Al día siguiente. Phineas despertó tranquilamente hasta que… -¿Ferb?
-Buenos días –saludaba bajando las escaleras
-¡Buenos días Phineas! Creí que te levantarías más temprano, es hora de desayunar –anunció su madre
-¿No has visto a Ferb?
-Sí, se levantó temprano. Él y Lawrence fueron por sus cosas, regresarán al rato
Después…
Tok tok tok, se escuchó en la puerta
-Hola Phineas, ¡vine a visitarte! –saludó una jovencita de negros y lacios cabellos y una mirada encantadora.
-Hola Isabel
Isabel es mi mejor amiga de la escuela, además es mi vecina y, en vacaciones, nos vemos muy seguido.
-Y… ¿qué estás haciendo?
-ES una larga historia
Le conté a Isabel lo que pasó ayer y, cuando supo que mi madre regresó…
-¡Mi mamá va a estar muy contenta! Iré a decirle- gritó emocionada.
Mi mamá y la suya son grandes amigas, así que seguramente irían a hacer algo entre las dos.
Después de eso Isabel volvió para invitarme a que la siguiera… ¿Qué querrá mostrarme?
-Hola Phineas, me alegra saber que tu mami llegó, así que haremos una fiesta de bienvenida. –Anunció la madre de Isabel con una dulce sonrisa.
-¿Una fiesta? ¡Es muy buena idea!
Estaba esperando este momento… era hora de presentar a mi hermanastro.
Luego de rato Lawrence y Ferb volvieron a la casa…
-Perdón por la tardanza (¿ya había dicho eso antes no?) pero las cosas tardaron en llegar (creo que eso también jeje ^^’) –llegó Lawrence disculpándose
-¡Ah! ¡Está bien! –le correspondió su esposa Linda
-¡Vamos, les tenemos una sorpresa! –dijo Phineas apareciendo
-Amo las sorpresas –expresó de inmediato Lawrence
Pero creo que Ferb no tanto
-¡Bienvenidos a Estados Unidos! –cantaron las cuatro chicas al unísono
-¡Oh! ¡Muchas gracias! –decía Lawrence mientras que su hijo se limitaba a mirarlo fijamente con su típica expresión indiferente ¬¬
Parece que nada va a hacer reír a Ferb, ni nada lo va a hacer cambiar de parecer, tengo que intentarlo.
-Vamos Ferb, te presento a Isabel –animó Phineas tomando a Ferb de la mano para llevarlo ante su amiga.
-Hola Ferb, mi nombre es Isabel y junto a mi mamá y la familia de Phineas organizamos esta bienvenida –se presentó la chica con una radiante sonrisa y encantadora expresión. Para sorpresa de los presentes Ferb tomó la mano de Isabel y le correspondió
-Es un placer señorita Isabel.
Bien, lo segundo que oía decir a Ferb era eso.
Ese día comimos la comida que hizo la señora Shapiro y nos quedamos hasta tarde.
Al día siguiente …
-¡Buenos días! Espero que hayas dormido bien.
-Bueno ya no tiene que dormir contigo –bromeó Candace a su hermano
-Qué graciosa
-Bueno hoy estaré a cargo, creo que no tendré mucho qué hacer. ¿Por qué no salen? Hay buen sol afuera.
Un día completo con Ferb … ni siquiera sé qué vamos a hacer.
-De verdad que hace buen sol
Justo en el patio trasero se encuentra un árbol en el que solía jugar cuando era más pequeño y en dónde paso las tardes solitarias.
-¿Tienes algo qué decirme? Podemos platicar... ¿si quieres?
-No recuerdo a alguien que me lo haya preguntado antes
-¿Nadie? Ah, bueno si no es de tu agradado hablar…
-Yo no te dije eso
-Eh, lo siento.
-Prefiero no hacerlo
-y ¿qué le dije? Bueno… ¡Yo sí te voy a contar de mí! –empezó efusivo el muchacho dejando impresionado a Ferb con tantas palabras y a gran velocidad –Ya sabes que soy Phineas Flynn, tengo 13 años, entraré a octavo grado, me gusta el cereal, no duermo menos de 10 horas, me gustan los videojuegos y las películas de exploradores, también el rock y los tacos, no juego ningún deporte fuera del Béisbol. Saco buenas calificaciones, quiero tener una mascota. No creerás que soy el que más habla de mi familia, tengo mucha imaginación, veo maratones de terror y ayudo a las exploradoras… -Phineas hizo una breve pausa cuando notó la expresión de Ferb – Estoy hablando demasiado ¿no? A bueno, también quiero que sepas que me gusta inventar cosas y eso... pero no sé armarlas ni hacerlas por lo que sólo quedan guardadas –comentó desanimado.
-Así que te gusta inventar cosas…
-Sí, eso fue lo que dije… -Phineas creyó haber encontrado algo que le interesara a Ferb, quizá por fin tenían algo en común – ¿y a ti también?
-No, sólo uso elementos ya existentes para formar una composición diferente, sólo pongo las piezas en su lugar.
-Significa que me puedes ayudar ¿no? –sonrió Phineas abrazándolo chocando su cabeza en el pecho de Ferb que comenzaba a latir estrepitosamente.