Dos formas distintas de Amar
Edición Capítulo II y III (Es que el dos era muy corto e.é)
Dos jóvenes estaban acariciándose a las orillas de un río cristalino, ambos estaban desnudos besándose tiernamente y cuidadosamente. El chico rubio se puso encima del moreno de ojos esmeraldas luego le susurro algo al oído a lo que el moreno solo sonrió y asintió lentamente mientras se colocaba el encima del rubio, comenzó a besarle la cara, los ojos, sus mejillas sonrosadas por el placer intimo de la noche, sus labios rosas humedecidos los cuales mordió y besó como nunca antes bebiendo el néctar que fluía. Pensando que se podría aquel líquido decidió bajar por el cuello dando lamidas, presionando todo lo que sus labios podían abarcar dejando marcas visibles mientras que el rubio gemía del placer... Un grito se escuchó.
-¡¡No puede ser!!- así comenzó un nuevo día para Quatre que había tenido ese hermoso sueño el cual al sólo recordarlo hacía que un sonrojo se apoderada de sus mejillas. Poco a poco miro hacia la ventana, pudo observar que estaban los hermanos Yuy afuera entonces tomo su bata para salir de la habitación a tomar desayuno, bajo decididamente las escaleras y se encontró con Alicia.
-¿Y Duo?- preguntó desconcertado mirándola detenidamente para ver lo que hacía.
- El niño Duo esta afuera, dijo que iba usar un caballo y se fue a andar- contestó Alicia que estaba preparando el desayuno, antes de que el rubio pudiera preguntar algo más apareció Trowa en la puerta, al verlo Quatre se sonrojó como tomate y de golpe vino el recuerdo fuerte del sueño que había tenido hace poco.
-Buenos días – inclino su cabeza para saludar a su prometido, el rubio respondió seco aquel saludo lo cual sorprendió a Alicia, se notaba que el joven no cedería para ser engatusado.
Trowa se sentó al otro lado de la mesa y Alicia le puso su taza y sus cubiertos.
-¿No has visto a mi hermano Duo?- preguntó Quatre sintiendo que no lo dejaban de mirar en cada movimiento que hacia.
- No, pero Heero lo fue a ver para seguirlo...es que mañana van a ir a la hacienda de nuestra familia -dijo sirviéndose un poco de leche en la taza
-Ya veo...- respondió, entonces optó por levantarse e ir a su cuarto. Caminó unos pasos y se dio cuenta que estaba siendo perseguido -¿Por qué me sigues?- dijo Quatre enfadado.
-¿Algún problema?... Yo que sepa, pronto nos vamos a casar y nos tenemos que conocer.- dijo con incredulidad.
-si muchos… porque no estamos casados y por lo tanto tienes que respetar mi privacidad- Quatre le dio la espalda
-¿Aunque te tenga un regalo?- dijo Trowa alzándole una rosa roja-sabes que esta rosa te la escogí por que me habla de tus ojos- dicho esto lo abraso por su espalda y Quatre sentía que se le iban los estribos –para ti... ¿La aceptarías?- el moreno de verdad quería ganarse el corazón de su prometido para no obligarle a casarse .
-Esta bien pero...lo siento...porque antes de regalarme cosas deberías tratar de conocerme mejor, ¿No crees?- Quatre se sintió bien con el abraso pero el miedo a cometer un error no le dejo tranquilo.
-entonces me quieres decir...bueno te invito a cenar- dijo Trowa con una nueva propuesta
-¿No te piensas rendir?-
-No, no pienso hacerlo. Se que voy a ganar- respondió seguro de si mismo
-Eso lo veremos...esta bien, acepto- terminó diciendo el rubio con una sonrisa dibujada en su rostro.
-esta bien nos vemos abajo a las nueve en punto, te espero- dicho esto se retiró.
Quatre llegó a su dormitorio, se tapo la cara mirando la rosa y recordando el abrazo – esto no puede ser- susurró recargándose en la puerta –debo arreglarme- se levanto y se encerró en el baño.
Duo estaba en el caballo saltando vallas cuando sintió que no estaba solo, dio vuelta la cara y vio a ese Yuy.
-Buenos días –dijo Heero seriamente acercándose a él para acariciarle al rostro al caballo.
-¿Qué haces acá?- preguntó Duo molesto.
-Podrías responder de buena forma- el castaño lo miró, el trenzado solo dio vuelta su cara automáticamente.
-Eso yo lo decido – respondió seguro. Se sorprendió al sentir una mano jalarlo del caballo hacia abajo, los labios de Heero capturaron los suyos en un sorpresivo y corto beso.
-¿Por qué haces eso?- lo encaró el trenzado furioso.
-porque me tienes loco- trato de responder sin soltar una risa. - ¿Por qué eres tan agresivo?-
-Así soy yo, si no te gusta pues no tengo ningún inconveniente en que te marches-
-Veo que hacia has alejado a tus otros prometidos, con el mal genio que te gastas...-Heero lo miro altaneramente mientras Duo cruzaba los brazos.
-Vete – el chico de ojos violetas le habló fríamente, se podía sentir el enojo que cargaba por todo su rostro.
-No lo voy a hacer...-se hizo un lado y se subió al caballo.
- ¿Qué crees que haces? ¡Deja mi caballo!-gritó el trenzado para después ponerle las manos encima, Heero se las tomo luego le sonrió y lo subió encima de el.
-te invito a cabalgar lejos de aquí- dijo tranquilamente
- no quiero...¡¡Suéltame!!- trató de bajar pero no pudo hacerlo ya que el cabello empezó a andar llevándolo lejos y dejándolo a merced de su prometido.
-Heero, ya basta, ¿Qué pretendes?- Se bajo del caballo al haber parado en un lugar desconocido para sus ojos.
-Ganarme tu corazón...-respondió el aludido tomándole la cara
-No lo consiguieras- dijo apartándose bruscamente
- La verdad, de ti no espera otra respuesta mas que esa… eres todo un caballero te felicito- Heero observo el lugar
- y tu todo un salvaje…¡¡Así que aléjate de mi!! No sé por qué me molestas- Duo cruzo los brazos.
-¿Te molesto? No creo que tú pienses eso de mí. La verdad es que creo que casi te gusta que yo te moleste-vio al trenzado sonrojarse aquello si que no lo había pensado hasta el momento.
-Eso tú lo supones pero… ¡¡No es verdad!!-
-entonces, ¿Por qué te sonrojas?- atacó el castaño.
-Que te importa- Heero le tapo la boca y se escondieron detrás de un árbol – ¿Qué ocurre?- dijo en voz baja
-shh....escucha –Duo se dio vuelta.
-pero si es...- el trenzado abrió los ojos.
-¿Los conoces?- el castaño miró la cara de su prometido.
-si claro, son pájaros que mas- se cruzó de brazos y se dio la vuelta mientras Heero le observo.
-¿Piensas ir conmigo a mi hacienda?....- preguntó curioso el castaño.
-yo no dije que si- respondió el mellizo trenzado.
-pero, me lo dijiste- decía el castaño que se estaba impacientando.
-pero me puedo arrepentir- Ambos se miraron sus caras desafiándose.
-No, no puedes porque yo lo voy a evitar- Heero lo tomo de los hombros, Duo se sonrojo y se soltó de su agarre.
-Ni lo pienses Heero Yuy...nadie a conseguido tocarme e insistir tanto como tú-
-Eso lo veremos cuando estemos casados yo lo evitare a todo costo, no quedará ningún lugar de tu cuerpo que no haya sido tocado por mis manos-
-¿Qué cosas dices? ¡Pervertido! – Chilló- Eso lo veremos, ahora suéltame- Duo lo miró a los ojos-
-¿Por qué me has embrujado con tus ojos? - Heero lo dijo en susurro suficiente audible como para que su prometido lo escuchara.
-entonces para, que me miras- el trenzado se puso como tomate.
Heero aprovechó el momento y acercó el cuerpo de su prometido al de él. El cuerpo de Duo se tensó al instante e instantáneamente trato de alejarse pero sólo conseguía que su prometido se acercara más y más. Sus labios se volvieron a encontrar solo que esta vez era un juego de dos.
-No lo vuelvas a hacerlo- Duo tenia cerrado sus ojos quería disfrutar el momento
-lo siento- respondió el más alto que lo soltó lentamente
- mejor nos vamos- miró a su prometido que subía al caballo y le tendía la mano para subirse, el la acepto y el caballo se puso a andar lentamente.
Quatre se sentó en la cama y se recostó mientras pensaba que hacer para la invitación. Le diría la verdad a Trowa...si tal vez. Luego se quedo dormido profundamente.
Despertó en la tarde eras las seis tomo sus cosas y partió al cambiador, se miró al espejo recordando el sueño que tuvo esta mañana, estaba casi seguro que el otro chico era Trowa, un sonrojo se hizo presente al recordarlo, terminó y fue a su habitación donde comenzó a peinarse lentamente mientras recordaba a su prometido. No quería encapricharse con el, solo quería pasarlo bien y tal vez enamorarse pero eso lo veía completamente imposible a si termino de peinarse.
-De esta noche no pasara-Se miró al espejo para darse los últimos toques y decidió bajar, vio que Trowa lo estaba esperando y le sonrió.
- ¿Nos vamos?- el moreno le ofreció su brazo el cual aceptó gustosamente.
Trowa desde que vio a Quatre por primera vez se sorprendió al notar la hermosura de sus ojos y su sonrisa, cuando entraron a casa de los Winner, Heero y él se pusieron a hablar quien lo diría tienen los mismos gustos, por lo menos eso le había dicho su hermano pero sabia que el pequeño algo estaba escondiendo y era eso lo que quería descifrar.
El rubio por su parte pensaba muchas cosas que daban vuelta su cabeza. Esta noche tenia que ser especial, aun así dudaba de si mismo y no se atrevió a decirle nada en la carroza, se bajaron y entraron a un lugar muy bello donde había una mesa esperándolos No se dio cuenta de la gente que había a su alrededor sólo caminó hasta la mesa en donde Trowa le ayudo a sentarse para después sentarse al frente suyo.
-Te ves muy bien esta noche- Trowa observo como Quatre se sonrojaba
-¿No crees que esa frase esta muy repetida? – dijo el rubio sonriendo.
-Veo que no se te puede impresionar con nada- el moreno sonrió y llamo al mesero.
Quatre miro a su alrededor toda la gente era elegante, hasta que miro a una persona en especial y ella lo miro a el. El extraño se levanto y fue a saludar al mellizo seguido por otra persona.
- ¿Quatre?... ¿De verdad eres tu?- dijo un hombre alto de ojos azules, cabello rubio y largo.
- ¡Miliardo!...que bueno, ¿Cómo estas?- el rubio se levanto y le dio la mano – ¿Quien es él?- estaba muy feliz de ver a su “amigo” tanto que se olvido que estaba con Trowa.
- él es Wuffei es mi esposo y ¿Quién es tu acompañante?- el más alto miro como el moreno lo miraba con indiferencia pero no le presto atención ya que miraba todo el tiempo a el pequeño.
-ya veo... Con que tu esposo…- respondió, se entristeció y bajo la mirada- ah, bueno el es Trowa mi prometido.-
-Mucho gusto- Trowa inclinó la cabeza para saludar a la pareja de esposos.
-Milagro, hasta que te casas- dijo Miliardo con un dejo de voz mientras Quatre era observado por Wuffei ese chico tenia que aparecer de nuevo en la vida de los casados, después miro a Trowa.
- yo te ubico eres uno de los Yuy... ¿No es así?- pregunto para sentarse al lado de él.
- así es...yo también te he visto en algún lugar-
-si mi familias el del clan Chang- Wuffei se sintió feliz
-¿Wuffei?... Ahora lo recuerdo nosotros y mi hermano, Heero, nos conocemos por que jugábamos mucho cuando éramos pequeños, ¿no es cierto?- Trowa alzo su mirada para mirar a Wuffei mientras ambos eran observados por Mileardo y Quatre.
-veo que lo recuerdas muy bien, así es-
- como esta Nataku… ¿Qué es de ella? – el moreno les indicó a Miliardo y a Quatre que se sentaran pero ambos estaban sorprendidos al ver que su prometido y esposo se conocían.
-Después tengo que hablar contigo- susurró el pelilargo en el oído del rubio mientras este cerraba los ojos.
-discúlpenme- todo lo observaron a Quatre – voy al baño y vuelvo enseguida
- Espera, voy contigo- los dos empezaron a caminar mientras que Wuffei veía con recriminación.
Cuando llegaron al baño...
-¡¿Qué piensas que haces?!- Miliardo lo acorraló.
- Nada que te incumba – Quatre corrió la cara
- si, si me importa...no quiero que Wuffei piense mal-
-a ti siempre te ha importado lo que todos piensen-
- Quatre no te cases si no lo amas- Miliardo le volteo la cara
- ¿Y como tu?...- habló dolorosamente.
- Yo… lo hice por mi padre que falleció pero si tu quieres....me esperas, escaparemos juntos-
- No te creo- Quatre sintió como muy cerca de su rostro la respiración de Miliardo se estaba acercando para darle un beso que él respondió. Fue un beso con mucha pasión y pequeño mellizo gemía al sentir como el más alto metía sus manos por debajo de su camisa. Ninguno de los dos se dio cuenta que alguien los miraba furioso.
- perdón...-
Ambos se separaron sorprendidos y observaron a Wuffei
- No es lo que piensas...Wuffei...yo- sintió como este los miraba con odio.
- No, es lo pienso...mírate Miliardo estas que se te cae la baba por ese mocoso.... yo sabia que algo raro tenia...- lo miro a Quatre que a su vez le devolvía una dolida mirada.
- Yo lo siento, no quería.....-el pequeño no sabía que decir, de nuevo le había caído en el mismo error solo que la primera ves quien lo descubrió a minutos antes de casi entregarse a Miliardo (que iba ser su primera vez) los descubrió Duo. Desde entonces el trenzado vigilaba todos los pasos de su mellizo.
- No me pienso inmutar- el pelinegro se levantó –Miliardo no me esperes en casa Trowa me invito a la suya- se dio media vuelta y se marcho.
-Quatre yo....-
-¿Crees que...él le dirá a Trowa?-
- no lo creo...mejor vamos a la mesa-
Quatre se arreglo se fue a la mesa donde Trowa y los tres se marcharon....
Heero y Duo llegaron muy a tarde a casa de los Winner...
- ¿No tienes hambre?- le preguntó el trenzado
-No mucho, solo me duele la cabeza mejor me voy a acostar- Heero pudo sentir que su prometido le observaba pero la conexión se rompió cuando ambos escucharon un ruido a lo lejos...
Continuará~
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