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Dulce Sacrificio por Terry

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Notas del capitulo:

Ya no pude aguantar para subir el segundo, espero les guste y que sigan al pendiente de este fic

Kanda se encontraba sentado con la vista posada sobre el paisaje que había en la ventana, aunque no se encontraba apreciándolo...ya que estaba hundido en sus pensamientos. Soltó un suave suspiro al mismo tiempo que entre cerraba un poco sus orbes oscuros.

 

 

 

Allen abrió la puerta del camarote y entro sentándose frente a él.

 

 

 

-No te escaparas de mi Kanda...-dijo con firmeza mirando sus facciones.

 

 

 

-¿Ah?-dijo observándole de reojo con la mirada aún algo apagada y con una expresión de desinterés-¿Escapar de qué, Moyashi?

 

 

 

-De mí, de mis dulces y de mis muecas-dice con voz triunfal antes de sacar una cajita de dulces.

 

 

 

Le observo fijamente con ojos de rayita y una vena en su sien.

 

 

 

-¿Cuando dejarás los dulces?-pregunto con fastidio sintiendo como el tren comenzaba a moverse.

 

 

 

-Nunca, porque Mana una vez me dijo...que cuando la vida te trae demasiadas penas... un dulce la hace más llevaderas-dice con una sonrisa amplia antes de sentarse a su lado.

 

 

 

El nipón le observa con algo de sorpresa, mas no dice nada y vuelve a llevar su mirada hacia afuera de la ventana soltando un muy apenas suave suspiro.

 

 

 

-Kanda...seguro has tenido un pasado triste...eso explicaría porque eres así...-dice tomando su mano, sin atreverse a mirarlo-Pero eso es pasado...ahora tienes a personas que se preocupan por ti.

 

 

 

Se sobresalta un poco al sentir como nuevamente vuelve a tomar su mano y parpadea un par de veces observándole apenas de reojo en silencio.

 

 

 

-Puede ser...-es la única respuesta que da, y por un momento se extraño de que el rastreador no dijera nada.

 

 

 

-Seguramente más de uno de nosotros a caído en la oscuridad... a ti te ha tocado regresar solo ¿no es así?-voltea a verlo con una sonrisa.

 

 

 

-Siempre...-dice con tranquilidad aunque con algo de tristeza- he trabajado por mi cuenta, odio las cosas en equipo...-dice cerrando los ojos con fastidio.

 

 

 

-Pero debe ser doloroso ¿no?-le aferra la mano-Se que me estoy entrometiendo en tu vida, en algo que no me concierne...pero...no me agrada que hablen de ti sin conocerte...

 

 

 

-Simplemente no hay que tomar en cuenta a esa gente...-dice frunciendo el ceño levemente con un gesto de disgusto marcado en sus labios.

 

 

 

-Es fácil decirlo... tal vez para ti sea más fácil hacerlo... pero detesto que te juzguen...si te apartas debe ser por algo...aunque pasar demasiado tiempo solo tampoco es bueno-dice con una sonrisa, levantándose para darle un beso en la mejilla y meterle otro dulce acido en la boca.

 

 

 

Un suave tono carmín da aparición en sus mejillas por el beso y cuando estuvo a punto de gritarle incluso golpearle con la Mugen, siente en nueva cuenta el sabor de aquel dulce dentro de su boca.

 

 

 

-¡Moyashi!-le grita desviando la mirada.

 

 

 

Allen sólo sonríe ampliamente, le da otro beso en la misma mejilla antes de salir corriendo de la cabina.

 

 

 

Se queda de hielo unos segundos, y una vena palpitante se forme en su sien mientras un aura sombría le rodea.

 

 

 

-¡Estás muerto, MO-YA-SHI!-grita a todo pulmón para perseguirle, abriendo de golpe la puerta, asustando al pobre rastreador.

 

 

 

-¡¡Kya!! ¡Que me mata! ¡Que me mata!-dice corriendo por los pasillos

 

 

 

-¡Vuelve aquí!-dice con la Katana a la mano sin dejar de perseguirle con un semblante de mil demonios.

 

 

 

-No me mates Kanda, somos compañeros-dice mientras corre llegando al último vagón, donde está la carga.

 

 

 

-Como si eso me importara-dice con una amplia sonrisa llena de malicia desenvainando su espada con los ojos cubiertos por su flequillo, dándole un aspecto bastante macabro-No escaparás...

 

 

 

Allen esta recargado en la puerta final del vagón.

 

 

 

-Ah... calma...calma... eh... solo ha sido un dulce...-dice tratando de abrir la puerta.

 

 

 

-No lo hago por el dulce, ¡y no escaparás!-dice al notar que intentaba huir de nuevo y se acerca rápidamente hacia el albino con aquella sonrisa.

 

 

 

-Oh... pero eso otro tampoco es malo... solo... solo...-logra abrir la puerta.

 

 

 

-¿Solo qué?-pregunta una vez que tiene el filo de su espada cerca del cuello del menor mientras le dedica una mirada de lo más penetrante.

 

 

 

-Solo... te demostraba cariño...-dice tragando grueso mientras mira el filo de la espada con algo de miedo.

 

 

 

-¿Cariño?-pregunto en tono burlón soltando una risa maliciosa- algo como eso no me…-no termino la frase ya que repentinamente el tren se detuvo bruscamente, logrando que el peli azul soltara su espada y cayera encima del menor con los ojos muy abiertos; tanto del miedo como de la sorpresa.

 

 

 

La puerta se abrió y los dos chicos cayeron en el pasillo exterior, Yuu sobre Allen, mirándole con los ojos muy abiertos, sintiendo el viento.

 

 

 

Se le quedo viendo por unos segundos un tanto sorprendido y embobado, aunque él sabía disimular perfectamente eso último, no era como el payaso del Usagi.

 

 

 

El sonrojo se apodero de las mejillas del menor, quien estaba sujeto a las ropas del mayor.

 

 

 

Examino con la mirada todo el rostro del menor con una leve sonrisa formada en sus labios, ahora que lo miraba bien de cerca...el Moyashi no estaba nada mal.

 

 

 

Allen cierra los ojos mientras siente el peso del otro encima, deja escapar un suspiro.

 

 

 

El espadachín afila un poco la mirada sin dejar de observar el rostro del albino, y fue acercando lentamente un poco más su rostro hasta el del otro.

 

 

 

-Qué bien se siente...-susurra un tanto más para sí que para que el otro lo oyera.

 

 

 

Alza un poco ambas cejas con algo de sorpresa.

 

 

 

-¿Qué cosa?-susurra con voz tranquila, olvidándose que en cualquier momento podrían ir a buscarlos.

 

 

 

-El aire... ese viento chocar contra los rostros... mmhh ese dulce aroma... a flores...-dice aun con los ojos cerrados, sin saber que ese aroma pertenecía al samurái.

 

 

 

La sonrisa en su rostro se ensancho un poco más para luego acercar lo más que pudo sus rostros y rozo muy apenas sus labios, solo un roce y se detuvo.

 

 

 

Abre los ojos al sentir ese rose, mirando la cercanía del mayor, poniéndose todo rojo como tomate.

 

 

 

-¿Qué?-pregunta al notar como se le subieron los colores al rostro al albino con una sonrisa algo maliciosa.

 

 

 

-No… no pasa nada-dice mientras lo observa detenidamente, justo cuando el rastreador llega.

 

 

 

-Exorcistas...

 

 

 

Kanda abre los ojos de la sorpresa y se levanta en seguida tomando su Mugen y guardándola con una expresión de pocos amigos.

 

 

 

-¿Qué pasa?-pregunta observando al tipo.

 

 

 

-Ya estamos por llegar señores...-dice el rastreador mirando perplejo la escena, viendo como Allen se quedaba en el piso.

 

 

 

-¿Qué estas mirando?-pregunta fastidiado al sentir como observaba al peliblanco de aquella manera y luego posa su vista sobre Allen- Levántate, Moyashi...-y luego de eso, volvió a entrar al vagón.

 

 

 

-"¿Qué fue eso?"-se pregunta el peliblanco todo contrariado, no sabía si se había imaginado ese rose en sus labios. Se levantó y fue detrás de nipón.

 

 

 

Se volvió a sentar donde había estado anteriormente, esperando que llegaran pronto, ya se estaba hartando de estar tanto tiempo encerrado.

 

 

 

Allen hace aparición en ese mismo vagón y mira al mayor, no le iba a dar mucha importancia a si era o no, solo le sonrió. Justo en ese momento el  rastreador les dice habían llegado a su destino.

 

 

 

Se levanto de su lugar de inmediato y todo su maleta para bajarse en seguida del tren, observo a su alrededor con algo de curiosidad.

 

 

 

-¿Así que esto es Francia?-susurro más para sí mismo que para el menor.

 

 

 

Le sigue detrás, por un momento sintió que la zanja que se había tapado un poco se volvía a abrir.

 

 

 

-Vaya... creo que ya alguna vez estuve aquí...-dice mirando el lugar que se le hizo conocido.

 

 

 

-¿Mmmh?-observo por sobre el hombro al menor y luego poso su mirada hacia adelante, por una extraña razón...la misión parecía no gustarle mucho, tenía un mal presentimiento.

 

 

 

Allen deja escapar un suspiro poniéndose al hombro su maleta, caminando a su lado.

 

 

 

-Bien... entonces vayamos al punto donde está la mayor concentración de akumas...-dice el menor con naturalidad.

 

 

 

Le observo de reojo unos segundos en silencio, un tanto sorprendido por la naturalidad que el menor tomaba para las cosas.

 

 

 

-Me huele a trampa...-susurro para sí mismo y luego comenzó a caminar a paso tranquilo pero muy atento a su alrededor.

 

 

 

-Puede que sea así... pero nuestro deber es darle salvación a esas pobres almas-dice pasando su mano por el ojo izquierdo.

 

 

 

-Que fastidio...-susurra frunciendo levemente el ceño, y sintió como el aire frio del viento se torno repentinamente algo tibio  y se detuvo secamente.

 

 

 

El ojo izquierdo de Allen se puso como loco.

 

 

 

-¡Son una docena!-exclama el menor activando su inocencia.

 

 

 

-Tch-se quejo desenvainando su espada al mismo tiempo que la activaba y buscaba con la mirada a aquellos demonios que andaban por allí.

 

 

 

-¡Desde abajo! Están bajo tierra-dice el joven albino al notar los más cercanos bajo de ellos con su ojo maldito.

 

 

 

-¡Exorcistas!-gritan varios al unísono al salir de debajo de la tierra, el japonés por suerte pudo esquivarlos antes de que le pudieran hacer daño.

 

 

 

Al ver a los akumas y sus almas la tristeza invadió el corazón del menor.

 

 

 

-Pobres almas...-susurra mientras lanza un ataque directo, sin importarle que el virus le diera directo.

 

 

 

-¡No seas idiota!-le grita al ver que ataca de frente y frunce más el ceño-Primera Ilusión: ¡insectos infernales!-dice para luego agitar su espada en forma de media luna y los bichos atacan a la mayoría de los Akumas.

 

 

 

-Cross Grave-susurra para atacar a los demás akumas, no le importaba actuar de sebo, así los akumas centraban su atención en el chico que se movía.

 

 

 

-¡Tch!-agito de nuevo su espada deshaciéndose de los pocos que quedaban, mas uno antes de morir dijo algo:

 

 

 

-Esta vez no podrán contra ellos, Exorcistas...-dijo riendo burlonamente y el peli azul le enterró la espada, haciéndolo explotar.

 

 

 

-¿No podremos contra ellos?-musita el menor acercándose-Esas palabras...

 

 

 

Observo de reojo al menor.

 

 

 

-Hay que informárselo a Komui...-susurro observando el lugar con desconfianza, sabía que "ellos" estarían cerca viendo todo.

 

 

 

Allen lo toma de la mano y sin saber porqué comenzó a correr, esa sensación le obligaba a moverse pese a no saber porque...

 

 

 

Abre los ojos de la sorpresa, pero esta vez no dice nada, ya que entendía que el menor tuviera algo de... ¿miedo? bueno, siendo sinceros él también estaba nervioso, y no sabía claramente el porqué.

 

 

 

Llegan cerca de una cabina de teléfonos.

 

 

 

-Ponte en contacto con Komui...-dice suavemente mientras miraba a todos lados-No sé qué está pasando pero eso no me ha agradado en nada.

 

 

 

Unió el golem al teléfono observando a su alrededor para luego esperar a que el hermano mayor de Lenalee fuera capaz de contestar lo más pronto posible.

 

 

 

-¿Diga?-pregunto un adormilado Komui al contestar el teléfono.

 

 

 

-Tenemos un ridículo mensaje de parte de los Akumas de nivel dos aquí en Francia-dijo con voz fastidiada el japonés mordiéndose suavemente el labio.

 

 

 

El chino se despertó de inmediato y pidió le dijera el mensaje, mientras Allen estaba fuera, vigilando, sintiéndose observado y odiando no saber de dónde.

 

 

 

-"No podrán esta vez contra ellos" eso fue lo que dijeron...-susurro el japonés cerrando los ojos, sintiendo ansiedad y apretando el objeto en su mano.

 

 

 

-Mandaré a más exorcistas...tengan cuidado-dice el chino mientras pasa el mensaje y pone alertas a todos.

 

 

Este cortó en seguida y guardo el golem para dirigirse a donde se encontraba el menor.

 

 

- ¿Nos vamos? -dijo observando a su alrededor.

 

 

-Espera...-dijo tomándolo de la mano-¿Qué haremos?

 

 

-Esperar...-dice con voz tranquila aunque en su rostro se notaba algo tenso- Mandaran refuerzos...-susurro.

 

 

Su ojo se activo de nuevo, percibió a tantos Akumas que su instinto fue cubrirlos a ambos con su Crown Clown y el menor sobre él Kanda justo cuando una lluvia de misiles les llegaba...

 

 

-¡Tch! ¿Acaso nunca se cansaran?-grita frustrado con millones de venas en su sien sacando en nueva cuenta su espada-¡Déjame salir!-le ordeno viéndole.

 

 

-¡NO!-exclamo el menor estando sobre él, un dejo de terror se oyó en su voz-Si una de ellas te roza...a mí no me afectan...pero si a ti te tocan...

 

 

-¡No moriré, Moyashi!-le grito viéndole fijamente a los ojos afilando la mirada mientras trataba de quitárselo de encima.

 

 

-¡No puedes estar seguro de ello!-exclama al tiempo que sin descuidar la protección de ellos ataca a los akumas sacando su mano izquierda-¡Crown Edge!-exclama lanzando varios proyectiles en forma de coronas.

 

 

-¡Tch!-se quejo cerrando los ojos con fuerza y mordiéndose el labio inferior, sintiendo algo inútil por no poder salir a pelear-¡Que me sueltes te digo!

 

 

-No-dice el menor suavemente, mirando esas oscuras gemas que tenía Kanda por ojos-Ahora no estás solo...no estás peleando solo...

 

 

-Moyashi serás...-dijo frunciendo el ceño y de un momento a otro, todos los Akumas que estaban en el lugar desaparecieron misteriosamente como por arte de magia.

 

 

-Seré tonto, seré idiota, seré lo que quieras pero no te dejare pelear solo nunca más...-dice aferrándolo-Se han ido...

 

 

-¿Cómo que se han ido?-pregunta con incredulidad y se queda callado tratando de oír algún ruido sospechoso, mas nada se oyó.

 

 

-Ya no detecto a ninguno-dice mostrándole su ojo en estado normal, aun así temía quitar la defensa.

 

 

-¿A qué esperas entonces? ¡Salgamos de aquí! -le reclama viéndole con ojos de punto y con venas en su sien.

 

 

El menor solo asiente para retirar su Inocencia y comenzar a correr.

 

 

-¡Moyashi!-le grita corriendo detrás del menor tratando de alcanzarle, ya que en vez de correr, parecía que había volado.

 

 

-Ne, ¿qué opinas Tykki?-pregunta una voz femenina con tono cantarín observando al mayor-¿Esperamos un poco más?

 

 

Al oír la voz del mayor se detuvo en seco, había corrido tan rápido con la sola idea de asegurar el parámetro... de ver que no hubiera ningún Akuma.

 

 

-Lo... lo siento...-dice volteando a verlo.

 

 

-Sí, hay que esperar... mmhh esto es interesante-dice el mayor exhalando un poco de humo de tabaco.

 

 

-Eres un....-le da un golpe en la cabeza como lo hacía usualmente con Lavi, solo que este fue mucho más despacio- Vayamos a una posada o algo...me da escalofríos estar aquí...-observo el cielo que ya se estaba oscureciendo.

 

 

-Moohh, está bien...-dijo jugando con una de sus velas observando desde lejos a los exorcistas.

 

 

Se soba la cabeza donde fue golpeado.

 

 

-Ittae...-susurra levemente aun que realmente no le había dolido-Creo que hay una posada cerca-y tras estas palabras le toma la mano.

 

 

-Pareces desesperada-dice Tykki mirando con malicia a la menor.

 

 

Suelta un suave suspiro y con una leve sonrisa, corresponde a la mano del menor apretándola suavemente pero sin atreverse a verle a la cara, y observa de reojo hacia atrás con algo de sospecha.

 

 

-¡Solo un poco!-dice soltando una risita divertida- ¿No ves que esta mi Allen-kun aquí? -dice toda emocionada.

 

 

El menor lo guía hasta la posada más cercana, sin duda el menor ya había estado en ese lugar, claro que era muy niño.

 

 

-Jajajajaja si, me doy cuenta de ello, estás completamente obsesionada con ese chaval-sonríe malicioso.

 

 

-¿Aquí?-pregunta con algo de sorpresa examinando con la mirada todo el edificio, ya era de noche, y las estrellas y muchas luces iluminaban toda la cuidad.

 

 

-Pues... si...creo que una vez mi Shisho y yo nos instalamos aquí… se que parece un hostal de mala muerte...-dice con una gotita al darse cuenta de lo que estaba diciendo.

 

 

-Hmph-da como respuesta para en seguida entrar en el lugar sin importarle nada más-Vayamos...hay que esperar a los demás-dice viéndole sobre el hombro.

 

 

Allen mira su bolsillo, por un momento sintió como si estuviera con el agarrado de Cross.

 

 

-Una habitación por favor.

 

 

El pelilargo observa a su alrededor, a pesar de las palabras del menor, todo el lugar se veía bastante limpio, ordenado y...hermoso; era perfecto.

 

 

-Vamos, ya tengo la llave-dice volteando a verlo con una sonrisa, no era la primera vez que dormía en compañía de otro exorcista, pero las repentinas mariposas en su estomago le hicieron sentirse extraño.

 

 

-Voy...-dijo sin dejar de ver todo el lugar- usaremos la escalera, ¿verdad?-pregunta con una sonrisa de lo más maliciosa, ya que había visto que el menor se estaba dirigiendo al ascensor.

 

 

-¿Are? ¿Escalera?-voltea a verlo con carita de niño y luego mira el cubo de la escalera...oscuro...parpadea varias veces-Ah... está bien...

 

 

-Eres todo un Moyashi-dice comenzando a subir rápidamente la escalera, como si quisiera llegar primero que el menor, retándolo a ganarle.

 

 

-¡Que me llamo Allen!-exclamó agitando los brazos comenzando a correr detrás de él.

 

 

Una sonrisa entre burlona y divertida se formo en sus labios.

 

 

-¿Cual piso es?-pregunto sin dejar de subir, no le dejaría ganar por nada del mundo.

 

 

-Eso... tendrás que averiguarlo... quitándome la llave...-dice el menor sonriendo deteniéndose en un piso abajo.

 

 

Se detuvo secamente al escucharle, después de todo, no podía seguir subiendo, ya que el albino tenia la llave y podía ganarle de todas formas.

 

 

-¡Hmph, entonces eso haré!-dijo decidido corriendo hacia el Walker.

 

 

Al verse perseguido una sonrisa se dibujó en sus labios, le gustaba esa situación más de lo que esperaba.

 

 

-¡Vuelve aquí, Moyashi del mal!-le dice sonriendo con malicia siguiéndole con cuidado, después de todo, podrían caerse por andar corriendo así.

 

 

-No quiero-exclama corriendo topándose con las escaleras del otro extremo mientras que comienza a subirlas de dos en dos, ahora él iba a la cabeza. 

 

 

-Tch-se queja fastidiado aunque la sonrisa no se borraba de sus labios-¡Ya verás!-le amenaza para ir subiendo al igual que lo hacia el peliblanco.

 

 

Allen mira sobre su hombro, regalándole una dulce sonrisa llegando al piso en donde tenían la habitación, no le importaba parecer un crío.

 

 

El nipón fue capaz de ver la tierna sonrisa que el menor traía dibujada en sus labios y la suya se ensancho más, realmente se estaba divirtiendo en compañía del Moyashi.

 

 

Corre por todo el pasillo derrapando ante una puerta, cosa que le trajo la consecuencia de caer de sentón.

 

 

-Ittae...

 

 

-Jajajajaja eso te pasa por Moyashi-dice al lado del menor viéndole con diversión y una leve sonrisa en su rostro.

 

 

-Ah... me duele...-musita viéndolo desde el suelo, observando esa sonrisa, haciéndole parecer que era aun más apuesto.

 

 

-Y no soy Moyashi, soy Allen-añade

 

 

Una sonrisa maliciosa y divertida se formo en sus labios y soltó una leve risa.

 

 

-Lo que tú digas, Moyashi...-le despeino un poco-Vamos.

 

 

Un leve sonrojo cubre las pálidas mejillas, levantándose, riendo levemente, pues sin duda peores golpes había recibido, lanzándole la llave al mayor.

 


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