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El Ángel y el Demonio (Segunda parte) por Helsic

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El Angel y el demonio (II)
Capítulo 32.
"La aterradora verdad"

De todas las personas con las que podría haberse sentado a comer a solas, KangIn era el último en la lista. Y no era porque EunHyuk no le apreciara o su relación con él no fuera buena, era el simple hecho de que las cosas habían cambiado vertiginosamente para él en cuestión de días luego de leer y escuchar aquellas cosas indebidas sobre el contrato. Ahora el hombre que había sido su amigo y compañero por tanto tiempo que tenía en frente suyo en ese momento era un total desconocido. EunHyuk se llevó los fideos a la boca lentamente sin perderse un sólo detalle del rostro acongojado y en cierta manera sumiso de KangIn, concentrado en su propio plato. Era como si, de repente el KangIn que siempre había estado presente en su mente y en su corazón, se hubiera desvanecido para dejar a una persona completamente diferente, alguien en el que, no sabía si podía confiar, después de todo había vivido una mentira durante, lo que parecía ser mucho tiempo.

La rabia lo embargó al comenzar a entender lentamente de que se trataba todo aquello y la palabra 'Mentira' llegó a su mente como una puñalada. De repente sus ojos ardían y quería llorar, era una mezcla de rabia, odio y decepción. Ese hyung en el que había confiado y querido durante todo ese tiempo, le había engañado, le había mentido. Ahora no sabía quien era y lo que era peor aún.

LeeTeuk, Teukie-Teukie Hyung... no, Park Jungsu, el líder que siempre había seguido ciegamente, el hermano que había apoyado sin importar las circustancias, de repente era sólo una imagen borrosa del pasado y se convertía en una nueva persona totalmente ajena. Él también le había mentido.

Quizo gritar, sin estár muy seguro de que palabras saldrían de su boca, quizo golpear la cara de ese desconocido que comía lentamente frente asi. Quizó encojerse en si mismo y desaparecer. Quizo llamar a DongHae...

Pero nada de eso hizo, sólo se limitó a observarle atentamente, ocultando sus sentimientos mientras el otro por fin hablaba.

- Hyukie... esta noche - Hizo una pausa y dejó los palitos en el plato - Deseo beber... ¿Cuidarás de mi? -

La pregunta lo sorprendió por unos instantes, sabía a que se refería con "cuidar de él" significaba que si se emborrachaba hasta más no poder, debía arastrarlo en su auto semi-inconciente y llevarlo de regreso al apartamento, significaba que uno de los dos no podía beber. Sin pensarlo detenidamente, EunHyuk asintió en silencio y KangIn ordenó la primera botella de Sohu.

La manera más rápida de enbriagarte y también la más bararta.
Una vez la botella verde estuvo sobre la mesa, KangIn la tomó entre sus manos y ni servirse en las copitas de vidrios dispuestas por la camarera, se la llevó a los labios y bebió de ella como si de un elixir de vida se tratase.

Eunhyuk lo contempló en silencio, sin detenerlo.

Si iba a beber hasta morir, pues que muriese. El cargaría con su cuerpo y lo enterraría debidamente, como también enterraría todo lazo antiguo de amistad.


***

En la oficina LeeTeuk contaba los minutos para poder liberarse de la reunión como si de una jaula se tratase, aunque por supuesto, salir del edificio de SM era salir de una jaula laborar a la jaula mayor, la de su vida. Allá afuera en la manza ciudad, habían barrotes invisibles de metal encerrando todos los rincones que para él eran prohibidos, generando una guía a través de lo le era permitido hacer, como un camino macabro de espinas hacía su dormitorio. Y aún allí en la privacidad del dormitorio, en ese lugar que se suponía era sacrosantamente suyo, habían otros barrotes más invisibles para todos, pero palpables, reales, fríos y asperos al roce, para LeeTeuk. Unos barrotes que se habían instalado en la puerta de su habitación y en las ventanas del piso, una carcel metafórica en la cual estaba obligado a vivir. Era un reo ahora. No se había convertido en un cantante famoso como todos afuera creían, el era un reo en su propio destino. A veces inclusive veía las líneas de colores negras y blancas de su traje cuando se miraba fugazmente en el espejo por las mañanas. Y eso sólo lograba arrancarle una débil sonrisa.

LeeTeuk casi no recordaba el último momento de libertad que había tenido en esos últimos meses. Y no era precisamente porque hubiera pasado mucho tiempo, sino porque se sentía indigno de tan siquiera evocar aquellos momentos en el barco, navegando con KangIn en el azul-verdoso infinito del ocenano de Corea. Se sentía culpable de recurrir a esa visión paradisiaca para escapar a la realidad que lo carcomía, porque ese Park Jungsoo que ahora estaba sentado en la oficina, había perdido las alas que alguna vez había tenído para volar alto y perseguir sus sueños. Ahora no merecía tan siquiera la felicidad de refugiarse en el recuerdo de KangIn, porque ese Park Jungsoo se había dejado derrotar y había dejado que esos barrotes crecieran fuertes, mustios y malcientos en su propia vida. Él lo había permitido y había perdido la fuerza para luchar.

¿Que vendría después? ¿Hasta cuando podría su cuerpo soportar tal inmolación, tal martirio, tal congoja?


***

La quinta botella de Soju reposaba semi vacía sobre la mesa de mantel a cuadros rojos y verdes oscuros. El rastro moribundo de la cena aún se podía apreciar en los platos olvidados en una esquina. Ya pocos quedaban en el pequeño restaorante y las meseras limpiaban discretamente las demás mesas, respetando a distancia la pena del joven que bebía como loco y su amigo, que por más de media hora se habían mantenido en silencio.

KangIn suspiró y hipó con el alcohol apoderandose completamente de su cabeza. Ahora no era más que un bulto sin pensamientos, justo como quería estar.

EunHyuk aún en silencio sólo bebía agua, mirándolo fijamente, con un reproche silencioso e intransigente. Sólo observando como esa persona que alguna vez había sido algo cercano suyo, se destruía así misma con cada gota de alcohol. En el fondo lo disfrutaba, de alguna manera satisfacía su propio deseo implacable.

- ¿Ya has tenido suficiente? - Logró finalmente preguntar, cuando su cuerpo se acostumbró a la rabia y le permitió mover los labios.

- No - musitó KangIn con las pupilas dilatadas desviadas hacía la botella - Nunca llegaría a ser suficiente... a no ser que muriera -

- Muere entonces - Concluyó un EunHyuk despiadado jamás antes visto. Una fría mirada que inclusive sorprendió a KangIn estando en su estado de embriaguez.

- Este no es el Dongsaeng que conozco - Intentó bromear vanamente el mayor.

EunHyuk se permitió sonreir sardónicamente antes de responder.

- Y yo no tengo idea de quien es la persona que se encuentra ahora bebiendo frente a mi - Respondió.

KangIn guardó silencio, procesando aquella nueva revelación, intentando pensar por encima del efecto adormesedor de la bebida, detectando el peligro en esas palabras afiladas, en esa mirada que ya no estaba llena de amabilidad como el EunHyuk de siempre.

- EunHyukie... - Murmuró una vez más, como buscando un apoyo invisible para no dejarse caer nuevamente al avismo.

- Youngwoon... ¿No estás cansado de fingir? - indagó el menor, la cólera reflejandose paulatinamente através de su rostro pálido, no pudiendose controlar más. Necesitaba respuestas y explicaciones, no podía aceptar ese engaño durante tanto tiempo sin una excusa, porque quizás alguna parte del buen EunHyuk, aún se negaba a creer que sus Hyungs, esos dos hermanos mayores que idolatraba desde lo más profundo, le habían mentido.

KangIn no respondió inmediatamente, no podía. Estaba demasiado absorto en el rostro de EunHyuk como para ilar algo coerente y dejarlo escapar por la boca.

- ¿Hasta cuando pensaban tu y Jungsoo ocultarlo? - Y por primera vez, EunHyuk pronunció el verdadero nombre de LeeTeuk sin ningún rango de respeto o cariño. Resultaba intimidante escucharlo de esa manera, sin el manto casi divino que el termino 'Hyung' le concedía. Primero Youngwoon y ahora Jungsoo.

KangIn balbuceó algo inteligible, que nunca llegó a entender y entonces justo allí, en ese pequeño lugar casi rústico y gañán, en frente de la persona menos esperada, la mascara que tantos años le había costado construir y mantener, se desquebrajó con un ruido amortiguado y agudo como el de un vitral en una iglesia e hizo eco en su cabeza al igual que en el sagrado recinto.

Lágrimas que no había derramado frente a nadie más que LeeTeuk, lágrimas delicadas y pequeñas, pero cargadas de un lastro tan pesado como una vida de falsedades, se desbordaron como rios desde sus ojos y se deslizaron por sus mejillas en silencio, lavando todo rastro de la máscara y dejando expuesto (¡al fin!) su verdadero rostro. Ese KangIn que no era un macho fuerte, ese KangIn muerto de miedo como un niño huerfano. Sus manos se cerraron y los nudillos se volvieron blanquecinos con la fuerza, las lagrimas continuaban saliendo sin control y ahí frente a EunHyuk, KangIn no tenía idea de lo que debía hacer o decir.

- Ya no se quien soy - Murmuró finalmente bajando la cabeza y permitiendo que la humedad salpicara el mantel - Sin él... ya no puedo encontrarme a mi mismo... -

EunHyuk no pudo evitar que su rostro se desencajara en desasosiego y conmoción frente a esas lágrimas y aún más esas palabras de inquietante verdad.

- ¿Te... refieres a Jungsoo? - Preguntó el menor como si no fuera obvio, pero aunque lentamente comenzaba a comprender, su mente aún se negaba a aceptar esa pavorosa realidad.

- Él es mi luz, mi norte, mi guía... mi todo - Balbuceó llevándose las manos a la cara - Sin él... no se quien soy, no se como continuar... - Gimoteó y EunHyuk no pudo más que dejar de respirar mientras lo escuchaba hablar - Me destroza no poder hablarle, no poder apoyarle cuando lo necesita... me destroza saber lo que siente, saber su dolor y odio no poder hacer nada, sólo embriagarme como un imbécil... escapar como siempre he hecho... perderlo lentamente...-

- El contrato... - Logró atinar EunHyuk con la boca seca - ¿Es por esa... cláusula? ¿verdad? - Ahora el menor había olvidado el miedo a revelar que había husmeado en las cosas personales de KangIn, pero estaba tan sorprendido y (aunque no quisiera aceptarlo) conmovido por sus revelaciones, que el como se había enterado carecía de importancia.

KangIn asintió con la cabeza y EunHyuk no pudo evitar una exclamación. un '¡Oh!' por la sorpresa.

- Entonces... si es cierto - Confirmó el menor. Ahora sus labios temblaban, la comida en el estomago se le revolvía. No se atrevía a formular la pregunta, no se atrevía a tan si quiera pronunciar la palabra, porque tenía muchisimo miedo de escuchar la respuesta afirmativa.

- No se cuando comenzó... ni por qué... pero él está aquí - Explicó KangIn con su voz pastosa de borracho - Metido aquí... mierda... - Se detuvo por unos momentos y se dejó caer sobre la mesa casi tumbando la botella de licor - Mañana me odiarás y odiarás a Jungsoo también... - Sonrió vagamente - Lo lamento mucho Hyukiee, lamento mentirte porque eres mi familia... pero realmente quisiera seguir mintiendo aunque lo odie, seguiría mintiendo si eso me permitiera estar de nuevo a su lado... -

Y esas fueron, las últimas palabras de KangIn antes de quedar dormido (o inconciente) sobre la mesa. Un reloj legano hizo su debido tic-tac anunciando las 11 de la noche y EunHyuk con el corazón latiendo en arrebato, suspiró abatido sobre la silla.


***

LeeTeuk llegó al dormitorio a las 11 y media. Sólo había comido un ligero plato de fideos instantáneos y moría de hambre. Había perdido tanto peso en los últimos días que su cuerpo se debilitaba con más facilidad que antes. Con el nuevo concepto de Don't Don había intentado ganar musculatura, como Siwon, pero no lo había conseguido, con los entrenamientos y toda la energía que quemaba sobre el escenario, su masa muscular había disminuido notoriamente, inclusive sus fans dejaban mensajes preocupados en su blog. Recorrió el pasillo silencioso que los separaba de la cocina y una vez allí abrió la nevera esperando poder encontrar pan o salchicas. Entonces se encontró con el un contenedor de plastico, tapado con papel aluminio que tenía su nombre escrito con rotulador sobre una cinta semitransparente. Sonrió.

- Ryeowook... pequeño tonto - Murmuró con cariño sacando el contenedor con lo que se suponía era su porción para la cena. Lo metió en el microondas con una agradable sensación reconfortadora en su pecho, Ryeowook a pesar de todo, le había guardado su porción, Ryeowook como siempre pensaba en todos como una madre, a veces el líder deseaba aprender del menor para cuidar mejor de sus hermanos.

Un minuto y medio después, la comida caliente despedia un agradable olor, tomó el plato entre sus manos con rostro hambriento y casi lo emgulló por completo en 5 minutos, estaba delicioso como todo lo que brotaba de las manos de Ryeowook, debía recordar darle las gracias en la mañana.

Relamiendose los labios salió de la cocina hacía su cuarto y encontes justo en el final del pasillo se encontró con EunHyuk que pasaba penurias intentando arrastrar el cuerpo petreo de KangIn a quien llevaba sobre su espalda como un gigantesco bulto amorfo. LeeTeuk se quedó mirándo con sorpresa la curiosa figura y después de dudarlo unos segundos, corrió a ayudarle. EunHyuk tenía el rostro rojo por el esfuerzo y transpiraba. LeeTeuk dudó una vez más estando frente a KangIn dormido, sus manos no habían sentido ese cuerpo desde hacía mucho tiempo y cuando sintió la piel tibia de los brazos de KangIn al rededor de su cuello, sus piernas casi flaquearon por el arranque de sentimientos y sensaciones que atacaron su cuerpo en cuestión de segundos. EunHyuk se liberó de todo el peso de KangIn y se lo pasó a LeeTeuk, suspirando exhausto.

Ahora KangIn en toda su extención dormitaba tranquilamente en la espalda de LeeTeuk. Su tibio pecho y su respiración acompasada cerca de su cuello casi enloquecieron al líder que comenzó a caminar lentamente hacía la habitación de KangIn, EunHyuk se dejó caer en el sofá , estirando los brazos adolorido, como si hubiera estado soportando un peso de 100 kilos, pero en realidad, sin atreverse a encarar a LeeTeuk.

LeeTeuk deseó que los pocos pasos que lo separaban de la sala a la habitación y posteriormente la cama de KangIn, fueran eternos para así disfrutar de la tibieza de su cuerpo y respiración tan cerca una vez más. Entonces fue cuando las manos de KangIn se movieron ligeramente y suavemente se abrazaron al pecho de LeeTeuk en un intento (o quizás un instinto) de abrazarlo, su rostro dormido sonrió gustoso. Y LeeTeuk no pudo evitar sonreír también. Había añorado un momento así desde hacía mucho tiempo.

Finalmente frente a la cama, LeeTeuk dejó caer a KangIn en ella cuidadosamente, observando rostro tranquilo, deseando estar en ese mismo estado de embriaguez para no pensar ni recordar nada, el frío que sintió en su espalda luego de que el cuerpo del menor se alejara, lo acongojó regresándolo a la cruda realidad. Le arropó con las sábanas como haría un hermano mayor y palmeó la almohada para cerciorarse de que todo estuviera en orden. Entonces le dedicó una última mirada cargada de afecto y apagó la lamparita de la habitación.

Al salir se encontró con el rostro de EunHyuk, con ojos espectantes, con una seriedad impropia que le heló la sangre sin entender la razón.

- ¿Bebio mucho? - Se obligó a preguntar. EunHyuk asintió con la cabeza.

- Tonto - Murmuró LeeTeuk más para si mismo que para EunHyuk - Gracias por traerlo...- Concluyó.

- Tenía que hacerlo - Respondió secamente.

- Me hubieras llamado... - Agregó LeeTeuk intentando suavizar la conversación.

- No hubiera tenido sentido - Finalizó EunHyuk con un suspiro cansado - No habrías sido de gran ayuda, sólo habrías sufrido -

Y dicho esto, EunHyuk dejó a LeeTeuk en medio de la sala y se metió en su propia habitación cerrando la puerta, dando un punto final a la conversación, dejándo a LeeTeuk en medio de la semi-oscuridad, desconcertado, asustado, nervioso, con tantas sensaciones mezcladas entre si al mismo tiempo como una vorágine de colores difuzos.

Notas finales:

Notas de Helsic:
;-;! Me esforzé de verdad con este capitulo.
Creo que en los últimos capitulos la calidad del fic había desmejorado debido a agentes esternos, falta de tiempo y sobre todo lo más importante, al no practicar nunca el español escrito o hablado y usar sólo el inglés o el chino a mi alrededor, he olvidado parte de mi vocabulario e inclusive gramática!!! Dx cuando hablo con mi mamá por skype me encuentro con que, olvido palabras, y a mi mente llegan las expresiones en inglés más rápido que el mismo español. Al escribir me pasa igual (al escribir cosas serias pues) y para este capitulo tuve que usar un diccionario de sinónimos, porque he olvidado muchos de ellos con la falta de práctica ;___;!

Bueno, pues, espero les haya gustado el capitulo *-*
pd: si algún día puedo comprarme mi propio computador, me dedicaré a corregir todos los posibles errores ortográficos y de redación que este fic en sus últimos capitulos tiene (específicamente los capitulos que he escrito en Taiwan).

Me dio tanta pena escribir lo de KangIn ;-;


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