía de la mano al pelirrojo para unirse a los demás sobre la alfombra.
- ¿Naruto? – pregunto el pelirrojo como pidiendo ayuda.
- Tranquilo, se portara bien, ¿Cierto, Itachi? ¿O tengo que ir a la iglesia a por un poco de agua vendita? O quizás opte por la castración – enseñándole su puño, serrado con mucha fuerza, al recién añadido - Gaara, si quiere pasarse de listo… grita - contesto el rubio sin abrir sus ojos.
- Eres rudo, ¿Eh? me gusta la gente con carácter – comento Itachi.
- Así es nuestro Naruto, ¿Cierto, Neji?
- Sobra decirlo – afirmo el castaño.
- El hecho de que seas el príncipe de las tinieblas, no quiere decir que dejare que hagas con mi amigo algo que él no quiera, y ya déjame dormir – poniéndole fin a la conversación.
- Por eso te amo, cachorro – susurro Kakashi.
- Fuera esa mano o te la corto – murmuro el rubio quedándose dormido poco después.
- Solo quería… - desilusionado el peligris.
- Shhhh… – silencio el ojiblanco a Kakashi.
El salón de la casa del ojiazul parecía un campamento de verano en el que todos descansaban al calor de una fogata, un par de horas después, el rubio abrió sus ojos encontrándose con algo completamente inesperado, Itachi dormía en uno de los sillones con su amigo pelirrojo descansando sobre el cuerpo del moreno, y su cabeza recostada en el pecho de éste, el ojiazul miro a ambos lados de su cuerpo y observo con una sonrisa en sus labios a su ángel y demonio que dormían plácidamente junto a él.
- ¿Qué voy hacer con ustedes dos? Cielo e infierno… mis dos mitades, imposible tener una sin la otra, ¿Qué pensarían de mi sus superiores al saber que quiero quedarme con ambos? ¿Estaría rompiendo alguna de sus reglas? ¿Me culparía por querer apartarlos de sus hogares, sus jefes? Soy la línea media entre un lugar y otro, por decirlo de alguna forma… ellos vinieron a mí, me siento tan bien en medio de sus tibios cuerpos, me agrada el calor que me dan, los celos que sienten por mi, su amor declarado y sumamente sugestivo, se que no soy perfecto, nadie lo es, pero también se que son para mi… ambos, como si fuera un regalo de parte de la luz, oscuridad, y sus bondades” – apoyado con su hombro junto a la ventana mientras miraba el brillo de las estrellas en el cielo.
- Son hermosas, ¿Cierto? – pregunto Neji apoyando su espalda en la pared junto al rubio en la ventana.
- Tan espectaculares como el azul de tus ojos, cachorro – comento el peligris pegando su hombro con el del rubio.
Luego de cinco minutos de silencio, el ojiazul asió suavemente los brazos de los dos seres sobrenaturales para arrastrarlos hacia su habitación, la sorpresa de ambos chicos fue notoria, pero ninguno pronuncio palabra alguna, tenían miedo de romper la magia que se había creado entre los tres, momento que creían sorpresivo, único, y muy intimo como para echarlo a perder con una frase equivocada.
- ¿Es cierto que puedes hacer milagros? Neji… - mirando al ojiblanco.
- ¿Por qué lo preguntas?
- Solo responde si o no – con mucha decisión en su voz.
- Puedo hacer lo que sea necesario hacer siempre que sea dentro de lo razonable – observándolo fijamente.
- Con eso me basta – halando de ambos chicos por el pasillo.
- Cachorro… ¿Qué es lo que pasa? – pregunto el peligris siendo empujado adentro de la habitación.
- ¿Saben lo que pienso? – pregunto el rubio serrando la puerta y apoyando su espalda en ella.
- Puedo hacerme una idea… aunque también puede que me equivoque – dijo el castaño observando muy atentamente al rubio para tratar de adivinar que se traía entre manos.
- ¿Por qué nos encerramos aquí? Quieres decirnos algo, ¿No es verdad, cachorro? Aceptare cualquier cosa menos el que tenga que apartarme de tu lado – aclaro el peligris.
- Es hora de que acabemos con esta situación, quiero que los dos…
- Espera, ¿Cuál situación? Cuidado con lo que dices, cachorro… por favor – rogo Kakashi con cara de angustia a la vez que sintió que era el fin de algo – No podemos separarnos de ti, nosotros…
- Déjalo hablar, Kakashi, lo que tiene que decirnos sin duda es importante – dijo creyendo que su corazón le saldría por la boca al pensar en una mala noticia.
- Gracias, Neji, yo solo quería decirles… quería decirles – sin saber exactamente como expresar lo que realmente sentía por ellos.
Sabia lo que deseaba, pero aun dudaba si entregarse de inmediato, o esperar un poco más hasta tener en claro cual seria su situación después de los hechos, como seria su vida futura, si era correcto apartar a aquellos dos seres de lo que se suponía era su forma de existencia, las consecuencias de lo que esto supondría, y lo más importante de todo, el temor a que los castigaran por su causa, todas esas preocupaciones hacían que pensara muy bien lo que iba a decirles, su primera intención de cometer la locura más grande de su vida fue echada a un lado, para sustituirla por un poco de sensatez y cordura, aunque ellos no estuvieran de acuerdo.
- No deben echar anclas aquí, seria mucho mejor para ustedes que olvidaran todo este asunto… y ya que pueden hacer sus trucos, podrían borrar mi memoria desde el momento que los conocí hasta ahora… es lo mejor, créanme - dijo forzando una sonrisa mientras clavaba sus uñas con disimulo en la madera de la puerta a su espalda.
- No, eso es… ¡¿Perdiste la cabeza acaso?! ¿Para eso nos trajiste hasta aquí? ¡No quiero! ¿Entiendes? Por todos los demonios del infierno… ¡Lo que estas diciendo es inaceptable, cachorro! – grito el peligris golpeando la puerta con la palma de sus manos a ambos lados de la cabeza del rubio.
- Cálmate, Kakashi – pidió el castaño.
- ¿Qué me calme, dices? ¿Cómo podría estar calmado después de lo que acaba de decir? ¿Qué no lo escuchaste? O es que soy al único que le importa las tonterías que acabamos de escuchar… ¿Es así, Neji? – sin dejar de ver a los ojos del menor.
- Lo que sugieres no es lo que nosotros queremos, Naruto, con esos trucos, como tú les dices, podríamos haberte forzado a ser nuestro por voluntad propia, aunque no fuera la tuya realmente, pero decidimos que fueras tú el que nos eligiera por ti mismo – dijo el ojiblanco colocándose junto al rubio - ¿Es eso lo que quieres… realmente? ¿Por qué siento que hay algo que no quieres decirnos? Algo que te atormenta, y que tiene que ver con nosotros dos de alguna forma.
- ¡Ya basta! ¡Quiero que se vayan! Ustedes no entienden… - apartándolos a ambos para irse a sentar a la cama.
- ¿Cómo quieres que lo hagamos si no dices nada que sea coherente, eh? Aunque no entienda muy bien lo que dices… ¡Al diablo con eso! No pienso moverme de aquí digas lo que digas – amenazo el peligris.
- ¿Qué no entienden? No deseo que algo les pase por mi culpa… ¡Que los castiguen, los maten, o algo mucho peor! – golpeando con sus puños sobre la cama.
- ¿Estas preocupado por nosotros? ¿Por qué? – pregunto el castaño sentándose junto a él.
- Porque yo…
- Dilo – apremio el peligris.
- Porque… ¡Porque los quiero, rayos! Ya esta… ya lo dije, dios… lo dije ¿Ahora si están…? Oigan… – no terminando de preguntar, ya tenia los ansiosos cuerpos de sus prometidos sobre él llenándole de besos la cara - ¡Déjenme respirar, por todos los cielos! ¿Qué vamos hacer ahora?
- ¿Con respecto a que? Cachorro… - suspiraba el demonio mientras chupeteaba el cuello del ojiazul – Lo que sigue… vamos a tenerte… oh, si – deleitándose con la suave piel.
- A eso me refiero – dijo el rubio levantando ambas cabezas para mirarlos a los ojos – Se que los dos quieren ser el primero, es lo que deseo también, pero… el como, es lo que todavía no se.
- Eso puedes dejarlo de nuestra cuenta, nosotros sabemos como, solo déjate llevar.
Dijo el castaño besando la boca del rubio mientras Kakashi lo desnudaba, y se desnudaba también, luego de eso, el peligris cambio lugar con el castaño en la boca del cachorro para que Neji pudiera deshacerse de su ropa, mientras tanto en el salón, el moreno acariciaba con suavidad el cabello rojo del chico acostado sobre su pecho.
- “Eres hermoso, ¿Lo sabias? cálido… suave, todo lo que he estado buscando en un humano y…” ¿Te desperté? No quise… – al ver a Gaara abrir sus ojos verdes – Lo siento, pero no pude evitarlo… te veías tan lindo dormido – pasando las yemas de sus dedos por el rostro del pelirrojo.
-No importa, ¿Donde están los demás? – al saberse los únicos en el salón.
- Mmmh… diría que divirtiéndose, si sabes a que me refiero – poniendo mirada seductora.
- V-Vaya, pero que desconsiderados, se supone que pasaríamos la velada todos juntos – con la cara completamente encendida y levantándose de sobre el cuerpo caliente del moreno.
- ¿Temes quedarte a solas conmigo? Sabes lo que quiero de ti… me fascinan los pelirrojos – agarrándolo del brazo para que no se alejara al verlo levantarse con intención de marcharse de su lado.
- Si, claro, hasta que encuentres a otro, yo… no me gustan las relaciones pasajeras, ¿Sabes? La prueba esta en que llevo años tras Naruto… a pesar de que siempre supe que me veía solo con un amigo.
- Me gustan los humanos perseverantes, dan muestras de su carácter y voluntad – halándolo y sentándolo sobre sus muslos – Pero te equivocas en algo, no busco solo divertirme, para eso cualquiera sirve… no, lo que quiero es estabilidad, una compañero permanente… un amor eterno – hablándole al oído – Y tú… eres perfecto para eso, ojos verdes.
- ¿Lo soy? ¿Por cuánto tiempo? Soy mortal, ¿Lo olvidaste? Algún día moriré como corresponde a toda vida terrenal – dejando ver la tristeza en su mirada verde.
- ¿Y tú, olvidaste que soy un demonio? Prepárate para vivir conmigo por toda la eternidad, mi lindo pelirrojo, conservaras tu alma, tu amor, tu cuerpo intacto como lo tienes ahora, siempre hermoso, sensual, y excitante solo para mi, dime… ¿Te quedarías conmigo si te lo pidiera? Siempre conmigo – besando el cuello del pelirrojo.
- Hmmh… las opciones son tentadora, pero…
- ¿Pero?
- Pero no más que tú, ojos rojos – rodeando el cuello del moreno para besarle los labios.
Itachi se levanto del sillón con el pelirrojo entre sus brazos para luego recostarlo sobre la alfombra, y comenzar con lo que tenia ganas de hacer desde que lo vio por primera vez, los besos desesperados por parte de ambos no se hicieron esperar, el moreno movía sus manos con rapidez sobre la camiseta del ojiverde para desnudarlo y exponer su piel a sus caricias sin dejar de besarlo con arrolladora y desenfrenada pación, Gaara intentaba desabrochar los botones de la camisa enredada en sus dedos hasta que la ansiedad lo obligo a romperla sin remedio, acto que logro excitar aun más al demonio de los ojos rojos.
- Por Satanás… Ohhh, eres tan delicioso – decía jadeando mientras recorría con su lengua el pecho del ojiverde - No creo que pueda aguantar mucho el deseo de entrar en ti y probar tu calor, mi dulzura – asiendo con una de sus manos la hombría del menor, y la suya propia con la otra.
- Ahhh… e-entonces hazlo, Itachi… s-soportare el dolor – balbuceaba completamente excitado por las caricias en su pene.
- Claro que no, para ti solo habrá placer… te lo aseguro, pasaste a ser mi bien más preciado tanto en el infierno como en la tierra, jamás te lastimaría, ni dejaría que alguien más lo hiciera, mi pelirrojo.
El demonio de ojos rojos paso su mano por fuera de la entrada haciendo que un pequeño destello escarlata la cubriera para así prepararla para la intrusión sin que el ojiverde sintiera ninguna clase de dolor ante la arremetida de su desesperado e hinchado miembro, el moreno alzo las piernas de Gaara sobre sus hombros y masajeo un poco su pene antes de colocar la punta en la dispuesta entrada, el pelirrojo esperaba con ansias ser penetrado rápido y salvajemente por el moreno, eso era lo que su cuerpo deseaba con todas sus ganas.
De pronto una neblina negra envolvió a ambos haciendo de la habitación un lugar completamente cubierto por la oscuridad, ningún sonido se escuchaba, ni siquiera se podía apreciar en el aire el agitado respirar de ambos seres, por otro lado en la habitación del rubio sucedía algo similar, pero con la diferencia de que un gran y sofocado estruendo, donde la luz y oscuridad chocaban entre si formando una tormenta, se arremolinaba por toda la estancia, luego de ambos fenómenos, solo silencio como si todo hubiera sido cubierto por la nada.


Continuara…
Notas finales: ¿Hola de nuevo! No paso mucho tiempo, ¿Eh? ¿Que tal les ha parecido hasta ahora? he tratado de seguirle el ritmo anterior ya que tenia dos meses sin tocar este fic, espero que èste capitulo les haya gustado tambien, ya saben, sus mensajes son vitales para poder saber si va bien o no, no sean timidos y escriban.
sin mas por ahora me despido de todos ustedes, que esten bien, besossss para todos y chaito.

Nessa Yaoi.

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