Capitulo 22
“Juguemos un poco”
Esa noche, luego del baño, el mayor se puso la pijama y por unos instantes se preguntó si sería correcto llamar a KangIn al cuarto, la idea de que durmiera con él, cruzó su mente como una estrella fugaz en medio de la noche. Pero realmente ¿estaba dispuesto a hacerlo? LeeTeuk no estaba seguro, se asomó por la puerta y vio que KangIn acomodaba el sillón de la sala para acostarse en él, sus dedos temblaron ligeramente con la fuerza que le imprimió al borde de la puerta mientras lo observaba. KangIn había terminado con Sohee, eso era cierto, pero ¿Significaba eso que las cosas iban a cambiar?. Habían terminado, bueno él le había terminado, había tomado esa determinación y aunque había sufrido, las cosas habían sido mejor así, era la mejor decisión. Talvez, tener una relación pecaminosa con su mejor amigo no era lo mejor, quizás la llegada de Sohee a sus vidas era como una señal metafórica de algún ser invisible y supremo que quería prevenirlos de una desgracia peor.
Aquello no estaba bien. Era un hecho y aunque hubiera estado llevando ese tipo relación con su mejor amigo y aunque hacía mucho tiempo había aceptado que le gustaba KangIn, que le atraía sexualmente y que le hacía feliz estar con él, no por eso, dejaba de estar mal.
Porque muy en el fondo, LeeTeuk había tenido presente todo el tiempo que aquello estaba mal, muy mal. Haber terminado con él, era lo mejor después de todo. Quizás sólo era cuestión de tiempo, se dijo mientras se giraba hacía la cama vacía que lo esperaba en la habitación, quizás con el paso de los meses, él iría olvidando lentamente ese sentimiento fuerte y caprichoso que se aferraba a su corazón y KangIn pasaría a ser sólo su mejor amigo, como debió haber sido siempre.
Se acostó con cuidado en la cama y se quedó contemplando el techo por lo que parecieron horas, en su mente una y otra vez las mismas preguntas y la misma incertidumbre, una y otra vez tratando de convencerse así mismo de que era hora de dejar el pasado atrás y continuar con su propia vida. Enamorarse de una chica linda, con la misma facilidad con la que KangIn se había enamorado, tener una relación estable con una mujer e inclusive la idea de matrimonio cruzó su mente recordando la hermosa recepción a la que fue invitado meses atrás.
Si, quizás eso es lo que necesito. Simplemente alejarme de ti, dejar morir este sentimiento o matarlo si es necesario...
***
LeeTeuk tuvo una noche de sueño irregular, en dos ocasiones se despertó sediento y cuando se estaba levantando para ir a la cocina, notó que en la pequeña mesita al lado de la cama, había un vaso con agua, KangIn lo había puesto ahí para él por supuesto, para que no tuviera que ir hasta la cocina. Sonrió entre dormido y bebió gustosamente el agua.
Despertó casi al medio día. El sol entraba furioso a través de las cortinas y la temperatura del apartamento había aumentado un par de grados, se acercaba el verano y muy pronto sería insoportable inclusive dentro de la casa. Estiró los brazos con pereza, olvidando la herida en su espalda lo que provocó que le ardiera con el movimiento. Exclamó un improperio en voz baja mientras fruncía el ceño, siempre olvidaba tener cuidado. Se levantó de la cama notando lo hambriento que estaba, ¿Que horas eran? se estaba preguntando cuando notó algo inusual en el suelo de la habitación.
Se quedó por unos instantes mirando sin entender; en la cerámica blanca, habían pegadas unas flechas rojas bordeadas con negro, las flechas hacían un camino y salían de la habitación hacía el cuarto de atrás. LeeTeuk alzó una ceja intrigado con el hallazgo y comenzó a caminar siguiendo el recorrido que trazaban.
- ¿Youngwoon? - Exclamó en el pasillo vacío pero sólo recibió su propio eco como respuesta, continuó caminando siguiendo las flechas hasta llegar al pequeño patio al lado de la cocina donde KangIn tenía la lavadora y los implementos de aseo. Entonces levantó el rostro y se sorprendió al ver que la ropa mojada extendida en el barandal, tenía también sendas flechas de color rojo pegadas en la tela que continuaban sugiriendo un camino.
LeeTeuk se permitió rascarse la cabeza antes de continuar siguiendo las flechas hasta el fondo de la habitación y en la esquina derecha, vio una caja blanca.
La caja no tenía ningún letrero, sólo las flechas que apuntaban a ella, no era muy grande, pero tampoco muy pequeña, del tamaño justo para que un gato cupiera en ella, en el borde derecho sobresalía una manivela, entonces LeeTeuk comprendió que se trataba de uno de esos juguetes escondidos dentro de una caja a los cuales les das cuerda y de repente saltan para darte un tremendo susto.
"Tonto KangIn" pensó por unos instantes mientras recogía la caja entre sus manos y salía con ella de la cocina.
La puso sobre la mesa de la sala y la contempló por unos instantes en silencio antes de decidirse a abrirla. Comenzó a darle cuerda a la manivela despacio y una musiquita para niños se dejó escuchar en la habitación, aunque no quisiera aceptarlo, estaba emocionado por el momento en el que saldría el payaso a espantarlo y sabía que en ese momento, KangIn saldría quien sabe de donde e intentaría asustarlo por la espalda, era el tipo de tonterías que KangIn haría, así que LeeTeuk se preparó mentalmente para reaccionar con rapidez cuando el ataque de su compañero se produjera.
Pero por más que se hubiera preparado mentalmente en un monasterio Shaolin para actuar con rápidez, la sorpresa lo sobrecogió en el momento en el que el payaso, con su nariz roja y sus ojos salones salieron de la caja con un balanceo demencial. No pudo evitar dar un brinquito en el asiento y de inmediato miró hacía todos lados, esperando ver a KangIn, pero seguía estando tan sólo como antes, entonces fue cuando se percató de aquel payaso tenía un sobre dentro de su boca llena de dientes disparejos.
¿Un sobre?
Si, un sobre blanco descansaba en las fauces del muñeco. LeeTeuk lo tomó con cuidado y volvió a mirar a su alrededor antes de abrirlo. Adentro, habían dos papeles, uno parecía una nota y el otro...
- ¿Un tiquete... de avión? - Balbuceó entre la sorpresa, mientras lo miraba una y otra vez como intentando descubrir que era falso.
Entonces tomó la nota y la leyó.
"Estimado señor Park Jungsoo:
Por medio de la presente y de la manera más atenta, nos alegra comunicarle que es usted el feliz ganador de un inigualable viaje a la hermosa isla sureña de Cheju-do con todos los gastos pagos, disfrute de unas placenteras vacaciones, olvídese de todos sus problemas y responsabilidades, la agencia de viajes Youngwoon S.A le garantiza total discreción y un excelente menú internacional, también si el viaje no es del todo agradable, puede usted hacer el reclamo y pegarle un par de patadas al presidente en persona de nuestra compañía y por supuesto le haremos un cuantitativo rembolso.
La agencia de viajes y planes turísticos especializada en atender a ángeles melodramáticos; Youngwoon S.A, le incluye las siguientes novedades en su paquete de viaje:
- 1 mayordomo al cual usted podrá pedirle lo que se le antoje.
- 1 Profesional del transporte urbano que lo llevará a usted al lugar que elija.
- 1 Traductor que le ayudará si tiene algún inconveniente con los dialectos locales.
Disfrute de su estadía y esperamos que nos siga prefiriendo como su agencia de viajes para futuras rutas.
PD: Teléfonos móviles no permitidos durante el viaje, por políticas de seguridad de la empresa.
Atentamente:
Youngwoon S.A
Agencia de Viajes turísticos especializada en ángeles melodramáticos"
- ¿Á-ángeles... melodramáticos...? - Exclamó LeeTeuk con una medio sonrisa incrédula. ¿Acaso había enloquecido KangIn?.
LeeTeuk tomó su teléfono Mobil y marcó el número de su dongsaeng rápidamente, su corazón de repente latía con muchísima fuerza, parecía querer salir de su pecho. Se llevó el auricular a la oreja derecha...
- ¿Qué significa esto? - Chilló LeeTeuk en el teléfono, entonces escuchó la voz de KangIn
- Gracias por llamar a la agencia de viajes Youngwoon S.A, lamentamos informarle que nuestras operadoras se encuentran ocupadas, para conocer más acerca de los horarios y la agenda de su vuelo, marque 1, para saber acerca del paradero de su equipaje marque 2, para repetir el menú marque 0 -
- Oh... ¡Aigo! se que estás ahí... - Replicó LeeTeuk pero no recibió respuesta, así que marcó la opción número 1.
- Señor, Park Jungsoo, su vuelo con destino a la isla de Cheju-do, sale el día de hoy a las 17 horas, horario nacional, su número de vuelo es el V2378, por favor preséntese en el aeropuerto internacional Incheon una hora antes para el chequeo reglamentario -
- ¿H...hoy? - Exclamó LeeTeuk y rápidamente marcó la segunda opción. De nuevo la voz de KangIn simulando ser una operadora.
- Señor Park Jungsoo, su equipaje ya ha sido trasladado al avión, el número de su equipaje es el B2378, con este número podrá reclamarlo en su lugar de destino -
- ¿QUEEEE? - Gritó de nuevo, a este punto, él líder ya había corrido a la habitación y había abierto de par en par las puerta del closet, los cajones en donde anteriormente KangIn había guardado la ropa que había traído del hospital y sus demás cosas personales estaban vacíos.
- Se le informa también que un profesional del transporte de nuestra compañía lo recogerá en su residencia a la 13 horas, por favor no olvide tener todos sus documentos y el tiquete con usted -
KangIn colgó y LeeTeuk se quedó mirando el teléfono Mobil como si le fuera a responder de alguna manera, entonces se percató de que faltaban quince minutos para la una de la tarde. ¿Que significaba toda esa locura? Se dijo entre confundido y emocionado, si era una broma estaba yendo demasiado lejos, ya era hora de que su Dongsaeng apareciera riéndose en algún lugar. Pero aunque el mayor seguía creyendo que se trataba de una broma, buscó en todos los cajones algo que ponerse antes de que el susodicho 'profesional del trasporte' viniera a recogerlo.
15 minutos después, LeeTeuk salía del apartamento usando unos jeans holgados de color verde militar y una camiseta azul claro (Al parecer KangIn la había dejado ahí a propósito), bajo por el ascensor y en el enorme parqueadero iluminado por la luz mortecina de las lámparas de neón, vio estacionado el auto de KangIn. Con las manos en la cintura el mayor se acercó al auto, la emoción creciendo en el interior de su pecho, su corazón latiendo como una locomotora fuera de control.
Tonto Youngwoon... justo cuando había decidido olvidarte.
Aminoró el paso cuando estuvo a un metro del auto, la puerta trasera del auto se abrió, pero como los vidrios polarisados de las ventanas estaban completamente cerrados, no pudo ver el rostro del conductor. LeeTeuk se asomó tímidamente por la puerta y reconoció la ancha espalda de KangIn al volante.
- Bienvenido Park Jungsoo - Exclamó KangIn con un tono de voz ceremonioso, LeeTeuk se sentó y cerró la puerta divertido, al parecer iba a seguir el juego.
- Buenas tardes... ¿Señor? - Preguntó educadamente.
- Señor Kim, a su servicio - Explicó KangIn sin girar el rostro, LeeTeuk vio que usaba gafas oscuras a través del espejo retrovisor.
- Supongo... que está aquí para llevarme al aeropuerto - Comentó LeeTeuk y el 'señor Kim' asintió con la cabeza encendiendo el auto y posteriormente saliendo del parqueadero para encaminarse a la autopista principal.
Tonto Youngwoon...
***
Dos horas después habían llegado al aeropuerto. Durante el viaje en el auto, KangIn había fingido no conocer a LeeTeuk y actuó como un simple conductor. LeeTeuk estuvo a punto de exigirle una explicación pero prefirió continuar el juego, no podía evitarlo, tenía curiosidad por saber hasta donde iba a llegar. Por supuesto el tiquete de avión era falso. Tenia que ser falso. De lo contrario aquello era una locura absurda. Tenia curiosidad por saber que le diría KangIn una vez en el aeropuerto y con que tontería saldría una vez estuvieran en la sala de espera.
Pero contra todo pronóstico y para gran sorpresa de LeeTeuk, el tiquete si estaba reservado a su nombre y una jovencita muy atractiva de la Korean Airlines lo atendió con una sonrisa pidiéndole cortésmente su identificación. LeeTeuk le pasó su tarjeta, la chica la revisó y comprobó en su computador que todo estuviera perfectamente.
- Bienvenido a bordo, su vuelo con destino la isla de Cheju-do, es el número V2378, su silla es la H34, gracias por escogernos, que disfrute de su viaje - Comentó la chica con una sonrisa y le devolvió el tiquete que exhibía un sello de seguridad, LeeTeuk se quedó mirándola como sin procesar la información, entonces los pasajeros que esperaban en la fila atrás de él comenzaron a quejarse, por lo que tuvo que pasar a la sala de espera.
¿Donde demonios estaba KangIn? se preguntó mirando hacía todos lados, de repente había desaparecido. En la sala de espera no había mucha gente, sólo unos cuantos viajeros indiferentes hablando por celular. LeeTeuk no pudo evitar asustarse. De repente todo se volvía real, dejaba de ser una broma... ¡Era real! ¡Iba a montarse en un avión de verdad!.
Le marcó varías veces al teléfono pero KangIn no contestaba, dio vueltas al rededor de la sala de espera como un animal enjaulado, pero era como si el menor se hubiera esfumado de la faz de la tierra. Abatido se sentó en uno de los largos y mullidos asientos para los pasajeros a esperar, en cualquier momento tenía que aparecer.
Pero KangIn no apareció y cuarenta y cinco minutos después el encargado comenzó a llamar a los pasajeros del vuelo V2378 con destino la isla de Cheju-do. Lentamente los aludidos comenzaron a arrastrar sus maletas hacía el señor de seguridad que le daba una última revisada a los tiquetes y pasaportes. LeeTeuk se quedó de último en la fila, de repente lo embargó el miedo, marcó una vez más al número de KangIn pero nadie contestó y su llamada se fue al buzón de mensajes. De repente fue consciente de que iba a montarse a un avión hacía una isla, sin más equipaje que la ropa que llevaba puesta y su pasaporte.
- Bienvenido a bordo - Dijo la voz del encargado con una sonrisa, extendiéndole la mano, LeeTeuk le mostró su tiquete y pasaporte torpemente y luego de que el hombre lo estudiara por unos segundos le mostró la puerta por donde los demás pasajeros habían entrado.
LeeTeuk caminó nerviosamente por el pasillo, mirando hacía atrás cada segundo, pero KangIn no estaba por ningún lado. Una azafata lo recibió en la entrada del avión tenía una prefabricada sonrisa de oreja a oreja y le dio una calurosa bienvenida de la misma manera en como había hecho con los otros pasajeros, miró su tiquete y le indicó su puesto.
LeeTeuk caminó dubitativo entre las hileras de sillas, pasó por el lado de una señora muy gorda que intentaba subir un bolso en el porta equipaje, entonces cuando estuvo frente a la silla H34, una sonrisa maliciosa que muy bien conocía lo recibió.
Ahí estaba KangIn, sentado tranquilamente al lado de la silla que le correspondía.
Sonreía.
Las piernas de Park Jungsoo temblaron.
Y la sonrisa de KangIn se ensanchó aún más cuando el mayor lo envolvió entre sus brazos, la cabeza de Jungsoo se escondió entre el ángulo de su cuello y KangIn pudo aspirar el aroma de ese cabello que hacía tanto tiempo no olía. Un aroma que le trajo demasiados recuerdos al mismo tiempo; sexo, lagrimas y risas. Devolvió el abrazo con igual intensidad, atrayendo el cuerpo de su Hyung hacía un lado hasta que este quedó sentado a su lado.
- Bienvenido a bordo Jungsoo - Murmuró KangIn cerca de su cuello.
- Tonto - Sollozo el líder suavemente.
Y ahí estaba otra vez, las lágrimas queriéndo escapar de sus ojos. Bueno, después de todo si era un poco melodramático.
