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El Ángel y el Demonio (Segunda parte) por Helsic

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El ángel y el demonio segunda parte.
Capitulo 21
“Objeto de Deseo”


LeeTeuk durmió plácidamente esa noche, como plácidamente no dormía desde el día del accidente. Por supuesto había tenido largas noches de sueño ininterrumpido en el hospital (días enteros también) pero todo gracias a los calmantes y a las múltiples drogas que le habían inyectado en el cuerpo para el dolor. Por lo que, esa era la primera noche en la que había dormido tranquilamente sin despertarse en medio de la oscuridad, con un grito afónico queriéndose escapar de su garganta seca. Esa noche, no lo visitaron demonios y monstruos en sus sueños, no hubo miedo ni tampoco angustia, sólo una densa calma que lo envolvió todo como el sopor de las tardes más calurosas de verano. Y cuando abrió sus ojos a las 8 y cuarenta y cinco minutos de la mañana del día siguiente, una sonrisa involuntaria adornaba su rostro. Las cortinas del la habitación estaban cerradas por lo que no entraba ningún rayo de sol, en la penumbra, el líder disfrutó del olor carente de alcohol y químicos, el olor a apartamento normal, a piso recién lavado con jabón de lavanda y a la colonia Hugo Boss XX, la que usaba casi siempre KangIn.

El líder se deshizo de las sábanas blancas con líneas azules y verdes y caminó perezosamente hacía la ventana para quitar las cortinas. El sol entró; jugó con su cabello y acarició su rostro inmediatamente ensanchándole la sonrisa un poco más. Los rayos del sol al amanecer, mágica caricia de la cual había sido privado durante sus meses de encierro en el hospital. Se quedó unos minutos allí antes de preguntarse donde se encontraba KangIn. La noche anterior, el menor le había dejado la cama completamente para él sólo, había dicho que dormiría en la sala pues no disponía de otra cama y esto había permitido que el líder pudiera descansar plenamente, disponer de toda la cama para él sólo. Desparramarse en ella como quisiera sin temer a reventarle la nariz a KangIn con una patada mientras dormía.

LeeTeuk caminó por el corredor sin hacer ruido, iba descalzo, usando el pantalón blanco de algodón de su piyama y una simple camiseta que le quedaba dos tallas grande con el número y nombre de algún jugador Coreano de béisbol, caminó suavemente mientras escuchaba una musiquita provenir desde la cocina. Con curiosidad asomó su cabeza en la cocina y el olor de algo medio quemado le inundó inmediatamente la nariz, ¡ah! El olor a la comida recién preparada y no a la gelatina y al granulado con vitaminas del hospital. Entonces pudo escuchar claramente lo que sonaba en la habitación.

- NO TENGO TRONO NI REINA, NI NADIE QUE ME COMPRENDA... PERO SIGO SIENDO EL REYYYYYY... -

La voz en ese extraño idioma que lejanamente le recordaba la música que escuchaba su abuelo cuando él tenía 12 años, lo desconcertó. Pero no lo desconcertó tanto como la imagen de KangIn usando un delantal blanco de cocina, en pantalonera roja y camisa sin mangas negra, fuera de eso, cocinando. Acto que no concordaba con la idea misma de lo que era KangIn aunque en ocasiones pasadas lo hubiera hecho.

- Y esto, queridos oyentes fue Vicente Fernández desde el lejano Méjico en nuestras mañanas internacionales de Amor Estere... Amor Estereo endulzando a diario tus días con las más...-

KangIn se giró y la tortilla que llevaba en el sartén voló por los aires cuando vio a su Hyung de pie en la puerta observándolo. La voz del locutor se escuchó lejana e inteligible y la expresión de KangIn cambió de sorpresa a vergüenza con la misma rapidez con la que la tortilla demoró en caer al suelo.

- ¡Hyung!... Me asustaste - Exclamó KangIn - ¡Mierda! - Agregó mientras se inclinaba a recoger la tortilla.

- Buenos días - Dijo LeeTeuk y ahogó una risita - Precioso delantal, combina perfectamente con el color de tus ojos - Agregó sin poder evitar el comentario. KangIn gruñó y fingió una risita.
- Ha ha Buenos días...- Exclamó KangIn mientras LeeTeuk se acercaba curioso para ver el contenido del desorden de ollas, mientras tanto, el locutor anunciaba una nueva canción, de una tal Rocío Dulcan de España.

- ¿Eso es para mi? - Preguntó LeeTeuk señalando los huevos revueltos que se cocían alegremente en mantequilla en la otra sartén.

- No, para ti, sólo agua y un pedazo de pan - Respondió KangIn haciéndolo a un lado con sus caderas como si no hubiera más espacio en la cocina.

- Menos mal, porque tienen un aspecto terrible, seguro el pan y el agua sabrán mejor - Comentó LeeTeuk y esquivó el sartenazo que pasó volando por encima de su cabeza mientras reía.

- Mejor para mi - Comentó KangIn indignado como un niño de 5 años - Más para mi - Agregó.

- ¿Puedo ayudar en algo? - Preguntó finalmente LeeTeuk con una sonrisa asomándose por el lado opuesto a la mano que sostenía el sartén, recién usado como arma.

- ¿Para que se cree una reacción nuclear y la cocina termine volando en mil pedazos? No gracias, puedes esperar en la sala - Aspetó KangIn.

- Exagerado - Bufó LeeTeuk.

- Esta bien, no volará en mil pedazos, pero si tendré que limpiarla por toda las miles de cosas que quedarán salpicadas en las paredes si te dejo meter las manos - Puntualizó. LeeTeuk tuvo una perturbante imagen morbosa en su cabeza con la frase 'meter las manos' y 'las miles de cosas que quedarían salpicadas en las paredes' . Sacudió la cabeza logrando que la imagen se esfumara.

- Entonces prepararé el café - Dictaminó LeeTeuk y KangIn iba a renegar pero LeeTeuk ya había alcanzado la bolsa con café y estaba calentando el agua en la cafetera.

Quince minutos después ambos se encontraban en la sala disfrutando de un desayuno, después de que la cocina hubiera quedado tan sucia como si hubieran preparado el almuerzo de 20 personas. ¿Pero quien podría haber pronosticado que a LeeTeuk se le hubiera regado un poco del café en la repisa para poner los platos y que el café salpicado hubiera quemado a KangIn en el brazo creando que este tirara al piso los huevos revueltos? (Sin mencionar que el mismo KangIn en su intento de ahorcar a LeeTeuk había pisado el huevo y había terminado desparramado en el suelo convirtiendo el blanco delantal en una porquería.)

- Definitivamente el café es lo mejor del desayuno - Se quejó LeeTeuk quien contemplaba con tristeza su plato. KangIn le había servido el huevo que había podido aspecto del suelo, el que según él no estaba sucio. - Si mañana amanezco enfermo y tengo que volver al hospital...-

KangIn le mostró la lengua como un niño pequeño y se llevó una tostada a la boca.

- Por cierto... dormí perfectamente, muchas gracias por dejarme tu cama - Comentó LeeTeuk cambiando de tema y sonriendo ampliamente mientras se comía el huevo por los lados.

- Era lo menos que podía hacer Hyung - Aceptó KangIn, una sonrisa adornado su rostro también - Se que necesitas descansar -

- Descansar... descansar ... ¿Sabes lo cansado que estoy de descansar? - Le preguntó LeeTeuk bebiendo un poco del café.

- Cansado de descansar... - Murmuró KangIn - Que irónico - Agregó.

- Estoy hablando en serio - Lo interrumpió LeeTeuk - Estoy cansado de estar postrado en una cama y el mundo girando a mi alrededor sin que yo pueda hacer absolutamente nada -

- No te has perdido nada del otro mundo - Comentó KangIn con un suspiro - Seguimos siendo unas marionetas de los medios masivos de comunicación y la situación de guerra fría con el norte está igual que siempre...-

- ¡Estoy hablando en serio! - Se quejó LeeTeuk.

- ¡Yo también! - Se defendió KangIn. El líder se alzó de hombros abatido, discutir con KangIn era divertido, pero a veces le daban ganas de tirarle de las orejas.

- Hyung, descansar aquí no es lo mismo que descansar en el hospital - Comenzó a explicar el menor - Esto es diferente, estás conmigo, las cosas serán diferentes, prometí que te cuidaría y voy a poner todo mi empeño para que mi mejor amigo pase los mejores seis días de descanso de toda su vida -

- Empezando por el huevo recogido del suelo... - Murmuró LeeTeuk revolviendo el contenido de su plato con un palito.

- ¡Aigo! ¡Aigo! ¿Porqué eres así? - Se quejó KangIn con las mejillas infladas por las tostadas previamente ingeridas. - ¡Tu te lo buscaste! -

- Sólo quería ayudar... - Se quejó LeeTeuk lastimeramente - Y pensar que en el hospital me pidieron que tuviera especial cuidado con la comida que ingiriera durante mi recuperación -

- ¿Eh, de verdad? - Se interesó KangIn.

- De verdad... ¿crees que jugaría con mi propia salud? - LeeTeuk le mostró su mejor rostro indignado mientras le quitaba lo que parecía un pelo a su plato y lo botaba al piso. - Fueron específicos a la hora de explicarme mi dieta, los microbios y las bacterias podrían alterar el proceso de curación que lleva mi cuerpo... - KangIn alzó una ceja, pareció reflexionar unos segundos y continuó comiendo.

- Buen intento - Agregó, la cara de LeeTeuk se puso de todos los colores.

- Estoy hablando en serio... - Se quejó por última vez pero KangIn no cayó esta vez. Se conocían demasiado bien mutuamente y habían jugado de esa misma manera desde muchos años atrás. LeeTeuk tendría que aprender nuevas técnicas si quería volver a engañar a su Dongsaeng.

Finalmente se comió su desayuno sin decir nada más.


***


Durante la tarde, LeeTeuk se quedó dormido en la cama de KangIn por casi 5 horas, aunque hubiera dicho que no necesitaba descansar más, se había quedado dormido allí, profundamente dormido como un bebe. KangIn revisaba regularmente la habitación, pero sólo encontraba al líder plácidamente dormido con una sonrisa apaciguada en sus labios, estirado cuan largo era en la cama, con su horrorosa camiseta deportiva dos tallas más grande y las sábanas de rallas enredadas entre los pies. Durante esa misma tarde, varios de los chicos llamaron, el primero en manifestarse fue DongHae, el móvil de LeeTeuk comenzó a sonar y KangIn voló a contestar antes de que el sonido pudiera interrumpir el sueño del líder.

- Ah, Hola DongHae - Exclamó KangIn saliendo de la habitación para no hacer ruido - ¿Que tiene de malo que conteste yo? - Agregó sorprendido con el reclamo de DongHae al otro lado de la línea - Pues si, soy su secretaria, así que de ahora en adelante si quieres hablar con Jungsoo deberás hablar conmigo primero - DongHae se quejó al otro lado de la línea y comenzó a llamar a EunHyuk y a SungMin, como buscando respaldo para su queja - ¿Que quieres? - Agregó KangIn feliz haciendo enojar al pescadito DongHae. - Pues lamento mucho informarte que nuestro líder no puede pasar al teléfono ahora - Agregó solemnemente, entonces a lo lejos escuchó la voz de Yesung que gritaba "¡Dale tiempo a que se vista, se baje de encima de KangIn y conteste el maldito teléfono!" KangIn se puso de todos los colores y gritó por el teléfono - DILE A ESE CONDENADO DE YESUNG QUE LO ESCUCHÉ TODO, DONGHAE!- EunHyuk y SungMin rieron en el fondo, pero DongHae se empeñó en que LeeTeuk debía pasar al teléfono , KangIn suspiró - Esta bien, esta bien, te pasaré a LeeTeuk, pero tendré que interrumpir su sueño, es una lástima, porque los médicos fueron muy claros al respecto de la recuperación y las horas de sueño que Jungsoo Hyung debería tener - Ante esta respuesta, DongHae empezó a gritar alarmado, por supuesto que no quería interrumpir el sueño de su Hyung. - Si, ya lo despertaré - Agregó KangIn mientras escuchaba las súplicas de DongHae a través del teléfono para que no despertara a LeeTeuk - Huy... parece que está despertando, parece muy enojado - DongHae casi llora y explota por el teléfono, KangIn se deleito con el tono asustado y lleno de culpa de DongHae - Um, si, mejor lo llamas en otra ocasión...-

DongHae colgó y KangIn sonrió satisfecho. Esa misma tarde, Siwon, Kibum y ShinDong llamaron también al líder, pero como este continuaba dormido fueron atendidos por KangIn. Aunque con Kibum fue completamente diferente, tan pronto como él escuchó la voz de KangIn pareció intuir que LeeTeuk estaba dormido, ocupado o simplemente no quería ser molestado y dijo que llamaría en otro momento. (Muy propio de Kibum a decier verdad)

Hacía las 7 de la noche, LeeTeuk despertó, desubicado porque había anochecido, se frotaba los ojos mientras caminaba por el corredor buscando la cocina porque tenía hambre de nuevo. KangIn le sirvió lo que había sobrado del almuerzo y el líder comió con entusiasmo, parecía más tranquilo, de hecho las terribles ojeras que siempre había tenido en el hospital desaparecían lentamente de su rostro para alivio de KangIn.

Luego de comer y ver un poco de televisión, LeeTeuk anunció que tomaría una ducha y se encerró en el baño. Mientras KangIn lavaba los platos y organizaba el desorden en la cocina, se preguntó si esa calma significaba un buen presagio entre los dos. Hasta el momento (a acepción del beso fracasado el día anterior) todo marchaba viento en popa, era como si Sohee nunca hubiera existido entre ellos, no habían vuelto a mencionarla para nada, de hecho no habían hablado del asunto, tampoco de lo que sería de ellos dos de ahora en adelante.

Pero si, todo marcha perfectamente, se dijo así mismo mientras lavaba una taza con restos de café, es igual de molesto que siempre, igual de tonto... es como siempre ha sido. Con la ecepción claro de que ya no hay contacto, ya no hay besos ni sexo.

Algo se retorció dentro de su pecho al contemplar la posibilidad de que la relación se convirtiera en una por fin 'normal' relación entre amigos machos. Suspiró y frunció el ceño por dos motivos:

El primero porque era la primera vez en toda su vida en la que no quería volver a tener una relación 'normal' con su mejor amigo, es decir, una relación propiamente de hombres heterosexuales como debía ser.

El segundo motivo era que, la sola idea de no volver a besarlo nunca más le hacía sentir los labios resecos, le parecía pavoroso el porvenir si no podía tomarlo entre sus brazos y para ser francos, los besos no era lo único que extrañaba, por supuesto el extrañaba esa boca diosa suya engullendo su miembro con gula, extrañaba el toque suave y demencial de sus dedos, extrañaba sus gemidos varoniles y a la vez tan eróticos, dios, extrañaba hundirse con fuerza dentro de él.

Entonces fue consciente de que un problemita se había manifestado entre su pantalón.

Mierda. Eso te pasa por pensar en él


Continuó lavando los platos sintiendo su entrepierna dura, apretada contra el pantalón, intentaba en vano que la imagen de LeeTeuk en medio del ajetreo sexual se fuera de su mente, pero el mal ya estaba hecho.

- Youngwoon... - Escuchó la voz de LeeTeuk quien lo llamaba desde el baño.

- ¡Mierda! - Se quejó KangIn, ¡preciso en ese momento!, dejó los platos húmedos amontonados en el estante para que se secaran y giró frenético su cabeza buscando algo con que distraerse. Pero el racimo de apetitosos bananos que descansaban sobre la mesita al lado de la nevera no ayudaban a que sus fantasías desaparecieran de su mente.

- ¡Voy! Espera un minuto... - Agregó saliendo a la sala.

Mierda, mierda, piensa en cualquier otra cosa, ¡la guerra nuclear con Corea del norte, el ministro de educación, El tipo de la radio... ¿Cómo era que se llamaba? ¡Vicente Fernández!

Pero ni la situación nuclear de Corea del norte ni el ministro de educación con su cabeza carente de cabello ni siquiera el mismísimo Vicente Fernández, pudo lograr que la imagen sugestiva de su líder se desintegrara de su mente.

Se llevó las manos a la cabeza con frustración observando su problema allí abajo. ¿Y ahora que iba a hacer? Si era rechazado por segunda vez no sabía si su orgullo le permitiría acercarse a un radio menor de 10 metros de su Hyung durante los siguientes 10 días.

- Voy en camino Hyung - Advirtió estirándose la camiseta, intentando de ocultar alguna evidencia y se encaminó al baño.

 

Una vez allí, una de las visiones más eróticas de LeeTeuk que jamás hubiera esperado encontrar, lo recibió en la puerta del baño. Bueno en realidad no era erótica en si misma, lo era para KangIn, porque LeeTeuk estaba dentro de la bañera y parecía no llevar nada encima más que su piel, su apetitosa piel, y aunque el mayor no estuviera en alguna posición provocadora, ni mirando lascivamente a KangIn (Estaba simplemente sentado con la mirada desviada hacía un lado) para el menor fue suficiente incentivo para que su problema se volviera más evidente. Carraspeó antes de hablar.

- Ejem... ¿Necesitas... algo Hyung? - Finalmente habló. LeeTeuk asintió en silencio. El vapor del agua caliente hacía brillar su piel como si le hubieran pasado una fina capa de plástico por encima, el cabello lo tenía todo aplastado contra el cráneo, pegándosele a la piel del rostro gracias a la humedad. KangIn se acercó duditativamente y se arrodilló al lado de la bañera.

- ¿Podrías... ayudarme? - Preguntó tímidamente el mayor, sus mejillas estaban rojas ahora, aunque KangIn no estaba seguro si eran producto de la temperatura del agua. KangIn se estaba preguntando en que podría ayudar a su Hyung y LeeTeuk se giró lentamente para revelar su problema.

La espalda del mayor, estaba lacerada por el accidente, las cicatrices aún frescas no terminaban de sanar y la piel se había levantado allí donde le habían cocido los puntos, ahora tenía esa parte en carne viva. KangIn tragó saliva y la excitación pasó a ser preocupación con una velocidad vertiginosa.

- Quitándome la camisa... - Comenzó LeeTeuk y KangIn se giró para observar la camisa que estaba ensurrullada sobre la tapa del retrete, lucía unas delicadas gotas de sangre fresca - Creo que... me abrí la herida otra vez - Finalizó, parecía muy avergonzado con el asunto.

- ¿Que necesitas que haga por ti? - Preguntó KangIn observándolo con preocupación.

- Primero... quitar ese rostro patético de preocupación... - En un tono bastante altanero - No es el fin del mundo -

- Sólo me preocupo - Se defendió KangIn entre avergonzado y culpable.

- Lo se... es sólo que... - Se interrumpió sin poder continuar la frase, volvía a mirar el agua en la bañera.

Es sólo que no sabes como expresar tu miedo ¿verdad? y tienes miedo a aceptar que me necesitas ¿es eso verdad? No quieres depender de nadie, quieres demostrarme lo fuerte que eres...

KangIn no pudo decir lo que estaba pensando, porque la realidad sería un peor golpe para su Hyung. Asintió simplemente.

- ¿Podrías ayudarme a lavarme? - Murmuró suavemente, tan imperceptiblemente que KangIn por poco y tuvo que preguntarle que era lo que había dicho. LeeTeuk simplemente no podía alcanzar su espalda u otras partes de su cuerpo porque le dolía al estirar los brazos, la piel resentida por los golpes se estiraba también. KangIn se dio cuenta de que tan vergonzoso el hecho resultaba para su Hyung, no poder hacer algo tan simple como bañarse por si mismo.

- Por supuesto - Respondió KangIn sin darle más vueltas al asunto. Tomó una toalla pequeña y la metió en el agua caliente, luego la escurrió para quitarle el exceso de agua, se sentó en el borde de la bañera y paseó la toalla tan suave como pudo por la espalda de LeeTeuk. El mayor se encogió ligeramente al sentir la superficie de la tela sobre su piel.

Cuando terminó con la espalda (se demoró bastante a decir verdad), prosiguió con los brazos y luego el mayor se volteó, KangIn tragó saliva, paseando la toalla húmeda por el cuello del líder delineando sus clavículas, ahora la visión de ese pecho pálido, la visión de sus músculos contra su piel brillante por miles de gotas de vapor, lo encendió de nuevo.

KangIn, imbécil de mierda. ¿Cómo puedes excitarte cuando tu Hyung está sufriendo?

Era cierto y KangIn no podía sentirse más que culpable, pero su cuerpo actuaba por si sólo, su entrepierna pensaba por si misma y aunque intentaba concentrarse en el hecho puntual de 'limpiar' a su compañero, la visión de ese cuerpo desnudo no ayudaba en lo absoluto.

- Esa parte... puedo hacerlo yo mismo - Murmuró LeeTeuk, sus mejillas brillaban con el carmín que ahora las adornaba. Entonces KangIn fue consciente de que su mano había bajado casi hasta la entrepierna de LeeTeuk.

Mierda.

- Ah... l-lo siento Hyung - Tartamudeó sintiéndose infinitamente estúpido. LeeTeuk sonrió avergonzado.

- Lo se, es la costumbre - Finalizó. KangIn forzó una sonrisa también. Aquella era definitivamente la situación más incómoda por la cual había pasado al lado de su Hyung en mucho tiempo.

- Si... la costumbre - Aceptó ahora era el turno a que sus mejillas se encendieran.

No es sólo costumbre, te deseo más que a nada en el mundo, ¡te deseo aquí y ahora!

KangIn se vio forzado a retirar su mano de ese lugar ahora prohibido para él, subió con la toalla de nuevo al pecho y a los brazos, una infinita frustración generándose dentro de su cabeza. Dios, cuanto quería tocarlo, cuanto deseaba besarlo de nuevo.

Pero LeeTeuk se había convertido en una especie de objeto de culto, como un tótem, un trofeo una escultura sagrada que ningún mortal tenía el derecho de tocar, ni siquiera él, el máximo sacerdote de la religión en torno al Ángel Park Jungsoo tenía el derecho ahora, había pecado y había perdido el derecho a entrar a esa tierra prometida, a ese edén que era su piel.

Resígnate al mundo de los mortales, tu, demonio pecador...


Continuará

Notas finales:

Kyaaa!!! sorry la super demora D': fue una semana complicada aquí, 0 inspiración y poco tiempo para escribir -_-' espero q halla valido la pena la espera y les halla gustado ;A;! ahí me perdonan la intromisión de don-Vicente Fernandez xD, para Mejíco con amor~ (?)


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