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MÍO por Orseth

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            -¿Quieres un té?

            -No gracias –respondio Hermione sin detener su nervioso andar.

            Nick se levanto y salió de la sala de espera para regresar después con dos vasos, uno de los cuales dio a Hermione.

            -Gracias pero…

            -Es un té, necesitas relajarte un poco o le harás compañía debido a un ataque de nervios.

            Hermione termino por sonreír y tomar el vaso antes de ponerse seria de nuevo.

            -No puedo creerlo… aun no puedo… -dijo con voz ahogada- Harry… mi amigo…

            -Estará bien, ya lo veras –dijo él poniéndole una mano en el hombro.

            -¡Nick! –Exclamó una mujer entrando a la sala en ese momento- ¿Cómo esta? –preguntó preocupada después de darle un beso en los labios.

            -No lo sabemos aun… Hermione, ella es Jessica, mi esposa; le avisé hace un momento.

            -¡Dijiste que no le dirías a nadie! –respondio indignada.

            -No sé quien seas, pero Harry es mi amigo también y tengo tanto derecho como tú de estar preocupada por él –dijo Jessica ceñuda.

            -Calma Jessica…

            Hermione exhalo un suspiro mientras se alejaba de ellos un par de pasos para finalmente decir:

            -Yo… -dijo al cabo de unos minutos de tenso silencio- lo siento… de verdad lo lamento… es solo que…

            -Son amigos desde la infancia –completo Nick al verla muy afectada- y cuida de la privacidad de Harry, me he dado cuenta de que es muy protectora, se comprensiva cariño, son como hermanos.

            El semblante de Jessica cambio radicalmente a una comprensiva mientras se acercaba a ella.

            -Lo siento…

            -No, está bien… Nick tiene razón, soy como mamá gallina, siempre fui así desde el colegio…

            -Vaya, no imagino como debió ser su relación, es decir… con todo lo que he Harry enfrentó, su amistad sí que es fuerte.

            -Sí, lo es… y ahora verlo así me pone muy nerviosa e histérica, lo lamento, soy muy sobreprotectora.

            -Todo saldrá bien, ya lo veras.

            Hermione ya no respondio, sabía que intentaban darle ánimo, pero el semblante de los medimagos no era nada esperanzador.

 

_______________________________________________________________________________.

 

            Cuando el medimago salió dos horas después, Hermione se acercó presurosa seguida por el joven matrimonio.

            -¿Cómo esta?

            -Ya está estable pero su estado sigue siendo crítico.

            -Oh…

            -La pérdida de sangre provocó un shock hipovolémico, es una afección de emergencia en la cual la pérdida grave de sangre y líquido hace que el corazón sea incapaz de bombear suficiente sangre al cuerpo; este tipo de choque puede hacer que muchos órganos dejen de funcionar, en este caso provocó daño renal…

            -Oh Dios mío… -susurró tocándose la frente con angustia.

            -Ya está controlado, solo falta que las pociones hagan efecto, pero todo es lento, los tejidos necesitan recuperarse del trauma; pero eso no es todo, esta desnutrido y deshidratado, eso complica su cuadro clínico.

            -Pero está bien ¿verdad?

            -Ya se lo dije señorita, está estable pero sigue en estado crítico ¿Quién es el responsable directo?

            -Yo.

            -Me gustaría hablar a solas con usted.

            -Si claro.

            Cuando se alejaron un par de metros, el medimago le puso la mano en un hombro diciendo:

            -Es obvio el estado anímico en que se encuentra, por lo tanto me gustaría que pase todo el tiempo que pueda con él; en otras circunstancias no se permite el acceso a terapia intensiva, pero en este caso me parece lo más conveniente.

            -Era justo lo que iba  a pedirle ¿puedo verlo ya?

            -Claro, la enfermera le indicará el camino.

            -Gracias.

 

______________________________________________________________________________.

 

            Cuando entró a la habitación vestida con una bata azul y una gorra en el cabello, con paso seguro por fuera pero temeroso por dentro, se acercó a la cama en donde un chico yacía con varios medicamentos administrándosele por un suero en su brazo.

            -Oh Harry, no están tus lentes… -dijo mirando el mueble que estaba junto a la cama- tú nunca pierdes tus lentes… los rompes, los partes, hasta los has chamuscado, pero nunca los dejas… -para ese momento las lagrimas ya corrían por sus mejillas- Harry…

            Lo vio tan delgado y demacrado, tan empequeñecido, que parecía un chico de diecisiete años y no el adulto de veintitrés que era.

            -¿Cómo llegamos a esto Harry? –Pensó sacando un pañuelo y después acercando una silla- aquí estoy cariño… -dijo tomándole una mano- todo se va a arreglar, ya verás.

            Y así pasó el resto de la tarde, acariciando su cabello, besando su frente, su mano; hablándole de cuanto estaban en Hogwarts y de otros buenos tiempos;  ni siquiera supo cuando Nick y su esposa se fueron.

 

_________________________________________________________________________.

 

            Pasó la noche ahí y al día siguiente no fue a trabajar, envió una lechuza a Penny para pedirle que le arreglara una semana de licencia; cuando regresó de la lechucería del hospital, Harry tenía una mano en la frente.

            -Harry, despertaste –exclamó acercándose presurosa.

            Harry tenía los ojos cerrados y no se movía, si no hubiera sido porque tenía la mano en la frente parecería que aun continuara dormido.

            -Harry, estás en San Mungo, soy Hermione… -dijo temerosa de su reacción- Harry…

            -¿Por qué?... –musitó al fin con voz débil y ronca.

            -¿Cómo?

            -Porque no… ¿Por qué no me pueden… dejar en paz?...

            -Porque te quiero, te amo demasiado para dejarte ir de esta manera.

            Harry ya no dijo nada, lo que hizo fue taparse los ojos con la mano.

            -Harry, yo no puedo saber que te lastima tanto, no puedo saber porque te duele tanto la vida… pero sé que debe ser mucho para que ya no hayas podido resistir mas… pero yo estoy contigo, no estás solo, yo te quiero y siempre estaré para ti.

            Un leve sollozo escapó de los labios de Harry, quien siguió con los ojos cubiertos.

            -Cariño, hagas lo que hagas siempre estaré para ti… porque te quiero, te quiero mucho –dijo acariciándole el cabello.

            -Pero… ¿Por qué?... –dijo él al cabo de un rato- ¿Por qué, si no soy nada?... ¿Por qué me quieres si… si soy una… basura?

            -No eres una basura, eres un ser maravilloso –respondio ella tomándole con ambas manos la mano que le quedaba libre- tú te sientes así, pero estás equivocado.

            -No… no lo estoy…

            -Harry, mírame… -dijo ella quitándole suavemente la mano de los ojos- estás enfermo, estás deprimido, por eso te sientes tan mal, pero cuando salgas de aquí todo mejorará, solo déjate ayudar.

            -No, no quiero… quiero irme…

            -Pues no te voy a dejar, pero ahora no discutamos, descansa debes recuperar energías y con eso comenzarás  a sentirte mejor.

            Harry ya no quiso o más bien ya no tuvo fuerzas para discutir, por lo que simplemente se quedó callado y nuevamente se dejó llevar por el sueño. Hermione suspiró deprimida también y se sentó a su lado dispuesta a cuidarlo.

            Harry fue recuperándose físicamente pero sin abrirse a su amiga como ella tanto deseaba, pues ante la sola mención de su psicomaga, él había respondido negándose rotundamente a verla de nuevo y ella lo había respetado, sin embargo su ansiedad crecía pues él tampoco se sinceraba con ella y así pasaron tres días.

            -¿No tendrás problemas en tu trabajo? –preguntó él comiendo desganadamente un plato de papaya.

            -No, pedí licencia por unos días.

            -¿Cuántos?

            -Una semana.

            -¿Cuándo me darán de alta?

            -En unos días, pero el medimago dijo que va a canalizarte al área psiquiátrica, pero eso no significa que…

            -No iré –interrumpió él sin siquiera mirarla.

            -Harry…

            -Ya lo dije, no iré y nadie puede obligarme.

            Sabiendo que eso era cierto y que nada ganaba con discutir en ese momento, Hermione cambio el tema.

            -Vas a pasarte una temporada en mi casa.

            -¿Qué? –Exclamó mirándola al fin- ¿y quién dijo eso?

            -Yo lo dije.

            -Claro que no, regresare a mi casa –dijo sonriendo incrédulo.

            -No, iras a la mía y se acabó, en esto no aceptaré un no y no te atrevas a discutir.

            Harry la miró y vio las aletas de su nariz moverse sin control, lo que lo hizo deducir que en ese asunto sí que no habría vuelta de hoja.

            -Pero… es que…

            -Es que nada, no pienso dejar que regreses a un lugar que por el momento no te ofrece un ambiente sano para vivir.

            Exhalo un suspiro dándose por derrotado, por lo que sin decir más, continúo picoteando su fruta.

            -Ahora vengo –dijo Hermione viendo su reloj.

 

_______________________________________________________________________________.

 

            -Hola ¿Cómo va? –saludó Nick dándole la mano, lo mismo que su esposa, pues habían quedado en ir a visitarlo.

            -Físicamente mejor, pero de lo demás  ¿Qué te puedo decir?

            -Vaya…

            -No han comentado este asunto en el cuartel ¿verdad?

            -Ya te habíamos dicho que no –respondio Jessica haciendo acopio de paciencia.

            -Yo creo que ya puedes hablar con él –dijo Hermione preocupada- aunque la verdad no se que tanto le importe o como vaya a reaccionar.

            -O siquiera que quiera recibirme –dijo Nick.          

            -Si, también eso.

            -¿Por qué no mejor entro y ya? Si le dices que aquí estoy, lo más seguro es que me mande a la mierda.

            -Si, creo que tienes razón.

            -Bueno, entonces ya voy.

            -Suerte –dijo Jessica dándole un beso a su marido.

 

______________________________________________________________________________.

 

            Harry permanecía recostado en las almohadas mirando un punto en la pared cuando escuchó una voz desde la puerta.

            -Hola Harry ¿ya mejor? –saludo Nick entrando y sentándose como si nada.

            Harry frunció el ceño sin poder evitar una mueca de disgusto.

            -¿Hermione te dejo pasar? ¿No te dijo que no quiero recibir a nadie? –exclamó sin dejar de mirar la pared.

            -Si, eso ya lo sabía.

            -¿Y entonces?

            -¿Y desde cuando te hago caso?

            -Mira Nick… -dijo mirándolo al fin con el ceño fruncido.

            -No, mira tú… -interrumpió el auror- sé que no quieres ver a nadie, pero aquí estamos Jessica y yo, y habría más compañeros aquí pero no saben que estás internado.

            -Y no deben saberlo.

            -Lo sé y por eso no hemos dicho nada.

            -Vaya, pues gracias –respondio sarcástico viendo de nuevo hacia la pared.

            -Mira Harry –dijo Nick exhalando un suspiro y dispuesto a ser escuchado- sé que estás enfadado con nosotros… yo no sé qué asuntos te traigas con Malfoy, pero…

            -No lo menciones –interrumpió Harry mirándolo fijo al sentir un pinchazo de dolor en el pecho- no quiero hablar de ese asunto… mas bien no quiero hablar de nada, si me haces el favor de…

            -Pues no, no te voy a hacer el favor de nada… lo que te quiero decir, lo diré y listo.

            Harry torció la boca y se cruzó de brazos girando el rostro como un niño caprichoso.

            -Bien… -dijo Nick viendo que Harry ya estaba “dispuesto”  a escucharlo- en primera, sé que no somos y aunque lo digo principalmente por mí, también hablo de los demás… sé que no somos los amigos perfectos, que dejamos mucho que desear, que somos idiotas en muchas ocasiones y decimos tonterías todo el tiempo, principalmente cuando estamos ebrios, pero Harry… las personas no son perfectas, la amistad que te ofrecemos no es perfecta tampoco, sin embargo ahí esta; muchos compañeros del departamento están muy preocupados por ti, intentamos visitarte muchas veces y nunca nos abriste, te mandamos correo y nunca respondiste… mira amigo, tienes mucha gente que te aprecia, y no solo por ser el jodido niño que vivió… te apreciamos por ser como eres, ¿a mí qué diablos me importa que le hayas pateado el culo a Voldemort cuando de tomar un trago en mi casa o en la tuya se trata? ¿Acaso él va a salir de la tumba a servirnos las copas?... ¿acaso ya se te olvido las veces en que me cubriste la espalda y  yo cubrí la tuya salvándonos la vida mutuamente?... mira Harry, no esperes amigos perfectos, porque nunca los hallaras, tampoco esperes que no digamos estupideces de vez en cuando porque tú también las dices ¿y? no pasa nada… Harry, tienes más amigos de los que tú crees y más gente que te quiere de la que te imaginas… y ahora cambiando de tema, también vine por otro asunto, es sobre Malfoy y… -añadió alzando una mano para evitar verse interrumpido ante el gesto de Harry de hablar, que viendo que no tenia opción, volvió a girar el rostro- voy a decirte lo que en realidad pasó esa noche… verás, la tarde de mi despedida de soltero, yo le sugerí a Steve que te hiciéramos enojar hablando sobre Malfoy, que despertara tus celos para ver como reaccionabas, que fue una soberana estupidez, si, lo acepto… pero la verdad es que esa noche en que mi hermano se encontró a Draco Malfoy en tu cocina, no paso nada de lo que te dijo esa noche; todo fue un invento para molestarte, solo  intercambiaron unas palabras de cortesía y nada mas, Malfoy nunca coqueteó con Steve y Steve nunca tocó a Malfoy, todo fue un juego estúpido.

            Harry siguió en la misma actitud, sin decir absolutamente nada y sin mover un músculo, por lo que viendo que no iba a recibir respuesta, Nick se puso de pie.

            -Jessica está muy preocupada y te manda muchos saludos… lo mismo que muchos compañeros, que aun sin saber que estás aquí, siguen esperando que regreses a trabajar; nos vemos Harry y nuevamente te pido una disculpa por nuestro tonto actuar de esa noche, si hubiéramos sabido lo que eso significaba para ti, nunca lo hubiéramos hecho –y sin decir más, salió de la habitación.

            -¿Qué pasó? –preguntó Hermione nerviosa cuando lo vio llegar por el pasillo.

            -Nada, bueno al principio quiso echarme pero no le di oportunidad… la verdad no se qué pensar, lo vi muy mal –respondio con semblante preocupado también- ¿Qué pasará ahora que lo den de alta?

            -Lo llevaré a mi casa.

            -¿Y él está de acuerdo?

            -Claro que no, pero sería demasiado peligroso dejarlo solo otra vez.

            -Me gustaría poder visitarlo de nuevo.

            -Y a mí me gustaría verlo –dijo Jessica- aunque creo que deberé esperar un poco, me parece que fue demasiado por hoy.

            -Si, creo que si… pero muchas gracias por venir, sé que me comporte muy histérica con ustedes, pero… bueno, ya saben por qué.

            -Si, entiendo y no te preocupes –respondio Jessica palmeándole el hombro.

            -Bueno, nos vamos; hoy tenemos turno nocturno.

            -¿Los dos?

            -Si, aunque estamos en escuadrones distintos, hay un operativo en el que Jessica va a participar.

            -Vaya, mucha suerte.

            -Gracias, nos vemos.

            Cuando Hermione regreso a la habitación, discretamente se asomo para ver que estaba haciendo Harry, pero el moreno solo estaba recostado con los ojos cerrados; así que decidió darle espacio y fue a tomarse un café.

 

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            Como quien detiene un auto; como quien detiene el agua cerrando el grifo o el girar de la rueda de un hámster, o como quien detiene el andar… así de sencillo Harry detuvo sus pensamientos, pues contrario a lo que cualquiera pudiese pensar, él si había escuchado perfectamente lo que Nick había dicho, era solo que cada palabra era potencialmente una avalancha que amenazaba con asfixiarlo si le daba el menor chance, por lo que simplemente evitó pensar.

            Una hora después, Hermione entró encontrándolo dormido.

           

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            Dos días después, Hermione firmaba el alta de Harry.

            -Bien, de todos modos quedara un ingreso abierto al área psiquiátrica cuando lo necesite –dijo el doctor estrechándole la mano.

            -Gracias.

            Cuando fue a verlo, lo encontró  ya vestido con la ropa que ella le había llevado.

            -¿Listo?

            -Si.

            Cuando llegaron a la casa, Hermione le mostro la que sería su habitación.

            -Ya sabes que esta es tu casa, siéntete cómodo; voy a preparar la comida y te llamo cuando sea hora ¿vale?

            -Si, gracias.    

            Cuando quedó solo, Harry fue hasta la ventana y la abrió percibiendo el fresco aire del medio día y recargó las manos en el marco viendo el sencillo y pequeño jardín; se le pasó el tiempo viendo el bailar de las hojas secas movidas por el viento. Llego la hora de comer y bajó en cuanto Hermione lo llamo, comió sin ningún problema ante la mirada atenta de su amiga, luego subió diciendo que iba a tomar una siesta.

            Pero lo que menos pensaba era en dormir, pues en cuanto cerró la puerta, volvió a la ventana… era impostergable… sabia que ese momento iba a llegar, que  tarde o temprano tenía que reflexionar en las palabras que le había dicho Nick, y aunque le había dicho bastantes cosas, solo una hacia que su cerebro se negara a dejarse llevar por el acostumbrado sopor que lo embargaba desde hacia tanto tiempo.

            -Todo fue mentira… una broma… -aspiro aire y lo exhalo lentamente- no paso nada, nunca hicieron nada…

            Se tocó el pecho con una mano estrujando su camiseta, pues sentía que algo estaba a punto de estallarle, algo así como una bomba de vergüenza explotándole en la cara.

            -Soy un monstruo… ahora lo confirmo… -pensó mordiéndose el labio inferior al tiempo que cerraba los ojos con fuerza- soy un monstruo, un monstruo, un monstruo…

            Quería llorar pero sentía vergüenza de hacerlo, vergüenza consigo mismo y con alguien muy en especial… siempre supo que había actuado como un verdadero enfermo, que el trato que le había dado a Draco esa noche había sido bárbaro y sin justificación;  pero ahora, al saber que su detonante había sido una mentira, hacia que se sintiera un ser miserable, más de lo que ya se sentía, lo peor era que ahora que físicamente estaba ya mas recuperado, las sensaciones volvían en todo su apogeo.

 

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