Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El Ángel y el Demonio (Segunda parte) por Helsic

[Reviews - 51]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

El ángel y el demonio segunda parte.
Capitulo 29
"Despedida"


Al salir de la oficina con los contratos apretados en sus manos, la secretaria Ra ni siquiera levantó la mirada para despedirse, su indiferencia les cayó como un cubetazo de agua fría, porque ella había sido siempre amable y cordial con ellos, era una chica muy jovial que se preocupaba por hacer bien su trabajo. Casi siempre les servía café cuando iban a la oficina o les ponía conversación. Su inusual silencio los desconcertó mientras caminaban por el largo pasillo hasta el ascensor.

No tuvieron oportunidad de hablar mientras regresaban al apartamento de KangIn, puesto que la compañía les tenía preparado un auto a la salida, tenían miedo que el conductor escuchara algo inapropiado, así que se mantuvieron mirando por la ventana distraidamente, aguantando todo el revoltijo de sentimientos que se abultaba en su interior.

Un paso en falso y no sólo sus carreras serían destruidas, también las de sus compañeros. Pensaba KangIn, ¿Cómo iba a aruinar el futuro de los demás miembros? El miedo lo envolvía de nuevo, opacando la rabia que había sentido frente a las palabras del señor Gyun. Estaban en pleno siglo 21 y se sentía como un principe del renacimiento, en épocas en las que el amor se podía prohibir y no podías hacer nada al respecto.

Bueno en teoría no podían hacer nada al respecto en esa situación, por muy siglo 21 que fuera, una relación homosexual entre dos famosos era algo sin precedentes en Corea, quizás no fueran los primeros, pero si salía a la luz publica sería crucificados inmediatamente. Nadie se detendría a pensar en los sentimientos o en el porque de sus acciones, porque independientemente de todo eso, ellos eran Idolos, y los idolos eran ejemplos a seguir para los adolescentes. ¿Que pensarían los padres de todo esto?

El señor Gyun tenía razón, un escándalo así destruiría a Super Junior por completo.

Ahora la nueva clausula en el contrato les prohibía estar juntos, una movida inteligente de parte de los altos ejecutivos, puesto que el desacato a la misma, sería completamente culpa de ellos dos. Existiendo una norma que lo prohibiera, los hacía 100% responsables del delito, mientras que sin existir la norma, SM se veía implicada por "permitir" que algo así ocurriera.

Ahora en el peor de los casos, si las fotos llegaran a salir a la luz, la compañía podría lavarse las manos y eludir la responsabilidad, tan sólo con decir que habían sido ellos dos quienes habían desobedecido las reglas. Las críticas caerían sobre sus cabezas y no sobre SM y aunque la compañía saldría implicada de todos modos, sería un golpe mucho más pequeño del cual con el tiempo se podría reponer.

Una jugada inteligente. Después de todo SM era una gran compañía que no actuaba sin contemplar todas las posibilidades primero.

Suspió y miró de reojo a LeeTeuk, su rostro no mostraba ninguna expresión en especial, estaba neutral y serio, sólo mirando por la ventanilla del auto, escuchando alguna canción en su Ipod. Con sólo mirarlo, KangIn sabía que no podría dejarlo nunca. Mucho menos ahora. Ese chico de rostro pálido como la leche, de piel terza, de coquetas sonrisas y de caprichosos deseos que sólo él conocía de verdad, el Jungsu que se escondía tras de LeeTeuk, era una joya que había encontrado en su vida y que no estaba dispuesto a entregar fácilmente.

Pasara lo que pasara, sin importar que, lucharía por él.

Había desperdiciado mucho tiempo y habían pasado por muchos problemas que sólo le habían afianzado el hecho de que lo necesitaba a su lado, de que no había otra posibilidad que no fuera era estar juntos.

Y estaba seguro de que LeeTeuk pensaba igual. Ambos lucharían.

¿Verdad?

Una vez llegaron al apartamento, KangIn abrió la puerta , LeeTeuk entró rápidamente y se detuvo en la mitad de la sala. El menor cerró la puerta tras de si y se quedó mirando la espalda de su Hyung sin saber como abordar el tema. Dio un par de pasos trémulos hacía él y justo cuando abria la boca, LeeTeuk se ido media vuelta y se lanzó a sus brazos. Unos labios hambrientos buscaron los suyos y los envolvieron cálidamente en un apasionado beso, las manos del mayor se deslizaron por sus hombros y bajaron por su pecho, provocándole. KangIn correspondió el beso inconcientemente y notó como el mayor tomaba sus manos y las guiaba hasta sus caderas. KangIn entendió inmediatamente el mensaje y apretó esos glúteos apetitosos, atrayendo la delgada cadera con brusquedad contra la suya, pegandose más a su cuerpo, notando su entrepierna tallándole deliciosamente dentro del pantalón.

LeeTeuk lo empujó con sus brazos y torpemente lo condujo hasta la habitación entre besos y caricias. En cuestión de minutos, el mayor estaba en la cama y KangIn sobre él quitaba su camiseta con desespero, casi rasgándola en el intento, mordiendo con gula cada parte de piel expuesta del pecho de LeeTeuk. Desabrochó el pantalón del mayor y notó como la entrepierna se erguía deseosa dentro de la ropa interior, el rostro de LeeTeuk le sonreía excitado.

KangIn no se hizo rogar, a esas alturas deseaba penetrarlo y hacerlo suyo sin importarle nada más. Le arrancó la ropa interior y sumergió su cabeza, lambiendo con dedicación y experticia el miembro, arrancándole gemidos suaves y eróticos a su amante. Ese sonido que adoraba, ese sonido que era como un hechizo; sus gemidos de placer.

LeeTeuk se corrió fácilmente al cabo de un buen trabajo de su boca, entonces KangIn no pudo aguantarlo más, se saco los boxers y se posicionó entre las piernas del mayor. Le sonrió y esperó unos momentos, no estaba pidiendo permiso o consentimiento, simplemente le gustaba ver el rostro de anticipación de su amante.

- Te quiero - Susurró de pronto LeeTeuk y KangIn se desconcertó un poco, pero eso no evitó que lo metiera con fuerza, arrancándole un gemido mucho más fuerte, comenzó a moverse, disfrutando de la fricción del interior de su angel, lo levantó por las caderas y lo atrajo contra si mismo para poderlo besar al tiempo que lo penetraba.

También lo quería y no sabía cuanto...

Los gemidos de LeeTeuk se convirtieron en gritos sofocados entre los labios de KangIn y por unos maravillosos instantes, el menor creyó que flotaba ingrávido en un paraiso imaginario.

Cerró los ojos y se entregó al orgasmo.

- Te quiero - De nuevo la voz de LeeTeuk, lejana al comienzo, escondida entre la denza neblina blanca en la que ahora se hallaba su mente nublada por el placer.

Cuando regresó al mundo de los vivos, LeeTeuk lo besó gentilmente, despacio y lo empujó contra la cama, quedando sobre él. KangIn abrió los ojos y suspiró, su respiración aún entrecortada por el ejercicio anterior, sonreía como un estupido sintiendo el cuerpo completamente relajado. Entonces notó como el mayor le abría sus piernas mirándolo pícaramente y no fue difícil adivinar que vendría después.

- Mi turno - Murmuró LeeTeuk mientras se posicionaba entre sus piernas y lo penetraba suavemente. KangIn arrugó el entrecejo con la intromición, pero lo disfrutó. No estaba en poscición de quejarse en todo caso.

LeeTeuk comenzó a moverse más rapido conforme la excitación lo envolvía como una tormenta tropical, llegándo cada vez más profundo dentro de su cuerpo, enloqueciéndolo de dolor y placer al mismo tiempo. Aquello era algo a lo que nunca se acostumbraría, pensaba KangIn, sentirlo dentro, era diferente cada vez, no sabía porque, pero cada estocada era única , era como si escribiera una nueva historia con sus cuerpos cada vez que lo hacían.

El mayor lo tomó por los hombros y lo atrajo de la misma manera como KangIn había hecho antes, para poder besarlo mientras lo penetraba. El beso fue deliciosamente erótico, su lengua húmeda jugueteó dentro de su boca, haciéndole desear aún más ese cuerpo, ese contacto, esa desquiciante sensación.

LeeTeuk cortó el beso para tomar aire y acercó sus labios al oído de KangIn, penetrándolo con fuerza le susurró:

- Te quiero - Por tercera vez.

Entonces fue cuando finalmente KangIn lo comprendió.

Aquello era una despedida.

Cerró los ojos y se aferró a su Hyung como si su vida dependiera de ello, lo abrazó tan fuerte que hubiera podido partirle una costilla, no le importó si le lastimaba la espalda en el intento, sólo quería sentirlo cerca, pegarse a él, fusionar sus cuerpos en uno solo. Con cada estocada de LeeTeuk, el menor intentaba grabar esa embriagante y adictiva mezcla de placer y dolor como un tatuaje en su piel, recordarla intácta e intensa...

Por que aquello era una despedida.

LeeTeuk se corrió con fuerza dentro de él, arañándo su espalda, gritando y gimiendo como un poseído, segundos despues KangIn también alcanzó un segundo orgasmo untando sus vientres con su semilla, por unos intantes, el mundo y sus problemas desaparecieron, para sólo dar paso a la tranquilidad indiferente y egoísta que sólo un momento máximo de placer podía ofrecer.

SM y sus contratos podía irse a la mierda, el prestigio de Super Junior también, en ese momento sólo estaba él y su felicidad. Él y su angel LeeTeuk.

Entonces la sensación se fue apagando lentamente y dejó caer su rostro en el ángulo del cuello de su Hyung, aún sintiéndo el miembro del otro dentro, aún siendo suyo a pesar de todo. LeeTeuk salió de su cuerpo suavemente, transpiraba como si acabaran de terminar una práctica de alguna coreografía, el cabello castaño se le pegaba a los costados de la cara y su respiración aún estaba agitada cuando se quedó mirándole.

Con el dorso de la mano, limpió las lagrimas que corrían libres por las mejillas de KangIn.

Un momento... ¿lagrimas?. KangIn fue conciente de ello sólo en ese momento mientras veía la sonrisa amarga en el rostro de LeeTeuk mientras gentilmente las limpiaba.

- Te quiero de verdad - Comentó LeeTeuk intentando sonreír, pero lo que le salió fue una mascara melancólica, pues sus ojos negros sólo denotaban tristeza.

KangIn no pudo decir nada. No podía parar de llorar.

No podía creerlo, no podía entender como las lagrimas seguían saliendo, ¿De donde venían tantas lagrimas? ¿Porque no podía pararlas? se llevó ambas manos a la cara e intentó limpiarlas con fuerza, pero en vano, ellas volvían a salir mojando los nudillos de sus manos. Él el gran KangIn no podía parar de llorar.

Y por extraño que pareciera, esa fue la primera vez que LeeTeuk no lloró. Ese era el turno de Youngwoon, de llorar todo lo que no había llorado hasta ahora. De dejar salir sus sentimientos sin importarle nada.

Y siendo objetivos ¿Que era más importante en ese momento?
Nada.

Lloró silenciosamente, desnudo e indefenso, sacudiendo su cuerpo con cada arremetida de nuevas lagrimas y LeeTeuk se quedó a su lado todo ese tiempo consolandolo sin palabras, sólo con gestos. Lo atrajo contra si mismo y lo abrazó, dejando caer su cabeza sobre la de él, un gesto protector que lo reconfortó efímeramente.

Acarició el cabello de KangIn en silencio y pascientemente se quedó con él todo el tiempo que fue necesario.

Por que después de todo esa era una despedida.

KangIn nunca había llorado tanto, pero todo el dolor que sentía en ese momento no se equiparaba al que sentiría hasta casi un año después.

Notas finales:

Notas de Helsic:
asdasdsadasd ;A;! tenía tantas ganas de escribir esto ;x; lo pensé ayer toda la noche cuando me fui a dormir Dx y me quedó tan corto... *reparte pañuelos a todas las lectoras*


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).