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El Ángel y el Demonio (Segunda parte) por Helsic

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『 El ángel de la mala suerte 』


Cuando KangIn volvió su rostro hacía la puerta, escuchó unos pasos, su sangre se heló por completo con la posibilidad de que allí hubiera un policía esperando por agarrarlo y se imaginó así mismo dando una patada a la puerta, golpeando al policía en la frente con la misma y saltando sobre él en una magnífica escena digna de una pelicula de Jet Lee. Pero por supuesto nada de eso pasó y se quedó petrificado sobre el sanitario escuchando sólo el acalorado sumbido de su respiración.

- Atención está es la policía – Dijo el hombre atrás de la puerta con una voz autoritaria que hizo que KangIn casi callera de la taza – Estamos aquí por orden de reconocimiento, salga tranquilamente hacía la pista con los demás para un chequeo de identificación -

¿Y ahora que? se preguntó KangIn sintiendo la boca seca. “Lo siento agente, resulta que no puedo facilitarle mi tarjeta porque soy un Idol y mi vida pública se iría a donde usted y yo sabemos si alguien se entera que estuve aquí... ¿Le parece bien si olvidamos este asunto y le doy un par de dolares extra?” Pensó su mente frenética.

- Por supuesto agente – Contestó aun sin salir del cubículo – Pero estoy en medio de... ya sabe... 'una necesidad' – Exclamó asustado y avergonzado. Al otro lado de la puerta el policía arqueó una ceja y se llevó las manos a la cintura. - PRRRRDDD – Balbuceó KangIn haciendo ese ridículo sonido asociado con el desagradable olor que vendría a continuación y que es tan común en un baño.

-Ah... vamos Kim – Dijo otra voz, probablemente un segundo policía – Mi superior nos necesita en la pista... - Se quedó unos segundos en silencio en los que KangIn hizo otro ruido ridículo – He tu, no te olvidez de venir al chequeo cuando termines ahí, tenemos orden de revisar las identificaciones siempre en estos sitios-

-Si, nunca sabes cuando sorprendes a un menor de edad – Se rió el otro con una risa burlona y pastosa y luego ambos salieron del lugar.

El alma de KangIn literalmente volvió a su cuerpo cuando escuchó los pasos que se alejaban del baño y cerraban la puerta (probablemente para evitar el mal olor) y KangIn se juró así mismo que nada ni nadie (ni siquiera LeeTeuk) sabría nunca acerca de ese bochornoso incidente dentro del baño. Aún eufórico por los pocos minutos de gracia ganados con su actuación, se volvió a impulsar contra la pequeña ventana y esta vez la mitad de su cuerpo quedó ocilándo como un péndulo de un lado a otro en medio de la oscura noche. Sintió como el cemento de la pared le rastrillaba la piel del antebrazo y los codos al intentar pasar por el estrecho pasaje, pero luego de un par de esfuerzos inhumanos, logró pasár al otro lado y saltó limpiamente aterrizando en la tierra fresca de lo que parecía ser un jardín descuidado en la parte de atrás del lote de la discoteca.

Entonces vio a LeeTeuk, aún sentado en el suelo, estaba pálido como un muñeco de cera y se agarraba el tobillo.

-Lo que faltaba... te torciste el tobillo – Exclamó KangIn acercándose a él y extendiéndole una mano para que se levantara.

-Y todo gracias al animal que me empujó con tanta fuerza que casi me parto la cabeza con el golpe contra el piso – Se quejó LeeTeuk poniéndose de pie apoyándose sólo en el pie izquierdo.

-Aigo... ¿Porque eres tan delicado? - Se quejó KangIn y LeeTeuk lo manoteó intentándo empujarlo, pero KangIn lo tenía fuertemente agarrado por la cintura - ¿Puedes caminar? -

-Supongo que si – Balbuceó molesto LeeTeuk - ¿Porque tardaste tanto? - Agregó comenzando a saltar en un sólo pie.

Uno de los policías entró en el baño – Comentó KangIn y LeeTeuk abrió los ojos con la sorpresa.

-¿De verdad? ¿Y que hiciste? - Preguntó con intriga. KangIn recordó el vergonzoso episodio ocurrido en el baño y carraspeó un poco antes de hablar.

-Le di una patada a la puerta y esta golpeó la frente del policía que aturdido dejó caer el arma, entonces aproveché el momento para saltar sobre él y... -

-En serio, estoy hablando en serio – Le aspetó LeeTeuk, KangIn se encogió de hombros incómodo.

- Que importa eso ahora... más bien sube, que no tenemos toda la noche y pueden venir a buscarnos – Agregó tomando a LeeTeuk por las caderas como a un muñeco de trapo.

- Puedo caminar... no te preocupes – Intentó eludir la proposición el más viejo – No es nada en serio -

- ¡Que te subas! - Exclamó KangIn y las mejillas de LeeTeuk tomaron un color rojiso muy adorable. - Se que ya no somos adolescentes y no nos veremos precisamente bien, haciendo esto, pero prefiero eso a que nos pillen por ahí y terminemos en una comisaría -

Ante tal razonamiento, LeeTeuk optó por la primera opción y con su pie sano se impulsó sobre la espalda de KangIn quedando sobre él, de inmediato llegaron a su mente los recuerdos de aquella tarde calurosa varios años atrás cuando se habían perdido en esa montaña del demonio. Sentir la calidez de la espalda de KangIn le hizo rememorar ese momento crucial en su historia con él, como había cruzado el umbral del orgullo para permitirse ser ayudado por él otro, como había comenzado a confiar en él por primera vez. Ahora eran hombres pero en medio de la noche oscura y fría se sintió de nuevo como ese adolescente asustado frente a sus propios sentimientos y se aferró a la espalda de KangIn con unas manos temblorosas y frías.

KangIn atravesó el jardín trasero escuchando ladridos de perros lejanos que intentaban auyentar intrusos de sus territorios, pasó por una reja de hierro corroida por el tiempo y llegó a un enorme plan destapado sin construcción alguna, en la noche lucía como una tétrica llanura yerta, pero de día debía ser un simple campo baldío en el que aún no se comenzaba a construir un edificio de oficinas o un super mercado. Entonces un foco de luz los sorprendió de frente y KangIn casi pierde la compostura. Un hombre sostenía una linterna mientras los albumbraba y se acercaba caminando con un amenazante bastón probablemente de hierro en su mano.

“¿Y ahora que?” Pensó KangIn mientras el hombre que continuaba alumbrandolos con la linterna les exigía que se detuvieran. Cuando estuvo más cerca, pudo notar que se trataba de un vigilante de servicio privado, con su traje verde oscuro militar y su insignia dorada en uno de los bolsillos.

Esta es propiedad privada – Dijo el hombre con voz autoritaria – Está prohibido caminar aqui – Agregó. KangIn soltó una maldición por lo bajo. Atravesar el campo baldio era el camino más corto para llegar al parqueadero donde habían dejado el auto, también era menos probable que los viera la policía si tomaban un atajo que los alejara de las calles iluminadas con altas bombillas.

- Mi amigo... - Comenzó a decir KangIn de nuevo usando sus habilidades de improvisación – Bebio más de la cuenta – El vigilante miró de soslayo a LeeTeuk – Y no se siente muy bien... el auto está del otro lado y debo llevarlo a casa – Explicó, entonces LeeTeuk comprendió la idea y comenzó a hacer ruidos de borracho y a manotear y a girar la cabeza como un poseído.

-Lo siento – Dijo el vigilante en cierto tono de burla – Pero no puede pasar por este lugar, como dije es propiedad privada, de la vuelta por la calle con su amigo – Explicó señalando con la lintera el camino hacía la calle más cercana.

”Mierda” Pensó KangIn molesto y comenzó a caminar hacía la calle con LeeTeuk aún en su espalda. Trató de ir lo más rápido posible, pero el peso de su Hyung le hacía perder el equilibrio cuando intentaba acelerar el paso, una que otra luz se encendió en un par de casas en el vecindario y una señora de edad que al parecer había sacado el perro a orinar, se quedó mirándolos atónita en medio de la palida luz de neón que las enormes lamparas desparramaban sobre las calles. “Mierda...” repitió de nuevo en su mente intentando sólo mirar al frente, sintiendo que el viaje se hacía demasiado largo, como si el auto lo hubiera dejado al otro lado de la ciudad. Ahora por su frente resbalaba un hilillo de sudor y su respiración se había vuelto más irregular.

Finalmente al cabo de lo que parecieron unos eternos 15 minutos, llegaron al parqueadero y el auto yacía silencioso esperando por alguien que lo condujera. Una vez entraron en él, LeeTeuk dejó escapar un largo y prolongado suspiro.

-Te juro que creí que no saldríamos de esta – Comentó LeeTeuk sobándose ligeramente el tobillo lecionado con una mano.

-¿Como es que tenemos tan mala suerte? - Se quejó KangIn golpeando el timón del auto con una expresión de profunda frustración y rabia.

-Esto sólo pasa en las peliculas – Comentó LeeTeuk sentado al lado del conductor – Y a nosotros -

-¡Tu! - Exclamó entonces KangIn señalándo a su interlocutor con un dedo acusador – ¡Eres un ángel de la mala suerte! Siempre que me pasan cosas malas tu estás conmigo – Se quejó KangIn y tuvo que esquivar el golpe que LeeTeuk le envió con su puño derecho cerrado.

Se quedaron en silencio por unos tensos momentos, LeeTeuk frunciendo el ceño molesto pero entonces su risa de bruja loca, rompió el ambiente como una piedra lanzada contra un vidrio, inevitablemente, KangIn comenzó a reír también y amos estuvieron riendo por un buen rato hasta que sintieron que el estómago les dolía.

-Regresemos al apartamento... ya empiezo a sentir frío – Dijo finalmente LeeTeuk y KangIn notó como la camiseta aún húmeda se pegaba descaradamente a su pecho y sus tetillas se notaban por encima de la tela. Se acercó rápidamente sin darle tiempo a reaccionar y lo beso suavemente en los labios.

Fue un beso rápido y casto. Pero suave y delicioso como el algodón de azucar de las ferias. KangIn se contuvo de dejar que ese beso se convirtiera en algo más profundo y sintió el calor de nuevo recorriendo su cuerpo.

- Esa... es una buena manera de entrar en calor – Opinó LeeTeuk con una sonrisa pícara pero a la vez tímida, sus mejillas estaban coloreadas con un suave carmín. KangIn sonrió y undió el pie en el acelerador.


***

Dos horas después, arribaron al apartamento, eran las 4 de la mañana y el silencio los sobrecogió, KangIn pensó que los encontraría despiertos a todos puesto que habían prometido que jugarían hasta el amanecer, pero probablemente les había vencido el sueño, esa semana no había sido precisamente fácil para ninguno. El menor ayudó al líder a caminar por la salita, dando pequeños saltitos LeeTeuk se apoyó en el hombro de KangIn para no caer hacía los lados y fue entonces cuando se enrredó con lo que en la oscuridad parecía una montaña gris y todo lo que había allí se calló al suelo haciendo un terrible ruido en medio del sepulcral silencio.

Al cabo de unos segundos, el bombillo de la sala fue encendido por EunHyuk y a su lado estaba DongHae restregandose los ojos adormilado. Posteriormente apareció Yesung con cara molesta por que su sueño había sido interrumpido y Ryeowook que estaba envuelto en una cobija y recordaba graciosamente a una versión bizarra de una anciana católica.

-Eh... buenas – Dijo KangIn con una sonrisa tonta.

-¿Que les pasó? - Preguntó EunHyuk intrigado al verlos mojados y al notar como el líder se sostenía en KangIn.

-Ehh... pues... - Balbuceó KangIn, esperando que fuera LeeTeuk quien improvisara como siempre una buena historia que lograra engañar a los dongsaengs.

-Fuimos a una fiesta – Comenzó LeeTeuk con una sonrisita porfiada – Bebi más de la cuenta y me tocí el tobillo – Finalizó. KangIn se quedó mirándolo como esperando una respuesta más audaz.

-¡Hyung conquistó a dos chicas! - Exclamó KangIn recordando a las lesbianas que bailaban sensualmente en la pista.

-¿QUE? - Casi gritaron todos al mismo tiempo y abrieron mucho los ojos. KangIn observó como las mejillas de LeeTeuk tomaban un color rojo escarlata inmediatamente y sonrió con satisfacción macabra.

-Oh si, una de ellas era de cabello negro y largo y la otra lo llevaba corto y vestían muy sexy ¿verdad Hyung? - Leeteuk miró a KangIn y el menor supo que esa mirada de recentimiento y odio sólo significaba una cosa, se las iba a pagar muy caro... pero a KangIn le gustaba jugar y pagaría lo que tuviera que pagar por sus travesuras.

-Si... - Murmuró con las mejillas aún rojas ante las miradas atónitas de los presentes.

***

Al día siguiente el chisme de que LeeTeuk se había ligado a dos chicas sexies al mismo tiempo se había regado como la polvora y todo el mundo se sabía los pormenores y los detalles que con gusto KangIn había relatado una y otra vez, inventando nuevas cosas en cada versión. Lo que provocó que HeeChul se negara a volverle a hablar a LeeTeuk en una semana o por lo menos eso fue lo que sentenció ¿Cómo era posible que hubieran ido a una fiesta sin Kim HeeChul, rey de todos los carnavales, fiestas y festejos? ¿Cómo había podido LeeTeuk conquistarse a dos chicas en una misma noche con ese terrible cinturón marrón que no convinaba en lo absoluto con su camiseta de algodón blanco?. HeeChul tenía todas las razones del mundo para retirarle la palabra a su descarado líder y había golpeado a Hangeng y a Siwon en la cabeza cuando ambos habían mostrado interés por las técnicas de conquista de LeeTeuk que KangIn gustosamente había comenzado a explicar a la hora del almuerzo del siguiente día.

Durante la semana de silencio de HeeChul (Porque HeeChul cumplía lo que decía) ShinDong no dejaba escapar ninguna oportunidad de hacer alguna broma al respecto, pero todo se había mantenido cautelosamente en secreto, entre ellos y los managers, debido a que una infiltración de dicha noticia a la prensa, podría traer caóticas consecuencias.

KangIn no podía estar más feliz con su broma, le encantaba ver la cara avergonzada de LeeTeuk cada que abordaban el tema y sabía que a esas alturas sería muy complicado desmentirlo todo. El menor estuvo esperando por la 'venganza' de LeeTeuk o por lo menos por algún reclamo, pero nada pasó, lo cual lo desconcertó un poco, dos semanas después y el líder simplemente seguía avergonzándose con el tema e intentando sobrellevarlo de la mejor manera posible. Y contra todo pronóstico, KangIn, comenzó a sentirse un poco mal ¿Se había pasado con la broma? ¿Le debía pedir disculpas a su Hyung?

Entonces su respuesta llegó en una inesperada tarde de entrevistas. Como habían lanzado Dancing Out, habían sido invitados a varios programas de televisión y ese era un ocupado día en el que debían atender a un programa de preguntas, cuando LeeTeuk lo acorraló en uno de los corredores del estudio de grabación, aprovechando que les habían dado 15 minutos de descanzo antes de comenzar con la siguiente sección.

La boca de LeeTeuk envolvió la suya en un rápido movimiento y en un abrir y cerrar de ojos, KangIn se encontró encerrado en el armario de los implementos de aseo, en la semipenumbra. Abrió la boca para tomar aliento sólo para volver a ser besado por LeeTeuk con una pasión que le hizo sentir la garganta séca.

- Tócame – Le susurró LeeTeuk cerca de la oreja y KangIn sintió un escalofrío por todo el cuerpo, las piernas le temblaron de sólo imaginar lo que vendría a continuación, reaccionando por fin, sumergió sus manos en el pantalón de LeeTeuk que ya exibía el miembro erguido y dispuesto, lo acarició fuerte, rápido, alcanzando el rítmo que sabía enloquecía a su Hyung – Con la boca... - Murmuró LeeTeuk en un suspiro aún en su cuello.

Dios, cuanto calor, la habitación parecía tener 40 grados ahora, KangIn empujó a LeeTeuk con brusquedad contra la pared de ladrillo donde colgaban varios delantales de limpieza y algunos baldes resonaron en el suelo, cuando los pateó sin cuidado. Se agachó hasta quedár arrodillado y se lo metió en la boca todo de una vez, sin darle tiempo al otro a nada. Deseaba hacerlo ahora, había esperado tanto tiempo por ese momento de alivio que no se iba a detener en gentilezas. Se lo metió en la boca y lo lamió con descición y experticia, arrancándole gemidos que el mayor intentó ahogar con el dorso de la mano para que no fueran descubiertos.

De nuevo la sensación de tener el control de todo lo embargó. Una sensación que lo excitaba sobre manera, que le recordaba que seguía vivo y que ese chico allí parado era suyo. Aumentó la velocidad de sus caricias, sabiéndo que el mayor debía estar al borde de la locura, esperando ese orgasmo que pronto llegaría para poder tomarlo por las caderas y hundírse lo más profundo que pudiera en él. Recordarle que era suyo y de nadie más.


- Ahgg... Si... - Balbuceó LeeTeuk y la explosión del orgasmo transformó su rostro en una máscara de erótica satisfacción. KangIn continuó moviéndo su mano hasta que el orgasmo de su Hyung terminó y disfrutó de los suaves suspiros que este dejó escapar mientras su pecho subía y bajaba con agitación. - Genial – Comentó LeeTeuk.

- Mi turno – Demandó KangIn nublado por el placer, su entre pierna le dolía, apretándose contra el pantalón, no recordaba nunca antes haber necesitado tanto ese alivio.

- Umm... lo siento Dongsaeng – Dijo LeeTeuk con una sonrisa de auténtica preocupación, se subió la cremayera del pantalón, se arregló el flequillo y la chaqueta antes de decir – Pero tengo que llamar a mis dos nuevas novias antes de que continuemos con la entrevista – Y alzándose de hombros se permitió sonreír traviesamente, le dio la espalda y salió del armario.

KangIn se quedó con la boca semi abierta aún sin comprender que demonios había sido eso, su cuerpo pidiéndole a gritos el 'alivio' y una insana rabia recorriendo su cuerpo con una inesperada velocidad.

¿Como te atrevés?

Notas finales:

OMG! xD casi que no lo termino D: me quedé sin inspiración a mitad del camino y estuve super ocupada esta semana, pero al parecer puedo usar los computadores de la escuela libremente los sábados, así que quizás pueda continuar escribiendo regularmente :3 intentaré hacerlo cada q pueda, porq de verdad extraño mucho escribir esta historia ;x;!
en fin, espero les halla gustado 8D ahaha la venganza de Teuk xD


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