El angel y el demonio
Segunda parte
Capitulo 18
“Miedo a perder, miedo a vivir”
Es increible como vives en este mundo diariamente sin ser consciente de que la muerte está escondida en todas partes esperando pillarte desprevenido para conducirte hacía el oscuro abismo de la nada. A veces te toma de la mano suavemente y se toma su tiempo en acabar con tu vida, destruyendote las tripas, enloqueciéndote de dolor. Otras veces, simplemente te empúja con brusquedad y de manera inesperada. LeeTeuk creía que esa había sido una manera inesperada y brusca en la que el destino se ha manifestado en su vida, esa noche creyó que iba a morir. El auto rodó por la carretera dando vueltas como en una pelicula de hollywood y se acordó de Jacky Chan y Jet Lee conduciendo autos en espectaculares persecuciones policiales. Era increible como podía pensar en cosas como esa mientras su vida corría peligro.
Cuando sintió el primer golpe, aún le parecía mentira, aún le parecía una mala jugada de su imaginación, pero cuando vino el segundo, el tercero, los gritos de horror de todos, el CRASH, CRACK y el olor del caucho de las llantas quemadas contra el pavimento, LeeTeuk fue consciente de que probablemente no volvería a abrir los ojos nunca más. Y entonces todo se detuvo. Todo quedó en silencio y en oscuridad.
Abrió los ojos con temor de ver lo que podría encontrarse, algo caliente y espeso se escurría por el lado derecho de su cara, no podía abrir un ojo y el terror lo embargó inmediatamente.
¿Que le pasó a mi cara? ¿Que le pasó a mi ojo?
Su respiración estaba agitada y entrecortada, miró hacía todos lados, EunHyuk estaba tan pálido como un fantasma, ShinDong parecía haberse ido a otro mundo pues sus ojos miraban hacía ninguna parte con una auténtica expreción aterrada.
- ¿Están... todos bien? – Exclamó LeeTeuk con voz temblorosa. EunHyuk y ShinDong asintieron mudos de la impresión. Entonces el líder fue consciente de que KyuHyun no había respondido. Miró el asiento donde estaba el menor, este yacía inconciente, una nefasta flor roja se esparcía por su cadera y pecho y dos largos y espesos hilos se deslizaban por los costados de su boca.
- KyuHyun-ah – Chilló EunHyuk, el manager al lado de KyuHyun se levantó con dificultad, también estaba herido, al igual que el conductor del auto.
Dios, hay sangre en todos lados... ¡maldición!... ¿vamos a morir?
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KangIn dio vueltas desesperadamente en su apartamento durante lo que parecieron unos eternos 15 minutos, intentó comunicarse con los managers pero ninguno le contestó. Entonces recordó los foros de las fans, seguramente tendrían información sobre el hospital, después de todo ellas averiguaban todo primero inclusive antes de que ellos mismos supieran las cosas. Corrió al computador y buscó el foro principal en Koreano de Suju, como era de esperse estaba lleno de noticias relacionadas con el accidente, inclusive habían fotos, el auto se veía en mal estado, la mano que sostenía el ratón tembló mientras hacía click en los temas para ampliar la noticia. Así fue como se dio cuenta del nombre del hospital al que finalmente serían llevados.
KangIn se vistió de cualquier manera, casi se arrancó la pijama mientras atravesaba la sala y se encaminaba hacía el auto en el parqueadero del edificio y mientras conducía del auto, se maldijo así mismo por vivir tan lejos del hospital.
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Media hora después llegó al lugar, entró corriendo como alma que lleva el diablo y casi le tira los papeles a la recepcionista en la entrada. La chica entre asustada y emocionada por ver a KangIn en persona, le dijo que los chicos habían sido llevados a la sala de emergencias numero 4. KangIn corrió por los corredores, apartando de su camino a médicos y enfermeras con brusquedad, abriéndo las puertas de par en par aunque dijeran “paso restringido: solo personal del hospital”. Vio a EunHyuk y a ShinDong sentados en unas camillas al final de la sala, corrió hacía ellos, los medicos les habían puesto improvisados vendajes en las eridas más superficiales de los brazos y piernas.
- ¡Hyung! – Exclamó ShinDong con los ojos rojos por las lágrimas. KangIn los abrazó a ambos aún con el corazón a punto de salirsele por la boca.
- Todo fue tan rápido – Comenzó a decir EunHyuk asustado – No se que pasó, sólo de repente todo empezó a dar vueltas y... –
- ¿Donde está Jungsoo? – Exclamó KangIn con ansiedad, pero EunHyuk no tuvo que responder a su respuesta, pues el mismo LeeTeuk apareció manoteando detrás de unas cortinas verde pálido que separaban las camillas y los pacientes.
Esa había sido la visión más espantosa que KangIn había tenido y probablemente tendría en toda su vida. LeeTeuk tenía los vendajes a medio poner, manchados de sangre, la sangre se había pegado a su cabello como una desagradable costra marrón invadiendo un lado de su rostro. Estaba, asustado, por dios si lo estaba, sus ojos reflejaban un terror auténtico, lleno de ansiedad, sus pupilas estaban dilatadas como un gato en medio de la noche. Un par de médicos intentaban sostenerlo a la fuerza, pero él logró soltarse, se acercó cojeándo trémulamente hacía KangIn, ahora habían lágrimas vidriosas en las cuencas de sus ojos desorbitados.
- Youngwoon... – Gimió LeeTeuk y KangIn lo recibió en brazos sin saber que debía hacer.
- No dejes que se acerquen a mi – Le suplicó LeeTeuk serca de su oreja – Estoy bien, estoy bien... no necesito las inyecciones, no necesito nada... no puedo, no puedo descanzar ahora... yo soy el Hyung... ¡KyuHyun me necesita! –
Entonces KangIn recordó inmediatamente aquella tarde cuando eran adolescentes en la que LeeTeuk se había mostrado aterrado con él sólo hecho de que le aplicara anticéptico en la erida que se había hecho accidentalmente con el cuchillo. Recordó también cuando habían hablado al respecto, mientras subían la colina que bordeaba el mar en Pusan. LeeTeuk le había confesado, que había tenido un traumático episodio cuando era niño y había terminado en un hospital, el mayor odiaba los hospitales, odiaba su olor, odiaba la sensación de claustrofobia que le causaba estar entre esas paredes blancas y sobre todo, le temía al dolor, al hecho de estar allí aislado en medio de esa blancura impecable y desinfectada. Sus ojos miraban a KangIn con auténtico miedo, le suplicaban que lo ayudara, que lo sacara de ahí.
- Hyung... – Murmuró KangIn atrayéndolo contra su pecho, la cabeza de LeeTeuk quedándo en el ángulo de su cuello, untándolo de sangre por el costado – Tranquilo Hyung, todo saldrá bien, estoy aquí –
- Youngwoon...- Gimió LeeTeuk por última vez antes de que su cuerpo perdiera fuerzas y se fuera quedando lentamente desmadejado como un muñeco de trapo. Entonces Kangin notó que uno de los médicos había aprovechado ese momento de descuido del líder y le había enterrado una jeringa llena de un espeso liquido blancusco en el brazo derecho. Los médicos tomaron el cuerpo de LeeTeuk alzándolo por los brazos, la mirada del mayor aún continuaba fija en KangIn, era una mirada llena de muda acusación por haberle permitido que se lo llevaran.
KangIn tragó saliva y se acercó a los médicos, pero estos lo detuvieron enérgicamente y se llevaron al líder hacía la camilla, donde lo aseguraron con sendas correas de cuero, como si se tratase de un loco peligroso o de un asesino en serie.
- Por favor, permítanos hacer nuestro trabajo, no haga esto más difícil – Se quejó el doctor furioso y aunque tenía toda la razón, KangIn se sentía impotente y deseaba acompañar a su Hyung durante el proceso. – Se que todos están asustados, pero sabemos lo que hacemos, debemos hacerle una resonancia magética nuclear al cerebro para detectar posibles tumores por el golpe, hasta no comprobar todos sus signos vitales, no será posible que tenga visitas, por favor, salga de la sala o llamaré a seguridad –
KangIn regresó sobre sus pasos con el ceño fruncido. No quería ver a KyuHyun, no quería imaginarse en que estado estaría, de nuevo le temblaban las manos de manera enfermiza, necesitaba un café.
- Nunca había visto a Teukie Hyung así – Sollozó EunHyuk asustado cuando KangIn pasó por su lado para dirigirse a la salida.
- Esperaré afuera – Comentó KangIn sin poder decir una palabra más. Estaba tan asustado como todos ¿Pero qué podía hacer más allá de sentarse a esperar?.
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Una semana después del accidente LeeTeuk aún se encontraba internado en el hospital. Había sido talvez la semana más diíficil que todo el grupo había tenido que enfrentar, la agenda tuvo que ser detenida abruptamente y todo se había convertido en un repentino caos. KangIn vio llorar a Ryeowook junto a la cama de KyuHyun por horas, nunca lo había visto así. A pesar de que SungMin en vano intentaba animarlo y convencerlo de que todo saldría bien, la amistad entre KyuHyun y Ryeowook se había hecho más estrecha durante las actividades de KRY y ahora Ryeowook no podía evitar sentirse destrosado. Todos acudían al hospital a diario, de hecho los doctores quienes al comienzo habían dicho que sólo se podía una o dos personas por paciente, se habían cansado de discutir con el manager y con los chicos, por lo que más de 11 personas visitaban a diario a los convalecientes, incluyendo por supuesto a los padres y familiares.
Ese sábado en la tarde, KangIn había plenado ir a visitar a LeeTeuk y a KyuHyun un par de horas y mientras se acomodaba la camisa, alguien tocó la puerta. KangIn alzó una ceja con el sonido, pues no esperaba a nadie en el apartament. Cuando abrió la puerta se quedó por unos instantes mudo al ver a Sohee en el marco, vestida con unos apretados jeans y una bluza azul claro de manga corta.
- ¿Sohee? – Exclamó él atontado - ¿Que haces aquí?- Preguntó, ella frunció el ceño.
- ¿Cómo que qué hago aquí? – Se quejó llevándose las manos a la cintura – Soy tu novia, ¿recuerdas? – Agregó entrando en el apartamento.
- Lo siento... – Se disculpó KangIn y la siguió hasta la sala – Es sólo que no estoy de humor –
- ¿Por qué no me has llamado en todo este tiempo? – Preguntó ella mirándolo fijamente – Eh intentado llamarte en dos ocaciones y no he podido comunicarme ¿Estás ignorándo mis llamadas? –
- Lo siento – Volvió a decir KangIn – Pero esto es importante, mi Hyung y mis dongsaengs, sufrieron un accidente y... –
- Si, lo se, lo pasaron por la televisión – Aceptó ella – Una terrible tragedia, sin embargo... ¿A caso no tenías un par de minutos libres para llamarme?-
- Sohee... no he tenido cabeza para pensar en nada más que mis amigos – Respondió KangIn sintiéndose culpable y a la vez enojado.
- Entonces, ellos son más importantes que esta relación... – Afirmó ella indignada.
- No quieras comparar estas dos cosas – Exclamó KangIn ahora estaba molesto con el reclamo de ella, tenía demasiadas cosas en que pensar como para tener que soportar un reclamo de ella.
- No, esto no se trata de comparar o no, no se trata de eso, se trata de nuestra relación, de que últimamente todo es más importante que nosotros, yo me la paso pensando todo el día en ti, pensando en nosotros y tú no tienes tiempo para hacerme una llamada de 5 minutos, porque tienes cosas más importantes que hacer – Le gritó ella perdiendo la compostura.
- Sohee...cálmate – Exclamó KangIn realmente molesto –realmente no quiero hablar de esto ahora Tengo que ir al hospital –
- Oh, claro, siempre hay algo más importante para hacer que hablar de lo nuestro – Sohee se acercó caminando furiosa hacía la puerta – Estoy cansada de tu actitud, estoy cansada de tu desinterés en nosotros y no pienso esperar hasta que decidas cuando es tiempo de hablar – Finalizó abriendo la puerta – Esto se acabó, eres el tipo más egosita que he conocido en mi vida, no se como cometí el error de meterme contigo –
Dicho esto, tiró la puerta y sus tacones resonaron por las escaleras. KangIn se quedó mirando la puerta cerrada, aquello había sido rápido e inesperado. Porque aunque KangIn sabía que había descuidado la relación, nunca una chica había terminado con él, generalmente era él quien les rompía el corazón y les terminaba, pero ahora en medio de la sala del apartamento, mientras Sohee se alejaba, KangIn fue consciente de que era la segunda vez que le terminaban y la otra persona había sido quizás la persona más importante en toda su vida. Suspiró abatido y el piano destrozado pareció burlarse de él desde la esquina, recordándole en que estado estaba su corazón.
Egoista. Si, quizás no soy más que un cerdo egoísta.
Pensó terminando de organizarse la corbata, a partir de ese momento, en teoría era un hombre libre. Pero lejos de sentirse aliviado de ello, se sintió como un patético perdedor, un hombre que se había dejado deslumbrar por la belleza y el cuerpo de una mujer y había dejado de lado a la persona que más le importaba en ese mundo.
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Había podido morir. Pensaba LeeTeuk mientras veía como HeeChul se despedía lacónicamente, a su lado estaba Hangeng, quien había llorado sosteniendo su mano mientras decía cosas inteligibles en Chino con su voz quebrada por el llanto. HeeChul a pesar de siempre mantener ese semblante altivo y esa actitud segura, estaba realmente conmocionado con el accidente debido a la experiencia que había tenido en el pasado. Ahora mientras los veía alejarse, LeeTeuk se preguntó, que habría pasado si hubiera muerto. Suspiró deseando rascarse la piel aterida de la cara que comenzaba lentamente a cicatrizar, a veces la picasón era tan insoportable que se mordía la lengua para no pensar en ello. El doctor se lo había prohibido con vehemencia.
ZhouMi había venido también a verlo, le había traído dulces a escondidas de los médicos.
- Se que te dijeron que no podías comerlos Hyung – Había dicho ZhouMi con una sonrisa – Pero el chocolate te hará feliz – Agregó mostrándole una barra de chocolate en forma de corazón con alas – Sólo cierra los ojos y deja que el sabor te invada los sentidos, te hará sentir mejor – Finalizó.
LeeTeuk no estaba muy seguro de que desobedecer la orden directa de un médico sería buena idea, pero no encontraba ninguna relación entre el hecho de comer dulces con su recuperación, por lo que terminó por comerse los chocolates de ZhouMi y tal y como el chino le había prometido, le habían hecho sentir mejor. Por supuesto sólo había sido efímero y la depresión había regresado a él una vez más. De hecho no recordaba haber estado más deprimido en toda su vida, no recordaba haber pensado en la posibilidad de morir con tanta frecuencia y con tanta intensidad como en esa semana. Y por más tiempo que sus padres pasaran a su lado en los horarios de visita, la sensación de melancolía y de vacío no lo dejaba ni un minuto.
Entonces calló la tarde y el sol se fue muriendo lentamente. Una noche más pensó y odio esa espesa sensación de miedo que ahora lo envolvía. No podía evitarlo, siempre que llegaba la noche, él quería huír, escapar, gritar y llorar. El terror lo embargaba como a un niño pequeño cuya madre jura que las sombras en su habitación no son más que el guardarropas, pero que sin embargo sigue viendo figuras de horripilantes monstruos en la oscuridad. Era un sentimiento que lo hacía sentir estúpido, pequeño y cohibido. Que lo hacía avergonzarse de tener más de 20 años y continuar temblando bajo las sábanas frente a la posibilidad de pasar una noche más en el hospital. Durante esa semana, HeeChul y DongHae le habían acompañado durante dos noches, luego sus padres y finalmente Hangeng. Pero ese sábado, LeeTeuk no había querido decirle nada a ninguno de los que lo habían visitado durante el día porque no quería que supieran que temía pasar la noche sólo.
Eso sería ridículo. El gran líder de Super Junior, muerto de miedo por pasar una noche sólo en un hospital.
Pero por más que se obligara a pensar en lo estupido que era el asunto, en cuanto cerraba los ojos, imágenes de agujas y mecanismos electrónicos con formas incoherentes llegaban a su mente para atormentarlo, sólo logrando que abriera los ojos de nuevo y se encontrara así mismo con la garganta receca y con una desagrable sensación de nausea en la boca del estómago.
Estoy volviéndome loco.
Suspiró largamente mirándo el techo de su habitación, entonces la puerta se abrió lentamente y LeeTeuk dió un respingo asustado con la intromición.
- Hola Hyung – La voz de KangIn lo llenó todo en esos momentos y LeeTeuk no pudo más que sonreír aliviado al verlo.
- Hola Dongsaeng – Le respondió.
