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MÍO por Orseth

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            -Veamos… -pensó mirando en los tableros un sinfín de destinos decidiéndose por lo más rápido, preguntar en una ventanilla- disculpe ¿a qué hora es la activación de trasladores a Francia? La verdad no tengo un horario de salida, pero si me da los más próximos se lo agradeceré, y también en que salida por favor.

            -Claro, permítame –respondio la señorita tecleando en su computador- bueno señor, la única salida que había para este día se activo hace una hora.

            -¿Una… hora? –repitió sintiendo un hueco en el estomago- ¿está segura?

            -Si señor Potter –respondio la chica viendo su cicatriz mientras sonreía coqueta.

            -¿No hay otra salida?

            -No, por lo menos no este día.

            -eee… yo… -balbuceó sin saber muy bien qué hacer con el cúmulo de emociones aplastantes que estaba sintiendo.

            -¿Se siente bien? Esta muy pálido.

            -Si, estoy bien… dígame ¿había un pasajero de nombre Draco Malfoy?

            -¿Un Malfoy?... déjeme ver –respondio tecleando de nuevo- si señor Potter, había un pasajero con ese nombre.

            -Entonces activó su traslador.

            -Sí.

            -Ya veo.

            Sin siquiera dar las gracias, se alejó con paso lento y arrastrado hasta unas bancas en donde se desplomó mirando el transitar de los magos y brujas que llevaban sus maletas en carritos o simplemente jalándolos de su manija.

            No había otro chance… sabia que esa había sido su última oportunidad, porque no tenía ni tendría jamás, la energía de buscarlo hasta allá.

            -Bueno… -pensó aspirando profundo para no hacer el papelón de un patético lloriqueo… pero que difícil era intentar contener el llanto y mantener la compostura cuando no es el lugar correcto, pero que sin embargo lo único que se desea es liberar el alma con un grito.

            Sintiendo que aplastaba su alma con un enorme puño, pudo mantener las lágrimas a raya mientras se ponía de pie.

            -Es hora de regresar a casa… -pensó dirigiéndose a la salida.

 

____________________________________

 

 

            Cuando salió por lo que era la salida, metió las manos en sus bolsillos sabiendo que ya no corría ninguna
prisa.

            -¿Qué haré?... tal vez un viaje en motocicleta me despeje la cabeza… ¡ah sí! Ya no tengo motocicleta… -pensó sonriendo irónico.

            Entonces se quedó de una pieza al ver, sentado en la banqueta a un hombre que era reñido por un policía.

            -Oiga, no puede sentarse ahí, obstruye el paso de las personas.

            Un hombre rubio.

            -¡Ni que pesara una tonelada para no dejarlos pasar! –respondio el rubio molesto mientras se ponía de pie, tomaba su valija y se daba la vuelta para encontrarse directamente con un hombre de melena alborotada y gafas que lo miraba boquiabierto.

            -¿Potter?

            -¿Malfoy?

            -Señor…

            -¡Ya, ya me voy!... con un carajo… -exclamó comenzando a caminar mientras su cara se ponía roja.

            El asunto era que nunca jamás, en toda su vida, espero ver ahí,  nada más y nada menos que a Harry Potter; sin embargo sus pasos lo dirigieron hasta él, quien tampoco dijo nada al tenerlo frente a frente.

            -Draco… ¿Qué haces aquí?

            -No Potter ¿tú qué haces aquí?... se supone que este es un aeropuerto y yo voy a viajar, ¿pero tú? ¿Tú que pitos tocas aquí?

            -Pero tu viaje era hoy y ya salió ¿Por qué estás aquí todavía?

            Esta vez Draco se quedó sin palabras, por lo que sujetando fuertemente su valija, resopló y comenzó a caminar siendo seguido por Harry.

            -Draco…

            -No quiero hablar –dijo sin volverse.

            -Pero…

            -¡No aquí, al menos! –interrumpió volviéndose de repente.

            -Bueno… pero ¿Dónde entonces?

            -¿Y quien dijo que quería hablar contigo? –respondio de forma un tanto agresiva.

            -¿Por qué estás tan enojado?... ¿Por qué perdiste tu vuelo? –pregunto Harry al verlo todo sonrojado y mirándolo con furia.

            -¡No tarado! –Respondio girándose de nuevo y caminando otra vez hasta llegar a un jardín desierto- y bien… -dijo deteniéndose en una enorme jardinera que albergaba un hermoso pino y arbustos alrededor fijándose que no hubiera nadie mas- ¿Qué haces aquí?

            Ahí fue como que Harry reaccionó y verlo en esa actitud tan enojada y agresiva le hizo replantearse lo que le había dicho Hermione.

            -Seguro se equivocó… -pensó con desconsuelo mientras metía de nueva cuenta las manos en los bolsillos- él nunca podría…

            -¿Y bien? –insistió el rubio cruzándose de brazos.

            -Nada.

            -¿Nada? ¿De qué hablas?

            -Qué me equivoqué al venir aquí… tenía una idea tonta metida en la cabeza, pero solo era eso… una idea estúpida; me voy, que tengas buen viaje –dijo sonriendo débilmente y dándose la vuelta.

            -¿Qué idea?

            -¿mmm?

            -Te pregunto, que qué idea era esa.

            Harry se giró para verlo y se dio cuenta de que la actitud de Draco había cambiado, o al menos su mirada ya no era la misma y sus brazos estaban a cada lado de su cuerpo.

            -¿Acaso importa?

            -¿Por qué no?... digo, solo quisiera saber… -respondio alzándose de hombros como no queriendo la cosa.

            Harry lo observo un momento para luego soltar:

            -¿Perdiste tu turno para viajar?... ¿Cómo es que alguien tan meticuloso como tú pierde su viaje?

            -Eso no te interesa, yo pregunté primero –respondo alzando la barbilla y cruzándose de brazos otra vez.

            Esta vez Harry sonrió al ver que su conversación era absurda y que el tiempo ya no estaba pisándole los talones, por lo que sentándose en la jardinera recargó sus manos a cada lado de sus piernas y lo miró fijamente unos segundos hasta verlo sonrojarse de nuevo.

            ¿Sonrojarse de nuevo?... ese no era el Malfoy que se sonrojaba con facilidad.

            -Si te lo digo ¿me dices que paso con tu viaje? –dijo con simpleza… pensando en que mas daba decir lo que había ido a decir si tenía a ese hombre frente a si… acaso ¿no era eso lo que había ido a buscar? ¿Una simple oportunidad de ser escuchado?... en ese punto ya no importaba la respuesta de Draco, lo que importaba ahora era sacarse ese sentimiento del pecho o terminaría ahogándose con él.

            -Puede ser.

            -Bueno… -dijo mirando al frente y luego al cielo, viendo las nubes flotar perezosas dejando ver un cielo despejado- vine… a buscarte.

            -¿A buscarme? –repitió sintiendo un calor abrazador en sus mejillas y un golpeteo enloquecido en su pecho- ¿y para qué?... no te debo nada ¿o sí?

            -¿Por qué piensas eso? –dijo mirándolo.

            -Pues… no sé, solo se me ocurrió… pero si no es eso ¿entonces?

            -Vine… mmm… ¿Cómo decirlo? –murmuró como hablando consigo mismo mientras cruzaba un brazo para recargar su codo en él y sujetarse la barbilla en actitud pensativa.

            -Pues no sé, solo dilo –exclamó frunciendo el ceño.

            Harry miró al cielo de nuevo mientras sus labios se abrían para susurrar un casi inaudible:

            -Te quiero…

            -¿Qué? –exclamó creyendo haber oído mal mientras un tumulto de emociones se arremolinaban en su pecho y estomago.

            -Sé que te parecerá absurdo y que me mandarás al diablo… -continuo Harry mirando al piso y luego a él para decir: -pero te amo… te quiero como nunca pensé querer a nadie… que me arrepiento de todo el daño que te hice, y… y bueno, eso es todo –concluyó sonriendo y encogiéndose de hombros.

            Pero al cabo de unos segundos en los que Draco solo lo miraba como ido, borro su sonrisa para mirar al frente de nuevo y decir con voz desalentada:

            -Bueno… eso era todo lo que tenía que decir, creo que es hora de irme.

            Y sin más, se levantó y metiendo sus manos en los bolsillos comenzó a alejarse de ahí.

 

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            Era imposible… una broma cruel… ¿o una alucinación quizá?.... pero no, había escuchado muy claro lo que Harry acababa de decirle.

            -¿Me ama?... ¿Potter acaba de decirme que me quiere?...

            Sintiendo que el mundo se derrumbaba con cada paso que daba, Harry suspiro sintiendo que ya no podía llorar más, que eso ultimo había acabado con lo que quedaba de corazón.

            -Pero está bien… -pensó apretando los puños dentro de sus bolsillos- era lo que necesitaba.

            -¡Potter! -Cuando se volvió a ver el porqué del grito de Draco, se sorprendió al verlo con los ojos anegados de lagrimas- ¡ven acá inmediatamente, tremendo hijo de puta!

            Abrió la boca sorprendido al verlo acercarse jalando su valija y darle tremendo bofetón que mando sus gafas a volar.

            -¿¡P-pero qué…?!

            -¿¡Como te atreves a decirme que me quieres y después largarte como si nada?!

            Sobándose la ardiente mejilla, miró sorprendido como las lágrimas corrían por el rostro de Draco.

            -¿Qué te pasa?... me estoy yendo como quieres ¿no?

            -Eres un completo imbécil…

            -¿Qué sucede, porque lloras?

            Pero esa pregunta no podía responderla ni él mismo, pues una avalancha de sentimientos habían roto un dique construido con tanta negación y que un simple empujón había bastado para romperlo dando paso a algo que había tenido tanto miedo de escuchar.

            -Draco… -dijo Harry preocupado al verlo hipar tan angustiosamente dando la impresión de ahogarse.

            -¡Aléjate! –Balbuceó dando un manotazo haciendo a Harry alzar ambas cejas confundido- ¡oh por Merlín!

            ¿Porqué lloraba?... buena pregunta; él, que siempre se jactaba de lo endurecido que estaba, de lo cínico que era, de lo curtido de su alma… se daba cuenta de cuánto había ansiado escuchar aquellas palabras.

            -No puede ser… -balbuceó poniéndose una mano en la cara y otra en la cintura.

            Y es que aunque ya había reconocido que lo que sentía por Harry Potter no era precisamente odio, el haber escuchado aquello, le hizo ver cuánto ansiaba oírlo, cuanto ansiaba saberlo, cuanto ansiaba aquello… que las palabras de amor de Harry era lo que necesitaba para sentirse completo… y darse cuenta de ello le asustó a tal punto que las lagrimas fluyeron sin que lo pudiese evitar.

            -Draco… -dijo Harry poniéndole una mano en el hombro.

            -Te… te odio… maldito cuatro ojos… -exclamó sin descubrirse la cara.

            -Eso ya lo sabía… -respondio Harry increíblemente sereno- por eso te estoy dejando en paz- concluyó quitando su mano.

            Mano que fue retenida por la de Draco sorprendiéndolo.

            -No… -musito Draco sin soltar su mano y quitando la que tenía en su cara para mirarlo a los ojos- no te vayas.

           

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            Tal vez era una maldita broma de Potter o tal vez  no… pero ya no importaba, lo único que necesitaba en ese momento era sacar lo que lo estaba matando, y eso, era que desde hacía mucho ¿en qué momento? Ni idea… pero desde hacía mucho se había enamorado de Harry Potter y no se había dado cuenta, pero ahora que ya lo sabía, no podía callarlo más, aunque después Potter estallara en carcajadas diciendo que todo era “cámara escondida” para divertimento del departamento de aurores.

            -No te vayas… -volvió a decir soltándole la mano y mirándolo a los ojos- yo… yo…

            -¿Tú?... –repitió Harry frunciendo el ceño y ladeando la cara en un intento raro de animarlo a seguir mientras su corazón se alocaba sin razón alguna.

            -Yo….

            -¡Maldita sea, tú qué!

            -¡Cállate, yo hablo cuando se me da la puta gana! –bufó sabiendo que todo era para alargar el penoso momento de ponerse en ridículo.

            -Perdón, perdón… -dijo Harry alejándose y dándole la espalda.

            -Yo…

            -Y ahí va el “yo” otra vez… -pensó Harry colgando los pulgares en las presillas de su pantalón.

            -Sé que te reirás y que… que… bueno… no sé ni lo que digo… -exclamó revolviendo su rubia cabellera- pero ni sé ni en qué momento yo… yo…

            Harry abrió la boca sintiendo que su corazón se detenía… y literalmente eso sintió cuando escuchó las última palabras de Draco:

            -Yo me… enamoré de ti…

            Y literalmente tampoco supo en qué momento cayó al suelo como un vil costal de papas.

 

________________________________

 

            -¡Potter!... ¡Potter, maldita sea, despierta!

            -¿mmm?

            -¡Abre los ojos!

            Las palmadas en su cara y la insistente voz hicieron que con gran dificultad abriera los ojos encontrándose con Draco.

            -Draco… -balbuceó tocándose la frente sintiendo un enorme chichón.

            -¿Estás bien, cuantos dedos vez? –pregunto Draco poniéndole el dedo medio casi en medio de los ojos.

            -U-uno…

            -Y es el dedo que te mereces por el maldito susto que me diste… y si estás bien, levántate –dijo casi botándolo de sus piernas y poniéndose de pie al tiempo que le daba la mano- estas mas pálido que un muerto, yo creo que necesitas un jugo de remolacha.

            -¿Qué pasó?

            -Te desmayaste… caíste como bulto y te golpeaste la cabeza.

            Pero un jugo de remolacha era en lo que menos necesitaba, pensó Harry al recordar repentinamente las palabras que escuchó antes de desmayarse… que ahora que lo pensaba, fue la maldita impresión de lo que había escuchado.

            -¿Es cierto lo… lo que dijiste? –preguntó sintiendo un enorme miedo.

            -Si, el jugo de remolacha es muy bueno para debiluchos como tú –respondio nervioso.

            -No hablo de eso y lo sabes.

            Un silencio se impuso entre ambos haciéndolos sentirse incómodos.

            -Draco…

            -Pues si… eso dije… -exclamó finalmente viéndolo directo a los ojos- me enamoré de ti y fin del cuento; si quieres empezar a reírte, hazlo, que me importa un pepino; dije lo que tenía que decir y ahora si me disculpas, tengo un boleto que comprar –concluyó tomando su valija y dándose vuelta siendo detenido por una fuerte mano en su brazo.

            -Espera…

            -¿Qué quieres? –dijo mirándolo ceñudo sintiendo alivio y congoja al mismo tiempo al haber revelado lo que sentía- ¿reírte en mi cara? Porque déjame decirte que te puedes ir al diablo.

            -¡Oye, espera! –Respondio Harry poniéndosele en frente mientras ponía sus manos en sus hombros- ¿es cierto?... es… ¿es verdad?... -Draco sentía su cara volar de lo caliente que estaba mientras giraba el rostro sin responder -Draco…

            -Claro… tan cierto como que tú me amas a mí; sí, como no.

            Si era una mentira o una broma cruel… si era un sueño o pesadilla según el caso, Harry no quiso saber, solo atinó a abrazarlo mientras las lágrimas inundaban sus ojos.

            -¿¡Q-que?!

            -Shhh… no digas nada… -musitó sin soltarlo- si es una broma… déjame disfrutarla aunque sea solo unos segundos…

            Draco se quedó tieso al sentirse atrapado entre los brazos de Harry y al cabo de unos segundos, sus dedos dejaron escapar su valija y sus brazos comenzaron a levantarse poco a poco para terminar finalmente alrededor del cuerpo cálido que lo abrazaba y sus lagrimas, al igual que las de Harry, también terminaron traicionándolo.

 

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            ¿Cuánto tiempo permanecieron así?... ávidos y temerosos al mismo tiempo de que en cualquier momento alguien gritara: “¡inocente palomita!”… pero aun sabiéndolo continuaban aferrados al otro pensando en alargar ese agridulce instante, hasta que llegó el momento de soltarse.

            -Lo… lo siento… -dijo Harry sorbiendo la nariz y buscándose un pañuelo en los bolsillos de su chaqueta.

            -N-no… yo…

            Después de ambos rebuscar aquí y allá y de sonarse la nariz, Harry miro a Draco.

            -Draco… si es una broma, solo dime que me vaya y listo… no te rías de mi por favor… sé… sé que lo merecería pero… solo… yo…

            -¿Una broma?... por favor Harry… si este es el toque final de la tuya… no hagas mas alboroto y deja que me vaya sin hacer escándalo, suficiente ridículo hice ya…

            -¿Ridículo?... ¿Por qué?

            -¿Y lo preguntas?... –dijo sonándose de nuevo la nariz mientras negaba con la cabeza.

            -Draco… ya no juegues conmigo… mira, yo… yo dije lo que tenía que decir sabiendo que… que me mandarías a la mierda, pero si diciéndome lo que me dijiste es tu manera de desquitarte… bueno, déjame decirte que es muy buena…

            Sonriendo de puro dolor y sin lograr controlar sus lágrimas aun, Harry miró a Draco buscando el momento en que por fin el rubio confesaría que todo era un cuento, sin embargo Draco solo lo miró inquisitivamente buscando el mismo signo.

            -Harry… yo… -dijo comenzando a dudar de si todo aquello era puro cuento de Harry- yo… lo que dije es cierto.

            -Draco… -respondio ampliando su sonrisa sarcástica- ya estuvo bueno…

            -¿Crees que miento?

            Harry miró a Draco y vio sus ojos enrojecidos y sus mejillas empapadas, y un escalofrío le recorrió el espinazo al comenzar a darse cuenta…

            -Draco… es… ¿es verdad?...

            -Harry… tu… ¿es cierto lo que dijiste?

            Y como dos tontos a los que se les cae la venda de los ojos, se miraron como espantados dándose cuenta de que se habían aferrado a algo como dos náufragos en medio de una tormenta pensando que al fin y al cabo terminarían hundiéndose de todos modos; pero sin embargo esa tabla no era tan falsa después de todo.

            -Sé que parezco un tonto y que probablemente me arrepienta de preguntarlo otra vez pero… Draco… ¿no es una broma?... ¿no es una manera de vengarte de mí?

            -Yo debería de preguntar eso… -exclamó tragando en seco- tú… digo… yo… ¿hablas en serio?... ¿tú me…?

            Harry comenzó a sonreír mientras alzaba la vista al cielo y darse cuenta de que aquello que le había dicho Hermione… era cierto.

            -Lo sabía… -exclamó Draco entre dientes mientras tomaba su valija- eres un bastardo…

            -¡No! –Dijo tomándole la muñeca dándose cuenta del malentendido- ¡No me estoy riendo de ti!... ¡es solo… que estoy feliz!

            Y antes de que Draco pudiera seguir con su coraje, lo abrazo por la cintura y comenzó a darle vueltas.

            -¡Oye!... ¿¡Qué haces?!...

 

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