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MÍO por Orseth

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            Harry apretó los labios, soltó el tenedor y se puso de pie.

            -¡Ah! ¿Vas a huir? ¿Cómo siempre?

            -Claro que no –dijo el siguiendo su camino a su cuarto seguido por ella.

            -¡Claro que si, escapas todo el tiempo! O ¿a que le llamas tomar una sobredosis de pastillas y cortarte las venas en la bañera?

            -¡Cállate! ¡Ni siquiera sabes de lo que hablas!

            -¡Porque tú no me lo dices! –Exclamó  tomándolo de un brazo haciéndolo girar para mirarlo a la cara- Harry por favor… habla conmigo…

            -No –respondio soltándose.

 

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            Era mala idea, lo supo desde el inicio, pero por llevar la fiesta en paz había accedido, pero ahora era tiempo de volver a casa.

            -Harry, por favor, quédate –suplicó una vez más al verlo empacar sus cosas.

            -Necesito mi espacio, tú necesitas el tuyo… estaré bien –respondio cerrando su baúl.

            -Harry, Emily ha estado al tanto de todo, por favor, si solo hablaras con ella…

            -¿Has estado hablándole de mi? –preguntó incrédulo.

            -Sí –respondio firme- lo he hecho.

            Harry se sintió enojado, traicionado y ofendido, sin embargo sabía que Hermione no lo había hecho por atacarlo… no era tan ciego como para no ver los motivos de su amiga, ella estaba preocupada… ¿Por qué? Eso era algo que no sabía, él no era tan valioso como para que ella diera tanto de si por él; pero podía ver el sufrimiento de ella… así  que respiró hondo mientras le ponía las manos en los hombros.

            -Por favor… sé que estás preocupada, pero déjame respirar; no quiero discutir contigo, solo quiero tranquilidad.

            -Y lo entiendo Harry –dijo tomándolo de las manos- pero es hora de aceptar que tú solo no puedes.

            -Si puedo… así que regresaré a casa, y para tu tranquilidad podrás ir cuando quieras, cero barreras.

            Hermione lo vio tan decidido que solo exhaló un suspiro diciendo:

            -Promételo… promete que no pondrás barreras y que cuando sientas que no puedes mas, me llamarás… promételo.

            -Lo prometo –respondio besándole una mejilla y después tomando su baúl- nos vemos luego y gracias por todo.

 

________________________________________________________________.

 

            Cuando llegó a su casa, Tombo apareció saltando emocionado.

            -¡Amo Harry, amo Harry! ¡Por fin regresó!

            -Sí Tombo, sube mi baúl por favor.

            -¡En seguida amo!

            Harry llegó hasta el sofá y se desplomó  en el cerrando los ojos… se sentía tan cansado…

            -Solo quiero…

            -Amo Harry ¿quiere que le prepare uno de sus platillos favoritos? –dijo Tombo apareciendo a su lado.

            -No, no tengo hambre –dijo jalando un cojín y acomodándoselo de almohada- voy a dormir un rato.

            -Si amo.

 

______________________________________________________________________.

 

            -¡Solo son unos malditos guantes! –Gritó a través de la pesada puerta de madera- ¡no pido más, solo unos guantes!

            -Ya, ya… aquí están, deja de chillar como cerdo en el matadero –dijo el auror metiendo su plato pero con los guantes dentro de la sopa.

            -Hijo de puta… -masculló sacándolos chorreando del tazón.

            Los exprimió y los puso en la ventana cuidando de que no cayeran del otro lado… ¡Cuánto añoraba el calor! Fuera el del sol o el del sofá frente a la TV o el de la cama, o al menos el de unos brazos en la madrugada…

            -Creo que ya alucino… -pensó sentándose en el suelo para recibir el débil rayo de sol- ya estoy deseando que Tombo me abrace.

 

_________________________________________________________________________.

 

            No soportando el asfixiante espacio de su casa, Harry salió a dar un paseo, sus pasos lo llevaron a un parque solitario en donde se sentó en el pasto recargándose en un árbol a ver las hojas de los otros árboles mecerse suavemente con la brisa del mediodía.

            -Hola ¿interrumpo? Yo creo que no –dijo Nick sentándose junto a él.

            Harry quedo boquiabierto de la sorpresa y contrariado a la vez, pues su momento de paz y soledad fue interrumpido abruptamente sin ninguna consideración.

            -Nick… -dijo pensando en cómo deshacerse de él.

            -Ni intentes deshacerte de mí –dijo el auror cruzándose de brazos mirando cómodamente a unos niños correr a los lejos con un perro- la verdad es  que fui a visitarte y te vi saliendo de tu casa.

            -¿Hermione te aviso? –preguntó un tanto molesto.

            -Si, me dijo que ya no estabas en su casa y me dieron ganas de saludarte.

            -Sí como no… mira, yo aprecio a Hermione pero ya me está molestando que tenga a todos tras mío, como si necesitara una nana.

            -Pues mira viejo, me dijo que cuando pudiera visitarte lo hiciera y aunque su nota me llego hace apenas un par de horas, aproveché que hoy tengo un día libre, porque habrías de ver que estamos ahogados en maldito trabajo…

            -Ah…

            Nick giro el rostro para mirarlo y lo vio observando fijamente el paisaje.

            -La verdad yo pensé que estarías más tiempo en su casa… ¿se enojaron?

            -No.

            -Si, ya sé que qué me importa pero se me hace extraño que te haya dejar ir así como así, aunque conociéndote creo que no tuvo opción.

            Harry suspiro pensando en que otro lugar podría estar solo sin que nadie lo siguiera.

            -Harry ¿estás enamorado de Malfoy? -Harry se giro para verlo entre sorprendido, enojado y quien sabe que mas sentimientos que simplemente se le atoraron en la garganta- ¿Qué? ¿Pregunte algo malo? –dijo Nick alzándose de hombros y fijando su mirada en los mismos niños.

            Harry fijo su vista al mismo punto que él y dijo:

            -Sí y no.

            -Vaya… si estás enamorado de Malfoy y no pregunte nada malo… pero das la impresión de que si ¿Por qué?

            -¿preguntas porque? ¿Acaso no ves la situación? –exclamó sincerándose de repente, sorprendiéndose él mismo de eso.

            -Harry, la noche de mi despedida tu amiga me dijo que le diste una tremenda golpiza a Malfoy… ¿fue por nuestra culpa? –preguntó mirándolo.

            -No… todo fue culpa mía –respondio mirando adelante.

            Nick supo interpretar la respuesta, por lo que exhalando un suspiro volvió a mirar al frente.

            -Lamento tanto esa estupidez…

            -No, yo lo hubiera hecho tarde o temprano… estaba loco.

            -No, si eso lo sé bien… pero nosotros lo desencadenamos… oye Harry ¿tu enviaste a Malfoy a Azkaban o él se regreso solo?

            Harry inclino la cabeza mordiéndose los labios, pues era curioso que alguien, y precisamente un auror le preguntara eso, pues todos dieron por sentado que Draco quiso escapar.

            -El no quiso escapar… solo se quitó su dispositivo para que los aurores fueran por él.

            -Ya veo.

            -Y bueno ¿Qué esperas? –dijo Harry dándole un vistazo y mirando de nuevo a los niños.

            -¿Qué espero de qué?

            -Para el rollo mareador del porque me enamore de Malfoy.

            -¿Eso esperas? –Respondio mirándolo con una ligera sonrisa- ¿Qué te critique por enamorarte de un mortífago?

            Harry suspiro en respuesta.

            -Harry, Hermione me explico lo de Malfoy… me conto como fue en la escuela y todo eso, me dijo lo de la torre de astronomía y lo de tu testimonio en su juicio; me dijo que fue coaccionado para asesinar a esos muggles y bueno… aunque el tipo no  sea santo de mi devoción, acepto que tu criterio en ese aspecto puede ser el más acertado pues conociste los hechos de primera mano, no así los del Wizengamot; así que aunque no me consta que Malfoy no merezca estar en prisión, creo que merece el beneficio de la duda; así que creo que te enamoraste porque sabes que no fue un verdadero seguidor de Voldemort.

            -¿Y si lo fuera?

            -¡Ay Harry! –Exclamó rodando los ojos- bastante tienes con hechos reales ¿para qué meterte en mas pedos mentales elucubrando en situaciones hipotéticas?

            Harry sonrió ante ese hecho muy cierto.

            -Si ¿verdad?

            -A veces me pregunto cómo venciste a Voldemort… tienes caca en la cabeza.

            Harry comenzó a reír mas fuerte haciendo que Nick comenzara a reír también.

            -Lo trate muy mal… -dijo al fin calmando poco a poco su risa.

            -¿Y por qué?

            -No se… yo… estaba celoso, celoso de que viera a alguien mas que no fuera yo.

            -Esa es la consecuencia del problema, no el origen… ¿Por qué eres tan tremendamente celoso y obsesivo?... ¿te molestaba que Malfoy solo estuviera contigo por conveniencia?

            -Si… eso justamente.

            -Eso no es todo… tu guardas más cosas que el bolso de una mujer.

            -¿Tanto así? –pregunto sonriendo débilmente.

            -Ajá, tanto así… tu cambiaste mucho hace tiempo.

            -No es cierto.

            -Claro que si… ¿Qué te pasa Harry?

            Harry se alzo de hombros como única respuesta.

            -Lo peor de todo… -dijo después de unos momentos de silencio- es que yo estoy aquí, muy cómodo mientras…

            -Mientras él está en una celda –completo Nick.

            -Si.

            -Harry déjame decirte algo… ¿un cigarro? –ofreció sacando una cajetilla de su bolsillo.

            -Si gracias.

            -Tú no lo metiste en prisión.

            -Si, eso lo sé muy bien… sé que yo no fui pero soy responsable de que ahora lo esté.

            -Harry –exclamó Nick moviéndose de tal manera que quedo sentando de lado para poder mirarlo- puedo entender que ahora te sientas responsable de que este en una celda fría y sucia en vez de estar muy cómodo en tu casa, pero debes entender algo… TU NO LO ENVIASTE A PRISION –recalcó el auror como quien le habla a un niño pequeño.

            -Ya lo sé.

            -Si, pero no lo aceptas; mira Harry… aceptando el hecho de que fue una injusticia lo de Malfoy, quien lo envió a prisión fueron… no sé, Voldemort; fueron hasta las malas elecciones de sus padres si tu quieres, fueron los mortífagos con los que quedó prisionero, sea lo que haya sido, tú no eres responsable de él –dijo ya hincándose frente a Harry dándose cuenta de cuánto le pesaba esa situación al moreno- intentas resolverle la vida a otra persona como si tú fueras el culpable de su mala suerte y déjame decirte que cualquiera que te diga lo contrario es un completo y soberano imbécil.

            -Es que no sabes todo… -dijo negando suavemente con la cabeza.

            -¿Saber qué?... ¿Qué fuiste un bastardo con él o una magnifica persona?... eso no me interesa, lo  que me interesa es que comprendas que tú no eres responsable de la vida de otras personas… Harry, nadie lo es; se es responsable cuando es tu hijo o es un niño que está aprendiendo a vivir, pero al final también son sus propias elecciones las que determinan su vida.

            -Pues si… -musitó suspirando.

            -A ver… -exclamó Nick rodando los ojos- tu tuviste la opción de mandar a todos a la mierda con ese asunto de Voldemort ¿pero lo hiciste?

            -Pues no.

            -Exacto… y tenias los ojos de toda la sociedad mágica en ti, no estuve cerca de ti ni me imagino como debió ser toda esa mierda pero pudiste irte y desaparecer… y no lo hiciste; al final podemos elegir Harry, no cargues con pecados que no son tuyos -Harry trago el odioso nudo que se le había formado en la garganta -Cargas el peso del mundo en tus hombros… por eso te pesa tanto la vida.

            Lagrimas cristalinas corrieron libres por las mejillas de Harry, quien hipando  suavemente ni siquiera intento ocultarlas.

            -Pero tú tienes algo mas… -dijo Nick viéndolo- a ti te está matando no solo el asunto de Malfoy.

            Harry negó con la cabeza sin poder emitir más que suaves hipidos.

            -Harry ¿Qué pasa? –preguntó sintiéndose angustiado al ver que el chico prácticamente se ahogaba en su propio dolor.

            -Na-nada…

            -Harry… -insistió poniendole una mano en el hombro- basta ya… lo que cargas es muy pesado ¿Por qué no permites que alguien te ayude a cargarlo?

            Harry ya no pudo mas, inclinó la cabeza y comenzó a llorar con más fuerza mientras Nick lo atraía a su hombro.

            -Vamos… -dijo con su mano en la cabeza de Harry- no estás solo… ¿Por qué no aceptas que no estás solo?

            Harry terminó aferrándose a Nick en un llanto fuerte y desgarrador, un llanto que parecía tan doloroso que su compañero ya no dijo nada, simplemente lo dejo desahogarse.

            Después de un rato, Harry se separó sintiéndose apenado, pero también un tanto aliviado.

            -Lo siento… -dijo sorbiendo la nariz mientras aparecía un pañuelo con su varita.

            -No hay porque… oye Harry, no te diré que vayas con un psicomago ni nada de esa mierda, solo te diré que cuando quieras hablar de algo, de lo que sea, puedes hablarme… mira, sé que hay cosas que no se le pueden contar a una chica, lo digo por tu amiga; por eso cuenta conmigo.

            -Gracias…

            -Y la próxima vez que desees asesinarte, también llámame, yo podría hacerlo por ti y aplicarte un Avada Kedavra por idiota.

            Harry se quedó con la boca abierta al escuchar a Nick hablar de eso tan a la ligera que solo pudo sonreír para terminar carcajeándose en el pasto junto al auror.

            -¡Que imbécil! –dijo después de un rato.

            -¿Tú?... si, ya lo sabía –respondio Nick desparramado en el pasto.

            -¡No, tú!

            Rieron unos instantes más y luego se quedaron callados.

            -Gracias –dijo al fin.

            -De nada… como ves no solo sirvo para aprovecharme de tu nombre… que yo lo cambiaría por “El niño que vivió para ser un idiota”

            Cuando Harry escuchó eso, la sonrisa se le borro automáticamente.

            -¿Qué pasa, la cagué? –preguntó Nick notándolo.

            -No… no, es solo…

            -Vamos Harry, no estoy ciego como tú, yo no uso gafas.

            Curiosamente Harry no sintió tanta reticencia con Nick para hablar de eso.

            -Es que Draco solía decirme ese tipo de cosas.

            -Ya veo… y te lo recordé.

            -Ajá.

            -Mira viejo… no me gusta verte con cara de pantufla todo el santo día ¿Qué te parece si hacemos algo al respecto?

            -¿Hacerme cirugía?

            -No idiota… -respondio sonriendo al verlo recuperar un poco de humor- ni eso te ayudaría; yo digo otra cosa, mira, es un hecho que Malfoy ya no saldrá de prisión ¿cierto?

            -Cierto.

            -Bueno y ya que no puede estar en tu casa recibiendo las mejores atenciones ¿Por qué no haces arreglos para que los tenga allá?... cierto que no podrán ser muchas cosas, pero de algo servirá, al menos para que no coma la mierda que dan ahí.

            Harry alzó ambas cejas, pues en su drama existencial jamás se le ocurrió eso.

            -Si, tienes razón.

            -¿Ya ves como si eres idiota? No sé como sobreviviste a Voldemort –concluyo Nick poniéndose de pie y dándole una mano- ven, tengo hambre y estoy seguro que con tus crisis existenciales ni siquiera has comido.

            Harry la recibió y se puso de pie también dándose cuenta de que sí tenía hambre.

 

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            Sollozó con más fuerza… estaba asustado, muy asustado, sus manos ya habían cambiado de color.

            -Voy a perder mis manos, voy a perder mis manos… los guantes ya no me sirven de nada… ¡Merlín, seguro que voy a perder mis manos!....

            Ya no solo era el dolor, ahora la angustia de perder sus extremidades hacían peor su estancia en ese horrendo logar.

            -Por favor, necesito un medimago… -musitó levantándose de la cama de piedra y tomando su taza de latón.

            -¡Necesito un medimago! –Gritó golpeando la puerta con ella soportando el dolor que eso le acarreaba a su mano- ¡Por favor, necesito tratamiento para mis manos!

            Paso un buen rato gritando hasta que un auror llegó al fin.

            -¡Deja de gritar, maldito mortífago de mierda! –exclamó fastidiado pateando la puerta, algo que no amilanó a Draco, pues su desesperación era mas grande.

            -¡Por favor, necesito al medimago, los guantes no son suficientes, mis manos…!

            -Me importan un pito tus manos Malfoy –interrumpió el hombre- por mi se te pueden caer con todo y brazos; ya recibiste tratamiento, ya tienes tus malditos guantes ¿no querías eso?

            -Pero…

            -No creas que por haber sido la perra de El elegido tienes privilegios; aquí te jodes como los demás –concluyó dándose la vuelta.

            -¡No, no se vaya! ¡Necesito medicina para mis manos!... necesito… algo… para mis manos… -balbuceó entre sollozos cayendo de rodillas al suelo- por favor… por favor……

            En su ingreso anterior eso no había alcanzado a sucederle con todo y que había estado mucho más tiempo que ahora, sin embargo ya llevaba la enfermedad en su memoria celular y sus consecuencias se habían manifestado más rápido.

            Dormitando a ratos vio llegar el amanecer, más agotado que nada; con la luz del día vio también su miseria y recordando las palabras de Harry comenzó a llorar suavemente, porque el moreno había tenido mucha razón al decir que si no hubiera sido con él, se hubiera ido con cualquiera con tal de salir de ese infierno.

 

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