El ángel y el demonio segunda parte.
Capitulo 26
"Relación sin nombre"
Hacía las 5 de la tarde, el mar comenzaba a mostrarse cada vez más enfurecido, la marea subía rápidamente y las olas agitaban el barco como si este se tratara de una figurita de papel. El pescador que les había rentado el barco, le había advertido a KangIn que debían regresar al muelle antes de las 4 y media. Porque al caer la tarde y comenzar la noche, la marea subía y el mar se volvía reacio y peligroso. KangIn tenía aquello presente en su mente, pero había disfrutado tanto de su paseo al rededor de la isla con su Hyung, que se había confiado demasiado. Ahora sentía que si no llegaban a tierra en menos de 5 minutos, vomitaría todo lo que había comido desde el día anterior. Por su parte, LeeTeuk ya había vomitado dos veces y su cara había adquirido un desagradable color verde.
- Ya... pronto llegaremos - Anunció KangIn, tenia el costado mojado debido a las fuertes olas que golpeaban el barco y habían mojado la cubierta.
- Eso mismo dijiste hace media hora - Se quejó LeeTeuk agarrado del mástil como si fuera a caerse muerto. La situación hubiera sido muy cómica de no ser porque KangIn estaba realmente preocupado, se suponía que debía cuidar de LeeTeuk durante esas mini vacaciones, se suponía también que el líder necesitaba descanso y tranquilidad, pero en vez de eso estaba mojado, en un barco a punto de ser partido por la mitad por las enfurecidas olas azules.
- Lo siento Hyung, sólo aguanta un poco más - Finalizó KangIn observando como a lo lejos, el muelle se acercaba lentamente. El constante vaivén de las olas hacía que la marcha del velero fuera lenta y trabajosa, por lo que la distancia a pesar de no ser muy larga, tomaba mucho más tiempo.
A las 5 y media de la tarde, pudieron finalmente pisar tierra firme. El pescador los miró molesto y regañó a KangIn enfatizando en el hecho de que si el velero se hubiera roto con las olas, el hubiera tenido que pagarle con intereses lo que no cubría el seguro.
- Que condenado viejo... - Exclamó KangIn cuando habían dejado el muelle y se acercaban a la carretera, un par de cangrejos rojos, cruzaban solitariamente la carretera. - Se preocupó más por el maldito barco que por nosotros... -
- Es su trabajo - Comentó LeeTeuk alzándose de hombros.
- ¿Oye te sientes mejor? - Preguntó KangIn. LeeTeuk realmente no tenía buen aspecto.
- Sólo estoy un poco mareado... creo que deberíamos comprar alguna medicina...- Aceptó LeeTeuk llevándose una mano a la sien.
- Eres tan delicado... - Comentó KangIn, LeeTeuk lo miró con reprobación.
- ¡Yah! ¿A quien se le ocurre quedarse en un barco después de que la marea sube? - Exclamó el líder molesto, le dolía la cabeza y aún sentía un poco de nauseas.
- Eso es porque navegar en el mar es sólo para machos - Comentó KangIn inflando el pecho ostentosamente.
- Aigo... - Exclamó LeeTeuk, guardó silencio unos segundos, en los que KangIn se pavoneó orgullosamente, antes de continuar - Le recuerdo señor Youngwoon, que gimió y gritó entre mis brazos mientras te follab...-
- ¡No es cierto! - Lo interrumpió KangIn, su cara ahora convertida en un tomate gigante.
LeeTeuk sonrió con suficiencia, le gustaba tener ese tipo de control, un arma secreta que nunca nadie sabría que tenía escondida bajo la manga (y que tampoco le interesaba que alguien lo supiera) con la que podía intimidar a KangIn las 24 horas del día. Le gustaba porque, eso le recordaba la enorme confianza que existía entre ambos y por supuesto también esa delicada pero poderosa conexión entre sus almas.
- Anda... consígueme algo de medicina para machos o te vomitaré encima - Le advirtió amablemente. KangIn con el ceño fruncido abrió la boca, pero pareció pensarlo mejor antes de hablar y solo haló a LeeTeuk de la manga de la camisa para que cruzaran la calle. El pueblo frente a ellos comenzaba a encender sus luces como pequeñas luciérnagas mientras el cielo se oscurecía paulatinamente en el horizonte.
***
3 horas más tarde, la medicina para el mareo había surtido efecto a la perfección y el apetito del líder había regresado más fuerte que nunca, por lo que habían comido pescado y verduras azadas con salsa picante en un pequeño restaurante cerca de la playa. LeeTeuk se había olvidado del dolor en su espalda, es más había conseguido olvidar el accidente mismo, el momento en el que había casi muerto del horror mientras el auto giraba sobre la carretera parecía tan lejano como una memoria de su niñez. Inclusive ese sentimiento de culpabilidad que lo embargaba siempre que pensaba en KyuHyun había desaparecido por completo y ahora en su mente no había otra cosa que no fuera, lo maravillosamente bien que se sentía al lado de ese testarudo y tonto de KangIn.
Era increíble como las situaciones malas podían convertirse en algo digno de ser recordado si él estaba a su lado. Todas las experiencias vividas con él se convertían en algo especial, hasta lo más insignificante cobraba un infinito valor en el fondo de su corazón. No paraba de sonreír y eso de cierta manera lo aterraba. Por que las cosas tan perfectas no existen.
- Estaba delicioso ¿verdad? - Comentó KangIn palmeándose la panza - Eh, Ajumah... otra botella de Soju por favor -
Una señora de rostro amable y con un trapo de flores envuelto en la cabeza, se acercó con el pedido.
- ¿Están esperando por las luces del amor? - Dijo la señora llevándose las manos a la cintura donde tenía un delantal manchado de aceite de pescado.
- ¿De que habla Ajumah? - Exclamó KangIn comenzando a sonrojarse.
- Las luces del amor, son un gran atracción turística de la isla - Comentó la señora - Así es, cada mes en la primera noche de luna llena en el calendario lunar, los aborígenes de la isla lanzaban luces al cielo como ofrenda a los dioses, las llamaban luces del amor, porque según la leyenda, si veías la luces con tu pareja, podías pedir un deseo y el cielo te bendeciría - La señora rió amablemente - Por supuesto es sólo una leyenda, pero aún después de tanto tiempo en esta isla se conserva la tradición y muchos turistas vienen a observar los fuegos artificiales que son parte del evento, no se avergüencen por ser hombres, los amigos también pueden disfrutar del evento - Aclaró la señora - Comenzará dentro de poco, si quieren verlo mejor deben caminar un poco más allá en la playa -
Cuando la señora se fue, ambos se quedaron en silencio, era obvio que la señora inocentemente suponía que ellos dos eran dos amigos que disfrutaban de unas vacaciones y que probablemente habían venido a la isla a conquistar alguna bella chica, probablemente pensaría que esa noche ambos tendrían jovencitas esperándolos en el hotel. Bebieron Soju en silencio y pasaron unos 10 minutos antes de que alguno de los dos volviera a hablar.
- ¿Quieres...? - Preguntó KangIn tímidamente, la sola idea ya era en si misma ridículamente romántica y LeeTeuk no era una chica a la que pudiera hacerla feliz con flores, chocolates y deseos bajo fuegos pirotécnicos, así que se sentía un poco incómodo con la situación y no estaba muy seguro de que su Hyung quisiera ir.
- ¿Quieres tu? - Le devolvió la pregunta LeeTeuk. El menor se terminó lo que quedaba de licor en su vaso.
- Esto es vergonzoso... - Comentó con una sonrisa y con las mejillas adornadas con carmín.
- Me parece bien... un poco de ayuda del cielo... sería bueno para esta relación - Comentó LeeTeuk, también estaba avergonzado, tosió postizamente y continuó bebiendo.
- Eh... ¿Pediremos un deseo? - Preguntó KangIn tímidamente.
- ¡Claro! - Exclamó LeeTeuk - Debería hacer una lista para no olvidarme de nada, pediré para que dejes de ser tan terco, testarudo, pretencioso, hablador, quisquilloso...-
- ¡Yah...! ¡Entonces pide también para que me cambie por otra persona! - Exclamó KangIn molesto. LeeTeuk rió.
- No - Respondió, se bebió el último trago y agregó - Me gustas así -
KangIn abrió los ojos con la sorpresa. Hacía demasiado tiempo que su Hyung no le decía eso, es más no recordaba exactamente cuando había sido la última vez, sus mejillas se colorearon una vez más ¿Como era posible que hubieran pasado tanto tiempo juntos sin decirse cosas cariñosas?.
- Va..vamos entonces - Tartamudeó levantándose de la mesa.
KangIn no entendía como era posible que ese chico a su lado pudiera ponerlo nervioso con tan sólo un par de palabras, recordó entonces a Sohee, también se emocionó cuando le confesó sus sentimientos y ella le había correspondido, sin embargo el sentimiento no era el mismo, pensaba mientras caminaban en silencio hacía la pequeña multitud de turistas que esperaban el evento. Cuando le había confesado sus sentimientos a Sohee, de alguna manera sabía que ella aceptaría, cuando se besaron por primera vez, de alguna manera lo anticipó, con ella no hubieron sorpresas o situaciones inesperadas, no había incertidumbre, con ella no tenía que pensar en lo que pensaría, porque era una relación natural, algo obvio que se daba entre un hombre y una mujer, entonces escuchar un 'me gustas' de los labios de ella era confirmar lo que ya sabía. Después de todo ¿Que chica se resistiría al encanto de KangIn miembro de Super Junior?
Pero con LeeTeuk era distinto. Sabía que podía perderlo en cualquier momento, su relación siempre se había basado en la incertidumbre, siempre habían dudas, siempre estaba lleno de preguntas y lentamente se descubrían mutuamente. Cada pequeña frase de amor, cada palabra, lo llenaba de adrenalina y lo hacía sentir tan nervioso, como si fuera la primera vez que estuviera a su lado, como si no hubieran pasado ya tantos años.
¿Sería por el hecho de que ambos eran hombres? ¿Sería acaso porque su relación era prohibida?
Suspiró deseando alejar esas cuestiones de su mente y sólo disfrutar del momento. Entonces fue cuando con un rugido como el de un dragón rompió el silencio, el primer fuego artificial ascendió hacía el cielo y estalló en cientos de estrellas de colores. La gente gritó y aplaudió, un segundo cohete ascendió al cielo ruidosamente y allí en medio del bullicio y de la multitud, los dedos de LeeTeuk buscaron los suyos y ambas manos se entrelazaron silenciosamente.
LeeTeuk mantenía su mirada al cielo y ahora su rostro pálido brillaba iluminado lánguidamente por los múltiples colores de la pólvora, sonreía, esa sonrisa perfecta que lo llenaba por dentro con sólo verla, ese hoyuelo travieso apareciendo de la nada en su rostro. KangIn también sonrió y apretó la mano de su Hyung con más fuerza.
Sabía que podía perderlo en cualquier momento, pero en ese instante comprendió el significado de la felicidad, no importaba si era prohibido o no, nunca más lo dejaría ir.
***
os fuegos pirotécnicos duraron aproximadamente una media hora, al terminarse la pólvora, había comenzado una especie de fiesta para los turistas, con una fogata en medio de la arena y con un grupo de música tradicional de la isla. KangIn y LeeTeuk se escabulleron silenciosamente y regresaron al hotel.
- Fue muy bonito - Comentó LeeTeuk una vez en la habitación, se sentó en la cama en la que rebotó suavemente debido al colchón de agua. KangIn cerró la puerta y estiró los brazos perezosamente. - Las luces de colores, la connotación misma de la leyenda... -
- Es verdad - Aceptó KangIn y decidió que era el momento para poner los pies en la tierra y hablar las cosas con claridad - Hyung... ¿Podemos hablar? -
- Ya estamos hablando... - Respondió el mayor, KangIn desvió la mirada al suelo y lentamente se sentó a su lado.
- De nosotros... de nuestra... relación - Agregó sintiéndose avergonzado de nuevo. El tema siempre lo ponía nervioso, quizás era por el hecho de siempre lo habían evitado, pero después de haber sentido su corazón al borde del colapso cuando LeeTeuk había tomado su mano en la playa, creía que era el mejor momento para enfrentar las cosas de verdad... aceptarlo como hombres.
- Esta bien - Aceptó LeeTeuk, su mirada también estaba perdida en algún punto del mosaico en el suelo. KangIn se permitió unos minutos de silencio para tomar valor desde lo más recóndito en su interior.
- Ha pasado mucho tiempo desde la primera vez que... bueno, ya sabes - Comenzó KangIn acomodándose en la cama una y otra vez - Y yo siempre creí que... pasara lo que pasara estarías ahí, en el mismo lugar, porque eras mi amigo - LeeTeuk lo miraba con atención ahora, parecía un niño curioso - Pero cuando conocí a Sohee... realmente me interesé en ella, la quise de verdad, no fue sólo un juego y no fue solamente por curiosidad o por sentirme más 'hombre' - LeeTeuk dejó escapar una sonrisa arrogante.
- ¿porqué me dices esas cosas ahora? - Preguntó, parecía incómodo.
- ¿Te molesta que hable de eso? - Preguntó KangIn a su vez, LeeTeuk suspiró.
- No es eso...bueno, quizás sólo un poco... pero creí que las cosas habían quedado claras - Aceptó el líder desviando la mirada hacía otro lado.
- Hyung, realmente no hemos hablado en serio sobre ello, pero lo que intento decir no es eso, es sólo que, aunque pudiera parecer que estaba buscando algo que no encotraba en ti, en ella, y aunque pareciera que te hubiera dejado de querer, no fue nada de eso, comencé a interesarme en ella y me gustó de una manera natural, sin razón alguna, pero no fue porque me molestara algo de ti, el punto es... que estando con ella, me di cuenta de que lo que siento por ti, lo que me ata a ti, es realmente fuerte -
- Entonces, le debo las gracias - Comentó LeeTeuk con una sonrisa - Recuérdame llamarla apenas regresemos a Corea -
- Hyung, deja de bromear, esto es serio - Exclamó KangIn y lo golpeó ligeramente en el hombro - Lo que intento decir es que... durante todo este tiempo, hemos seguido sintiendo lo mismo y para ser honesto, al comienzo creí que no duraría mucho... -
- ¿Qué? ¿No me tenías fe? - Preguntó LeeTeuk sorprendido.
- Oh vamos Hyung, nos odiábamos mutuamente cuando nos conocimos, peleábamos casi todos los días, no parecía que nuestras personalidades pudieran encajar, ¡hasta los chicos se preocupaban por nuestra relación y pensaban que afectaría el futuro del grupo! -
- Es verdad - Comentó LeeTeuk - Eras tan insoportable -
- Oh, tu también eras insoportable, todo el día actuando como el gran líder, cuando en realidad sólo eras un manipulador, mañoso y... -
- ¡Yah! ¡Tu te creías el centro del mundo! Nunca te tomabas en serio nada en la academia, eras tan arrogante y terco... - Casi gritó el mayor.
- Aigo... ¿lo vez? - Exclamó KangIn - ¿Cómo crees que le iba a tener fe a nuestra relación? era más lógico que estuviéramos separados a que estuviéramos juntos, por eso, luego de que... decidimos continuar juntos, honestamente no creí que fuera a durar mucho -
- Pero aquí estamos y muchos años han pasado desde eso - Comentó LeeTeuk y sonrió rememorando viejas y buenas épocas.
- Es verdad, el hecho de que sigamos aquí me ha hecho pensar en muchas cosas, pero no fue sino hasta después de lo ocurrido con Sohee que realmente pensé en ello seriamente -
- ¿Y que pensaste seriamente? - Se apresuró a preguntar LeeTeuk. KangIn pareció un tanto incómodo de nuevo y se tomó su tiempo para responder.
- Bueno... siempre creí que éramos amigos, porque bueno... realmente éramos amigos -
- Amigos que follaban - Agregó LeeTeuk con las mejillas coloradas.
- Si... amigos que follaban - Aceptó KangIn y rió nerviosamente. - Amigos al fin y al cabo, así que pensaba: "pase lo que pase estará bien", sólo somos amigos que de vez en cuando... entonces no importaría que fuera porque al final sólo éramos amigos, entonces apareció Sohee y realmente no me pareció extraño que me gustara y que tuviera algo con ella porque al fin y al cabo tu y yo éramos sólo amigos - LeeTeuk frunció el seño al escuchar eso último - Realmente me sorprendió mucho cuando te lo conté, me sorprendió que me hubieras dicho que no volviéramos a estar juntos y entonces por primera vez sentí como que 'estábamos terminado' -
- ¿Me estás queriendo decir que soy como 'la niña' de la relación? - Se quejó LeeTeuk, recordando lo doloroso que había sido ese momento, lo difícil que había sido para él tomar esa decisión, todas las lágrimas que había derramado esa noche ¿Y para KangIn había sido algo normal porque eran sólo amigos?
- No estoy queriendo decir eso... estoy queriendo decir que, me di cuenta un poco tarde de que nosotros no somos solamente amigos que follan - Comentó KangIn y observó la indignación en el rostro de LeeTeuk - Me di cuenta de que... quería algo serio contigo -
Sus palabras se perdieron en el silencio que llenó la habitación en esos momentos, LeeTeuk tenía la mirada fija en el suelo.
- Hyung... ¿Quieres ser mi nov..? - Y antes de que pudiera terminar la frase, LeeTeuk le tapó la boca con su mano derecha, silenciándolo.
- No lo digas - Exclamó LeeTeuk alzando lentamente la mirada y encontrándose con los ojos de KangIn - No le pongas un nombre a esto -
- Pero Hyung... - Se quejó KangIn aún con la mano sobre sus labios, LeeTeuk la retiró trémulamente.
- Si le pones un hombre a esto... será como las relaciones de los demás - Comentó el mayor - Y no quiero que acabe como acaban siempre las relaciones de los demás -
- Pero... - Intentó contradecir KangIn y entonces esta vez no fue la mano de LeeTeuk sino sus labios los que lo silenciaron con un beso. Cerró los ojos y se perdió en la deliciosa sensación de cosquilleo en el estómago siempre que esos labios tocaban los suyos.
- No necesitamos un nombre para catalogar lo que somos, simplemente mantengámonos así por mucho tiempo - Explicó LeeTeuk separándose suavemente - Besémonos, hablemos, juguemos, follemos... y vivamos simplemente esto, sin importar lo que sea -
- Esta bien... - Aceptó KangIn - Es sólo que... quería ser sincero contigo por una maldita vez -
- Lo se y creo que ya era hora de que dejáramos de huir - Asintió LeeTeuk con una sonrisa - Ya iba siendo hora de que lo aceptáramos como hombres... ¿verdad? - KangIn sonrió también.
No había verdad más absoluta que esa, después de todo con un nombre o sin él, el sentimiento que se desbordaba en sus corazones seguiría siendo el mismo por mucho tiempo y pasara lo que pasara lo afrontarían juntos, al fin y al cabo eso era lo que significaba tener una pareja. Parecía absurdo que hubiera tenido que pasar tanto tiempo, para que ambos se dieran cuenta de algo tan simple.
Pero esa era su historia de amor y así eran ellos.
Esa noche hicieron nuevamente el amor, unieron sus cuerpos una vez más y entregaron todo de si mismos en medio de la lujuria, por primera vez sin miedo a nada.