El Ángel y el Demonio (Segunda parte) por Helsic

El ángel y el Demonio
Capitulo 15
“Resolución”

LeeTeuk creía haber olvidado lo que se sentía golpear a alguien. Cuando era niño nunca había peleado con ningún chico de su clase, por lo general le pegaban, pero él nunca había sido capaz de responder. Recordó entonces que a la primera persona a la que le rebentó la boca, fue a KangIn, varios años atrás en una pelea de Taekwondo, aquella tarde calurosa de verano, en la que KangIn le estaba enseñando a pelear a cambio de las clases de piano, LeeTeuk experimentó por primera vez lo que se sentía golpear a alguien con todas tus fuerzas (Aunque la emoción del momento no duró mucho, pues KangIn lo envió contra el tatami en cuestión de segundos con un par de patadas que le hicieron doler los huesos, inclusive dos días después), aquella vez, cuando habían peleado en el Taekwondo, sus puños estaban limpios.

Ahora sus puños estaban cargados de odio y rabia. Estaban cegados por los sentimientos como la venganza, sus puños palpitában como si tuviera dos corazones vivos en los nudillos. Temblaba como un tigre a punto de atacar. KangIn se levantó trabajosamente dejándo al piano casi partido por la mitad, el pobre piano nunca volvería a hacer música, pensó LeeTeuk por unos instantes, en los que KangIn se acercó a él de nuevo, las manos de KangIn lo tomaron por los hombros y la reacción de LeeTeuk fue inconciente y rápida.

Con la mano izquierda lo agarró por la camisa atrayéndolo contra si mismo, sus caras quedaron muy cerca, en otro contexto, un beso apasionado habría surgido, pero no en ese momento, el puño izquierdo de LeeTeuk se cerró contra la cara de KangIn de nuevo, el rostro del menor se volteó hacía el otro lado como la estremidad flácida de un muñeco de trapo, luego vino otro golpe, esta vez en el estómago, KangIn se arqueó hacía adelante cuando el aire se salió de sus pulmones y calló de rodillas escupiendo sangre en la cerámica.

- Ahhhhh – Gritó LeeTeuk y se llevó las manos a la cabeza, se dio media vuelta y se quedó mirándo el techo del apartamento con la respiración entrecortada por la agitación.

KangIn toció un par de veces y luego se levantó trabajosamente. Valla si LeeTeuk sabía golpear, pensó. La cara le palpitaba y sentía la boca inchada como cuando aquella vez a los 8 años le habían tenido que extraer un molar. Aquello había sido necesario. No había respondido a ningún golpe ni se había defendido, porque en el fondo sabía que se lo merecía. Afuera había comenzado a llover una vez más.

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Quince minutos después, se encontraban ambos sentados en el gran sofá café. En la mesita de centro había una botella con anticéptico y un par de motas de algodón blanco. KangIn se limpiaba la sangre con el anticéptico haciendo muecas cada que el químico le quemaba la piel matando las bacterias.

Golpear a KangIn había sido satisfactorio, pensaba LeeTeuk mientras lo observaba curarse las eridas en la comisura de los labios y la nariz. Golpearlo le había hecho liberar el nudo que traía amarrado a su garganta desde horas atrás, ahora sentía que se había quitado un peso de encima, el peso del odio. Suspiró, reflexionando en torno a ello, nunca creyó que llegaría a eso, pero se sentía bien y le despejaba la mente y eso era lo importante ya que había llegado el momento de hablar.

- Lo siento Hyung – Dijo KangIn rompiéndo el silencio, no sabía que más decirle. Eran tantas cosas y a la vez nada concreto...

- Así que va muy en serio – Dijo LeeTeuk mucho más calmado – Porque no invitas a una chica a tu apartamento a media noche si no va en serio... a no ser de que se trate de una aventura – Razonó LeeTeuk.

- Ella me gusta – Aclaró KangIn humedeciendo el algodón nuevamente en el alcohol. – Fue inevitable que me gustara, son cosas que... no se pueden controlar y bueno... es la primera chica que me gusta desde... desde que estamos juntos –

- Eso veo – Comentó LeeTeuk y se giró hacía él - ¿Le pedirás que sea tu novia? –

- No se... quizás – Aceptó KangIn, en su voz había miedo, había indesición. LeeTeuk lo notó, lo conocía demasiado bien. – Hyung... realmente no se que decir, comenzó a gustarme luego de que ella comenzó a coquetear conmigo en el trabajo, he pasado casi la mayor parte del día al lado de ella durante todo este mes... era inevitable que no sintiera algo más... –


- ¿Por qué no me dijiste nada antes? – Preguntó entonces LeeTeuk.

- ¡Estaba confundido Hyung! – Se defendió KangIn – No sabía lo que sentía, no sabía como decírtelo – LeeTeuk suspiró largamente y apoyó los brazos en las rodillas, posteriormente la cabeza en los brazos.

- ¿Que sientes por mi Youngwoon? – Finalmente había hecho la pregunta y en medio de las circustancias había resultado más fácil de lo que pensaba, esa era la única cuestión que le importaba en ese momento. Sohee podía irse a la mierda, eso era lo de menos.

- Hyung... esto no tiene nada que ver con lo que siento por ti – Aclaró KangIn mirándolo fíjamente – Aunque ella me guste, eso no significa que algo halla cambiado... –

Y ahí estaba su respuesta. LeeTeuk sintió que otro gran peso se le quitaba de encima, dios, cuan asustado había estado de escuchar una respuesta diferente a esa, tenía miedo de que ahora Sohee ocupara su lugar, pero al parecer, ella era simplemente una novia más.

Un pasatiempo...

LeeTeuk se giró hacía él, sus ojos temblaban y brillaban por las lágrimas contenidas, pero no iba a llorar. No esa vez. KangIn lo había visto llorar infinitas veces por muchos motivos, pero esa vez, no iba a hacerlo, no se lo iba a permitir, lo haría por él mismo y por el mismo KangIn.

- Está bien – Exclamó LeeTeuk, luchando internamente por mantener su voz neutral, por evitar que se quebrara con el llanto que quería salir – Está bien... lo entiendo perfectamente –

- Hyung... – Protestó KangIn, odiaba verlo así, no quería verlo llorar, odiaba verlo llorar, cuando LeeTeuk lloraba, él sentía diferentes sensaciones incómodas y repulsivas en su interior, una de ellas era por supuesto, el odio así mismo y no le gustaba la sensación. – Tu eres... mi mejor amigo... – Comenzó de nuevo, tragó saliva y le supo amarga por el alcohol en sus labios – No sería capaz de dar un paso más si... si tu no lo aceptas –

- ¿Y que pasará si no lo acepto? – Preguntó LeeTeuk mirándose las palmas de las manos – No pasará nada sólo en mi cabeza ¿verdad? Porque con decir ‘acepto’ o ‘no acepto’ las cosas no cambiarán, te seguirá gustando y de igual manera seguirás trabajando con ella... así que... ¿Que sentido tiene? – Se cuestionó LeeTeuk.

- Yo... no sería capaz de hacerlo – Continuó KangIn. Cuando te vi aparecer en la puerta, no dudé ni un momento en decirle que se fuera, ella me gusta, no puedo negarlo, como tampoco puedo negar que la deseo... sin embargo, tu eres mi Hyung, siempre vaz a estar primero –

LeeTeuk se giró hacía el lado contrario del menor y se limpió un par de pequeñas lagrimitas que osaban con salir de sus ojos, se las limpió rapido con el antebrazo, suspiró, lo que estaba a punto de decir, sería quizás una de las cosas más dificiles que diría en toda su vida.

- Esta bien, entonces lo acepto – Comentó LeeTeuk con una sonrisa, esa misma sonrisa triste que había visto en el auto y que se había quedado grabada en la mente de KangIn. – No puedo impedir lo inevitable, no soy tan egoísta – Continuó, de nuevo su voz iba a quebrarse, hizo un esfuerzo increible y tragó saliva antes de continuar – Después de todo, sólo somos amigos ¿no? Tu y yo, sólo somos hermanos –

- ¡Sabía que lo entenderías! – Exclamó KangIn, sus ojos brillaban con una mezcla de felicidad y sorpresa. Sabía que LeeTeuk lo aceptaría, porque era LeeTeuk al fin y al cabo, su mejor amigo, siempre comprendía todo, siempre estaría ahí para él. KangIn sintió ganas de besarlo, de poseerlo ahí mismo, ¿no era genial? Poder continuar con él y que eso no significara tener que sacrificar su posible relación con Sohee, KangIn se sentía eufórico ahora, si hubiera estado con una chica, eso jamás hubiera sido posible, la chica le hubiera montado una escena de celos y lo habría insultado, pero LeTeuk era un hombre, como hombre podría entenderlo más fácilmente ¿verdad?.

KangIn se acercó a su Hyung, lo envolvió con sus brazos, acercó su rostro al del otro, ahora deseaba tomar esos labios más que a nada en el mundo. Pero LeeTeuk se giró y tan sólo lo abrazó. Huyó del beso dejándo a KangIn desconcertado.

- ¿Eh? – Exclamó KangIn cuando el beso no se dio.

- Si vas en serio con ella, entonces esto se termina aquí – Murmuró LeeTeuk aún sin dejar de abrazarlo. – Se que somos hombres, se que lo nuestro es diferente a cualquier relación normal existente entre un hombre y una mujer – Lo soltó suavemente y KangIn se quedó mirándolo aún sin entender – Pero, por encima de eso soy un ser humano y como ser humano, sería incapaz de engañarla a ella –

- ¡Hyung!... – Exclamó KangIn sorprendido por esa revelación, de repente su corazón latía tan fuerte. Ya no le gustaba el rumbo que tomaba la situación.

- Tu has puesto tus cartas sobre la mesa, ella te gusta y vaz a continuar con ella, ahora yo pongo mis cartas; puede que para ti sea igual y tus sentimientos hacía mi no cambien y créeme que a mi tampoco me importa... pero a ella si, a ella si le va a importar porque es ‘mujer’ – Explicó, no podía evitar sentir un poco de rabia al decir esto, no estaba en su forma de ser, ser frío y sensato, pero era imprecindible que KangIn lo comprendiera.

- Hyung... ella... ¡No tiene porque darse cuenta!- Exclamó KangIn cada vez más desconcertado, cada vez más asustado.

- ¿A eso le llamas ir en serio? – Preguntó LeeTeuk y sonrió. Una sonrisa que resultó muy macabra, teniendo en cuenta que sus ojos estaban a punto de derramar lágrimas – No, Dongsaeng, si lo que sientes por ella es real, afróntalo como un hombre de verdad –

- Pero... pero... ¿y nosotros? – Preguntó de nuevo KangIn. Las palabras de LeeTeuk le estaban doliendo más que los golpes que acababa de darle y eso era mucho que decir, porque el mayor realmente lo había hecho lagrimiar con los golpes.

- Nosotros... Míralo de esta manera, finalmente el ‘KangTeuk’ será nada más que fanservice – Respondió LeeTeuk, KangIn no pudo decir ni una palabra más. Entonces el mayor se bebió la copa de vino que habría sido para Sohee de no haber llegado él y salió del apartamento dejándo sólo a KangIn.

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KangIn se quedó observando la puerta con frustración. LeeTeuk acababa de irse, todo había sido tan rápido, había creido que todo se había solucionado, creía que tenía todo bajo control y de repente, todo se había destruido, se había desmoronado como un castillo construido con naipes. Dios, porque su corazón palpitaba tan agitadamente dentro de su pecho, ¿Porque sentía ese vacío?

“Afróntalo como un hombre de verdad”

La voz de LeeTeuk le repitió la frase en su mente. Y por primera vez en toda su vida, KangIn se cuestionó el hecho puntual de no ser lo suficientemente hombre y en que irónicamente, LeeTeuk un chico con un rostro tan delicado que fácilmente podrías confundirlo con una chica, era mucho más hombre que él.

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Aún llovía cuando LeeTeuk había salido del edificio, a pesar del frío, no montó su auto inmediatamente, caminó por la acera bajo la lluvia, permitiendo que el viento irrisorio golpeara su rostro y la lluvia mojara por completo su cabello hasta dejárselo como un casco oscuro pegado a su piel. Caminó por lo que parecieron horas bajo la lluvia, caminó sin rumbo fijo, con las manos en los bolsillos.

Había terminado con KangIn.

Sólo Dios sabía si el agua que corría por sus mejillas no era lluvia sino lágrimas.

Se había jodido todo.

Si, ahora él se iba, había dejado el rostro de KangIn atrás, su mirada, sus labios, su piel.

Finalmente soy yo quien se larga.

Continuará...