El Ángel y el Demonio (Segunda parte) por Helsic

Aigo: expresión koreana que se usa cuando uno quiere decir “Oh dios mio” o “mierda” “Maldición” en un momento de emoción o desesperación XD

El ‘Angel y el Demonio
Capitulo 16
“La vida sigue”

La primera semana había sido horrible. En realidad lo había sido el mes completo, pero nada se comparaba con el segundo mes. Con diciembre había llegado también el frío cruel del invierno y sobre todo la nostalgia que traía consigo pasar la navidad sin una pareja. LeeTeuk había llorado todo lo que iba a llorar la misma noche en la que había terminado con KangIn. Lloró como hacía mucho tiempo no hacía bajo la inclemente lluvia y estuvo resfriado durante 3 días gracias a ello. Sin embargo ninguna de esas cosas afectó su determinación. Iba a demostrarle a KangIn que era un hombre de verdad, un hombre de palabra, fuerte a pesar de su carita de niña, fuerte a pesar de que llorara con tanta frecuencia por tonterías.

Pero en enero, las cosas comenzaron a cambiar. Comenzó a ver las cosas de una manera distinta. La tormenta comenzaba a pasar y luego de las tormentas siempre viene la calma y con la calma también viene la reflexión. LeeTeuk ya no sentía ese deseo malsano de demostrarle a KangIn que era un hombre de palabra, ya no se trataba de una escarmiento, sus sentimientos habían trascendido más allá de eso. Ahora simplemente comprendía que la verdadera naturaleza del amor era esa, afrontar todos los obstáculos, sin importar si recibía algo a cambio. Y LeeTeuk, contra todo pronóstico, lo seguía queriendo. Probablemente...

Lo amaba...

Después de todo, habían pasado demasiadas cosas entre los dos y él continuaba ahí con el mismo sentimiento arraigado a su corazón. Quizás eso era a lo que le llamaban verdadero amor. No sabía si ese descubrimiento lo alegraba o lo aterraba tampoco sabía si sería capaz de afrontarlo, de expresarlo de alguna manera y por supuesto, ahora que KangIn tenía una novia ‘oficial’ la posibilidad era cada vez más lejana. El líder recordaba cuan difícil había sido aceptar esa nueva realidad en su vida, comenzar lentamente a aceptar como algo normal que KangIn apareciera esporádicamente con Sohee, tomados de la mano en el apartamento, aceptar que ellos tenían citas y salían, que ahora KangIn dedicaba su poco tiempo libre a ella y que escasamente se veían en los ensayos o en las actividades del grupo. Había sido difícil, pero siempre que estaba a punto de desfallecer, recordaba la voz de EunHyuk y sus palabras.

“Tu eres Park Jungsoo, nuestro líder, no hay nada que tu no puedas hacer, no hay obstáculo que no puedas vencer...”

Así era, si había podido afrontar la responsabilidad de ser el líder del grupo, si había podido afrontar las duras críticas de los anti-fans, si se había esforzado por superarse así mismo en el trabajo... ¿Porqué no podría afrontar la situación con KangIn?

“Huir de los problemas... te alivia temporalmente, pero no trae soluciones”

Si, de nuevo EunHyuk tenía razón y cuando había llegado enero, como promesa de año nuevo, LeeTeuk se había prometido asi mismo que dejaría de huir. También que dejaría de subestimar a DongHae y a EunHyuk, puesto que, para ser unos tontos mimados y juguetones, tenían pensamientos bastantes maduros que había que tener en consideración. Así pues, hacía finales de enero, su relación con KangIn había mejorado muchísimo, ahora hablaban más amenudo y aunque seguía siendo difícil, LeeTeuk se sentía feliz por KangIn, parecía muy entusiasmado con la relación y aunque no había ‘contacto’ entre ellos, el mayor descubrió, que entre ambos seguía existiendo la misma empatía y química de siempre.

Pero no fue hasta finales de febrero que las cosas, parecieron volver a su curso normal, todo gracias a la creación de Supr Junior Trot. Con las actividades de la nueva unidad, KangIn y LeeTeuk pudieron pasar mucho tiempo juntos, habían ido al Star King juntos también y esa había sido una prueba definitiva para el mayor. KangIn intentó no ser cariñoso con su novia en frente de LeeTeuk, al parecer le quedaba un poco de sentido común. Era increíble que hubieran pasado 5 meses desde que las cosas habían terminado, parecía increíble que el mundo no se hubiera acabado después de ello como habían creído ambos.

Y allí estaban los 5 miembros de Super Junior Trot descansando en el hotel, luego de haberse presentado en una localidad cercana al mar en Korea. Ya todos estaban enterados de la verdadera novia de KangIn, por lo que hablaban abiertamente al respecto, pero esa noche en particular, fue la primera vez en que LeeTeuk realmente supo algo sobre como iba esa relación.

- ¿Por qué las mujeres son tan pasivas? – Dijo de repente KangIn recostado en la enorme cama de la habitación, estaba comiendo un postre de fresa, HeeChul estaba sentado en el escritorio, concentrado en un combate online entre un mago y un troll. ShinDong y SungMin estaban sentados frente al televisor comiendo con avidez una extensa variedad de dulces y comida basura que ciertamente les era prohibido comer, pero mientras no estuviera el manager, ellos no atenderían a la ridícula regla. EunHyuk y LeeTeuk se encontraban en el cuarto con él.

- ¿Perdón? - Exclamó EunHyuk con el inesperado comentario de KangIn.

- Si... pasivas – Continuó KangIn – En la cama, hace unos meses que empezamos... bueno ya saben – EunHyuk se acomodó más en la silla como si estuviera a punto de empezar su pelicula favorita y HeeChul carraspeó desde su silla. LeeTeuk mantenía una sonrisa.

- ¿Y que pasó? ¿no te gustó? ¿Como fue? ¿Como te hizo? ¿Arriba o abajo?- Preguntó con emoción EunHyuk. LeeTeuk alzó una ceja con la actitud de EunHyuk.

- Hey... no voy a contártelo – Se defendió KangIn frunciendo el ceño.

- Hay por favor, sabemos que terminarás contándolo de todos modos, así que evitemos toda la parte en donde EunHyuk te ruega, tu te haces el difícil y finalmente nos cuentas lo que pasó – Se quejó HeeChul, LeeTeuk rió con ganas con su risa de bruja loca con el comentario de HeeChul y a KangIn se le subieron los colores a las mejillas.

- Esta bien... bueno, no hay mucho que contar... porque siempre ha sido igual – Comentó KangIn llevándose otro bocado a la boca.

- ¿Igual? – Esta vez fue LeeTeuk quien preguntó. – ¿A que te refieres con igual? –

- Con igual me refiero... a igual, a lo mismo siempre – Aclaró KangIn.

- ¿Y que ‘tan’ igual es siempre? – Preguntó EunHyuk con desconcierto. KangIn suspiró incómodo con el tema, sobre todo porque LeeTeuk estaba en la habitación.

Desde un mes atrás, prácticamente desde que habían comenzado las actividades como Trot, LeeTeuk había cambiado con él. KangIn era todo menos idiota (o eso creía) y había notado el cambio en el mayor, en el inicio de invierno, realmente había pasado días muy oscuros y muy dolorosos, aunque pareciera increíble de creer, tener novia no le hacía sentir del todo bien, no por ella o la relación misma, sino por su Hyung, porque él seguía sintiéndose mal por lo sucedido y no pasaba ningún día en el que algo no le hiciera cuestionarse si aquella había sido la decisión correcta. Sin embargo las cosas habían cambiado, LeeTeuk era diferente con él ahora, había vuelto a comportarse como siempre, con la única diferencia claro de que ya no había contacto entre ellos.

- Bueno... siempre lo hacemos de la misma manera – Comenzó a explicar KangIn – La primera vez fui yo quien tomó la iniciativa y bueno, pensé, está bien, soy el hombre y así debe ser – EunHyuk asintió rápidamente prestando atención como un aplicado niño en la escuela elemental – Pero... ya han pasado varias veces y todo sigue igual –

- ¿Porqué no se lo dices simplemente? – Exclamó HeeChul volviendo la cara de la pantalla de su portátil – ¡Hey tu!, ¡chúpamela de vez en cuando, que me aburro! –

Las palabras de HeeChul causaron varias reacciones al mismo tiempo. LeeTeuk escupió el te verde que se estaba tomando y soltó una carcajada con todas sus fuerzas, EunHyuk quedó bañado con el contenido de la boca de LeeTeuk y soltó un “AIGO!!!” sacudiéndo los brazos y la cabeza de HeeChul se perdió entre los brazos de KangIn mientras este intentaba ahorcarlo.

Cuando todo volvió a la normalidad, KangIn continuó con su relato.
-¡No puedo ir y decirle eso a mi novia! – Exclamó KangIn aún avergonzado.

- ¿Por qué no? – Se quejó HeeChul – Es tu novia, sólo dícelo, hoy en día las mujeres son más liberadas que antes –

- No me digas, ¿Acaso le has dicho algo así a alguna de tus novias? – Preguntó LeeTeuk aún riendo por el comentario anterior.

- ¡Ehh... claro que si! – Dudó HeeChul.

- ¡Es gay!, no le crean nada – Gritó SungMin desde la sala.

Una nueva risotada de bruja se escapó de la boca de LeeTeuk y esta vez EunHyuk tomó precauciones y se alejó del mayor. La cara de HeeChul tuvo un progresivo cambio de colores como los trajes del mismo video de Rokkugo.

- Como venía diciendo – Interrumpió KangIn antes de que se armara la tercera guerra mundial gracias al comentario de SungMin – Siempre lo hacemos de la misma manera y bueno, la verdad es que no puedo pedirle que me lo... me.. lo haga con la boca – Finalizó con las mejillas coloradas otra vez.

- ¿Pero de que demonios te quejas? – Exclamó esta vez EunHyuk – ¿Eso es todo? – Agregó con indignación – Yo llevó más de dos años sin poder ‘liberar’ mi frustración ¿y tu te quejas porque tu novia no te lo hace con la boca? –

- El colmo del descaro – Opinó ShinDong desde la sala.

- ¡Aigo! ¡¡¡AIGO!!! – Gritó KangIn – ¡Con ustedes no se puede hablar de estos temas! – Se quejó indignado y salió del cuarto con el pudín en su mano.

- Si te tiene tan cansado, yo puedo atenderla cuando quieras – Agregó HeeChul y soltó una carcajada con su propia broma, EunHyuk rió con ganas también y nadie notó que LeeTeuk también había dejado la habitación.
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KangIn estaba parado en el alféizar, hacía mucho frío, pero el usaba un enorme abrigo de anorak azul oscuro, también tenía las manos metidas en mitones grises. Aún no se había terminado el postre. Entonces un par de manos le taparon los ojos, los dedos fríos y delgados eran sin lugar a dudas de LeeTeuk. Los conocía demasiado bien.

- ¡BUUU! – Gritó LeeTeuk como si no fuera obvio que era él. Pero le arrancó una sonrisa a KangIn. LeeTeuk llevaba una enorme bufanda de lana blanca sobre su suéter verde claro.

- ¿Vienes a burlarte de mi desgracia? – Le preguntó KangIn. LeeTeuk le mostró una adorable cara inocente y en un gesto rápido, tomó la cuchara y se robó el resto de lo que quedaba de su postre, justamente las fresas más grandes que KangIn estaba guardando para el final – ¡Heeey! – Exclamó KangIn, pero LeeTeuk se veía demasiado adorable con las mejillas infladas por el gran bocado que se había metido en la boca, por lo que la queja se deshizo en su boca.

- Eres un bruto salvaje como siempre – Comentó LeeTeuk cuando pudo hablar – Sólo condúcela suavemente y se dará cuenta de lo que quieres – Le aconsejó.

- ¿Que sabes tu? – Se quejó KangIn, aunque pondría el consejo en práctica desde luego.

- Al parecer más que mi Dongsaeng – Se jactó LeeTeuk. KangIn desvió la mirada hacía el plato vacío que antes contenía el postre.

- Tonto – Se quejó. ¿Que hacía LeeTeuk ahí aconsejándolo como si nada? ¿Como si no pasara nada?. KangIn hizo un puchero, molesto consigo mismo y por pensar en las intenciones de LeeTeuk en un momento así.

- Bueno si no funciona lo que te digo , siempre está el plan B – Comentó LeeTeuk, KangIn lo miró con curiosidad, el mayor se acercó a él y KangIn retrocedió hasta quedar contra la baranda, algo en la mirada de LeeTeuk le daba miedo, miedo de verdad y no recordaba haber sentido ese miedo desde que se habían conocido por primera vez y había descubierto todo lo que ese chico angelical podía llegar a hacer – Te acercas a ella – Continuó LeeTeuk, pegando su cuerpo contra el de KangIn – La miras fijamente a los ojos – Se quedó mirándolo fijamente y fue KangIn quien tuvo que desviar la mirada intimidado – Suavemente, te diriges a su cuello – LeeTeuk desvió su cara y buscó el cuello de KangIn, su aliento tibio le provocó escalofríos cuando rozó su piel – Te acercas a su oreja y le dices– Continuó LeeTeuk dejando escapar su aliento una vez más en la oreja del menor, KangIn tembló – Chúpamelo... –

KangIn se quedó estático, conteniendo la respiración y se maravilló con lo afrodisiaca que podía ser una sóla palabra. LeeTeuk se retiró y su rostro volvió a hacer el de antes, rió con su risa que rompía cualquier ambiente romántico y luego se metió de nuevo en la casa. KangIn se quedó pensando allí en medio del frío, si esa orden había sido para él. Y no un simple consejo para su novia.

“Quieres que en realidad sea para ti... ¿Verdad KangIn?”

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Una semana después, KangIn decidió poner en práctica los consejos de LeeTeuk. Realmente era el mejor consejo que le habían dado respecto al tema, pues los demás no habían sido de gran ayuda a decir verdad. Esa noche de sábado, se encontraban en su apartamento, compartieron un par de copas de vino y KangIn comenzó a besarla suavemente, lentamente bajando por su cuello y conforme la respiración de ella se fue agitando cada vez más, KangIn se permitió aprisionar sus pechos entre sus manos. Mientras la acariciaba recordó la discusión que habían tenido hacía meses, ella se había quejado de que él era muy ‘brusco’, por lo que ahora KangIn se preocupaba en medir sus caricias y ser tan suave y gentil como le era posible. El problema era que, cuando realmente se exitaba, deseaba tomarla con fuerza, apretarla entre sus brazos, sentírla de verdad, pero no quería darle motivos para volver a pelear.

Así pues que la desnudó despacio y suave (y se desnudó él mismo, porque ella nunca lo desnudaba a él). La besó y la acarició suavemente hasta que creyó que ella había alcanzado su orgasmo. Debía ponerlo en duda porque dentro de las miles de sorpresas que las mujeres traían consigo, ‘fingir el orgasmo’ era una de ellas. KangIn no sabía a ciencia cierta si lo fingía o no, pero tampoco quería averiguarlo, recibir una respuesta afirmativa le haría sentir la vergüenza más grande de toda su vida. Era ese tipo de cosas que era mejor no saber. En todo caso cuando Sohee descansaba en la cama, con la respiración entrecortada y una gran sonrisa de oreja a oreja, KangIn puso en funcionamiento el plan A de LeeTeuk.

Se acercó a ella, la atrajo hacía si mismo lentamente, la condujo suavemente hacía su entrepierna donde su miembro esperaba erguido y dispuesto, ella pareció no captar la indirecta o hacerse la desentendida, porque se giró hacía otro lado en el último momento y lo abrazó.

Ok, Plan B. Pensó KangIn. Y la tomó por los hombros, la miró fijamente, se acercó a su cuello y permitió que su aliento la acariciara tibiamente y ella tembló ligeramente con un escalofrío, luego se acercó a su oreja y le dijo las palabras mágicas.

Al día siguiente. KangIn había llegado al trabajo con una horrible marca en la mejilla derecha, luego de que Sohee le hubiera llamado “¡cerdo!” y le hubiera dado una cachetada con todas sus fuerzas.

Continuará...