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MÍO por Orseth

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Notas del capitulo:

HOLIS HOLIS!!!

SORRY X LA TARDANZA, AQUI ESTO DE NUEVO ^^

BESOS!!!

.

 

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            -Estaríamos a mano… -pensó sonriendo con amargura- no, no a mano… -corrigió- le seguiría debiendo pues yo lo obligué no una… sino muchas veces…

            Suspiró desolado imaginando la repugnancia que debió haber sentido el rubio cada vez que era tocado por él.

            -Claro… con razón imaginaba que yo era otra persona… ¿a quién imaginabas Draco?

            Sacudió la cabeza sabiendo que pensar eso no tenía sentido, quien o quienes ocupaban la mente del rubio al hacer el amor no importaba… a fin de cuentas nunca había sido él.

            -Nunca fui yo… -pensó esbozando una sonrisa que más bien era una mueca- cuando pedía más, no era a mí… nunca he sido yo… en ninguna parte, nunca he sido yo…

 

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            -Buenos días señor Potter –saludó el señor Thomas no pudiendo evitar sentirse nervioso ante el auror que tomaba asiento frente a él después de darle la mano.

            -Buenos días señor Rumsfeld.

            -Permítame… -dijo el viejo mago alzando la varita haciendo que las cortinillas sobre los cuadros aparecieran- también son a prueba de ruido.

            -Eso es bueno.

            -No importa cuál sea su respuesta, de todos modos este asunto es privado.

            Harry solo asintió y miró al anciano, que aunque tranquilo, lo miraba curioso.

            -Acepto el trato.

            -¡Oh vaya! –exclamó agradablemente sorprendido, pues realmente pensó que Harry Potter se iba a negar.

            -Obviamente tengo mis condiciones.

            -Claro, claro, lo mismo que nosotros; mire, mi colega el señor Tisdale tuvo que salir a una diligencia de trabajo, pero ¿Qué le parece si arreglamos todo eso en una cena, le parece bien el viernes?

            -¿Este viernes?

            -Si.

            -Me parece bien.

            -Bueno, entonces tome –dijo sacando una bolsita de terciopelo rojo de su cajón- es un traslador que se activará a las 11:00 pm en punto, lo llevará al lugar de la reunión.

            -¿En donde será?

            -Mi querido joven, por ahora no hay necesidad de saber el lugar; sin embargo tenga la tranquilidad de que es un sitio seguro.

            -Claro –dijo mirando la bolsita- entonces hasta el viernes.           

            -Hasta el viernes –respondio el presidente del Wizengamot estrechándole la mano.

 

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            El resto de la semana pasó tranquilo, con su fachada de “todo está bien”; iba por Hermione a comer, luego regresaba a casa a preparar la cena para cuando su amiga llegara… Hermione no merecía preocuparse tanto por él, por eso la complacía ya comiendo mejor, platicando trivialidades y viendo TV después de cenar; es fácil aparentar si con eso dejan de fastidiar.

            -¡Por fin es viernes! –Exclamó agradeciendo con un gesto al camarero cuando termino de servirles los platillos- Harry ¿te gustaría ir al cine cuando salga de trabajar?

            -Claro ¿a qué hora quieres que venga? –preguntó olisqueando la crema de champiñones que había pedido.

            -A las 6:00 pm, podemos ir al cine y luego ir a cenar ¿Qué te parece?

            -Me parece perfecto ¿Qué película quieres ver?

            -Una de accion que estan a punto de quitar, espero que aun la encontremos.

            -De acuerdo –respondio sonriendo para después fijar su atención en su tazón de sopa.

 

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            Siendo las 10:15 pm llegaron a casa con una Hermione muy emocionada.

            -¡Robert Downey Jr! ¡Esta super guapo!

            -No está mal.

            -¡Por supuesto que no está mal! Pero por tu cara tienes a alguien mejor según tú en mente ¿Quién es?

            -Ben Affleck, y más con ese traje tan pegadito de Daredevill.

            -Woow eso no lo puedo negar –respondio desplomándose en el sofá- ¿quieres un café?

            -No gracias, voy a salir.

            -¿Vas a salir? –repitió sorprendida.

            -Sí, tengo ganas de tomar un trago en un bar de chicos, así que no te ofendas si no te invito.

            -¡Oh!... bueno, no me ofendo pero ¿estarás bien?

            -Si mamá –respondio rodando los ojos.

            -Lo siento pero me preocupo ¿con quién iras?

            -¡Hermione! –respondio escandalizado mientras subía a su habitación.

 

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            La sonrisa se borró en cuanto cerró la puerta tras de sí recargándose en ella; aspiro aire y se puso en movimiento, se duchó y busco ropa… un pantalón de vestir negro, con una camisa color vino… no necesitaba más y tampoco es que deseara adornarse mucho, pero su sensualidad innata hizo que su estampa resultara simple y sencillamente arrebatadora aun sin intenciones de serlo y faltando dos minutos para la hora indicada, sacó la bolsita de terciopelo, la abrió y sacó una llave dorada, la observó dándole vuelta entre sus dedos hasta que dieron las 11:00 pm y desapareció.

 

______________________________________________________________.

 

            Cuando Thomas Rumsfeld vio aparecer a Harry en el pequeño vestíbulo de la estancia, no pudo evitar un jadeo de admiración; vio a Harry mirar a su alrededor evidentemente tratando de ubicarse, luego pasar sus dedos por su alborotada cabellera negra que ¡joder, se veía tan suave y sexy!... y ese andar lento que hacia mover sus hombros exudando sensualidad, y esa camisa color vino que resaltaba la palidez de su piel, que no era tan blanca como la de Draco Malfoy,  pero era clara como la de un típico inglés, con dos botones abiertos mostrando el pecho lampiño y los puños arremangados.

            -Esa simpleza lo hace tan endemoniadamente atractivo -musitó Oliver Tisdale a su lado.

            -Opino exactamente lo mismo, amigo mío.

            -Buenas noches –saludo Harry llegando hasta ellos.

            -Buenas noches señor Potter –respondieron al unísono.

            -Adelante, adelante… -dijo Thomas haciéndose a un lado, lo mismo que su colega- pasemos a la mesa.

            Harry vio una amplia estancia elegantemente decorada, con varios ventanales que vestían pesados cortinajes de terciopelo rojo con bordes dorados, muebles de hermosa madera y pinturas muggles en la pared; y en el centro una mesa rectangular con viandas de comida y vino.

            -Adelante señor Potter, tome asiento y sírvase lo que guste.

            -Gracias pero ya cené –respondio tomando asiento en un extremo de la mesa- pero agradecería una copa.

            -Claro –respondio el señor Thomas sentándose en la cabecera y el señor Oliver al otro costado- entiendo que ya haya cenado, es muy tarde para permanecer en ayunas –dijo mientras servía vino en tres copas de cristal pasándole una a Harry.

            -¿Y cómo fue su semana? –preguntó Oliver recibiendo la suya.

            -Genial, gracias ¿podríamos pasar a los puntos del convenio por favor? –pregunto tratando de parecer lo mas cortés posible- ¿y podría regalarme otro trago? –añadió bebiéndose su copa de un tirón.

            Thomas sonrió un tanto comprensivo y le sirvió mas vino.

            -Bueno… -dijo dejando la botella al alcance de Harry- ¿gusta exponer sus puntos primero?

            -Bien ¿en cuánto tiempo saldrá?

            -Denos dos meses, no podemos hacerlo antes, hay que fabricar papeleo y mover gente.

            -Dos meses… -repitió pensativo- de acuerdo… y ustedes no podrán hablar de esta noche con nadie.

            -Lo mismo le pedimos a usted.

            -¿Y para que mierdas querría yo hablar de esto con alguien? –Pensó ocultando su irritación- claro… y tampoco podrán vaciarlo en un pensadero.

            Ante esa petición los viejos pusieron cara de desconsuelo, por lo que Harry añadió:

            -Puede caer en malas manos y aunque ustedes me aseguren que estará bien resguardado, no puedo confiarme a eso; no quiero recuerdos en frascos.

            Los viejos se miraron reticentes y luego Thomas dijo:

            -De acuerdo.

            -Malfoy saldrá ya sin ningún problema con la ley ¿verdad?

            -Así es.

            -Bueno, creo que eso es todo… ¡ah! Y nada de besos ni mamadas.

            -Entiendo lo de los besos y mamadas –dijo el señor Oliver- pero nosotros si podemos mamársela a usted ¿no?... creo que es lo justo.

            -Pues sí, es lo justo.

            -De acuerdo, de acuerdo… -se miraron unos momentos más esperando que alguien añadiera algo, y como ya nadie dijo nada, Thomas continuó- bueno caballeros, entonces alcemos nuestras varitas y hagámoslo.

            Los tres hombres se pusieron de pie  sacando su varita y pronunciaron su voto inquebrantable de silencio y compromiso a la vez; cuando terminaron Thomas miró a Harry para decir:

            -Señor Potter ¿desea algo más de la mesa o gusta pasar ya a la habitación?

            No, pues de “gustar” no gusto, gracias”

            -Pasemos a la habitación.

            -De acuerdo.

 

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            La habitación a la que pasaron estaba cubierta de tapices de flores muy pequeñas, de colores purpuras y blancas; un tocador y una luna de marco estilo barroco de cuerpo entero, más en el fondo había un biombo de figuras orientales y en el centro de la habitación una enorme cama de postes con cortinas de terciopelo purpura sujetadas con cordones dorados;  todo anticuado para el gusto de Harry pero innegablemente costoso y elegante.

            -Siéntase en confianza –dijo el señor Oliver dirigiéndose a otra puerta- nosotros vamos a ponernos cómodos, usted puede hacerlo atrás de ese biombo, ahí encontrará lo necesario y la puerta de allá es el baño.

            -Gracias.

            Sin dejar de mirar entre curioso e incomodo el cuarto, se dirigió al biombo, tras el cual encontró una bata de baño de terciopelo azul marino y unas pantuflas.

            -¿Qué fijación tienen con el terciopelo? –pensó descalzándose un pie con ayuda del otro mientras se desabotonaba la camisa.

            Cuando quedó solo en bóxer se puso la bata y las pantuflas y se quedó ahí sintiéndose cada vez más nervioso; dio un respingo al escuchar la puerta abrirse y cerrarse y las voces de los hombres.

            Miró sus manos y se dio cuenta de que estaban sudorosas y temblorosas.

            -Bueno, que mas da… -pensó tragando saliva- los recuerdos pronto se apagarán.

            Aspirando profundo y exhalando, obligó a sus pies a moverse y a salir de su refugio.

            Los dos hombres conversaban sentados en la cama copa en mano.

            -Señor Potter –exclamó el señor Thomas al verlo salir- permítame decirle que ese color le sienta de maravilla.

            -Gracias.

            Los tres hombres se quedaron en silencio, evidentemente dudosos de quien debería hacer el primer movimiento.

            -A la mierda, yo no tengo porque hacer nada… -pensó el moreno metiendo las manos en los bolsillos.

            Viendo que Harry se había puesto en modo “materia dispuesta” Oliver se levantó y dejó su copa en una mesita y se acercó  a Harry; colocándose frente al moreno comenzó a desatar la cinta de la bata y luego puso sus manos en sus hombros y la hizo caer al suelo; no pudo menos que sonreír ante el cuerpo esbelto que estaba frente a él.

            Harry había recuperado un poco de peso en esas dos semanas y aunque aun estaba delgado, las bellas formas de su cuerpo hacían que ese detalle pasara por alto. Tragó saliva cuando Thomas se posiciono atrás de él poniéndole las manos en la cintura, entonces Oliver se inclinó y le besó un hombro bajando poco a poco hasta llegar a un pezón.

            Thomas besó la espalda aspirando al mismo tiempo el fresco aroma de la piel juvenil.

            -Que suave… -pensó sacando la lengua para lamerla.

            En cuestión de minutos ambos hombres ya lamían, besaban, chupaban y mordisqueaban el cuerpo de Harry, quien solo había atinado a quedarse quieto como una tabla con los brazos un tanto levantados para darles espacio.

            -Relájese señor Potter, está  usted muy tenso –dijo Thomas colando sus pulgares en los calzoncillos de Harry bajándoselos hasta los tobillos, pero más que nada para poder apreciar de primera mano el culo de Harry.

            -Oh Por Merlín… -jadeó al tener frente a sí aquel par de respingonas y redondas nalgas, las cuales tocó con las manos extendidas deleitándose al estrujarlas.

            Oliver en tanto miraba embobado hacia abajo esa área  de rizos negros y el pene, que flácido apuntaba hacia abajo.

            -Esta dormido, pero aun así tiene buen tamaño –dijo tomándolo con una mano- ¿Qué será cuando esté despierto y juguetón?

            -Está en coma, no cuente con ello… -pensó sintiendo la mano caliente del viejo; con horror lo vio hincarse y comenzar a friccionarlo para después metérselo en la boca.

            -¡Ah!...

            -mmm… delicioso… -masculló chupándolo de nuevo.

            Aunque no le gustara, la simple acción puso duro a Harry, quien pacientemente solo se dejaba hacer.

            -¡Por Morgana, Thomas!... ¡Ven a ver de qué tamaño lo tiene ya!

            El anciano se sujeto del brazo de Harry para poder levantarse e ir al frente, en donde maravillado vio el pene de Harry totalmente erecto.

            -Le aviso señor Potter –dijo Oliver sin levantarse- que yo soy pasivo.

            -Pero yo no –exclamó Thomas tomandole sus gafas para quitarlas- tiene unos hermosos ojos de un bello tono verde señor Potter… y sus labios… -dijo tocándolos con los dedos- son delgados y suaves… ¿no quiere reconsiderar el asunto de los besos?

            -NO.

            -Lástima… -dijo besándole el cuello.

            -¡Ah! –gritó alejándose un paso mientras se ponía una mano en el cuello.

            -Perdón, no resistí las ganas de morderlo.

            Y así, ambos hombres parecían turnarse zonas del cuerpo de Harry para acariciarlo; podría decirse que no quedó porción de piel libre de la saliva de los viejos.

            Cuando Oliver se despojo de su bata, Harry deseo que su miopía fuese ceguera total para así no ver los pellejos colgándose de aquel viejo cuerpo. Ya totalmente desnudo, Oliver se dio vuelta y comenzó a restregar sus nalgas contra el pene de Harry.

            -¡Oh si!... ¡estás tan duro!...

            Y al mismo tiempo Thomas pasó el suyo entre las de Harry mientras le susurraba al oído:

            -Sienta todo lo que se va a comer, señor Potter.

            Harry vio al señor Oliver ir por el lubricante, untarse una buena cantidad en la mano y comenzar a prepararse a sí mismo; al menos el viejo tuvo el buen tino de no pedirle a él que lo hiciera, pues definitivamente se hubiera negado en redondo a meter sus dedos en aquel agujero tenebroso.

            -¡Ah!... ¡oh!... –gemía el anciano retorciéndose en la cama con las piernas abiertas.

            Harry no soportó aquel cuadro y se dio vuelta para encontrarse cara a cara con el señor Thomas, quien al ser más bajo que él, alzó la cara para mirarlo intuyendo el porqué de la acción de Harry.

            -Tranquilo… apenas comenzamos ¿quiere otra copa?

            -Sí.

            El señor Thomas sirvió mas vino y dio la copa a Harry, quien la bebió de un solo trago pidiendo más.

            -Por supuesto… -dijo sirviéndole más- su desempeño en el sexo no es el que siempre imaginé, pero es más que obvio que esta noche usted solo esta dejándonos jugar con su cuerpo; no está participando realmente y bueno… no lo puedo culpar; pero aunque nunca llegue a saber cómo Harry Potter hace el amor, me quedará el recuerdo de que yo se lo hice a él.

            -¿Fantasea con eso, señor Thomas? –preguntó recibiendo la copa.

            -Por supuesto ¿Quién no querría cogerse al chico que venció ni más ni menos al mismísimo Voldemort?... ver si es tan pasional en la cama como en la batalla.

            -Me sobrestima –respondió pasando la lengua por los labios para degustar el vino que había quedado en ellos causando un efecto hipnótico en el hombre.

            -Es usted un joven sumamente atractivo ¿Cómo es que sigue soltero?... es mas ¿Cómo es que se conformó con un mortífago pudiendo tener a cualquiera, si me permite preguntarlo?

            -Como ya le dije, me sobrestima… -respondio dándole la copa para un trago mas.

            -¿Pretende usted embriagarse, señor Potter? –dijo sirviéndole más vino.

            -Usted tiene la culpa por tener gustos tan caros y de buena calidad, su vino es excelente.

            -Pues sí, pero no solo mi vino es caro y de buena calidad… usted es un lujo muy costoso, créame.

            -¿Por qué? ¿Acaso el presidente del Wizengamot no tiene tanto poder?

            -No tanto como para tener las cosas con solo desearlas –respondio sonriendo ante el sarcasmo simple de Harry- usando medios convencionales jamás hubiera podido sacar a Draco Malfoy de prisión, ese asunto está concluido; asesinó a personas, fue juzgado y condenado; soy el presidente del Wizengamot, pero todo esto me saldrá en miles y miles de galeones.

            -Miles que yo hubiese podido pagar.

            -Oh mi joven amigo, eso lo sé muy bien; también se que con todo ese oro que voy a gastar podría comprarme un burdel entero.

            -Oh gracias por hacerme saber que soy el puto más caro de Gran Bretaña, es un honor saberlo.

            -¡Oh no, disculpe si lo ofendí! –Respondio riendo- perdóneme de verdad, esa no era mi intención, ni mucho menos lo que mis palaras querían decir.

            -Que consuelo, gracias –dijo dando otro sorbo a su copa.

            -Yo quiero decir que es todo lo contrario señor Potter, yo quería decir que ni con todo ese oro hubiese podido tenerlo a usted en  mi cama… solo que no supe expresarme; créame, con todo lo corrupto que puedo ser, puedo darme cuenta de ciertas cosas.

            -¿Ah sí? ¿Cómo cuales?

 

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